Número de registro: 3664 Novena Época Instancia: Tribunales

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AMPARO DIRECTO 763/95
Número de registro: 3664
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo III, Junio de 1996
Página: 566
AMPARO DIRECTO 763/95. JOSE LUIS VALENCIA BUSTOS.
CONSIDERANDO:
CUARTO.- Son infundados los conceptos de violación antes transcritos, por las siguientes
razones:
En el primer concepto de violación substancialmente expresa el quejoso que fue detenido con
exceso de las 24 horas mencionadas por los artículos 16 y 107, de la Carta Magna vigente
cuando sucedieron los hechos que se le imputan, por lo que su confesión es nula, al estar en
contradicción con lo dispuesto en el precepto 20, fracción II, de la Constitución Federal, con
la que no se puede fundar ni motivar una sentencia condenatoria, como ilegalmente lo hizo la
responsable. Señala que la sentencia reclamada descansa principalmente en su confesión
ministerial, la cual es nula por haberse dado con coacción moral y por haber excedido de las
24 horas constitucionales su detención. Agrega que resultan incorrectas las consideraciones
del Magistrado del conocimiento en el sentido de que no existió detención prolongada del
reo, aduciendo que no se tomó en cuenta que el plazo de las 24 horas señaladas por la
Constitución para consignar a un detenido empieza a partir de su detención por parte de la
Policía Judicial Federal y no a partir de la fecha en que se le deja a disposición del Ministerio
Público. Asimismo manifiesta que los acusados, que son menores de edad, también sufrieron
una detención prolongada, excediéndose de las 24 horas constitucionales, por lo que
igualmente son nulas. Añade que al rendir su declaración preparatoria no ratificó lo que
confesó ante el representante social y alega que su retratacción sí está fundada y probada en
autos. Además, expresa que los coacusados de mérito jamás comparecieron ante el Juez de la
causa para ser careados con él, no obstante las contradicciones existentes entre lo
manifestado por él en su declaración preparatoria y lo que ellos falsamente confesaron a base
de coacción moral, ante el órgano investigador, siendo incierto lo afirmado por la responsable
de que no eran necesarios los careos relativos. Otro argumento consiste en señalar que el
parte informativo de la Policía Judicial Federal es ilegal porque tiene confesiones, cuando los
agentes policiacos no tiene facultades legales para hacerlo, además, que dicho parte no
prueba su responsabilidad penal del delito en cuestión, por ser insuficiente, amén de que
aquéllos son testigos de oídas. Agrega que la existencia de la droga, la fe ministerial de la
misma y el dictamen pericial sólo demuestran el cuerpo del delito contra la salud pero no su
responsabilidad penal, por lo que debe concedérsele el amparo solicitado. Al efecto invoca
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una tesis jurisprudencial publicada bajo la siguiente voz: "PRUEBA INSUFICIENTE,
CONCEPTO DE", la cual no se reproduce en obvio de repeticiones.
Lo anterior es infundado, pues si bien es cierto que conforme a la fracción XVIII del artículo
107 de la Constitución Federal vigente en la fecha de la detención del reo, primero de
diciembre de mil novecientos noventa y dos, el término para que un detenido fuera puesto a
disposición del Juez era de 24 horas, la violación de tal precepto, en dado caso, podría ser
motivo de responsabilidad para quienes mantuvieron al hoy quejoso en esa circunstancia,
pero no es razón para considerar que su confesión carezca de fundamento, además, dicha
infracción es insuficiente por sí sola para conceder el amparo, toda vez que la declaración
ministerial del agraviado, admitiendo los hechos por los cuales fue condenado, fue vertida el
mismo día en que fue detenido, por lo que resulta correcto que se le atribuya valor probatorio
a la confesión del reo hoy quejoso, pues no puede afirmarse que haya sido consecuencia de la
detención prolongada, antes de ser consignado a la autoridad judicial. Y si bien es cierto que
cuando las autoridades investigadoras prolonguen la detención del presunto responsable por
más tiempo del permitido, dichas confesiones se encuentran viciadas, también es cierto que la
aplicación de lo anterior sólo procede cuando se condena al sujeto de mérito con base
únicamente en su confesión aislada, no así cuando existen otros medios de convicción que
corroboren la referida confesión, tal y como sucede en el caso que nos ocupa, concretamente
con las siguientes pruebas: a) parte informativo contenido en el oficio 1988/92 de primero de
diciembre de mil novecientos noventa y dos, suscrito por los agentes policiacos que
detuvieron al reo y sus acompañantes, en donde se detallan los hechos que le imputan
directamente (fojas dos y tres), b) nueve boletos de pasajeros, tres de ellos de la línea Auto
Transportes Galeana, S.A. de C.V., otros tres de la Línea Flecha Amarilla y los otros tres de
Transportes Frontera (fojas cinco y seis), c) fe ministerial del vegetal afecto a la causa penal,
así como de los boletos antes mencionados (foja nueve), d) declaraciones ministeriales de los
menores de edad Jesús Contreras Madriz (fojas 11 y 12) y Javier Madriz Guerrero (fojas 13 y
14), quienes coincidentemente expresaron que José Luis Valencia Bustos les había entregado
las maletas conteniendo los paquetes con marihuana, indicando que el día anterior a su
detención dicha persona los había buscado en su domicilio ubicado en la calle Lázaro
Cárdenas, número 230 en el Municipio de Aguililla, Michoacán, y les ofreció dos millones de
pesos a cada uno si le trasladaban desde Querétaro, Querétaro, dos maletas conteniendo
paquetes con marihuana, hasta la ciudad de Monterrey, Nuevo León, y que él les iba a pagar
todos los gastos del viaje; que al aceptar la propuesta el referido sujeto los llevó de inmediato
hacia Apatzingán, después a Uruapan, Michoacán, y de ahí a Querétaro, Querétaro, en donde
los recibió un sujeto que le entregó al ahora quejoso las dos maletas aseguradas, por lo que
compraron los boletos para viajar a Monterrey, en donde un sujeto iba a recibir las maletas;
los declarantes señalaron que José Luis Valencia Bustos les comentó que la marihuana la iba
a transportar a Ciudad Mier, Tamaulipas, pero no les explicó quién, pues los dos declarantes
se iban a regresar de Monterrey a su ciudad de origen, e) dictamen químico rendido por el
ingeniero Mariano Salinas Alvarez del estupefaciente asegurado, en donde se determina que
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este último resultó ser cannabis utilizable, con un peso bruto de 18.2 kilogramos, que de
conformidad con los artículos 234 a 237, de la Ley General de Salud, se considera
estupefaciente (foja 21), f) careos directos celebrados entre el inconforme y los policías
judiciales federales que lo detuvieron Cecilia E. Martínez Valenzuela (foja 90) y Pedro José
Jiménez Rubio (foja 91). Es aplicable al caso que nos ocupa la siguiente tesis jurisprudencial:
Instancia: Primera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Epoca: Séptima.
Volumen: 64. Parte: Segunda. Página: 22. "DETENCION, PROLONGACION INDEBIDA
DE LA, NO REPARABLE EN AMPARO.- Si bien es cierto que conforme a la fracción
XVIII del artículo 107 constitucional, el término para que un detenido sea puesto a
disposición del Juez es de veinticuatro horas, también lo es, que el hecho de que al acusado se
le haya prolongado esa detención por un término mayor, antes de ser consignado, en todo
caso podría ser motivo de responsabilidad por parte de las personas que lo detuvieron, en los
términos del aludido artículo 107 constitucional, mas no actos atribuibles a la autoridad
judicial, que puedan ser reparados en el amparo." Criterio similar al anterior ha sido
sustentado por este órgano colegiado al resolver, por unanimidad de votos, los amparos
directos 391/93 y 144/94, el tres de marzo y el veintiséis de mayo de mil novecientos noventa
y cuatro, respectivamente, promovido el primero por Margarito Cano Moya y el segundo por
Antonio Lumbreras Aguilar, así como el amparo en revisión 189/91, el veinticinco de
septiembre de mil novecientos noventa y uno, promovido por Roberto Torres Marrosu y
otros.
Ahora bien, las anteriores probanzas, valoradas conforme a los preceptos 279 a 290, del
Código Federal de Procedimientos Penales, resultan aptas y suficientes para justificar la
existencia de los elementos materiales que constituyen la figura delictiva del ilícito contra la
salud en la modalidad de transportación de marihuana, previsto y sancionado por los artículos
193, fracción I, y 197, fracción I, del Código Penal Federal vigente en la época de los hechos,
ya que demuestran fehacientemente que José Luis Valencia Bustos llevó de un medio
geográfico a otro, concretamente de Querétaro, Querétaro, a esta ciudad, una substancia
reconocida en el artículo 234 de la Ley General de Salud, como estupefaciente, acreditándose
también con los mismos elementos de convicción la plena responsabilidad del agraviado en
su comisión.
Por otro lado, le asiste la razón al Magistrado del conocimiento al sostener que es irrelevante
que el reo no ratificara lo expuesto ante el Ministerio Público Federal al rendir su declaración
preparatoria, pues de acuerdo al principio de inmediatez procesal la primera declaración tiene
mayor validez, por haber sido rendida con más proximidad a los hechos y sin tiempo
suficiente de aleccionamientos defensistas, además de que esa primera declaración es la que
está corroborada con los elementos de convicción existentes en autos, siendo inexacto que la
retractación se encuentre fundada y probada en el sumario, pues no obra ninguna prueba que
corrobore lo aseverado por el inconforme ante el Juez de la causa penal.
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En cuanto a lo aducido de que los menores de edad que también fueron detenidos junto con el
sentenciado jamás comparecieron para ser careados con él, no obstante las contradicciones
existentes entre lo manifestado por el agraviado en su declaración preparatoria y lo afirmado
por aquéllos ante el Ministerio Público Federal, debe señalarse que el careo en su aspecto de
garantía constitucional difiere del careo desde el punto de vista procesal porque el primero
tiene por objeto que el reo vea y conozca a las personas que declaran en su contra para que no
se puedan forjar artificialmente testimonios en su perjuicio y para darle ocasión de hacerles
las preguntas que estime pertinentes a su defensa, en tanto que el segundo persigue como fin
aclarar los puntos de contradicción que hay en las declaraciones respectivas. En tal virtud,
sólo la falta de celebración del primero de dichos careos constituye una violación de la
fracción IV del artículo 20 de la Carta Magna, cuya omisión de origen a que se reponga el
procedimiento, lo que no sucede en la especie, pero no la omisión del segundo de los careos,
consecuentemente, la falta de careos de mérito no viola las garantías individuales del reo.
Criterio similar al anterior ha sido sustentado por el Tribunal Colegiado en Materia Penal del
Séptimo Circuito, cuyos datos de localización son: Instancia: Tribunales Colegiados de
Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Epoca: Octava. Tomo XII-Agosto,
página 373. "CAREOS PROCESALES. SU FALTA DE DESAHOGO NO ESTA
COMPRENDIDA EN LA FRACCION III DEL ARTICULO 160 DE LA LEY DE
AMPARO.- La falta de celebración de careos procesales que no fueron ofrecidos ni por el
encausado ni por su defensor no implica violación de garantías si se toma en cuenta que los
mismos no son de aquellos a los que se contrae la fracción IV del artículo 20 constitucional,
cuya omisión pueda dar origen a que se reponga el procedimiento, puesto que no están
comprendidos en la hipótesis a la que se refiere la fracción III del artículo 160 de la Ley de
Amparo."
Por otra parte, es inexacto que el parte informativo de la Policía Judicial Federal sea ilegal
porque contenga confesiones, cuando los agentes policiacos no tienen facultades para
hacerlas, pues del mismo se advierte claramente que no contienen ninguna confesión sino
sólo el informe rendido por los agentes que detuvieron al reo y sus acompañantes, quienes
ratificaron su contenido ante el Ministerio Público Federal que intervino (fojas 10 y 22),
debiendo precisarse que la confesión del quejoso José Luis Valencia Bustos y la de los
menores de edad que lo acompañaban se realizaron ante el representante social federal
investigador (fojas 11 a 16), de ahí lo infundado de lo aducido en el concepto de violación en
análisis.
Respecto a lo alegado que los policías aprehensores son testigos de oídas, cabe resaltar que
para estimar acreditado el cuerpo del delito imputado al agraviado, así como su plena
responsabilidad penal, el Magistrado del conocimiento no sólo se apoyó en el parte
informativo rendido por los agentes policiacos que detuvieron al reo y sus acompañantes,
sino en diversas probanzas, según ha quedado establecido en la presente ejecutoria,
concretamente con los siguientes elementos de convicción: a) declaración ministerial de José
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Luis Valencia Bustos admitiendo los hechos por los cuales fue condenado, b) nueve boletos
de pasajeros, tres de ellos de la línea Auto Transportes Galeana, S.A. de C.V., otros tres de la
línea Flecha Amarilla y los otros tres de Transportes Frontera (fojas cinco y seis), c) fe
ministerial del vegetal afecto a la causa penal, así como de los boletos antes mencionados
(foja nueve), d) declaraciones ministeriales de los menores de edad Jesús Contreras Madriz
(fojas 11 y 12) y Javier Madriz Guerrero (fojas 13 y 14), quienes coincidentemente
expresaron que José Luis Valencia Bustos les había entregado las maletas conteniendo los
paquetes con marihuana, indicando que el día anterior a su detención dicha persona los había
buscado en su domicilio ubicado en la calle Lázaro Cárdenas, número 230 en el Municipio de
Aguililla, Michoacán, y les ofreció dos millones de pesos a cada uno si le trasladaban desde
Querétaro, Querétaro, dos maletas conteniendo paquetes con marihuana, hasta la ciudad de
Monterrey, Nuevo León, y que él les iba a pagar todos los gastos del viaje; que al aceptar la
propuesta el referido sujeto los llevó de inmediato hacia Apatzingán, después a Uruapan,
Michoacán, y de ahí a Querétaro, Querétaro, en donde los recibió un sujeto que le entregó al
ahora quejoso las dos maletas aseguradas, por lo que compraron los boletos para viajar a
Monterrey, en donde un sujeto iba a recibir las maletas; los declarantes señalaron que José
Luis Valencia Bustos les comentó que la marihuana la iba a transportar a Ciudad Mier,
Tamaulipas, pero no les explicó quién, pues los dos declarantes se iban a regresar de
Monterrey a su ciudad de origen, e) dictamen químico rendido por el ingeniero Mariano
Salinas Alvarez del estupefaciente asegurado, en donde se determina que este último resultó
ser cannabis utilizable, con un peso bruto de 18.2 kilogramos, que de conformidad con los
artículos 234 a 237, de la Ley General de Salud, se considera estupefaciente (foja 21), f)
careos directos celebrados entre el inconforme y los policías judiciales federales que lo
detuvieron Cecilia E. Martínez Valenzuela (foja 90) y Pedro José Jiménez Rubio (foja 91).
En el segundo concepto de violación se aduce infracción de los preceptos 14 y 16
constitucionales, así como de los preceptos 51 y 52, del Código Penal Federal, respecto a la
individualización de la pena impuesta de 14 años de prisión, por un delito que no cometió,
pues de autos se desprende su inocencia. Además, que existe una incongruencia, ya que
primero se le impuso una pena menor a los cinco años de prisión, después 21 años y en la
sentencia impugnada 14 años de prisión, lo que demuestra la ilegalidad del acto combatido y
violación de sus garantías individuales. Al efecto invoca una tesis jurisprudencial cuyo rubro
es: "PENA, INDIVIDUALIZACION INDEBIDA DE LA", misma que no se reproduce en
obvio de repeticiones.
Lo anterior es infundado, pues en concepto de este órgano colegiado se encuentra ajustado a
derecho lo resuelto por el Magistrado de apelación respecto al capítulo de individualización
de la pena. En efecto, señaló que en la especie no existen agravios por parte de la defensa,
siendo el caso de suplirlos, toda vez que el Juez del proceso agravó la sanción en los términos
del artículo 198, fracción IV, del Código Penal Federal vigente en la época en que sucedieron
los hechos, indicando que si bien es cierto el Ministerio Público Federal solicitó que se
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aplicaran las penas previstas en el dispositivo 197, fracción I, del mencionado código,
también lo es que en relación a dichos preceptos no fundó ni motivó su petición de agravarla,
concretándose a mencionar el artículo de referencia; al efecto invocó el criterio sustentado
por el Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito, en donde se establece que el Ministerio
Público no solamente debe solicitar en su pliego de conclusiones que se imponga al acusado
la sanción establecida en la disposición punitiva condigna, sino que debe razonar los motivos
por los cuales considera operante la circunstancia agravadora, haciendo referencia concreta a
los elementos de convicción que obre en la causa, para establecer de manera indubitable la
prueba plena respecto a la calificativa, como en el caso sería el hecho de que el procesado
utilizó a dos menores de edad para cometer el delito contra la salud que se le imputó, por lo
que el Juez del conocimiento no debió agravar una situación que no fue fundada ni motivada
por el Ministerio Público al formular sus conclusiones, por lo que se impone eliminar tal
agravante, consistente en siete años de prisión para el reo. Agregó el Magistrado responsable
que la pena correspondiente al delito contra la salud atribuido al sentenciado consistente en
14 años de prisión y cien días multa, está ajustada a derecho, indicando que para aplicarla el
Juez del proceso basó su arbitrio a lo dispuesto en los artículos 51 y 52, del Código Penal
Federal, al considerar su edad de 35 años, que le permitía reflexionar sobre lo ilícito de sus
actos, de ocupación campesino, con ingresos aproximados de $40.000.00 (cuarenta mil pesos
00/100 moneda nacional) diarios, con los que tenía que sostener además de él a cinco
personas, que es analfabeta, pues no cursó la instrucción primaria, que contaba con
antecedentes penales, pues según el informe rendido por el director de Ejecución de
Sentencias de la Dirección General de Prevención y Readaptación Social, residente en el
Distrito Federal, había sido procesado por un delito de la misma naturaleza dentro de la causa
penal 74/985, por el Juez Segundo de Distrito en Morelia, Michoacán, siendo sentenciado a
siete años tres meses de prisión y multa de diez mil pesos a partir del diecisiete de junio de
mil novecientos ochenta y cinco, dato que evidentemente le perjudica, porque revela el mal
comportamiento que ha observado con anterioridad a los hechos imputados, destacando
también que la forma de comisión del delito consistió en valerse de dos menores de edad para
realizar el traslado de marihuana de Querétaro, Querétaro a Monterrey, Nuevo León, por lo
que se estimó que la peligrosidad se ubica entre la mínima y la media, más cercana a la
segunda, y la pena de 14 años de prisión y cien días multa, equivalente a N$1,232.00 (mil
doscientos treinta y dos nuevos pesos 00/100 moneda nacional), substituible la pena
pecuniaria por cien jornadas de trabajo en favor de la comunidad, está ajustada a derecho,
razón por la que se confirma esta última penalidad, sin que sea el caso de aumentarla, como
lo hizo el Juez a quo. Cabe resaltar que la sanción impuesta al reo por su responsabilidad
penal en la comisión del delito contra la salud en la modalidad de transportación de
marihuana se encontraba prevista en el artículo 197 del Código Penal Federal vigente en mil
novecientos noventa y dos, señalaba una pena de diez a veinticinco años de prisión y de cien
a quinientos días multa.
En tales condiciones, al ser infundados los conceptos de violación estudiados, sin que se
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advierta deficiencia de la queja que suplir en favor del quejoso, lo procedente es negar el
amparo y protección de la Justicia Federal solicitado.
Por lo antes expuesto y fundado, con apoyo además en los artículos 76, 77, 78, 158, 159 y
188, de la Ley de Amparo, se resuelve:
UNICO.- LA JUSTICIA DE LA UNION NO AMPARA NI PROTEGE A JOSE LUIS
VALENCIA BUSTOS, contra el acto que reclamó del Magistrado del Primer Tribunal
Unitario del Cuarto Circuito, el cual quedó determinado en el resultando primero de este
fallo.
Notifíquese; con testimonio autorizado de la presente resolución, remítanse los autos a la
autoridad responsable y, en su oportunidad, archívese el expediente.
Así, por unanimidad de votos, lo resolvió el Tercer Tribunal Colegiado del Cuarto Circuito,
siendo ponente el Magistrado Juan Miguel García Salazar.
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