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B
Ordenación forestal en el Parque Natural
de Valderejo
El Decreto 3/1992, de 14 de enero (BOPV Nº 27 de 10 de febrero de 1992), aprobó el Plan
de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) del área de Valderejo, que zonifica este
territorio alavés y establece la normativa de protección. Se trata del segundo Parque Natural
del País Vasco en cuanto a antigüedad, tras el de Urkiola, y en cuanto a superficie (3.415 ha),
tras el de Pagoeta. Desde 1995 este Parque Natural cuenta también con Plan Rector de Uso y
Gestión (PRUG), que con carácter quinquenal determina las actuaciones que se espera llevar a
cabo con el fin de mantener y potenciar sus valores históricos y naturales.
BAJO
EL MONTE
VALLEGRULL (1.226 M),
ANTIGUO SISTEMA AGRARIO TRADICIONAL.
FOTO: IKT. S.A.
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sustrai.66
EL PINO SILVESTRE DOMINA EL PAISAJE.
POR
ENCIMA DE LOS PINARES, UNA BANDA DE HAYEDO ANUNCIA PENDIENTES PEDREGOSAS, NO CULTIVADAS NI PASTOREADAS EN EL
EL
PINO SILVESTRE
ES UN BUEN
COLONIZADOR DE
LADERAS QUEMADAS,
(unos 65 m3/ha) coincide con la media de Alava
mediterránea según el Inventario Forestal de
1996.
PASTOREADAS O
DEFORESTADAS POR
DESPRENDIMIENTOS
ROCOSOS.
PAISAJE
RIBERA.
FOTO: IKT. S.A.
DESDE
TEXTO: ALEJANDRO CANTERO
Resulta difícil expresar en pocas palabras
Valderejo a quien aún no lo conoce, pero podría
intentarse: frío, solitario y forestal. Frío porque
la altitud y la dureza del clima han condicionado
el uso de la tierra en este territorio montañoso.
Solitario porque de los cuatro pueblos que
conforman el valle, dos se
encuentran deshabitados y en
ruinas (Ribera y Villamardones) y
los otros dos (Lahoz y Lalastra) sólo
cuentan con un puñado de
habitantes. Y forestal porque las
masas naturales como pinares,
hayedos y encinares suponen cerca
de la mitad de la superficie del
valle.
La distribución de estos
bosques responde a factores
altitudinales, topográficos y socioeconómicos. El pino silvestre es un
buen colonizador, muy frugal y
resistente al frío; por ello abunda en
umbrías y terrenos altos. El haya
también aparece en ese tipo de
terrenos, aunque suele necesitar
una cubierta forestal protectora
para su establecimiento, como
corresponde a una especie sucesora.
La encina, en forma de monte bajo,
ocupa solanas kársticas y antiguos
pastizales adehesados, en laderas
con alta frecuencia de incendios. Es
de destacar la capitalización de
existencias que se ha producido en
estos bosques a lo largo de las
últimas décadas, fenómeno común
ligado a la despoblación rural en los
montes cantábricos: entre 1980 y
2001 las existencias de madera en
pie prácticamente se han doblado
en Valderejo y la media actual
Estos bosques se ubican principalmente en
los distintos montes de utilidad pública (M.U.P.)
del Parque, propiedad de la Junta
Administrativa de Valderejo y que suponen el
83% de la superficie del Parque. Los rasos de
mayor extensión del Parque corresponden a los
pastizales y zonas rocosas de la meseta kárstica
(Sierra de Anderejo), por encima de los 1.000 m
de cota, y los prados y cultivos del valle del río
Purón, cercanos a los pueblos y de propiedad
particular.
El citado Plan de Ordenación de los
Recursos Naturales establecía en su Art. 8.3.a
que los aprovechamientos forestales y pascícolas
en los MUP del Parque requerían de Proyecto de
Ordenación. Por este motivo, en 2001 el
Servicio de Conservación de la Naturaleza de la
Diputación Foral de Álava encargó el Proyecto
de Ordenación de los montes públicos situados en
el Parque Natural. Resultaba ser un trabajo muy
interesante desde el punto de vista forestal y
debía incluir diversos apartados a desarrollar
según establecía el PRUG, como un Plan de
Prevención de Incendios y un Plan de Lucha
contra la Erosión.
La experiencia aportada por este trabajo ha
permitido realizar ciertas reflexiones sobre la
EN POLLEDO,
EN LA UMBRÍA DEL MONTE
COUVOQUE,
ordenación forestal que se puede aplicar en este
tipo de espacios de alto valor natural. Los tres
objetivos clásicos de la ordenación de bosques
(persistencia de las masas arboladas,
rendimiento sostenido y máximo de utilidades)
deben matizarse y adaptarse a cada espacio
natural concreto.
CARACTERÍSTICAS
DE
VALDEREJO
TÍPICAS DE OTROS ESPACIOS NATURALES
PROTEGIDOS
- Baja demanda de productos maderables
En el caso de Valderejo, la escasa población
y la ausencia de tradición en los aprovechamientos forestales suponen una baja
presión en las cortas de madera. De hecho, las
últimas cortas fueron anteriores a la declaración
de Parque y se concentraron en masas muy
productivas de Valderejo, los pinares de la
umbría del monte Cuovoque o Polledo. No es la
propiedad quien reclama cierto nivel de cortas,
por necesidades económicas, lo que facilita al
gestor su trabajo y le permite jugar con otras
variables.
El Proyecto de Ordenación, a la vista del
estado forestal de estos montes y de sus buenas
condiciones
productivas,
posibilita
la
continuación futura de las cortas dentro de
ciertos límites (posibilidad del monte) y en forma
de pequeñas intervenciones, como cortas de
LA REGENERACIÓN DE HAYA ES PROFUSA, APROVECHANDO LA SOMBRA Y LA
PROTECCIÓN PROPORCIONADA POR EL PINAR.
FOTO: IKT. S.A.
sustrai
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sencillamente, eran favorecidas por ciertas
prácticas
agrarias
tradicionales.
Las
intervenciones selvícolas pueden ayudar a
mantener ese status variado y a evitar una
excesiva homogeneización, creando pequeños
huecos en las masas o favoreciendo la
regeneración de otras especies forestales
secundarias o no dominantes (acebos, tejos,
arces, tilos, etc.).
- Incendios
CON EL TIEMPO, LAS HAYAS REPRESENTAN LA ETAPA DE SUCESIÓN FORESTAL Y ACABAN DOMINANDO A LOS PINOS SILVESTRES
(DE TRONCO MÁS OSCURO). LA ETAPA ACTUAL DE MEZCLA DE ESPECIES, PREDOMINANTE EN MUCHAS LADERAS DE VALDEREJO,
CONSTITUYE UN BUEN EJEMPLO DE BOSQUE MIXTO LIGADO A UNA ALTA BIODIVERSIDAD.
FOTO: IKT. S.A.
entresaca por huroneo o aclareos sucesivos.
Obviamente, no se prevé intervenciones
selvícolas en las zonas calificadas como Reserva
Integral (unas 350 ha).
-Retroceso de
tradicionales
los
sistemas
agrarios
La gestión agraria ha influido en el paisaje
de Valderejo a lo largo de muchos siglos: las
roturaciones, el pastoreo, las podas, el carboneo,
las cortas de madera y leña, la recogida de
brozas, los fuegos periódicos ligados a la caza o
a la ganadería,… La antaño numerosa población
del valle vivía de los recursos naturales del monte
y los explotaba regularmente. El abandono de
estas prácticas ha favorecido la expansión del
bosque y su densificación, creando en pocas
décadas un paisaje forestal desconocido y no
ligado a los sistemas agrarios tradicionales, sino
a su abandono. Sin embargo, amplias zonas
erosionadas y deforestadas en la meseta kárstica
que se prolonga de Vallegrull a Lerón suponen
los últimos reductos de ciertas prácticas
tradicionales, como el fuego o la ganadería en
pastizales pobres.
- Planificación de las actuaciones con el fin de
potenciar la biodiversidad
La experiencia demuestra que abandonar un
monte a su suerte no aumenta su biodiversidad
vegetal o animal. Es preciso intervenir, aunque
sea de forma suave o dilatada en el tiempo, con
el fin de mantener el buen estado vegetativo de
las actuales masas del Parque, caracterizadas
por su homogeneidad en edad, favoreciendo en lo
posible la variedad de ambientes, especies y
estratos forestales. Las masas mixtas de haya y
pino silvestre del monte Cuovoque constituyen un
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sustrai.66
buen ejemplo de valioso bosque a mantener.
El tratamiento de monte alto irregular exige
un control de los herbívoros e inventarios
forestales periódicos, pero correctamente
aplicado suele asegurar una variada mezcla de
edades, especies y estratos forestales.
- Alta presión de la fauna
Un fenómeno típico de los montes
cantábricos, y en concreto de los alaveses, es el
aumento de densidad que vienen conociendo
diversos mamíferos forestales. En el caso de
Valderejo, el corzo está alcanzado un número tan
elevado de efectivos que puede llegar a poner en
peligro la regeneración natural de ciertas
especies forestales.
-Estrecha
vigilancia
conservacionistas
de
los
grupos
La divulgación de los valores naturales de
Valderejo y la presencia de estos grupos
conservacionistas en el Patronato del Parque
son hechos que por un lado están favoreciendo
la comunicación entre diversos colectivos
ligados al medio natural, pero por otro lado
pueden aumentar los conflictos con la gestión
forestal.
RETOS A LOS QUE HABRÁ QUE
ENFRENTARSE EN LOS PRÓXIMOS AÑOS
- Mantenimiento de la biodiversidad futura
El actual proceso de expansión y
densificación del bosque favorece a muchas
especies de fauna y flora ligadas a ecosistemas
arbolados, pero también puede suponer en
ciertas laderas unas peores condiciones para
otras que prefieren medios abiertos o que,
El citado éxodo rural y abandono de la
gestión agraria tradicional supone una menor
presión sobre el medio, lo que favorece una
acumulación de material arbustivo y leñoso
susceptible de arder con facilidad en caso de
incendio. La Sierra de Arcena, en la que se
enmarca Valderejo, es un lugar de caída de
abundantes rayos, lo cual unido a la sequía
estival puede crear unas condiciones idóneas
para sufrir fuegos graves.
- Protección ante agentes de daños
Además del fuego, otros elementos abióticos
(nieve, viento, sequías, …) o bióticos (plagas y
enfermedades) suponen un problema potencial
para el mantenimiento del bosque cuando la
incidencia de sus daños rebasa determinado
umbral. Teniendo en cuenta que se trata de un
espacio de gran valor natural, la respuesta ante
estos
daños
forestales
debe
ser
fundamentalmente preventiva (creando masas de
alta resistencia ante esos daños) y paciente
(dejando actuar a la Naturaleza hasta que se
considere que no queda más remedio que
intervenir con otros métodos drásticos). Como
ejemplo, los pinos caídos como consecuencia de
vendavales o nevadas no suelen ser
aprovechados, aunque las fuertes nevadas de
1997 obligaron a extraer un gran volumen de
madera caída para evitar males mayores.
- Madera muerta
Desde 1995, el PRUG propone dejar en pie
o en el suelo un número variable de árboles secos
o moribundos, a ser posible sin sobrepasar un
10-20% del total de árboles en cada zona e
intentando que se encuentren situados de forma
dispersa por el monte. Cada vez es mayor el
número de estudios que demuestran los
beneficios que aporta la madera muerta
proporcionando refugio y alimento a la fauna
silvestre. Sin embargo, conviene vigilar
regularmente el volumen y estado de
conservación de esta madera muerta, con el fin
de evitar un riesgo alto de plagas o enfermedades
forestales.
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