El caso de Rebeca

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El caso de Rebeca
Basado en la obra Infants, Toddlers and Caregivers
por Janet González Mena y Dianne Widmeyer-Eyer -- Traducción y adaptación por Ofelia E. García
La madre entra en la habitación cargando a la niña. La niña, su cara tensa, se aferra a la
madre con ambos brazos alrededor de su cuello. La madre coloca la bolsa de pañales en su
casilla del armario de la entrada y entonces habla brevemente con la cuidadora. Se agacha a
quitarse los zapatos y luego camina hacia un área de juego, parándose sobre una alfombra.
Inclinándose a poner a la niña sobre la alfrombra le dice –– “Me tengo que ir pronto Rebeca.
Te quedarás aquí con María. Ella te cuidará hasta que yo regrese.” Acercándose, María se ha
arrodillado al lado de ellas y espera.
La niña se aferra aún más a su mamá. La madre se sienta en el suelo con Rebeca aún en
sus brazos. Permanecen así sentadas por varios minutos. La niña empieza a relajarse un poco.
Estira su mano para alcanzar el mango de un juguete de empujar y la madre se lo acerca y se
lo da. La niña lo rueda hacia delante y hacia atrás sobre la alfombra, pero continúa sobre el
regazo de la madre. Por fin se baja y sentándose al lado de su madre, comienza a dar golpes
con un martillito sobre un banquito de carpintería. Se interesa cada vez más en esa actividad y
se aparta un poco de la madre.
En esto la madre se levanta y mira hacia María que está a cierta distancia en la habitación.
Se inclina, besa a su hija y dice –– “Ya es hora de irme. Hasta luego.” Se aleja, se calza los
zapatos y va directamente a la puerta. La hija la sigue con la mirada, su cara angustiada.
Desde la puerta la madre se vuelve brevemente, le sopla un beso, le da la espalda, abre la
puerta, sale y se va. Al oír la puerta cerrarse, Rebeca da un grito y sollozando se deja caer al
suelo.
Al sentir una mano tocarle el hombro, Rebeca mira hacia arriba. Ve arrodillada a su lado a
María, la cuidadora. La niña se aparta del contacto. María permanece cerca de ella y dice
“Veo que estás angustiada porque tu mamá se fué.” Rebeca comienza a gritar de nuevo.
María permanece cerca, pero sin decir nada. Los gritos de Rebeca van disminuyendo y
vuelve a sollozar tranquilamente. Continua sollozando por un rato; entonces nota su bolsa de
pañales en el armario donde su madre lo había colocado en su casillero. Trata de alcanzarlo,
un aire de esperanza retratado en su cara llena de lágrimas. María se lo alcanza. Rebeca lo
agarra. María mete la mano en la bolsa, saca un osito de peluche envuelto en un pañuelo y se
lo ofrece a Rebeca. Rebeca abraza al osito con todas sus fuerzas. Acaricia el pañuelo,
acercándoselo de vez en cuando a la nariz y oliéndolo. Su faz se va despejando cada vez más.
María se aleja. Rebeca parece no notarlo. María regresa con una caja de muñecos y
rebozos que coloca ordenados sobre el suelo cerca de Rebeca. Rebeca gatea hacia ellos
inmediatamente, vuelca la caja y se mete dentro. La escena termina. Rebeca está envolviendo
una muñeca en un rebozo, acostándola en la caja al lado del osito que ha tapado con el
pañuelo.
Para la reflexión y discusión en grupo: ¿Cómo se refleja el cuidado de alta calidad en esta escena?
¿Cuáles son las actitudes y valores de la madre y de la proveedora que se pueden detectar a través
de sus acciones?
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