reforma es una confrontación directa a la idolatría

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Altar Familiar Correspondiente a la
semana del 2 al 8 de febrero de 2015.
Pastores Walter y Laura Dupans.
Manantial de Vida Mendoza- Godoy Cruz.
Mail: [email protected]
Blog:http://manantialdevidamendo.wix.com/
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REFORMA ES UNA CONFRONTACIÓN DIRECTA A LA IDOLATRÍA
Mensaje predicado por el apóstol Juan el día 28 de Enero de 2015.
El Antiguo Testamento era tipo y forma de lo que iba a ser el Nuevo Testamento. La idolatría era un asunto literal
para los hombres del Antiguo Testamento.
Ellos construían templos literales, libraban guerras literales, por lo tanto sus ídolos eran literales, eran tangibles,
podían tocarlos (eran de yeso, de hierro, de piedra, de madera, de oro).
El Señor dice que todo lo que pasó en el Antiguo Testamento era sombra de lo que iba a venir, y todo lo que era
literal en el A.T. se ha convertido en algo espiritual para nosotros.
1
Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas. Hebreos 10:1
Porque la realidad de la idolatría en el Nuevo Pacto no es algo que se puede tocar.
Nos enseñaron que la diferencia entre los cristianos católicos romanos y los evangélicos, era que los evangélicos no
tenían ídolos. Y nos llevó algunos años darnos cuenta que esa era la mentira más grande que habíamos creído.
Porque había una generación que seguía identificando a los ídolos con algo que se podía tocar y poner en una pared.
Para los creyentes de un nivel bastante bajo de revelación, estar libres de ídolos era romper los ídolos de yeso o
madera. Pero sabemos que las cosas tangibles son una manifestación de cosas más graves que están ocultas en el
corazón del hombre.
Entonces la idolatría que queremos enfrentar no tiene que ver hoy con hechos literales, con cosas visibles.
Hoy vemos a miles de creyentes perdiendo el tiempo atando, reprendiendo y derribando cuanto ídolo tangible se
levanta en una ciudad, sin haber tratado con la parte más fundamental de la idolatría que es la que se construye a
nivel de los conceptos. Y esto es lo que lleva a que los hijos de Dios no oigamos a Dios.
Hace 20 años se predicaba para que los creyentes que tuvieran ídolos en su casa fueran y los rompieran, eso en un
sentido está bien, pero no hay ídolo más grande fuera nuestro que el que construimos dentro de nosotros.
La realidad que está viviendo el mundo hoy es por causa de que Dios no ha encontrado por 20 siglos una generación
de hijos que trate de manera profunda y seria la idolatría.
La idolatría provoca que no se oiga la voz de Dios.
Pertenecemos a una generación que no ha oído a Dios.
Usted y yo oímos la voz de Dios, pero no al nivel que necesitamos oír la voz de Dios. Lo que no nos permite oír a Dios
para la transformación que debemos manifestar es la idolatría.
La idolatría se inicia en un conflicto entre el hablar y el oír.
Debemos ser una generación ocupada en oír la voz de Dios.
Decir con liviandad: “Dios me habló” ha ido creando un anticuerpo dentro nuestro que ya no nos permite identificar
si Dios habló o no.
Hay muchos niveles o decibeles en los que se puede oír a Dios.
Somos una generación que necesita levantar el volumen para oír mejor.
Como generación hemos estado diciendo: ¿Cómo? ¿Qué dijo? ¿Cómo dijo? ¿Cuánto dijo?
Necesitamos ser personas donde literalmente nuestras conversaciones vanas finalicen porque lo que necesitamos es
oír a Dios.
25
Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba
en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos. 26La voz del cual conmovió
entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino
también el cielo. 27Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que
queden las inconmovibles. 28Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella
sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; 29porque nuestro Dios es fuego consumidor. Hebreos 12:25-29
El Señor ha prometido remover todo lo que no pertenezca al reino de Dios en nuestras vidas. Si es que decidimos
dejar toda idolatría.
La idolatría es una de las cosas que más hablan los creyentes pero de lo que menos sabemos. Es muy común hablar
más de lo que menos se sabe.
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Debemos saber identificar a los ídolos propios
Debemos saber qué acción tomar contra los ídolos que están hoy dentro y alrededor nuestro.
Debemos saber orar para identificar y derribar toda esa construcción.
Esto va a determinar que este año sea redentivo y los vientos de reforma soplen en nuestra casa.
El espíritu humano tiene un comportamiento que le crea un caldo de cultivo a los ídolos: es cuando nos damos por
superados en los temas que jamás vamos a superar mientras estemos en este cuerpo.
Nunca usted y yo debemos dar por superado el asunto de la idolatría.
El día que usted y yo creemos que ya superamos la idolatría como individuo, ese día corremos el peligro de poner
una pausa en nuestras vidas y generación.
Hasta que no lleguemos a una madurez total, donde todos nuestros pensamientos sean llevados a la obediencia de
Cristo, nuestras mentes funcionas en bi- norma.
Funcionamos en la mente de Cristo, que es cuando tenemos chispazos de gloria y esa mente fabrica ideas que nacen
en el corazón de Dios, pero también funcionamos en nuestra mente terrenal e irredenta y fabricamos pensamientos
de barro, humanos.
Cuando la mente humana no opera en el sistema de Dios, no se sujeta a la mente de Cristo fabrica pensamientos de
barro, de idolatría.
Llamamos ídolo a todo pensamiento formado y creado insurrecto a una revelación de Dios.
Por lo tanto somos potenciales creadores de ídolos cada vez que pensamos algo. Esa es la idolatría que frena el
avance el propósito de Dios en la tierra.
Necesitamos reconfigurar nuestra mente. Todo lo que piensa la mente humana puede crear potencialmente un
ídolo.
Somos seres diseñados para adorar y no podemos vivir ni un minuto sin adorar. No necesitamos un tiempo de
adoración, eso lo creó la religión.
Fuimos creados eternos, es nuestro espíritu el que genera la verdadera adoración de manera perenne, continua,
permanente, y emitimos adoración conforme estemos configurados en nuestra manera de pensar.
Por eso el apóstol Pablo anima a los filipenses diciendo: “en esto pensad”.
8
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable,
todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Filipenses 4:8
El pensamiento es la voz del espíritu que dice a quién estamos adorando.
Para los apóstoles la idolatría no era algo que se practica en el mundo, sino que la idolatría más peligrosa era la que
se gesta en el pensamiento.
La única legalidad que tiene satanás en el mundo es la idolatría que todavía practican los hijos de Dios. Es por eso
que la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia.
Los ídolos construidos en nuestra mente son los que se oponen a oír y hacer lo que Dios ha previsto que se haga en
este tiempo. Por eso dice el autor de Hebreos que otra vez habló el Señor para conmover todo lo conmovible y que
quede lo inconmovible.
La idolatría no le permite al oído del espíritu del creyente estar recibiendo las 24 horas del día las indicaciones del
Señor.
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Dios no es un Dios predecible
Dios no es un Dios aburrido
Dios no es un Dios de estereotipos
Dios cuando va a hacer algo no va a venir nunca de la manera en que usted y yo pensamos que lo va a hacer.
¿Quién es una persona libre de ídolos? Aquella que no tiene ni una idea de cómo Dios lo hará.
Dice que una vez más va a “remover”.
Remover en griego es detonar. Por eso Dios es fuego consumidor.
Dios está buscando gente que le oiga, que vea el efecto espejo, que entienda estas verdades paralelas en su espíritu.
Un ídolo es cualquier cosa que ocupe el lugar de Dios en nuestra vida. Dios no puede hablar a personas con ídolos en
el corazón.
Un ídolo personal y enraizado nos está separando del próximo nivel, hay que detectarlo, hay que ponerle nombre
propio.
No es renunciar por las dudas, no es pedir perdón generalizando. Por eso tenemos ejemplo en el Antiguo
Testamento: es el manto babilónico y el lingote de oro (es específico, no generalizado).
Cuando vivimos una vida sin ídolos es cuando Dios hace las cosas en nosotros.
En la medida que vivamos una vida libre de ídolos la libertad del Señor va a fluir sin ataduras.
Empezamos a ser libres de la idolatría en el minuto cero que la humildad arriba a nuestra vida. Entonces el
conocimiento de Cristo comienza a manifestarse y nos damos cuenta de que no lo sabíamos.
Oración:
Padre, gracias por tu Gracia, oramos para que, como generación de hijos, podamos enfrentar la idolatría oculta en el
corazón y sea destruida toda construcción en la mente y todo pensamiento insurrecto a tu revelación, con el fin de
estar libres para oír tu voz, para hacer tu voluntad y todo lo que has previsto que se haga en este tiempo. Nos
determinamos a crecer en obediencia y humildad para vivir de acuerdo a tu diseño Señor.
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