L.\ K U E V A E S P E C I E D E VllSc;E.IO E N El, P A L E A R I ' I C O : A P U S C,IFFE/I En .ARDEOI.A 72 (1 J. l!líii. dinios a conocer 181 presencia de niia iiiieva especie para la ;ivifantia europex : iios referianios entonces ;i Apirs offiiiis (Grayl, o Vencejo Cnlibla~ico. Posteriormente, en 12 lWS, exponíanios la iinns notas pul>licadas en ARDEOLA idea de qne esa especie pudiera no ser la que se eiicontraie anitl;iiido en determinados p ~ i i t o sdel litoral Sur español, y, como se recordará. nos propusimos escliirecer tal extremo mediante la captiira, en la estación niás propicia, de algún ejemplar. Simiiltáneamente. y corno consecuencia de tina fotografía pii1)licadn en «The Jl)is» 109 (I%ii) y en uBritish Birdsv (¡O (1967). delida a Mr. F. C. H. ALIES,residente en España, y que milestra uno de los supuestos Apirs nffiriis saliendo del riido. en itnn localidad del litoral gaditano, Iia siirgido. en ciertos circulo~.oriiitológicos extranjeros, tina verdadera polémica en torno ;L la identidad del are. ;Es .4p11s ~rffiaiso Apiis coffer? Esta serie de circiinstancias. nos 1181 movido a proceder de iiiia maner;t resolntira para dejar totalmente aclarado el pro1)lrin;~de la identidad del ave. .4 tal 611, el 4 de jiilio de I!XiP, nos desplazamos a la locali<lad de Zrthara de los Atrines (Cádiz). donde. por ahora. está la mejor colonia. de las conocidas en la Peiiiiisitla. Tiivimos. allí, ocasión de contactar con Mr. P. B. Brnce. qtiieii nos informó s01)re la ya conocida presencia del Ap~rs incógnito. Asimismo. iios piisiinos e11 cont;icto con el ornitólogo inglés 3 . Jolin G. Bellak, qiiien, desde el prinier momento. I>riiidó sii ayiida y colal~oración para la captiira del \:eiicejo. Se estiidió cnál de las cueva.* ocrlpadns por el ave era la más e), adeciiada para cerrarla mediante la instalación de iiiia red jüpotiesa, y elegida nna, a las 17.00 horas qiiedaba colocada. Al principio, e1 ave -qne ya Iiabia salido del nido ;iiitc niiestr;r presencia- no se dejó ver por las cercanías, hasta qiie, a eso de las 19,30 apareció de súbito, precipitándose sobre la red nna y otra vez. sin qiiedar ;itr:ipado. I'ero del>i:i ser tal el celo del ave por volver al nido. qiie no cedió en sii intento, Iiasta quedar enganchado. Ya ;interiormente, en ese mismo dki. 1iiili:inios listo \arios de estos vencejos en vuelo, y tras detenida ohser\~acióii. Iial>iamos decidido que no podían ser Aptts crffiiiis, porque, al menos en !os vistos, apreciamos la cola ahorquillada impropia de éste, y que quedó bien patente en el ejemplar capturado. Una vez miiiuciosainentc examinado y medido, hemos coniprohado qiie se trata de .4pzis cnffer (Liclitensteiii), de acnerdo con la diagnosis que más adelante exponemos. Taml>ién .;e ohtiivieron diversas fotografias por parte de Albert Pennig, una de las cuales publicamos, y que a pesar de las malas coiidicioiies lumíiiicas de la llora en que foc Iiecl~a,muestra Iiastaiite claramente alguno de los rasgos caracteristicos de este Vencejo. Se liberó portando la anilla Madrid J-43.0% (S. E. O.). Antes de proceder a sti captnra Iiabiamos coiisiiltado abundante bibliografía sobre la Avifauna africana, obtenieoclo diversas claves para la clasificación de los Apodiformes de este continente. El problema se reduce n estalAecer las diferencias esenci:iles entre tres especies de posihle aparicióii en España. las tres de rabadilla hlaiica: Apiis affiitis (Gray), o Vencejo Culil)!anco Moro ; Apits cnffcr (Licliteiistein). o Vencejo Culil>lanco Cafre; y Apits hr~i~rrs (Ilrngl.'). o \'ci~ccjo Ciililhico Zapador. Dejamos, intencionadameiitc ap:irte. :i otros Apodiformes afric:tiios, tam. bién con marcas I>l;iiicns en el obispillo. y perteiiecieiites al género Clractzircr. por sir estrtictnra irancamente diferente de la del género Apus (raqnis dc las rectrices prolongindose en forma de agujas. etc.) : asiniisiiio dwxrtamos n Aprts pncificrts, espccie de Extremo Oriente, que tiene las partes inferiores algo barradas de blanquecino. Las especies A . rnffcr y A . koriu son muy parecidas a simple vista; ambas tienen la cola ahorquillada en distinto grado, como veremos. En cambio, Apus nffilris tiene Ix cola francamente cuadrada. y es iidemás de menor tamafio. Fig. 2.-Cola ;iliicrt:i de :lprrr roffcr. B a d a en iin croquis del iiatur;il ii,mndo cl di:, 4.YIl.W eii ' a prouinci;i de CQdis. Las principales difereiici;~~ entre A . cnffer y A . horils, aparte de las propias de sus respectivos hábitos para nidificar (el segund o anida en bancales y cortados, dentro de nn tíinel, y el primero ocupando nidos de distintos Hirundinidos), y según la clave de D. A. Baiiiierman en «Birds of West and Equatorial Africa)), son: l.") Ap~rsroffer tiene las rectrices externas agnzadas hruscamente cerca de la pinita. y que sobresalen más de 10 mm. del par siguiente. mientras que en Apus honrs, no están afiladas de esta forma, sino terminadas de nn modo mis gradual, y además sólo sol>resaleii de las siguiente 6 mm. o menos. 2:) El blanco de la cara inferior de Apiis cnffer queda limitado a la garganta, mientras que en Aptis Imws se extiende. además. por la parte anterior del peto. Se da11 como rasgo.; distintivos, por otros ;tutores también, los tonos de siis respectivos plumajes, negro verdoso en uno, y azulado en el otro, datos que consideramos de poca utilidad práctica, aparte que. ;i este respecto, encontramos opiiiioiies contradictorias. Refiriéiidoiios a niiestro ejempliir ciiptiir;iílo. cabe 1:i sigiiiente descripcióii : Colorido : Frente y parte anterior del píleo pardo negruzco, bastante iuás claro jiinto $11 pico. y c;id:i pluma coi1 iiiin orla terminal más osciira. Este tono se funde gradualniente coi1 el negro intenso, de brillo metálico azulado, de la iiuca, parte posterior del cuello, manto y e~capulares;estreclia Ixiiidn I>lnnc:i crii- Fig. 3.-Visi6n superior e inferior de Aptrr rojjrr. Basado preparado en piel procedeiiie de Rliodesi;~. cli u11 ejt1t1lil.v 120 ARDEOLA, VOL. 18 (1WO) zando el obispillo, de unos 15 mm. de anchura y con algunas estrías oscuras en los raquis de las plumas; supra-cobertoras caudales, también negro intenso. Partes inferiores: mentón y garganta, blancos; el resto de las partes inferiores del mismo tono negro que las superiores ; bridas y auriculares, negras. Las primarias, sectnidarias y cobertoras alares so11 pardo neg r o brillante, contrastando conspicuamente con el negro azulado de las partes superiores; las rectrices tienen el mismo tono. Pico y patas, negros. Medidos: Longitud del ala. 149 nim. : diferencia entre última y penúltima rectrices, 10 mm. La figura 2, extraída de 1111 croquis del natural. muestra a escala X/1, la particular forma de las rectrices externas. que consideramos específica de Aprrs cnffer. La fotografía corrobora este extremo. En la figura :3, se ve al ave en posición dorsal y ventral. mostrando las zonas blancas del obispillo y garganta. Apas cnffer está ampliamente distribuido por la región Etiópica, no conoci6ndose hasta ahora ningnna localidad de cría -excepto las españolas- más al Norte de Nigeria por el Oeste, y de Ahisinia por el Este (véase figura 5 ) . Según WRITE. 1965, se aceptan dos siibespecies, denominadas: A . c. rnffer y A . c . streubelii. Ajms cnffer caffer ocupa Africa del Sur. Iiasta Transvaal y Rliodesia del Sur; al parecer, migrante, porque se aitsenta de abril a agosto, pero aiin no se le conoce su área de reposo. Apws rojfer strc?rbelii. que se diferencia del anterior por su tamaño algo menor (ala 120-1.46 contri1 1.18-156 mm. de la suhespecie anterior), se extiende desde Nigeria hasta Sodán y Eritrea. bajando por Africa Oriental. Iiasta el Río Zamheze, quedando limitada esta área 211 Oeste por las selvas del Congo, extendiéndose. después, por Angola y Africa del Suroeste. La población angoleíía, no mny hien diferenciada. es algo más osciira. Fig. &-Aren rnywJ;i vertical: disl1~il>tici0iigcogrhfica aprnsimad;i de Agur segiin datos eoriocidos. Ln Hecha iiidica la pequeña comarca del estreino Sur de Espii~k~doiidc se acaba de descubrir la reprodiiecion de esta wprcic. muy lejos, coino se r e . de su Are;, geogirifica anteriormetite coiioci(1;:. El irea rngnda Iiorizaiit.~l del NW. de Afriea seíial;i zona de iiidiFiectcióii dc Wirir>iilri dntwica como prohnl>le zona de iulurn presenri:i de .<pus rallrr ra/!cr. (iracias al Sr. Irwin. Iieiiios recil)i<lo seiid;ic pieles del Yatioiial Museum of Rhodesia, etiquetadas como Aprrs cnffri., no dándose suhe.cpecie, pero n jnzgar por las loca1id:ides y inedidas, pertenecen a A. c. caffe>: A coiitiririación damos un cuadro compariindo las medidas de 109 ejemplares rliodesianoi y el español. 122 ARDEOLA, VOL. 18 (1W) T A B L A1 Ejemplsr Localidad Rio Umniali (S. Rliodesia) Rulawvayo (S. Rhodesia) Zahara de los A t u n e s (CAdir) Sexo - -..- .- 8 3 juv. Ala Margen entre última y penúltima rectrices 161 itim. IS mm. 147 mm. 12 mm. 149 mm. 10 mm . -. como se aprecia, la medida alar del ejemplar de Zahara es más propia de la subespecie cnffer que de streubelii, si bien comparan. do la pro[uiididad de la escotadura de la cola de los ejemplares niimeros 1 y 2, con la del de Zaliara, mediante fotografía, nos ha dado la impresión de que este Último la tiene menos pronunciada. Asiniismo se ve que la diferencia entre última y penúltima rectrices es mayor en los números 1 y 2. Creemos que sería aventurado halllar de la existencia de otra subespecie norteña, pues aún admitiendo que, además de la población española, existiese otra qtiizás más numerosa e ignorada (o confundida con A . affitzis) en puntos remotos de la Región Bereber, estimamos que la aparición de estos vencejos en Europa ha venido co~idicionad;lpor la expansión espectacular de Hirundo d n w k n , en no más de 70-80 años, tiempo Iiarto pequeño para diferenciar una raza geográfica. Sobre el origen de esta fracción de Aptrs caffer en Iberia, podemos aventurar dos hipótesis: l.a) Que sea la población española una salpicadura de la más cercana de Nigeria, distante unos 3.000 kilómetros, como una etapa más de un posible proceso de expansión que esté afectando a este Vencejo, como le ocurre también a otros Apodiformes; recuérdese el caso de expansión por el Norte de Africa de Aptrs affih. Es verdad que la medida alar resulta grande para la subespecie streubelii, pero quizás estudiando grandes series de esta subespecie, pudiera resultar que los 149 mm. entran dentro del entorno teórico (((theoretical rangen) de medidas. 2 Que unos pocos individuos de la subespecie caffer, al finalizar su penodo reproductor en marzo-abril, y emprender su mo- viniiento migratorio hacia el Norte -son aves del hemisferio aun. tral- hayan alcanzado más de una vez las costas europeas, eiicontrándose entonces con nnas condiciones ecológicas muy semejan-. tes a las de su localidad de origen que le inciten a emprender una nneva etapa reproductora. Es cnríoso comprobar lo tardío que se presentan estos Vencejos en el litoral gaditano (mayo-junio). Queda pendiente la bítsqtieda de este Vencejo eii el Xarruecos Occidental, donde no dudamos que del)a hallarse en más de una localidad favorable, y quizás no fuera rniiy aventurado predecir que seremos testigos, tanto en Marruecos como en Iberia, de su. ulterior expansión ahora qne Hiv?o~do dnwicn está tan bien repartida por la Península. Se hace desde estas líneas un llamamiento a cuantos ornitólogos recorran Kspafia y Portugal, para que dediquen especial atención a 10s Vencejos que se vean merodear por comarcas donde abunde la Golondrina Dáurica, advirtiendo cuán fácil es que u11 Apzu cnffcr pase desapercibido. o simple~iienteconfnndido. con 9pff.v apzrs. Si tina vez consideranios que estos Veiieejos eran A p ~ snffigiis («lapsus» qne confianios nos sea <lisculpado)y s« presunto hallazgo 110s proporcionó entonces gran sorpresa. c:ilciile el lector qné satisfacción nos proporcionari el dar a conocer a1ior:i algo que creemos niiti más interesante y sorprendente. pues si Afitts rrffiiris se. eliciientra en la vecina costa marroquí, y se podía esperar algnna vez sn expansi6n al otro lado del Estreclio de Gibraltar, i q t ~ i é ~ il>a i a contar con un ave como A p m cnffcr, cuya zona de cría niás pri>sim:i conocidn est6 a .?.OiMl kilótnetros de nuestras costas? Su «status» e u España puede resumirse así : unas 6-7 parejas. en el núcleo de Sierra de la Plata, cerca de Zaliara de los .4tiines : otro niicleo en una localidad cercana a Los Barrios (comutiicación verbal de F. G. H. Allen), y al menos dos parejas en unos roque dos cercanos al 'Enibalse del Celemín, al Sur de Casas Viejas (oh. servaciones propias). Todas estas localidades pertenecen a la pro. sincia de Cádiz. La identificación de un vencejo al vuelo es Ialior difícil. ya que tales aves pasan mny rápidas ante nuestra vista, y a veceq giran- d o y cambiando bruscamente de dirección. Gran parte de los Apodiformes muestran rasgos comunes. Recuérdese la dificultad para diferenciar en el campo Apus apus y Apus pallidirs. La presencia de una estrecha rahadilla blanca no es cosa que llame mucho la atención en un ave que vuela rápida sohre nuestra cabeza. Un Apus caffer en un enjambre de Apus OPUS,puede pasar desapercibido, si no se le busca intencionadamente. AQus caffer es, desde luego, más pequeño y más eshelto que todos los Vencejos de Europa Occidental, pero estas características pueden quedar oscurecidas por efectos de perspectiva. distancia, altura de vuelo, etc. El mejor sitio para identificarlo y observarlo con plena satisfacción. es en las inmediaciones de sus roquedos de cria. Siempre tenemos posibilidad de sitc~arnosa mayor altura que él. Entonces veremos un pequeño vencejo que. visto desde lo alto o al girar, exhihe una hrillatite ral>adillahlanca. Este rasgo llama más la atención que el hlanco de la garganta, llamativo cuando el ave se dirige directa hacia nosotros. si. por ejemplo, ectamoi en las proximidades del nido. Suele vérsele casi siempre volando alto, a veces lejos de sus nidales, pero tamhiéii snele cazar en medio de grupos de Golondrinas Dáuricas. De éstas se distingue bien. pues aparte las formas de vencejo, sil rabadilla es hlanco pnro. contra la de tono rosado de H. dauricn. Por lo general, si el ave vuela rápida y directa, lleva la cola plegada, con las puntas de las rectrices externas unidas, y entonces es muy dificil ver la escotadura. Puede el ave hacer de repente una maniohra hriisca y desplegar la cola, que en ese caso, y por décimas de segundo. se aprecia ahorqiiillada. En las localidades de cria del Snr de España sólo Iiemoi oído una vez su voz, proferida en el curso de tina persecncióii de cortejo, y mientras la pareja entraha y salía de una cueva donde hahía un nido. Puede traducirse como algo así: prs«if, prsuit. Y f . . . hastante gutural y seguido. bien distinto de los conocidos chillidos de Apirs npis. Algunos datos sohre iiidificación dimos ya erróneamente refe12 (1). 3967). Añadiremos aquí algo ridos a Apus affiliis (ARDEOLA a este respecto. friito de nuestra experiencia durante los dias 9 al 15 de jiilio de l!)ü8, que pasamos en la localidad de Sierra de la Plata, cercana a Zaliara, corroborada con la de Nr. J. C. Bellak y Mr. Taylor, con los que coincidimos esos días. Los itnicos nidos qiie por ahora conocemos son seis, iodos en dicha localidad, constriiidos por Hir~ritdodnurico, mostraiido como nisgo distintivo la orla de plomitas blniicas con que adorna la eiitrada. Habíamos siipuesto, en principio, que la llegada tardh dc estos veiicejos les e ~ i t a h ala competencia con la Golondrina Dáurica, qiie estaría finalizando sn periodo de cria. No obstante, cier. tas 01)servaciones conjuntas con los señores arriba inencionados, nos llevan 21 rectificar este punto de vista. En efecto. lino de los nidos visitados se encontraba e:? iina constriiccióii coiistitni<l:ipor tres I~óvedasparalelas entre sí, y abiertas $11 exterior a través de la central, y que servía de depósito dz agua. El nido se eiicontral)a en la bóveda de la izquierda, y en la central había uno en constriicción de Golondrina Dáririca. La primera vez qiie nos ;icercamos a este recinto, salieron al mismo tiempo Afws raffrr y H . dmrrica. Fuimos ohserraiido c6ino prosperaba la coiistriicci6u del nido de la Golondrina, liasta qiie niia maiiana nos dimos cuenta que empezaba a aparecer la consabida orla blanca en la Imca. Seguían viéndose por encima. eri vuelo, A . caffer, que ya muy escam;idos no esperalmi iiiiestra llegada para salir de los tiidos. Al inisnio tiempo, la Golondrina Dá~iricarecoiistriiia iin nido viejo en la bóveda de la derecha. Los hechos parecen demostrar qiie una pareja de Abra cnffrr. más fuerte y combativo qiie H. dnrrrico. expnlsaba a ésta de sil recién terminado nido, cosa qnc ia Ilev6 $1 prociirarse otro mediante la reconstriicción de iino viejo. Al margen del tema, advertimos que nos parece miiy tardin la fecha para encontrar a ima Golondrina Dáitrica construyendo nido, ciiaiido ya volaban muchos jóvenes del año. Los otros cuatro nidos conocidos se eiiciieiitran e11 ciievas, por lo g.enera1 peqiieñas: todas orientadas al Oeste, dando ti una ladera ;tl>ierta al ralle existente entre la Sierra de la Flata y la de Retin. Queremos. por fin, expresar nuestro sincero ;igradeciiiiiento e11 primer Iiigar al Dr. Bernis, por la ayirda y orientación prestada en todo inomento. con ciis gestiones ante Mr. 11. P. Stiiart 126 ARDEOU, VOL. 13 ( 1 w ) Irwin, del National Museum en Bulawayo (Rhodesia). También a Mr. John G. Bellak, eficacísimo colaborador de campo en la captura y observaciones; así como a Mr. P. B. Bruce por las infortnaciories facilitadas, y a Albert Penning, autor de la fotografía y iie publicamos. ALLEP?F. G. H. y BXUCE,P. B. (1Sfi7): The White-rumped Swift, Atus nffinis. in Soutliern Spain. Ibis 108, pp. 13-15. B ~ E R W ND., A. (1953): The Birds oí West and Equntional Africa. Edinhurgli, London. I;Encussohi-Lms, 1. J. (18137): Studies of less familiar Birds. 145; Whitc-ntm. ped or Little Swift. Brifisk Birds NI, pp. Z!?&üO. Fnu, C. H. y E ~ c o o u ,J. H. (IWR): Tlie identity of Wliite-rumped Swifts in Europe. British Birds 61, pp. 3740. JUNCO, O. y GONZALEZ, U. 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English, as well as Spanish ornithologists, thought at hrst the new swift to be an A#us nfjinis, a species known long before as a Ixoediug bird from the nearby Barbary Afriea. Finnaly. in 1988 it was posdible t o catcli i live specimen of tlie iiew Spanioli siviR. The bird was carefully examine4 in the Iiand, measured and drawn, also ringed before being freed again. We can now afiirm beyond any doubt that the new European colonizer helongs to the species Ajus caffer. Tlia Spanish bird is identical to some skins of Apw caffer caffer from Rliodesia in the Natural History Museum of Madrid, a provisional conclusion dependent upon farther investigation of the suhspecies problem in the Iberian birds. Tlie author's opinion is tliat tlie lberian Apus r<iller niay rcpresent d distant coionization of Soutli African birds, which Iiave moved in cpermigratory fasliionr furthcr North lrom tlieir normal rvintering a r a . So, !he breeding of siich a Soiitli African I>ir<li n tlie Is;il;te;ii.ctic coui<l Iw die couiitcrpart of tlie occasional and reeent brceding in Soiitli Alrica of sevcral Pnkicarctic hird species. It is interesting tlirt, as yet, al1 tlie k8ioii.n liests o1 .4)iia roffcr in Slinin a r e esiablislied inside Red-rttmped Si<..alloii. (/f~ruiirlo donrica) tiesfs, :iml tliat tlie said swallow is certaitily iiav cspnndiiig over SW Eitrope. Nigeria is tlie nearest Afrirnii coutitry Iiauitig A p u raffer I i r d e ~ s . A considerable geograpliical gnp rrrniiius betiveen Nigeria niid Spaiti. Iiisi<le tliis gap, tlie Moroccan raage of Hino~zilodnttvira (figure 4) is a cnuntry iii wliich hrecding and oecurenco of /Ipm raifrr niay Iiave been orerlooked.