Foto: Chema Moya/EFE corazón helado”, más una nota de la autora titulada “Al otro lado del hieEs una novela ambiciosa, lo”, donde se incluye material anecno lineal, conformada por dótico y documental. pequeñas historias, piezas de Desde la primera parte se hace énfasis en la vida de una familia de exirompecabezas que forman un liados españoles en Francia y su laceconjunto complejo que abarca rante equipaje: el trauma de la derrota, poco más de mil 200 páginas la nostalgia de la madre patria, la tristeza del desarraigo, el deseo de volver. en la edición de bolsillo El personaje más importante para la trama será el abuelo Ignacio Fernández Muñoz, alias el Abogado, defensor de Madrid, capitán del Ejér- go, carga con ella heridas ganadas en cito Popular de la República, comba- refriegas en las que nunca disparó ni tiente antifascista en la segunda gue- fue el blanco de una bala. La distancia rra mundial, condecorado dos veces temporal no la salva de sufrir las conpor liberar Francia, rojo y español. secuencias de los agravios familiares El abuelo pudo haber muerto al que habitan en su memoria. menos 13 veces pero vivió para ver Por el otro lado tenemos a Álvaro muerto a Franco, para bailar un pa- Carrión Otero, un joven profesor de sodoble en una plaza del Barrio Lati- física, cuarto vástago de Julio Carrión no y para recuperar lo que más echó González, exitoso hombre de negocios, de menos en París, el placer sencillo cuya fortuna fue amasada durante de contemplar el cielo de Madrid. el franquismo, de ideología más bien En su “Canción del Esposo Solda- falangista y excombatiente de la Divido” el poeta Miguel Hernández escri- sión Azul, unidad de voluntarios espabió: He poblado tu vientre de amor y ñoles dentro del ejército Nazi, creada sementera. Es un poema sobre el ma- para luchar contra la Unión Soviética rido que combate para que su hijo naz- en la Segunda Guerra Mundial. ca con el puño cerrado, envuelto en un Tras la muerte de Julio Carrión, clamor de victoria y guitarras. Álvaro y Raquel acabarán fatalmenSin embargo, en las guerras siem- te ligados, su encuentro revivirá sus pre hay perdedores y puede darse el respectivas sagas familiares y trascaso de que su descendencia incurra tocará la idea que Álvaro tenía de su en faltas estratégicas que rompen la vida y de su padre: No dudaba que continuidad del encono; puede suceder, por ejemplo, que la nieta del combatiente heroico se enamore del pérfido enemigo; una línea más apropiada es que esa misma nieta, marcada por un incidente que presenció en la infancia, decida saldar una cuenta pendiente: pasaron muchos años, muchas cosas, pero Raquel Fernández Perea no dejó nunca de mirar al cielo. Y nunca olvidó cómo se llamaba el hombre que hizo llorar a su abuelo. Raquel es una joven mujer que vive en la España de la primera década del siglo. Sin embar- mi padre había sido un hombre excepcional, pero ya no estaba seguro del significado de aquel adjetivo. Y no dudaba que estaba haciendo lo que tenía que hacer, pero no sabía si lo que buscaba eran pruebas para salvarle o condenarle. Álvaro comenzará a sospechar que el origen de la fortuna familiar quizás esconde una historia truculenta. Con esos puntos de partida se exploran las consecuencias de dos formas de actuar en tiempos revueltos, hubo quienes entregaron todo en la batalla y perdieron, también hubo quienes ganaron porque sacaron ventaja de las circunstancias. Es una novela ambiciosa, no lineal, conformada por pequeñas historias, piezas de rompecabezas que forman un conjunto complejo que abarca poco más de mil 200 páginas en la edición de bolsillo. SIGLO NUE V O • 75