Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Acta Otorrinolaringol Esp 2001; 52: 404-408 INVESTIGACIÓN CLÍNICA APLICADA LESIONES CONGÉNITAS DE LA LÍNEA MEDIA NASOFRONTAL A. J. FERNÁNDEZ PÉREZ, A. J. BURGOS SÁNCHEZ, J. R. GRAS ALBERT SERVICIO DE OTORRINOLARINGOLOGÍA. HOSPITAL GENERAL UNIVERSITARIO. ALICANTE RESUMEN L os quistes dermoides, gliomas y encefaloceles son lesiones congénitas infrecuentes que resultan de un desarrollo embriológico aberrante. Nosotros tenemos tratados 6 casos con estas lesiones nasales. Pueden tener una extensión intracraneal como consecuencia de un cierre anormal del tubo neuronal anterior. Las lesio- nes congénitas de la línea media requieren un diagnóstico temprano para evitar complicaciones infecciosas locales e intracraneales. Por tanto, la reparación quirúrgica temprana es fundamental. Los estudios de neuroimagen ayudan a predecir una posible comunicación intracraneal. PALABRAS CLAVE: Lesiones congénitas nasales. Quiste dermoides. Fístula nasal. Meningocele. ABSTRACT CONGENITAL LESIONS OF THE NASO-FRONTAL MIDLINE D ermoids cysts, gliomas and encephaloceles are uncommon congenital lesions that result from an aberrant embryologic development. Six cases of these nasal lesions have been treated. These may present an intracranial extension as a consequence of an unusual closure of the anterior neural tube and it requires an early diagnosis to avoid local and intracranial infectious complications. Therefore, an early surgical correction is thus imperative. Neuroimaging studies may help to predict intracranial involvement. KEY WORDS: Congenital nasal lesions. Dermoides cysts. Nasal fistula. Meningocele. Correspondencia: Antonio J. Fernández Pérez, C/ Carretera, n.º 53, 6.º A. 04600 Huércal-Overa (Almería). Fecha de recepción: 26-10-2000 404 Acta Otorrinolaringol Esp 2001; 52: 404-408 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ACTA OTORRINOLARINGOLÓGICA ESPAÑOLA INTRODUCCIÓN Las lesiones congénitas del dorso nasal son raras. Su incidencia se estima en 1/20000 a 1/40000 nacimientos; las más frecuentes son los quistes-fístulas dermoides, seguidos de gliomas y encefaloceles1. Son resultado de anomalías congénitas del desarrollo embrionario que suelen aparecer como masas en la línea media nasal en un punto cualquiera entre glabela y la columela2. Estos pacientes tienen un riesgo de complicaciones infecciosas neuromeníngeas, debido a la posibilidad de conexión intracraneal, de ahí que se imponga el tratamiento quirúrgico precoz. Las técnicas de neuroimagen ayudan a la valoración de la existencia de extensión intracraneal3. Hay intentos de clasificación clínica de los quistesfístulas dermoides; así Bartlett en 1993 los subclasifica en dermoides de región frontal, región orbitaria y región nasoglabelar, atribuyendo mayor número de complicaciones intracraneales a los de esta última localización4. De las distintas teorías etiopatológicas propuestas, la más aceptada es la propuesta por Grunwal en 1910 y más tarde elaborada por Pratt. Embriológicamente entre los huesos frontales y nasales existe una membrana denominada fonticulus nasofrontalis. Por detrás de ella se insinúa una prolongación de la duramadre. Con el desarrollo esta prolongación va siendo envuelta en un canal óseo cuyo orificio de entrada se llama foramen caecum. Con el crecimiento, este canal termina cerrándose completamente. Cuando esto no sucede se producen las hernias de las envolturas cerebrales, a veces acompañadas de parénquima cerebral. Es en realidad una detención del desarrollo de los tejidos mesoblásticos. En la misma región pueden quedar restos de tejido nervioso, que darán origen a los gliomas, o tejido ectodérmico que formarán los quistes dermoides5,6. Figura 1. Corte axial de una TC, donde se aprecia una dehiscencia de los huesos propios correspondiente al trayecto fistuloso del quiste dermoides (Caso 3). El objetivo del presente trabajo es dar a conocer la casuística de nuestro servicio, que a pesar de ser una serie corta (seis casos) incluye una gran variedad de formas de presentación en lo que se refiere a manifestaciones clínicas, lugar de localización de las lesiones y tratamiento cuyo abordaje es diferente. Las técnicas de imagen, fundamentalmente TC y RMN, ayudan al diagnóstico de este grupo de lesiones que aunque de distinta naturaleza histológica comparten un mismo origen embriológico. MATERIAL Y MÉTODOS Hemos realizado un estudio retrospectivo de los casos de quistes y fístulas congénitas de la línea media nasal que se presentaron en nuestro servicio entre los años 1991-1998. Son un total de seis casos, que corresponden a varones con edades comprendidas entre 9 meses y 34 años. La forma de presentación más común fue la sobreinfección local de los quistes y/o fístulas, si bien en dos casos se pudo llegar al diagnóstico sin que hubiera ocurrido ningún episodio de sobreinfección; además uno de los casos se presentó como complicación endocraneal en forma de meningitis de repetición. En cuanto a las características de las lesiones, en dos casos encontramos solamente fístula en tercio medio de dorso nasal, dos casos asociaban fístula en tercio de dorso nasal y quiste en región nasoglabelar (uno de los cuales se fistulizó tras sobreinfección de la masa quística) (figuras 1 y 2), un caso se presentó como quiste de canto interno (figura 3) y otro como masa en fosa nasal. En todos los casos se realizó estudio mediante TC, y en cuatro RMN, para descartar comunicación endocraneal (tabla 1). Figura 2. Corte sagital de una RMN, donde se observa una formación quística en región nasoglabelar y dudosa dehiscencia frontobasal (Caso 4). Acta Otorrinolaringol Esp 2001; 52: 404-408 405 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. A. J. FERNÁNDEZ PÉREZ ET AL. LESIONES CONGÉNITAS DE LA LÍNEA MEDIA NASOFRONTAL Figura 3. Corte axial de una TC a nivel de región orbitaria, evidenciándose quiste dermoides a nivel de canto interno del ojo derecho (Caso 1). casos, abordaje de rinoplastia abierta en dos casos, incisión bicoronal en un caso y un último caso requirió un abordaje neuroquirúrgico (meningoencefalocele). En uno de los casos se encontró durante el acto quirúrgico un tracto fibroso en continuidad con la dura madre, del que se realizó biopsia intraoperatoria que confirmó la naturaleza fibrosa del mismo sin evidencia de tejido epitelial ni proliferación celular, por lo que se desestimó abordaje endocraneal. El estudio anatomo-patológico confirmó el diagnóstico de quiste dermoide en cinco de los casos y un meningoencefalocele. El seguimiento medio ha sido de 4 años (2,5 años-7 años), sin evidencia de recidiva en ninguno de los casos. Todos los casos fueron varones; existe un predominio del sexo masculino concordante con la literatura1. RESULTADOS DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES El estudio de imagen reveló como hallazgo de interés la presencia en la TC de dehiscencia entre fosa craneal anterior y fosa nasal en dos de los casos, que sólo fue confirmada por RMN en uno de los casos. La técnica quirúrgica empleada consistió en la exéresis de la lesión mediante incisión directa en dos de los Las masas nasales congénitas de la línea media nasal son lesiones raras entre las que se encuentran los quistes dermoides, gliomas y encefaloceles. Existen distintas teorías que atribuyen el origen de estas lesiones a una alteración del desarrollo embriológico; varios autores consideran que son malformaciones congénitas deriva- Tabla 1 406 Casos 1 2 3 4 5 6 Edad 10 meses 5 años 2 años 9 meses 34 años 8 años Clínica Asintomático Asintomático Sobreinfección local Sobreinfección local Sobreinfección local Obstrucción nasal Meningitis de repetición Localización Canto interno Dorso nasal Dorso nasal Nasoglabelar Dorso nasal Fosa nasal Técnicas de imagen TC TC, RMN TC Ecografía TC, RMN TC, RMN TC, RMN Anomalías asociadas Ninguna Hemangioma frontal Ninguna Ninguna Retraso mental Ninguna Técnica quirúrgica Incisión directa Rinoplastia abierta Incisión directa Incisión bicoronal Rinoplastia abierta Craneotomía Seguimiento 2,5 años 4,5 años 4,5 años 2,5 años 7 años Perdido Anatomía patológica Quiste dermoide Quiste dermoide Quiste dermoide Quiste dermoide Quiste dermoide Meningocele Acta Otorrinolaringol Esp 2001; 52: 404-408 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ACTA OTORRINOLARINGOLÓGICA ESPAÑOLA das de la presencia de neuroectodermo ectópico, resultado de una desordenada e incompleta invaginación de la placa primitiva neural. En las etapas precoces del desarrollo embriológico de la nariz se distinguen tres capas: ectodermo, mesodermo y una capa profunda de cartílago que es parte de la cápsula nasal cartilaginosa. En la región frontonasal antes de que el frontal, los huesos propios y la base del cráneo se hayan formado, existen durante un periodo transitorio, dos zonas de comunicación posible entre el dorso de la nariz y la duramadre. La primera es la fontanela nasofrontal o fonticulus nasofrontalis, que discurre por la línea media entre los huesos frontales y los huesos propios de la nariz. El segundo es el espacio prenasal, ubicado entre la pared anterior de la cápsula nasal por detrás, los huesos propios por delante y el fonticulus nasofrontalis por arriba2,5,6. En el 2.º mes de gestación un divertículo de la dura madre se extiende desde la base del cráneo a través del espacio prenasal y entra en contacto de manera provisional con el ectodermo superficial en la región que dará lugar más tarde a la nariz. La espina nasal del frontal crece entonces hacia la base y recubre esta extensión de duramadre formando un canal denominado foramen caecum. Esta extensión de duramadre involuciona en una estructura fibrosa al final del 2.º mes8. Posteriormente con el desarrollo evolutivo ocurre una regresión de dicha evaginación, obliterándose dicho foramen. Cuando este proceso es incompleto pueden quedar restos de tejido neuroectodérmico a lo largo del trayecto descrito, que va desde punta nasal hasta endocráneo a través del foramen caecum. Dependiendo del grado de apertura ósea y del contenido, la lesión resultante puede ser un quiste dermoide, glioma o encefalocele5,6. Desde el punto de vista clínico podemos establecer una serie de características diferenciales. Los quistes dermoides se presentan habitualmente en niños, aunque ocasionalmente también en adultos, se presentan habitualmente como una masa sólida con presencia o no de fístula que puede presentar pelos en su interior, otra forma de presentación es en relación con episodios de sobreinfección, como infección superficial, absceso frontal, osteomielitis, meningitis de repetición, etc.; el 25% de los casos presenta extensión intracraneal (sobre todo en relación con la localización nasoglabelar). Los encefaloceles se presentan en la infancia y clínicamente se caracterizan por ser una masa de coloración azulada, blanca, compresible que aumenta con el llanto y pueden presentar transiluminación; siempre son intracraneales. Los gliomas pueden aparecer a cualquier edad, se manifiestan por una masa rojo-azulada, sólida, no compresible y no presentan transiluminación; rara vez tiene extensión intracraneal. En ocasiones estas lesiones congénitas aparecen asociadas a otras anomalías del desarrollo, entre las que se encuentran atresia aural, retraso men- tal, anomalías de la columna vertebral, hidrocefalia, anomalías de los grandes vasos, hemangiomas, Pierre-Robins, paladar hendido, etc.3,7. En nuestra serie contamos con un total de cinco quistes con fístulas dermoides y un meningoencefalocele que presentó clínica de meningitis de repetición y en la exploración ORL se apreció una masa polipoidea en fosa nasal, que se puncionó y el estudio del líquido obtenido fue compatible con L.C.R.; un caso asociaba hemangioma frontal y otro retraso mental. Los estudios de neuroimagen que se utilizan son la TC y la RMN. La TC tiene importancia desde el punto de vista diagnóstico en la definición de los límites óseos que pueden sugerir la extensión intracraneal. Existen signos indirectos que hacen sospechar dicha situación, como son: la presencia de una apófisis crista galli bífida, ensanchamiento del septum y/o tabique intersinufrontal, o persistencia del foramen caecum; aunque con un porcentaje considerable de falsos positivos, sin olvidar que estos hallazgos pueden ser normales hasta el primer año de vida5. La RMN nos dará una información adicional sobre la relación de la lesión con el parénquima cerebral y la duramadre (figura 4). El diagnóstico definitivo de la relación de la lesión con estructuras endocraneales sólo es proporcionado por la exploración quirúrgica; durante la misma pueden apreciarse trayectos fibrosos que lleguen a contactar con la duramadre, sin que haya clara Figura 4. Corte coronal de una RMN, donde se aprecia un ensanchamiento del septum y persistencia del foramen caecum, sugerentes de comunicación endocraneal (Caso 4). Acta Otorrinolaringol Esp 2001; 52: 404-408 407 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. A. J. FERNÁNDEZ PÉREZ ET AL. LESIONES CONGÉNITAS DE LA LÍNEA MEDIA NASOFRONTAL evidencia de comunicación intracraneal, por lo que es recomendable la realización de biopsia intraoperatoria que confirme la ausencia de restos epiteliales; en caso contrario es obligatorio la exploración de la fosa craneal anterior mediante craniectomía9,10. Se emplean distintos abordajes quirúrgicos que persiguen una resección completa de la lesión, reconstrucción integral de la estructura ósea y cicatrices poco perceptibles. En caso de sospecha de extensión intracraneal nosotros preferimos la incisión bicoronal en previsión de una eventual craniectomía. La rinoplastia abier- ta ofrece un buen acceso de lesiones sin evidencia de extensión intracraneal; obtenemos mediante este abordaje una exéresis completa con buenos resultados estéticos4,7,11. Hemos utilizado la exéresis mediante incisión directa para lesiones de localización subcutánea y bien delimitada. La presencia de recidivas varía según las distintas series y se estima entre un 5-28% en relación con la exéresis incompleta7. En nuestra casuística no hemos encontrado ninguna recidiva hasta el momento, aunque el seguimiento es corto aún en alguno de los casos. REFERENCIAS 1.- Ducroz V, Denoyelle F, LacombeFolet B, Cotin G, Garabedian EN. Aspects cliniques et chirurgicaux des kystes et fistules du dos du nez chez l´enfant. Ann Otolaryngol Chir Cervicfac 1995; 112: 218-224. 4.- Bartlett SP, Lin KY, Grossman R, Katowitz J. 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