ALGUNOS PERSONAJES DEL Nuevo Testamento: José José

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ALGUNOS PERSONAJES
DEL
Nuevo Testamento:
José
José, betlemita. Hijo de los de Jacob. Esposo de María y padre de Jesús (Lc 3,23ss). De profesión: técton, es
decir, obrero de la construcción, carpintero, ebanista, pobre. "¿No es éste (Jesús) el hijo del carpintero?" (Mt
13,55). Nuestro respeto y veneración a José viene también de otra cosa mucho más importante que nos dice
Mateo de él: era justo, sencilla y calladamente fiel a la ley. No quiso ridiculizar ni ruborizar con denuncia de
divorcio público a María. ¡Cuántas cosas que no comprendía y las aceptaba': María, fiel esposa, embarazada;
Belén, su propio pueblo, sin sitio para ellos: vergüenza terrible no poder dar un lugar mejor a su primeriza
esposa: Herodes que quiere matar al niño; transeúnte y ambulante; padre que sufre y calla ante la actuación
de Jesús a los doce años (Lc 2,48). ¡Jóvenes esposos y padres de nuestros días, no busquéis otras
historietas en san José!. No lo invoquéis para una buena muerte, sino para una vida buena.
JUAN BAUTISTA
Juan fue un privilegiado de Dios ya antes de nacer. Fijaos, la misma fecha que Jesús, sólo que seis meses
antes. Hijo de un coadjutor de Abías y de una madre también descendiente de sacerdote. De chiquitín tuvo la
ocasión de ser el primero en saludar a Jesús, su primo, dando saltos de alegría. Es que Isabel y María se
querían
mucho y se ayudaban. Hubo un pequeño lío familiar el día de su bautizo, pero el padre lo aclaró. No
por eso se apellida "Bautista", sino porque después él bautizó a muchos, incluso a Jesús. Se celebraron
fiestas por su nacimiento y empezó para el mundo una etapa nueva. Es decir, la etapa del Reino de Dios.
Noche de hogueras, noche de luz, noche de amor.
Si en su venida al mundo fue semejante a Jesús, su partida de este mundo no fue muy distinta. y todo por la
rabieta de una mala pécora. Aparte de matar a Jesús entre todos, ¿la humanidad habrá cometido una
barbaridad tan gorda como aquella de pedir en una bandeja la cabeza de Juan Bautista? Los profetas siempre
han muerto con un cuchillo en la garganta, con una cruz sobre los hombros, con una bala en la cabeza o con
una soga al cuello
MARÍA MAGDALENA
El sobrenombre indica sin duda que esta María era de Magdala. Con "la otra María" visitó el sepulcro la
mañana de Pascua (Mt 28, 1 ss). Mientras a las otras mujeres se les apareció un ángel que les anunció la
resurrección de Jesús, María Magdalena fue distinguida con una aparición del mismísimo Cristo resucitado.
"Pero no lo reconoció" (Jn 20,14). i Y es que con lágrimas en los ojos no se pueden ver claras las cosas!
Aunque hay cosas que sólo se ven con los ojos del corazón. Y con esos ojos vio María Magdalena a Jesús:
"¡Rabboni' Y fue corriendo a donde estaban los discípulos y les anunció: he visto al Señor" (Jn 20,18).
A esta María hay que distinguirla de "la pecadora" de Lc 7, 36-50. En Occidente hemos sido proclives a seguir
la tradición, manifestada en el arte y la piedad popular, de identificar a la de Magdala con la de Betania (Jn
11,28) Y la de la casa de Simón que ungió los pies de Jesús con un buen perfume (Lc 7,37).
JUDAS. Me refiero al Iscariote, (el que entregó a Jesús) el sicario: ‘hombre de daga’. Fue uno de los 12; pero
parece que perdió la fe en Jesús-Mesías. Cuanto más cercano del Gólgota veía al Maestro, judas más se
alejaba de Él. Jesús mismo le llama traidor durante la Última Cena. Según Mateo, cuando Judas vio lo que
pasaba aquella noche, se arrepintió. Sí, y fue al templo; buscó a los sacerdotes y se confesó: “he pecado,
entregando a un inocente”. Restituyó las 30 monedas. Pero en aquellos sacerdotes no encontró Judas ni la
mirada ni la acogida ni el perdón del Padre Dios. Y Judas se desesperó y se despeñó.
Nombre que también hoy damos a los que venden al amigo, a los que sacan dinero de las venas de los
inocentes
FILEMÓN
Pablo se encuentra en la cárcel con Enésimo, un esclavo fugado de la casa de su amo, Filemón. En la fuga se
llevó, además, la caja fuerte.
Pablo 10 ha ganado para el Evangelio y le escribe esta breve misiva a Filemón recomendándolo e insistiendo
en la nueva relación que debe existir entre los dos. Parece extraño que Pablo no reclame la supresión de la
esclavitud. Pero hace algo más al establecer la igualdad y hasta la fraternidad entre los dos, dueños y
esclavos: suprime desde dentro esta institución in-. humana.
ESTEBAN
Los primeros apóstoles nombraron siete diáconos, se llamaban así: Este ban. Felipe, Prócolo. Nicanor. Timón,
Pármenas y Nicolás (Hch 6, 5). Así pues, Esteban fue nombrado administrador de los bienes de la Iglesia. De
aquella Iglesia pobre y necesitada. Como casi siempre. El Libro de los Hechos nos trae un largo discurso suyo
de un día que lo llevaron a un tribunal judío para juzgarle. Allí supo defender sus ideas y convicciones; pero ya
habían decidido matarlo. y no pararon hasta conseguirlo. Un testigo presencial nos dice que lo cogieron. lo
sacaron a la calle, lo desnudaron y lo mata-ron a pedradas. Cerca había un joven que se llamaba Saulo.
¿Sabéis ya quién era?. Pusieron a sus pies los vestidos de Esteban para que nadie se los llevara. Y Saulo, el
joven aprendiz de perseguidor de cristianos, aprobaba todo lo que sus compañeros hacían.
PRISCILA – AQUILA:
PRISCILA: "la respetable" y AQUILA: "el águila". Ejemplo de un matrimonio misionero. Refugiados políticos o
emigrantes religiosos. El hecho es que cuando arrecia la persecución del emperador Claudio en Roma, ellos
emigran a Corinto (la Cor. 1 6,19) porque se creían más útiles a la Iglesia vivos que muertos (Hch 18,2).
Cuando amaina la persecución, vuelven a Roma. Su casa se convierte en una pequeña Iglesia doméstica.
Comunidad de fe, de plegaria y de comunión, la casa de Priscila y Aquila pone de manifiesto las
Características que deberían distinguir cada verdadera comunidad cristiana: de la persecución sufrida por la fe
a la acogida hospitalaria a los hermanos. "Mis colaboradores en Cristo" los llama Pablo (Rom '16,3), y con su
colaboración crece la Iglesia, cuyas piedras vivas con el testimonio y el servicio edifican en el mundo el templo
santo del Señor.
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