2279_Las derechas actúan de mala fe

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Diario Hora 12 - Concepción, Chile 17/05/94
Mario Rodríguez Cobos, Silo
“Las derechas actúan de mala fe”
El conocido escritor y pensador argentino, fundador del movimiento humanista, presentó ayer su último libro
“Cartas a mis amigos” en la Sala Andes de la Caja de Compensación Javiera Carreras, en Concepción.
Antes concedió una entrevista a HORA 12.
Muchos amigos tiene Mario Rodríguez Cobos -Silo, qué dudarlo. Ayer en la mañana, en un céntrico hotel
penquista, una decena de ellos esperaban ansiosos la llegada del fundador y líder del movimiento
humanista desde Santiago, para presentar en la Capital de la Octava Región su último libro, titulado “Cartas
a mis amigos”.
El avión en que debía llegar Silo tenía que tocar la losa de Carriel Sur antes de las nueve horas. Sólo lo
pudo hacer al mediodía, cuando la persistente neblina que había sobre el Terminal aéreo se despejó. Entre
las nueve y las doce, el vuelo fue desviado a Temuco.
Una vez en el hotel, Silo, acompañado del ex candidato presidencial del Partido Humanista, Cristián
Reitze, se refrescó brevemente en su habitación y ofreció una entrevista a HORA 12.
Mendocino de nacimiento, está vinculado a Chile desde que comenzó a pololear con su actual esposa,
quien estudió danza en la academia Utoff, en Santiago. A sus 56 años posee una gran vitalidad, que sólo
contrasta con lo pausado de su voz, muy grave, sin duda debido a su gran afición a los cigarrillos que
enciende incansablemente uno tras otro.
¿De dónde nace el seudónimo Silo?
Es un mote que se originó en la forma alta y desagradable que tenía yo para hacer gimnasia, silos son
esos graneros donde se guarda el trigo.
Silo nació el 6 de enero de 1938, y estudió ciencias políticas en la Universidad local. “Ahí fue donde
comenzó mi vocación literaria, de escribir cosas”, comenta.
“Hice después un recorrido por varios países, de los cuales el primero fue Chile, y al llegar aquí comencé
a aprender cosas, en el sentido de que habían otras realidades”.
-¿Cuándo se forma el movimiento humanista?
-Comienza a gestarse como un grupo de estudios durante el año 1962, junto a una gran cantidad de
compañeros, con quienes nos reuníamos para estudiar la crisis que en aquel momento vivía Argentina.
Luego, comenzó a aparecer gente de otras facultades, hasta que en 1963 se produjo el golpe militar del
general Onganía.
-¿En qué momento pasan a ser activistas?
-...Y empiezan las prohibiciones, las restricciones y todo aquello, por lo que comenzamos a hacer
reuniones o como las quieran llamar, casi clandestinamente.
-Un buen día, ya en el año 69, decidimos realizar una acción, que fue discutir públicamente. A todo esto,
quien hoy es mi mujer fue contratada por el ballet nacional de Chile mientras pololeábamos y yo estaba allá,
por lo que íbamos y veníamos. Eso tiene mucho que ver con el contacto con la gente de Chile.
-¿De dónde nace la idea de la comunidad?
-La comunidad para el desarrollo humano es una institución social y cultural y era una buena forma para
expresarse, sobre todo en etapa de regímenes militares. No estaba planteada ni en términos de partido
político, ni de agrupación como movimiento social, sino como una institución social y cultural. Se desarrolló
en distintos países, e incluso logra el reconocimiento de Naciones Unidas.
-Esta comunidad para el desarrollo humano ha sido “muy dada vuelta”. Se ha hablado siempre en forma
muy oscura de ella. Se decía que eran comunidades hippies, de campesinos. Por su propia denominación,
fue deformada. De ahí se forma una secretaría de asuntos políticos y sociales, donde se reúne gente con
mayor vocación política, la que lanza el humanismo como partido. Ese es el proceso.
-¿A qué se debió el decaimiento que tuvo el movimiento humanista entre los años setenta y
ochenta?
-En esa época ya había regímenes militares por todas partes...
-Pero usted afirma que el “auge” del movimiento se dio bajo esos regímenes...
-No sabría como interpretarlo. Tal vez, porque acá en Chile había un gobierno popular que estaba
haciendo sus experimentos, sus pruebas, tal vez a eso se debió que el gobierno militar posterior realizara
deportaciones, relegos y otras acciones que condujeron a hacer decaer ciertas ideas.
-En su libro “Carta a mis amigos” usted dice que el problema de fondo es saber si se quiere vivir
y en qué condiciones. ¿A qué apunta esa afirmación? ¿A la eutanasia, por ejemplo?
-Al problema integral del ser humano. Uno decide cómo vivir y bajo ciertas condiciones, le gustarán unas
o le gustarán otras, y ahí es donde nace el choque. A veces hay gente que cree que pueden solucionar
esos problemas dando respuestas individuales, pero pienso que es muy difícil que uno pueda solucionar
problemas que le presenta el sistema, desde su propia óptica, porque uno está inserto en un contexto.
-Usted señala que “las derechas” políticas representan al antihumanismo y que actúan de mala
fe. ¿Cree que los partidos políticos de este país, de derecha, simbolizan aquello?
-Realmente no sé cómo es la situación de los partidos políticos de este país pero yo se que
históricamente, la derecha plantea la absorción de los medios de producción y dejando a las mayorías del
pueblo sin participación, todo lo que yo creo se basa en la mala fe. Hay mucha gente que se adhiere a esos
partidos sin conocer sus manejos, y lo hacen de buena fe...
-Cuando habla de mala fe ¿apunta a un régimen como el de Pinochet?
-¡Por supuesto! Y estoy hablando además de todas las maniobras que realiza el capitalismo financiero
internacional.
-¿Qué opina usted de grupos como la masonería o el Opus Dei?
-Bueno, depende de dónde hayan actuado esos grupos, porque, por ejemplo, el Opus Dei provocó
grandes escándalos financieros en España, es casi una asociación ilícita, pero como esas noticias no
circulan adecuadamente, pareciera que tienen un gran prestigio en otras partes del mundo.
-A los masones los veo como fuera de época en el sentido de que ellos tuvieron mucho auge en el siglo
pasado pues tuvieron que ver también con las guerras de liberación frente a la corona española. Eran los
liberales de la época, pero actualmente me da la impresión -tal vez yo esté equivocado- de que han
disminuido su preocupación por el hecho social.
-Usted usa mucho la palabra revolución. ¿En qué contexto lo hace?
-Me gusta bastante retomarla, y me gusta el escándalo que pueda provocar, es interesante. Yo creo que
la revolución no es producto de condiciones objetivas, sino un hecho que nace de la conciencia del ser
humano y del deseo de cambiar las cosas. Tal vez esto sea muy utópico por como están hoy las cosas,
pero más adelante veremos ya sí es así o no. Creemos que la función de la banca es prestar recursos a los
ciudadanos sin cobro de intereses, ¿pero cómo va a subsistir la banca? Es la pregunta. Lo puede hacer
simplemente haciendo pequeñísimos descuentos a sus inscriptos. En el mundo árabe, por ejemplo, hay un
tipo de banca que funciona así.
-Usted dice que los ejércitos deben intervenir cuando se ha quitado el poder legítimo al pueblo o
cuando hay una situación que lo amerite, por lo tanto ¿usted justifica los golpes de Estado?
-Lo que yo justifico es la devolución del poder al pueblo cuando éste ha sido arrebatado por una
camarilla que puede ser militar, por ejemplo, y la función del ejército es devolver lo suyo al pueblo, porque
para eso están los ejércitos.
-¿Cuál es la imagen que tiene del Chile de estos días?
-Es lo mismo que he visto en otros países en el sentido de un fuerte avance a la visión del ser humano
como si fuera un número, una cosa muy economicista. Además creo que lo que está ocurriendo aquí, en
Argentina y otros puntos, es que se cree que el manejo del dinero va a solucionar todos los problemas.
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