Para la droga no existe edad, sexo, raza, posición social o nivel

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Para la droga no existe edad, sexo, raza,
posición social o nivel escolar ¡Y siempre
daña!
Abordar el tema de la droga, sus mitos y realidades, y el inevitable daño que
causa al organismo, fue nuestro objetivo al dialogar con la jefa del grupo de
toxicología de la capital, doctora Rita María Gutiérrez González. Le invito a
conocer algo más del flagelo que tanto hace sufrir y hasta morir al ser humano.
CARMEN ALFONSO
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Abordar el tema de la droga, sus mitos y realidades, y el inevitable daño que
causa al organismo, fue nuestro objetivo al dialogar con la jefa del grupo de
toxicología de la capital, doctora Rita María Gutiérrez González. Le invito a
conocer algo más del flagelo que tanto hace sufrir y hasta morir al ser humano.
Comencemos por presentarla: “droga es cualquier sustancia con características
naturales o sintéticas que de una forma u otra puede ocasionar daño
psicoactivo en el individuo, es decir tanto en su organismo como en su
conciencia”.
Existen múltiples clasificaciones. Por su efecto: depresoras, excitatorias o
psicodélicas alucinógenas, es decir el individuo ve alucinaciones de un tamaño
sobrenatural). Por su dureza o facilidad para que las personas se “enganchen”,
pueden ser duras o blandas. Y también ilegales o legales.
Entre estas últimas se encuentran el tabaco y el alcohol, conocidas como
drogas porteras, porque se ha visto estadísticamente que hay mayor
dependencia entre las personas consumidoras de drogas legales al llegar al
consumo de las ilegales como la marihuana, la cocaína, el crack y otras.
¿Daños?
La máster en Toxicología Clínica enfatizó que las drogas siempre hacen daño.
Explicó que sus principios activos afectan fundamentalmente un órgano diana,
donde hacen el daño principal, aunque después puede haber otras
alteraciones. Y en las drogas el órgano diana es el cerebro, aun en las
aparentemente muy inocuas, a través de los neurotrasmisores —sustancia
mediante la cual viajan los impulsos nerviosos—, de ahí que al ocupar su lugar
aparezcan diversas consecuencias.
¿Predisposición?
“Se plantea que a las personas con una predisposición a padecer una
enfermedad psiquiátrica, el consumo de drogas les hace surgir esa afección.
Padecen entonces patologías duales: la dependencia y el abuso de la droga, y
la patología psiquiátrica que haya desarrollado.”
¿Mecanismo de acción?
“Te expliqué que el órgano diana es el cerebro. Comienzan alteraciones en la
conducta, desde cambios psicológicos muy banales hasta otros más marcados.
“Después de afectar al cerebro —envía impulsos nerviosos negativos por haber
sustituido las drogas a los neurotrasmisores—, se empiezan a ver otras
afectaciones en el sistema, como en el aparato respiratorio —desde una simple
tos hasta una neoplasia de pulmón o de laringe—, en el aparato cardiovascular
—desde hipertensión hasta infarto del miocardio o parada cardiorrespiratoria.
“Otro de los aparatos que se afecta es el genitourinario: puede haber daño en
el riñón —filtro del organismo—, ya que todos los residuos de estas sustancias
se metabolizan y puede aparecer una sepsis urinaria, una glomerulonefritis, la
insuficiencia renal y la muerte.
“Igualmente importante es el aparato reproductor tanto en el hombre como la
mujer, y se describe la infertilidad como uno de los daños a consecuencia de la
droga. La mujer puede presentar abortos precoces, partos prematuros, niños
de bajo peso al nacer: el CIUR (crecimiento intrauterino retardado) anuncia
niños con problemas; e incluso se descubre el síndrome de la abstinencia en el
feto en madres alcohólicas y adictas que puede dar al traste con la vida de esa
criatura al nacer. En el hombre se ven cuadros de impotencia, eyaculación
precoz, incluso debilidad a la hora de la erección, y eso se describe mucho en
el alcohólico.
“Y hay grandes afectaciones en el aparato inmunológico.”
¿Qué debe hacer quien quiera tratarse?
“Pertenecemos al grupo operativo de salud mental y adicciones (GOSMA) que
radica en la capital, donde hay un aparato completo para el tratamiento, y
siempre aclaramos que las personas pueden acudir en todo momento, por
cualquier medio, y atenderse dondequiera. Con el tema droga no hay
regionalidad.
“A veces los pacientes llegan a los centros comunitarios de salud mental que
funcionan en los municipios, donde radican consultas con equipos
especializados en la deshabituación. Igual pueden ir a cualquier hospital base,
con sus unidades de intervención en crisis.
“Tenemos centros especializados de mediana y larga estadía donde el paciente
necesitado de una intervención de más tiempo de evolución fuera de su
comunidad, debe ser ingresado.
“No todos los pacientes son iguales, se estudian de manera individualizada.
No todos pueden ir a una terapia de grupo, ni siguen el mismo tratamiento.
“Tenemos ya un centro de deshabituación de adolescentes, que funciona en el
municipio de Playa (reparto Siboney) como una comunidad terapéutica, tiene
un grupo especializado donde hay pediatras, psicólogos, psiquiatras infantiles y
psiquiatras generales.”
Anécdotas
“Recuerdo una que me afectó muchísimo, pues era la primera vez que veía
este caso. Debes saber que en el tema de las drogas hay muchos factores
sociales involucrados.
“Fue una joven embarazada, adicta al crack, que estuvo consumiendo todo el
tiempo de su gestación esta droga de enganche muy fuerte y de consecuencias
fatales para el organismo.
“Aunque el caso estaba descrito en la literatura, lo que no se olvida es lo que
uno ve, lo que se palpa. Y este caso no se me olvida porque se hizo un trabajo
intersectorial muy fuerte. Vivía con la abuela, tenia tres hijos anteriores
normales pero un antecedente de haber perdido un feto por el síndrome de
abstinencia.
“Ella supo siempre que había sido la causante de esa pérdida. Estos pacientes
pasan por varias etapas durante las adicciones; hay una que se describe como
contemplativa cuando la persona no está consciente del daño. Cuando no hay
conciencia, no es posible tratarlos, pues una de las cosas fundamentales para
llevar el tratamiento es la voluntariedad de la persona. Sin voluntad propia es
muy difícil. Cuando hay un motivo, se logra.
“Al principio era tal su adicción, tal su depauperación, que ni el embarazo fue
una motivación para eso. Logramos que entrara a tratamiento, prácticamente
parimos con ella. Fue un caso bien difícil.
“En estos momentos está bajo tratamiento. Y es un avance. Abogamos mucho
por la revención.
La droga es un flagelo. A las personas hay que acabar de explicarles el daño
que siempre produce para que sea capaz de decir ¡no! Está ahí, pero no la
toco.
“Y es que la persona no tiene conciencia del daño que le está haciendo. Dicen:
„No, a mí no me hace nada, la dejo cuando yo quiero‟. Cuando se dan cuenta
de que no pueden dejarla, ya está
„enganchada‟. Entonces lo que llega al centro de salud es una piltrafa humana,
cuando está tocando el fondo... cuando la persona está desahuciada, ha
perdido familia, ha perdido hijos, materialmente lo ha perdido todo.
“Algo que debemos agradecer a la sociedad en que vivimos es que la droga es
rechazada socialmente, que no hay permisibilidad. Hay que insistir en que la
droga no tiene edad, no tiene sexo, no tiene color, no tiene raza, le puede tocar
a cualquiera. ¡Y debemos rechazarla!”
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