He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia

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He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia
Nueva relación con Jesús
En las comunidades cristianas necesitamos vivir una experiencia nueva de Jesús reavivando nuestra relación con él. Ponerlo decididamente en
el centro de nuestra vida. Pasar de un Jesús confesado de manera rutinaria a un Jesús acogido vitalmente. El evangelio de Juan hace algunas
sugerencias importantes al hablar de la relación de las ovejas con su Pastor.Lo primero es “escuchar su voz― en toda su frescura y
originalidad. No con- fundirla con el respeto a las tradiciones ni con la novedad de las modas.
No dejarnos distraer ni aturdir por otras voces extrañas que, aunque se escuchen en el interior de la Iglesia, no comunican su Buena Noticia.
Es importante sentirnos llamados por Jesús “por nuestro nombre―. Dejarnos atraer por él personalmente. Descubrir poco a poco, y cada
vez con más alegrÃ-a, que nadie responde como él a nuestras preguntas más decisivas, nuestros anhelos más profundos y nuestras
necesidades últimas. Es decisivo “seguir“ a Jesús. La fe cristiana no consiste en creer cosas sobre Jesús, sino en creerle a él: vivir
confiando en su persona. Inspirarnos en su estilo de vida para orientar nuestra propia existencia con lucidez y responsabilidad.Es vital caminar
teniendo a Jesús “delante de nosotros―. No hacer el recorrido de nuestra vida en solitario. Experimentar en algún momento, aunque sea de
manera torpe, que es posible vivir la vida desde su raÃ-z: desde ese Dios que se nos ofrece en Jesús, más humano, más amigo, más cercano y
salvador que todas nuestras teorÃ-as.
Esta relación viva con Jesús no nace en nosotros de manera automática. Se va despertando en nuestro interior de forma frágil y humilde. Al
comienzo, es casi solo un deseo. Por lo general, crece rodeada de dudas, interrogantes y resistencias. Pero, no sé cómo, llega un momento en el
que el contacto con Jesús empieza a marcar decisivamente nuestra vida.Estoy convencido de que el futuro de la fe entre nosotros se está
decidiendo, en buena parte, en la conciencia de quienes en estos momentos nos sentimos cristianos. Ahora mismo, la fe se está reavivando o se
va extinguiendo en nuestras parroquias y comunidades, en el corazón de los sacerdotes y fieles que las formamos.La increencia empieza a
penetrar en nosotros desde el mismo momento en que nuestra relación con Jesús pierde fuerza, o queda adormecida por la rutina, la indiferencia
y la despreocupación. Por eso, el Papa Francisco ha reconocido que “necesitamos crear espacios motivadores y sanadores... lugares donde
regenerar la fe en Jesús―. Hemos de escuchar su llamada.
José Antonio Pagola
11 de mayo de 2014 -4 Pascua (A)Â -Juan 1, 1-10
IV DOMINGO DE PASCUAÂ - (Act 2, 14a. 36-41; Sal 22; 1Pe 2, 20b-25; Jn 10, 1-10)
LLAMADAS
“La promesa vale para vosotros y para vuestros hijos y, además, para todos los que llame el Señor Dios nuestro, aunque estén lejos. (Act
2, 39). “Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.― (Sal 22). Andabais
descarriados como ovejas, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras vidas (1Pe 2, 25).“El que entra por la puerta es pastor
de las ovejas. A éste le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha
sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz― (Jn 10, 1-4).
AMADOS
No somos los cristianos personas fanáticas que por defender la vida, defendamos principios morales intransigentes. Ni estamos aferrados a
ideologÃ-as que se puedan juzgar como fundamentalistas porque creamos en la existencia de Dios, y en la presencia viva de Jesús resucitado.
Ser cristiano es un don, un privilegio que tenemos por habernos encontrado con la persona de Jesús, quien ha podido a la muerte, y ha
demostrado que sus palabras son verdad.
Jesucristo es el Buen Pastor, el amigo fiel, que viene a nuestro lado y que tomó la imagen de pastor bueno para que se quedara en nuestra
memoria su identidad entrañable. No nos dejó el recuerdo del pastor asalariado, sino del que es capaz de dar la vida por sus ovejas.
Los textos que hoy proclama la Liturgia dejan sentir en el alma una suave brisa. Son palabras consoladoras, aun en los momentos más oscuros,
aun por los caminos más ásperos o tortuosos. Jesús sale en búsqueda de todos, por descarriados que estén.
Da fe a las palabras del salmista, quien reza lleno de confianza: “El Señor es mi Pastor, nada me falta―. He comprendido un texto
emblemático de Pascua descrito en paralelo con el salmo 22. Si se lee el pasaje de Jn 21, desde la experiencia del salmista, se descubre que
Jesús aparece a las orillas del Lago de Galilea como Buen Pastor, que prepara a sus discÃ-pulos, después de una noche fatigosa, el almuerzo y
la mesa espléndida.
Hoy es la Jornada Mundial de oración por las vocaciones de especial consagración. La vocación solo es posible acogerla si se descubre quién
pronuncia nuestro nombre. “No me habéis elegido vosotros a mi, soy yo quien os he elegido a vosotros.― (Jn 15, 16).
Cuarto domingo - Tiempo Pascual  -Ac 2,14 A.36 -41; 1 Pe 2,20 b -25; Jn 10,1-10
1 . Ambientación
En aquel tiempo , todo el mundo lo veÃ-a como la cosa más natural del mundo . VivÃ-an aquella cultura rural , agropecuaria , de imágenes muy
familiares y propias de su paisaje . Ahora, no. Nosotros tenemos que hacer el esfuerzo de salir de casa , ir al Pirineo y tener la suerte de encontrarte
con un rebaño y su pastor , acercarse, y sencillamente hablar con él para darte cuenta de su vocación a ser pastores ...
Y , en un terreno más especÃ-fico , en tiempos de Jesús , todo el mundo sabÃ-a reconocer que las autoridades religiosas y sociales eran
llamadas " Pastores de Israel" , personas responsables de conducir , gobernar , sugerir e ir al frente de un pueblo necesitado más que nunca de
seguir caminos y orientaciones en su historia .
Por tanto , los fariseos , sacerdotes y ancianos del pueblo , no les resultaba nada extraño que Jesús hablara de " pastores " , "buenos pastores "
, "falsos pastores " . Incluso , en la cultura griega también llamaban " pastores de pueblos" ( poimenesLaon ) a los grandes gobernantes y lÃ-deres
de la sociedad . Cosas de aquellos tiempos que nos dejan resonancias muy reales para nuestros dÃ-as . Hoy, de estas personas , llamamos "
referentes" ...
 2 . La puerta
Cuántas veces habrÃ-a contemplado Jesús la escena ! Cuántas veces sus ojos no habrÃ-an mirado con devoción casi sacramental aquel
movimiento tan "normal y rutinario" de una puerta del corral , que deja entrar y salir al redil a su rebaño ... Y, como Jesús era un Poeta
Trascendente y veÃ-a más allá , sentÃ-a necesidad de decirlo a sus seguidores y discÃ-pulos . Y éstos, en especial Juan, nos lo han dejado para
que nosotros, los super - tecnificados , los mecanizados , los industrializados , hiciéramos por unos momentos una excepción en nuestros
esquemas vitales y comprobáramos cuánta vida humana y religiosa hay escondida en esta pequeña puerta ...
Una primera consideración nos hace pensar que la puerta es un espacio de libertad . Un espacio que va seguido de la promesa de buscar y
encontrar vida , fuera. Pero estas ovejas - nosotros! - Se alimentan ante todo , de libertad . La relación que las ovejas establecen con su pastor no
es esencialmente de tipo jurÃ-dico , ni ritual , ni doctrinal , y mucho menos de criado a señor . Es una relación vital . Entramos por la puerta
porque necesitamos intimidad , recogimiento , sentirnos nosotros mismos , vivos y seguros. Y salimos por la puerta porque buscamos nuevos
horizontes , satisfacer inquietudes , ver nuevos espacios , nuevas misiones , proyectos y esperanzas .
Una segunda reflexión contemplativa es deducir que el que no entra por la puerta es que tiene otras intenciones . Y en la historia de la Iglesia ,
todos tenemos unos cuantos ejemplos de estas conductas e intenciones "diferentes" . El lenguaje de Juan es muy gráfico, realista . De esta falsos
pastores dice que son " ladrones que roban , matan y hacen destroza " . ¿Se puede decir más claro ? Hace bien el Papa Francisco de denunciar
estos falsos pastores ...
3 . La puerta es Jesús
Plantado al lado de la puerta para conocer las ovejas por su nombre, es decir, por su historia personal e intransferible , para respetar sus procesos ,
para dar alimento a sus inquietudes , para corregir sus carencias . Hay que entrar por la puerta que nos ofrece la visión del Evangelio de Jesús ,
aquella visión que tiene el sello de " dar vida " .
Como dice J.A. Pagola , Jesús casi " nos manda" que tengamos vida , que buscamos plenitudes, que saciar nuestras ansias de vivir. Y cita un
pensador judÃ-o , Martin Buber: " Cada hombre representa algo nuevo , algo que nunca antes ha existido , algo original y única . " Nadie , antes de
mÃ- , no ha sido como yo , ni lo será nunca. ..
Es trabajo mi vivir mi vida : hacer el bien con mis manos ; estimar con mi corazón , rezar con mi espÃ-ritu, ser generoso con mi libertad . Dios nos
ha dado sus dones ; pero a cambio nos pide nuestra responsabilidad . Esto se llama "vivir y hacer vivir " los otros . Y nos propone que tengamos
como ideal lo que él mismo sentenció con un lenguaje pletórico e ilusionado : "Yo he venido para que tengan vida , y la tengan en abundancia . "
Evangelio según San Juan 10,1-10.
Jesús dijo a los fariseos: "Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino por otro lado, es un ladrón y un
asaltante. El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. El llama a cada una por su
nombre y las hace salir. Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. Nunca seguirán a un
extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz". Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les querÃ-a
decir. Entonces Jesús prosiguió: "Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos aquellos que han venido antes de mÃ- son ladrones y
asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado. Yo soy la puerta. El que entra por mÃ- se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su
alimento. El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia."Â
San AgustÃ-n (354-430), obispo de Hipona (Õfrica del Norte), doctor de la Iglesia
Sermón 46, sobre los pastores; CCL 41, 529
“He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia―
Dice, en efecto: He aquÃ- que yo mismo buscaré mis ovejas, las cuidaré, como cuida el pastor su rebaño. Los malos pastores no se
preocuparon; no las rescataron con su sangre…
Mis ovejas escuchan mi voz y me siguen. En medio de las ovejas dispersas buscaré a las mÃ-as, las sacaré de todo lugar en que estuvieren
descarriadas en el dÃ-a de las nubes y de la tormenta. Cuando es difÃ-cil encontrarlas, entonces yo las encontraré… Las sacaré de entre los
pueblos, las recogeré de las regiones, las conduciré a su tierra y las apacentaré en los montes de Israel.
Constituyó como montes de Israel a los autores de las Escrituras divinas. Apacentaos allÃ- para hacerlo con seguridad. Cuanto oigáis que
procede de allÃ- deleite vuestro paladar; rechazad cuanto sea extraño. No os extraviéis en la niebla, oÃ-d la voz del pastor. ReunÃ-os en los
montes de la Sagrada Escritura; allÃ- se encuentran las delicias de vuestro corazón; nada hay venenoso, nada ajeno; hay pastos ubérrimos…
Y en los riachuelos y en todo lugar de la tierra. En estos montes que os he mostrado tienen su cabecera los riachuelos de la predicación
evangélica, cuando en toda la tierra se extendió su voz y todo lugar de la tierra se hizo alegre y fecundo para las ovejas que han de ser
apacentadas. Las apacentaré en buenos pastos…
Las apacentaré en buenos pastos… y tendrán allÃ- su aprisco, es decir, el lugar donde descansen, donde digan: “Se está bien―; donde
digan: “Es verdad, está claro, no nos engañaron―. Descansarán en la gloria de Dios, como en sus apriscos.
(Referencias bÃ-blicas: Ez 34,10-14; Sal. 79,2-3; Jn 10,27; Sal. 18,5) TÚ PUEDES REALIZAR LO IMPOSIBLE
Hechos de los apóstoles 2, l4a. 36-41; Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5; Pedro 2, 20-25; Juan 10, 1-10
Todos los que nos llamamos cristianos hemos sido bautizados y, por tanto, recibimos el carácter imborrable de ser, para siempre, hijos de Dios.
Además, los que fuimos ungidos con el santo crisma en el sacramento de la Confirmación, fuimos sellados con la plenitud del EspÃ-ritu Santo…
Llamados a ser apóstoles de Jesucristo, deberÃ-amos estar “al mismo nivel― del que estuvieron aquellos primeros discÃ-pulos que, en
Pentecostés, vieron posarse sobre ellos las “lenguas de fuego― del EspÃ-ritu Santo. ¿Qué hicieron? No se encogieron de hombros, o se
durmieron en la indiferencia de “a ver qué pasa―, sino que se lanzaron a la calle (y al mundo entero) para anunciar el Evangelio. San Pedro,
el primer Vicario de Cristo en la tierra, fue aún más tajante: “ConvertÃ-os y bautizaos todos en nombre de Jesucristo para que se os perdonen
los pecados, y recibiréis el don del EspÃ-ritu Santo―.
¿Por qué no nos ocurre a nosotros lo mismo?
Juan Pablo II, a la hora de hablar de su vocación sacerdotal, decÃ-a que, antes que nada, era un gran misterio. No un enigma, fruto de la
elucubración de un grupo o una secta de iniciados, sino un don de Dios que supera infinitamente al hombre. ¡Esta es la clave! Reconocer nuestra
propia indignidad ante tanta gracia divina que hemos recibido, por el mero hecho de ser cristianos, y confiar en que Dios nos ha elegido como
instrumentos de salvación para los hombres… ¡Nunca por nuestros méritos!, sino los que alcanzó Cristo para ti y para mÃ-. ¡Mira a Pedro y
los primeros discÃ-pulos de Jesús! Estaban encerrados en un lugar apartado por miedo a ser perseguidos y castigados por los judÃ-os. Sólo
cuando descubrieron que era Dios el que actuaba en ellos, no sus posibilidades o fuerzas personales, realizaron lo que humanamente serÃ-a
imposible llevar a cabo. Por eso, tal y como nos decÃ-a Juan Pablo II, el secreto de la vocación, la de ser cristianos, consiste en “asombrarnos
hasta qué extremo Dios nos ayuda interiormente a una nueva ‘longitud de onda’, cómo nos prepara para entrar en Su proyecto y hacerlo
nuestro, viendo en él, simplemente, la voluntad del Padre y acatándola―.
“Yo soy la puerta: quien entre por mÃ- se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos―. No podemos acobardarnos pensando en
nuestros propios lÃ-mites. Ahora, como en los comienzos de la Iglesia, todo es posible si ponemos nuestras dificultades en manos de Aquel que nos
eligió para ser sus discÃ-pulos. Cuando en los últimos dÃ-as del pontificado de Juan Pablo II, enfermo y débil, le veÃ-amos aún asomarse a la
ventana de la Plaza de San Pedro, nos estaba diciendo a todos que aceptaba, en toda su totalidad, la llamada que recibió en su vida para ser
testigo de Jesucristo ante la humanidad. Pedimos a la Virgen que nos conceda vivir con coherencia nuestra vocación de cristianos, dejando lo
imposible para los pusilánimes y estrechos de corazón. Lo nuestro, una vez más, es que Cristo reine en nuestras almas para gloria de Dios.
San Mamerto de Viena
En Vienne, en la Galia Lugdunense, san Mamerto, obispo, que,
con  motivo de una inminente desgracia, instituyó en esta ciudad
unas  solemnes letanÃ-as para el triduo preparatorio de la fiesta de
la  Ascensión del Señor (c. 475).
Fray Mamerto Esquiú
"Inspiradas y sazonadas con tal  virtud sus
palabras obraban verdaderas maravillas, y la fama de su  nombre
Nació el 11 de mayo de 1826 en La Callecita (Piedra Blanca)
techo  de paja. Era el dÃ-a de San Mamerto y la iglesia celebraba
familia lo  bautizó; y le dijo a la madre de Esquiú, antes de
Después
un
la fiesta de  la Ascensión. Fray Francisco Cortez misionero y amigo
de la
que este naciera, que  serÃ-a obispo.
Sus padres fueron Santiago Esquiú, soldado catalán  enviado por
hecho prisionero por los patriotas; su madre MarÃ-a de las
corrÃ-a por todas partes "Â
al  pie del Ambato nevado, a pocos kilómetros de la Capital, bajo
España al RÃ-o de la Plata que combatió en el alto Perú hasta  ser
Nieves  Medina criolla catamarqueña.
de 7 años, en Córdoba, los peritos  terminaron con la revisión
histórica, pero tiene que ser aprobada aun  por la Santa
Sede.
Terminaron en octubre de 2000 y entregaron 8 cajas de  material que
vice  postulador
el padre Jorge MartÃ-nez - sacerdote franciscano y
de la causa de Beatificación de Fray M.Esquiú - entregó a la  Santa
Sede, en Roma para revisar nuevamente el
material.Â
El proceso  comienza en 1926 Esquiú en cierto modo, no tuvo mucha
iniciado en Córdoba,  después se hizo aquÃ-, en Catamarca, un
suerte en cuanto  al proceso. Primero hubo una confusión se habÃ-a
proceso que no tuvo valor. Luego  vino la segunda guerra mundial y
eso también la detuvo. Cuando ésta  terminó, la causa fue retomada
de Esquiú, dos son favorables y uno es  contrario. Esto hace que la
pero de los tres teólogos que debÃ-an  hacer juicio de los escritos
causa se detenga y PÕO XII, el Papa que  estaba en ese momento,
archiva el proceso.
En 1957, el embajador  Manuel del RÃ-o pide permiso para reabrir la
defensa, pero al morir, al  proceso lo ve Pablo VI, quien aprobó la
causa y Juan XXIII se lo  otorga en 1958. Él revé todo y hace la
defensa y asÃ- pudo retomar  nuevamente la causa en 1964.
Luego en Catamarca, el padre Bernardo  MartÃ-nez trabajo mucho en la
de Esquiú en la Catedral de Córdoba y pidió  la opinión de los
volver
causa, reactivó el proceso, logró el  reconocimiento de los restos
nuevos teólogos. Como habÃ-a sido una causa detenida,  en vez de
atrás pusieron seis teólogos y los seis aprobaron y  recomendaron
En 1979 se logra la prueba  que no hubo culto especial sobre
Esquiú, porque el culto también detiene  la causa de Beatificación.
Entonces todo estuvo acorde para presentar  lo que se llamó la
tomaron tres licenciados de historia, ellos  hicieron el
su Beatificación en 1978.
disquisición histórica, es decir un estudio  histórico. En ese
trabajo, pero parece que no estaban informados de todo el  proceso
momento lo
jurÃ-dico y lo
terminaron muy tarde, recién en 1990.
Fue  entonces cuando el Cardenal pide al padre Jorge MartÃ-nez que
la
Universidad de  Mendoza. Viajo a Roma e inició una investigación
habÃ-a
se ocupe  del tema, quien ese momento se ocupaba como Rector de
más profunda y en 1993  verifica que desde 1978 la causa se
detenido bastante y que  prácticamente estaba parada.
Oremos
Señor, tú que colocaste a San Mamerto en el número de los santos
pastores y lo hiciste brillar por el ardor de la caridad y de aquella fe que
vence al mundo, haz que también nosotros, por su intercesión, perseveremos
participar de su
firmes en la fe y arraigados en el amor y merezcamos asÃ-
gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.Â
Domingo 4 pascua.JN. 10, 1-10
1.- Domingo del Buen Pastor. Nos avisa Jesús como buen Pastor que "el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por
otra parte, es ladrón y bandido". Y añade: "Yo soy la puerta de las ovejas; quien entra por mÃ-, se salvará y podrá entrar y salir y encontrará
pastos".
2.- Vamos a fiarnos de Jesús que de verdad nos quiere. A veces hacemos caso a quienes entran por la puerta falsa y nos promete el placer,
bienestar... pero luego vemos que nada, de nada; sólo queda vacÃ-o, tristeza y tal vez remordimiento.
3.- Jesús entra por la puerta grande del alma; nos toma en sÃ-; nos da su paz; nos acompaña en el dolor. Confiar; amarle; dedicarle tiempo para
orar y estar con El.
4.- Decirle: Señor, mi Buen Pastor: guÃ-ame por los campos de la vida. Repetirlo.
5.- "Buen Jesús, Pan verdadero, Jesús Nuestro ten compasión: Tú que nos alimentas, defiéndenos; haz que veamos tu rostro de bondad en
la Tierra de los vivos". Amén
Buen Pastor, una forma de "gobierno" de la Iglesia
He desarrollado ayer la imagen del pastor, analizando el evangelio de domingo 4º de Pascua (Juan 10,1-10), y un comentarista me ha dicho
“agudamente― que he podido perder algún hilo de la trama, que resulta más compleja de lo que he pensado.
Le agradezco el comentario y sigo pensando sobre el tema, analizando desde ese fondo la forma distintiva de gobierno de la Iglesia.
En ese contexto (cambiando el tÃ-tulo anterior de la postal) he querido retomar y recrear las reflexiones de un antiguo libro sobre el tema
(Hermanos de Jesús y servidores de los más pequeños, Mt 25, 31-46,SÃ-gueme, Salamanca 1984) .
Me ocupé entonces del "gobierno pastoral" de la Iglesia, presidido por un Cristo que es Pastor Celeste... y representado en la tierra por un Papa
que se presenta como Pastor supremo de la Iglesia.
Por su parte, los obispos católicos se dicen pastores… Los curas en general se llaman “sacerdotes― (otro tÃ-tulo complejo), aunque
también son pastores….
De un modo significativo, los dirigentes de las comunidades protestantes (que no quieren llamarse sacerdotes, por el carácter sacrificial de esa
palabra) se llaman en general Pastores (aún siento la extrañeza que me producÃ-a el hecho de que en tierras germanas protestantes me
llamaran Herr Pastor).
Desde ese fondo me importa el “gobierno pastoral― de la Iglesia, y el hecho de que la acción ministerial cristiana se llame “pastoral―.
Papas, obispos y curas (con sus subordinados) “pastorean― a la Iglesia, como el pastor a su rebaño (asÃ- vemos en la imagen al papa, con
cayado quizá poco pastoril, hablando de olor a oveja).
Sin duda, ésta fue una imagen normal en oriente, en tiempo de Jesús. Pero hoy no resulta ya nada clara (a no ser en los concursos de pastor,
perro y ovejas que siguen haciendo en mi tierra, como indica la primera imagen). Tres son a mi juicio los problemas vinculados con ella:
a) Jesús (el NT) utiliza la imagen del “pastor―, pero la invierte y transforma de un modo radical, de manera que el pastor al final es otra
cosa. Quizá desde la misma Biblia habrÃ-a que superar hoy la palabra pastor y la pastoral.
b) La imagen del pastor (convertida en programa de gobierno pastoral) puede ir en contra del mensaje y proyecto de Jesús, fundado en la
fraternidad y en la comunión entre los hombres (a partir de los últimos), más que en el cuidado del pastor, que se ocupa de unas ovejas inferiores.
c) Muy posiblemente, la imagen y tarea del pastor/pastoral tendrÃ-a que superarse enla actualidad, pues no responde a nuestra experiencia de la
vida, ni al mensaje de fondo de Jesús.
AsÃ- dejo el tema abierto, planteando una cuestión de fondo y volviendo a enhebrar el hilo de la trama del pastor, como me pedÃ-a ayer un
comentarista. Buen domingo a todos.
1. GOBIERNO PASTORAL, GOBIERNO PERSONAL
La Biblia (el NT) ofrece unas imágenes de rico simbolismo, no para quedarse en ellas, sino para superarlas de un modo paradójico. Lo malo de
una parte de la práctica eclesial es que ha codificado esas imágenes y se ha quedado en ellas, sin asumir la dinámica del Jesús y del NT.
Pienso que el autor que más sagazmente a estudiado el tema ha sido M. Foucault, en varias obras donde estudia el tipo de gobierno pastoral y
democrático.
1. Gobierno pastoral.
Es más propio de los imperios de oriente, y ha sido especialmente destacado por los israelitas en el AT, donde presentan a Dios como un Pastor
que va guiando al pueblo de Israel por el desierto… Los reyes son auténticos pastores, como seguiré viendo. Éstos son (según M. Foucault)
los rasgos principales de un gobierno pastoral:
“1. El pastor ejerce el poder sobre un rebaño más que sobre un territorio. […] Dios da, o promete, una tierra a su rebaño.
2. El pastor reúne, guÃ-a y conduce a su rebaño. […] basta con que el pastor desaparezca para que el rebaño se disgregue; o dicho en otros
términos, el rebaño existe gracias a la presencia inmediata y a la acción directa del pastor […].
3. El papel del pastor consiste en asegurar la salvación de su grey. […] No se trata únicamente de salvar a todos, a todos en conjunto, cuando se
aproxima el peligro,sino que es más bien una cuestión de benevolencia constante, individualizada y orientada a un fin. […] constante, ya que el
pastor vela por la alimentación de su rebaño; cotidianamente satisface su sed y su hambre. […] individualizada, ya que el pastor vela para que
todas sus ovejas, sin excepción, sean recuperadas y salvadas.
4. […] el ejercicio del poder es un “deber―. […] la benevolencia pastoral está mucho más próxima de la “abnegación―.
Todo lo que hace el pastor lo hace por el bien del rebaño. Tal es su preocupación constante. Cuando sus ovejas duermen él vela.―
( Cf. M.Foucault, Omnes et sigulatim: hacia una crÃ-tica de la razón polÃ-tica en La vida de los hombres infames, Ed. Altamira, Argentina 1996,
182-183, 204)
Éste es, por tanto, un gobierno de “dictadura ilustrada―. El pastor sabe lo que necesitan sus ovejas, por eso las cuida y dirige desde
arriba, las alimenta y las cuida. Más aún, el pastor vela por las ovejas, tiene responsabilidad sobre su vida y su misma “conciencia― (si son
ovejas humanas), de manera que no hay reciprocidad entre pastor y ovejas. El pastor puede “cuidar― muy bien a las ovejas, pero está arriba
siempre.
El pastor está solo a la cabeza del rebaño y su trabajo consiste en velar por la alimentación de sus animales; en cuidarlos cuando están
enfermos; en servirse de la música para reunirlos y guiarlos; en organizar su reproducción preocupándose de obtener la mejor descendencia…
El pastor ejerce por tanto un “dominio― bueno de dirección (y de sumisión) sobre los súbditos, a los que dirige en sentido fÃ-sico y
psÃ-quico, religioso y social… (pero es un gobierno no personal, y en el fondo acaba siendo no cristiano).
En esa lÃ-nea, los “pastores― de la Iglesia se han sentido llamados a “salvar― a las ovejas desde arriba, con autoridad superior, como
guÃ-as que saben lo que ellas necesitan
En esa lÃ-nea se podrÃ-a decir que un tipo de pastoral de la iglesia ha sido pre-cristiana, pues ha tomado los rasgos del pastor del AT y de los
reinos orientales, y no la novedad de Jesús, que utiliza la imagen del pastor para superarla por dentro. Un tipo de pastoral de la iglesia, por su
forma de entender la autoridad propia de los pastores y la sumisión de las ovejas, evidentemente para su bien (se dice), no es cristiana.
2. Un gobierno personal
A partir del evangelio de Jesús (y desde una perspectiva que ha sido desarrollada después por la misma Iglesia cristiana, fundándose en la
experiencia democrática de Grecia) se puede hablar de un gobierno personal, fundado en la palabra y en el diálogo.
El que gobierna (en la lÃ-nea de la imagen desarrollada por Jn 10 y Jn 15) no es un pastor que dirige desde arriba a las ovejas, sino un amigo que
dialoga con amigos, un hombre libre que comparte el camino con otros hombres libres.
Dejo abierto este tema, que necesita quizá más explicaciones, limitándome a releer desde esa perspectiva los textos del domingo.
2. RELECTURA DE LOS TEXTOS. PASTORAL SIN PASTORES NI OVEJAS
(1) Imagen bÃ-blica. Punto de partida erudito
La figura del pastor y su rebaño pertenece al mundo cotidiano del antiguo oriente mediterráneo. Desde la perspectiva del Nuevo Testamento, ella
culmina en Jn 10, 2-16 (el Buen Pastor) y en Mt 25, 31-46 (juicio final) y ha tenido gran influjo en la visión posterior de la iglesia cristiana que ha
concebido a sus ministros como «pastores» y interpretado su acción ministerial como «pastoral».
Pastor es en oriente (Sumeria, Babilonia, Asiria...) el rey, que protege y guÃ-a sus rebaños de hombre, ayuda a los débiles, protege a los
enfermos.
Pastor es en el cielo Dios, aquel que cuida del rebaño grande de los hombres. Ésta es una imagen valiosa, pero corre el riesgo de establecer
una distancia entre el guÃ-a-pastor que es el único individuo activo y el resto de los hombres, entendidos como rebaño pasivo.
Desde Abel, que fue el primer pastor asesinado (Gen 4, 2) y desde Yabel, hijo de Lamec, que fue padre de todos los que crÃ-an ganado y viven en
tiendas (cf. Gen 4, 20), con los patriarcas, pastores de ganados (cf. Gen 13, 7; 26, 20; 46, 32), la Biblia está llena de pastores, aunque la cultura
israelita dominante acaba siendo agrÃ-cola y urbana. En esa lÃ-nea, el recuerdo de David, pastor de ovejas en los campos de Belén (1 Sam 16,
13; 17, 20), se ha mantenido vivo en la tradición mesiánica. Un salmo dice que Dios tomó a David de los rediles de ovejas, para hacerle rey de
Israel, de manera que su oficio y tarea de pastor de ovejas sirve de base simbólica para entender su trabajo de pastor del pueblo (cf. Sal 78, 70).
Dios aparece como un pastor que cuida el rebajo de los hombres, especialmente de su pueblo Israel (Is 40, 11; 63, 11; Jer 30, 10 etc). El Antiguo
Testamento sabe que Dios es pastor de Israel: «El Señor es mi pastor, nada me falta, por lugares tranquilos me hace reposar...» (Sal 23, 1; cf.
Gen 49, 24; Jer 31, 10; 43, 12; Ez 34, 5.12, etc.). También los jefes de Israel reciben rasgos de pastor (cf. 2 Sam 7, 7; Jer 3, 23; Sal 78, 72),
aunque parece que nunca se les atribuye directamente ese tÃ-tulo, que será propio del MesÃ-as: «Les daré un pastor único que los pastoree:
mi siervo David; él les apacentará, él será su pastor. Yo, el Señor, seré su Dios y mi siervo David será prÃ-ncipe en medio de ellos» (Ez
34, 23-24; cf. 37, 22.24; Jer 3, 15; 23, 4).
Pero esa imagen del pastor en el AT sigue estando abierta y termina expresándose en una lÃ-nea de “ley compartida―. Dios es pastor que se
expresa en una “ley― que las mismas ovejas comparten, dialogando entre ellas.
En el judaÃ-smo rabÃ-nico la imagen del pastor termina siendo un recuerdo del pasado… En la actualidad, en el lugar del Pastor siempre ausente
queda la Ley para todos… En esa lÃ-nea se sitúa la mejor “filosofÃ-a polÃ-tica― de USA, por poner un ejemplo.
(2) Mt 25, 31-46. Pastor mesiánico, las ovejas menores.
La certeza de que Dios cuida a las ovejas y la promesa del nuevo pastor mesiánico de Ez 34, 11-14 forman el punto de partida de una visión
teológico-simbólica que llega hasta Mt 25, 32, donde el pastor se identifica con las «ovejas» más pequeñas del rebaño. En el fondo está
igualmente la imagen apócrifa de 1 Hen 89-90: el camino de Israel, desde el diluvio hasta el MesÃ-as, aparece como historia de un rebaño; los
miembros del pueblo son ovejas a las que Dios va guiando, superando los peligros, los rechazos y rupturas, hasta el tiempo en que llegue el
salvador-mesÃ-as. Al referirse a Jesús, Hijo de Hombre, en la figura del pastor que separa a su rebaño, Mt 25, 32 se encuentra en la lÃ-nea de
ese viejo simbolismo.
La tradición del rey-pastor forma parte de la ideologÃ-a polÃ-tica de Israel (cf. Ez 34, 23-24), donde Dios mismo aparece como pastor supremo del
pueblo (cf. Sal 23, 1; 80, 1), conforme a una visión más propia de los reinos de oriente que de la democracia griega, donde los miembros del
pueblo no aparecen ya como rebaño de un pastor, sino como grupo de hombres libres. Desde ese fondo se entienden los textos del Nuevo
Testamento donde el MesÃ-as toma rasgos de pastor, especialmente el de Mt 25:«Cuando llegue el Hijo de hombre en su gloria y todos los
ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria y se congregarán delante de él todos los pueblos. Y separará a unos de otros
como el pastor separa a las ovejas de las cabras; y pondrá a las ovejas a su derecha y a las cabras a su izquierda. Y entonces el rey dirá...» (Mt
25, 31 34).
La imagen es tradicional, pero el simbolismo de fondo será totalmente nuevo: aquÃ- estamos ante un pastor que se identifica con sus ovejas; no
manda sobre desde arriba, sino que vive y sufre en ellas. Estamos, evidentemente, en una lÃ-nea de evangelio, que ha de entenderse desde la
parábola de la oveja perdida (cf. Lc 15, 4-6, Mt 18, 12-14) y desde la gran alegorÃ-a de Jn 10, 1-16, donde las ovejas dejan de ser animales
dirigidos por un guÃ-a superior y se vuelven amigos del pastor.El pastor se identifica con las ovejas “menores―. El pastoreo se convierte en
diálogo persona, desde la responsabilidad de la “ovejas superiores― (por decirlo asÃ-) hacia las “ovejas inferiores―.
La pastoral tiende a convertirse es un Servicio Social. En el lugar de la Ley (lÃ-nea AT, USA), en la tradición democrática y social de Europa… el
gobierno pastoral se identifica con el gobierno social.
(3) Pastor misericordioso, el Buen Pastor (Jn 10).
Podemos desarrollar las últimas reflexiones. Jesús toma la imagen del pastor y la recrea desde el evangelio. AsÃ- dice que se apiada de los
hombres porque están «dispersos y perdidos, como ovejas que no tienen pastor» (Mt 9, 36). En ese contexto se inscribe su acción
misericordiosa, que viene a expresarse de manera privilegiada en la parábola del pastor:«¿Quién de vosotros, teniendo cien ovejas y
perdiendo una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va hacia la perdida hasta encontrarla? Y encontrándola la pone en sus
espaldas con gran gozo y viene hasta su casa y llama a sus amigos y les dice: alegraos conmigo porque he encontrado a mi oveja perdida» (Lc
14, 3-6).A Jesús le han acusado de comer con pecadores, perdonando y recibiendo en su mesa a los proscritos de la alianza (publicanos,
prostitutas). Jesús se defiende contando esta parábola, en la que Dios (o el pastor mesiánico) viene a mostrar su solidaridad con las ovejas
perdidas. En esa lÃ-nea se sitúa el texto del buen pastor:«Yo soy el buen pastor; el buen pastor entrega su vida por sus ovejas. El mercenario, el
que no es pastor ni tiene a las ovejas como propias, ve venir al lobo y abandona, huyendo, a las ovejas; y asÃ- viene el lobo y las destroza y las
dispersa. Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas y ellas me conocen, como el Padre me conoce y yo conozco al Padre. AsÃ- entrego mi vida
por las ovejas. Tengo otras ovejas que no son de este redil; las debo conducir, para que escuchen mi voz y de esa forma haya un rebaño y un
pastor» (Jn 10, 11-16).
Siguiendo en la lÃ-nea anterior, el pastor se ha convertido de alguna forma en padre y amigo del rebaño. Esta alegorÃ-a del Jesús pastor tiene
tres rasgos o elementos principales.
(a) Elemento cristológico. Jesús es el auténtico pastor, aquel que puede conducir hasta la meta a su rebaño. Por eso se distingue de otros
malos pastores, mercenarios, que han venido a presentarse como salvadores, siendo en realidad asalariados, que han querido aprovecharse del
rebaño. Jesús es pastor que se vuelve amigo de las ovejas, pues dialoga con ellas. El mismo pastor se vuelve oveja, todos ovejas, todos
pastores, dialogando en respeto y servicio mutuo.
(b) Hay un rasgo eclesiológico. Jesús es verdadero pastor porque conoce a las ovejas (hombres), dialogando con ellas en intimidad de corazón.
Sólo asÃ-, sobre una base de conocimiento personal puede fundarse la comunidad de los salvados como iglesia donde todos tienen un lugar para
vivir en plenitud. Jesús es pastor y puerta del rebaño; Jesús es guÃ-a y casa para las ovejas... Jesús es pastor haciendo a todos pastores. El
rebaño de ovejas se convierte en comunidad de pastores, hablando cada uno con los otros, siendo cada uno puerta de vida para los demás.
(c)Â Hay, en fin, un rasgo pastoral/personal: la unidad del pastor con las ovejas refleja sobre la tierra el gran misterio del encuentro de Cristo con el
Padre, tal como Juan lo ha desarrollado en Jn 20. De esa forma, llevado hasta el extremo, este signo del pastor nos saca del ámbito animal
(pastoral) para situarnos en un plano intensamente personal, de comunicación afectiva. En ese contexto debemos añadir encargo de Jesús a
Pedro a quien pide que «apaciente sus ovejas», es decir, que las conozca, que garantice un espacio de libertad y de diálogo para todas (Jn 21,
16-17).
En esa lÃ-nea se dirá que los ministros de la iglesia son pastores que aman a las ovejas, dialogando con ellas como Buen Pastor, que es Cristo.
Éste es el gobierno del diálogo. No de un pastor que organiza desde arriba la vida del rebaño, sino de un pastor que dialoga con el rebaño…
de forma que al final el mismo gobierno es diálogo de todos… Guardar el rebaño es abrir espacio de diálogo entre todas las ovejas, en
conocimiento mutuo.
El pastor y el rebaño
Juan
10, 1-10. Pascua. No tengamos que tener miedo de abrir las puertas de nuestro
corazón a Cristo
Oración preparatoriaÂ
Padre, gracias por la encarnación de tu Hijo, nuestro Redentor y porque nos
quiero
diste a MarÃ-a como madre. ConfÃ-o en tu misericordia y por esto te
ofrecer en mi oración mi amor, débil y manchado por mi egoÃ-smo y soberbia,
estrecha que me
pero dispuesto a escucharte y entrar por esa puerta
señales.Â
PeticiónÂ
EspÃ-ritu Santo, que no vacile y nunca tenga miedo a tus inspiraciones.Â
Meditación del Papa FranciscoÂ
La imagen de la puerta se repite varias veces en el Evangelio y se refiere a
la de la casa, del hogar doméstico, donde encontramos seguridad,
amor, calor.
Jesús nos dice que existe una puerta que nos hace entrar en la familia de
Él. Esta puerta es
Jesús mismo. Él es la puerta. Él es el paso hacia la salvación. Él conduce al
nunca está cerrada, esta puerta nunca está
Francisco, 25 de
soy un
la vida―. ¡No, no estás excluido! Precisamente por esto eres el
porque Jesús prefiere al pecador, siempre, para perdonarle, para amarle.
de la fe, a entrar en
privilegios. Porque,
vosotros podrá decirme: “Pero, Padre, seguramente yo estoy excluido, porque
gran pecador: he hecho cosas malas, he hecho muchas de estas cosas en
No tengas miedo: Él
Padre. Y la puerta, que es Jesús,
cerrada, está abierta siempre y a todos, sin distinción, sin exclusiones, sin
sabéis, Jesús no excluye a nadie. Tal vez alguno de
preferido,
Dios, en el calor de la casa de Dios, de la comunión con
Jesús te está esperando para abrazarte, para perdonarte.
te espera. AnÃ-mate, ten valor para entrar por su puerta. Todos están
invitados a cruzar esta puerta, a atravesar la puerta
su vida, y a hacerle entrar en nuestra vida, para que Él la transforme, la
renueve, le done alegrÃ-a plena y duradera. (S.S.
agosto de 2013).Â
ReflexiónÂ
Él es el Buen Pastor, que conoce a cada una de sus ovejas por el nombre y
descarriada. Él
está dispuesto a dejar las noventa y nueve, para buscar a la
es un hombre para los demás. Amar es tan inevitable y irremediable para él
Él es también la puerta de las ovejas. "El que entre por mÃ- se salvará,
y encontrará pastos".Â
Pero para entrar por esta puerta hay que dejar primero que Cristo abra nuestra
las que le
como quemar para una llama.Â
puerta y entre en nuestro interior, pues sólo sus ovejas, es decir
conocen, escuchan su voz, son capaces de reconocer al pastor y encontrar
resguardo y sosiego ante los abusos y peligros del
mundo.Â
No tenemos que tener miedo de abrir las puertas de nuestro corazón a Cristo,
puertas de nuestro
como Él nos abre las puertas del paraÃ-so. Ni de abrir las
corazón a los hombres, para que sepan encontrar también en nosotros el amor,
que caracteriza los discÃ-pulos de
Jesús.Â
Abriendo nuestro corazón a Dios y a todos los hombres, es como pertenecemos
nos da la vida en
al rebaño de Cristo y como podemos entrar por la puerta que
abundancia. El amor es la llave maestra, que abre la Puerta, que abre de par
en par el Corazón de Jesús.Â
PropósitoÂ
Prepararme con un buen examen de conciencia y poner en mi agenda de
actividades la fecha de mi próxima confesión.Â
La Luz de Pascua
Antes
de la victoria pascual de Cristo, el hombre vivÃ-a condenado a la oscuridad
eclipsaban la luz
Es un hecho incuestionable que la felicitación navideña está mucho más
mundo se
extendida que la felicitación de la Pascua de Resurrección. Todo el
felicita las Navidades, aunque muchos no sean capaces de dar razón de lo que
pocos los que felicitan la
los misterios
superan con creces a los que representan a Cristo glorioso. En definitiva,
llegar a descubrir la centralidad de la
felicidad se simboliza en el paso de la noche al dÃ-a, de la
luz: “Trocaré delante de ellos la tiniebla en luz― (Is 42,16). Pues bien,
La tierra era caos y oscuridad por encima del abismo, y un viento de
aleteaba por encima de las aguas. Dijo Dios: «Que exista la luz», y la luz
La primera luz que el mundo ha recibido -y cada uno de nosotros en
existió― (Gn 1,1-3).Â
particular- ha sido la de nuestra existencia. ¿Por qué “el ser― y no
nada―? Lo lógico hubiese sido la “oscuridad― de la nada. El texto bÃ-blico
de las tinieblas― (Gn 1,
¡son cuatro las noches que, por la misericordia de
nuestra existencia! Las describimos brevemente:Â
La Noche de la Creación: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
“la
Vigilia Pascual.Â
que la impotencia y el sufrimiento humano se describen en la Biblia
imagen de la tiniebla, hasta el punto de que el camino hacia nuestra plena
Dios Padre, han iluminado
todavÃ-a nos falta mucho camino hasta
fe en la Resurrección, representada en la luz del Cirio encendido, en la
La Historia de la Salvación es una historia de luz. Dios es la Luz, mientras
Dios
constatar la desproporción existente entre la representación de
de la Pasión y los de la Resurrección.
Los pasos del Cristo sufriente,
oscuridad a la
esas palabras expresan. Por el contrario, son muy
Pascua, aunque, posiblemente, lo hagan con mayor consciencia.Â
Y en referencia a la celebración popular de la Semana Santa, también cabe
bajo la
del pecado y de la muerte, dos enemigos imbatibles que nos
de Dios.
afirma: “Vio Dios que la luz era buena y la separó
4). En esas breves palabras se nos recuerda la inmensa misericordia que Dios
ha derramado sobre nosotros, al
crearnos: ¡¡Somos!! ¡¡Existimos!! ¡Hemos sido
creados a imagen y semejanza de Dios! La verdad, la belleza y la bondad de la
son un reflejo de la suma Verdad, Belleza y Bondad divinas. Nuestra
existencia no es consecuencia del azar o de un ciego destino, sino que es
fruto de la libre decisión de un Dios, Padre, que crea solamente por amor.
Nochebuena: Pero… el pecado hizo
¡Nuestra existencia es un destello de la infinita luz de Dios! La
que el hombre rompiese su amistad con Dios. El Cielo se convierte para nosotros
arcano. El hombre intenta conocer a Dios y
creación
relacionarse con Él, sin conseguirlo, ya que la religiosidad natural es
en algo inalcanzable y
incapaz de acceder a la
intimidad de Dios.Â
La búsqueda de Dios, por parte del hombre, es ardua y estéril: una durÃ-sima
gran luz. A los que
entre nosotros, se hace luz en
decir, en la noche más larga del año, encierra un simbolismo muy
la llegada de Cristo da un vuelco a la historia, de forma que la luz comienza
La Noche Pascual: La noche de la Pascua fue para el pueblo judÃ-o el momento
paso del Mar
Antes de la victoria pascual de Cristo, el hombre vivÃ-a condenado a la
liberación que Cristo nos obtuvo por su muerte redentora.Â
oscuridad del pecado y de la muerte, dos enemigos imbatibles que nos
nuestra noche, para transformarla en luz. Cristo “se hizo pecado―
21), y padeció bajo el poder de la muerte, para vencer al enemigo en su
noche en dÃ-a; la
a ganarle terreno a la oscuridad de la noche.Â
cumbre de su liberación. Aquella salida de Egipto, asÃ- como el
Rojo camino de la Tierra Prometida, no eran sino imagen de la plena
eclipsaban la luz de Dios. El plan divino de redención del mundo asumió
(2 Cor 5,
Dios, que culmina con la Encarnación de Dios
la noche de nuestra búsqueda impotente.Â
El hecho de que la Nochebuena se celebre en el solsticio de invierno, es
pedagógico:
noche. Pero, “el pueblo que caminaba en tinieblas vio una
vivÃ-an en tierra de sombras, una luz les brilló― (Is 9, 2). La Revelación de
propio terreno. La Resurrección de Cristo transformó la
gracia vence al pecado y la vida derrota a la muerte. AsÃ- lo rezamos en el
noche en que la columna de fuego
Pregón de la Vigilia Pascual:“Ésta es la
esclareció las tinieblas del pecado… Ésta es la noche de la que estaba
escrito: «Será la noche clara
como el dÃ-a, la noche iluminada por mi gozo»―.Â
La Noche de la Purificación: Pero todavÃ-a faltaba algo para culminar la
de
Historia de la Salvación. Nos referimos a la necesidad de que cada uno
nosotros haga suyo –se apropie de él- ese tesoro de gracia. No basta con el
necesario
anuncio de que la luz de Cristo vence a la tiniebla, sino que es
que ese acontecimiento tenga lugar en cada uno de nosotros, es decir, que lo
San Juan de la Cruz describió ese proceso de purificación ascética y mÃ-stica
del espÃ-ritu―. Es un
proceso doloroso y gozoso al mismo tiempo, en el que el paso por la oscuridad
alma. Tras la muerte, el misterio del
suficientemente en nuestra etapa
cumplida nuestra vocación a ser Hijos de la Luz: “Porque en otro tiempo
ahora sois luz en el Señor― (Ef 5, 8). La reflexión que hoy hacemos sobre
fuisteis tinieblas; mas
estas cuatro noches, nos llena de esperanza ante las situaciones
o soledad, que podamos atravesar a lo largo de nuestra vida. ¡Cristo ha
razones para la confianza y
es necesario para que se haga luz en el
Purgatorio completa nuestra purificación, cuando no la hemos practicado
de peregrinos. Sólo de esta forma, veremos
de oscuridad
personalicemos en nuestro interior.
como la “noche oscura del sentido― y la “noche oscura
resucitado! y, en consecuencia, tenemos sobradas
la alegrÃ-a. ¡Feliz Pascua de Resurrección! Monseñor Munilla
Francisco, en la ventana Francisco pone el ejemplo del ternero que quiere mamar
Papa: "Os pido que importunéis a los pastores, que nos molestéis"
"Incluso aquÃ-, en la plaza, algunos jóvenes pueden sentir la llamada al sacerdocio"
El pastor debe estar, a veces, delante; otras veces, en medio de todos y, en algunas circunstancias, detrás del pueblo
(José M. Vidal).- Sin apenas tiempo para dejar las vestimentas litúrgicas, tras la misa de la ordenación de 13 nuevos curas, el Papa
Francisco salió a la ventana para rezar el Regina Coeli. Y, en su mensaje, saludó, entre otros, a la diócesis de Canarias y pidió a los fieles que
"molesten e importunen a sus pastores". Como hace el ternero con la vaca, cuando quiere mamar.
Algunas de las frases del Papa
"Jesús mantenÃ-a una relación con sus discÃ-pulos basada en la ternura"
"Recemos por los pastores de la Iglesia, por todos los obispos, incluido el de Roma, y por todos los sacerdotes"
"Especialmente, recemos por los nuevos 13 sacerdotes que acabo de ordenas en San Pedro"
"Que el Señor nos ayude a ser siempre fieles al Señor"
"Pido que nos ayudéis a ser buenos pastores"
"San Cesáreo de Arlés decÃ-a: Cuando el ternerito tiene hambre, va a la vaca a mamar. Pero la vaca no lo da rápido. Y el ternero empuja con
su morro, para que baje su leche...AsÃ- vosotros"
"Os pido que importunéis a los pastores, que nos molestéis para que os demos la leche de la gracia, la lecha de Dios"
"El pastor debe estar, a veces, delante; otras veces, en medio de todos y, en algunas circunstancias, detrás del pueblo"
"Molestad a los pastores, para que os den la guÃ-a de la gracia"
"La vocación requiere un éxodo de uno mismo"
"La llamada a seguir a Jesús es entusiasmante y difÃ-cil"
"Recemos para que los jóvenes escuchen la voz del Señor y que su voz no sea sofocada por otras tantas voces"
"Incluso aquÃ-, en la plaza, algunos jóvenes pueden sentir la llamada al sacerdocio"
Y tras la bendición, los saludos y los mensajes
Entre ellos, a la diócesis de Canarias. A las comunidades neocatecumenales: "Seguid adelante, sois valientes", les dice.
"Pidamos por nuestras madres, por todas nuestras madres"
Y reza con la gente un AvemarÃ-a
"Un gran saludo a las mamás" Francisco en el Regina Coeli: Los fieles nos ayuden a ser buenos pastores
Ante una plaza de San Pedro repleta de fieles y peregrinos, el papa Francisco desde la ventana de su estudio y después de haber ordenado a 13
sacerdotes en la basÃ-lica de San Pedro, rezó la oración del Regina Coeli y dirigió las siguientes palabras.Â
Queridos hermanos y hermanas, buen dÃ-a.
El evangelista Juan nos presenta en este cuarto domingo del Tiempo Pascual, la imagen de Jesús como el Buen Pastor.
Contemplando esta página del evangelio podemos entender el tipo de relación que Jesús tenÃ-a con sus discÃ-pulos.
Una relación basada en la ternura, en el amor, en el conocimiento recÃ-proco y sobre la promesa de un don inconmensurable: 'Yo he venido --dice
Jesús-- para que tengan la vida y en abundancia. Tal relación es el modelo de las relaciones entre los cristianos, y de las relaciones humanas.
Muchos hoy como en el tiempo de Jesús, se proponen como pastores de nuestra existencia, pero solamente el Resucitado es el verdadero pastor
que nos da la vida en abundancia. Invito a todos a que tengan confianza en el Señor que nos guÃ-a, y no solamente nos guÃ-a, pero nos
acompaña y camina con nosotros. Escuchemos con corazón y mente abierta su palabra para alimentar nuestra fe, iluminar nuestra conciencia y
seguir las enseñanzas del evangelio.
En este domingo recemos por los pastores de la Iglesia, por todos los obispos, incluido el obispo de Roma, por todos los sacerdotes, por todos,
por todos. En particular recemos por los nuevos sacerdotes de la diócesis de Roma que he ordenado en la basÃ-lica de San Pedro. Demos un
saludo a estos trece sacerdotes, que el Señor nos ayude a nosotros pastores a ser siempre fieles al Maestro, y guÃ-as sabias e iluminadas del
Pueblo de Dios a nosotros confiado.
También a ustedes les pido por favor que nos ayuden, nos ayuden a ser buenos pastores. Una vez he leÃ-do una cosa hermosa sobre cómo el
Pueblo de Dios ayuda a los obispos y sacerdotes a ser buenos pastores, en un escrito de San Cesareo de Arlé, un padre de los primeros siglos de
la Iglesia.
Y daba este ejemplo: cuando el ternero tiene hambre va a lo de la madre para tomar la leche, pero la vaca no lo da enseguida, parecerÃ-a que se lo
guardara para ella. ¿Entonces qué hace el ternero? Golpea con su nariz al pezón de la vaca para que llegue la leche. Es muy linda esta
imagen. AsÃ- ustedes -dice este santo- tienen que hacer con los pastores: llamar a su puerta, a su corazón para que le den la leche de la doctrina,
de la gracia y la leche de la guÃ-a.
Y les pido por favor, importunen a los pastores, molestenlos, a todos nosotros los pastores, para que le demos el alimento de la gracia, de la guÃ-a
y de la doctrina. Piensen a aquella bella imagen del ternero, cómo importuna a la madre para que le dé de comer.
A imitación de Jesús, cada pastor a veces se pondrá adelante para indicar el camino y apoyar la esperanza del pueblo. Otras veces estará
simplemente en medio de todos, con su cercanÃ-a simple y misericordiosa. Y en algunas circunstancias deberá caminar detrás del pueblo, para
ayudar aquellos que se quedaron atrás. Que todos los pastores sean asÃ-.
Pero ustedes importunen para que den la guÃ-a de la doctrina y de la gracia. En este domingo se recuerda la Jornada mundial por las vocaciones.
En el mensaje de este año he recordado que cada vocación requiere de todos modos, un nexo para centrar la existencia en Cristo y su evangelio.
Por esto la llamada de seguir a Jesús es al mismo tiempo entusiasmante y empeñativa. Y para que se realice es necesario entrar siempre en
profunda amistad con el Señor para poder vivir siempre con él y en él.
Recemos para que en este tiempo tantos jóvenes sientan la voz del Señor, porque existe el riesgo a veces, que sea sofocada por otras voces
diversas. Recemos para que en este tiempo tantos jóvenes escuchen la voz del Señor. Recemos por los jóvenes quizás aquÃ- en la plaza haya
alguno que sienta esta voz del Señor que lo llama al sacerdocio, recemos por él si está aquÃ- y por todos los jóvenes que están asÃ-.
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