Latest Topics Agujeros en la verdad Montse Ventosa y Daniel Lyons, fundadores de Sticky.Culture –La Primera Agencia de Employee Branding (www.employeebranding.net) En 2010, la cuarta compañía más grande del mundo celebra su 101 aniversario. Su campaña de Responsabilidad Social Corporativa se llama “embracing responsability” y, paradójicamente, al final de este mismo año esta misma organización será sometida a una investigación criminal; por el momento, en los Estados Unidos. Su consejero delegado probablemente pierda el trabajo y es incluso previsible que la compañía deje de existir. Esta compañía es BP (British Petroleum) y la situación en la que se encuentra es por cómo ha realizado la gestión de las consecuencias del vertido de petróleo en el Golfo de México, que se ha convertido en el peor en la historia de Norte América y, probablemente se termine siendo el peor de la historia moderna. Si tenemos en cuenta que “response-ability” significa algo así como capacidad de respuesta, a la luz de estos acontecimientos, resulta incluso grotesco el título de su campaña. El 20 de abril de 2010, hubo una explosión y un incendio en un pozo de petroleo de BP en el Golfo de México que mató a 11 empleados. La primera pérdida que se anunció era de 1.000 barriles por día. Entonces, el consejero delegado Tony Hayward dijo: “El Golfo de México es un océano muy grande. El volumen de crudo que se está vertiendo es minúsculo en relación al volumen total de agua”. ¡Ah! Pero poco después la pérdida estimada del vertido fue revisada y se calculó que era 20 veces más de lo inicialmente estimado: 19.000 barriles de crudo por día. Y en el momento de escribir este artículo aún sigue el vertido... Tapando el problema Sin embargo, el mayor error de BP y sus directivos no ha sido el vertido de crudo en sí mismo. Aunque de gravedad extrema, los accidentes pasan, y por supuesto este no será ni el primer ni el último vertido de petróleo. Podrían sin embargo haber manejado mejor la crisis en los medios, en primer lugar sin haber infravalorado la magnitud del problema, intentando decir después que no era su responsabilidad. La primera solución fue colocar una caja encima del agujero por donde el crudo se escapaba... Y esta parece, hasta el momento, haber sido tanto metafórica como literalmente la mejor solución que han encontrado, vamos a intentar taponar el problema. No, el mayor error ha sido que han perdido el contacto con cómo su trabajo es percibido por los demás, en otras palabras, ya no saben como les ven sus clientes y la sociedad. ¿Por qué demonios no podéis solucionarlo? ¿Por qué no se cierra el grifo de la tubería? Este puede haber sido el mayor fallo de BP, haber sido incapaces de darse cuenta de que la percepción del problema es que parece muy sencillo –una tubería, con un agujero por donde el petróleo se escapa– y, por tanto, la solución también es simple: arreglar el agujero o cerrar el grifo de la tubería, aún así el comportamiento de BP parece ¡poco simple y muy inefectivo! Lo mismo parece estar pasando a diario en muchas de nuestras empresas. La crisis ha forzado a muchos a reevaluar sus estrategias e incluso a abandonar sus proyectos a cinco El Envisat, de la ESA, fotografió la mancha de crudo. Capital Humano 104 Nº 245 • Julio/Agosto • 2010 años a favor de estrategias a dos o incluso un año. Y aún así se sigue utilizando el mismo lenguaje: “ser el número uno en nuestro sector”, “ser el proveedor de elección”, “ser los más innovadores de nuestro campo”, etc. Aunque después de la crisis, y las inevitables reducciones en plantillas y presupuestos –si no en nuestras empresas, en las de nuestros proveedores, amigos o familia–, se está produciendo un cambio. Probablemente debido, en cierto modo, a que las personas no creen ya tan fácilmente en conceptos como “estrategia”, o incluso “management”. Sabemos cuál es tu problema Cada vez más, hay gente que está diciendo que si la estrategia o el management fueran tan buenos, para empezar, tal vez, hoy no nos encontraríamos en este lío de la crisis. Con frecuencia lo que suena bien en el Comité de Dirección, o en las Juntas de Accionistas, no llega a los empleados, suelen no creérselo. Y el problema más grave no es el posible fallo de las estrategias (esto siempre puede solucionarse) sino el cada vez más grande gap entre los managers y sus clientes internos: los empleados. Que esto lo digamos los autores que hemos hablado con más de 250.000 empleados durante los últimos cinco años, puede resultar difícil de creer, pero es cierto. Durante este tiempo, ayudando a la dirección de las empresas a entender a sus empleados, hemos visto que un problema al que comúnmente se enfrentan en la actualidad las empresas es esta distancia creciente, este gap. En este momento, en el que necesitamos más que nunca la flexibilidad de las personas para adaptarse a los cambios, para estar más “enganched”, es cuando se hace más evidente el creciente gap en la habilidad de las empresas para entender cómo sus empleados ven su trabajo, cómo perciben a su empresa y cómo poder implicarlos, engancharlos con su trabajo y su empresa. Nº 245 • Julio/Agosto • 2010 Tony Hayward. El “truth gap” La razón de este creciente gap entre empleados y empleadores es en cierto modo tan simple como la tubería vertiendo crudo de BP. No es algo tan complejo que requiera de modelos, procesos o sistemas, en la esencia es mucho más sencillo. Veamos: para empezar, cualquier empresa en su base es muy sencilla, vender un servicio o un producto, lo mejor posible, ¡eso es todo! Hacer lo que haces, lo mejor que puedas, ganando dinero mientras se hace. Aún así, la realidad cultural de muchas empresas suele ser mucho más compleja. Con frecuencia, lo que parecen problemas sencillos, desde mejorar la calidad hasta que la última campaña de marketing con empleados no está funcionando, etc; se complican sumamente en culturas donde la capacidad de darse cuenta de ciertas cosas, de tomar ciertas decisiones y responder a ciertos problemas se complica en la mayoría de ocasiones sin que sea necesario. Este exceso de complicación que se traduce en empresas frenadas que responden con extrema lentitud a cambios que requieren de extrema agilidad, es posiblemente uno de los síntomas inequívocos de “truth gap”, cuando managers y empleados caminan en direcciones opuestas que les alejan a los unos de los otros, creando un gran vacío, un agujero entre ellos. La cuestión sobre como gestionar el gap, ¡la dejamos para después del verano! El problema de BP ilustra un problema más amplio en nuestras empresas, relacionadas con la pérdida de contacto con la realidad de cómo nuestros clientes externos o internos, perciben las empresas. Parte de un simple hecho: somos humanos, somos personas y solo queremos hacer las cosas lo mejor que podamos, como recientemente el consejero delegado de BP declaró: “Lo siento. Sentimos los grandes problemas que está generando en las vidas de muchas personas. No hay nadie que quiera que esto se acabe más que yo. Quiero recuperar mi vida”. Y es aquí donde radica el problema, en que la creación de complejas soluciones corporativas se antepone a las simples necesidades humanas. 105 Capital Humano