Escenario "A Second Job. Vossenack,". ME en ciudad entre ingenieros yankees (1924 puntos) y Alemanes Heer (1871 puntos). Tabano (El malvado alemán) Adelscott (Paladín de la libertad) 219 bajas (67 KIA) 168 bajas (52 KIA) 2 vehículos destruidos 3 vehículos destruidos Hombres OK 140 Hombres OK 168 Puntuación 50 Puntuación 50 El siguiente relato recoge los testimonios de los supervivientes de ambos bandos de aquella batalla. A.Garrafón pertenecía a la compañía Alfa del 146th batallón de ingenieros. Su unidad había sido desplegada en el flanco derecho, cubriendo una zona residencial de casas bajas. Bueno, el sargento Berger nos dijo que mantuviéramos los ojos bien abiertos. Recuerdo que íbamos avanzando entre las casas y yo sólo pensaba en la desolación de sus dueños cuando volvieran y vieran todos esos agujeros de mortero en sus tejados, los cristales rotos, el mobiliario arruinado… Al lado de Garrafón, y formando una línea que llegaba hasta el otro lado del pueblo avanzaban cautelosamente el resto de las unidades de las dos compañías encargadas de tomar posiciones en Vossenack. Algunos analistas han visto en este planteamiento tan conservador una de las causas de que este primer enfrentamiento no llegara a un resultado más definitivo, contando teóricamente con una fuerza superior. Adel Scott, comandante del 146th, sin embargo, nunca ha aceptado estas críticas. Para empezar los informes de la inteligencia eran muy vagos e imprecisos. Le puedo decir que nos lanzaron allí y no sabíamos más que que nos encontraríamos algún alemán. La zona había sido batida, conquistada, perdida, abandonada, y ahora había que retomarla de nuevo. Monté una línea para cubrir todo el frente mientras mantenía un pelotón avanzando por el centro, pero más retrasado para acudir a la zona con más actividad enemiga. Coloqué a las MGs cubriendo todas las avenidas y mantuve los carros a la expectativa. No se que más diablos querían que hiciera. Herr Von Tábano planteó la batalla de un modo completamente diferente, muchísimo más agresivo, descargando toda su fuerza sobre un flanco, buscando desbordar el frente y desorganizar el despliegue aliado. No obstante, y a pesar de la extremada dureza del golpe inicial algunos han visto en el lugar elegido para atacar una de las causas por las que fue frenado por fuerzas significativamente inferiores, ya que las casas ardiendo y los escombros hubiesen obligado a las fuerzas alemanas ha realizar un avance muy profundo para poder pivotar sobre las fuerzas yankees, o renunciar al terreno conquistado y avanzar hacia el centro por zonas estrechas y restringidas que negarían la ventaja conseguida en el flanco. En cualquier caso estos primeros combates cogieron a los ingenieros a contrapié, ya que poco o nada imaginaban que una fuerza tan decidida estuviese a punto de intentar arrollarles. De repente -prosigue Garrafón- empezamos a ver boches avanzando hacia nosotros. Se lo indicamos por gestos a las escuadras que avanzaban al otro lado de la calle, pero nos hicieron saber que ellos todavía no veían nada, aunque nuestra tercera escuadra cruzó a todo correr la calle y fue disparada por alguna ametralladora al final de la calle.- Los alemanes de vanguardia intercambiaron algunos disparos a corta distancia con los ingenieros y durante un momento pareció que la situación podía estabilizarse. El comandante Scott reaccionó con cierta lentitud a los informes de que el flanco derecho estaba siendo atacado.. -Empezaron a llegar informes de que una fuerza indeterminada avanzaba y atacaba nuestro flanco derecho. Desvié al pelotón de reserva hacia allí y ordené detener el resto del avance mientras evaluaba la situación y nos hacíamos una mejor idea de las fuerzas a las que nos enfrentábamos. De repente la situación se volvió crítica. Al parecer estaban por todos los lados y atacaban como demonios. Cristo, mi ayudante se puso lívido y tuve que relevarlo porque no acertaba a decir nada coherente. Para empeorar las cosas empezamos a oir tanques acercándose. Bueno, teníamos dos Shermans dispuestos en retaguardia y dos bazookas en la zona caliente. Ordené a uno de los tanques avanzar hacia allí mientras que el otro intentaría avanzar y flanquear aprovechando todo el terreno que habíamos conquistado y que me permitía mover los blindados con cierta tranquilidad.Fueron momentos críticos para las fuerzas aliadas. El chaparrón arreciaba en vanguardia y los destacados allí comenzaban a flaquear ante la aplastante superioridad germana. A. Munios, sirviente de una .50 intentaba cubrir a sus compañeros desde el segundo piso de una casa, 150 metros por detrás de la línea del frente -el sargento no hacia mas que señalarme blancos. Sólo pensaba en el puto infierno en el que estaban atrapados aquellos chicos. Recuerdo que gritaba de rabia mientras disparaba, no oía nada. De vez en cuando sentía un golpe en el casco y veía una mano señalando algo, y yo cambiaba de blanco y seguía disparando y gritando-. El fuego de apoyo no salvó a los hombres de primera línea pero si que ralentizo, en unos momentos críticos, el avance de la infantería alemana. Como era de esperar los americanos se vinieron abajo tras unos minutos de combates muy duros. A. Garrafón describe perfectamente que supone un desplome de la línea del frente. Jamás imaginé que iba a encontrarme en una situación como aquella. Los tipos a los que disparábamos estaban a menos de 5 metros, les veía la cara, les adivinaba el miedo, y supongo que ellos a mi. Todo era ruido, disparos, explosiones. Todo volaba por los aires. Uno sacaba el rifle y disparaba, tirabas granadas, devolvías granadas alemanas, ayudabas a los heridos a llevarlos a cubierto… De repente un StuH apareció a menos de 30 metros y comenzó a disparar a la casa. Todo de llenó de polvo, de cascotes, y la casa comenzó a crujir y a moverse. Salimos a toda leche de allí mientras nos acribillaban como a perros. Nos refugiamos en los escombros de una casa cercana mientras la casa de la que acabábamos de salir se hundía a nuestras espaldas…Para ese momento la reserva había llegado a una casa que dominaba el flanco del posible avance alemán y que se convirtió en el nuevo objetivo, mientras que un poco más allá los alemanes avanzaban sobre el terreno recién despejado. Por un momento parecía que el desastre se completaría en breve. No parecía que las fuerzas que allí quedaban fueran a plantear un problema para Tábano, y sin embargo el destino decidió jugar una nueva carta que cambió radicalmente el curso de los acontecimientos. Los alemanes avanzaron sobre la casa derruida un pelotón completo, prácticamente nada se interponía en su avance. Pronto llegarían a las inmediaciones de un Sherman al que el humo le impedía tener una visión de la zona de combate. Sin embargo, al otro lado de la calle, y avanzando hacia otro objetivo estaba el equipo de John Kalavera, que portaba un lanzallamas. En principio debía apoyar la defensa de lo que ahora era el objetivo alemán, la casa que dominaba el flanco izquierdo del posible avance alemán. Se encontraba acechando cuando vió el avance al otro lado de la calle. En una acción que le valió una medalla póstuma, descubrió su posición para, en el límite de su alcance, rociar los escombros ahora llenos de alemanes con fuego, consiguiendo poner en fuga a todo el pelotón, aunque atrayendo hacia sí todo e fuego de la zona. Esta fue una acción decisiva, no sólo desmoralizó y puso en fuga al enemigo sino que actuó como catalizador del esfuerzo americano. Los alemanes sufrieron muchísimas bajas intentando asaltar la casa, ahora ya reforzada su defensa por dos escuadras frescas recién llagadas de la reserva, el Sherman por fín comenzó a disparar entre los últimos jirones de humo a los alemanes en retirada, los ingenieros en retirada fueron temporalmente reorganizados por el capitán Bed Lion, que mandaba la compañía, y, la artillería del 105 comenzó a batir la zona donde hace unos minutos campaban los alemanes. Harpo Patrick servía en el pelotón que aquel día estaba en reserva. No era la primera vez que estaba en combate, ni era la primera vez que estaba en primera línea, pero asegura que nunca había visto tanta violencia en un combate. -Esos hijos de puta no dejaban de llegar hasta nuestra posición, los veíamos correr hasta la casucha que teníamos en frente, pero allí apenas tenían refugio y pronto los hacíamos trizas, de no haber sido por aquel tanque (el StuH antes mencionado) yo mismo hubiese salido para abrirlos de lado a lado con mi cuchillo. Cuando el lanzallamas puso en fuga a los alemanes del otro lado de repente hubo un minuto de tranquilidad. Yo me dije "Harpy, tronco, te has ganado el sueldo, esto ya esta hecho". Pero fué sólo un espejismo. En un minuto toda la zona, incluyendo las posiciones alemanas y las yankees, fueron batidas por los obuses del 105 y por morteros alemanes de 81mm. Las casas se venían abajo, los tejados saltaban por los aires, los heridos eran despedazados por los escombros y las explosiones y los que seguíamos vivos sólo queríamos escapar del infierno de una maldita vez. Tras las descargas artilleras hubo unos momentos de auténtica tranquilidad. Ordené bascular todas las fuerzas hacia la derecha. Creía que había perdido ya la iniciativa e intenté montar un pequeño contraataque desde el centro hacia la derecha, confiando en que estaría reorganizando unas fuerzas que, además, habían sufrido un castigo importante. Sin embargo los ingenieros tampoco estaban en disposición de contraatacar con suficiente fuerza. En este momento ya habían perdido uno de los tanques a manos de un Panther que aún no había sido correctamente identificado, y pronto perderían otro que no supo aprovechar una maniobra de flanqueo perfectamente ejecutada por su tripulación. Además, los ingenieros estaban extendidos de lado a lado del pueblo y concentrarlos para lanzar un contraataque hubiese sido contraproducente y costoso. Me di cuenta de que no estaba en disposición de realizar tal contraataque, pero si podía mejorar mi posición en el centro del pueblo, así que mis hombres tomaron posiciones en una iglesia, y en el ayuntamiento, que estaba enfrente, dos sitios desde donde dominaba en centro del pueblo. Este movimiento fue clave al final, porque los alemanes no sólo no se habían amilanado, sino que contaban con fuerza y moral suficientes para atacar de nuevo, y no sólo por el sitio donde antes habían fracasado, sino que también probaron por el centro, intentando un asalto a la iglesia. El ataque al flanco estaba ahora reforzado por el Panther y dos StuH. Que se centraron en atacar a los ocupantes de la casa donde se apiñaban los ingenieros, mientras una importante fuerza de infantería trataba de hacerse con ella. Milagrosamente, de entre los escombros surgió el soldado Sethiembre cuando uno de los StuH plantó su mole a apenas 15 metros de él, consiguiendo destruirlo. Harpo fue testigo de aquella meritoria acción. Fue increible, Creíamos que habíamos acabado con todos y de nuevo estaban allí, intentando entrar por la puerta, por las ventanas, por las grietas de la pared. Dios, no se a cuantos maté, a muchos, pero eran ellos o yo. Al fondo había un carro enorme disparandonos, y de repente apareció ante nosotros un cañón enorme, se giró y cuando parecía que nos iba a reventar a todos recibió un impacto en el lateral y enmudeció para siempre. En el centro los alemanes se afanaban por esquivar al M10 que, en un papel para el que no estaba preparado, intentaba flanquear al otro StuH que apoyaba el asalto a la Iglesia. En uno de esos movimientos de defensa, ante la irrupción del TD por su derecha, el StuH ofreció si costado izquierdo a S. Fields, que llevaba esperando la oportunidad para disparar su bazooka un buen rato. Y no falló. Sabía que de frente no tenía ninguna oportunidad, y el cabrón no hacía más que disparar justo a los muchachos que tenía al lado. De repente se giró a toda velocidad hacia su derecha y no me lo pensé dos veces, me asomé por la ventana de la secretaría del ayuntamiento, disparé y me lo cargué. Dios, fue una subida de adrenalina increíble, no acertaba a apuntar, a apretar el gatillo…,y luego vi avanzar el pepino como a cámara lenta. Fuaaaaaa, me senté apoyado contra la pared y me puse a curiosear los papeles y documentos que había por el suelo. Sin el apoyo directo del StuH el asalto a la Iglesia no tenía ningún futuro, y Tábano sufrió mas de 40 bajas en ese lugar en menos de un minuto. Sin embargo progresar a partir de la Iglesia era casi imposible, porque había un AA cubriendo una salida, y varias Mgs y morteros cubriendo el avance hacia el flanco. Allí los tanque s alemanes habían logrado derruir la casa, que había sido desalojada justo momentos antes, y el combate degeneró en una situación caótica en la que no había un frente definido, en el que los ingenieros yankees ya no podían ofrecer una resistencia compacta, aunque todavía sometían a los pocos supervivientes alemanes al fuego cruzado de ametralladoras. La situación alemana no era mejor. Su infantería estaba prácticamente destruida y su fuerza de avance era un Panther y un StuH, pero sin apoyo de infantería. Además, su ruta de avance estaba cubierta por el M10, que había retrocedido hasta aquella posición. En ese momento ambos comandantes decidieron que la batalla debía terminar, y la situación en Vossenack siguió con las espadas en alto.