T10// ciencia TENDENCIAS | LATERCERA | Sábado 6 de julio de 2013 ¿Por qué nos cuesta tanto dejar de comer chocolates o papas fritas? “Evitar los carbohidratos refinados podría ayudar a reducir el sobrepeso” Los carbohidratos procesados generan alzas abruptas de azúcar en la sangre, pero también fuertes caídas de esta sustancia, incluso a niveles hipoglicémicos. Lo que explica que, al poco rato, volvamos a sentir hambre y las ansias de consumir estos mismos alimentos. BELINDA LENNERZ Hospital de Niños de Boston TEXTO: Marcelo Córdova E sucede a la actriz Christina Ricci. La protagonista de Monster declaró alguna vez ser incapaz de resistir la tentación de comer Cheetos todo el tiempo. Lo mismo le pasa a la famosa Cameron Díaz (El avispón verde), que si tiene enfrente un plato de papas fritas no puede dejar de comerlas hasta que se acaban. Y no importa de qué tamaño sea el plato. O a la cantante Selena Gómez, cuya dieta rica en chocolates incluso la llevó al hospital. Claro, estos antojos casi incontrolables por devorar una pizza no son exclusivos de los famosos. Seguramente, a usted o a más de alguien que conoce, le sucede lo mismo. Tanto que, según estudios en Estados Unidos, casi el ciento por ciento de las mujeres y el 70% de los hombres los experimentan. ¿Por qué? Lo que se está descubriendo es que este tipo de alimentos activan una respuesta adictiva en el cerebro similar a la que generan drogas como la cocaína. Ya había indicios de que la comida chatarra genera cierta adicción, pero una nueva investigación, realizada por el Hospital de Niños de Boston (EE.UU.), logró la evidencia más clara de que algunos alimentos estimulan un poderoso consumo compulsivo. Se trata de comidas que están en el nivel más alto del índice glicémico, medida que dimensiona la capacidad de distintos alimentos de elevar los niveles de azúcar en la sangre (ver infografía). En lo más alto de esta escala se encuentran el pan, los cornflakes, las papas fritas y los carbohidratos procesados. L Carbohidratos de alto índice glicémico: se procesan rápidamente, liberando glucosa de forma veloz en el torrente sanguíneo. 1 El rol de los carbohidratos Los carbohidratos constituyen una de las principales fuentes que tiene el organismo para obtener glucosa, el combustible que utilizan las células para su funcionamiento. Pero existen carbohidratos “buenos” y “malos”, explica a Tendencias Belinda Lennerz, investigadora clínica y coautora del estudio. Los primeros son los no procesados, como peras, habas o nueces. Los segundos, el pan, los chocolates o las pastas blancas. ¿Se ha dado cuenta de que cuando come tallarines, aunque sea un plato abundante, al poco rato siente hambre de nuevo? Bueno, al ser refinados, este tipo de carbohidratos producen alzas y caídas bruscas en los niveles de azúcar en la sangre. Por lo tanto, intervalos más cortos y repetidos de saciedad/hambre. Sus moléculas son más pequeñas, por lo que se convierten más rápidamente en azúcar. Pero, al poco tiempo de ingerirlos, se produce una caída rápida de glucosa que reactiva el hambre. Si se consumen regularmente, explica Lennerz, el organismo mantiene un nivel alto y constante de azúcar que incide en el aumento de peso. “Los antojos de comida y la ingesta excesiva no sólo se ligan a las comidas que nos parecen más sabrosas, sino más bien al consumo de carbohidratos refinados. Evitarlos podría reducir estos cuadros y ayudar a las personas obesas a reducir su consumo energético”, afirma la investigadora a Tendencias. Escala de alimentos El índice glicémico fue concebido por el doctor David Jenkins, de la U. de Toronto (Canadá), en 1981. Se trata de un parámetro que va entre 0 y 100 y que mide cuán rápido suben los índices de glucosa en la sangre tras consumir carbohidratos. Diseñado originalmente para identificar los alimentos apropiados para los diabéticos, hoy se ha convertido en una herramienta útil para quienes quieren perder peso. La tabla Mientras más bajo sea el índice glicémico de un alimento, menos incide en los niveles de azúcar e insulina en la sangre. I N D I C E A LT O 95 Baguette blanco (30 g) 93 Cornflakes (30 g) 83 Pretzels (30 g) Carbohidratos de bajo índice glicémico: se descomponen lentamente, liberando glucosa gradualmente en la sangre. 2 80 Puré de papas instantáneo (150 g) 80 Efecto hormonal Un caso clásico del efecto de las comidas altamente glicémicas es el chocolate. Expertos de la Universidad de Michigan (EE.UU.) establecieron que activa la liberación de dopamina (neurotransmisor ligado a la sensación de bienestar) y que más del 50% de los casos de los antojos registrados en su investigación fueron generados por este alimento. Otro estudio presentado en 2012 por el Instituto Nacional de Drogas de EE.UU. entregó más pistas sobre la conexión entre comida y depen- 80 Helado de chocolate o vainilla (50 g) Papas fritas (150 g) 75 Donas (47 g) 75 Acción a nivel cerebral La investigación consideró a una docena de hombres obesos que consumieron milkshakes (batidos) de chocolate en dos ocasiones separadas por un intervalo de varias semanas. Las bebidas tenían la misma cantidad de calorías, proteínas, grasa y carbohidratos, y su sabor era igualmente dulce. Pero uno de los batidos tenía un índice glicémico mucho mayor, ya que contenía jarabe de maíz, poderoso edulcorante líquido que se utiliza para mejorar el sabor en mermeladas, galletas o cereales. Los niveles de azúcar aumentaron con mayor rapidez al ingerir el batido más glicémico, pero los investigadores también observaron otro fenómeno: después de sólo cuatro horas, el azúcar en la sangre se había desplomado hasta un nivel hipoglicémico y había despertado nuevamente las ansias de comer. Exámenes con resonancia magnética también revelaron una mayor actividad en el núcleo accumbens, zona cerebral vinculada a la sensación de recompensa y a las conductas adictivas, que se enciende con la acción de drogas y conductas compulsivas, como las apuestas. Lennerz dice que los hallazgos permiten responder biológicamente dos eternas preguntas: ¿Por qué los obesos siguen comiendo en exceso si saben que reducir el consumo es saludable? y ¿por qué fracasan tantas veces en sus dietas? “Usualmente, las adicciones se tratan erradicando del entorno la sustancia que genera la dependencia. Con la adicción a la comida, esta no es una opción, porque la ingesta es necesaria para vivir. Sin embargo, componentes como los carbohidratos refinados podrían ser restringidos o eliminados de la dieta”, comenta. 3 Pizza* (100 g) INDICE MEDIO 67 Croissant (57 g) 66 Hamburguesa (95 g) 63 Coca Cola (250 ml) Plátano (120 g) 62 Durazno enlatado (120 g) 62 60 Papaya (120 g) 58 Tallarines (180 g) INDICE BAJO Galletas de avena (25 gr) 54 50 Arroz integral (150 gr) Manzana (120 gr) 42 Leche (250 ml) 41 Naranja (120 gr) 40 Pera (120 gr) Zanahoria (89 gr) Yogur bajo en grasa (200 ml) 38 35 33 *servida con queso parmesano y salsa de tomate Francisco Solorio • LA TERCERA FUENTE: U. de Sydney, U. de Harvard, The Diet Channel dencia: los obesos pierden sensibilidad a la leptina, hormona liberada por las células grasas y que controla la sensación de hambre al reducir los niveles de dopamina. Pero si se pierde sensibilidad a la hormona, el cerebro asume que el cuerpo sigue sintiendo hambre, continúa produciendo dopamina y la comida nunca deja de parecer deliciosa. Según los expertos del Hospital de Niños de Boston, una forma de interrumpir este circuito sería mantener al mínimo la ingesta de comidas altamente glicémicas y tender más a las de rango medio o bajo (menores a 70). De hecho, un estudio de la U. de Toronto mostró que una dieta con alimentos de bajo índice glicémico reduce los niveles sanguíneos de azúcar casi tres veces más que otros regímenes, además de promover el colesterol bueno que evita males cardíacos. “Por ahora no es tan fácil desarrollar un medicamento que erradique los antojos, ya que podría tener efectos secundarios. El tratamiento debería ser más comprensivo e incluir, por ejemplo, terapia contra el estrés y ejercicio aeróbico, además de reducir los carbohidratos refinados”, dice a Tendencias Gene Wang, del Departamento Médico del Laboratorio Nacional Brookhaven (EE.UU.) y experto en adicciones. 4 Dieta de bajo índice glicémico En 2012, el Hospital de Niños de Boston presentó otro estudio que mostró que la dieta de bajo índice glicémico también hacía que las personas quemaran 125 calorías más al día que con otros regímenes. Por ejemplo, el desayuno incluía un huevo revuelto, leche baja en grasa y pomelo, mientras el almuerzo contenía alimentos como ensalada mixta sazonada con aceite de oliva, yogur y pescado. Los snacks eran frutas y pequeños trozos de queso. Christopher Gardner, nutricionista e investigador de la Universidad de Stanford (EE.UU.), comentó el estudio con la revista Time y afirmó que luego de décadas de combatir la obesidad ha sido decepcionante que el mensaje que se transmite al público se remita a “coma menos y haga más ejercicio”: “Una presunción subyacente al afirmar ‘coma menos’ es que todos los alimentos son iguales. Pero este nuevo estudio muestra que no es sólo la cantidad de comida, sino que el tipo. Un mensaje más útil sería coma menos carbohidratos refinados y más alimentos no procesados”.T