COMPARACIÓN ENTRE NIETZSCHE Y ORTEGA Debemos tener en cuenta que las posiciones filosóficas de Ortega y Nietzsche se encuentran muy cercanas cronológicamente. Hay solo medio siglo de diferencia entre uno y otro, hecho que hace que coincidan en alguna de las líneas básicas de sus filosofías. Pasamos a señalar las semejanzas y diferencias que encontramos entre ambas posiciones filosóficas: 1. A los dos podemos encuadrarlos dentro de la nueva "Filosofía de la vida" nacida a finales del siglo XIX. La vida es para ambos la esencia última de la realidad, aunque es verdad que entendida ésta de manera diferente. Para Nietzsche la vida es considerada desde una perspectiva biológica como impulso instintivo mientras que para Ortega, más influenciado por el historicismo, la considera como biografía (cúmulo de vivencias personales). 2. Encontramos una diferencia básica entre ambos filósofos si atendemos a la consideración que cada uno hace de la razón. Para Nietzsche la facultad racional no puede penetrar en la esencia básica de la vida caracterizada como cambio, devenir y desarrollo. A1 dejarnos guiar por la razón y despreciar los instintos estamos despreciando, a su vez, la vida. Para Ortega, mientras tanto, la razón es una facultad humana indispensable ya que es necesaria para analizar las circunstancias que a cada uno nos rodea, dar sentido a nuestra vida y plantearnos nuestro proyecto vital. De ahí que más que considerar a Ortega vitalista, como a Nietzsche, debemos denominarlo raciovitalista. 3. Ambos tienen una consideración heracliteana de la realidad. Tanto para Ortega como para Nietzsche la vida, como realidad última, se caracteriza por el devenir, el cambio, la evolución. La realidad está sometida a la historia. 4. A pesar de lo dicho en el punto anterior los dos tienen una idea diferente del tiempo. Para Ortega el tiempo sólo puede ser entendido de un modo lineal, en el cual los acontecimientos pasados son irrepetibles. Para Nietzsche el tiempo es entendido de una manera cíclica como Eterno Retomo. Para él todos los acontecimientos pasados, presentes y futuros están condenados a repetirse eternamente. 5. Los dos tienen una consideración parecida de la vida como proyecto. El superhombre (artista trágico) para Nietzsche y el hombre con existencia auténtica para Ortega son aquellos que construyen su vida creativamente y haciendo uso de su libertad. 6. Aunque los dos vivieron en contextos diferentes: la Alemania de la segunda mitad del siglo XX y la España de la primera mitad del XX. Hicieron un análisis muy bueno de la época en las que le tocó vivir. Nietzsche de la decadencia de la cultura occidental y Ortega de la crisis que vivía España. ACTUALIDAD Y VALORACIÓN PERSONAL En cuanto a la repercusión del pensamiento de Ortega en otros filósofos, es tan profunda que la mayor parte de la filosofía contemporánea española es deudora suya. Uno de sus mejores discípulos, Julián Marías, habla de una Escuela de Madrid, que tiene a Ortega como maestro. A esta escuela pertenecen, entre otros, Xavier Zubiri o la malagueña María Zambrano. De este modo debemos valorar positivamente al filósofo madrileño entendiendo su obra como el inicio de una tradición filosófica nunca existente antes en España. En torno a su figura, y gracias a su extraordinario magisterio, se formó una generación de filósofos de una fecundidad y originalidad nunca antes vista en nuestro país. Todos ellos están preocupados por sacar a España de su atraso. Trágicamente la labor de esta Escuela quedó truncada por una guerra que envió a todos sus protagonistas, incluido Ortega, al exilio. Ortega es de los primeros que se da cuenta de que España debe tener un proyecto común con Europa. Creemos que en la actualidad Ortega se sentiría muy feliz al contemplar cómo España está dentro de la Unión Europea. Su sueño de"europeizar España" se ha hecho realidad medio siglo después de su muerte. En estos m o m e n t o s E s p a ñ a y a n o s e p u e d e e n t e n d e r fuera de Europa. Otro concepto de la filosofía orteguiana que sigue estando muy vigente e s e l d e s u v i s i ó n d e E s p a ñ a . Todavía el concepto de "España invertebrada" está sin resolver. La crítica de Ortega a las ideas radicales de algunos de sus ciudadanos, que impiden, en muchas ocasiones, un entendimiento común, sigue muy presente. El problema de los nacionalismos que Ortega veía como uno de los motivos de que el país se hundiera y se desquebrajase está todavía muy lejos de solucionarse. Los independentismos catalanes y vascos o la penosa lacra de ETA demuestran que no vivimos en un país unido sino dividido, "invertebrado" y con intereses contrapuestos. Por lo demás podemos alabar la filosofía de Ortega y Gasset por su sencillez y por dar muestra de un sentido común a la hora de analizar la realidad que les falta a muchos otros filósofos.