Nº 96/Febrero 2012 Entrevista José Miguel Castillo Calvín, portavoz del Grupo Popular en la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados 14 “El procurador resulta un elemento cada vez más necesario para la agilización y eficiencia de nuestra Administración de Justicia” Procuradores El ambicioso plan de reformas presentado por el nuevo equipo ministerial cuenta con el respaldo del Grupo parlamentario que ostenta la mayoría absoluta. Son 186 diputados, representados en la Comisión de Justicia por un nuevo portavoz, José Miguel Castillo Calvín, dispuesto a participar en la ingente tarea legislativa que se avecina, y a contar con los procuradores en el diseño de una oficina judicial más moderna, ágil y eficiente. extensión de la lucha partidista a la configuración de los órganos de gobierno de uno de los poderes del Estado. Y como uno de los reproches que en los últimos tiempos se ha hecho con más frecuencia a la Justicia ha sido el de su politización, en nuestra mano está que la Administración de Justicia permanezca lo más alejada posible de la batalla y de la confrontación política, comenzando con la modificación del sistema de elección de los vocales del Consejo General del Poder Judicial. Tenemos que ir al espíritu de la Constitución y dejar bien claro que la voluntad del Gobierno, como ya ocurrió en los primeros tiempos de funcionamiento del Consejo, es que doce de sus veinte miembros sean elegidos de entre y por jueces y magistrados de todas las categorías, para evitar que decisiones justas y acertadas sean tachadas por los ciudadanos de estar contaminadas polí­ ticamente. De esta manera, podremos recuperar su confianza en la Justicia y propiciar el respeto a su independencia e imparcialidad, tanto en lo que afecta al órgano de gobierno de los jueces, como al Tribunal Constitucional. –¿Tendrían cabida en ese nue­ vo CGPJ, en el cupo de los ocho vocales elegidos por las Cámaras, representantes de los distintos operadores jurídicos, como pue­ den ser los procuradores? –Entre los ocho miembros del Consejo General del Poder Judicial que designe el Parlamento entre abogados y juristas de reconocida competencia y con más de quince años de ejercicio en la profesión, indudablemente pueden tener cabida los procuradores. En todo caso, el actual Gobierno pretende que esta designación no reproduzca un sistema partidario de reparto de cuotas en función de los apoyos electorales que haya tenido cada formación, sino que, a través del diálogo, se llegue a un consenso para elegir a las personas más adecuadas, que cumplan todos los requisitos para poder ejercer esa alta función. –¿En qué puntos considera que sí puede ser posible alcanzar un consenso para afrontar la moder­ nización de la Justicia? –Hay propuestas que gustan más e indudablemente otras que parece que gustan menos a alguno de los grupos parlamentarios en la oposición, pero lo cierto es que el Gobierno tiene que tomar decisiones, pues la ciudadanía así lo está exigiendo. Por ello, creo interesante apuntar en la dirección de aquellas cuestiones en las que positiva­ mente podamos encontrarnos, y ese es el reto que nos ha ofrecido el nuevo Gobierno. –¿Por ejemplo? –Es vital para la salud del Estado de derecho que el ministro de Justicia se haya marcado como objetivo general mejorar la seguridad jurídica a través de un marco normativo claro con menos y mejores leyes, como otros tantos puntos avanzados en su comparecencia, Procuradores Nº 96/Febrero 2012 –En su primera comparecencia en la Comisión de Justicia, ase­ guró que la Justicia es cosa de todos. Sin embargo, dada la ma­ yoría absoluta del Partido Popular en esta legislatura, ¿es posible un pacto de Estado, o buscar el con­ senso en torno a las reformas que son necesarias? –“La Justicia es cosa de todos” me pareció un buen lema para resumir la intervención de Ruiz-Gallardón, pues al exponernos su plan, su hoja de ruta para la regeneración de la Justicia, recla­ mó un clima de diálogo para inaugurar la presente legislatura. Este planteamiento amplio y generoso me parece muy necesario, pues para que esas medidas de mejora de nuestro modelo judicial sean realmente eficaces y alivien el atasco endémico que padece nuestra Administración de Justicia, es deseable que traten de concretarse y sean fruto del debate, el consenso y el pacto entre todos los operadores jurídicos y las Administraciones Públicas. –En temas como la reforma del sistema de elección de los vocales del Consejo General del Poder Ju­ dicial (CGPJ), desde luego, no van a contar con el apoyo del principal partido de la oposición. ¿Por qué es tan importante esta vuelta al sistema anterior? –La división de poderes que consagra nuestra Constitución está, a efectos del ciudadano, absolutamente vulnerada como consecuencia de la Entrevista El portavoz del Grupo Parlamentario Popular en la Comisión de Justicia es un abogado y economista de 45 años, casado y con dos hijos. Fue elegido diputado por Granada, ciudad donde tiene su despacho profesional y en cuya universidad se licenció en Derecho en 1989. También es licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Antonio de Nebrija (Madrid). Pese a la vorágine de trabajo que siempre supone el inicio de legislatura, no duda en responder a la llamada de Procuradores para explicarnos con más detalle sus proyectos en materia de Justicia. 15 Entrevista Nº 96/Febrero 2012 16 como la adecuada informatización de los tribunales. O una ley de arbitraje que contribuya a solucionar conflictos fuera del ámbito judicial, y que por tanto, disminuya la carga de trabajo que asumen los juzgados; la simplificación de los procedimientos; la introducción de los juicios rápidos también en la jurisdicción civil; la reforma del recurso de amparo y del recurso previo de inconstitucionalidad, o el desarrollo de la nueva oficina judicial, entre otros muchos. Considero que son medidas que deberían ser bien acogidas, si nuestro reto, el de todos, es conseguir que la Justicia funcione adecuadamente, pues se trata de instrumentos eficaces que sin duda contribuirán a solucionar la ya endémica lentitud de nuestra Administración de Justicia, impulsando la necesaria agilización procesal y resolviendo o solventando las carencias existentes, además de recuperar la con­ fianza de los ciudadanos. –Las estadísticas muestran una contradicción bastante eviden­ te. Mientras las encuestas dicen que los ciudadanos no confían en la Justicia, cada año que pasa se registran cifras superiores a los nueve millones de casos anuales. ¿Cómo se puede frenar esta liti­ giosidad tan desmesurada? –Es cierto que la negativa percepción que los ciudadanos tienen actualmente de la Administración de Justicia lleva a considerarla el servicio público peor valorado por los españoles, y esta es una opinión que a todos los grupos parlamentarios nos preocupa profundamente. E igualmente es cierto que en las últimas estadísticas del Consejo General del Poder Judicial hacen referencia a una excesiva litigiosidad en todas las jurisdicciones. Sin embargo, desde el año 2010, se aprecia una reducción en el ingreso anual de asuntos en los ór­ ganos judiciales españoles, tendencia que se ha trasladado al pasado año 2011. A pesar de ello, es indudable que la carga judicial sigue siendo elevadísima, por lo que es preciso considerar que existen otras vías, igualmente válidas, para resolver los conflictos antes de recurrir a la tutela efectiva de los jueces. Tanto es así, que la intervención de la Justicia, aun manteniendo las Procuradores “El enorme éxito con que se están realizando las notificaciones ha sido un factor decisivo para dotar de mayor agilidad y eficacia a la tramitación de los procedimientos, y nos demuestra que el papel del procurador debe seguirse potenciando” puertas abiertas, sin restricciones, a todos los ciudadanos, debería concebirse como un último recurso reservado para aquellos casos en los que no fueran posibles otras fórmulas de solución. Y en este punto, el Ministerio de Justicia estudia fórmulas válidas para alcanzar este objetivo, como la desjudicialización de determinados procedimientos, de la mano, por ejemplo, de la Ley de Jurisdicción Voluntaria, de la despenalización de determinadas conductas que hoy tienen calificación de falta, o del fomento de soluciones extrajudiciales de conflictos a través de la mediación. –¿En qué consiste la nueva tasa para la segunda instancia anun­ ciada por el ministro en la Co­ misión de Justicia? –Es necesario revisar el vigente sistema de tasas judiciales. Una situación de crisis como la que vivimos impone la necesidad de fomentar el uso racional, compaginándolo con la máxima eficacia, de los recursos destinados a los servicios públicos. Por ello, se pretende que el servicio público de Justicia tenga plena accesibilidad en primera instancia, pero que si se solicita una revisión de la decisión judicial, si se discrepa de lo que un juez ha dicho, el usuario deba hacer frente en determinados supuestos a los costes si el recurso no prospera, y con la salvedad de que quedarán exentas de pago aquellas personas que realmente carezcan de recursos para litigar. En todo caso, no será de aplicación ni en lo penal ni en lo social. Creo que es un principio de equidad que garantiza la tutela judicial efectiva sin cargar contra el contribuyente una permanente litigiosidad en supuestos carentes de cualquier probabilidad de éxito judicial. –¿Qué parte del plan de moder­ nización del anterior equipo mi­ nisterial es a su juicio válida para seguir trabajando sobre ella? –Debemos valorar los aspectos po­ sitivos que en materia de modernización han introducido las administraciones anteriores durante los últimos 16 años, pero creo que todos hemos cometido errores y que toca ahora corregirlos. Tenemos que avanzar en el proceso que debe convertir la Ad- “Entre los ocho miembros del Consejo General del Poder Judicial que designe el Parlamento indudablemente pueden tener cabida los procuradores” Procuradores Entrevista “Los procuradores tienen mucho que aconsejar al nuevo Gobierno para conseguir los objetivos proyectados, siendo especialmente útil y necesaria su colaboración para la implantación de las nuevas tecnologías y la eficiencia de la oficina judicial” El diálogo y la coordinación es fundamental para llevar a buen puerto todas las reformas, y los procuradores tienen mucho que aconsejar al nuevo Gobierno para conseguir los objetivos proyectados, siendo especialmente útil y necesaria su colaboración para la implantación de las nuevas tecnologías y la eficiencia de la oficina judicial. –¿En qué otros ámbitos se podría aprovechar mejor la es­ pecialización de la Procura en la gestión y representación pro­ cesal? –La función del procurador, precisamente por su cercanía con la sociedad, representando en el amplio sentido de la palabra a los ciudadanos en los procesos judiciales, resulta fundamental, así como su labor de colaboración con los órganos jurisdiccionales para la subsanación de defectos procesales y realización de actuaciones necesarias. Y un ejemplo de su alta especialización y eficacia la hemos podido comprobar tras la entrada en vigor de la reforma operada por la Ley 37/2011, de 10 de octubre, al atribuir a los procura­ dores la realización de actos de comunicación directamente a la parte contraria o a terceros. El enorme éxito con que se están realizando las notificaciones ha sido un factor decisivo para dotar de mayor agilidad y eficacia a la tramitación de los procedimientos, y nos demuestra que el papel del procurador debe seguirse potenciando, porque resulta un elemento cada vez más necesario para la agilización y eficiencia de nuestra Administración de Justicia. –El Gobierno pre­ tende impulsar también una ambiciosa reforma legislativa. Sé que son temas muy c­ omplejos, pero le ruego que es­ boce algunas pincela­ das de sus objetivos básicos. –Sin perjuicio de la elaboración de leyes largo Nº 96/Febrero 2012 ministración de Justicia en un servicio que satisfaga las expectativas de los ciudadanos en cuanto a celeridad y calidad en la resolución de los conflictos. –Entre esos errores, ¿incluye las disfunciones que han apareci­ do durante la implantación de la nueva oficina judicial? –Lo cierto es que nuestro modelo judicial, se mire como se mire, está agotado. Es por ello que una de las reformas que tenemos que acometer en esta legislatura es la implantación razonable, progresiva y eficaz, de una nueva oficina judicial. El diseño de la nueva oficina judicial quedó plasmado en la reforma que se hizo de la Ley Orgánica del Poder Judicial en el año 2003, y la implantación que durante estos años se ha hecho de la oficina no se ha acomodado, en el plano organizativo, ni al espíritu del legislador que la inspiró, como tampoco ha ido acompañada de la imprescindible modernización tecnológica que sí habría sido garantía de éxito en su implantación. Así pues, sin restar importancia a los avances logrados, tenemos que reconocer que han transcurrido casi nueve años sin que los planes pilotos desplegados hasta la fecha en algunas provincias hayan dado respuesta a la previsión que se tuvo en el año 2003 para la oficina judicial. Sin embargo, estamos convencidos de que la oficina judicial debe desempeñar un papel fundamental en la modernización de la Justicia, y por eso, como ha señalado el ministro de Justicia, tenemos el firme propósito de que sea una realidad cuando termine esta legislatura. –El ministro apeló a la co­ laboración de todos los opera­ dores jurídicos, y se compro­ metió a contar con todos ellos para impulsar esta nueva etapa. ¿Qué esperan de los procura­ dores? –No se abordará ninguna refor­ ma sin escuchar previamente a los grupos políticos y a los ­operadores jurídicos: a los jueces, a los magistra­ dos, a los fiscales, a los secretarios judiciales, a los abogados, a los graduados sociales, a los funcionarios y, por supuesto, a los procuradores. 17 Entrevista Nº 96/Febrero 2012 18 tiempo esperadas, entre las que destaca la nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal, son inaplazables determinadas reformas procesales urgentes de todos los órdenes jurisdiccionales civil, penal, contencioso-administrativo y social, que admitan la reducción de la litigiosidad, la desjudicialización de determinadas materias en que no esté en juego la tutela judicial, y que permitan suprimir y agilizar trámites innecesarios y colaboren así a la reducción de la exagerada duración de los procesos judiciales, sin perjuicio de las garantías fundamentales, que están demandando reiteradamente los ciudadanos. –Un asunto conflictivo, a buen seguro, dados los intereses locales en conflicto, será la modificación de la Ley de Planta y Demarcación Judicial. ¿Qué criterios se tendrán en cuenta a la hora de repartir los órganos judiciales en el territorio nacional? –Indudablemente, el Servicio de Inspección debe potenciar su función colaboradora y de investigación mediante sistemas de medición racional de carga por jurisdicción y órgano y la fijación de la capacidad de actividad jurisdiccional exigible a cada titular del órgano, a fin de detectar, por un lado, las deficiencias estructurales que existen en números órganos judiciales y, por otro, las graves disfunciones que se están produciendo con el desarrollo de la nueva oficina judicial. Con esta finalidad, desde el Grupo Parlamentario Popular hemos presentado una propuesta de resolución a la memoria sobre el estado, funcionamiento y actividades del Consejo General del Poder Judicial, instando al órgano de gobierno de los jueces para que establezca más apropiadamente la carga de trabajo para cada órgano judicial, aspecto fundamental para determinar la planta y el número de jueces necesarios en España. Por otro lado, vamos a avanzar en la implantación progresiva de los tribunales de instancia como un mecanismo para reducir el tiempo en la tramitación de las causas en los juzgados, sin necesidad de asumir el elevado coste que supone la creación de nuevos juzgados o el refuerzo de los existentes. Procuradores “Un país competitivo no puede seguir con un funcionamiento del servicio público de la Justicia alejado de los procesos modernizadores del Estado, ajeno al ritmo del cambio social, tecnológico y político” Igualmente, como consecuencia de la nueva Ley Orgánica del Poder Judicial, y conforme a los criterios generales que esta habrá de establecer respecto a la planta y organización de los juzgados y tribunales, el Gobierno prevé remitir a la Cámara un proyecto de ley de una nueva ley de demarcación y planta judicial, pues conceptos básicos, como el de partido judicial, con arreglo al cual secularmente ha funcionado nuestra Justicia, todavía vigentes en la ley de 1988, responden a una realidad social, económica, demográfica y de infraestructuras que es muy distinta de la actual y que necesitamos actualizar. –El anterior Gobierno dejó ela­ borado un proyecto de la nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal. ¿Puede servir de punto de par­ tida? –El actual Gobierno tomará en cuenta los trabajos anteriores, pero el texto será nuevo, afrontando el estudio de esta reforma con una partici­ pación muy activa de la Fiscalía General del Estado y, por supuesto, del Consejo General del Poder Judicial. –¿Qué puede aportar la Justi­ cia para ayudar al país a salir de la grave situación de crisis eco­ nómica que vivimos? –Un país competitivo no puede seguir con un funcionamiento del ser­ vicio público de la Justicia alejado de los procesos modernizadores del Estado, ajeno al ritmo del cambio social, tecnológico y político. Y en las actuales circunstancias de crisis, la relación entre Justicia y economía adquiere una especial importancia, pues un mal funcionamiento de la Justicia no sólo comporta un daño profundo a la convivencia, sino que también tiene negativas consecuencias económicas. Así pues, si somos capaces de moder­ nizar nuestra Administración de Justicia, si somos capaces de dotarla de un adecuado nivel de eficiencia, no solamente daremos respuesta al derecho constitucional de los ciudadanos a la tutela judicial, sino que además la podremos convertir en un elemento determinante para aumentar la competitividad de nuestro país y, por lo tanto, para ayudar a superar nuestra crisis económica. q RAÚL DE ANDRÉS