DE LOS DELITOS DE INJURIA Y CALUMNIA, UN ESTUDIO SOBRE LA DIFICULTAD DE PROBAR LOS INJUSTOS POR LA UTILIZACIÓN DEL FUERO PERIODÍSTICO Uriel Vargas Vega1 Universidad Católica de Colombia RESUMEN: Uno de los problemas más importantes dentro del desarrollo de los delitos de injuria y calumnia en Colombia es el contexto dentro del cual se desarrollan las afirmaciones, de manera que en razón de la existencia de supuestos fueros se dificulta la materialización de dichos delitos en ciertos casos, específicamente dentro del marco probatorio del procedimiento penal, ocasionando que se cree una imagen falsa y desmedida de las personas afectadas por causa de las conductas en las que incurren ocasionalmente los periodista Esto necesariamente nos lleva a analizar la figura en términos de efectividad del tipo penal ya que en el caso específico de los periodistas, al no tener seguridad respecto de la efectividad y magnitud de este tipo penal podrían con facilidad estar incurriendo en la comisión de un delito sin saberlo e incluso a sabiendas amparados en la libertad de expresión. Así las cosas con la finalidad de analizar a profundidad esta problemática se realiza el presente estudio para determinar si la falla dentro de la aplicación del tipo penal responde a la existencia de un vacío jurídico o una concepción errónea de las figuras inmiscuidas en la problemática que tan tajantemente afectan el buen nombre, la honra y la intimidad de las personas. 1 Estudiante décimo semestre – Facultad de Derecho - Universidad Católica de Colombia. 2015. PALABRAS CLAVE: Injuria; calumnia; derecho penal; periodistas; derechos a la honra y la intimidad. Abstract: One of the most important problems in the development of libel and defamation in Colombia is the context in which the statements are done, especially with the existence of certain special protections the prosecution of such crimes is difficult in specific cases, especially in the evidence framework, causing it to create a false and excessive image that a certain group of people (in this case journalists) can perform so excessive claims regardless of how it affect the integrity of persons. This necessarily leads us to analyze this crime figure in terms of effectiveness and the specific case of journalists, because having no assurance regarding the effectiveness and extent of this offense could easily be engaging in the commission of a crime without knowing it. Therefore in order to analyze in depth the problems this analysis is performed to determine if the failure in the application of the offense responds to the existence of a legal hollow or a misconception of the figures in the problems that affect the honor and privacy of individuals. Keywords: Injury; calumny; criminal law; journalists; rights to dignity and privacy. SUMARIO Introducción. 1 Extensión del fuero periodístico en Colombia 2. Análisis de la libertad de expresión en Colombia 3. Derecho a la libre expresión como fuente de actos violentos de derechos fundamentales y dificultades probatorias . Conclusiones. Bibliografía. INTRODUCCIÓN Los delitos de injuria y calumnia están contemplados en la ley nacional y tienen una reglamentación que constituye un marco normativo de peso para proceder en aquellos casos donde los mismos se generan. A pesar de esto, dentro de las actuaciones comunes de muchos periodistas en razón a la clara vinculación que su labor tienen con el derecho a la información, se manifiesta un vacío normativo bastante evidente dentro de lo que podría en ciertos casos configurar los delitos de injuria y calumnia, ya que, si bien dichos trabajadores se encuentran facultados para realizar ciertos tipos de afirmaciones en persecución de la verdad y la información no por esto poseen una libertad plena e ilimitada que les permita de manera valida aseverar todo tipo de cosas dentro información sin atender a su contenido o sus consecuencias, lo cual nos lleva necesariamente a evidenciar la existencia de una problemática bastante compleja donde si bien existe un sistema normativo plenamente validado, el cual manifiesta un tipo penal diseñado para perseguir una serie de actuaciones que resultan dañinas para el sistema social, este se ve limitado en su manifestación en razón a una protección aparente que recae en función al contexto que rodea a la persona que realiza los actos que configuran el delito junto con las necesidades probatorias que deben recaer sobre la acción (Ferrajoli, 2009, pág. 854). De manera que es necesario analizar los límites que existen del supuesto fuero periodístico respecto de los delitos de injuria y calumnia; Ya que no por la existencia de una cierta protección amparada en la libertad de expresión puede darse una actitud del Estado que de una u otra manera resulte contraproducente y se vulneren Derechos fundamentales como la intimidad, la honra, y el buen nombre contemplados en la Constitución Política Nacional. Ahora, respecto al planteamiento del problema de investigación es necesario tener en cuenta que dentro de un Estado constitucional de derecho necesariamente están llamadas a desarrollarse un conjunto plenamente definido y claro de derechos y beneficios para la población, dentro de los cuales destaca el derecho a la información el cual se materializa, y dentro de lo cual se genera un contexto que busca proteger a los periodistas dentro del ejercicio de su profesión, para que con esto sea posible maximizar el desarrollo del derecho a la información y a la verdad, pero no por esto podemos confundir la existencia de este conjunto de normas que protegen el ejercicio de la profesión con la existencia de garantías ilimitadas que sumadas a los problemas probatorios que recaen sobre los delitos de injuria y calumnia pareciesen blindar hasta cierto punto el ejercicio de dicha profesión, permitiéndoles manifestarse desmesuradamente hasta el punto de que incluso puede llegar a convertirse en un foco de violaciones a derechos fundamentales. Por tanto formulamos como problema de investigación, ¿Pueden los periodistas realizar actos calificables como injuria y calumnia amparándose en la libertad de expresión y el fuero periodístico, aun cuando dichas aseveraciones atacan directamente los derechos fundamentales de las personas? Sumado a esto y habiendo determinado la extensión y el problema de investigación del presente artículo es necesario analizar los objetivos con los que se desarrolla el presente documento; siendo que el mismo buscara principalmente determinar la extensión del fuero periodístico cuando este es mal utilizado causando que se lancen acusaciones o se realicen declaraciones sumamente complejas y delicadas, las cuales resultan difíciles de probar y donde los afectados se ven muchas veces incapaces de iniciar procesos o de llevarlos a cabo haciendo reivindicar sus derechos, puesto que al ampararse en la libertad de expresión y el derecho a la misma, dichos periodistas son casi intocables y la mayoría de procesos por dichas situaciones no llegan a buen puerto. Por tanto demostraremos a lo largo de la investigación como estos derechos no son defendidos de manera exitosa y determinaremos aquellos comportamientos para sustentar la problemática argumentada desde una perspectiva jurisprudencial y constitucional que otorgue claridad respecto de la problemática. 1. EXTENSIÓN DEL FUERO PERIODÍSTICO EN COLOMBIA Indudablemente el periodismo y la libertad de información cobran gran importancia dentro del desarrollo de un país de corte constitucional y que se desarrolle en el desarrollo de los derechos fundamentales, tal y como lo determinan múltiples tratados internacionales que posteriormente pasan a ser parte de los ordenamientos internos creando normas internas de obligatorio cumplimiento que delimitan el desarrollo de la sociedad dentro de un ordenamiento jurídico determinado, de esta manera en Colombia desde la implantación de la constitución de 1991 considera que en razón de la importancia que posee la información como medio de control de la gestión administrativa y como herramienta para evaluar y hacer evidentes las problemáticas que existen dentro del país, mediante el artículo 73 constitucional, la profesión periodística en todo momento está llamada a desarrollarse dentro de un marco de protección especial que buscara garantizar su libertad e independencia de las estructuras de poder (Republica de Colombia, 1991), lo cual nos lleva necesariamente a analizar la forma en que esta profesión se desarrolla con el fin de comprender la razón por la que se considera su ejercicio debe ser protegido en todo momento como parte del orden constitucional. Partiendo del análisis del derecho a la libertad de expresión, es necesario comprender el hecho de que esta garantía actualmente posee su sustento en instituciones de carácter supra constitucional, mismas que determinan que la libertad de expresión y pensamiento únicamente podrá limitarse atendiendo a la protección de los derechos de las demás personas o de la protección de otros bienes jurídicos que mantengan la seguridad nacional y el orden público (Corte interamericana de Derechos Humanos, 1969), demostrando la magnitud de su importancia para el correcto funcionamiento de un Estado democrático de derecho (Corte constitucional colombiana, 2004), materializando la posibilidad de que una persona tenga plena libertad de opinar y hacer pública dicha opinión sin que exista ningún tipo de restricción, al menos en principio. La problemática surge cuando comprendemos que el transporte de información hacia el público puede tener graves implicaciones para la imagen pública del Estado en si e incluso para personas ajenas a este, que se verían afectadas negativamente si no se tiene cuidado con el tipo de información que se está transportando hacia la esfera de conocimiento público o la veracidad de la misma, siendo necesario que a pesar de que todo este contexto configura la garantía de un derecho fundamental como es la libertad de expresión, se hace necesario imponer límites respecto de la información que es viable manejar públicamente con el único fin de mantener a plenitud el ordenamiento constitucional. Es necesario mencionar que dichas limitaciones aplican en la gran mayoría de las veces de manera exclusiva a los periodistas, siendo estos los encargados por su profesión de realizar investigaciones y recopilar información que en ultimo termino serán llevadas a la esfera pública mediante la publicación de dicha información en medios de comunicación, resultando de gran importancia que su función como profesional de la comunicación se vea siempre desarrollada en función de los principios de veracidad e imparcialidad, al punto de encontrarse en todo momento de que la narración de hechos que este realiza de los hechos periodísticos se encuentren dados en función de estos principios; aquí nace una de las problemáticas más conocidas dentro del desarrollo de la profesión periodística, ¿Significa la existencia de esta restricción que los periodistas en ningún momento estarán validados para generar algún tipo de opinión personal respecto de la información que poseen?, la respuesta es que no. Si bien es cierto que el código ético de su profesión encamina a los periodistas a que en todo momento corroboren y velen por la veracidad y la imparcialidad de la información que se encargan de llevar a la esfera del conocimiento público, esto no implica que no puedan generar una opinión, siempre y cuando se atengan al hecho de que esta no se confunda con la información difundida (Corte constitucional colombiana, 1993) (Corte constitucional de Colombia, 2009), configurando dos categorías muy distintas. En este punto es necesario prestar atención capital a la forma en que se desarrollan los argumentos de carácter democrático respecto de la certeza y a la verdad dentro del mundo político y jurídico. Siendo necesario recordar por parte de los profesionales de la comunicación que el hecho de que una persona tenga una determinada postura e incluso de que un conglomerado importante de personas la comparta no la convierten por eso mismo en verdad (Wittgenstein, 2000, pág. 5), de manera que resulta una tarea bastante cuidadosa para los periodistas el transporte de información, especialmente considerando que el desarrollo de la libertad de expresión, y con esta la libertad de prensa al igual que los derechos fundamentales se dan de manera exclusiva en función de la dignidad humana (Republica de Colombia, 1991 ) (Katherine Monroy Murillo, 2003, pág. 4). De esta manera comprendiendo el cerrado vinculo que se desarrolla entre la libertad de expresión como fundamento del fuero periodístico, que sumado a la dignidad humana generan la complejidad dentro de la cual está llamada a desarrollarse dicho margen de protección, se hace necesario pasar a delimitar la figura ya mencionada. El fuero periodístico como se mencionó con anterioridad posee su fundamento dentro de la carta constitucional, a pesar de lo cual el articulado mismo no lo enuncia bajo este nombre ni se encarga de realizar un desarrollo suficiente del mismo, razón por la cual se hace necesario analizar seguidamente la ley 1016 de 2006, la cual se encarga de regular múltiples disposiciones respecto del ejercicio del periodismo y el transporte de información a la esfera de conocimiento público. Misma que encierra el análisis desarrollado en párrafos previos, delimitando el cuidado que debe desarrollar el periodista al transportar información comprendiendo el correcto desarrollo del derecho de la libertad de expresión como un fenómeno de doble vía (Corte constitucional colombiana, 2013), donde se ven inmiscuidos de igual manera emisor y receptor, causando que la responsabilidad del emisor se haga más grande, en razón a que su función deja de ser únicamente la de informar para convertirse en la de informar de tal manera que el sentido de la información no pueda ser interpretado de otra manera, recordando que el significado de las palabras configura usos sociales que generan posibilidades de abstracción (Wittgenstein, 2000, pág. 100), con las cuales debe tenerse especial cuidado al momento de configurar un mensaje a transmitir. Ahora, para comprender los límites que conforman el funcionamiento del fuero periodístico debe comprenderse que tal y como se explicó con anterioridad, siendo los periodistas los únicos capacitados para materializar información dentro de la esfera pública de información, al dar a conocer esta mediante los medios de comunicación, la protección especial que configura el fuero solo puede radicar en cabeza de ellos (Congreso de la Republica De Colombia, 2006), ya que solo demostrando la idoneidad académica para ejercer correctamente esta profesión, pasa a radicar en ellos dicha protección limitante que fuera de resultar negativa por dejar fuera de la protección a personas que ejerzan el periodismo sin un título que los respalde, tiene como fin último la posibilidad de que solamente personas que han estudiado las implicaciones del transporte de información puedan ejercer la profesión sin temor a ser juzgadas. Lo anterior cobra gran importancia cuando se busca analizar la existencia de corrupción dentro de los medios de comunicación, ya que el fuero periodístico, si bien materializa un ápice de protección también hace énfasis en la obligación de veracidad e imparcialidad que debe estar presente siempre en el desarrollo de la actividad periodística, de manera que el lazo que ata a los periodistas a la verdad en sus emisiones de información, debe ser lo suficientemente fuerte como para que la corrupción no pueda entrar en el desarrollo de esta profesión, ya que cualquier emisión de información que se haga fuera de la verdad o viciada por resultar parcial tendría como resultado la ineficacia del fuero y la posibilidad de que se inicien acciones penales en contra de la persona que realizara dichas aseveraciones (Roldos, 2000). 2. ANÁLISIS DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN COLOMBIA Consecuentemente con lo anterior se hace necesario realizar un análisis sobre la libertad de expresión como garantía fundamental que se desprende de la existencia de la dignidad humana y de la forma como este puede chocar con el bien jurídico del honor. Inicialmente, debemos comprender la libertad de expresión como la piedra angular de las sociedades democráticas, en el sentido de que contribuye a que la sociedad genere opinión pública ante los aspectos de su vida social y política (Garcia, 2007, pág. 17), siendo reconocido entonces como una de las libertades básicas dentro del desarrollo de los Estados constitucionalistas modernos que están llamados a reconocerla y protegerla en todo momento salvo en los contextos específicos que mencionaremos con posterioridad. Por otro lado, tenemos el honor el cual puede ser comprendido como una cualidad moral que nos lleva como seres humanos al cumplimiento de deberes propios respecto del prójimo y de nosotros mismos (Rivera, 2011, pág. 372), el cual tiene como consecuencia la dignidad en su manifestación más personal, ya que simboliza la forma en que terceros son capaces de interactuar con el ser individual de cada ser en razón a la imagen que este genera al exterior (Cupis, 1959, pág. 83), reflejando un conjunto de realidades que si bien surgen como privadas posteriormente entran a hacer parte de la esfera de lo público obteniendo con esto implicaciones dentro del mundo social, razón por lo cual configura un bien jurídico fundamental para el correcto desarrollo de las personas, mismo que el Estado está llamado a proteger (Michue, 2009). Es en razón a las características de este bien jurídico donde se ubica las dificultades de aplicación que radican desde sus inicios en los tipos penales de la injuria y la calumnia, ya que con el fin de dar una correcta utilización a estos se hace necesario comprender que los mismos se atan de igual manera a la voluntad del sujeto activo para ofender como la del sujeto pasivo para sentirse ofendido. Así las cosas es necesario comprender la necesidad implícita de que para ofender la honra de una persona, debe mediar en todo momento la voluntad del actor materializada en la vocación de realizar una comunicación con el fin explícito de ofender so pena de que en caso contrario nos encontremos únicamente dentro de una problemática de carácter lingüístico interpretativo, donde la parte lingüística se siente ofendida sin fundamento aparente por una mala interpretación cobrando gran importancia el denominado animus difamandi, el cual consiste en la voluntad consiente de actuar con la intención de causar daño sobre el bien jurídico del honor (Michue, 2009). Implicando dentro de la discusión la existencia el dolo, como fundamento sine qua non se hace imposible la de la ofensa, imposibilitando también la generación de una acción penal al respecto. De igual manera la Corte Constitucional se ha encargado de realizar un análisis profundo de la figura en este caso denominándola animus injuriandi, definiendo este como la posibilidad de que una persona que realiza aseveraciones negativas hacia alguien tenga plena conciencia de que las afirmaciones realizadas poseen un carácter deshonroso y que buscan menoscabar la honra del sujeto a quien se dirigen (Corte constitucional colombiana, 1998), misma ley que al haber dotado de legitimidad a la convención americana de derechos humanos , comprende en todo momento que la libertad de expresión corresponde a una de las libertades más importantes para el correcto desarrollo de un Estado moderno pero que por su carácter ambivalente puede llegar a ser restringido, bien sea en búsqueda de proteger los derechos de otras personas que se vean afectadas directamente por la información puesta a conocimiento público, para proteger el orden público y la seguridad nacional. Dando rienda de la delicada línea que enmarca el correcto desarrollo de la libertad de expresión siendo esta una responsabilidad colectiva que nos ayuda a comprender una especie de metodología adecuada de los derechos, donde en un marco social todos y cada uno de nosotros estamos llamados a proteger nuestros derechos mediante el respeto de los derechos de los demás y un uso responsable de las libertades que el sistema de derecho y la dignidad humana nos otorgan (Dworkin, 2014, pág. 244). 3. DERECHO A LA LIBRE EXPRESIÓN COMO FUENTE DE ACTOS VIOLATORIOS DE DERECHOS FUNDAMENTALES Y DIFICULTADES PROBATORIAS. La libertad de expresión al igual que la generalidad de derechos fundamentales surgen como garantías mínimas que buscan enmarcar el correcto desarrollo de la vida individual de las personas otorgando una serie de condiciones mínimas que permiten la materialización de su dignidad humana como requisito mínimo de existencia dentro de una sociedad civilizada, pero de igual manera que con derechos como la propiedad, cuando nos referimos a la libre expresión es posible contemplar la posibilidad de que exista una incorrecta administración de la garantía que otorga el Estado a las personas como parte de sus garantías mínimas, lo cual fuera de manifestar una forma desproporcionada de libertad, tendría como consecuencia una afectación directa en el desarrollo de los derechos de las demás personas, llegando incluso a limitar el correcto desarrollo de los mismos. Así las cosas, con el fin de comprender las implicaciones que puede llegar a tener un uso desproporcionado de la libre expresión es necesario recordar la diferencia que determina dentro del marco legal (tanto constitucional como supra constitucional). la viabilidad de esta como una garantía fundamental. La opinión como manifestación humana es irrestringible y posee un valor intrínseco al representar un juicio valorativo que cada ser humano de manera individual es capaz de realizar como resultado de su actividad intelectual vinculándose directamente con la dignidad del ser, lo cual tiene como resultado que el simple hecho de pensar que en un ordenamiento constitucional se pueda restringir la libertad de opinión implicaría un retroceso a épocas totalitaristas que poco o nada se puede relacionar con el correcto desarrollo de las garantías fundamentales del siglo XXI. Por otro lado debemos considerar la existencia de información calificada, es decir información que por la forma en que se trasmite tiene la capacidad de influir dentro del desarrollo del mundo social, especialmente cuando consideramos la existencia de la sociedad misma como un sistema de comunicación (Luhmann, 1998). Como consideración inicial respecto de dicha información que es capaz de configurar información calificada, tenemos que esta trasciende la mera opinión y es presentada a una comunidad mediante medios de trasmisión masiva aseverando en mayor o menor medida la veracidad de esta, razón por la cual dicha información no puede generarse por cualquier persona al azar, su calificación yace en gran medida a que puede sin necesidad de un análisis profundo considerarse veraz en razón a la legitimidad de los medios que la propagan, de manera que, es posible comprender que el periodismo gana una innegable importancia dentro de la forma en que esta llamada a desarrollarse el transporte de información, recordando que está en todo momento debe desarrollarse en términos de objetividad, veracidad y precisión (Katherine Monroy Murillo, 2003, pág. 20), elementos que entrarían a limitar abiertamente el desarrollo de la profesión periodística y del movimiento de información a las masas públicas; el problema yace inicialmente cuando consideramos que si bien el mero desarrollo de la opinión, que tal y como ya hemos visto se ve protegido a toda costa por las garantías constitucionales (Corte constitucional de Colombia, 2009), puede llegar a considerarse información calificada, es decir, que por el hecho de que una opinión por más personal que sea e incluso siendo presentada como una opinión de una persona determinada cuando es presentada en medios masivos de comunicación, a pesar de ser una opinión no por eso deja de ser menos pública o deja de afectar en menor medida la forma en que el público concibe ciertos factores del entorno social, afectando gravemente la forma en que las personas interactúan con ciertas figuras e incluso dañando a profundidad la imagen de personas en específico, de tal suerte que además de la problemática de la certeza y la veracidad que recapitularemos más adelante, es necesario que los periodistas atiendan a la comprensión de su labor como un ejercicio de doble vía donde el derecho a la libertad de información implica responsabilidad no solamente en aquello que el periodista busca transmitir, sino en aquello que el público es capaz de interpretar (Corte constitucional colombiana, 2013), especialmente cuando dentro de una sociedad donde existen medios masivos de comunicación siempre existirán un conjunto de personas sobre las cuales recae una suerte validez individual, misma que se encarga de dar legitimidad a la información que dicha persona comunica. Otra de las variantes más relevantes que se desarrolla dentro de la presente discusión es la alienación, manifestándose esta como un Estado en el que el hombre deja de expresarse en función de sí mismo, para pasar a convertirse en una representación de algo más (Roy, 1972), cosa que tal y como lo explica Feuerbach es capaz de configurar categorías ante las cuales el ser humano se rige e inclusive es capaz de hacer que dichas categorías pasen a desarrollarse por encima de él con él en el sistema social, con fin de suplir una serie de necesidades sociales (Feuerbach, 1977), si bien este autor utilizaba dicha definición en el único fin de explicar cómo funcionaba el cristianismo como método de control social, la cual se hace necesario traerla a la presente discusión cuando tenemos en cuenta el poder de influencia que representa la labor periodística y el manejo de información dentro de un sistema de transmisión publica y masiva de información. De esta manera dentro de la presente discusión respecto de la injuria y calumnia, teniendo en cuenta la forma especial que poseen estos delitos al tener un carácter netamente social y atado a la subjetividad tanto del actor como del afectado (Claudia Gamboa, 2012, pág. 5), se hace necesario con el fin de analizarlos a profundidad, estudiar la forma en que se desarrollan los partícipes de dicho delito con el único fin de considerar adecuadamente si es que estos son o no afectados negativamente por la formula penal que describe el código colombiano. Así las cosas analizando inicialmente el poder que representa la información pública en poder de los periodistas se hace necesario comprender que la capacidad de manejo de la información necesariamente los convierten en personas capaces de generar influencia, es decir, que dichos profesionales no solamente se hacen responsables de sus capacidades comunicativas subjetivas, al igual que todas las demás personas dentro del sistema social; sino que pasan a hacerse responsables de la información que comunican al público y más importante aún a la influencia que esta es capaz de imponer sobre las personas de dicho público, lo cual hace necesaria la clasificación de la información según públicos, tal y como se maneja actualmente la necesidad en muchos casos de que la información pública sea conocida por los menores únicamente bajo la supervisión de los padres, lo cual nos lleva en todo caso a recordar el caso de orson Wells, locutor, director y actor que con su inconmensurable talento para la narración llevo a un estado de pánico a la ciudad nueva jersey en el año 1938, donde las personas al escuchar fragmentos de la obra, la guerra de los mundos, con un realismo extremadamente marcado y una seriedad desmesurada llevo a las personas a pensar que efectivamente se trataba de una emisión noticiosa radial que anunciaba una invasión alienígena en nuestro mundo. Casos como este que rallan en la comedia no hacen más que quedar en los anales de la historia universal, pero si los analizamos desde la capacidad de influencia que pasa a tener una persona con un micrófono o una cámara veremos que se convierte en una problemática muchísimo más grande, por lo cual procedemos a discutir respecto de la importancia de la opinión pública. La opinión pública puede ser definida como una construcción que se da en razón del espacio público mediante la fundamentación abierta dada por todos los ciudadanos (Habermas, 1964, pág. 61), de tal forma que cuando nos referimos a la opinión pública hablamos de una creación colectiva que atiende a la totalidad de las variantes de la vida pública, es decir, al desarrollo del Estado en todas sus dimensiones, donde el autor destaca ampliamente la influencia que posee dicha opinión dentro del desarrollo de la política, de manera que podemos caracterizarla como una fuerza que es capaz de influenciar directamente la posición que un grupo considerable de personas posee respecto de una persona o situación. Así las cosas aquella persona que sea capaz de dominar o al menos encaminar la opinión pública posee un poder considerablemente grande y capaz de afectar negativamente la imagen que se maneja de una persona que resulte relevante para la política nacional, llegando incluso a modificar a profundidad la forma en que una persona es comprendida a nivel nacional por el simple hecho de desarrollar una opinión en un canal de comunicación que tenga influencia nacional; ahora, en este punto entra en juego la mencionada alienación, ya que todo el conjunto de influencias mediante la comunicación que puede recibir un ser humano del medio social, especialmente cuando dichas comunicaciones son dominadas por una persona en específico o un grupo de personas con facilidad pueden alienar la opinión de los demás, creando la posibilidad no solo de que mediante la influencia de la información una persona cambie de opinión, encaminándose a el desarrollo de ideas que no necesariamente son propias que como es obvio pensar no representan una argumentación personal que sustente un criterio de valoración objetiva, pasando en muchos casos a valorar una situación a una persona en función de lo que por ser manejado de cierta manera por los medios de comunicación masiva pasa a tener una suerte de criterio democrático, todo lo cual finalmente logra configurar la existencia de una falsa legitimidad dentro de las opiniones (Serrano, 1999, pág. 72), cosa que resulta ampliamente peligrosa para el desarrollo de la política y la democracia nacional, especialmente cuando además de fenómenos como la compra de votos se hace necesario evaluar a la forma en que psicológicamente mediante la comunicación periodística se puede influenciar a las masas de forma negativa. Lo anterior nos permite abordar otra de las partes de la presente problemática, especialmente cuando esta se ve inmersa dentro del desarrollo adecuado de la comunicación bien sea como teoría o como práctica; inicialmente debemos decir tal y como defiende Luhman que la sociedad en términos prácticos no existe más allá de la comunicación, ya que es la comunicación la que manifiesta y permite que exista la sociedad (Luhmann, 2011, pág. 28), lo cual demuestra por si solo la infinita relevancia que posee el manejo de información, pero transporta de cierta manera la discusión hacia un escaño más teleológico, ya que cuando nos referimos a las aseveraciones que una persona puede desarrollar válidamente en función de su profesión, como es el caso de los periodistas, más allá de un criterio de mera comunicación esta debe desarrollarse dentro de los marcos de la certeza y la verdad, así las cosas, partiendo del hecho de que toda transmisión publica de información desarrollada por un periodística tiene como rango la garantía de un cierto grado de certeza, especialmente en lo que se refiere a las opiniones. Es de recordar dentro de la lógica de la comunicación que es común pensar que las apreciaciones desarrolladas en todo momento podrán ser corroboradas respecto de la verdad, de hecho así funciona el análisis probatorio dentro de los tipos de penales de la injuria y calumnia, recordando que en el caso de la calumnia esta solo se hace viable cuando se comprueba que aquellas aseveraciones que genera el causante no corresponden con la realidad (Corte constitucional colombiana, 2009), ya que en ese momento deja de configurar una difamación para convertirse en una aseveración de la verdad. El problema en este punto radica dentro del desarrollo de la comunicación de opiniones en medios públicos. Imaginemos un caso concreto donde un periodista de reconocida carrera y que por lo cual cuenta con una cierta cantidad de validez dentro del medio y en la esfera pública de comunicación, de manera que el público asume que es un periodista comprometido con la verdad y en función de esto comparte en muchas ocasiones sus opiniones e incluso las defiende. Dicho periodista dentro de nuestro ejemplo, como cualquier otra persona tiene derecho a generar opiniones al respecto de personas relevantes dentro del ámbito político y consecuentemente lo hace, el problema radica principalmente en el momento en que dicho periodista se apersona de hacer públicas dichas opiniones. Ya que si bien tal y como hemos visto hasta ahora tiene toda la capacidad de hacerlo e inclusive está protegido para ello siempre que determine las mismas con la calidad de opiniones personales; dichas opiniones al ser difundidas de manera masiva y en cabeza de una persona reconocida dentro de la esfera social a pesar de ser presentadas como opiniones, tienen una capacidad bastante grande para influir en la forma en que una persona es concebida por las masas públicas. En razón de lo anterior se hace necesario realizar una revisión de las características intrínsecas que poseen las opiniones con el fin de evaluar si estas pueden o no enmarcar un amor ofensivo suficiente como para configurar un delito de injuria o calumnia, ante esto podemos decir que las opiniones se desarrollan como proposiciones anapofanticas (Velazquez, 2015), esto se refiere a que dichas proposiciones no pueden ser corroboradas en términos de verdad, es decir, que escapan a dicha lógica, y que poseen la misma lógica comunicativa de los tipos penales, ya que estos corresponden igualmente a situaciones hipotéticas que proponen la existencia de una norma pero que de ninguna manera delimitan la existencia real de algo. De manera que las opiniones al carecer de un grado de certeza, al menos en teoría resultan ajenas al análisis de verdad que determina la profesión de periodista, pero no por esto carecen de la capacidad suficiente para atentar contra el honor o la honra de las personas (Ambos, 2007). CONCLUSIONES Del anterior análisis podemos concluir en primera medida que el fuero periodístico se desarrolla como un requisito mínimo para el correcto desarrollo de un Estado constitucional de derecho, el cual contribuye a garantizar el mismo a la información y que de forma valida sea posible la comunicación de información a toda la sociedad, a pesar de esto no se puede caer en el extremo de pensar que el fuero periodístico configura una garantía carente de proporción, ya que esta al igual que cualquier otra protección que se genera dentro del orden constitucional esta llamada a tener límites. Dichos límites se configuran por un lado el derecho a la libre expresión y por el otro lado el hecho de que toda comunicación que se genere dentro del ámbito público debe enmarcarse en términos de certeza. A pesar de lo cual es necesario analizar que existe la posibilidad de generar comunicaciones públicas que a causa de exceder el análisis de verdad o falsedad pueden ser comunicadas por medios masivos y consecuentemente tienen la capacidad de influir en el desarrollo de del pensamiento de las personas del público, llegando incluso al caso en que se haga viable la alineación por parte de los medios de comunicación, misma que en dado caso puede realizarse incluso sin necesidad de contradecir la norma de la certeza en los medios de comunicación. Lo cual nos lleva a un problemática bastante marcada en la cual es necesario que la sociedad reevalúe el sistema de comunicación dentro del cual permite que se desarrollen los periodistas como participes y determinadores de la información de dominio público, ya que si bien actualmente estos se encuentran limitados en sus funciones dentro del actuar ético que implica el cumplimiento de ciertas directrices, estas tal y como acabamos de analizar no implican necesariamente la existencia de un uso adecuado de la comunicación y contrario a esto pueden resultar ampliamente perjudiciales para otras personas al punto de causar difamaciones indirectas o recaer en los delitos de injuria y calumnia, todo lo cual se hace evidente cuando analizamos la difícil materialización de estos delitos como consecuencia de la transmisión de información ya que más allá de las limitantes establecidas a priori por la normatividad vigente, existen variaciones que se adentran en la teoría de la comunicación que difícilmente pueden probarse dentro del desarrollo de un proceso penal pero que de igual manera, materializan ataques directos a los bienes jurídicos del honor y el buen nombre. BIBLIOGRAFÍA Ambos, K., 2007. Los fundamentos del ius puniendi nacional, su aplicación extraterritorial. Biblioteca juridica virutal del instituto de investigaciones juridicas de la UNAM. Claudia Gamboa, S. V. M. G., 2012. Calumnias, difamacion e injurias. Mexico: Dirección general de servicios de documentación, información y análisis. Cupis, A. d., 1959. Il diriti della personalita. Milan: Cedam . Dworkin, R., 2014. Justicia para erizos. Ciudad de Mexico: Fondo de cultura económica. Ferrajoli, l., 2009. Derecho y razon. Madrid: Trotta . Feuerbach, L., 1977. La esencia del cristianismo. Madrid : Claridad. Habermas, j., 1964. Offentlichkeit (ein lexikonartikel). Francfort : Kultur und kritik . Julio Cesar Rivera, G. G. J. I. A., 2011. La cuantificación del daño moral en los casos de lesión al honor, la intimidad y la imagen. Revista latinoamericana de Derecho, pp. 371-398. Jurisprudencia y procesal penal. [En línea] Available at: raejurisprudencia.co.pe/datajurisprudencial/descargas.php?p Katherine Monroy Murillo, a. l. l. a., 2003. Calumnia e injuria: enfoque periodistico. [En línea] Available at: intellectum.unisabana.edu.co/bitstream/handle/10818/6243/126911.pdf?sequence=1 &isAllowed Luhmann, N., 1998. Sistemas sociales, lineamientos para una teoria general. Barcelona: Antrophos. Luhmann, N., 2011. ¿Cómo es posible el orden social? Madrid: Herder. Michue, J. A., 2009. Roldos, E., 2000. El periodista corrupto. Revista latinoamericana de comunicación chasqui . Roy, G. C. l., 1972. El concepto de alienacion. [En línea] Available at: omegaalfa.es/downloadfile.php?file=libros/el-concepto-de-alienacion.pdf Segio Garcia Ramirez, A. G., 2007. La libertad de expresion en la jurisdiccion de la corte interamericana de derechos humanos. San jose De Costa Rica: Corte Interamericana de Derechos Humanos. Serrano, J. L., 1999. Validez y vigencia. Madrid: Trotta. Velazquez, H. J. F., 2015. Lógicas deóntica. Revista de estudiantes de Filosofia. Wittgenstein, L., 2000. Sobre la certeza. Barcelona: Gedisa. Congreso de la Republica De Colombia, 2006. Ley 1016. [En línea] Available at: http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/ley_1016_2006.html Corte constitucional colombiana, 1993. Auto 006. [En línea] Available at: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/Autos/1993/A006-93.htm Corte constitucional colombiana, 1998. Sentencia T 263. [En línea] Available at: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1998/T-263-98.htm Corte constitucional colombiana, 2004. Sentencia 213. [En línea] Available at: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2004/T-213-04.htm Corte constitucional colombiana, 2009. Sentencia C 417. [En línea] Available at: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2009/C-417-09.htm Corte constitucional colombiana, 2013. Sentencia T 256. [En línea] Available at: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2013/T-256-13.htm Corte constitucional de colombia, 2009. Sentencia T-298. [En línea] Available at: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2009/T-298-09.htm Corte interamericana de Derechos Humanos, 1969. Convencion americana de los derechos humanos. [En línea] Available at: http://www.oas.org/dil/esp/tratados_B32_Convencion_Americana_sobre_Derechos_Humanos.htm Republica de Colombia, 1991. Constitución política de Colombia. Bogotá: Legis.