COOPERATIVISMO EN COLOMBIA De acuerdo con los

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COOPERATIVISMO EN COLOMBIA
De acuerdo con los historiadores es muy probable que la civilización precolombina
de Colombia tuvo también, como en otros lugares del continente, alguna relación
con las ideas básicas del cooperativismo. Por ejemplo, el régimen de propiedad de
los chibchas, aduce las siguientes razones de orden indirecto para demostrar la
inexistencia de la propiedad inmueble individual entre ellos: “No debió existir
propiedad inmueble, pues todas las culturas precolombinas carecían de ella”.
En la época de la colonia, encontramos las Cajas de Comunidad, los Pósitos y
también los Montepíos y Montes de Piedad del Siglo XVIII, con algunas
referencias a las actuales cooperativas de ahorro y crédito, de seguros y de
previsión.
Ya desde la época de la independencia aparecen algunos ejemplos de sociedades
de auxilio mutuo, que se acentúan, con la aparición de a mediados del siglo XIX,
de las Sociedades de Artesanos, para la defensa de los intereses económicos de
los asociados, que más tarde, se transforman en las sociedades democráticas con
un carácter primordial político. Paralelo a esto y por influencia de las ideas
cristianas, así como por la inspiración de la iglesia, surgen las sociedades
mutuarias.
Algunas de las características que hacen de estas sociedades precursoras, las
podemos observar en los estatutos de dos de ellas, muy antiguas: La Sociedad de
Caridad fundada en 1864 y la Sociedad de Auxilio Mutuo del Señor del Despojo,
establecida también en Bogotá en el año de 1899 y que recibió su personería
jurídica en 1910.
En las primeras décadas del siglo XX, un estadista colombiano, el General Rafael
Uribe Uribe, planteó las ideas cooperativas como parte de su pensamiento sobre
el socialismo democrático de corte humanístico, en una conferencia pronunciada
en el Teatro Municipal de Bogotá en Octubre de 1904 y en el discurso publicado
en el primer número del diario “El Liberal” en el mes de abril de 1911.
Según el libro “El Estado y la Acción Política del Cooperativismo”, en el año 1916,
durante la administración del presidente José Vicente Concha, Benjamín Herrera,
ministro de agricultura y comercio, presento a consideración del Congreso de la
República del primer proyecto cooperativo del que se haga noticia, respaldándolo
con razones que aún tienen vigencia para el fomento de las cooperativas agrícolas
en el país.
Hacía 1920, el Presbítero Adán Puerto, después de un viaje a Europa donde pudo
apreciar directamente los adelantos del sistema, se dedicó a difundir el
pensamiento cooperativo y a indicar la necesidad de unir la actividad sindical con
las de las cooperativas. Las tesis del sacerdote boyacense fueron expuestas de
diversas maneras y en varias oportunidades: a partir de 1921, en el Boletín
Diocesano de la ciudad de Tunja; en los años de 1922 y 1923, durante las
jornadas de estudios de sociales y desde el seminario El Vigía que se editaba
también en Tunja.
Las ideas de los precursores y el interés de otros políticos y estadistas tuvieron su
culminación cuando el Congreso de 1931 aprobó la primera ley cooperativa – la
número 134 de ese año – en cuya preparación participaron juristas conocedores
del sistema.
A partir de la década de los treinta el desarrollo del cooperativismo se fue
incrementando satisfactoriamente. De acuerdo con datos estadísticos, en 1933
existían 4 cooperativas cuyos asociados eran 1807; para 1962 el número de estas
entidades llegaba a 759 con cerca de 450.000 asociados.
La integración de las cooperativas colombianas en organismos de grado superior
se inicia en 1959 con la fundación de la Unión Cooperativa Nacional UCONAL, la
que mas tarde se convertiría en Banco Uconal, después, en 1960, la fundación de
la Asociación Colombiana de Cooperativas ASCOOP, entidades que promovieron
la constitución y el desarrollo de instituciones financieras y de otro carácter como
la Central de Cooperativas de Crédito y desarrollo Social COOPDESARROLLO, el
Instituto de Financiamiento y Desarrollo Cooperativo FINANCIACOOP (años más
tarde sería el Banco Cooperativo de Colombia) – Seguros La Equidad, Seguros
Uconal, entre otros.
Entidades hoy fusionadas al MEGABANCO y el Sistema Financiero Nacional.
FASES DEL DESARROLLO COOPERATIVO EN COLOMBIA
NACIMIENTO (Surgimiento) y primer desarrollo 1933 – 1947
Las primeras cooperativas aparecen en el primer período del proceso de
industrialización como cooperativas de empresas en los núcleos urbanos que
albergan las primeras industrias: Bogotá, Medellín, Cali principalmente. Estas
cooperativas responden a las necesidades de consumo de los grupos obreros
iniciales; de ahí que al lado de las organizaciones gremiales o reivindicativas en
las empresas aparezcan las cooperativas con funciones de consumo o de crédito
para el consumo y vivienda para los trabajadores, por esta razón son de tipo
multiactivas estas cooperativas de empresa. Las bases sociales de este
cooperativismo son los obreros de las industrias y trabajadores de algunas
actividades de los servicios y del estado.
Es interesante observar que el cooperativismo nace impulsado por el mismo
Estado antes de que se produzca el fenómeno cooperativo en la misma realidad,
al igual que sucedió con el movimiento sindical como organización institucional.
TRANSICIÓN Y ESTABILIZACIÓN 1948 – 1960
El movimiento cooperativo en esta etapa presenta dos característica: 1) tiende a
disminuir o establecer el número de cooperativas mientras el número de socios
tiende a aumentar, 2) se consolida en los grupos sociales obreros para las mismas
actividades de consumo y ahorro y crédito, sin incorporar otros grupos.
Estas características parecen indicar el fortalecimiento de cierto tipo de
cooperativas que superen en un proceso de selección económica y social,
mientras otras cooperativas se liquidan. Las cooperativas de empresa o de otra
clase que se consolidan constituyen monopolios desde este periodo. Por ello
podemos afirmar que se produce una estabilidad de las cooperativas más
poderosas.
Esta fase del cooperativismo comprende paradójicamente con el periodo de mayor
auge de la industrialización de bienes de consumo o “boom económico” de la
segunda postguerra (1947 –1955) y con el período de agotamiento de este tipo
de industrialización (1956 - 1960).
Tanto en esta fase como en la primera la participación del sector cooperativo en el
proceso económico se realiza a través de la circulación de capital y de mercancías
orientadas hacia el consumo. Este fenómeno no es casual y más bien es el
resultado de la función complementaria que tiene el cooperativismo en la
estructura económica y social colombiana, como mecanismo de captación y
movilización del ahorro de determinados grupos sociales asalariados para
canalizar el consumo de estos sectores de la población y compensar los bajos
niveles de las rentas de trabajo.
EXPANSIÓN E INTEGRACIÓN 1961 –1975
Durante esta fase del cooperativismo se amplía en forma considerable
incorporando nuevos grupos sociales (clases medias) en las áreas urbanas y
rurales. Se comprende esta expansión con las nuevas tendencias del proceso de
industrialización, urbanización y con los fenómenos de modernización del campo.
La incorporación de nuevos grupos obedece a las características del desarrollo
económico y social del país en los últimos años.
La concentración dentro del sector cooperativo estuvo presidida de un rápido
aumento en el número de cooperativas, resultado de la tendencia de incorporación
de otros grupos sociales, hasta comienzos de la década del 70, cuando tiende de
nuevo a decaer el número de las cooperativas, mientras el número de socios, el
capital social y el volumen de operaciones continua su rápido crecimiento.
Es decir, que en la década del 70, la concentración es definitiva, sobre la base del
consumo de las clases medias (en el campo y en la ciudad), aunque los anteriores
sectores de asalariados continúan siendo un elemento importante de las
cooperativas de consumo y ahorro y crédito multiactivas.
Pertenecen a esta fase las actuales organizaciones de segundo grado del
movimiento cooperativo, los cuales señalan la tendencia de integración del
cooperativismo como resultado de la concentración monopólica. De este modo, no
podemos analizar gratuitamente la formación de federaciones o asociaciones en
función exclusiva de la doctrina cooperativa o de la acción decisiva de algunos
individuos, más bien, a partir de las tendencias objetivas de concentración en el
propio movimiento.
Las asociaciones o uniones se han organizado alrededor de determinadas clases
de cooperativas respondiendo a las necesidades de coordinación de las más
importantes cooperativas, en las distintas esferas de actividad para implementar
acciones de presión frente a los organismos del estado y del sector privado. En el
caso de la Asociación Colombiana de Cooperativas (ASCOOP), son las
cooperativas multiactivas más importantes del país las que están organizadas en
esta entidad. UCONAL, Unión Cooperativa Nacional de Ahorro y Crédito, que
agrupa las cooperativas especializadas de Ahorro y Crédito que en está etapa se
consolida como el subsector de mayor crecimiento y dinamismo del
cooperativismo colombiano.
1.1
Por iniciativa de UCONAL se constituyó la Central Cooperativa de Crédito y
Desarrollo Social COOPDESARROLLO en 1962, como cooperativa de
segundo grado, pero dedicada a servir de auxiliar en el campo económico y
financiero a sus entidades afiliadas. También podemos mencionar en este
período la Fundación en 1968 del Instituto de financiamiento y desarrollo
cooperativo de Colombia FINANCIACOOP y la Cooperativa de Seguros LA
EQUIDAD fundada en el año 1970; igualmente, se inicia un proceso de
integración regional a nivel del país con la creación de federaciones, ligas y
uniones de cooperativas en diferentes ramas de actividad económica.
CONCENTRACIÓN Y ESPECIALIZACIÓN 1975 - 1990
Entre 1981 y 1990 se registra un notorio crecimiento del número de cooperativas
(de 2.053 a 3.984; un 94%) y del número de asociados (de 973.704 a 1.537.000;
un 54%). La mayor parte de este incremento se concentra en el quinquenio 19851990 (57% para el número de cooperativas y 33% en el número de asociados),
coincidiendo con incrementos igualmente notorios en las otras organizaciones de
economía solidaria así: precooperativas 253%; asociaciones, mutualistas 44.65%;
fondos de empleados 49.3.
Entre los principales factores que tuvieron alguna incidencia en esta dinámica
pueden citarse;
a) El incremento de la inversión pública, que pasó de $15 millones en 1981 a
$1.300 millones en 1990, que se refleja en el fortalecimiento de la estructura y
acción del DANCOOP con la creación del centro de documentación, la ampliación,
del sistema de información estadística y la expedición del plan único de cuentas
para las entidades del sector, así como la gestión institucional para acciones de
apoyo internacional al cooperativismo colombiano a través de Naciones Unidas.
b) La existencia de un plan de desarrollo (Plandecoop) que contempló la ejecución
de los siguientes programas. El apoyo a formas cooperativas de trabajo asociado
y a los procesos de integración cooperativa; el impulso a la expedición de la ley
general de cooperativas y los estatutos de asociaciones mutualistas,
precooperativas y fondos de empleados; la inclusión de contenidos cooperativos
en el pensum de educación básica elaborados desde el primero hasta el noveno
grado y los programas educativos del SENA; la búsqueda de financiamiento para
el fomento cooperativo. Algunas de estas acciones han sido ejecutadas en
concertación con las entidades del sector cooperativo.
c) Acciones institucionales como el Plan Nacional de Rehabilitación, que generó
programas de crédito y asistencia técnica para formas asociativas del Sector
Solidario (309 organizaciones atendidas entre 1987 y 1999 con recursos de crédito
por $1.823 millones).
CRISIS DEL SUBSECTOR FINANCIERO De 1990 a 2002
La crisis del sector solidario y concretamente el subsector financiero, ocurrida
entre 1997 y 1999, sepultó 46 cooperativas con actividad financiera, las más
grandes y representativas del país, incluyendo en este debacle los tres bancos
cooperativos: BANCO Uconal, Banco cooperativo de Colombia Bancoop y el
Banco Coopdesarrollo que fue prácticamente transformado en una Sociedad
Comercial el Megabanco.
Son múltiples y variadas las razones que originaron esta crisis, recalcando la idea
que las entidades carecían de un manejo administrativo eficaz y sus cuerpos
directivos no contaban con los conocimientos y experiencias en el negocio
financiero. De otra parte, no podemos dejar de mencionar como factor
desencadenante de esta crisis, la débil supervisión del estado y el casi,
inexistente control interno al interior de estas organizaciones.
Con esta experiencia, se establecieron fuertes restricciones a la actividad
financiera y mayor capacidad de intervención del Estado a través de la expedición
de la ley 454 de 1998, orientando las actividades de las cooperativas y fondos de
empleados a mejorar su participación en una economía moderna que exige
especialización, competitividad, estrategias competitivas y alianzas empresariales
y con apego a los mercados.
6. RECUPERACIÓN Y MODERNIZACIÓN 2000 EN ADELANTE
Después de la crisis que se presentó en el movimiento cooperativo en Colombia,
puede afirmarse que hoy la crisis ha es un hecho del pasado, como lo demuestra
la consolidación y crecimiento de las entidades de la economía solidaria a partir
del año 2002.
El sector a pesar de los ajustes que ha debido efectuar para adaptarse a los
cambios en la normatividad y en el entorno socioeconómico, presenta una
situación favorable como se demuestra con el crecimiento del sector solidario, que
fue superior al de la economía durante 2004, de acuerdo a la información
suministrada por la Superintendencia de la Economía Solidaria, señalando a
demás que a lo largo de los últimos años los activos e ingresos del sector
solidario se han incrementado hasta participar con un 4.3 por ciento del PIB en el
año 2004.
En términos reales, también se evidencia un crecimiento por encima del logrado
por la economía colombiana, ya que mientras el sector presenta un crecimiento
real del 5.1 por ciento en activos y de 5.8 por ciento en ingresos, el PIB creció el 4
por ciento.
El papel que se cumple con las cooperativas de actividad financiera es relevante,
212 entidades de ahorro y crédito, con más de 1,2 millones de asociados, generan
empleo a más de 4.000 personas y beneficios indirectos a más de 5 millones.
Estas entidades supervisadas por la Superintendencia de la Economía Solidaria,
registran una positiva evolución desde el año 1999, cuando el sistema financiero
del país sufrió una de sus más grandes crisis.
Las 212 cooperativas de ahorro y crédito registran activos por 4.5 billones de
pesos, es decir, el 40 por ciento de los activos de las casi 6.000 entidades que
reportan a la superintendencia entre cooperativas, fondos de empleados y
mutuales.
A lo largo de los últimos 7 años la recuperación y crecimiento es significativa y
demostrable a través del comportamiento de sus principales cuentas y los
resultados de los indicadores de riesgo y de gestión.
Estas organizaciones han dado acceso al crédito a núcleos de población
desatendidos por el sector financiero tradicional y su efecto social se traduce en
las inversiones que, por más de 672.627 millones de pesos, realizarán este a
través de sus fondos obligatorios de solidaridad y educación y los autónomos de
recreación, bienestar social y fondo mutual de previsión y asistencia, entre otros,
señaló.
Fuente: Bases del Cooperativismo – Carlos Uribe Garzón, editorial Cooperativa Universidad Nacional.
Bogotá.
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