SI o NO, el culto a imágenes

Anuncio
SI o NO, el culto a imágenes religiosas
¿Conforme a textos de las Sagradas Escrituras (Biblia), se nos consiente en que adoremos o
rindamos culto a esculturas o imágenes religiosas?.
Lo anterior tiene su sustento en los ordenamientos que se ventilan en el Pentateuco de Moisés, es
decir, Éxodo 20:4-5, Levítico 26:1 y Deuteronomio 5:8-9 (favor de interiorizarse en su contenido).
En estos capítulos y versículos de referencia, podemos percatarnos de un rotundo NO a las imágenes,
con el apercibimiento de acarrear maldición, inclusive hasta su cuarta generación.
En apoyo a lo anterior, hacemos mención del relato, cuando Moisés en el trayecto con su pueblo a la
tierra prometida (Jerusalén), incurrieron en actos pecaminosos contra Jehová, dejándolos Dios al
acecho de mordidas por serpientes venenosas, falleciendo gran número de ellos, por lo que
arrepentidos imploraron a Moisés para su intercesión, misma que fue socorrida, ordenando Jehová
Dios al caudillo, hiciera una serpiente de bronce, para cuando fueran mordidos, bastaría con solo
mirar al ofidio de metal, para quedar ipso facto sanados (Números 21:6-9).
Aproximadamente 500 años después de los eventos históricos con Moisés, hace acto de presencia la
original serpiente de metal, misma que Moisés había esculpido, más tarde sería conocida con el
nombre del dios Nehustán, al que le ofrecían los hijos de Israel, cultos con quemas de incienso.
Como ya lo mencionábamos, el propósito de esa escultura, fue para sanación y ya no así muchos
años después.
Es muy probable que ante el desarrollo de esos hechos, satanás y sus secuaces hayan llevado a cabo
un gran portento de milagros, por lo que al darse cuenta Ezequías hijo de David, quien por ese
entonces gobernaba como rey en Jerusalén, hombre justo y temeroso de Dios, optaría por darse a la
pronta tarea de destruir imágenes, los símbolos de Asera (diosa de los cananeos, se relaciona con el
dios Baal), así como también en haber hecho trizas la serpiente de bronce; de esta forma se estaría
dando un certero y severo golpe a la idolatría (2-Reyes 18:1-4, versión católica 4-Reyes).
Sin embargo la hechura original de este reptil, vino a tener un significado profético en Cristo Jesús
según lo podemos leer en el evangelio de Juan, capítulo 3, versículos 14 y 15.
El salmista nos encomia en su 97:7 (96 en la versión católica), al declarar que adoremos únicamente
al Señor; un NO a las imágenes.
En mismo Salmos en su 135:15-18 (134 en la versión católica), es rotundo su NO a las imágenes
talladas por el hombre.
Desde tiempos del profeta Jeremías, ofrecían culto con incienso y libación a la “reina del cielo”, acto
del todo abominable; para su constancia dar lectura a los pasajes del profeta 7:18-20 y 44: 23-26.
En las Santas Escrituras del llamado Nuevo Testamento, es enfático en lo concerniente a las
imágenes, al expresarnos que NO debemos imaginarnos que el Padre Celestial, sea semejante a
figuras de escultura o de industria humana (Hechos 17:29).
Es inverosímil e inaudito llegar a pensar que los profetas, Jesús, apóstoles y discípulos se hayan
postrado, en la condición de haber ofrecido complacencias a imágenes religiosas. No existe ningún
soporte que avalen tales prácticas.
Para abundar en una mayor información recomendamos dar lectura a los siguientes textos bíblicos:
1-Corintios 6:9, 10:14; Gálatas 5:19-21 y 1-Pedro 4:3.
Como se podrá observar en todas estas citas, existe un total rechazo a la idolatría; no hay cabida para
el homenaje, ni por usos o costumbres antes bien es transgresión a la ley de Dios (pecado), siempre
será un acto de conducta deleznable.
El registro inspirado nos invita a la reflexión, cuando el evangelista Juan nos exhorta a lo siguiente:
“DIOS ES ESPÍRITU, Y LOS QUE LE ADORAN, EN ESPÍRITU Y EN VERDAD ES
NECESARIO QUE LE ADOREN” (Juan 4:24).
El verso en cuestión, NO esta haciendo alusión a esculturas, o cualquier tipo de arte hecho por el
hombre.
Adorar a Dios en espíritu es aceptarlo en lo intangible y en lo que no se ve.
Hay quienes pretendiendo ser jactanciosos, arguyen que las imágenes, cualquiera que estas sean no
son más que representaciones, al igual que si se tratara de fotos, pinturas de familiares o seres
queridos; en tales casos los familiares no están formando parte de lo religioso, algo muy distinto a
las imágenes (íconos).
(91)
Todo cristiano es o debe ser ICONOCLASTA, es decir, no debe ser portador ni poseedor de íconos
(iconos), actitud o hábito del que debe estar ajeno todo hijo del verdadero Dios, o mejor dicho,
conversos en la fe con Cristo Jesús.
La Iconografía nos ha proporcionado elementos suficientes para su consideración y estudio.
En el mundo antiguo del pueblo de Israel se entregaron a la adoración de dioses satánicos, tales
como Baal, Astarot (diosas), Bel, Dagón, Moloc, Nisroc, Nebo, Quemos, Terafín, Milcón, Asera y
otros muchos.
Es muy lamentable rememorar a hombres que fueron fervientes de fe, como lo fue el rey Salomón,
que a causa de su debilidad por las mujeres, apostató practicando todo tipo de idolatría (1-Reyes
11:1-8, versión católica 3-Reyes).
Pablo tuvo la osadía de enfrentarse en su tiempo, a los adoradores de la diosa Diana “la reina del
cielo”, partidarios de ella en Roma, Asia y sus alrededores.
Según el relato de esa idolatría la podemos encontrar en el libro de Lucas llamado los Hechos,
capítulo 19, versículos del 23 al 41.
Ese ídolo del paganismo tuvo su asiento principal en Éfeso, provincia romana de aquel entonces a
hoy territorio de Turquía.
Diana vino a ser una réplica o tipo de “clonación” con la diosa Artemisa (Grecia) y esta a su vez de
Astoret, diosa de los fenicios.
La Iglesia Católica Romana celebraba en el siglo V (año 431), el tercer Concilio Ecuménico, por
cierto en Efeso, presidido por el Papa Celestino I, quien en un ardid por suplantar a Diana, ensalzaba
a María la madre de Jesucristo, declarándola como la “reina del cielo” y “madre de Dios”; siendo
que siglos más tarde la “clonarían”, como Guadalupe en México, Fátima en Portugal, Lourdes en
Francia y otras docenas más.
Hasta nuestros días se encuentra en ruinas el templo de Diana, misma que ha sido reconocida por la
UNESCO (organismo dependiente de la ONU), como una de las siete maravillas del mundo.
No debe confundirse la Diana de Efeso (Turquía) con Diana la cazadora (Grecia).
En la Iconografía Católica están presentes los amuletos, velas, cirios, cruces, crucifijos, estampas,
pinturas, dibujos, ídolos, imágenes plasmadas o reveladas, líquidos, aceites, rosarios, escapularios,
eucaristías, atuendos, mantos, sábanas, reliquias, manuscritos y muchos más.
El profeta Isaías nos da su entendimiento de que la idolatría es una insensatez. Nos dice que los
ídolos no ven, para nada son de provecho, no saben, no entienden, tampoco discurren; y se hace la
siguiente pregunta ¿me postraré delante de un tronco de árbol?, (Isaías 44:9-19).
El rey David refiriéndose también a la idolatría nos dice, que no depositemos nuestra confianza en
los ídolos, ya que son hechura de hombre, que teniendo boca no hablan, ojos no ven, oídos no oyen,
nariz no huelen, manos no palpan, pies no andan, por lo que son semejantes a los que los hacen, de
igual forma quienes ponen toda su confianza en ellos (Salmos 115:3-8; versión católica 113).
No existe justificación ni pretexto alguno, como para llegar a pensar que los “íconos”, son puente
para llegar a Dios, o fuente para recibir favores o milagros.
La Biblia dice que para llegar a Dios y recibir todo tipo de favores, es y será a través del ungido de
Dios, nuestro Señor Jesucristo.
No hay más compromiso que El; todo lo demás es embuste o estigmas subliminales de demonios.
No pasar por alto las siguientes citas bíblicas: Juan 14:6 y 1-Timoteo 2:5.
La Santa Palabra del Altísimo es determinante y sin cortinas de humo, al dictaminar que NO serán
salvos, o sea, que NO heredarán el Reino de Dios, para los que practican la idolatría, cualquiera que
está sea su modalidad.
Dando por cerrado nuestro tema de reflexión y al amparo de la luz bíblica, citamos de Apocalipsis el
capítulo 21, verso 8, lo que a su parte y a su letra expresa: “…QUE LOS IDOLATRAS TENDRAN
SU PARTE EN EL LAGO QUE ARDE CON FUEGO Y AZUFRE…”.
MX-2007
Arch. Temario de Reflexión; Doctrina Bíblica
CJPG/cavch
Descargar