UNAS ISLAS Todo estaba oscuro. Apenas me alcanzaba la vista para reconocer el paisaje cubierto por las llamas y el humo. Era algo espantoso. El fuego lo cubría todo, pero entre los arbustos incendiados pude reconocer la silueta de una chica desconocida, extraña… Era impactante, una situación horrorosa: su cuerpo se estaba quemando mientras cientos de serpientes se abalanzaban sobre ella y sus gritos hacían esta imagen cada vez más inquietante y angustiosa. De repente, me desperté. Había sido otro de mis extraños sueños. Me llamo África, tengo 25 años y vivo en Galicia desde hace ocho. Desde siempre mi pasión ha sido viajar y descubrir cosas nuevas y he luchado mucho en la vida para conseguir mi sueño: SER BIÓLOGA. Gracias a mi trabajo he llevado una vida feliz viajando por todo el mundo y descubriendo cosas, pero hace unos días mi vida empezó a cambiar. Ha pasado ya una semana desde que comenzaron a atormentarme esos sueños. Cada noche se repite la misma historia: esa isla, tanto fuego, las serpientes y esa mujer perdiendo su vida entre las llamas sin poder hacer nada. Pero… ¿por qué? ¿Por qué aparece esa mujer en mis sueños? ¿Por qué perder su vida sin intentar hacer nada? Al principio no le di importancia a toda esta historia, pero ahora se ha convertido en algo habitual, que me persigue día a día; no puedo quitarme esa imagen de la cabeza y sé que es real. Es como si un impulso me llamara a intentar descubrir qué pasó en aquella isla. @@@@@ Hoy es un día como todos. Acabo de darle de comer a Gussy. Ahora me dirijo a la orilla a pescar y a disfrutar del paisaje tan espléndido que nos rodea a diario. Tenemos mucha suerte de vivir en estas islas, poca gente puede disfrutar de la tranquilidad y del bienestar que transmiten. Me llamo Izan y nunca he salido de la isla, pero la verdad, no me importa porque aquí tengo todo lo que una persona puede desear. @@@@@ Sigo con mis sueños, pero hoy me han dado una nueva noticia. Creo que este proyecto conseguirá sacarme de la cabeza estos sueños y hará que me centre realmente en mi trabajo. De aquí a dos días me encontraré en las islas Columbretes para investigarlas, el motivo de este viaje es encontrar el árbol más antiguo del país. Aparte de que voy a viajar a estas islas por mi trabajo, la verdad, me apasiona hacerlo. He escuchado hablar sobre ellas como un sitio maravilloso y con mucha diversidad de especies. Pienso que descubrir cosas nuevas en este lugar me hará pasar unos días entretenidos y emocionantes. @@@@@ Noa, es el nombre de la mujer a la que más he amado y creo que nunca amaré así a nadie más. Hay algo que nos une, el amor por estas islas y la necesidad de protegerlas, es lo único que tenemos. @@@@@ El viaje ha sido duro, pero ha valido la pena, acabo de instalarme en la Illa Grossa y nunca imaginé estas islas tan hermosas, con unos animales tan peculiares: el Halcón de Eleonor o la Gaviota de Audouin. Son animales que han ido tomando una evolución distinta debido a la distancia que existe entre las islas y sus territorios más próximos. Durante varios días he estado investigando sobre tres de las cuatro islas que componen las Columbretes. Ahora me dirijo a la última isla, Carallot. Las aguas son transparentes, con fondos espléndidos, jamás había visto un agua tan cristalina. En ella se pueden contemplar gran variedad y cantidad de especies marinas como el coral rojo. NUNCA HABÍA VISTO NADA ASÍ. Es imposible resistir la tentación de sumergirme en estas aguas y sin pensarlo dos veces me lanzo. La corriente empieza a ser cada vez más fuerte y con ella me voy adentrando cada vez más. Estoy desesperada, las fuerzas se me van . Desperté, no reconocí nada de lo que me rodeaba, me encontraba en una especie de cabaña, vieja. Aquel pequeño lugar transmitía tristeza, pero lo que más me sorprendió fue ver a aquel hombre alto y delgado. Sus ojos eran de color azabache que resaltaban su tez pálida. Me asusté tanto que no pronuncié ni una palabra. Me dijo que me calmara, que no iba a hacerme daño, sus palabras me tranquilizaron y tras una larga conversación me confesó que fue él quien me salvó de las aguas. Dijo que se tenía que marcharse y que podía quedarme allí todo el tiempo que quisiese. Hemos pescado mucho, nuestra comida ha sido estupenda. Hacía tiempo que no comíamos tan bien. Nos hemos reunido a charlar antes de echarnos la siesta. Noto a Noa muy inquieta, creo que está preocupada y tengo la sensación de que algo no va bien. Durante todo este tiempo he tenido la oportunidad de conocerla mucho y sé que algo le sucede. @@@@@ Ya ha pasado un tiempo desde el día en que conocí a Izan, aunque es muy tímido nuestra relación ha ido mejorando. Su mirada me transmite tranquilidad, pero la preocupación que lo envuelve no puede esconderse. No puedo evitar pensar que en algún momento de su vida algo muy grave le ha sucedido, pero él nunca menciona nada sobre esto. Cada día la isla me sorprende más y me produce más bienestar estar aquí. Gracias a Izan he aprendido mucho. Todos los días salimos a explorar y hacemos largos recorridos por toda la isla, ya la conozco muy bien y ha terminado apasionándome tanto como a él. Esta noche hemos tenido una larga conversación y le he dicho que no sé cómo agradecerle todo lo que ha hecho por mí y todo lo que me ha enseñado. Pero lo único que me dijo es que todo se lo debo a la isla. Sin saber cómo ni por qué un sentimiento hacia él fue naciendo dentro de mí. Necesitaba estar a su lado y el motivo principal por el que había viajado a las islas había dado un vuelco rotundo. Ya nada es lo que era, ahora en mi mente solo está Izan. CAPÍTULO Me quedé dormido mirando a Noa. Los gritos y el humo me han despertado y Noa ya no sigue a mi lado en la cama. No sé qué está pasando. Voy a salir a buscarla. El corazón me late muy deprisa. Todo está ardiendo y no la encuentro por ninguna parte. El espeso humo no me deja ver. ¡Dios mío! Está rodeada por serpientes y el fuego no deja acercarme a ella. Le grito, pero parece no escucharme. Por más que lo intento, no logro ayudarla. Las llamas cada vez avanzan más rápido y no sé si conseguiré salir de aquí. @@@@@ Salí a dar un paseo y al volver Izan no estaba por ninguna parte. Un escalofrió me recorrió todo el cuerpo al ver que la cabaña era totalmente distinta. Ahora estaba en ruinas, era un montón de escombros amontonados. Lo más extraño es que tenía la impresión de llevar muchos años quemada. Pero era imposible creer lo que estaba viendo. ¡NO PODÍA SER! ¡Yo llevaba casi un mes conviviendo allí mismo con Izan! Me puse muy nerviosa. Sabía que en esa isla no había nadie más y entonces decidí ir a l´Illa Grosa. Sólo sabía de un sitio dónde encontrar a alguien y me dirigí hacía allí. El farero era una persona muy amable y llevaba tiempo viviendo allí. Le hablé sobre Izan, le conté que llevaba un tiempo viviendo con él y ahora había desparecido. Me miró extrañado y me preguntó por qué había estado allí. Me contó que era una isla desierta dónde no había vivido nadie desde que los pobladores incendiaron la isla para acabar con las serpientes que los invadían. En aquel incendio murieron dos personas: un matrimonio que vivía muy feliz. La mujer perdió su vida quemada y rodeada de serpientes protegiendo la isla, ya que para ella era su vida; y su marido que la amaba como nadie, al intentar ayudarla, también murió quemado. Cuando escuché esto el corazón se me paró. Ahora mis sueños tenían un significado, todo encajaba: la mujer que perdía la vida en mis sueños quemándose, la isla, el fuego, lo que me había llevado allí… EL SIGNIFICADO de mis sueños era proteger la isla. Era lo que Izan me quería decir: deseaba que cuidara de la isla para siempre, ya que era su único deseo y lo que le quedaba pendiente desde su muerte. Nunca logré olvidarme de él y nunca pude volver a estar junto a él, así que lo único que podía hacer en su honor era realizar su deseo: quedarme protegiendo la isla, aquella isla que con el tiempo aprendí a amar. Luché mucho para hacer de las islas una reserva natural, pero como le había prometido, lo conseguí. Después de mucho esfuerzo, las islas fueron declaradas como tal. Estoy segura de que Izan estará muy orgulloso de que estas islas nunca pasarán al olvido. Puede estar seguro. @@@@@@ Autoras: Raquel Monfort, Raquel Sánchez, Jennifer Sánchez e Isabel Cotela Grupo: 1º Bachillerato Humanístico del IES Politècnic