2015: Año de san Pedro Nolasco Mes de Octubre Nolasco, hombre de los cautivos Sugerencia de ambientación: Collage de rostros sufrientes. 1. Himno Jubilar CON MARÍA Y NOLASCO SEREMOS EVANGELIO, CAMINO Y VERDAD, REDENTORES DE NUEVOS CAUTIVOS, NUEVOS CAUCES PARA LIBERAR. Ochocientos años contemplan una inmensa aventura de amor, un carisma de Dios en la Iglesia, una obra de liberación. Hubo un tiempo de lucha sin tregua, de cautivos sin patria ni hogar. Hubo un tiempo de sombras y guerras, y una carisma por la libertad. CON MARÍA Y NOLASCO SEREMOS EVANGELIO, CAMINO Y VERDAD, REDENTORES DE NUEVOS CAUTIVOS, NUEVOS CAUCES PARA LIBERAR. Vamos juntos, hermanos y hermanas, todos juntos para celebrar esta obra de amor mercedario, hay cautivos para liberar. Somos gentes de fe y esperanza, somos gentes dispuestas a ser con María y Nolasco, en camino, mensajeros de amor y de fe. CON MARÍA Y NOLASCO... 2. Introducción “La comunidad evangelizadora se mete con obras y gestos en la vida cotidiana de los demás, achica distancias, se abaja hasta la humillación si es necesario… El discípulo sabe dar la vida entera y jugarla hasta el martirio como testimonio de Jesucristo, pero su sueño no es llenarse de enemigos, sino que la Palabra sea acogida y manifieste su potencia liberadora y renovadora” (EG 24). El hombre cautivo necesita experimentar que la comunidad cristiana no lo ha abandonado. Pedro Nolasco, mensajero de fraternidad, visita y acompaña al cautivo. Los cautivos descubren en él un guía y modelo de hermano. Su acción liberadora, como la de Cristo, busca reintegrar a los cautivos a la vida fraterna de la comunidad cristiana y en esta búsqueda de fraternidad reúne a otros compañeros con los que irá creando espacios de libertad para los hermanos oprimidos. 3. Texto para la iluminación Ex 3, 7-10 Dijo Yahveh: "Bien vista tengo la aflicción de mi pueblo en Egipto, y he escuchado su clamor en presencia de sus opresores; pues ya conozco sus sufrimientos. He bajado para librarle de la mano de los egipcios y para subirle de esta tierra a una tierra buena y espaciosa; a una tierra que mana leche y miel, al país de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los perizitas, de los jivitas y de los jebuseos. Así pues, el clamor de los israelitas ha llegado hasta mí y he visto además la opresión con que los egipcios los oprimen. Ahora, pues, ve; yo te envío al Faraón, para que saques a mi pueblo, los israelitas, de Egipto. El cuarto voto en las Constituciones de la Orden Siguiendo a san Pedro Nolasco e iluminados por su carisma, los mercedarios creemos que nuestra misión redentora pertenece a la naturaleza de la Orden y la ejercemos en nombre de la Iglesia, desde una íntima comunicación con Dios y una real encarnación en las necesidades de los hombres. Para cumplir esta misión, impulsados por la caridad, nos consagramos a Dios con un voto particular, llamado de Redención, en virtud del cual prometemos dar la vida como Cristo la dio por nosotros, si fuere necesario, para salvar a los cristianos que se encuentran en extremo peligro de perder su fe, en las nuevas formas de cautividad (COM 13 y 14). 4. Espacio para la lectura orante Crear espacios de silencio para meditar la Palabra de Dios. 5. Para reflexionar Pedro Nolasco es un hombre que en medio de los cautivos continúa escuchando, porque es en su clamor donde Dios habla más fuerte y claro. ¿Hemos sentido el llamado a acompañar a los que están cautivos y trabajar por ellos? ¿Hemos experimentado la alegría de sentirnos hermanos de todos?. 6. Preces R./ Señor, que te escuchemos en los que sufren. Tú que nos llamas a visitar a quienes sufren por falta de libertad, haz que encuentren en nosotros hermanos que los acompañen y consuelen. Tú que enviaste a Jesús a rescatar y dar la vida por los que estaban en cautividad y peligro de muerte. Tú que por medio Nolasco comenzaste esta obra de merced, haz que estemos atentos a las nuevas cautividades. 7. Oración Jubilar Madre de la Merced, que suscitaste en tu servidor Pedro Nolasco el deseo de imitar a Cristo Redentor, poniendo su vida al servicio de los más pobres de entre los pobres, los cautivos; al prepararnos a celebrar el Jubileo mercedario, te pedimos que eleves nuestras oraciones al Padre, fuente de misericordia, para que seamos capaces de contemplar la faz de tu Hijo en el rostro de los cautivos de hoy y ofrezcamos, alegremente, llenos del Espíritu Santo, nuestras vidas como moneda de rescate por nuestros hermanos que viven privados de libertad y sin esperanza en las nuevas periferias de la cautividad. Amén.