AREA EXPERIENCIA SIGNIFICATIVA CURSO 11-01 ENFOQUE EDUACION RELIGIOSA PROYECYO DE VIDA SOCIAL ANTROPOLOGICO TEMA SUB-TEMA LA RELIGION, UNA REALIDAD EN LA SOCIEDAD HUMANA ¿ES POSIBLE CREER? PERIODO UNO TEMA UNO ¿ES POSIBLE CREER? Creer es tener fe, confiar en alguien o en algo. Es importante creer para que la vida tenga sentido. Si no se creyera en nadie o en nada, no existiera una razón para vivir. Cuando una persona no cree en nada o en nadie, se siente muy mal, sola, triste, y puede recurrir a soluciones extremas como las drogas o incluso el suicidio. Por ello es preciso, creer para darle un significado y un sentido a nuestra vida. 1. PARA QUÉ CREER? Los seres humanos tenemos diferentes razones para vivir, porque creemos en cosas muy distintas. Algunas de estas cosas son importantes y profundas, otras, triviales y superficiales. Incluso, un buen número de personas afirma, con tal certeza, que no cree en nada. Según en lo que cree cada uno, así será su vida: Crecerá como persona, en sincera relación con los demás. Será libre, responsable, feliz. Se construirá. O, por el contrario, se encerrará en sí mismo, será cada día más egoísta. Se dejará llevar, actuará irresponsablemente. Su felicidad no será auténtica. Se destruirá. Y la vida es algo muy importante para destruirla. Si se quiere construir de verdad la propia vida, es esencial descubrir en qué o en quien se cree, y asegurarse de que sea algo serio y profundo, capaz de dar sentido a la vida. 2. RAZONES PARA CREER Para creer en alguien hay que tener razones: no se cree porque sí, sino porque se ha descubierto que merece la pena. Creer de manera irracional no es fe, es superstición. Por ello, la razón y la fe no se oponen, como no se oponen la teoría y la experiencia. El ser humano que vive la experiencia de la fe posee una razón, y también ella es parte de su experiencia. Por eso el estudio, la lectura y la reflexión son una gran ayuda para vivir y desarrollar la experiencia de fe, que debe madurar también intelectualmente. Sin embargo, muchos jóvenes ponen su fe en una moda o en una idea y viven el presente sin importarles el mañana. Están como estancados porque nunca se preocuparon por establecer si aquello por lo que estaban dispuestos a vivir valía realmente la pena. Por ello, es importante que las personas, desde muy jóvenes, identifiquen claramente cuáles son sus creencias con respecto a sí mismos, a las otras personas y a Dios, de modo que alcancen su realización y contribuyan con la realización de los demás. CREER EN SI MISMO, implica valorar nuestras cualidades, estar seguros de que podemos superar nuestras diferencias y que lograremos realizar nuestros sueños. CREER EN LOS DEMAS, implica confiar en aquellas personas que por experiencia sabemos que desean nuestro bien, que buscan nuestra felicidad. CREER EN DIOS, implica estar convencidos de que Él está presente en nuestras vidas, que se comunica constantemente con nosotros y quiere nuestra salvación integral. Implica, además, cumplir su voluntad. 3. LA FE EN DIOS La experiencia de fe más profunda que pueden experimentar los seres humanos es la FE EN DIOS. El ser humano descubre a Dios por medio de una serie de signos, tanto interiores como exteriores a sí mismo y, trascendiendo lo puramente natural y sensible, se abre y se entrega, mediante una decisión personal y libre, a ese Dios que le interpela. Por ello, entendemos la fe como aquella experiencia que compromete lo más íntimo del ser humano y se orienta a Dios. En la fe cristiana, por ejemplo, el ser humano acepta y cree en el testimonio personal que Dios ha dado de sí mismo por medio de Jesucristo, su Hijo, su Palabra Encarnada que ha entrado a formar parte de la historia humana. El cristiano, entonces, tiene que entrar en contacto con Jesús, aceptar su testimonio y, por Él, llegar al Padre. 4. EL ACTO DE FE ES UN DON DE DIOS La verdadera aceptación de Jesús como Palabra y Salvación de Dios no es una consecuencia de un proceso científico o racional, sino de un don de Dios. Esta aceptación es un acto personal que se realiza en lo más íntimo de nuestro ser, cuando Dios se nos hace presente previamente y nos invita aceptarle en su Hijo Jesús. Así, el creyente no se apoya en la evidencia, sino que se apoya en Dios. El cristiano tiene fe por la gracia de Dios o, dicho de otro modo, la fe es un don de Dios. Por otra parte, el acto de fe en Dios es un acto de OBEDIENCIA. Esto significa que las personas que escuchamos la Palabra de Dios y creemos en Él, nos sometemos libremente a sus designios, asumiéndolos como una verdad absoluta e incontrovertible. Así lo experimentaron Abraham, María y el mismo Jesús. 5. REQUISITOS DE AUTENTICA FE EN DIOS Jesús enseñó a todos los seres humanos que la fe en Dios es un proceso que se da en dos momentos: la iniciativa de Dios y la respuesta del ser humano. PRIMERO DIOS TOMA LA INICIATIVA Y TRAE AL SER HUMANO PARA QUE CUMPLA SU VOLUNTDAD. Esto se evidencia en las palabras de Jesús: “Nadie puede venir a mí si mi Padre que me envió no lo atrae” 1. Y cuando Simón Pedro confesó que Jesús era el “Cristo, el Hijo de Dios Vivo”, Jesús le respondió: “Dichoso tú Simón, hijo de Jonás. Porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre del Cielo”2 Así, pues, n el acto de fe hay una original “EXPERIENCIA RELIGIOSA”, una previa iniciativa de Dios, que sale al encuentro del ser humano en lo más íntimo de su ser. 1 Evangelio de San Juan 6, 44 2 Evangelio de San Mateo 16,17 SEGUNDO, EL SER HUMANO SE SIENTE INVITADO A CAEPTAR A DIOS, DE UNA MANERA ESPECIAL, POR MEDIO DE CRISTO. Por ello, en la fe cristiana hay un misterio que puede expresarse con estas palabras de San Juan: “Hemos conocido el amor y hemos creído” 3. La respuesta del ser humano es también una donación de sí mismo a Dios en Cristo, a su mensaje, a su testimonio de vida. Pero esta respuesta debe ser incondicional, sin pedir nada a cambio: “Jesús les dijo: Síganme, y yo haré que ustedes sean pescadores de hombres. Ellos, al momento dejaron sus redes y se fueron con El”4 3 Primera Carta de San Juan 3, 16; 4,16 4 Evangelio de San Marcos 1,17-18