JURISPRUDENCIA SOBRE JUBILACIÓN MARÍA NIEVES MORENO

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JURISPRUDENCIA SOBRE JUBILACIÓN
MARÍA NIEVES MORENO VIDA
Profesora Titular de Universidad
Universidad de Granada
SUMARIO:
1. PENSIÓN DE JUBILACIÓN CONTRIBUTIVA
1.1.
Requisitos de acceso a la protección
1.1.1. Edad: jubilación forzosa
1.1.2. Período de carencia específico
1.1.3. Cómputo de las cotizaciones de los sacerdotes y religiosos
secularizados
1.1.4. Requisito de “estar al corriente” en las cotizaciones
1.2.
Base reguladora
1.2.1. Determinación de la base reguladora
1.2.2. Supuestos de error en la cotización
1.2.3. Cotizaciones en distintos países. Reglamentos Comunitarios
1.2.4. Incrementos injustificados en las bases de cotización
1.2.5. Bases de cotización mejoradas
1.2.6. Determinación de la base reguladora para los vendedores de la ONCE
1.3.
Cuantía de la prestación
1.3.1. Concurrencia de pensiones públicas
1.3.2. Complemento de mínimos
1.4.
Dinámica de la prestación
1.4.1. Fecha de efectos de la pensión de jubilación
1.4.2. Reintegro de prestaciones indebidamente percibidas
1.5.
Derecho Transitorio
1.6.
Jubilaciones anticipadas
1.6.1. Requisitos para la jubilación anticipada
1.6.2. Prejubilaciones y bajas incentivadas
1.7.
Compatibilidades e incompatibilidades
1.8.
Gestión, financiación y pago
1.8.1. Cese de la obligación de abonar la pensión de jubilación derivada de
síndrome tóxico
1.8.2. Error de la Entidad Gestora
1.8.3. Automaticidad de las prestaciones y anticipo a cargo de la entidad
gestora
1.8.4. Obligación de información de la Entidad Gestora
1.9. Responsabilidad empresarial por infracotización
1.10. Responsabilidad empresarial por incumplimiento de obligaciones
2. JUBILACIÓN NO CONTRIBUTIVA
2.1.
Requisito de residencia legal
2.2.
Variación de ingresos de la Unidad Económica de Convivencia
2.3.
Carencia de rentas dentro de la unidad económica de convivencia
1. PENSIÓN DE JUBILACIÓN CONTRIBUTIVA
1.1. Requisitos de acceso a la protección
En relación con los requisitos de acceso a la pensión de jubilación, en el período al
que se refiere esta reseña los pronunciamientos jurisprudenciales se han caracterizado por
su continuismo, siendo destacables sólo algunas cuestiones.
1.1.1. Edad: jubilación forzosa
-
Sentencia del TSJ de Aragón de 28 de mayo de 2002 (I.L. J 842).
Como consecuencia de la derogación de la disposición adicional décima del ET por
la ley 12/2001, se ha venido planteando en la jurisprudencia la cuestión de si han quedado
o no sin efecto las disposiciones de los convenios colectivos que preveían la jubilación
forzosa de los trabajadores que alcanzasen una determinada edad (en sentido afirmativo,
SS del TSJ de Castilla-La Mancha 721/2002, de 24-4; TSJ de la Comunidad Valenciana
6399/2002, de 21-11; en sentido contrario, SS del TSJ del País Vasco 445/2002, de 19-2,
del TSJ de Cataluña 6141/2002, de 27-9 y de 30-10-2002, en recurso 4930/2002, y del TSJ
de Madrid 14/2002, de 11-1).
-Sentencia del TSJ de Aragón de 28 de mayo de 2002 (I.L. J 842).
Se refiere también a la misma cuestión, manifestándose también en el sentido de
que “la derogación de la disposición adicional décima del ET no supone que hayan
devenido ilícitas las normas convencionales que prevén la jubilación forzosa de los
trabajadores”, considerando: 1º) que la jubilación forzosa es uno de los posibles supuestos
de extinción del contrato incluidos en el art. 49.1.f) ET, dada la amplitud de este precepto;
2º) por el amplio alcance del art. 85.1 del ET, que obliga a concluir que la jubilación
forzosa es materia propia del contenido del convenio colectivo; 3º) por la no existencia de
ninguna norma legal que prohíba pactar la jubilación forzosa en el ámbito de la autonomía
colectiva; 4º) porque el Tribunal Constitucional ha afirmado la inexistencia de preceptos
constitucionales que sustraigan a la negociación colectiva la regulación de los derechos
fundamentales, siempre que se actúe dentro del ámbito delimitado por la ley; 5º) por el
carácter consustancial a la negociación colectiva de la transacción entre los intereses de los
trabajadores y de los empresarios, en la que se entienden implícitas las consideraciones de
la política de empleo (STS de 14-7-2000); 6º) por su carácter no discriminatorio, como ha
declarado el TCo. (STCo. 95/1985, de 29-6); 7º) porque, conforme a la exposición de
motivos de la Ley 12/2001, ésta lo que ha pretendido, al suprimir la disposición adicional
décima, es “desincentivar la jubilación forzosa”, pero no prohibir que por convenio
colectivo se pueda pactar la jubilación forzosa (lo que supondría limitar la autonomía
colectiva).
-
Sentencia del TSJ de Madrid de 29 de abril de 2003 (I.L. J 1415).
Esta Sentencia se pronuncia sobre el mismo tema, pero llegando a la conclusión
contraria de que “todas las disposiciones de los Convenios vigentes que establecen una
edad de jubilación forzosa son nulas” por imperativo de lo dispuesto en el art. 15 de la
Directiva 78/2000 del Consejo, y en todo caso han quedado derogadas por la disposición
derogatoria única del RD-Ley 5/2001, convalidado por la Ley 12/2001, de 9 de julio.
Señala además esta Sentencia que el establecimiento por un Convenio Colectivo de una
edad de jubilación forzosa vulnera los arts. 2 y 6 de la Directiva 78/2000, los arts. 14, 17,
35.1 de la Constitución, y el art. 12.6 del Estatuto de los Trabajadores.
1.1.2. Período de carencia específico
-
STS de 7 de marzo de 2001 (I.L. nº1/2001, LN-55).
Ante la cuestión de determinar si quienes pertenecieron a la Mutualidad Nacional de
Previsión de la Administración Local (MUNPAL) hasta que pasaron a situación de
excedencia voluntaria y, desde esta situación, pretenden jubilarse con posterioridad al 1 de
abril de 1993 fecha de integración de dicha Mutualidad en el Régimen General de la
Seguridad Social, tienen que acreditar o no el período de carencia específica -o
"cualificada"- que exige la Ley General de la Seguridad Social, se establece dicha
obligación dado el sometimiento que legalmente se prevé de este colectivo al Régimen
General de la Seguridad Social, sin que haya una razón que pudiera justificar un trato
distinto y sin que pueda alegarse la aplicación de la situación anterior. Y ello en la medida
en que cuando la MUNPAL se extinguió esa posibilidad no pasaba de ser una expectativa
de futuro y teniendo en cuenta que la legislación aplicable en materia de Seguridad Social
es la vigente en el momento de la producción del hecho causante.
- STSJ de Cataluña de 25 de abril de 2001 (I.L. J 976)
En el caso de cotizaciones a varios regímenes del Sistema de Seguridad Social, la
pensión de jubilación se ha de conceder por el Régimen en el cual se acredite cumplir
todos los requisitos de cotización (carencia genérica y carencia próxima o específica), sin
perjuicio de totalizar todas las cotizaciones que se acrediten a la Seguridad Social. De esta
forma, esta Sentencia considera que "la pensión de jubilación no puede serle concedida al
demandante por el Régimen General al incumplir el requisito de carencia próxima o
específica exigido por éste, cumpliendo, por el contrario, todos los requisitos del RETA,
por lo que se le debe reconocer por dic ho Régimen, no siendo por consiguiente procedente
acudir al Régimen en el que tenga mayor número de días cotizados", lo cual únicamente
resulta aplicable cuando no se cumplen los requisitos de ningún régimen para lucrar la
prestación solicitada.
- Sentencia del TSJ de Andalucía/ Granada, de 28 de mayo de 2001,(I.L. J 1065)
Por otra parte, la jurisprudencia también ha determinado que no puede retrotraerse
el cumplimiento del período mínimo específico de cotización a la efectuada con
anterioridad a la declaración de incapacidad permanente total pensionada, ya que
"entonces no tendría sentido la exigencia legal en todo caso del referido período específico,
máxime cuando (...) la situación invalidante reconocida al actor no le impedía continuar
trabajando en otra empresa y seguir cotizando", como señala, en base a la doctrina del
Tribunal Supremo, u.d., la citada Sentencia. En este mismo sentido, la Sentencia pone de
manifiesto, por un lado, que no cabe en absoluto considerar como una situación asimilada
al alta la declaración de incapacidad permanente total pensionada, y, por otro lado,
tampoco cabe considerar este período, de la misma manera que la jurisprudencia aplica a
los períodos de paro forzoso, como un paréntesis (o tiempo muerto) no computable a
efectos de la carencia específica exigible para la prestación de jubilación.
1.1.3. Cómputo de las cotizaciones de los sacerdotes y religiosos secularizados
Una cuestión reiteradamente planteada es la relativa al cómputo de las cotizaciones
de los sacerdotes o religiosos secularizados que prestaron servicios propios de su condición
antes de la creación del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos. Concretamente la
principal cuestión planteada es la relativa a si pueden considerarse cotizados, a efectos de
percibir la pensión de jubilación, los períodos en los que los sacerdotes o religiosos
ulteriormente secularizados prestaron los citados servicios.
Esta cuestión ha sido resuelta por parte de muchos Tribunales Superiores de
Justicia en el sentido más favorable de computar todos los períodos que coincidan en el
tiempo con el ejercicio del ministerio o religión, considerando que la tardía incorporación
del clero y de los miembros de las comunidades religiosas al régimen público de la
Seguridad Social les ocasionó un grave perjuicio ya que al no serles permitido cotizar, por
su falta de inclusión en el Sistema de Seguridad Social, o bien no podían reunir el período
de carencia necesaria para el percibo de la pensión de jubilación o bien el porcentaje de la
base reguladora de la misma que les correspondía sería inferior al que percibirían de
haberse computado estos períodos. De esta forma, la STSJ de Aragón de 30 de enero de
2001 (IL J 60) declara que deben computarse para los sacerdotes y religiosos/as
secularizados, el tiempo que estuvieron ejerciendo su ministerio o religión y en el que no
les fue permitido cotizar por su falta de inclusión en el Sistema de Seguridad Social,
incluyendo "todos los períodos que sean necesarios y que coincidan en el tiempo con el
ejercicio del ministerio o de religión", sin que este cómputo de carácter ficticio pueda ser
limitado por referencia a la creación del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos
como fecha de inicio de dicho cómputo ficticio (en el mismo sentido se pronuncia la
Sentencia del TSJ de La Rioja, IL J 205, que aplica además el principio "in dubio pro
operario o beneficiario" en el supuesto de que existieran dudas sobre la legislación
aplicable).
Sin embargo, el criterio impuesto por el Tribunal Supremo, en unificación de
doctrina, tiene un alcance más restrictivo al establecer que "en ningún caso el período
"asimilado a cotizado" a reconocer a los secularizados en razón de su actividad religiosa,
podrá ser anterior a la creación del Régimen Especial de Autónomos en el que se
integraron" (STS, ud, de 28 de febrero de 2001, IL J 259; STS, ud, de 28 de febrero de
2001, IL J 260; STS, ud, de 28 de febrero de 2001, IL J 261; STS, ud, de 1 de marzo de
2001, IL J 458; STS, ud, de 5 de marzo de 2001, IL J 459; STS, ud, de 6 de marzo de
2001, IL J 465; STS, ud, de 2 de abril de 2001, IL J 735). Considera el Tribunal Supremo
que, si bien respecto al período asimilado a cotizado de estos colectivos legalmente se
determina el "dies ad quem", que coincide con la fecha de integración de los mismos en el
sistema de Seguridad Social, nada se dice respecto al "dies a quo"; pero de ello "no cabe
extraer también la conclusión de que la Ley 13/1996 pretenda, además, establecer para el
colectivo de sacerdotes y religiosos de la Iglesia Católica secularizados, un nivel de
protección para la jubilación superior al que se dispensa al resto de trabajadores que
quedaron incluidos en el RETA desde el mismo momento de su creación y venían
desarrollando ya su actividad en tiempo anterior" (STS, ud, de 28 de febrero de 2001, IL J
260; STS, ud, de 28 de febrero de 2001, IL J 261;, STS, ud, de 1 de marzo de 2001, IL J
458;, STS, ud, de 5 de marzo de 2001, IL J 459;, STS, ud, de 6 de marzo de 2001, IL J
465). Por todo ello el Tribunal Supremo considera acertado el criterio del INSS de
considerar como "dies a quo" del cómputo el 1 de enero de 1962, pués solo a partir de esa
fecha pudieron realizarse cotizaciones eficaces a la primera Mutualidad Laboral de
Trabajadores Autónomos (aunque ésta fuera la de la Alimentación). En conclusión, señala
el Tribunal Supremo (STS de 28 de febrero de 2001, IL J 259 y STS de 28 de febrero de
2001, IL J 261) que
"es evidente que no son, en modo alguno, equiparables los períodos en que no fue
posible cotizar porque el colectivo de pertenencia aún no había sido incluido en
el sistema de Seguridad Social, pese a que éste ya existía -que son los únicos que
la Ley autoriza a equiparar a cotizados-, y aquellos otros períodos en los que no
fue posible cotizar, porque aún no había nacido el sistema en el que poder
hacerlo".
En la misma línea vuelve a abundar la STS de 5 de octubre de 2001, en u.d., (I.L. J 2060);
en ella el Tribunal Supremo considera, en base al principio de igualdad que consagra el art.
14 de la C.E., que
"lo que ya no resulta posible sostener es que la Ley 13/1996 haya pretendido,
además, establecer para el colectivo de sacerdotes y religiosos/as de la Iglesia
Católica secularizados un nivel de protección para la jubilación superior aquél que
la legalidad vigente dispensa al resto de los trabajadores, incluidos aquéllos que
quedaron encuadrados en el RETA desde el momento mismo de la creación de
éste y venían desarrollando su actividad con anterioridad a esta creación"
En el mismo sentido se pronuncian también las SSTS de 10 de octubre de 2001,
I.L. J 2069; de 25 de noviembre de 2001, I.L. J 2200; de 24 de octubre de 2001, I.L. 2350;
de 25 de octubre de 2001, I.L. J 2352; de 28 de noviembre de 2001, I.L. J 2423; de 11 de
diciembre de 2001, I.L. J 2871; de 12 de diciembre de 2001, I.L. J 2877; 21 de diciembre
de 2001, I.L. J 2901; de 26 de diciembre de 2001, I.L. J 2908; de 17 de diciembre de 2001,
u.d., I.L. J 3370; STSJ de Baleares de 30 de marzo de 2001, I.L. J 878.
Una segunda cuestión controvertida en relación con el cómputo de las cotizaciones
de los sacerdotes y religiosos secularizados es si son o no computables los períodos
trabajados en el extranjero en tal condición religiosa. También ésta ha sido objeto de
pronunciamientos contradictorios. Así, la STSJ de La Rioja de 30 de enero de 2001, IL J
205, considera que, "en ausencia de regulación, la ordenación del sistema de Seguridad
Social, se inspira en el principio de territorialidad, pero el propio art. 7? LGSS que lo sienta
permite su excepción admitiendo la posibilidad de que el Gobierno establezca medidas de
protección a favor de los españoles no residentes en España", posibilidad que se ha hecho
efectiva en algunos casos. Ello, junto a la aplicación del principio interpretativo "pro
operario o pro beneficiario" lleva a este Tribunal a declarar que deben computarse esos
periodos de actividad en el extranjero en tal condición religiosa.
También la Sentencia del TSJ de Cataluña de 6 de junio de 2003, I.L. J 2458,
considera que deben computarse al actor, como cotizados, el período correspondiente a
actividades religiosas realizadas fuera del territorio nacional, ya que el mismo fue
destinado a la India por decisión de la Congregación a la que pertenecía, que era la que
tenía que haber cotizado por él. Por un lado, la norma no establece distinción alguna en
cuanto al lugar en que se han prestado los servicios como religiosos. Por otro lado, como
ha resuelto, en sentido similar, la STS de La Rioja de 30-1-01, en el supuesto de duda en la
interpretació n de la norma, ésta debe resolverse en el sentido más favorable al beneficiario,
en virtud del principio “in dubio pro operario o pro beneficiario”, aplicable en el ámbito
del Derecho Laboral y en el de la Seguridad Social.
Interpretación que, sin embargo, no es compartida por la STSJ de Madrid de 6 de
febrero de 2001, IL J 424, que, aplicando más rígidamente el principio de territorialidad
contenido en la LGSS, considera que no son computables los períodos servidos en el
extranjero en la realización de una actividad religiosa por los religiosos posteriormente
secularizados. De igual forma se manifiesta la STS, u.d., de 17 de diciembre de 2001, I.L. J
2887, que añade que este cómputo de cotizaciones mediante ficción legal no puede llevarse
a cabo respecto al tiempo que ejerció su actividad fuera de España, en virtud de lo
dispuesto en el RD 3325/1981, por el que se incorpora al RETA el colectivo de religiosos
de la Iglesia Católica (que exige expresamente la residencia y el desarrollo normal de la
actividad en territorio nacional) y en el art.7 de la LGSS (que establece los criterios de
nacionalidad y territorialidad dentro del sistema contributivo de la Seguridad Social,
aunque los mismos pueden ser matizados por el de reciprocidad y ampliados por los de
adquisición y mantenimiento de derecho, unido al de prorrata temporal).
En tercer lugar, se cuestiona la obligación establecida, a través del desarrollo
reglamentario de la Ley 137/1996, de 30 de diciembre (RRDD 487/1998, de 27 de marzo y
2665/1998, de 11 de diciembre), para los religiosos y sacerdotes secularizados de asumir el
pago del capital-coste de su pensión reconocida y asimismo el pago de una tasa en
concepto de gastos de tramitación del expediente. Por una parte se plantea si esta
obligación de desembolso establecida reglamentariamente constituye una compra de
pensión; por otra parte, si esta obligación constituye una extralimitación reglamentaria; en
tercer lugar si la competencia respecto a esta cuestión corresponde al orden social o no; y,
por último, si es o no exigible el pago de una tasa en concepto de gastos de tramitación del
expediente. En la Sentencia del TSJ de Madrid de 22 de noviembre de 2001, I.L. J 3267,
declara, al respecto, la conformidad a la ley de los RRDD que establecen la obligación de
estos beneficiarios al pago del capital-coste reclamado puesto que en la voluntad del
legislador estaba el establecimiento y exigibilidad del pago de cuotas por el período que
faltase para acceder a la pensión de jubilación o por el período que sirviese de incremento
a la misma como requisito previo para acceder a ello. De esta forma, no existe compra
alguna de pensión en la exigencia del capital reclamado, ya que
“la ley lo que pretende es que se supere esa imposibilidad normativa de cotizar impuesta
al colectivo afectado durante un determinado período inicial que estaba igualmente
impidiendo el acceso a la prestación o una prestación superior a la reconocida, y no solo
reconocer, sin contrapartida alguna, el período en cuestión, lo cual, por otra parte,
contravendría lo dispuesto, con carácter general, en el art. 15 de la LGSS acerca de la
obligatoriedad de cotizar en los Regímenes General y Especiales”.
En este sentido, también, la STS, u.d., de 9 de octubre de 2001 (I.L. J2581), y la
Sentencia del TSJ de Cataluña de 6 de junio de 2003 (I.L. J 2458).
En cuanto a la impugnación del concreto sistema elegido para la finalidad
señalada, la constitución de capital-coste, la Sentencia, poniendo de relieve que el mismo
no es cuestionado en el dictamen del Consejo de Estado al respecto, establece que es una
opción que no puede ser cuestionada, “porque el hecho de que no existiese con
anterioridad en el propio sistema de la SS más que en el ámbito del RGSS no supone que
sea imposible instaurarlo o resulte inviable”.
Por otra parte, en relación con el pago por los beneficiarios de una tasa en
concepto de gastos de tramitación del expediente, declara también la Sentencia la
competencia del orden social, en cuanto que esa tasa es en realidad un porcentaje en
concepto de gastos por el estudio actuarial realizado, tratándose, en definitiva, “de una
cuestión y cantidad complementaria o secuela de la principal, que no tiene cabida ni en el
ámbito tributario ni en el de la gestión recaudatoria de la TGSS, por lo que su
enjuiciamiento corresponde a la Jurisdicción que conoce de ésta, esto es, al referido Orden
Social”. Por último, la Sentencia establece que no está justificado este gasto a cargo de los
beneficiarios, dado, en primer lugar, la relación de aseguramiento público en que se
produce, y, en segundo lugar, porque no está previsto legal ni reglamentariamente (Ley
13/1996 y RRDD 487 y 2265/1998), por lo que “su implantación ex novo constituiría una
extralimitación por parte de cualquier otra norma inferior que lo instaurase o por la del
simple acto administrativo que la acordase”. En consecuencia, declara la Sentencia
“que el cálculo actuarial y los gastos que su realización suponga deben correr a
cargo de la propia entidad gestora, que en este caso es el propio INSS, conforme a
la delegación que al respecto a efectuado la TGSS”
Por su parte, la STSJ de Castilla y León (Burgos) de 17 de diciembre de 2001,
I.L. J 3242, se pronuncia en el mismo sentido respecto a la primera cuestión relativa a la
obligación de los beneficiarios de abonar el capital-coste, sin embargo, respecto a la
segunda, el pago, mediante el descuento mensual, de la tasa en concepto de gastos de
tramitación del expediente, declara la incompetencia del Orden Jurisdiccional Social,
señalando la competencia de la jurisdicción de lo Contencioso-Administrativo.
En este ámbito controvertido, como se pone de manifiesto con estas resoluciones
judiciales, la STSJ de La Rioja de 11 de diciembre de 2001, I.L. J 2980, declara la
competencia del Orden Social de la Jurisdicción para conocer de las pretensiones relativas
a la obligación de pago del capital-coste de la parte de pensión que se derive de los años de
ejercicio sacerdotal o religioso, que hayan sido reconocidos como cotizados a la Seguridad
Social, puesto que la única excepción a la competencia del orden social que el art. 9 de la
LOPJ establece genéricamente respecto de todas las reclamaciones en materia de
Seguridad Social es la que se contiene en el art. 3,b) LPL para las resoluciones dictadas por
la Tesorería General de la Seguridad Social. En este sentido, la Sentencia establece que la
cuestión deducida no se incardina en el ámbito de la gestión recaudatoria de la Seguridad
Social, ya que para ello no basta con que una actividad persiga o tenga por objeto “la
realización de los créditos y derechos de la Seguridad Social”, sino que además estos
créditos y derechos tienen que constituir alguno de los recursos que se relacionan en el
art.4 del Reglamento General de Recaudación de los recursos del Sistema de la Seguridad
Social, lo que no ocurre con la obligación de que aquí se trata, de abonar el capital coste de
la parte de pensión que se derive de los años de ejercicio sacerdotal o religioso.
También a efectos de la pensión de jubilación de religiosos secularizados la STSJ
de Madrid de 9 de noviembre de 2001, I.L. J 2918, en una interpretación muy estricta,
sobre la base del Código de Derecho Canónico, declara que “la pertenencia a un Instituto
Secular [la actora era miembro de las Siervas Seglares de Jesucristo Sacerdote, que se
constituye como un Instituto Secular de Derecho Pontificio] no lleva aparejada la
condición de religiosa pretendida, de manera que no puede ser reconocido el período
instado por la actora al carecer de la condición o presupuesto exigido por la norma para
que dicho reconocimiento opere”.
-
Sentencia del TSJ de Castilla y León (Valladolid) de 10 de febrero de 2003 (I.L. J
172).
Dentro del sistema de Seguridad Social, y ante la existencia de diversos regímenes
en el mismo, se ha establecido como principio general el cómputo recíproco de las
cotizaciones efectuadas en cada uno de dichos regímenes a fin de reunir los requisitos
exigidos cara causar derecho a las prestaciones correspondientes. De esta forma, en el
supuesto al que se refiere la Sentencia citada, se tendrán en cuenta tanto las cotizaciones
efectuadas en el Régimen Especial de la Minería del Carbón como las efectuadas en el
Régimen General. No obstante, es distinto el supuesto de trabajadores que cotizaron en un
régimen y luego en otro de forma sucesiva, causando derecho a la pensión en este último,
de aquellos supuestos en los que el trabajador se encuentre comprendido simultáneamente
en el campo de aplicación de dos regímenes distintos. La citada Sentencia considera que, al
reconocerle al trabajador la situación de incapacidad permanente absoluta derivada de
enfermedad profesional en el Régimen Especial de la Minería del Carbón y habiendo
solicitado pensión de jubilación en el Régimen General, se trata de un supuesto de
trabajador comprendido simultáneamente en estos dos regímenes, de forma que le será de
aplicación lo establecido en el apartado 6 del art.21 de la Orden de 3 de abril de 1973 para
aplicación y desarrollo del Decreto 298/1973, de 8 de febrero. En consecuencia
“unicamente puede tenérsele en cuenta los períodos trabajados en minería, que
han dado lugar a su inclusión en el Régimen Especial de la Minería del Carbón,
a efectos de aplicar los coeficientes reductores para tener derecho a acceder a la
jubilación (...), pero sin que puedan tenerse en consideración las cotizaciones
efectuadas en el citado Régimen Especial, a efectos de determinar el porcentaje
aplicable a la base reguladora de la pensión de jubilación”.
1.1.4 Requisito de “estar al corrie nte” en las cotizaciones
- STS de 21 de febrero de 2002 (I.L. nº 16/2002, LN-13)
El requisito de estar al corriente en el pago de las cuotas para la percepción de la
pensión de jubilación plantea una cuestión controvertida en el caso de los armadorestripulantes asegurados en el Régimen especial de Seguridad Social de los trabajadores del
mar (REMAR) que exige previamente la determinación de su encuadramiento dentro de
este Régimen. La STS de 21 de febrero de 2002, partiendo de la peculiaridad del REMAR
de integración conjunta en el campo de aplicación de este régimen de trabajadores por
cuenta ajena y trabajadores autónomos y de la inclusión expresa en el mismo de los
armadores-tripulantes o armadores de embarcaciones que prestan trabajo retribuido a
bordo de las mismas, clarifica que los armadores-tripulantes de pequeñas embarcaciones se
consideran trabajadores autónomos a efectos de Seguridad Social, en tanto que los
armadores-tripulantes de embarcaciones mayores se asimilan a efectos de Seguridad Socia l
a los trabajadores por cuenta ajena siempre que perciban retribuciones específicas por el
trabajo que realizan a bordo, pese a la condición de empresario que tiene siempre el
armador. A partir de ahí, la Sentencia, analizando los deberes de afiliación y cotización
relativos a la relación de aseguramiento, establece que los armadores-tripulantes
asimilados a trabajadores por cuenta ajena son al mismo tiempo “empresarios” y
trabajadores en las embarcaciones por ellos armadas, por lo que tales deberes de afiliación
y cotización se les imputan indistintamente en dicha doble condición. Siendo ello así,
determina la citada Sentencia, que “su posición frente a las entidades gestoras en orden a la
exigencia de tales deberes no puede ser la de los trabajadores por cuenta ajena propiamente
dichos, que no son los principales responsables legales de su incumplimiento, sino que ha
de ser la de los trabajadores autónomos, que sí lo son”. En consecuencia, declara la
sentencia que para estos sujetos
“es exigible encontrarse ‘al corriente en el pago de las cuotas’ para adquirir el
derecho a las prestaciones del REMAR [entre ellas la de jubilación]. La conclusión
es, además, la más lógica desde el punto de vista social si se repara en que, como se
ha visto antes, los bienes de capital de estos armadores-tripulantes son de más valor
que los de los armadores incluidos en el grupo de trabajadores autónomos”.
1.2. Base Reguladora
1.2.1. Determinación de la base reguladora
Respecto a la determinación de la base reguladora se han ido planteando diversas
cuestiones que ponen de manifiesto el carácter especialmente problemático y casuístico de
esta cuestión.
- STSJ de Cataluña de 29 de marzo de 2001 (IL J 650).
Dentro de este casuismo, la jurisprudencia ha ido determinando, y a ello se refiere
esta sentencia, que un complemento de cuantía fija mensual, denominado Horas Extras A,
establecido en el Pacto Colectivo de Empresa, que perciben los conductores de la empresa
por superar la jornada semanal pactada, y por el que cotizaba por la contingencia de horas
extraordinarias, tiene efectivamente la naturaleza de horas extraordinarias por lo que no se
integra dentro de la base reguladora de la pensión de jubilación.
- STSJ de Andalucía (Granada), de 23 de octubre de 2001 (I.L. J 2738)
Se declara en esta Sentencia que no se pueden computar para el cálculo de la base
reguladora de la pensión de jubilación todos los períodos trabajados en prisión, ya que ha
de distinguirse entre la modalidad de producción en régimen laboral, correspondiente al
trabajo directamente productivo, que da lugar a la relación laboral especial penitenciario, y
las prestaciones personales en servicios auxiliares comunes del establecimiento, estas
últimas ajenas al ámbito laboral.
- STSJ de Cataluña de 29 de noviembre de 2001 (I.L. J 2818)
Sí ha de computar, en cambio, para el cálculo de la base reguladora el tiempo
trabajado por un pensionista de gran invalidez, aunque no se hayan cumplido las
obligaciones de alta y cotización, lo que dará lugar, por otra parte, a la responsabilidad de
quien las incumplió. La STSJ de Cataluña de 29 de noviembre de 2001 fija este criterio
partiendo de la doctrina jurisprudencial ya sentada que declara que “estando reconocido el
derecho al trabajo por el art. 35 de la Constitución, no puede prohibirse el ejercicio de una
actividad laboral ni aún estando declarado en situación de incapacidad permanente
absoluta”, lo que dio lugar a la Resolución de 2 de noviembre de 1992, de la D.G. de
Ordenación Jurídica y Entidades Colaboradoras de la Seguridad Social, en que se establece
“que los pensionistas de incapacidad permanente absoluta y de gran invalidez que
desarrollen trabajos que den lugar a su inclusión en el ámbito de aplicación del Sistema de
Seguridad Social, están sujetos a las obligaciones de alta y cotización en el régimen
correspondiente, sin que sea obstáculo para ello su condición de pensionistas en tales
grados de incapacidad.
1.2.2. Supuestos de error en la cotización
- STSJ de Cataluña de 22 de junio de 2001 (I.L. J 1560)
Se mantiene en esta Sentencia la doctrina jurisprudencial constante del Tribunal
Supremo que da validez a las cuotas ingresadas por error, como ocurre en este caso
concreto. De esta forma, habiéndose planteado un error en el demandante al darse de alta
en la Seguridad Social en el inicio de su actividad en un Régimen erróneo, que supuso, al
pasar del Régimen Especial Agrario al RETA, la necesidad de abonar a este último las
cuotas del período controvertido y la recuperación de las ya abonadas al Régimen erróneo,
la Sentencia estima que "no puede hablarse en puridad de cuotas anteriores al alta", ni
tampoco que dichas cuotas pudieran tener la intención de "compra de prestaciones de
Seguridad Social", sino de "cuotas ingresadas por error en otro Régimen de Seguridad
Social a las que siempre el INSS ha dado validez a efectos de pensión de jubilación", por
lo que son válidas a efectos de determinar la base reguladora de la pensión.
1.2.3. Cotizaciones en distintos países. Reglamentos Comunitarios
Diversas cuestiones se han planteado en el período reseñado en relación con la
determinación de la base reguladora de la pensión de jubilación cuando se trata de
trabajadores migrantes que han completado los períodos de cotización en diversos países
pertenecientes a la Unión Europea.
- STS, u.d., de 9 de octubre de 2001 (I.L. J 2321)
Se plantea si para la aplicación del "principio prorrata temporis" a efectos de
determinar el porcentaje de pensión que corresponde abonar a la Seguridad Social española
(el actor había cotizado a la Seguridad Social alemana y a la española, habiendo estado
incluido en el Régimen Especial de Trabajadores del Mar), ha de tomarse en consideración
tan sólo los períodos realmente cotizados por el trabajador correspondientes al tiempo
durante el que estuvo empleado, o si por el contrario procederá computar también algunos
períodos no cotizados pero a los que la legislación española les atribuye tal condición,
como ocurre respecto a las cotizaciones que se hubieran realizado antes del 1 de enero de
1967 al Mutualismo Laboral (1 de agosto de 1970, en relación con el Régimen Especial
del Mar), y la bonificación de cuotas que derivan de la previsión reductora de la edad de
jubilación para los trabajadores de este Régimen Especial.
En cuanto a las cotizaciones ficticias por edad su inclusión en el principio "prorrata
temporis" es aceptada por el Tribunal Supremo ya que quedan incluidas en la expresión
"período de seguro" que se utiliza en el art. 46 del Reglamento 1408/1971 ("significa
períodos de cotización, empleo o actividad por cuenta propia, tales como se definen o
admiten como períodos de seguro por la legislación bajo la cual han sido cubiertos o se
consideran como cubiertos, así como todos los períodos asimilados en la medida en que
sean reconocidos por esta legislación como equivalentes a los períodos de seguro") (tesis
mantenida también en las SSTS de 5 de julio de 2001 y de 26 de junio de 2001, I.L. J 1697
y 1497).
En cambio, por lo que se refiere a las cotizaciones ficticias por bonificación legal
no pueden aceptarse para la aplicación del prorrateo en cuanto que se trata de una
institución ajena a los principios de coordinación comunitarios, puesto que "no ha hecho de
peor condición al demandante por la circunstancia de haber prestado sus servicios en otros
países comunitarios", puesto que se trata de cotizaciones completamente ficticias que no
obedecen a ninguna presunción de realidad y ni siquiera son anteriores al hecho causante.
- STS, u.d., de 11 de octubre de 2001 (I.L. J 2326)
Sobre si el cálculo de la pensión teórica debe efectuarse sobre las bases reales de
cotización del asegurado durante los años inmediatamente anteriores al pago de la última
cotización a la Seguridad Social española con las correspondientes revalorizaciones o, por
el contrario, se debe calcular la pensión utilizando como base de cotización las bases
mínimas, la STS de 11 de octubre de 2001, manteniendo la doctrina jurisprudencial
reiteradamente mantenida por el Tribunal Supremo partiendo de la respuesta dada por el
Tribunal de Luxemburgo en su sentencia de 17 de diciembre de 1998, como respuesta a
una cuestión prejudicial, considera que, de acuerdo con el Reglamento (CEE)1248/92, la
pensión debe ser calculada sobre las bases reales del asegurado, durante los años
inmediatamente anteriores al pago de la última cotización a la seguridad social española,
sin perjuicio de que la pensión así obtenida se incremente con arreglo al importe de los
aumentos y revalorizaciones acordadas para cada año posterior en las pensiones de la
misma naturaleza. Ello sin perjuicio de la posibilidad de aplicar, al margen de las normas
comunitarias, un convenio bilateral de seguridad social, suscrito entre España y el país de
que se trate, si del mismo deriva un trato más favorable para el asegurado. En el mismo
sentido se pronuncian las SSTSJ de Asturias de 20 de julio de 2001, I.L. J 1794, y de 5 de
octubre de 2001, I.L. J 2464; SSTS, u.d., de 30 de abril de 2001, I.L. J 826 y de 11 de
octubre de 2001, I.L. J 3364; STSJ de Galicia de 22 de diciembre de 2001, I.L. J 3094.
Estos criterios son aplicados también en la STS, u.d., de 15 de noviembre de 2001,
I.L. J 2408, donde, por un lado, se declara la aplicación preferente del Convenio Hispanoalemán de seguridad social al ser más beneficioso para el asegurado; y, por otra parte, se
determina el cómputo del abono de años de cotización por edad a efectos del porcentaje
aplicable a la pensión efectiva española.
- STSJ de Cataluña de 3 de abril de 2001 (I.L. J 957)
Se plantea asimismo como cuestión controvertida la de si para el cálculo de la base
reguladora de la pensión de jubilación en el caso de que se haya cotizado en España y en
otro país de la Unión Europea procede totalizar los períodos cotizados en ambos países, o,
por el contrario sólo han de ser tenidas en cuenta las cotizaciones efectuadas en España,
integrando las lagunas de cotización con bases mínimas. La STSJ de Cataluña de 3 de abril
de 2001 considera, al respecto, en base al art. 45.1 del Reglamento Comunitario
1408/1971, que el principio de totalización de los períodos de cotización cubiertos en
distintos Estados miembros de la Unión Europa a efectos de la adquisición y conservación
de los derechos a las prestaciones y del cálculo de las mismas, y consiguiente aplicación
del principio de prorrateo, es preciso que esa totalización sea necesaria para adquirir,
conservar o recuperar el derecho a una prestación. Por todo ello, teniendo en cuenta que el
demandante es beneficiario de una pensión de jubilación en el sistema de Seguridad Social
francés, la Sentencia estima que
"no procede la totalización de los períodos cotizados en cada uno de los dos países
y la aplicación del principio de prorrateo (...), pues un mismo período de
cotización no puede servir para lucrar una pensión de jubilación francesa y servir
al mismo tiempo para integrar la base reguladora de la pensión de jubilación
española".
- STSJ de Madrid de 26 de junio de 2001 (I.L. J 1614)
También en un supuesto de cotizaciones en Alemania y en España, esta Sentencia
determina la no aplicación del cómputo de los denominados "días-cuota", correspondientes
a las pagas o gratificaciones extraordinarias, en cuanto que dicho cómputo tiene, según el
ordenamiento interno español, la función de completar la carencia mínima necesaria para
acceder a la jubilación, y no para incrementar el porcentaje y la cuantía de la pensión
teórica inicial. Y ello también de conformidad con lo que dispone el apartado "vi" de la
letra "c)" del núm.3 del art. 15 del Reglamento CEE núm. 547/72.
- SSTS, u.d., de 5 de julio de 2001 (I.L. J 1697) y de 26 de junio de 2001 (I.L. J 1497)
Cuestión debatida que ha dado lugar a varias sentencias del Tribunal Supremo en
unificación de doctrina se refiere al cómputo del período de abono de años de cotización a
efectos de determinar la base reguladora cuando se ha cotizado sucesivamente en varios
países de la Unión Europea. Las dos Sentencias citadas, ambas referidas a supuestos de
cotización sucesiva en España y en Holanda, dentro del Régimen Especial del Mar,
determinan la aplicación de la escala de abono de años de cotización por edad para
determinar la parte proporcional de la pensión teórica que corresponde a la Seguridad
Social española, cuando se ha cotizado sucesivamente en España y en Holanda y se ha
reconocido la pensión de jubilación por la Seguridad Social española, aplicando la
totalización de períodos de cotización. El Tribunal Supremo considera que
"el período de abono de años de cotización por edad no puede considerarse como
una cotizació n teórica o ficticia a los efectos del art. 46.2,b) del Reglamento
1408/1971, porque se trata de cotizaciones estimadas y correspondientes a
períodos anteriores al hecho causante"
En este sentido, señala la Sentencia del Tribunal Supremo de 26 de junio de 2001, citada,
que estos períodos no son propiamente cotizaciones teóricas o ficticias que se proyectan
sobre previsiones posteriores al hecho causante, sino cotizaciones estimadas y
correspondientes a un período de la carrera del seguro no sólo notablemente anterior al
hecho causante, sino que precisamente por su alejamiento en el tiempo presentan sin duda
dificultades de prueba.
-
Sentencia del TSJ de Asturias de 18 de octubre de 2002 (I.L. J 2872).
La determinación de la base reguladora cuando existen cotizaciones en España y en
otros países miembros de la Unión Europea ha venido planteando diversas cuestiones
problemáticas respecto al cálculo de la pensión correspondiente al sistema español de
Seguridad Social. Como ya se ha indicado en crónicas anterio res, la existencia de
cotizaciones efectuadas en diversos países miembros de la Unión Europea determina la
aplicación del art. 46 del Reglamento (CEE)1408/1971 que impone el principio de
totalización de las cotizaciones, de tal forma que “debe procederse a calcular la pensión
como si todos los períodos de seguro y de residencia hubieran sido cubiertos en el Estado
miembro donde radique la institución de que se trate y bajo la legislación que ésta aplique
en la fecha en que se liquide la prestación. El pago de esta prestación “teórica” se
distribuirá según un sistema de proporcionalidad (factor “pro rata temporis”), que se
establece “a prorrata” de la duración de los períodos de seguro o de residencia cubiertos
antes de producirse el hecho causante bajo las legislaciones de todos los Estados miembros
afectados. Pero la propia norma trata de armonizar este principio de totalización con otro
principio que evite que la compatibilidad entre pensiones de la misma naturaleza con cargo
con entidades estatales distintas, conduzca al percibo de pensiones muy superiores a
aquellas que se hubieran causado de no haberse producido el fenómeno migratorio.
Realmente, en estos casos la cuestión más problemática viene siendo el cálculo de
la base reguladora, habiendo adoptado los Tribunales soluciones contradictorias y
habiendo establecido el Tribunal Supremo una jurisprudencia, en unificación de doctrina,
que, sin embargo, ha dado lugar a votos particulares (véase la crónica jurisprudencial
realizada respecto a esta cuestión en los anteriores números de esta revista) y a una
Sentencia del Tribunal Europeo, como consecuencia de una cuestión prejudicial que le fue
planteada de 17 de diciembre de 1998 y que llevó al Tribunal supremo a modificar su
doctrina, en Sentencia de 10 de marzo de 1999. La Sentencia del TSJ de Asturias de 18 de
octubre de 2002, recuerda, en el ámbito de esta cuestión, que, en base al Reglamento
1248/1992, anexo VI, apartado D), el cálculo de la prestación teórica española se efectuará
sobre las bases de cotización reales del asegurado durante los años inmediatamente
anteriores al pago de la última cotización a la Seguridad Social española y que la cuantía
de la pensión así obtenida se incrementará con arreglo al importe de los aumentos y
revalorizaciones calculadas para cada año posterior y hasta el año anterior al hecho
causante, para las pensiones de la misma naturaleza, en virtud de la modificación del
Reglamento CEE 1408/1971, introducida por el Reglamento 1248/92.
- Sentencia del Tribunal Supremos, u.d., de 16 de diciembre de 2002 (I.L. J 2621)
Manteniendo la doctrina anteriormente expuesta, esta Sentencia establece que, no
obstante, es posible aplicar un Convenio bilateral de Seguridad Social suscrito entre
España y el país de que se trate, si del mis mo deriva un trato más favorable para el
asegurado, como se determina en la citada Sentencia, que aplica, por ser más beneficioso
para el trabajador el Convenio bilateral entre España y los Países Bajos.
- Sentencia del Tribunal Supremo, u.d., de 13 de noviembre de 2002 (I.L. J 2472)
En esta Sentencia, se plantea otra cuestión controvertida como es la de interpretar si
a efectos de determinar el porcentaje de pensión que corresponde abonar a la Seguridad
Social española, ha de tomarse en consideración tan sólo los períodos realmente cotizados
por el trabajador, o si por el contrario procederá computar también algunos períodos no
cotizados, pero a los que la legislación española les atribuye tal condición, como es la
cotización por edad establecida en la disp.trans. 2ª.3 de la OM de 18 de enero de 1967. Al
efecto la doctrina sentada por el Tribunal Supremo, reiterada en esta Sentencia, considera
que las cotizaciones reconocidas por la aplicación de la escala de abono de años de
cotización por edad a 1 de agosto de 1970 son cotizaciones asimiladas a las efectivamente
realizadas para un determinado período de carencia de seguro de un trabajador por lo que
deben ser computadas a los efectos del cálculo de la prestación española, conforme a las
reglas del art. 46.2 del Reglamento 1408/1971.
- Sentencia del Tribunal Supremo, u.d., de 13 de noviembre de 2002 (I.L. J 2472) y
Sentencia del TSJ de Andalucía (Granada) de 17 de septiembre de 2002 (I.L. J 2969).
Otra cuestión, además, sobre la que se pronuncian estas Sentencias es la de si estas
“cotizaciones ficticias”, una vez incluidas en el cómputo a efectos de calcular la pensión
efectiva, han de ser asimismo tenidas en cuenta para establecer el porcentaje concreto de la
pensión que corresponde abonar a cargo de la Entidad gestora española. Considera, en este
sentido, la Sentencia del TSJ de Andalucía (Granada) de 17 de septiembre de 2002, que
“tales cotizaciones ficticias son válidas para calcular el porcentaje de la pensión de
jubilación en aplicación de las referida D.T. 2ª de la Orden de 18/1/1967, lo que nos lleva a
la equiparación a estos efectos de los períodos realmente cubiertos con los asimilados, pues
no existe razón para, admitida e indiscutida la inclusión de las referidas cotizaciones
ficticias para calcular la cuantía de la pensión, no deban también ser tenidas en cuenta a
todos los demás efectos”.
-Sentencia del Tribunal Supremo, u.d., de 19 de diciembre de 2003, I.L. J 2288, y
Sentencia del TSJ de Cantabria de 3 de abril de 2003, I.L. J 2557.
Se reitera la doctrina ya consolidada por este Tribunal, a partir de la respuesta del
Tribunal de Luxemburgo a la cuestión prejudicial planteada, en el sentido de que,
conforme al Reglamento 1248/92, Anexo VI, apartado D), la pensión teórica española se
calculará sobre las bases reales del asegurado, durante los años inmediatamente anteriores
al pago de la última cotización a la Seguridad Social española, sin perjuicio de que la
pensión obtenida se incremente con arreglo al importe de los aumentos y revalorizaciones
acordadas para cada año posterior en las pensiones de la misma naturaleza. No obstante,
ésta no constituye una solución cerrada y obstaculizadora de otras diferentes; todavía, a la
luz de los preceptos comunitarios, cabría introducir criterios alternativos de actualización.
Además, es posible, al margen de las normas comunitarias, aplicar un Convenio bilateral
de Seguridad Social, suscrito entre España y el país de que se trate, si del mismo deriva un
trato más favorable para el asegurado, el cual habría de serle respetado incluso tras nuestra
adhesión a la comunidad, hoy Unión europea.
- Sentencias del Tribunal Supremo, u.d., de 25 de noviembre de 2003, I.L. J 2246 y de 18
de diciembre de 2003, I.L. J 2299.
Se pronuncian en el sentido de que, al establecer la prorrata que sobre la pensión
teórica debe determinar la fracción de la misma que se convierte en pensión efectiva a
cargo de la Seguridad Social española, no se computan los períodos de cotización que han
de asignarse al trabajador para compensar el adelanto de la edad de jubilación por
aplicación de los coeficientes reductores de la edad de jubilación en atención al carácter
penoso o insalubre del trabajo desarrollado. Y ello considerando que la previsión de
bonificación de cuotas en razón del trabajo desarrollado por el trabajador no puede
aceptarse para la aplicación del prorrateo en cuanto que se trata de una institución ajena a
los principios de coordinación comunitarios, puesto que no ha hecho de peor condición al
trabajador por la circunstancia de haber prestado sus servicios en otros países
comunitarios. Se pone de relieve, además, en la última sentencia señalada que el sistema de
prorrata que prevé el art. 46.2,b) del Reglamento 1408/1971 no se aplica para fijar el
importe de la pensión española, sino para determinar la fracción que corresponde a la
Seguridad Social española en el marco de una distribución del coste de la renta de
sustitución del beneficiario.
1.2.4. Incrementos injustificados en las bases de cotización
- STS, ud, de 30 de enero de 2001 (IL J 50)
El Tribunal Supremo mantiene la doctrina ya sentada respecto al tratamiento de los
incrementos injustificados en las bases de cotización que no tienen otra finalidad que la de
conseguir una pensión superior a la que en realidad correspondería aplicando unos
incrementos objetivamente razonables o normales. En este sentido, esta Sentencia
mantiene dicha doctrina en el sentido de extender el campo de reducción de las bases de
cotización a todo el período en que se ha cometido el abuso y no limitado a dos años,
considerando que "no se trata de ampliar el plazo legalmente previsto de dos años, sino de
sancionar conductas fraudulentas y antisociales, no comprendidas en el espíritu de la
norma", ya que lo contrario supondría autorizar el fraude. Doctrina que es acogida también
en la STSJ de Cataluña de 8 de enero de 2001 (IL J 115).
- STSJ de Castilla y León/ Burgos, de 17 de diciembre de 2001 (I.L. J 3244) y STSJ de
Asturias de 21 de diciembre de 2001 (I.L. J 2957)
De acuerdo con la doctrina reiterada del Tribunal Supremo, no pueden ser tenidas
en cuenta para fijar la base reguladora de la pensión de jubilación las bases de cotización
correspondientes a un período próximo a la jubilación cuando se ha producido en ellas un
incremento injustificado. Tanto por aplicación del art. 162.2 LGSS, como de los arts. 6.4 y
7.2 C.C., se determina el carácter fraudulento de estos incrementos que lleva a concluir que
procede la minoración de las bases de cotización no sólo en los dos años inmediatamente
anteriores al hecho causante, sino durante todo el período en el que se produjo el
incremento injustificado de tales bases.
- Sentencia del TSJ de Castilla y León (Valladolid) de 17 de junio de 2003, I.L. J 2447.
Se pone de manifiesto el desproporcionado incremento en las bases de cotización a
partir de noviembre de 1993, que supera en casi tres veces la del mes precedente, no
habiendo probado que el mismo tenga su causa de norma legal o convenio colectivo, y no
pudiendo justificarse sin más sobre la base de la afirmada mayor responsabilidad y
dedicación como consecuencia de la renovación de la franquicia. Si ha ello se une su
posición de dominio y control de la sociedad al poseer una importante, si no mayoritaria,
participación social, la Sentenc ia deduce que aquel “aumento” de bases no tuvo otra
finalidad que elevar artificialmente la cuantía de la esperada pensión de jubilación de la
demandante, que contaba por entonces con 56 años de edad. Consecuencia de todo ello es
que no pueden computarse para calcular la base reguladora de la misma.
1.2.5. Bases de cotización mejoradas
- STSJ de la Comunidad Valenciana de 4 de mayo de 2001 (I.L. J 1842)
Se reconoce el derecho consolidado a una mayor base reguladora de la pensión de
jubilación como consecuencia de unas bases mejoradas que fueron autorizadas
administrativamente, por las Entidades gestoras de la Seguridad Social, ya que aunque a
partir de 1979, con el nuevo sistema de cotización que estableció el RD 82/79, no cabe
aceptar el incremento por bases mejoradas, la ley no puede alterar los derechos adquiridos
con anterioridad a su vigencia.
- Sentencia del Tribunal Supremo, u.d., de 26 de diciembre de 2003, I.L. J 2301.
La cuestión planteada en esta Sentencia es la de si para la determinación de la base
reguladora de la pensión de jubilación deben computarse las bases mejoradas por las que
se cotizó con autorización administrativa, salvo que superen el límite legal. Este límite
legal no es la base máxima de cotización fijada en cada momento para la categoría del
trabajador, sino el tope máximo previsto para todas las actividades y categorías
profesionales. La Sentencia declara al respecto que no es posible tener por inexistentes las
mejoras en las bases de cotización producidas al amparo de la LGSS de 1974. Es claro que
el trabajador consolidó el derecho a que la mayor cotización que fue aceptada sin reparo
por la Entidad Gestora de la Seguridad Social, le sea computable a los efectos de
determinar la mayor base reguladora de su pensión de jubilación, que no excede del tope
máximo legal.
1.2.6. Determinación de la base reguladora para los vendedores de la ONCE
- Sentencia del TSJ de Cantabria de 8 de abril de 2003, I.L. J 2562
Esta Sentencia se pronuncia sobre la base reguladora de la pensión de jubilación de
los vendedores de cupón de la ONCE que se hayan visto afectados en su carrera de seguro
por la incidencia de su integración en el Régimen General de la Seguridad Social, cuando
anteriormente habían estado incluidos en el Régimen especial de la Seguridad Social de los
representantes de comercio. En concreto, sobre la repercusión en dicha base reguladora, y
en la pensión calculada sobre ella, de las normas transitorias reguladoras de tal proceso de
integración (RD 2621/1986 y varias disposic iones complementarias). Sobre esta cuestión,
la Sentencia, siguiendo lo resuelto en unificación de doctrina por el Tribunal Supremo
(Sentencia de 12 de diciembre de 1996), recuerda que, de acuerdo con la normativa citada,
quedaron incluidos en el grupo 5 de la Escala de grupos de cotización vigentes en el
Régimen General de la Seguridad Social. No obstante, dado que las previsiones de
integración se caracterizan por su gradualidad, se estableció un largo período transitorio
hasta la integración definitiva, estableciéndose limitaciones cuantitativas en las bases de
cotización para los representantes de comercio que se fueron fijando anualmente. A este
colectivo de la ONCE le resultó de aplicación lo establecido para los representantes de
comercio, de manera que se afirma que su inclusión y cotización en el Régimen General
toleraba un límite cuantitativo en las bases de cotización.
1.3. Cuantía de la prestación
1.3.1. Concurrencia de pensiones públicas
Tampoco se aprecian cambios jurisprudenciales respecto a esta cuestión.
- STS de 9 de julio de 2001 (I.L. J 1710)
Reitera que en los casos de concurrencia de pensiones públicas, la Entidad Gestora,
cuando se cerciora de que el beneficiario está percibiendo cantidades que superan el límite
máximo establecido por las leyes de presupuestos, puede y debe reducir la cuantía de la
prestación que ella viene haciendo efectiva, de modo que el titular de ésta, a partir de ese
momento, no cobre más de lo debido, y ello aún cuando el exceso en tal percepción se
hubiese venido produciendo desde años atrás. A ello añade la STSJ del País Vasco de 24
de abril de 2001, I.L. J 1041, que la reducción que debe realizarse por cada una de las
entidades que satisfacen las correspondientes pensiones "es proporcional al monto total del
tope, por lo que no es admisible que la Entidad Gestora, en este caso, reduzca en su
totalidad el importe de la pensión, puesto que el origen de la misma se configura en dos
entidades, debiendo cada una soportar el coste de los importes generados".
- STSJ de Aragón de 30 de abril de 2001 (I.L. J 923)
Es también interesante esta Sentencia, por cuanto se trata de determinar el carácter
de pensión pública a efectos de la aplicación de las normas de concurrencia. Respecto a un
complemento de pensión establecido en el art. 38 del Estatuto de la Profesión Periodística,
considera
"pensiones públicas sujetas a las normas de concurrencia tanto a las abonadas por
empresas o sociedades con participación mayoritaria directa o indirecta en su
capital del Estado, Comunidades Autónomas o Corporaciones Locales u
Organismos Autónomos de uno y otras, bien directamente, bien mediante la
suscripción de la correspondiente póliza de seguro con una institución distinta,
cualquiera que sea la naturaleza jurídica de ésta o por las Mutualidades o
Entidades de Previsión de aquellas en las cuales las aportaciones directas de los
causantes de la pensión no sean suficientes para la cobertura de las prestaciones a
sus beneficiarios y su financiación se complemente con recursos públicos,
incluidos los de la propia empresa o sociedad”
1.3.2.Complemento de mínimos
- STSJ de Galicia de 6 de noviembre de 2001 (I.L. J 2651).
Respecto a la determinación de si procede o no el complemento de mínimos, la
jurisprudencia ha venido declarando que la concesión o denegación del complemento
para una concreta anualidad está en función del volumen de ingresos percibidos por el
pensionista en la anualidad correspondiente y no en el año anterior, siendo además
incompatibles los complementos por mínimos con la percepción por el pensionista,
entre otras, de rentas de trabajo personal por cuenta propia o ajena, teniendo tal carácter
las prestaciones percibidas con cargo a una entidad extranjera, como es una
indemnización única de la Seguridad Social Suiza.
- STSJ de Castilla y León /Burgos de 19 de noviembre de 2001 (I.L. J 2795)
Los ingresos percibidos en la anualidad correspondiente se tienen en cuenta
íntegramente con independencia de la consideración que merezca el beneficio
correspondiente al rescate de un plan de pensiones, sin que esa cantidad generada
durante los años en que se llevaron a cabo aportaciones continuadas y uniformes puedan
ser divididas entre dicho período.
- STSJ de Galicia de 7 de diciembre de 2001 (I.L. J 3084)
Igualmente se establece en esta Sentencia, en el caso de una pensionista que
recibe una pensión de vejez de la Seguridad Social suiza, que “para saber si se tiene
derecho a percibir el complemento por mínimos es necesario la suma de los importes
reales de las pensiones que se perciben por ambos países y así comprobar si se supera el
límite establecido”.
- Sentencia del TSJ de Castilla y León (Valladolid) de 3 de junio de 2003, I.L. J 2448
Se refiere a la procedencia del complemento de mínimos cuando existen
prestaciones adquiridas en virtud de la legislación de otro Estado. Declara esta Sentencia
que la normativa de Seguridad Social prevista en los Reglamentos (CEE) núm. 1408/1971
y núm. 574/1972 resulta aplicable a las prestaciones que provengan de sistemas
complementarios (en este caso sistemas complementarios de jubilación franceses, ARRCO
y AGIRC) y que su importe debe ser computado, por tanto, a efectos del cálculo de
mínimos. En este sentido, se señala que, conforme al art. 12.2 del Reglamento (CEE),
salvo en los casos en que dicho reglamento señale otra cosa, las cláusulas de reducción, de
suspensión o de supresión establecidas en la legislación de un Estado miembro en caso de
acumulación de una prestación con otras de seguridad social o con otros ingresos de
cualquier tipo podrán hacerse valer frente al beneficiario, aunque se trate de prestaciones
adquiridas en virtud de la legislación de otro Estado miembro o de ingresos obtenidos en el
territorio de otro Estado miembro.
- Sentencias del TSJ de Galicia de 16 de junio de 2003, I.L. J 2488 y de 21 de junio de
2003, I.L. J 2489.
Reiteran la doctrina sentada por el Tribunal Supremo sobre la posibilidad de
revisión de oficio por la entidad gestora del reconocimiento de complementos de mínimos.
En este sentido se reconoce, como supuesto excepcional contenido en el art. 145.2 LPL, la
facultad de la entidad gestora para la revisión de oficio en los supuestos derivados del
reconocimiento de complementos para cubrir los mínimos legales a favor de los
beneficiarios de sus prestaciones de Seguridad Social cuando éstos no han efectuado las
declaraciones anuales de sus rentas a los que se hallan obligados legalmente o cuando las
han hecho incluyendo inexactitudes detectadas con posterioridad. Se ha admitido así en
aplicación de tal excepción la revisión de oficio como reconocimiento de un derecho de
autotutela por parte de la Administración de la Seguridad Social, incluyendo dentro de
aquellas facultades de revisión no sólo la modificación “dei quantum” de la pensión, sino
también el derecho al reintegro de prestaciones. Por último, se reitera que el plazo para
reclamar el reintegro de prestaciones indebidamente percibidas ha de ser el de cinco años,
aplicable en virtud del art. 45.3 LGSS, con independencia de la causa que originó la
percepción indebida.
1.4. Dinámica de la protección
1.4.1. Fecha de efectos de la pensión de jubilación
Diversas sentencias del período reseñado se refieren a la determinación de cuando
se entiende producido el hecho causante de la prestación de jubilación, a efectos del
cómputo del período de carencia específico, si en la fecha de la solicitud de la pensión o en
la fecha en que se cumplen los 65 años exigidos para causar derecho a la prestación.
- STSJ de Andalucía / Sevilla, de 25 de enero de 2001 (I.L. J 1204)
Considera que el hecho causante de la pensión de jubilación se sitúa "no sólo en el
momento del cumplimiento de la edad de 65 años -tras la cual se puede seguir trabajandosino en aquél en el que reuniéndose tal requisito cronológico, a su vez, se solicita la
pensión de jubilación". En el mismo sentido se pronuncia también la Sentencia del TSJ de
Cataluña de 3 de mayo de 2001, I.L. J 1172.
- STSJ de Murcia de 20 de marzo de 2001 (IL J 703)
El derecho a la pensión de jubilación nace cuando se produce el hecho causante
que será el día del cese en la actividad laboral cuando el trabajador está en alta, siendo la
fecha de efectos el día siguiente al del hecho causante, y el día de la presentación de la
solicitud en situaciones de carencia de alta y en las asimiladas a la de alta, surtiendo efectos
entonces a partir del día siguiente a la presentación de la solicitud. Esta es la doctrina que
se aplica en la citada Sentencia, en el supuesto de un trabajador que se encontraba en
situación de no alta, por encontrarse percibiendo una prestación de incapacidad
permanente total al tiempo de cumplir la edad de jubilación.
- STSJ de Cataluña de 11 de enero de 2001 (IL J 120)
Sin embargo, el pronunciamiento de esta Sentencia rompe con esta regla al
establecer como fecha de efectos de la pensión de jubilación de un trabajador que en el
momento de la solicitud de la misma se encontraba en situación de Incapacidad Temporal
(y que solicitó la pensión de jubilación con fecha de efectos desde el día que cumpliese 64
años) la determinada por la voluntad del mismo en base al carácter voluntario de la
jubilación. Así, frente a la decisión de la Entidad Gestora de establecer como fecha del
hecho causante y de efectos de la pensión de jubilación el día siguiente al de la
presentación de la solicitud, la citada sentencia considera que
"en nuestro Ordenamiento Jurídico de la Seguridad Social, la jubilación -salvo
supuestos excepcionales- tiene carácter voluntario, es por lo que la tramitación de
un expediente de prestación por jubilación se inicia, exclusivamente, a instancia
de parte, no pudiendo tramitarse de oficio por parte de la Entidad Gestora. De ahí
que (...), aún presentada, todavía cabe la posibilidad de retractarse, por las
razones que sean, de una inicial petición de pensión e jubilación, al ser prevalente
la voluntad del presunto beneficiario".
Consecuencia de ello, según la Sentencia, es que la fecha de efectos, cuando además, como
en este caso, ha sido consignado expresamente en el impreso de solicitud, debe fijarse de
acuerdo con la voluntad del beneficiario.
1.4.2. Reintegro de prestaciones indebidamente percibidas
- STS, ud, de 23 de febrero de 2001 (IL J 272)
En el período acotado en esta crónica siguen planteándose continuos
pronunciamientos jurisprudenciales en relación con el reintegro de prestaciones
indebidamente percibidas. El Tribunal Supremo, en unificación de doctrina, en relación
con un tema que da lugar a continuas sentencias contradictorias por parte de los Tribunales
Superiores de Justicia, reitera la doctrina de que el INSS está facultado para llevar a cabo
de oficio la acomodación de la cuantía de la pensión que él abona a los límites máximos
fijados en las leyes de presupuestos, pero ello no significa, de ningún modo, que dicha
entidad gestora tenga idénticas facultades en lo que atañe al reintegro de las cantidades
indebidamente cobradas por tal causa por el pensionista, ni siquiera en caso de
incumplimiento de las obligaciones de los beneficiarios. Por el contrario, la entidad
Gestora está obligada a formular ante los Tribunales de Justicia la pertinente demanda en
solicitud de que se le devuelvan estas cantidades, siendo estos Tribunales quienes decidirán
esta cuestión.
- Sentencia del Tribunal Supremo, u.d., de 6 de octubre de 2003 (I.L. J 1473) y Sentencia
del Tribunal Supremo, u.d., de 30 de junio de 2003 (I.L. J 1527).
Estas Sentencias se pronuncian sobre la aplicación de la excepción jurisprudencial
de la equidad tras la nueva redacción del art. 45.3 LGSS, dada por la Ley 66/1997. Se
recoge la doctrina, ya sentada en anteriores pronunciamientos, conforme a la cual dicha
excepción, que ponderaba la conducta adoptada por el beneficiario y el organismo gestor
en relación con el origen de la situación de percepción indebida y su mantenimiento (de tal
forma que se tenía en cuenta, por una parte, el principio de buena fe, y, por otra, los
perjuicios que, como consecuencia del retraso, pudieran derivarse para el patrimonio del
beneficiario de la acumulación de períodos de percepción indebida), queda sin efecto por
la Ley 66/1997. Se concluye además que las cantidades percibidas indebidamente con
anterioridad a 1 de enero de 1998, se rigen con respecto a la prescripción de la obligación
de devolverlas por la legislación precedente, ya que la Ley 66/1997 no expresó que tuviera
eficacia retroactiva.
- Sentencia del TSJ de Asturias de 14 de marzo de 2003 (I.L. J 1006).
En relación con este tema, esta Sentencia declara la responsabilidad subsidiaria de
la empresa codemandada por haber incumplido las obligaciones que le incumbían de
comunicación de datos relativos al pago de una pensión complementaria al actor que, junto
con la pensión de jubilación principal supuso la superación del tope máximo, dando lugar
al reintegro de prestaciones indebidas.
- STSJ de Andalucía (Granada) de 23 de abril de 2001 (I.L. J 946)
Se reitera la obligación del INSS de formular la pertinente demanda ante los
Tribunales de Justicia en solicitud de que se le devuelvan las cantidades indebidamente
percibidas por el sujeto beneficiario. También la STSJ de Cataluña de 22 de junio de 2001,
I.L. J 1558, en cuanto a la aplicación del plazo excepcional de retroacción de tres meses
frente al general de cinco años como límite respecto al reintegro de las cantidades
indebidamente percibidas en concepto de complemento de mínimos por cónyuge a cargo;
y la STSJ de Galicia de 9 de junio de 2001, I.L. J 1575 en relación al mismo tema.
1.5. Derecho transitorio
- STSJ de Cataluña de 8 de marzo de 2001 (IL J 632)
Resulta interesante esta Sentencia porque se plantea la cuestión de la eficacia de las
cotizaciones anteriores a los 14 años a efectos de acreditar los 1800 días exigidos para el
reconocimiento de la pensión de vejez-SOVI. Si bien la jurisprudencia ha venido
considerando que las cotizaciones efectuadas al subsidio de vejez, luego SOVI, con
anterioridad a la edad de 16 años eran eficaces para las prestaciones SOVI, en el caso de
cotizaciones anteriores a los 14 años, la citada Sentencia estima que este trabajo estaba
expresamente prohibido por lo que se produce la nulidad de los efectos de tales trabajos y
de las consiguientes cotizaciones, siendo por tanto un supuesto de nulidad radical,
prevenida en el art. 6.3 del Código Civil. Consecuencia de todo ello es la no eficacia de
estas cotizaciones a efectos de la pensión de vejez-SOVI.
1.6. Jubilaciones anticipadas
1.6.1.Requisitos para la jubilación anticipada
- STSJ de Castilla y León/ Valladolid de 15 de enero de 2001 (IL J 107).
En el ámbito del personal al boral de la Administración General del Estado, la
jubilación anticipada a la edad de 64 años prevista en el Convenio Colectivo no constituye
un derecho absoluto, "sino que tal jubilación está subordinada a que existan los necesarios
créditos presupuestarios y que se den razones de urgencia y necesidad, requisitos éstos que
han de ser apreciados por la Administración Pública a quien afecta”.
- STSJ de Galicia de 31 de enero de 2001 (IL J 157)
Se reitera, en base a la doctrina ya sentada por el Tribunal Supremo, la validez de
las cotizaciones efectuadas por el Instituto Nacional de Empleo, por jubilación, durante el
período en que la demandante ha sido perceptora de subsidio por desempleo para mayores
de 52 años a efectos de completar períodos carenciales. De esta forma, como ha señalado
el Tribunal Supremo, en Sentencia de 6 de marzo de 1997 en unificación de doctrina, las
cotizaciones efectuadas por el INEM en estos casos son prestaciones comprendidas en el
ámbito del Sistema español de Seguridad Social y tienen plena validez y eficacia respecto
a la obtención de la correspondiente pensión de jubilación. Igualmente a efectos de
completar los períodos carenciales exigidos por el Reglamento Comunitario para la
obtención de la jubilación anticipada.
- STSJ de Madrid de 30 de enero de 2001 (IL J 179)
Reconoce el derecho a la jubilación anticipada aunque el trabajador no hubiese
estado afiliado ni hubiese cotizaciones de la empresa en el período que da derecho a la
jubilación anticipada, en aplicación de la interpretación amplia que la jurisprudencia más
moderna da al principio de automaticidad de prestaciones, lo que determina que la entidad
gestora debe adelantar el pago desde el primer momento y ello sin perjuicio del
resarcimiento de la misma frente a la empresa, a la cual incumbe, en cualquier caso,
constituir el capital coste de renta que proceda.
- STSJ de Galicia de 26 de abril de 2001 (I.L. J 998)
Frente a la flexibilidad hoy día establecida respecto al requisito del alta para causar
derecho a la prestación de jubilación, hay que señalar, como hace esta Sentencia que
“si bien este requisito de encontrarse en alta o en situación asimilada a la de alta
en el momento de la solicitud no es exigible en los supuestos de jubilación
ordinaria a los sesenta y cinco años de edad, sí continúa siendo un requisito
necesario en los casos de jubilación anticipada”.
Siendo una de las situaciones asimiladas a la de alta, la situación legal de desempleo, total
y subsidiado, y la de paro involuntario, una vez agotada al prestación, contributiva o
asistencial, siempre que en tal situación se mantenga la inscripción como desempleado en
la Oficina de Empleo, se ha de señalar, como hace el Tribunal Supremo y recoge la
Sentencia citada, que "la situación de asimilada al alta no puede apreciarse cuando se
advierte el transcurso de un período significativo de tiempo sin inscripción en la Oficina de
Empleo". No obstante, aún cuando esta exigencia se ha mitigado también
jurisprudencialmente, admitiendo interrupciones en la inscripción, ello es así
"siempre y cuando las interrupciones en la inscripción no sean prolongadas, ni
reiteradas y permanentes y no quepa apreciar un voluntario apartamiento el
mercado de trabajo por parte del trabajador"
- STS, u.d., de 28 de noviembre de 2001 (I.L. J 2565)
Según la doctrina ya sentada por el Tribunal Supremo, el beneficio de jubilación a
los sesenta años que se otorga por la disp. trans. 1?, núm.9 de la O.M. de 18 de enero de
1967 a quienes hubiesen tenido la condición de mutualistas en cualquier Mutualidad de
trabajadores por cuenta ajena en 1 de enero de 1967 o en cualquier otra fecha con
anterioridad, es propio del Régimen General de la Seguridad Social y no es extensible al
Régimen Especial Agrario. Su justificación se halla en que la jubilación anticipada tuvo su
origen en el art. 57 del Reglamento del Mutualismo Laboral, que concedía el derecho a
obtener pensión a los 60 años (frente a la Mutualidad Nacional de Previsión Social Agraria
y el anterior Régimen Especial Agropecuario que no reconocían este derecho hasta los 65
años). Su razón de ser se encuentra, por lo tanto, en el "respeto a los derechos adquiridos
en el precedente régimen mutualista".
Sin embargo, según la STSJ de Cataluña de 22 de octubre de 2001, I.L. J 2529, las
cotizaciones efectuadas a la Mutualidad Nacional de Enseñanza Primaria quedan
asimiladas a las efectuadas al Seguro Obligatorio de Vejez e Invalidez (SOVI) y al
Mutualismo Laboral a los efectos de poder jubilarse anticipadamente con la aplicación del
correspondiente coeficiente reductor.
- SSTSJ de la Comunidad Valenciana, de 7 de junio de 2001 (I.L. J 2701) y de 29 de junio
de 2001 (I.L. J 2709)
Según la doctrina ya sentada por el Tribunal Supremo, es requisito para acceder a
la modalidad de jubilación anticipada que se otorga por la disp. trans. 1?, núm.9 de la O.M.
de 18 de enero de 1967 “haber tenido la condición de mutualista, en cualquier mutualidad
laboral de trabajadores por cuenta ajena, con anterioridad al 1 de enero de 1967”.
Conforme a dicha doctrina, además, el derecho a esta modalidad de jubilación anticipada
“no forma parte del actual sistema de prestaciones de la Seguridad Social, sino que tiene
un carácter exclusivamente residual”. Por todo ello, se reitera que la condición de
mutualista para acceder a esta jubilación anticipada se limita al Mutualismo Laboral, en el
cual no estuvo nunca incluida la Mutualidad Nacional de Previsión Social Agraria.
- STSJ de Cataluña de 5 de diciembre de 2001 (I.L. J 3060)
Por otro lado, es necesario para acceder a la jubilación anticipada acreditar estar en
alta o en situación asimilada al alta en el sistema de Seguridad Social.
-
Sentencia del TSJ de Cantabria de 13 de marzo de 2003, I.L. J 2465.
En relación con la modalidad de jubilación anticipada de mayores de 61 años
introducida por el RDLey 16/2001, considera esta sentencia, que deben computarse las
cotizaciones efectuadas en el período de percepción del subsidio de desempleo de mayores
de 52 años.
- Sentencia del TSJ de Aragón de 23 de junio de 2003, I.L. J 2435
Respecto a la jubilación anticipada a los 64 años (RD 1194/1985, de 17 de julio)
como establece la sentencia reseñada, la finalidad de esta norma es fomentar el empleo
mediante la jubilación de trabajadores con 64 años siempre que sean sustituidos por otros
trabajadores contratados en la misma situación que el jubilado en forma y manera que se
mantenga el mismo nivel de empleo. En el caso concreto analizado en esta Sentencia, se
estima la existencia de fraude de ley considerando que, al amparo que proporcionaba el
RD 1194/1985, se persigue un resultado que frustra su propósito en perjuicio, además, del
INSS.
1.6.2.Prejubilaciones y bajas incentivadas
- STSJ de Baleares de 18 de junio de 2001 (I.L. J 1523)
El carácter de las medidas de prejubilación o de las bajas incentivadas ha sido
objeto de algunos pronunciamientos jurisprudenciales, entre los que se puede destacar la
STSJ de Baleares de 18 de junio de 2001, que establece que el trabajador, ante una
concreta situación de la empresa, "aumentó, mediante el convenio colectivo de referencia,
sus derechos en el sentido de que pudo quedarse, sin por ello tener que soportar ninguna
medida ilegal que eventualmente aquélla pudiera decidir adoptar en el futuro en su contra,
o pudo, como hizo, acogerse a la prejubilación pactada, sin que el haberlo hecho así
implique que faltara, en el caso, su libre voluntad". Consecuencia de ello, según la
Sentencia, es el carácter de esta prejubilación:
"estamos ante una medida de fomento de la prejubilación, como es innegable,
pero sin que esta 'invitación empresarial acompañada de un premio en dinero',
como escribe el recurrente, se acerque más, en el caso, a una 'jubilación
anticipada-forzosa' que a una 'jubilación voluntaria', como éste sostiene, pués no
existe, en sentido técnico, 'forzamiento' alguno al ser éste incompatible con la
mera técnica de fomento o con la de simple invitación con premio en dinero".
- STSJ del País Vasco de 19 de junio de 2001 (I.L. J 1640)
También en relación con la prejubilación, esta se plantea el alcance del premio
regulado en el Convenio Colectivo aplicable en los supuestos de prejubilación, estimando
que según lo previsto en dicho convenio "para el cálculo del premio se ha de computar
("calculará") no hasta la fecha de extinción del contrato, sino hasta el cumplimiento de la
edad de jubilación forzosa, que según el citado art.27 del convenio colectivo citado (II
Convenio Colectivo del Ente Público "Retevisión S.A.") son los sesenta y cinco años". La
finalidad de ello sería, según la jurisprudencia, "garantizar que los prejubilados percibiesen
el tal premio como si hubiesen seguido trabajando en la empresa hasta su jubilación
forzosa, lo que sin duda tiene que ver con el afán de paliar, mediante compensación, de la
forma menos traumática posible la pérdida del puesto de trabajo". A esto ha de añadirse
que, según jurisprudencia consolidada del Tribunal Supremo, el pago de los intereses
previstos en el art. 29.3 del ET no procede en aquellos casos en que sea jurídicamente
controvertido el devengo del salario reclamado.
- STSJ de Aragón de 20 de septiembre de 2001 (I.L. J 2030)
En diversas Sentencias se plantean problemas de interpretación relacionados con
los Planes de prejubilaciones y bajas incentivadas, poniéndose de manifiesto por la
jurisprudencia que dichos Planes constituyen un negocio jurídico estipulado en base a la
autonomía privada de las partes y no un contrato de adhesión. Así la STSJ de Aragón de
20 de septiembre de 2001 señala que "carece de cualquier eficacia (...) cuestionar de forma
alguna la voluntariedad de la suscripción de contratos, así como pretender una oscuridad
de su contenido (que no existe) que lleve a la interpretación que se pretende, con alegación
de construcción unilateral de tales contratos, que se califican de adhesión".
- STSJ de la Comunidad Valenciana de 10 de mayo de 2001 (I.L. J 1846)
Se pronuncia esta Sentencia sobre la interpretación de lo que constituye la "base de
garantía" de la compensación económica mensual pactada en el Plan de Jubilaciones
Anticipadas. Se debe atender al criterio de interpretación literal, que es el prevalente ex art.
1281 del Código Civil, de tal forma que acotada en el Plan la garantía a determinados
conceptos ("la base de garantía, o retribución neta mensual, estará constituida por la
doceava parte de la cuantía anual de la suma de los conceptos: Salario base, Escalón de
actividad y Plus de antigüedad, una vez deducidas las retenciones por IRPF y Seguridad
Social que corresponda"), a ellos en exclusiva debe atenderse, también a los efectos de
determinar su importe neto.
- STSJ de Navarra de 23 de julio de 2001, I.L. J 1964
Más interesante resulta este pronunciamiento jurisprudencial. En primer lugar, en
la Sentencia se establece que "no existiendo error o vicio en el consentimiento adquieren
plena validez las estipulaciones pactadas en el contrato de prejubilación y en la poliza
aseguratoria suscrita", atendiendo a la autonomía de la voluntad de los contratantes, de
conformidad con lo que establece el Código Civil, pudiendo pactarse las diferentes
condiciones que regulen la prejubilación y jubilación anticipada. En segundo lugar, y
planteando una cuestión bastante debatida, la sentencia establece que
"las aportaciones del Promotor al Plan de Pensiones se conceptúan como una
mejora de Seguridad Social que tiene una naturaleza similar o próxima a la cuota
empresarial de la Seguridad social o a las mejoras que mediante el establecimiento
de tipos adicionales de cotización se prevén legalmente o al abono de primas a
compañías de seguros como consecuencia de mejoras de cobertura establecidas en
virtud de Convenio, sin que ninguno de tales conceptos tenga la consideración de
salario".
De ahí, concluye la sentencia, que el salario regulador anual para el cálculo de las rentas de
prejubilación y de jubilación anticipada no pueda incrementarse incluyendo el importe de
las aportaciones que la empresa hace al Plan de Pensiones de los empleados.
- Sentencia del Tribunal Supremo, u.d., de 6 de octubre de 2003 (I.L. J 1473) y Sentencia
del Tribunal Supremo, u.d., de 30 de junio de 2003 (I.L. J 1527).
Estas Sentencias se pronuncian sobre la aplicación de la excepción jurisprudencial
de la equidad tras la nueva redacción del art. 45.3 LGSS, dada por la Ley 66/1997. Se
recoge la doctrina, ya sentada en anteriores pronunciamientos, conforme a la cual dicha
excepción, que ponderaba la conducta adoptada por el beneficiario y el organismo gestor
en relación con el origen de la situación de percepción indebida y su mantenimiento (de tal
forma que se tenía en cuenta, por una parte, el principio de buena fe, y, por otra, los
perjuicios que, como consecuencia del retraso, pudieran derivarse para el patrimonio del
beneficiario de la acumulación de períodos de percepción indebida), queda sin efecto por
la Ley 66/1997. Se concluye además que las cantidades percibidas indebidamente con
anterioridad a 1 de enero de 1998, se rigen con respecto a la prescripción de la obligación
de devolverlas por la legislación precedente, ya que la Ley 66/1997 no expresó que tuviera
eficacia retroactiva.
- Sentencia del TSJ de Asturias de 14 de marzo de 2003 (I.L. J 1006).
En relación con este tema, esta Sentencia declara la responsabilidad subsidiaria de
la empresa codemandada por haber incumplido las obligaciones que le inc umbían de
comunicación de datos relativos al pago de una pensión complementaria al actor que, junto
con la pensión de jubilación principal supuso la superación del tope máximo, dando lugar
al reintegro de prestaciones indebidas.
- Sentencia del Tribunal Supremo, u.d., de 12 de diciembre de 2003, I.L. J 2394.
Se reitera aquí que la prejubilación del trabajador constituye un cese o baja en la
empresa de carácter voluntario, que debe incardinarse en la causa de extinción del contrato
por mutuo disenso o mut uo acuerdo prevista en el art. 49.1.a) del ET, sin que la
concurrencia de razones económicas y profesionales más o menos poderosas que impulsan
al trabajador a aceptar el ofrecimiento de la empresa pueda desvirtuar la bilateralidad
característica de esta causa de extinción. porque sin el consentimiento del trabajador no se
habría producido la extinción de su contrato.
- Sentencia del TSJ de Cantabria de 16 de abril de 2003, I.L. J 2578
Se declara también en estos casos la aplicabilidad del porcentaje de la reducción de
la cuantía de la pensión de jubilación anticipada del 7 por ciento por cada año o fracción de
año que falta para cumplir los 65 años de edad. Consecuencia de este carácter voluntario es
además, como se declara en muchas sentencias, que no es de aplicación la indemnización
establecida en el art. 51.8 del ET que corresponde al supuesto de despido colectivo
(Sentencia del TSJ de Galicia de 16 de junio de 2003, I.L. J 2491)
- Sentencias del Tribunal Supremo, u.d., de 13 de noviembre de 2003, I.L. J 2247, de 18 de
noviembre de 2003, I.L. J 2248, de 10 de diciembre de 2003, I.L. J 2262,
Es también objeto de numerosas controversias si los trabajadores que, tras la
extinción de la relación laboral por un expediente de regulación de empleo, pasan a la
situación de prejubilados, se incluyen en el concepto de “situación pasiva” a efectos de las
indemnizaciones que para dicha situación se prevé en los convenios colectivos. En relación
a ello se declara en las citadas sentencias que el concepto de “situación pasiva”, dentro del
contexto del Convenio, se reserva para aquellos trabajadores que cesaran en la empresa por
invalidez permanente o por jubilación, por lo que no es de aplicación a los supuestos de
estos trabajadores prejubilados. Incluso en el caso de que la prejubilación pudiera
considerarse una situación “pasiva” no sería posible reconocer a estos trabajadores la
indemnización prevista en el convenio puesto que aquella superior voluntariamente
pactada y aceptada debe estimarse que es sustitutoria y no complementaria de la prevista
en la normativa legal.
- Sentencias del Tribunal Supremo, u.d., de 5 de diciembre de 2003, I.L. J 2278, de 12
de diciembre de 2003, I.L. J 2392, y de 12 de diciembre de 2003, I.L. J 2423.
También es cuestión controvertida en muchos casos la determinación del salario
pensionable determinante de la prestación a abonar por la empresa, en relación con
determinados complementos salariales, en los supuestos en que el trabajador se acoge a
la prejubilación; a esta cuestión se refieren estas sentencias sobre inclusión de dos pagas
extraordinarias en la base reguladora del convenio de prejubilación.
1.7. Compatibilidades e incompatibilidades
- STSJ de Aragón de 7 de marzo de 2001 (IL J 578)
Declara la compatibilidad entre la pensión de jubilación, reconocida en el Régimen
General, y la prestación de incapacidad permanente total reconocida en el RETA.
Establece esta sentencia que "nada se opone a la compatibilidad de dos pensiones, cada
una de diverso Régimen, si contempla ndo aisladamente la dinámica del interesado en cada
uno de ellos reúne los requisitos necesarios (cosas distintas son los efectos de
concurrencias, topes mínimos, complementos y revalorizaciones)".
- SSTSJ de Asturias de 6 de junio de 2001 (I.L. J 926) y del TSJ de Cataluña de 15 de
mayo de 2001 (I.L. J 1176)
Reiteran la incompatibilidad entre la pensión de jubilación y la pensión de
incapacidad permanente parcial y de invalidez permanente total cualificada,
respectivamente.
- STSJ de Asturias de 6 de julio de 2001 (I.L. J 1791)
Reitera la doctrina conforme a la cual la incompatibilidad de prestaciones dentro
del mismo régimen especial de la minería del carbón sólo opera en relación con las
prestaciones reconocidas por el mismo régimen pero no en relación a situaciones nacidas y
consolidadas con anterioridad a la propia vigencia de ese régimen especial, por lo que se
declara compatibles la percepción de una invalidez permanente parcial reconocida en el
año 1955, con las prestaciones de jubilación del régimen especial de la minería del carbón.
- STSJ de Asturias de 30 de noviembre de 2001 (I.L. J 2674) y del TSJ de Cantabria de 24
de diciembre de 2001 (I.L. J 3103)
La jurisprudencia mantiene la incompatibilidad de las pensiones de incapacidad
permanente parcial por accidente de trabajo y de jubilación, ambas dentro del régimen
especial de la minería del carbón (STSJ de Asturias de 30 de noviembre de 2001), mientras
que se declara la compatibilidad entre jubilación e invalidez cuando ambas proceden de
distintos regímenes, ya que, como indica la STSJ de Cantabria de 24 de diciembre de
2001, la jurisprudencia reiteradamente ha establecido que los preceptos reguladores de la
incompatibilidad de pensiones en cualquiera de los regímenes de la Seguridad Social son
sólo aplicables a las pensiones reconocidas dentro de cada uno de ellos, sin que puedan ser
ampliados a las pensiones que se conceden en otro régimen distinto.
1.8. Gestión, financiación y pago
1.8.1. Cese de la obligación de abonar la pensión de jub ilación derivada de síndrome
tóxico
- STSJ de Madrid de 22 de marzo de 2001 (IL J 697)
Se plantea en esta Sentencia el cese de la pensión en relación con prestaciones
económicas por jubilación derivadas de síndrome tóxico. Según doctrina jurisprudencial
reiterada, y recogida en la citada sentencia, las ayudas económicas otorgadas a los
afectados conforme al art. 1.3 del RD 2448/81, en cuanto medidas protectoras del sistema
de la Seguridad Social "tienen un carácter provisional como anticipo a cuenta de al
indemnización que por responsabilidad civil se otorgue, suspendiéndose su pago al percibir
ésta, y caso de no mediar la ayuda o pensión se convierte en definitiva". Consecuencia de
ello es, según declara la sentencia, que "si se producen situaciones o hechos nuevos
sobrevenidos después del acto de reconocimiento del derecho que puedan ser
determinantes de la suspensión o extinción del mismo por disposición legal, no cabe hablar
de revisión del derecho sino de gestión de prestaciones".
- SSTS, u.d., de 24 de mayo de 2001 (I.L. J 1113), de 29 de mayo de 2001 (I.L. J 1126) y
de 25 de junio de 2001 (I.L. J 1487)
Diversas sentencias en este período vuelven a plantearse el tema de las prestaciones
recibidas en concepto de jubilación a personas afectadas por el síndrome tóxico,
manteniendo el Tribunal Supremo que dichas prestaciones se establecen con carácter
provisional a cuenta de las indemnizaciones reconocidas a su favor, se trata, pués, según el
Tribunal Supremo, de "anticipos de indemnizaciones, en forma de pensión provisional".
De esta forma, una vez hechas efectivas dichas indemnizaciones, debe cesar el abono de la
percepción que se viniese percibiendo en concepto de jubilación, y además la Oficina de
Gestión de Prestaciones Económicas y Sociales del Síndrome Tóxico puede descontar de
la indemnización reconocida la cantidad que se hubiera venido abonando como jubilación
ya que el sujeto beneficiario tiene la obligación de reembolsar lo percibido.
Respecto a la misma cuestión, SSTS de 20 de julio de 2001(I.L. J 1879); 8 de
octubre de 2001 (I.L. J 2065); 30 de octubre de 2001 (I.L. J 2372); 31 de octubre de 2001
(I.L. J 2374); 17 de octubre de 2001 (I.L. J 2508); 20 de febrero de 2002 (I.L. nº 15, LN14); 15 de noviembre de 2001 (I.L. J 2840) y STSJ de Madrid de 15 de noviembre de 2001
(I.L. J 3262).
1.8.2. Error de la Entidad Gestora
- STSJ de Cataluña de 26 de febrero de 2001 (IL J 4009)
En relación con el reconocimiento de una pensión SOVI, esta Sentencia establece
que "las modificaciones de las pensiones debidas a errores de la Entidad Gestora,
producirán efectos desde la fecha inicial del reconocimiento del derecho, sin perjuicio de
que opere la prescripción de cinco años frente a la concreta percepción de cantidades
derivadas de tales efectos".
- STSJ de Cataluña de 26 de julio de 2001(I.L. J 1439)
También en relación con la retroacción de los efectos iniciales del reconocimiento
de la pensión de jubilación cuando no fue reconocida debido a un indudable error de la
Entidad Gestora, la Sentencia, aplicando la doctrina del Tribunal Supremo, dictada en
unificación de doctrina, determina que la modificación, en este caso, el reconocimiento de
la pensión, ha de retrotraerse a la fecha de concesión de la pensión inicial por menor
importe, salvo, en su caso, si resulta aplicable el período de prescripción largo de cinco
años del art. 43 de la LGSS.
- STSJ de Cataluña de 7 de septiembre de 2001 (I.L. J 2231)
Igualmente determina la retroacción de los efectos de la pensión al momento de
solicitud de la misma, que fue inicialmente denegada, ya que la prescripción queda
interrumpida por los múltiples procedimientos judiciales interpuestos tanto para el
reconocimiento de determinados períodos trabajados y no cotizados por la empresa como
para el reconocimiento de suscripción de Convenio Especial.
- STSJ de Madrid de 13 de diciembre de 2001 (I.L. J 3138)
Asimismo, respecto a la retroacción de los efectos iniciales del reconocimiento de
la pensión de jubilación cuando el contenido económico de la prestación quedó
minusvalorado o cuando, como aquí ocurre, no fue reconocida debido a un indudable error
de la Entidad Gestora, esta Sentencia, aplicando la doctrina del Tribunal Supremo, dictada
en unificación de doctrina, determina que la modificación, en este caso, el reconocimiento
de la pensión, ha de retrotraerse al momento de la primera petición, habida cuenta de que
la Entidad Gestora disponía de los datos suficientes para concederla entonces al actor,
“siendo contrario a toda lógica y a la protección configurada en la propia Constitución
Española (art. 41) la traslación al demandante de los perjuicios económicos de la adopción
de una decisión denegatoria sobre unos datos que no han sido modificados”.
1.8.3.Automaticidad de las prestaciones y anticipo a cargo de la entidad gestora
- STSJ de Madrid de 7 de marzo de 2001 (IL J 678) y STS, u.d., de 3 de abril de 2001 (IL J
739)
La aplicación del principio de automaticidad de las prestaciones y el consiguiente
anticipo del pago de la prestación por parte de la entidad gestora, "para cumplir el interés
público en la protección efectiva de las situaciones de necesidad", no plantea hoy día
ninguna duda para la jurisprudencia, que lo aplica en los supuestos de falta de cotización o
de infracotización. No obstante, si se ha de destacar la existencia de una doctrina
jurisprudencial consolidada que busca la moderación o atenuación de la responsabilidad
empresarial por defectos de cotización, imponiendo una regla de proporcionalidad entre el
incumplimiento empresarial y la trascendencia del daño. En esta línea se inscriben las
citadas Sentencias que declaran la automaticidad del pago de la prestación completa a
cargo de la entidad gestora (abono inmediato e íntegro de la prestación por parte del
INSS), sin perjuicio de declarar la responsabilidad de la empresa -en ambos casos el
Estado- limitada a los períodos en los que se produce el defecto de cotización.
1.8.4. Obligación de información de la Entidad Gestora
- STSJ de Galicia de 22 de diciembre de 2001 (I.L. J 3095)
Merece también destacarse esta Sentencia, en relación con la actuación de la
Entidad Gestora, que, ante un supuesto muy frecuente en el campo de la Seguridad Social
como es el de la sucesión de normas, declara que “la Entidad Gestora debía haber
concedido al actor, informándolo debidamente con la oportuna cuantificación del importe
de la prestación, calculada aplicando la normativa vigente en el momento de la solicitud y
la resultante de la legislación anterior, dando cumplimiento a la previsión contenida en el
art. 35.g) de la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo. En este sentido, con bastante acierto, establece la Sentencia
que
“La validez de la opción –como manifestación expresa de voluntad del
beneficiario- requiere un previo conocimiento de las consecuencias derivadas de la
aplicación de una u otra normativa; siendo repudiable una opción tácita cuando la
misma origina un quebranto económico manifiesto para el pensionista, como
acontece en el caso debatido”.
Además, en base a la propia jurisprudencia del Tribunal Supremo, en las
sentencias que se citan, se establece que “las disposiciones reguladoras de la Seguridad
Social han de ser interpretadas de manera que su aplicación no llegue a frenar el
dinamismo progresivo que es acorde a las garantías de asistencia y prestación social
suficientes, proclamadas en la Constitución como valores inherentes a un Estado Social
y de Derecho.
1.9. Responsabilidad empresarial por infracotización
- Sentencia del TSJ de Baleares de 19 de junio de 2003 (I.L. J 1965).
En esta Sentencia se determina que en supuestos de infracotización se fija el
alcance de la responsabilidad empresarial en el porcentaje del importe total de la prestación
que sea proporcional al período de incumplimiento. La sentencia, recogiendo la doctrina
del Tribunal Supremo, determina la señalada responsabilidad como consecuencia de la
aplicación al supuesto de infracotización por el empresario del art. 126.2 LGSS, que
establece una responsabilidad conectada causalmente con el perjuicio que el
incumplimiento empresarial ha producido en el derecho del trabajador. El Tribunal
Supremo ha matizado que para que la falta de ingreso de las cotizaciones del empresario
en plazo legalmente establecido pueda determinar la declaración de responsabilidad
empresarial tiene que vincularse a incumplimiento con trascendencia en la relación jurídica
de protección. En el caso analizado, la repercusión del incumplimiento empresarial en la
prestación de jubilación causada no incidió en el requisito de carencia genérico necesario
para causar el derecho, pero sí en el porcentaje de la referida pensión.
Además, en relación con la “imprescriptibilidad” de las prestaciones de jubilación,
la Sentencia del Tribunal Supremo de 20 de julio de 1995 enseña que hay que distinguir
entre la obligación de cotizar y la obligación de abono de la prestación por parte del
empresario en el supuesto de prolongado incumplimiento de aquélla; no pudiendo
admitirse que la extinción de la primera obligación por prescripción determine la extinción
de la segunda, ya que tal modalidad de prescripción sólo es oponible frente al órgano
correspondiente de la Seguridad Social cuando éste requiera el abono de las cuotas
impagadas, pero no puede hacer ilusorio el carácter imprescriptible del derecho al
reconocimiento de la pensión de jubilación consagrado en el art. 165 LGSS.
- Sentencia del TSJ de Castilla- La Mancha de 25 de junio de 2003 (I.L. J 2022)
Por el contrario, en esta Sentencia no se estima la existencia de responsabilidad
empresarial por infracotización, dado que en el supuesto analizado, no se manifiesta
incumplimiento culpable del correspondiente deber de cotización. Se sigue la doctrina del
Tribunal Supremo que, en diversas sentencias, ha declarado que no había comportamiento
expresivo de voluntad deliberadamente rebelde y contraria al cumplimiento de las normas,
ni siquiera arbitraria o irrazonable, lo que determina la no imputación de responsabilidades
empresariales en orden a las prestaciones.
1.10. Responsabilidad empresarial por incumplimiento de obligaciones.
- Sentencia del Tribunal Supremo, u.d., de 25 de junio de 2003 (I.L. J 1662).
Se refiere a un supuesto de responsabilidad empresarial por incumplimiento de las
obligacio nes de afiliación, altas, bajas y cotización. En ella se recuerda, aún cuando no sea
aplicable al caso concreto, la doctrina del Tribunal Supremo de ponderación de la voluntad
del agente y el de proporcionalidad en la apreciación de la responsabilidad empresarial.
2. JUBILACIÓN NO CONTRIBUTIVA
2.1. Requisito de residencia legal
-Sentencia del TSJ de Andalucía (Málaga) de 9 de enero de 2003 (I.L. J 726).
Se desestima la pretensión de la actora sobre el derecho a percibir una pensión de
jubilación en su modalidad no contributiva, al no cumplir el requisito de residencia legal
durante 10 años en territorio nacional entre los 16 años y la edad de devengo de la pensión.
- STSJ de Madrid de 12 de junio de 2001 (I.L. J 1625)
Resulta de gran interés esta Sentencia en donde se plantea el alcance del derecho a
la Seguridad Social de los trabajadores extranjeros reconocido por la LO 4/2000, de 11 de
enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España (modificada por LO
8/2000, de 22 de diciembre), en relación con la prestación de jubilación en su modalidad
no contributiva. Se trata de determinar el requisito de residencia legal en territorio nacional
(durante diez años entre la edad de dieciséis años y la edad de devengo de la pensión) que
exige la LGSS. La citada Sentencia determina, por un lado, que el requisito de residencia
legal no está limitado exclusivamente al momento de la solicitud sino que se requiere para
la totalidad del período computable. Por otro lado,
"la condición de residente que requiere el precepto sólo puede entenderse en su
sentido técnico jurídico y legal, esto es en el que pueda derivarse de las
situaciones concretas previstas en las disposiciones que regulan la materia y que
en el caso de autos [siendo la demandante de nacionalidad peruana] viene
contemplada por el art. 13.1,b) de la LO 7/1985, de 1 de julio (vigente entonces)
que supone la obtención de un permiso administrativo "ad hoc" para poder
considerar residente -"legalmente"- al solicitante de una prestación no
contributiva".
Aún no aplicándose al caso concreto (puesto que entraron en vigor con posterioridad), la
Sentencia se pronuncia sobre el principio de igualdad que se invoca por la
demandante, derivado de la LO 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades
de los extranjeros en España. En este sentido, la Sentencia estima que "la mención
específica al derecho a la Seguridad Social y a los servicios sociales contenida en
el art. 14 (de la citada Ley) exige, en primer término, que se trate de extranjeros
residentes, a lo que debe adicionarse el reenvío arriba operado a las leyes
correspondientes, ya fuese en materia de prestaciones contributivas o no
contributivas, y concretamente, para el supuesto enjuiciado -pensión de jubilación
no contributiva- al art. 167 LGSS que regula como requisito general y básico para
ser beneficiario de dicha prestación el de residencia legal "en territorio español y
lo hayan hecho durante diez años...".
De esta manera, concluye la Sentencia, que "la norma específica reguladora del derecho
demandado prevé específicamente aquella residencia -que se adquiere, como ya se expresó
anteriormente, cuando se trata de extranjeros, mediante la obtención de la oportuna
autorización (...)- o de otro modo, que se trate de residencia en sentido legal, que implica,
por tanto, cumplir los trámites establecidos por la ley y que en cuanto a su duración ha de
cumplir un mínimo de diez años...".
- STSJ de Andalucía/ Málaga, de 2 de marzo de 2001 (IL J 549)
De interés es también esta Sentencia por referirse a un supuesto de reiterada
aparición. La cuestión planteada es determinar si un marroquí con residencia legal en
España puede tener derecho a la prestación de jubilación en su modalidad no contributiva.
Recogiendo la doctrina ya sentada por el Trib unal Supremo, la solución es negativa cuando
el reconocimiento de esta prestación se realiza al amparo del Convenio Bilateral de
Seguridad Social existente con el Reino de Marruecos, ya que en el ámbito de aplicación
del mismo no se encuentran las prestaciones no contributivas. Sin embargo, la solución
jurisprudencial es distinta cuando el reconocimiento de la prestación no contributiva se
solicita por un súbdito marroquí que ha trabajado y reside legalmente en España o sus
familiares, ya que entonces resulta aplicable el Acuerdo de Cooperación entre el Reino de
Marruecos y la Unión Europea (Reglamento de la CEE 2211/78, art. 41.1), según el cual
los trabajadores marroquíes quedarían equiparados a los nacionales de los Estados
miembros de la Unión Europea, debiendo ser tratados en las mismas condiciones que se
establecen para los trabajadores comunitarios.
2.2. Variación de ingresos de la Unidad Económica de Convivencia
- Sentencia del Tribunal Supremo de Andalucía (Málaga) de 13 de marzo de 2003 (I.L. J
774).
Se desestima igualmente la pretensión porque los ingresos de la unidad económica
de convivencia exceden del límite legal, una vez que queda acreditado que la unidad
económica de convivencia de la demandante está formada por ella misma y su esposo al no
acreditar la convivencia en el domicilio familiar de la hija de la demandante.
- Sentencia del TSJ de Cantabria de 27 de enero de 2003 (I.L. J 414).
En esta Sentencia, por el contrario, con una interpretación que atiende al espíritu y
finalidad de la norma, se considera que “no sólo se comprenderá en el cómputo jurídico de
unidad económica aquellos supuestos de convivencia física en el sentido estricto (...), sino
también aquellos otros en los que, por causa justificada, un miembro de la unidad familiar
falta naturalmente del núcleo de convivencia pero mantiene relaciones de dependencia
económica del beneficiario, en supuestos tales como ingresos en centros de asistencia y
rehabilitación”, como ocurre en el caso concreto en el que los hijos de la beneficiaria, que
carecen de rentas y dependen económicamente de sus padres, se encuentran ingresados en
un centro especializado de atención a discapacitados psíquicos, cuyos costes de
permanencia son sufragados con la pensión reconocida al cónyuge de la beneficiaria,
manteniendo el mismo domicilio familiar.
- Sentencia del TSJ de Castilla- La Mancha de 16 de enero de 2003 (I.L. J 402).
En esta Sentencia no se considera que la beneficiaria constituya una unidad
económica de convivencia con su nieto, la esposa de éste y sus tres hijos, aunque conviva
en el mismo domicilio, máxime cuando dicha convivencia es compartida con el otro nieto,
que también tiene esposa y tres hijos, cada seis meses en el curso del año; sino que la
beneficiaria constituye, por sí sola, una unidad económica de convivencia y cada nieto y su
familia otra unidad económica de convivencia.
- Sentencia del TSJ de Andalucía (Málaga) de 9 de enero de 2003 (I.L. J 726).
Desestima la pretensión de la actora sobre el derecho a percibir una pens ión de
jubilación en su modalidad no contributiva, al no cumplir el requisito de residencia legal
durante 10 años en territorio nacional entre los 16 años y la edad de devengo de la pensión.
- Sentencia del Tribunal Supremo de Andalucía (Málaga) de 13 de marzo de 2003 (I.L. J
774).
También deniega la pretensión porque los ingresos de la unidad económica de
convivencia exceden del límite legal, una vez que queda acreditado que la unidad
económica de convivencia de la demandante está formada por ella misma y su esposo al no
acreditar la convivencia en el domicilio familiar de la hija de la demandante.
- Sentencia del TSJ de Cantabria de 27 de enero de 2003 (I.L. J 414).
En esta Sentencia, por el contrario, con una interpretación que atiende al espíritu y
finalidad de la norma, se considera que “no sólo se comprenderá en el cómputo jurídico de
unidad económica aquellos supuestos de convivencia física en el sentido estricto (...), sino
también aquellos otros en los que, por causa justificada, un miembro de la unidad familiar
falta naturalmente del núcleo de convivencia pero mantiene relaciones de dependencia
económica del beneficiario, en supuestos tales como ingresos en centros de asistencia y
rehabilitación”, como ocurre en el caso concreto en el que los hijos de la beneficiaria, que
carecen de rentas y dependen económicamente de sus padres, se encuentran ingresados en
un centro especializado de atención a discapacitados psíquicos, cuyos costes de
permanencia son sufragados con la pensión reconocida al cónyuge de la beneficiaria,
manteniendo el mismo domicilio familiar.
- Sentencia del TSJ de Castilla- La Mancha de 16 de enero de 2003 (I.L. J 402).
No se considera que la beneficiaria constituya una unidad económica de
convivencia con su nieto, la esposa de éste y sus tres hijos, aunque conviva en el mismo
domicilio, máxime cuando dicha convivencia es compartida con el otro nieto, que también
tiene esposa y tres hijos, cada seis meses en el curso del año; sino que la beneficiaria
constituye, por sí sola, una unidad económica de convivencia y cada nieto y su familia otra
unidad económica de convivencia.
- STSJ de Castilla y León (Burgos) de 4 de abril de 2001 (I.L. J 1258)
Se mantiene un criterio flexible en el sentido de que el incumplimiento de las
obligaciones de comunicar a la entidad gestora el incremento de ingresos y el incremento
del número de miembros de la unidad familiar "no comporta automáticamente la pérdida
del derecho a percibo de pensión por parte de la beneficiaria". Las consecuencias de este
incumplimiento, según la citada sentencia,
"no son la pérdida de la prestación reconocida sino que únicamente si del
incumplimiento de dicha obligación se derivase una percepción indebida de
prestaciones, el beneficiario vendrá obligado a devolver lo indebidamente
percibido a partir del mes siguiente a aquel en que se produjo la variación".
- STSJ de Madrid de 18 de junio de 2001 (I.L. J 1631)
También dentro de una línea favorable y con un criterio interpretativo realista es de
destacar esta Sentenc ia, que trata de determinar el concepto de jurídico de convivencia, a
efectos de concretar si los ingresos de la Unidad Económica de Convivencia están dentro
de los límites exigidos legalmente para acceder a una prestación de jubilación no
contributiva. En este caso, la Sentencia considera que "descartada, pues, la concurrencia de
cualquier conducta fraudulenta del demandante y partiendo del dato objetivo reflejado en
el certificado de empadronamiento, del que se desprende sin duda la realidad de una
separación de hecho de los cónyuges", se debe inclinar por el concepto de convivencia que
se desprende del art. 167.2, en relación con el art. 144.4 de la LGSS de 20 de junio de 1994
y del art. 13 del RD 357/1997 de 15 de marzo. Según esto,
"a los efectos de delimitar los integrantes de la U.E.C. (Unidad Económica de
Convivencia) del solicitante de la pensión de jubilación no contributiva, o de
hecho, del interesado y si, como aquí sucede, el actor vive sólo, esto es, no
convive en el mismo domicilio que su cónyuge, los únicos ingresos computables
han de ser los obtenidos por él mismo, sin tomar en consideración las rentas que
también percibe su esposa".
2.3. Carencia de rentas dentro de la unidad económica de convivencia
- STSJ de Castilla-La Mancha de 8 de noviembre de 2001 (I.L. J 3041)
A efectos de determinar la carencia de rentas se ha de computar todas las existentes
dentro de la unidad económica de convivencia en relación con el número de sus miembros.
A este respecto, esta Sentencia establece que la acreditación del requisito de convivencia
del beneficiario de una prestación no contributiva de la Seguridad Social puede obtenerse
por diversos medios probatorios, siendo uno de ellos la certificación de empadronamiento,
pero no el único ni concluyente, correspondiendo pues al Juzgador de instancia valorar los
diversos elementos de prueba.
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