12 INTERNACIONAL MAS! Domingo 17 de mayo de 2015 Con la derrota del régimen nazi, en 1945, Alemania halló la oportunidad de caminar hacia la democracia. El país se ha esforzado por reconciliarse con las víctimas y para que la historia no se repita EL EDIFICIO DEL REICHSTAG, en Berlín, todo un símbolo, con la inscripción “Dem Deutschen Volke” (“al pueblo alemán”). Es donde el Parlamento se reúne. KARINA GARCÍA M ientras existen países que se niegan a hablar de su pasado, Alemania no. Para los habitantes del país europeo es importante que el mundo conozca su historia, no solo como un paso dentro de un proceso de reconciliación con las víctimas del nazismo, sino para trabajar porque una dictadura similar no se repita. Aunque el camino no ha sido fácil, los avances son evidentes. El periódico MAS! tuvo la oportunidad de estar en las ciudades de Berlín y Dresde, como parte del Visitors Programme of the Federal Government, “Cómo Alemania trata con la historia del Siglo XX en el marco de la conmemoración del 70 aniversario del fin de la II Guerra Mundial”, organizado por el Institut für Auslandsbeziehungen (IFA) y financiado por la Federal Foreign Office. De acuerdo a la Dra. Martina Fischer, de la Fundación Berghof, su nación ha tenido que enfrentar varios retos: las dos guerras mundiales, aceptar las atrocidades del régimen nazi, la reconciliación con el resto de países y la reunificación. A pesar de que los primeros pasos se dieron por presión externa, como los juicios de Núremberg, de 1945 y 1946, donde se condenaron a oficiales y colaboradores de Adolf Hitler, los alemanes se han esforzado por tomar conciencia de su pasado y luchar contra el an- Alemania 70 años después de la II Guerra Mundial tisemitismo. De ser temas tabú, el nacionalsocialismo y el holocausto pasaron a examinarse de manera crítica como parte de la historia alemana en las escuelas a finales de los años 60. Además, el país ha estado abierto a la construcción de monumentos en honor a las víctimas del nazismo, así como a museos y centros de documentación que abordan sin tapujos los crímenes del Tercer Reich en Europa, como el Documentation Centre Nazi Party Rally Grounds, en Núremberg; la Topografía del terror, y el Deutsches Historisches Museum, ambos en Berlín. Para la Dra. Helga Spranger, hablar del pasado es un requisito para enfrentar los traumas de la guerra. “No importa si toma unos días, meses o años... a algunos alemanes les tomó 30 años tomar conciencia de lo que pasó y otros 30 para hablar de ello. Es importante discutirlo, para comenzar a sanar”, señaló la psicoterapeuta. Según la especialista, a finales de la II Guerra Mundial se registró un buen número de casos de depresión, enfermedades mentales y psicosomáticas. La fundadora de Act-War-Children explica que cuando “no se tratan esas patologías, se transmiten a la nueva generación; se vuelve una sociedad en-