trabajos pertenecen al tipo de "sermones panegyricos" que, den

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trabajos pertenecen al tipo de "sermones panegyricos" que, dent r o —o fuera— del tema guadalupano, contienen valiosas referencias sobre aspectos de l a v i d a religiosa y secular novohispana. E l
trabajo de búsqueda y reunión de algunas de estas raras obras es
de particular mérito.
C o m o se había mencionado al principio de esta reseña, l a b i b l i grafía de Grajales y B u r r u s se da a conocer en u n importante
m o m e n t o de revisión de temas guadalupanos. O b r a s como la c o m pilación de los testimonios históricos guadalupanos de Ernesto de
l a T o r r e V i l l a r y R a m i r o N a v a r r o de A n d a (México, F o n d o de C u l t u r a Económica, 1 9 8 2 ) , l a controvertible obra de Jacques Lafaye
sobre Quetzalcóatl y G u a d a l u p e ( M é x i c o , F o n d o de C u l t u r a Económica, 1 9 7 7 ) , y la sistemática exploración realizada por E d m u n d o
O ' G o r m a n sobre los orígenes del culto guadalupano en el Tepeyac
(Destierro de sombras, M é x i c o , U N A M , Instituto de Investigaciones
Históricas, 1 9 8 6 ) , prueban respectivamente l a existencia de u n a
g r a n variedad de materiales disponibles, las posibles dimensiones
interpretativas, y los hallazgos que aún se pueden realizar dentro
de este tan peculiar como extenso material generado a partir de
las narraciones de l a más importante mariofanía novohispana.
A h o r a disponemos también de l a a m p l i a bibliografía de Grajales
y B u r r u s que nos permitirá analizar los diversos tópicos guadalupanos con u n a m a y o r y más precisa información que, sin duda,
con el tiempo nos llevará hacia terrenos más firmes en los procesos
de clarificación e interpretación de este tema que parece inagotable.
Xavier
NOGUEZ
El Colegio de México
W i l l i a m B . T A Y L O R , Embriaguez, homicidio y rebelión en las poblaciones coloniales mexicanas, M é x i c o , F o n d o de C u l t u r a Económica,
1 9 8 7 , 2 9 5 pp.
T r e s excelentes ensayos, unidos por u n eje común y relativos a las
mismas regiones, en u n determinado periodo de l a época colonial,
p r o p o r c i o n a n los elementos adecuados para fundamentar algunas
conclusiones generales que completan el sentido de esta obra. L a
embriaguez de l a población indígena, tan condenada por los contemporáneos, el h o m i c i d i o en el medio r u r a l , con sus peculiares
características, y las rebeliones locales —violentas y frecuentes, aunque no alcanzasen l a trascendencia de u n levantamiento colectivo—
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son los motivos de acercamiento a u n a realidad difícilmente abordable, pero que hoy es más accesible gracias a este tipo de estudios.
Prácticamente la totalidad de la documentación e m p l e a d a procede de archivos municipales, estatales, de diversos ramos del G e n e ral de la Nación, del de Indias de Sevilla y de colecciones particulares. Esto significa que se trata de fuentes originales, poco o n a d a
conocidas; ofrece, además, u n nuevo enfoque para el aprovechamiento de los datos, sugerentes hipótesis y valiosas conclusiones,
esclarecedoras de u n a especial problemática dentro del m u n d o
colonial.
W i l l i a m T a y l o r h a limitado — ¿ o extendido?— su estudio a 29
alcaldías mayores pertenecientes a las regiones del M é x i c o central,
la M i x t e c a A l t a y parte del valle de O a x a c a . A s í , las diferencias
regionales sirven para acentuar diferencias en unas ocasiones y resaltar semejanzas en otras tantas. L a causa evidente de los contrastes
es la ubicación geográfica: las comunidades centrales se encontraban próximas a la gran metrópoli y sujetas a frecuente contacto
con los españoles, en tanto que los pueblos oaxaqueños permanecían aislados de los grandes centros urbanos.
D e n t r o del largo tiempo colonial, la época analizada es el siglo
x v i u , al que pertenece l a m a y o r parte de los expedientes mencionados, pero no faltan testimonios anteriores y posteriores, con u n a
libertad que casi siempre se justifica y sólo en ocasiones puede crear
alguna confusión. Concretamente: es de importancia y necesario
el antecedente de los patrones de conducta del m u n d o prehispánico y m u y útil la referencia a acontecimientos del siglo x v i ,
cuando el impacto de l a C o n q u i s t a , sufrido con m a y o r o m e n o r
violencia, produjo cambios esenciales. Pero las referencias al siglo
x i x , y sobre todo a la actualidad, podrían objetarse por la inadecuación derivada de la complejidad de situaciones y la incorporación de elementos ajenos, que d a n u n a imagen bastante distinta
del c a m p o mexicano actual. S i n embargo, esta objeción en n a d a
afecta al valor de la obra.
L a parte correspondiente a las aportaciones de la m o d e r n a sociología, antropología y psicología sirve como complemento y orientación de algunas interpretaciones, pero no como argumentación
en ningún sentido. Ciertamente así lo reconoce el autor, que aporta
puntos de vista de unas y otras teorías sin adherirse definitivamente
a n i n g u n a . Esto significa, en síntesis, que sin ignorar las contribuciones de las restantes ciencias sociales, el estudio no se diluye entre
ellas, sino que es esencial y sustancialmente histórico. N o es pues
u n intento, más o menos exitoso, de hacer esa " i n t e r c i e n c i a " a la
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q u e aspiraron algunos de nuestros maestros, sino el trabajo de u n
historiador que se interesa por saber lo que hoy se discute sobre
circunstancias de los comportamientos antisociales.
C u a l q u i e r historiador que se ocupe de la época colonial conoce
n u m e r o s o s testimonios relativos al vicio de la embriaguez. L a s
lamentaciones reiteradas de eclesiásticos y laicos se refirieron sobre
t o d o a las borracheras de los indios y a sus catastróficas consecuencias por el aumento de delitos atribuibles a los excesos del alcohol.
H u b o quien comparó esta situación con el orden reinante en tiempos anteriores, quien lo atribuyó a u n a natural inclinación de la
población americana, y quien acusó a los españoles de hacer negoc i o con el fomento de la bebida. E n lo que todos coincidieron fue
e n l a d e n u n c i a del espectáculo denigrante que d a b a n los borrachos
e n las calles y en la violencia desatada por el pulque, el aguardiente
o el v i n o español.
W i l l i a m B . T a y l o r no se detiene a enumerar o analizar estos test i m o n i o s , por demás conocidos. L a s variantes de matiz entre unos
y otros no afectan a la idea general, m a n t e n i d a durante todo el
p e r i o d o colonial, sobre causas y efectos de l a bebida. L o s documentos utilizados son procesos criminales y expedientes administrativos y de juicios civiles, inevitablemente inmersos en u n a serie de
prejuicios, pero ajenos a debates ideológicos.
A r m a d o , pues, con el conocimiento de lo que las crónicas nos
c u e n t a n y de lo que las autoridades consideraron punible, el autor
nos plantea u n a serie de preguntas fundamentales. L a índole de
sus interrogantes i m p l i c a u n a trascendencia del simple fenómeno
del alcoholismo y de sus nexos con l a violencia hacia u n a interpretación del comportamiento colectivo de las comunidades rurales.
A n t e tan abrumadores testimonios de crítica y condena parecería temerario preguntarse si realmente la embriaguez existía en tal
grado y con tanta frecuencia; algo así es lo que hace el autor, basado
en antecedentes prehispánicos que nos a y u d a n a rechazar exageraciones derivadas de los prejuicios producidos en el choque de dos
culturas y dos diferentes concepciones de la moderación y de lo
socialmente aceptable. N o niega, desde luego, la existencia de frecuentes casos de embriaguez, pero los interpreta desde un nuevo
ángulo.
Otra
asociación
lógica
invariable es
la de borrachera-de-
l i n c u e n c i a , y también sobre ella fija T a y l o r su m i r a d a inquisidora;
la consecuencia es nuevamente la debilitación de u n mito: ni todas
las borracheras tenían como consecuencia actos violentos, ni toda
la violencia se generaba en estado de embriaguez. L o que sí resulta
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EXAMEN DE LIBROS
probable, en muchos casos, es que se echaba m a n o de esa disculpa
ya que los españoles, quienes finalmente juzgarían la culpabilidad
de los acusados, consideraban antenuante esa circunstancia.
L a borrachera colectiva y el alcohol como parte de u n a celebración, no como simple mecanismo de evasión i n d i v i d u a l , son signos
que a p u n t a n a la continuidad de uña tradición c o m u n i t a r i a más
que a vicios solitarios. Y en este punto la interpretación de T a y l o r
coincide con las acusaciones de frailes y funcionarios coloniales, que
temían a los abusos en las fiestas y las irreverencias en procesiones
y actos litúrgicos.* P o r otra parte también se m e n c i o n a n las i m p l i caciones económicas y sociales de la comercialización y consumo
del
pulque y otras bebidas.
Los casos de homicidio presentados en el estudio correspondiente,
seguramente no fueron los únicos acontecidos, pero sí los que por
sus características requirieron la intervención de las autoridades
coloniales. E n la comparación de zonas se manifiesta el predominio de la violencia dentro del marco familiar en la región de O a x a c a ,
con varios casos de maridos que llegaron a matar a sus esposas.
A d u l t e r i o , celos o disputas ocasionales fueron las causas aducidas,
pero no se puede olvidar la n o r m a de residencia patrilocal, que al
desarraigar a las mujeres de su ambiente familiar las hacía más vulnerables en u n medio que resultaba intransigente con quienes consideraba "forasteras".
Si al referirse a las agresiones en el seno familiar caben diversas
interpretaciones, en las ocurridas fuera del hogar es más claro el
modelo de conducta hostil contra los m i e m b r o s de otros pueblos.
E n pocos casos el h o m i c i d a y su víctima pertenecían a la m i s m a
c o m u n i d a d y en muchos se alegó el abuso de alguien extraño que
invadió tierras que no le pertenecían o que pretendió inmiscuirse
en asuntos, festejos o pleitos en los que no le correspondía participar.
E l tema de las rebeliones campesinas siempre ha sido un modo
de acercamiento a la realidad de la v i d a r u r a l . H o y podemos interpretarlo como u n aspecto de l a preocupación general por las conductas irregulares y por la influencia social de los grupos o p r i m i dos y marginados. E n esta ocasión el autor advierte la diferencia
* A s o l i c i t u d d e l c o n d e de F u e n c l a r a , d o n P e d r o Cebrián Agustín, el
f r a n c i s c a n o f r a y D i e g o d e O s s o r i o i n f o r m ó , e n 1748,
que había abusos en
la b e b i d a , i n c l u s o de g r u p o s familiares c o m p l e t o s , y e s p e c i a l m e n t e e n los
festejos. E n a l g u n a o c a s i ó n h a b í a t e n i d o q u e r e c h a z a r a los p a d r i n o s de
un
b a u t i z o p o r q u e se p r e s e n t a r o n b o r r a c h o s . E n F e r n a n d o
Capítulos
de historia franciscana,
OCARANZA,
M é x i c o , 1934, vol. II, p. 156.
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entre rebeliones e insurreciones: movimientos locales, improvisa­
dos, espontáneos, con participación masiva de la c o m u n i d a d y pro­
vocados por conflictos locales, las rebeliones contrastan con las insu­
rreciones, más generalizadas, premeditadas, mejor preparadas y
producidas c o m o respuesta a problemas políticos de largo alcance.
U n a s y otras podían ser igualmente violentas, pero su duración y
consecuencias eran m u y diferentes. N u e v a m e n t e en este punto se
destaca la i m p o r t a n c i a de los sentimientos de solidaridad c o m u n i ­
taria como impulso inicial de los levantamientos. P o r q u e lo que se
destaca en todo momento es la vigencia del pueblo, la localidad, como
unidad fundamental de la sociedad campesina, y "su capacidad de
sobrevivir a los conflictos o de sobreponerse a ellos" (p. 226).
E l sistema colonial dependía en b u e n a parte de la economía tra­
dicional y propiciaba la integración de los pueblos con su propio
orden. L a frecuencia de las rebeliones no contradice esta afirma­
ción, puesto que casi en todos los casos se debieron a abusos o veja­
ciones de autoridades locales que pretendían quebrantar la armo­
nía interna y que, en definitiva, eran contrarios al paternalismo
de la C o r o n a .
E n las últimas páginas insiste el autor en algo trascendental, que
y a había afirmado en sus estudios anteriores: que la época colonial
" n o trajo como consecuencia u n a arrasadora transformación del
campesino en p e ó n " , sino que las comunidades rurales mantuvie­
ron su identidad y conservaron a la mayor parte de sus vecinos como
miembros activos en la v i d a económica y social del grupo local.
E n s u m a , desde u n a perspectiva diferente y con nuevos elemen­
tos de análisis, T a y l o r regresa a las tesis de su o b r a Landlord
Peasant in Colonial
and
Oaxaca y nos provee otra obra de interés para los
investigadores y de sugerente lectura para los aficionados a la historia.
Pilar G O N Z A L B O A I Z P U R U
El Colegio de México
llene V . O ' M A L L E Y , The Myth of the Revolution:
titutionalization
of the Mexican
State, 1920-1940,
Hero culis and the insConnecticut, 1986,
G r e e n w o o d Press (Contributions to the Study of W o r l d H i s t o r y ,
n ú m . 1), 199 páginas.
E l libro que nos presenta llene O ' M a l l e y parte de la premisa de
la necesidad de comprender la "fascinación" mexicana por la R e v o ­
lución de 1910, p a r a , a su vez, poder entender la sociedad actual
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