UNIVERSIDAD PEDAGOGICA NACIONAL Obituario El profesor Louis Althusser Mi Amigo Numas Armando Gil Olivera* Através de toda la historia del pensamiento los filósofos han mostrado muy poca predilección hacia la vida conyugal. Sócrates parece haber tenido una relación tormentosa con su mujer Xantippe, pero al menos se casó, lo que no hicieron Platón, ni Descartes, ni Spinosa, ni Malebranche, ni Leibniz, ni Kant, ni Chopenhauer, ni tampoco Nietzsche. Es una de las profesiones con más alta cuota de abstencionismo matrimonial, salvo honrosas excepciones tipo Marx o Bertrand Russell. Tampoco parece, por otro lado, que el libertinaje haya sido el fuerte de los pensadores “...Gajes de una sublimación excesivamente abstracta”, o quizás por otro lazo más en común con los clérigos, cuyo papel social ha sido ocupado, con mejor o peor fortuna, en la modernidad. Y ahora a uno de los filósofos casados que había estrangulado a su mujer el 16 de Noviembre de 1980 y que después del crimen se entregó a las autoridades para luego haber sido encerrado en un hospital psiquiátrico, le da por morirse el pasado 22 de Octubre de una traición del miocardio; me refiero al filósofo marxista argelino-francés Louis Althusser. Louis Althusser había sido uno de los más notorios “Maltres-á-penser’ de la década de los sesenta y, aunque muy diezmadas las filas de sus incondicionales en nuestro país, aún guarda sin duda una parte de su carisma, no sólo por su relevancia teórica, sino también por su significación política. Todavía los programas académicos de Sociología, Filosofía, Filosofía del derecho y Filosofía de las ciencias de nuestras instituciones Universitarias recomiendan en su bibliografía sus textos como “Los aparatos ideológicos del Estado” Para Leer el Capital” y “Por Marx”. Nadie trató de comprender a Althusser sin absolverlo o condenarlo. En alguna conversación que tuvo con el teólogo Jean Guitton desde la morada de exilio, en que se convirtió su casa, éste manifestó que Althusser no habla cambiado absolutamente nada desde que el filósofo había sido su alumno en el bachillerato. “Siguió siendo el mismo cristiano de siempre”. Aquí en nuestro país, el pensamiento de Althusser fue difundido inicialmente por Estanislao Zuleta cuando dictaba su cátedra en la época de oro de la Universidad Libre. “Traducía a Althusser directamente del francés y nos lo explicaba en clase en el año 64”, dice el Dr. Hernán Ortíz Rivas. Más tarde el director de la revista Ideas y Valores, el “marxista” Ramón Pérez Mantilla recomendó al profesor Rubén Sierra Mejía para que hiciera la traducción en copia mimeografiada, de Lenín frente a Hegel “Debemos advertir al lector que no se trata de un ensayo acabado y definitivo sino del primer bosquejo de una obra todavía en preparación -Ideas y Valores agradece al autor, el filósofo francés Louis Althusser, la generosa autorización de traducir las presentes notas”. (Ideas y Valores No.35, 36 y 37-1979-). La influencia de Louis Althusser desbordó a Francia y se agiganto hasta nuestras tierras, tanto que se metió en los debates del movimiento estudiantil de los sesentas y los setentas. Fue tan marcada su presencia en los centros universitarios que nuevamente, el profesor Pérez le dedicó otro número de Ideas y Valores traduciendo ¿Es fácil ser marxista en filosofía? “...La revista Ideas y Valores se complace en publicarlo por primera vez en castellano, en la traducción de Ramón Pérez Mantilla” (Nos: 43, 44, 45 -1973-1975-). * Numas Armando Gil Olivera. Profesor Departamento de Biología Facultad de Ciencia y Tecnología Universidad Pedagógica Nacional Digitalizado por RED ACADEMICA UNIVERSIDAD PEDAGOGICA NACIONAL Era tan arraigada su presencia en nuestro medio que algunos profesores remontaron su “praxis teórica” hacia el estudio de los clásicos del marxismo. Otros se apertrecharon en los manuales y se contentaron con ser los portadores de la verdad universal; estos todavía existen aunque con una angustia terrible, pues su marco teórico se ha derrumbado con la caída del muro de Berlín. Otros, “por la vía de la crítica de la ideología empezaron su desembarco del activismo de izquierda, su “desideologización”, hacia la cátedra universitaria, o hacia los puestos públicos del régimen que combatieron en las jornadas estudiantiles”. La obra de Louis Althusser se encuentra movilizada en dos fuentes: “el frente antirrevisionista (las contaminaciones del materialismo histórico por los diferentes existencialismos o por las ideologías críticas), prioritario en vista de la coyuntura; y el frente antidogmático... Para que el materialismo histórico vuelva a comenzar, para que pueda forjar los instrumentos, es necesario un rodeo filosófico, para desarrollar la idea verdadera dada que el marxismo contiene”. Las Filosofías Nacionales Siglo XIX y XX, Siglo XXI Editores, p.420. Louis Althusser se pregunta en “Lire le Capital”: ¿Cómo definir el concepto de una causalidad estructural? Para Althusser este concepto es fundamental y solamente existe en el análisis de Marx en un estado práctico, no reflexionado. Aquí es donde se encuentra el descubrimiento científico de Marx, el cual consiste en haber puesto la forma particular de ejercer un tipo nuevo e inédito de causalidad, irreductible a las formas tradicionales en que las relaciones causales han sido pensadas por la especulación filosófica. Para explicar lo anterior, dos textos de Marx pueden servir de punto de partida, según Althusser. El primero es la introducción del 57, de los elementos fundamentales para la Crítica de la Economía Política, y el otro pertenece al primer libro de El Capital. Para Althusser estos textos ponen en práctica un tipo de causalidad que no puede asimilarse a ninguno de los modelos tradicionales conocidos. Este concepto de causalidad estructural es apto para conciliar sin contradicción la tesis de la autonomía relativa de las super-estructuras y su determinación, en última instancia, por la base económica. Esta especulación althusseriana constituye la tentativa más seria para abordar el problema de las formas de causalidad, propias de la teoría marxista; pues ella abre una vía de análisis del problema en cuestión. Ella propone una lista determinada de esas instancias, invariantes, como lo económico, lo jurídico, lo político, lo ideológico e incluso lo científico. A la teoría de Louis Althusser se le hicieron muchas críticas; una de ellas es la que dice que “el althusseranismo es pura y simplemente una deformación estructuralista del marxismo”. Pues el concepto de instancia económica, concebida como determinante, es ambiguo e insuficiente por su falta de desarrollo. Síntoma de este hecho es la dificultad que afecta a esta teoría cuando trata la doble función de lo económico como distribuidor de lugares jerarquizados en un modo de producción, y al mismo tiempo como ocupante. Es muy triste que sus antiguos alumnos y los fanáticos de su pensamiento, no hayan pronunciado ni un solo grito para decirle adiós y muchas gracias por sus aportes al debate infinito que vivieron nuestras instituciones universitarias, que, bien o mal, nutrió a una generación que hoy se encuentra, en su mayoría, con una joroba burocrática maltratándoles el alma y despersonalizándolos. Decir que es función del filósofo enseñar a pensar o a buscar la verdad, no es decir mucho, porque eso es algo que se puede predicar de cualquier persona culta. Pero hay gente que, pensando que esa es su misión, escribe ensayos sobre quienes en el pasado se han ocupado de lo mismo; expone desde perspectivas originales problemas conceptuales, políticos, científicos o culturales. Esto ya es algo grande que siempre se agradece. Allí se reconoce a los verdaderos profesores de filosofía y entre ellos está, con todas sus contradicciones, angustias y crímenes el profesor Louis Althusser. Digitalizado por RED ACADEMICA