Número de registro: 1230 Octava Época Instancia: Tribunales

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AMPARO EN REVISION 47/93.
Número de registro: 1230
Octava Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: Tomo XI, Abril de 1993
Página: 130
AMPARO EN REVISION 47/93. RAFAEL ROSARIO MENDEZ.
CONSIDERANDO:
TERCERO.- Los agravios antes transcritos son infundados.
Por cuestión de orden, este Tribunal Colegiado, primero analizará las violaciones al
procedimiento del juicio de amparo que plantea el recurrente, pues de resultar fundadas sería
ocioso el análisis de los otros en que se cuestionan las consideraciones en que se funda la
negativa del amparo solicitado.
El recurrente sustancialmente alega que las autoridades señaladas como responsables no
rindieron su informe justificado con la anticipación debida, por lo que se debió haber diferido
la audiencia constitucional.
No tiene razón, en virtud de que la Juez Federal a quo sólo podía diferir la audiencia
constitucional ante tal irregularidad que alega el recurrente, a solicitud de cualquiera de las
partes, tomando en cuenta que el artículo 149 de la Ley de Amparo, dispone en lo conducente
que si el informe justificado no se rinde por lo menos ocho días antes de la audiencia, el Juez
podrá diferirla a solicitud del quejoso o tercero perjudicado, de ahí que si la responsable no
rindió oportunamente su informe correspondiente, era necesario que el ahora recurrente
solicitara su diferimiento. Sirven de apoyo a lo anterior los criterios sustentados por este
Tribunal Colegiado al resolver los amparos en revisión números 123/89 y 11/90; 58/88 y
315/89.
Es pertinente señalar que la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al
resolver la contradicción de tesis 19/89, entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados
Primero y Segundo de este Circuito, consideró que debía prevalecer el criterio de este
Tribunal Colegiado contenido en las tesis antes transcritas. Y dicha resolución de
contradicción de tesis constituye jurisprudencia obligatoria de acuerdo con lo establecido por
el artículo 192 de la Ley de Amparo.
El criterio a que se ha hecho referencia, se encuentra publicado como tesis número 31a.5/90,
visible en la página 21, de la Gaceta Número 34, correspondiente al mes de octubre de mil
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novecientos noventa, del Semanario Judicial de la Federación, que dice: "AUDIENCIA
CONSTITUCIONAL. POTESTAD DEL Juez PARA DIFERIRLA O SUSPENDERLA.- El
artículo 149 de la Ley de Amparo, al establecer que el Juez podrá diferir o suspender la
audiencia a solicitud del quejoso o tercero perjudicado, otorga al Juez potestad decisoria al
emplear la palabra "podrá", debiendo por ello quedar a su prudente arbitrio el conceder o
negar el diferimiento o suspensión de la audiencia constitucional, según proceda; por ende,
aunque las partes así lo soliciten, no indefectiblemente procederá esa consecuencia".
Como el sumario no comprende en su integridad lo medular del criterio que se estimó es el
que debe prevalecer, conviene hacer una transcripción, en lo conducente, de la ejecutoria
respectiva que a la letra dice: "AUDIENCIA CONSTITUCIONAL. HIPOTESIS EN QUE
PUEDE DIFERIRSE O SUSPENDERSE, CONFORME AL ARTICULO 149 DE LA LEY
DE AMPARO, EN VIGOR A PARTIR DEL QUINCE DE Enero DE MIL NOVECIENTOS
OCHENTA Y OCHO.- El texto del artículo 149 de la Ley de Amparo, que entró en vigor el
quince de enero de mil novecientos ochenta y ocho, establece como requisitos para que la
audiencia constitucional pueda ser diferida o suspendida, los siguientes: 1.- Que el informe
justificado se rinda, cuando menos con ocho días de anticipación a la celebración de la
audiencia constitucional. 2.- Que el quejoso o el tercero perjudicado soliciten se difiera o
suspenda la audiencia; y, 3.- Que el Juez, ejerciendo su potestad decisoria, acuerde diferirla o
suspenderla. Estos requisitos se establecieron al presuponer que si el informe justificado se
recibió en menos de ocho días antes de la celebración de la audiencia constitucional, el
quejoso no estaba en condiciones de conocerlo con la debida oportunidad, en cuya hipótesis
podría pedir el diferimiento o la suspensión de la misma, esto último en el caso de que se lo
hubiese solicitado, lo que, incluso, puede hacerse verbalmente en ese momento. Es claro que
el espíritu de esta reforma tienda a evitar que los juicios de amparo se prolonguen
innecesariamente y, por eso, quedó limitada a los casos en que la parte quejosa o el tercero
perjudicado soliciten que se difiera o suspenda la audiencia constitucional, pues sólo a ellos
podría perjudicar el arribo extemporáneo del informe justificado; por lo que, sabedores de
que esté pendiente su recepción, deberán estar atentos a ello para tener la oportunidad de
solicitar el diferimiento o suspensión de la audiencia constitucional. De esta manera, si las
partes no se presentaron a la audiencia constitucional, para hacer valer sus derechos, debe
entenderse que tácitamente consintieron los términos en que se hubiere rendido el informe, o
bien han demostrado desinterés en cuanto a las consecuencias que les pueda originar su
ausencia, ya que la misma les reportará la pérdida de la oportunidad de combatir el contenido
del informe justificado. En consecuencia no es al Juez a quien corresponde tutelar ese
derecho y, sustituyéndose a las partes, diferir oficiosamente la audiencia".
En este orden de ideas, fue correcto que la Juez Federal a quo tomara en cuenta en la
sentencia recurrida el informe justificado rendido por la autoridad responsable, pues se
insiste, si el quejoso en su carácter de defensor particular de Rafael Rosario Méndez no se
presentó a la audiencia constitucional, para hacer valer sus derechos, debe entenderse que
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tácitamente consintió los términos en que se rindió el informe justificado.
Sentado lo anterior, debe decirse que estuvo en lo correcto la Juez a quo al considerar que se
encontraba legalmente imposibilitada para analizar la constitucionalidad o
inconstitucionalidad del acto reclamado, por falta de elementos, ya que ante la omisión de la
responsable de remitir las constancias completas y suficientes que justificaran su informe, el
quejoso tuvo la obligación de allegar las constancias omitidas, aportando las copias
certificadas conducentes deducidas del proceso generador del acto reclamado, de
conformidad con lo dispuesto por el artículo 149 párrafo tercero de la Ley de Amparo.
En efecto, si el Juez responsable omitió acompañar todas las constancias necesarias para
justificar el acto reclamado, es correcta la consideración de la a quo, en el sentido de que al
no ser un acto en sí mismo inconstitucional por provenir de una autoridad judicial competente
y con facultades para emitirlo, sobre el quejoso recayó la carga de ofrecer las pruebas que
omitió la responsable, pertinentes para demostrar su inconstitucionalidad. Sirven de apoyo a
lo anterior la jurisprudencia 151 y los criterios sustentados por este Tribunal Colegiado al
resolver los amparos en revisión 54/90, 439/90 y 350/91, así como 54/90, 439/90, 468/92 y
90/93 que respectivamente dicen: "INFORME JUSTIFICADO. DEBEN APORTARSE
PRUEBAS PARA DEMOSTRAR LA INCONSTITUCIONALIDAD DEL ACTO QUE SE
RECLAME. AUNQUE FALTE AQUEL.- Aun reconociendo que no exista analogía entre un
juicio ordinario y el amparo, puede sostenerse que en éste, el quejoso juega el papel de actor
y la autoridad responsable el de reo, y es indiscutible que toca al primero, en toda hipótesis,
probar su demanda, pues de otra manera la controversia judicial quedaría sin materia; por lo
que si el quejoso, pudiendo hacerlo, no aporta pruebas para sostener la inconstitucionalidad
que alega en el amparo, debe fallarse en su perjuicio, aunque la autoridad responsable hubiera
omitido su informe"; "INFORME JUSTIFICADO FALTA DEL (AUTO DE FORMAL
PRISION).- El Juez de lo penal de conformidad con lo establecido por la Ley Orgánica del
Poder Judicial, en relación con el diverso 19 constitucional y 211 del Código de
Procedimientos en Materia de Defensa Social del Estado de Puebla, es autoridad competente
para dictar un auto de formal prisión, por lo que tal acto es constitucional en sí mismo, en
esas condiciones y cuando la responsable omita rendir su informe justificado, queda a cargo
del quejoso de conformidad con el artículo 149 de la Ley de Amparo, la prueba de los hechos
que determinarán su inconstitucionalidad"; e, "INFORME JUSTIFICADO. FALTA DEL.De acuerdo con lo establecido por el artículo 149 de la Ley de Amparo, cuando la autoridad
responsable no rinda su informe con justificación se presumirá cierto el acto reclamado, salvo
prueba en contrario, quedando a cargo del quejoso la prueba de los hechos que determinen su
inconstitucionalidad cuando dicho acto no sea violatorio de garantías en sí mismo, sino que
su constitucionalidad o inconstitucionalidad dependa de los motivos, datos o pruebas en que
se haya fundado el propio acto".
En contra de lo que alega el recurrente, debe decirse que el sólo hecho de que la autoridad
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responsable, al rendir su informe justificado, no remita la totalidad de las constancias que
obran en el sumario que justifiquen su proceder, no permite declarar la inconstitucionalidad
del acto reclamado, atento a lo dispuesto por el cuarto párrafo del artículo 149 de la Ley de
Amparo.
Si bien es cierto que del informe rendido por la autoridad señalada como responsable se
desprende que la secretaria adscrita a dicho juzgado realizó una certificación de que esas
constancias concordaban fielmente con sus originales, ello no implica que las constancias
exhibidas sean las únicas que obran en el proceso generador, supuesto que no se certificó que
fueran todas las constancias que obran en ese expediente. Además, cabe destacar que para
nada se precisó en la certificación de que se trata en cuántas fojas útiles obraban las copias
remitidas (foja veintiocho).
Ahora bien, en contra de lo que alega el recurrente, debe decirse que en el auto de formal
prisión, tanto para tener por comprobado el cuerpo del delito que se le imputa como su
presunta responsabilidad, el Juez de la causa entre otros elementos tomó en consideración las
declaraciones de Sofía Lozano Arenas y de Gumaro Hernández Zayas (foja veintiséis vuelta);
y efectivamente como lo estimó la Juez a quo no se encuentra completa la declaración de la
primera de las testigos mencionada, ni aparece la declaración de Gumaro Hernández Zayas,
de ahí que no se podía determinar si esos elementos efectivamente eran aptos para sustentar
legalmente el auto de bien preso impugnado.
Finalmente, en contra de lo que se alega deba decirse que la facultad que el artículo 78
párrafo tercero de la Ley de Amparo, concede al Juez de Distrito, consistente en que, de
estimarlo necesario para la resolución del asunto, puede recabar de oficio pruebas que
habiendo sido rendidas ante la responsable, no obren en autos, no debe interpretarse como un
derecho procesal de las partes, en virtud de que tal facultad es potestativa y no obligatoria
para el juzgador, debiéndose advertir que aun cuando el artículo 76 bis fracción II del propio
ordenamiento de la materia, establece la obligación de suplir la deficiencia de la queja en
materia penal, es incuestionable que este último precepto se refiere en forma específica a los
conceptos de violación que debe contener la demanda de garantías o a los agravios
formulados por el inconforme en los recursos establecidos por la propia ley, mas no impone
obligación alguna de recabar constancias de forma oficiosa, ni mucho menos declarar la
inconstitucionalidad de un auto de formal prisión, sin contar con todos los elementos para
ello. Sirven de apoyo a lo anterior los criterios sustentados por la Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis número 5/89, visible en
las páginas 39 y 40, de la Gaceta número treinta y uno, correspondiente al mes de julio de mil
novecientos noventa, del Semanario Judicial de la Federación, que respectivamente dicen:
"PRUEBAS. FACULTAD DEL Juez DE DISTRITO PARA RECABARLAS DE OFICIO.No puede reputarse como una violación al procedimiento en agravio del quejoso, el que el
Juez de Distrito no recabe de oficio las pruebas rendidas ante la responsable, porque la
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facultad que concede al juzgador federal el artículo 78 de la Ley de Amparo, no debe
entenderse como un derecho procesal de las partes, en los términos de la ejecutoria de la
Suprema Corte de Justicia, listada bajo el número 66, en la página 428, de la parte
correspondiente al Pleno, del informe de labores de 1985, bajo la voz: "PRUEBAS QUE
PUEDEN RECABAR DE OFICIO LOS JUECES DE DISTRITO. ARTICULO 78, TERCER
PARRAFO DE LA LEY DE AMPARO". De manera que, correspondiendo al quejoso la
carga de la prueba de la inconstitucionalidad de los actos reclamados cuando éstos no son
violatorios de garantía, en sí mismos, sino que su constitucionalidad o inconstitucionalidad
depende de los motivos, datos o pruebas en que se fundaron, de conformidad con lo
establecido por el artículo 149 de la Ley de Amparo, al no haber acreditado el amparista la
inconstitucionalidad de la resolución impugnada, es correcta la negativa de la protección
constitucional solicitada"; y, "SUPLENCIA DE LA QUEJA EN MATERIA PENAL, NO
COMPRENDE LA OBLIGACION DEL JUZGADOR DE RECABAR PRUEBAS DE
OFICIO.- La facultad que el artículo 78, párrafo tercero, de la Ley de Amparo, concede al
Juez de Distrito, consistente en que, de estimarlo necesario para la resolución del asunto,
puede recabar de oficio pruebas que, habiendo sido rendidas ante la responsable, no obren en
autos, no debe interpretarse como un derecho procesal de las partes, en virtud de que tal
facultad es potestativa y no obligatoria para el juzgador, debiéndose advertir que aun cuando
el artículo 76 bis, fracción II, del propio ordenamiento, establece la obligación de suplir la
deficiencia de la queja en materia penal, es incuestionable que este último precepto se refiere
en forma específica a los conceptos de violación que debe contener la demanda de garantías o
a los agravios formulados por el reo en los recursos establecidos por la propia ley, mas no le
impone obligación alguna para recabar las constancias en que descansa el acto reclamado".
Las consideraciones que preceden conducen a confirmar la sentencia sujeta a revisión,
negando el amparo solicitado, negativa que debe hacerse extensiva a los actos de ejecución
reclamados de la autoridad señalada como ejecutora. Lo anterior de conformidad con la
jurisprudencia 19 de este Tribunal Colegiado publicada bajo el rubro: "AUTORIDADES
EJECUTORAS.- NEGACION DE AMPARO CONTRA ORDENADORAS".
Por lo expuesto y con fundamento en los artículos 83 fracción IV y 85 fracción II de la Ley
de Amparo, 43 y 44 fracción III de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, se
resuelve:
PRIMERO.- Se confirma la sentencia sujeta a revisión.
SEGUNDO.- La Justicia de la Unión no ampara ni protege a RAFAEL ROSARIO
MENDEZ, contra actos que reclama del Juez de lo Penal y Alcaide de la Cárcel Municipal,
ambos con residencia en Tepeaca, Puebla; actos que han quedado debidamente precisados en
el resultando primero de esta ejecutoria.
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Notifíquese; con testimonio de la presente resolución, devuélvase el expediente de amparo al
Juez a quo, y en su oportunidad, archívese el toca.
Así, por unanimidad de votos lo resolvieron los señores Magistrados que integran este
Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, licenciados Tarcicio Obregón Lemus,
Gustavo Calvillo Rangel y José Galván Rojas, siendo ponente el segundo de los nombrados
quienes firman con el secretario de Acuerdos que da fe.
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