> JURISPRUDENCIA FICHA TÉCNICA TÍTULO: Sentencias sobre los riesgos psicosociales: acoso moral y sexual (I). FUENTE: Gestión Práctica de Riesgos Laborales, nº 68, pág. 36, febrero 2010. RESUMEN: El acoso moral en el trabajo carece de regulación específica en el sistema jurídico español, pero su regulación genérica está directamente vinculada con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL). Aun así, no se puede obviar que estos casos presentan otras connotaciones pues, no solo se consideran un riesgo laboral, sino que también entra en el campo anímico no visible; de ahí la problemática para su detección, evaluación y posterior erradicación, derivando hacia una problemática de difícil calificación jurídica. Las sentencias presentadas en este artículo muestran como, partiendo de la regulación específica de ámbito laboral en prevención de riesgos laborales, se ha recurrido a legislación complementaria según las especificidades de cada caso, estudiándose las situaciones de hostigamiento o acoso moral denunciadas por el trabajador e interpretándolas según el sistema jurídico español con objeto de obtener respuesta. En el siguiente número de la revista se profundizará en el tema con otras sentencias. DESCRIPTORES: • Jurisprudencia • Acoso moral • Acoso sexual • Hostigamiento • Vulneración de derechos Sentencias sobre los riesgos psicosociales: acoso moral y sexual (I) Las sentencias referidas en este artículo tienen un nexo común: los demandantes son trabajadores que se han considerado víctimas de acoso en el entorno laboral. En unos casos se debe a discriminación del empleado por motivos de sexo y a acoso sexual por parte de un superior; en otros, el asalariado ha percibido trato vejatorio por parte de sus superiores, infligiendo estos un hostigamiento laboral al trabajador que siente vulnerados los derechos fundamentales a la integridad física y moral y a la dignidad de la persona. Interpretando el sistema jurídico español, en unos casos se ha fallado a favor de la parte demandante y en otros a favor de la demandada. Sentencias analizadas por la Ley/Redacción de Gestión Práctica de Riesgos Laborales 36 • Gestión Práctica de Riesgos Laborales 036_a_Sentencias acoso_I.indd 36 Nº 68 • Febrero de 2010 27/01/2010 13:46:54 www.riesgos-laborales.com ablar de acoso moral en el trabajo es tratar sobre un riesgo psicosocial que ha de tratarse como un riesgo laboral más, en su sentido más amplio. Debido a ese sólido nexo hay que entender que la protección jurídica y su regulación están plasmadas en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y en legislación complementaria, principalmente el reglamento que regula los servicios de prevención. A pesar de ello no existe una alusión directa a los riesgos psicosociales en ambas normativas ni al término acoso moral, aunque el artículo 2 de esta ley establece que el objeto de la misma será “promover la seguridad y la salud de los trabajadores”. Esa promoción de la salud también debe abarcar la salud psíquica del trabajador. H Por lo tanto, se debe partir de la regulación específica en prevención de riesgos laborales (Ley de Prevención de Riesgos Laborales) para, posteriormente, seguir integrando, interpretando y estudiando el sistema jurídico español con el fin de obtener alguna respuesta jurídica en el asunto que aquí ocupa. Tanto en los casos reales tratados a continuación como en aquellos que se expondrán en el próximo número, se pueden comprobar los numerosos factores a los que hay que atender para aplicar la legislación en los supuestos de acoso moral en el trabajo. Inexistencia de indicios racionales y objetivos Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia, Sala de lo Social, sentencia de 28 de julio de 2009, rec. 696/2009. El TSJ de Murcia desestima el recurso de suplicación interpuesto por el trabajador contra la sentencia del Juzgado de lo Social núm. 1 de Murcia que desestima la demanda sobre extinción del contrato de trabajo deducida por el trabajador por inexistencia de indicios racionales y objetivos de acoso moral o mobbing. No ha quedado probado que la baja médica iniciada por el demandante tenga como causa las acciones imputadas a la empresa. El trabajador presentó demanda sobre extinción de contrato de trabajo contra la empresa para la que trabajaba, Real Murcia Club de Fútbol, reclamando la extinción de su contrato de trabajo por Nº 68 • Febrero de 2010 036_a_Sentencias acoso_I.indd 37 considerar que se encontraba en situación de falta de ocupación efectiva y vulneración de derechos fundamentales con abono de la indemnización legal por incumplimiento contractual, consistente ésta en la cantidad que le restara por contrato de percibir a la fecha de la extinción solicitada hasta la finalización del contrato, así como el abono de la indemnización adicional, por perjuicios materiales y morales, estimada en 1.500.000 euros. La demanda fue desestimada por el Juzgado al considerar que no existe acoso moral al actor para que rescindiera su contrato de trabajo, así como no se aprecia un atentado a la integridad física o moral, ni a otro derecho fundamental. Frente a dicho pronunciamiento interponen recurso de suplicación por la parte actora, basado en la revisión de hechos probados de la sentencia recurrida y en el examen del derecho aplicado por infracción de normas sustantivas y de la jurisprudencia. En cuanto al primero de los motivos de recurso, se refiere por la parte recurrente la modificación del hecho probado sexto de la sentencia, para que se adicione que, desde la fecha en que inició el proceso de incapacidad temporal, el actor no ha participado en ninguna de las sesiones de entrenamiento ni demás actividades instrumentales de la primera plantilla del Real Murcia, entrenando en campos de césped artificial; así como que el actor no intervino en los partidos de la pretemporada. Se solicita la revisión del hecho probado séptimo, para que se registren los siguientes hechos: la expedición del parte de baja, el hecho de que no fue invitado al partido de presentación de la primera plantilla, no acudió a la realización de la foto oficial del equipo por encontrarse de baja, nunca se le entregó traje oficial de verano, no se le permitió elegir dorsal al impedírsele participar en la reunión celebrada al efecto y se incorporó a la primera plantilla el 3 de enero de 2009. También se interesa la modificación del hecho probado octavo de la sentencia recurrida, para que se haga constar que la nómina de julio de 2008 fue “abonada por la demandada al actor el día 23 1 Real Decreto 1006/1985, de 26 de junio, por el que se regula la relación, laboral especiales los periodistas profesionales. BOE nº 153/1985, de 27 de junio de 1985. de septiembre, mientras que al resto de componentes de la primera plantilla se abonó la cantidad el día 13 de agosto”. Respecto al segundo motivo de recurso, se alega la infracción de los artículos 16.2, 7.4, y 15.1 del Real Decreto 1006/19851, todos ellos en relación con el artículo del Convenio Colectivo para la actividad de fútbol profesional Respecto al segundo motivo de recurso, la parte actora y recurrente refiere una serie de actuaciones empresariales que considera indicios acreditados del acoso moral sufrido por el trabajador demandante: no fue integrado en los entrenamientos en el mes de julio, apartamiento y aislamiento al hacerle entrenar en unas instalaciones diferentes y sin las condiciones adecuadas, cantidades adeudadas de la temporada anterior y reclamación de las mismas, imposibilidad de elegir dorsal, falta de provisión de vestimenta de verano, no reserva de la plaza de aparcamiento en el Estadio Nueva Condomina, ausencia del actor en el partido del centenario y baja médica por trastorno ansioso depresivo; variedad de indicios que se refieren cuya realidad fue justificada por la parte demandada, como así lo argumenta el magistrado de instancia, y que no inciden en la vulneración de derecho fundamental alguno, o que no permiten concluir la existencia de acoso moral sobre el trabajador demandante. La acción del club demandado en relación con los indicios en que se basa la demanda y el recurso se ha visto justificada y ello responde a la realidad, y el dato de la causa de la baja médica no consta que responda de manera efectiva a las acciones imputadas a la entidad demandada. Por todo ello, debe desestimarse el recurso, confirmándose la sentencia recurrida. Incumplimiento grave de las obligaciones empresariales Juzgado de lo Social NBO. 5 de Cantabria, sentencia de 15 de octubre de 2009. El Juzgado de lo Social número 5 de Santander estima la demanda interpuesta por la trabajadora contra la empresa Andro Bustamante y declara extinguida la relación laboral entre empleador y empleado por incumplimiento grave de las obligaciones empresariales, condenando a la empresa al abono de una indemnización. Gestión Práctica de Riesgos Laborales • 37 27/01/2010 13:46:55 > JURISPRUDENCIA Los hechos son los siguientes: la demandante presta servicios para la empresa Andro Bustamante S.L. –sector comercio de la piel, cuero y calzado– desde el 3 de marzo de 2004 y tiene reconocida la categoría profesional de encargada. La empresa contrató a otra persona como gerente de las tiendas, responsable de la gestión del personal. La trabajadora se fue de vacaciones y a su vuelta se encontró con cambios en su situación laboral, siendo destinada a un establecimiento en el que otra persona ocupaba su cargo original, como encargada. En consecuencia, sufre una crisis de ansiedad vinculada a la situación laboral que la lleva a una situación de IT. Es dada de alta y a su reincorporación fue destinada a una tienda en la que nuevamente otra persona ejercía de encargada y allí le encomendaron faenas impropias de su categoría profesional, como son las tareas de limpieza o la descarga de productos de los camiones. Por esos hechos la actora presentó denuncia a la I.T.S.S., alegando una situación de acoso. Posteriormente, la empresa procedió a comunicar a la actora una carta en la que comunicaba que daba por finalizado su periodo de adaptación a los nuevos procedimientos de la empresa, en virtud de su potestad organizativa. En la misma le recordaba que el trabajador está obligado a realizar el trabajo convenido bajo la dirección del empresario o persona en quien éste delegue2. Una semana antes de que se diera por finalizado este periodo la actora causó nueva situación de IT con el diagnóstico de ansiedad, siendo dada de alta un mes después. Tras la reincorporación fue destinada a una tienda en la que se produjo un altercado con el encargado y nuevamente la demandante protagonizó causa de IT con el diagnóstico de trastorno depresivo mayor. Constituye el núcleo de la litis, y así es aceptado por todas las partes, la existencia o no de una situación de mobbing contra la actora, a cuyo fin se hace precisa la delimitación del concepto en cuestión. Para ello, se sigue aquí el concepto uniformado de mobbing aceptado ya en múltiples sentencias, entendiéndose como tal aquella 2 El trabajador está obligado a realizar el trabajo convenido bajo la dirección del empresario o persona en quien este delegue realizándose de conformidad con las reglas de la buena fe y diligencia (art. 5B* 5c y 20.1 ET). 38 • Gestión Práctica de Riesgos Laborales 036_a_Sentencias acoso_I.indd 38 presión laboral tendente a la autoeliminación de un trabajador mediante su denigración. La aplicación de la doctrina jurídica al caso de autos lleva a afirmar que la trabajadora fue víctima de una presión laboral tendenciosa o mobbing. Entre la sucesión de conflictos padecidos merece la pena destacar que la actora fue sistemáticamente destinada a comercios en los que había otra persona ejerciendo las funciones de encargado/a –categoría de la trabajadora–, y que no se dieran las órdenes oportunas para que ella pudiera llevar a cabo su trabajo como tal; que esa situación la mantuvo en la empresa, pese a que ello supuso bajas por incapacidad temporal de la demandante; que en esa situación se le encomendaran labores, como limpiar o descargar caminos de mercancías, propias de la categoría profesional de dependienta o incluso de ayudante de dependienta; que a la trabajadora se le comunicara que había estado sometida a un periodo de adaptación/aprendizaje después del alta. Dicha presión ha sido de carácter laboral, pues se ha producido en todo momento dentro de la empresa, y de una forma vinculada a la prestación de servicios. Además, se considera que ha sido tendenciosa, y lo ha sido tanto en su vertiente finalista como en su vertiente de comportamiento abyecto. La tendenciosidad queda demostrada por la actitud sucesiva e incesante de la empresa o más en concreto de su nueva gestora para con la actora. Y ello pese a los distintos conflictos habidos y las distintas situaciones de baja causadas, por lo que en modo alguno puede alegar la empresa desconocimiento. Muestra de la tendenciosidad en su vertiente abyecta, tendente a la autoeliminación del trabajador (abandono laboral o en su defecto baja médica) mediante su denigración, son los indicios siguientes: que la empresa no acomodara las funciones de los trabajadores existentes, una vez reincorporada la encargada; que fuera sometida a un (abstracto y unilateral) período de adaptación/ aprendizaje, por el que la actora tenía que atender lo que dijeran otras trabajadoras con categoría inferior a la suya; que a la demandante se le encomendaran funciones muy significativas, como la limpieza o la descarga de camiones, reveladoras de lo que le esperaba en la nueva situación; que la actora no fuera respaldada como encargada en determinados casos en los que tuvo lugar un conflicto entre trabajadores. Se concluye que la demandante fue objeto de una presión laboral tendenciosa o mobbing y que dicha presión laboral, tendente a la autoeliminación laboral mediante su denigración como tal, es conculcadora del derecho fundamental a la integridad moral (art.15 CE3), amén del derecho a la integridad psíquica (art. 15 CE) y del derecho al honor (art. 18 CE4). Se procede así a declarar el incumplimiento grave de las obligaciones empresariales (art. 50-1-c ET) y con ello estimar la demanda interpuesta. Estimada la demanda, procede acordar las consecuencias de esta declaración y extinguir la relación laboral entre las partes, condenando a la empresa Andro Bustamante S.L. a abonar a la actora la cantidad de 11.445,80 euros, resultante de 45 días de salario por año de servicio con un máximo de 42 mensualidades. Inexistencia de acoso laboral respecto a un posible trato vejatorio Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, Sala de lo Social, sentencia de 3 de junio de 2008, rec. 1412/2008. El TSJ de la Comunidad Valenciana desestima el recurso de suplicación interpuesto contra la sentencia dictada por el Juzgado de lo Social núm. 9 de Valencia, que desestima la demanda formulada por existencia de acoso laboral. Se dicta inexistencia respecto a un posible trato vejatorio. La sentencia recurrida de fecha 27 de septiembre de 2007 dice en su parte dispositiva que desestima la demanda interpuesta por el trabajador contra las empresas Levantina del Frac y El Cofrac. Los antecedentes son los siguientes: el actor suscribió con la empresa Levantina del Frac un contrato de trabajo por tiempo indefinido para prestar sus servicios como único letrado de la Delegación de Valencia y del departamento jurídico de la misma. Desde esa fecha y sin solución 3 “Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las Leyes penales militares para tiempos de guerra.” 4 Se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen. Nº 68 • Febrero de 2010 27/01/2010 13:46:55 www.riesgos-laborales.com so la representación letrada de la parte actora. Destacar la denuncia del recurrente de que la sentencia infringiría el mencionado precepto y la doctrina científica y jurisprudencia sobre el acoso laboral como fundamento para la rescisión del contrato5. En este sentido, se extiende el recurrente en una valoración de las pruebas testificales practicadas en juicio, señalando que sí existió un trato vejatorio al trabajador. © Latin Stock A este respecto básicamente funda la conducta de acoso laboral en la existencia de descalificaciones profesionales, que el trabajador padecía un síndrome ansioso depresivo ocasionado directamente por la empresa y que la juez de instancia no se habría pronunciado sobre la hiperfiscalización de todos los movimientos del trabajador durante la jornada laboral, no respeto de los periodos vacacionales, fijación de una jornada laboral abusiva, existiendo por tanto suficientes indicios de la existencia de una conducta vejatoria hacia el trabajador. El concepto de mobbing generalmente aceptado entiende éste como la presión laboral hacia el trabajador, tendente a la autoeliminación del mismo mediante su denigración. de continuidad el actor estuvo bajo las órdenes del gerente de la Delegación de Valencia, quien controlaba su trabajo y la del resto de trabajadores de la Administración. En cuestiones estrictamente jurídicas su supervisor era el responsable del departamento jurídico del grupo. El actor denunció a las empresas demandadas por acoso laboral –ambas sociedades constituyen un grupo de empresas–; por rebaja de las comisiones pactadas no constando su determinación por escrito; por el carácter salarial del concepto de dietas, pernocta y manutención que constaba en sus nóminas como extra salarial y por tanto sin cotización; por realización de horas extras nunca abonadas; por no haber disfrutado nunca de vacaciones estivales completas, de 30 días, sin que le hayan compensado económicamente; por infracción de normas de salud laboral; por modificación unilateral de las condiciones económicas y funcionales. La inspección de Trabajo y Seguridad Social de Valencia, entrevistando a todos los trabajadores Nº 68 • Febrero de 2010 036_a_Sentencias acoso_I.indd 39 que en ese momento se encontraban en el centro de trabajo, y después de haber comparecido también en las oficinas de la inspección la empresa, concretamente el gerente de la misma, realizadas las actuaciones inspectoras, le informaba que, respecto a “las referencias al mobbing denunciado, no se ha podido probar la existencia del mismo, dado que los trabajadores de la empresa y representantes de la misma que comparecieron ante la inspectora actuante no manifestaron que el denunciante estuviera siendo objeto de acoso psicológico por parte de la empresa, y, en caso de serlo, ellos no eran testigos de lo acontecido. El resto de los hechos tampoco se ha podido comprobar. No gozan de certeza los que por su objetividad no son susceptibles de percepción directa por el propio inspector, no gozando de certeza si se trata de meras declaraciones de los trabajadores”. Frente a la sentencia que desestima la demanda en materia de rescisión de contrato y reclamación de una indemnización por vulneración de derechos fundamentales interpone recur- Como señala el Ministerio Fiscal, la situación de acoso laboral no se acredita por un posible trato vejatorio al trabajador; si bien en alguna ocasión el gerente de la Delegación de Valencia pudo emplear expresiones despectivas, de ello no se deduce una situación de hostigamiento laboral ni que siempre estuviera insultándole y gritándole. Precisamente, la sentencia razona pormenorizadamente que si bien pudiera existir un complicado ambiente de trabajo en la empresa, ello no afectaba exclusivamente al demandante. Respecto al síndrome ansioso depresivo, no queda suficientemente acreditado que el origen de éste se ocasionara directamente por una situación de acoso laboral en el trabajo. A este respecto, la parte recurrente señala que, ante la falta de pruebas de este extremo, hay que atenerse a las referencias que el paciente facilita a los facultativos sobre el origen de su propia etiología. Debe recordarse que la parte recurrente no puede pretender sustituir la valoración objetiva de la juzgadora por la suya propia, más parcial e interesada. Por tanto, los informes médicos y del psicólogo relativos al cuadro ansioso depresivo del trabajador no son concluyentes sobre la causa del 5 Al amparo del art. 191 LPL, la infracción del artículo 50.c) del ET. Gestión Práctica de Riesgos Laborales • 39 27/01/2010 13:46:55 > JURISPRUDENCIA trastorno padecido, pues se limitan a manifestar referencias del trabajador. En cuanto al resto de alegaciones, la juzgadora en contra del parecer del recurrente sí explicita, no dando por probado que el trabajador hiciese todos los días un excesivo horario ni estuviese sometido a un control fuera de lo normal o no se le hubiese permitido disfrutar de la totalidad del periodo vacacional. En definitiva, como quiera que la sentencia no llega a infringir las normas invocadas en el recurso al no apreciar una situación de hostigamiento, deberá rechazarse este motivo. Por último, la parte recurrente reprocha la no aplicación de la doctrina sobre la inversión de la carga de la prueba en procedimientos sobre una posible vulneración de un derecho fundamental o libertad pública. Cierto es que la doctrina constitucional, como se desprende del contenido de las sentencias transcritas por la parte recurrente, establece que, una vez el actor acredita la existencia de indicios que permiten inferir la probabilidad de lesión de un derecho fundamental, es a la parte demandada a la que compete probar que su conducta es ajena a un móvil atentatorio contra el derecho fundamental y se basa en causas reales, serias y suficientes para destruir la apariencia de vulneración de un derecho fundamental. No es menos cierto que el Tribunal Constitucional ha venido exigiendo que los indicios sean un principio de prueba o una prueba verosímil reveladora de la existencia de un fondo o panorama de los que surja la sospecha vehemente de la quiebra del derecho fundamental de que se trate. Precisamente, en los supuestos en que se alega la existencia de acoso moral en el trabajo, es necesario que quede debidamente acreditada la existencia de unos hechos que supongan el sometimiento del afectado a una verdadera degradación de su dignidad y condiciones de trabajo, sin que pueda ser objeto de una interpretación amplia ni confundirse con una situación de tensión en el trabajo, ni tampoco constituye un maltrato psicológico meras decisiones del empresario que no estén ajustadas a derecho. Pues bien, del relato fáctico no se desprenden la acreditación de datos que confirmen un hostigamiento, y es al juzgador a quien corresponde su valoración conforme a un criterio racional Se desestima pues el recurso de suplicación 40 • Gestión Práctica de Riesgos Laborales 036_a_Sentencias acoso_I.indd 40 Cuando se alega la existencia de acoso moral en el trabajo es necesario que quede acreditada la existencia de hechos que supongan el sometimiento del afectado a una verdadera degradación de su dignidad y condiciones de trabajo interpuesto por el trabajador contra la sentencia dictada por el Juzgado de lo Social número 9 de Valencia, en virtud de demanda formulada contra Levantina de Frac S.L. y El Cofrac S.L. Vulneración del derecho fundamental del trabajador a la integridad moral Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, Sala de lo Social, sentencia de 14 de mayo de 2009, rec. 109/2009. El TSJ de Cataluña estima parcialmente el recurso de suplicación interpuesto contra la sentencia del Juzgado de lo Social núm. 9, declarando la vulneración del derecho fundamental de la trabajadora a la integridad moral y condena a la empresa a reponer a la empleada a su puesto de trabajo y a sus funciones anteriores, desestimando la demanda en cuanto a la petición de indemnización de daños y perjuicios. La sentencia de instancia desestimó la demanda interpuesta por la parte actora en materia de tutela de derechos fundamentales por vulneración de dichos derechos por discriminación por razón de sexo y acoso laboral por razón de sexo, resolución que es impugnada mediante un recurso de suplicación que tiene por objeto, por un lado, la revisión de los hechos probados en la sentencia recurrida, que se articula al amparo de lo dispuesto en el apartado b) del artículo 191 de la Ley de Procedimiento Laboral y, por otro, el examen de las normas sustantivas o jurisprudencia infringidas en la sentencia de instancia, de acuerdo con el apartado c) de dicho precepto. La trabajadora ha desarrollado su carrera profesional desde que finalizara sus estudios universitarios, en la empresa demandada, la consultoría McKinsy & Company S.L. Ascendida tiempo después a jefe de proyecto en la consultoría, posteriormente disfrutó de bajas de maternidad en dos ocasiones, con respectivos periodos de excedencia. Tras reincorporarse a la empresa, esta le comunica verbalmente que la evaluación de su desempeño profesional ha sido negativa y que los socios evaluadores habían decidido que abandonara su puesto de consultora. Le ofrecen un puesto de trabajo diferente –research specialist– manteniendo sus condiciones adquiridas e incluso mejorándole el salario. La actora lo rechazó y presentó una reclamación interna alegando haber sufrido discriminación desde que tuvo su primer Nº 68 • Febrero de 2010 27/01/2010 13:46:56 www.riesgos-laborales.com hijo. Posteriormente denunció a la empresa ante la Inspección de Trabajo y Seguridad Social por falta de ocupación efectiva. A continuación, la actora recibió comunicación escrita por parte de la empresa en la que se procedía a asignarle sus nuevas funciones, como investigadora (puesto de research specialist), pero manteniendo la retribución disfrutada hasta entonces, revisada anualmente. La trabajadora firmó no conforme y a continuación interpuso una demanda por modificación sustancial de las condiciones de trabajo solicitando se declarase la nulidad por vulneración de derechos fundamentales, motivada por sus situaciones de embarazo, maternidad y reducción de jornada. Subsidiariamente, se declara injustificada la decisión tomada por la empresa. Se desestima la pretensión de nulidad debido a que la parte actora no aporta ningún tipo de indicios justificativos de la pretendida discriminación. Se declaró injustificada la medida empresarial adoptada, condenando a la consultoría a reponer a la actora a su antiguo puesto de trabajo. Sin embargo, la empresa no llevó a cabo tal restablecimiento del anterior puesto de trabajo. Los indicios que plantea la demandante como justificativos de esa posible situación de acoso se refieren al mantenimiento de unas determinadas condiciones laborales pese a la existencia de una sentencia firme que expresamente acuerda reponer a la trabajadora a la situación anterior. Ha de constatarse que la proyección de ambas carreras –consultores e investigadores–, no solo en sus aspectos profesionales, sino también de valoración y consideración, son distintas. Se indica en los hechos probados de la sentencia de instancia que la demandande, cuando ejercía de consultora jefe de proyectos, realizaba tareas de asesoramiento a alto nivel, gestionando el trabajo de su equipo y teniendo un trato constante y directo con el cliente, mientras que los puestos de trabajo de research specialist vienen a desempeñar una función de apoyo a los equipos de consultoría. La proyección de uno y otro puesto de trabajo es también distinta en los denominados beneficios sociales y en la participación en programas de formación y eventos que se organizan. No se trata sólo de una situación de conflicto de intereses entre las partes, que se refleja en una relación tensa, como se afirma en la sentencia de instancia, sino que la Nº 68 • Febrero de 2010 036_a_Sentencias acoso_I.indd 41 situación va más allá, pues la demandante realiza unos cometidos profesionales con unos requerimientos y responsabilidad inferiores a los que tiene atribuidos en virtud de la sentencia. La empresa demandada ha mantenido a la demandante en funciones meramente de asesoramiento cuando existe una sentencia que condena a la empresa a reponerla a sus anteriores condiciones de trabajo, lo que constituye un indicio suficiente para considerar que puede existir una situación de acoso moral, en cuanto dicha situación puede afectar a la dignidad de la trabajadora. Si el acoso moral en el trabajo implica toda una serie de conductas o actitudes hostiles, consistentes en atentar contra las condiciones de trabajo, con la correspondiente pérdida de funciones, el atentar contra su dignidad, que implica la pérdida de salud, en la situación analizada estaríamos ante una de dichas situaciones, Se trata de un ataque deliberado a las condiciones de trabajo reconocidas en virtud de una sentencia que expresamente ordena la reposición a su puesto, con un evidente perjuicio y un ataque a su dignidad al excluirla de la realización de tales funciones. Frente a la existencia de indicios fundados y sólidos sobre la vulneración del derecho fundamental, no se aporta por la empresa ninguna justificación objetiva ni razonable sobre el mantenimiento de la situación anterior que se ha prolongado en el tiempo, ni se ofrece ninguna explicación sobre las razones por las cuales la demandante permanece en la situación anterior. Por todo ello, el comportamiento empresarial descrito es contrario al derecho consagrado en el artículo 15 de la Constitución Española en relación con el artículo 10, lesionando de tal forma el derecho a la integridad moral y, directamente relacionado con el mismo, como valor espiritual y moral inherente a la persona, la dignidad de la trabajadora, entendiéndose ésta6 “como el derecho de todas las personas a un trato que no contradiga su condición de ser racional, igual y libre, capaz de determinar su conducta en relación consigo mismo y su entorno, esto es, la capacidad de ‘autodeterminación consciente y responsable de la propia vida’”, así como el libre desarrollo de su personalidad7. 6 STCO 192/03 (La Ley 2902/2003). Se constata pues la existencia de una conducta empresarial que ha vulnerado derechos fundamentales de la demandante, debiendo adoptarse las medidas legales previstas en el artículo 180 de la Ley de Procedimiento Laboral. También ha de analizarse el referente a la indemnización de los daños y perjuicios. La cuestión de si la estimación de una demanda de tutela de derechos fundamentales debe ir acompañada necesariamente de una indemnización o si por el contrario esta solo procede cuando realmente se acrediten o deduzcan daños económicos e incluso morales con reflejo patrimonial, ha sido resuelta por la doctrina jurisprudencial al puntualizarse que no basta con que quede acreditada la vulneración de un derecho fundamental para la condena automática a la persona o entidad conculcadora al pago de una indemnización. En este caso la demandante solicita una indemnización de 35.000 euros pero no especifica ningún otro extremo, sin que, por tanto, exista base fáctica que sirva para delimitar los perfiles y elementos de la indemnización que se ha de aplicar, advirtiendo una carencia de fundamentación por parte de la reclamante en cuanto a la fijación de parámetros necesarios para fijar la cuantía de la indemnización, por lo que debe rechazarse la petición formulada. Finalmente se falla que, estimando parcialmente el recurso de suplicación interpuesto por la trabajadora, se revoca la resolución recurrida, estimando parcialmente la demanda interpuesta por la recurrente contra McKinsey & Company S.L., disponiendo el cese inmediato del comportamiento empresarial contrario al derecho fundamental a la integridad moral y condena a la empresa a reponer a la demandante en su puesto de trabajo y funciones anteriores –se desestima además la demanda en cuanto a petición de indemnización por daños y perjuicios–. 7 “La regla del artículo 10.1 CE, proyectada sobre los derechos individuales de la persona, implica que la dignidad ha de permanecer inalterada cualquiera que sea la situación en que la persona se encuentre, constituyendo, en consecuencia, un minimum invulnerable que todo estatuto jurídico debe asegurar, de modo que las limitaciones que se impongan en el disfrute de derechos individuales no conlleven un menosprecio para la estima que, en cuanto ser humano, merece la persona”. SSTC 120/1990, de 27 de junio (LA LEY 1761-JF/0000), F. 4 y 57/1994 de 28 de febrero (LA LEY 2445-TC/1994) F. 3). Gestión Práctica de Riesgos Laborales • 41 27/01/2010 13:46:56