Las señales o cantidades entregadas a cuenta Estos tratos constituyen un aspecto fundamental en la operación de traspaso de la oficina de farmacia, y suponen el primer acercamiento entre las partes interesadas en la transmisión de ésta. Jurídicamente están muy definidos, y su inobservancia conlleva unas indemnizaciones elevadas, dado el volumen económico que suponen este tipo de operaciones. Hay que tener en cuenta que de cada diez operaciones de traspaso de oficinas de farmacia, dos no llegan a materializarse, a pesar de haber firmado el precontrato, (ya sea porque finalmente el Banco no concede el crédito, el comprador encuentra otra oficina de farmacia, o el vendedor deshace la operación). Por ello, nos daremos cuenta de la importancia de esta figura jurídica, por lo que resulta fundamental dominar estas fases preparatorias. El concepto y estudio de las arras, resulta apasionante, y es toda una ciencia, que podría ocupar un libro entero, ya que la casuística, y la particularidad de los casos que se han producido en traspasos de oficinas de farmacia es muy variada. Aparte de los principios generales de buena fe (lealtad en la negociación) que se imponen a todo contratante, pueden derivarse, de estos tratos preparatorios, unas consecuencias indemnizatorias por ruptura o soslayamiento del trato preliminar. Inicialmente, en la doctrina no se consideraba posible obtener una pretensión indemnizatoria como consecuencia de la ruptura de los tratos preliminares, pero a partir del Siglo XIX, Ihering introdujo la tesis de la posibilidad de reclamar ciertas consecuencias jurídicas; esta tesis fue aceptada, y hoy se encuentra extendida en nuestra Jurisprudencia, ya que los tratos preliminares se pueden encuandrar en la construcción jurídica del precontrato, y por ello, la responsabilidad que se derive de su incumplimiento derivará una indemnización extracontractual o aquiliniana del art. 1902 del Código Civil, que prevé: "El que por acción u omisión cause daño a otro, interviniendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño causado". Es decir, si no existe culpa o negligencia, no hay posibilidad indemnizatoria. Los tratos preliminares, que están constituidos por: 1 • La oferta. • La promesa de contrato • El precontrato. Son tres figuras jurídicas de gran importancia en la gestión del traspaso de una oficina de farmacia, antes de llevar a cabo el contrato definitivo, mediante escritura pública ante Notario. Sin embargo, los tratos preliminares, son actos jurídicos en los que el asesor especializado en gestión de traspasos de farmacias, ha de intervenir, participar, negociar y finalmente, plasmar en un documento, que ambas partes deben encontrar a plena satisfacción.. Hay que tener en cuenta que la Ley 7/1998 de 13 de abril sobre Condiciones Generales de la Contratación, y la Ley de 19 de julio de 1984 para la Defensa de Consumidores y Usuarios, establecen los supuestos y condiciones en que pueden ser declaradas nulos los contratos entre particulares, situación que es frecuente en las operaciones que estamos estudiando. Los tratos preliminares El contrato preparatorio o de promesa, equivale a lo que el Derecho Romano llamó "pactum de contrahendo", actualmente denominado también contrato preliminar, previo o precontrato. Los tratos preliminares, han sido definidos como aquellos actos que los interesados y sus auxiliares llevan a cabo con el fin de discutir, elaborar y concretar un contrato futuro; tales tratos se constituyen en negociaciones, conversaciones, proyectos, borradores etc.. Todos ellos por sí mismos no constituyen contrato alguno, ni precontrato de ningún tipo, son simplemente negociaciones previas entre las partes, que podrán concluir con la firma del precontrato para la oficina de farmacia, o bien, con la ruptura de negociaciones. 2 Ni el Código Civil ni las demás legislaciones civiles existentes en nuestro país, regulan los tratos preparatorios, que se encuentran fuera del precontrato o de la misma oferta de venta, si bien, pese a su no reglamentación, del desarrollo de los mismos, se desprenden consecuencias jurídicas y efectos que deben ser tutelados y salvaguardados. Asimismo, el principio general de buena fe, recogido en el artículo 7.1 del Código Civil, no afecta sólo a las relaciones contractuales, sino a cualquier relación jurídica o social. El importe de la indemnización derivada por la ruptura de un trato preliminar, no podrá alcanzar nunca la naturaleza e importe que se derivaría de la interrupción de un precontrato, o contrato definitivo. La doctrina ha definido este daño como una ofensa a la confianza de obtener un contrato con un tercero. Esta cantidad por resarcimiento solamente se entenderá sujeto a los gastos y desembolsos llevados a cabo en vistas a la ejecución del contrato proyectado, y no incluirá nunca la perdida por una oferta más favorable que le hubiese sido formulada al contratante. Recuérdese que estamos en presencia de un trato preliminar, no de un precontrato firmado inter partes, ni de una oferta manifestada con los requisitos a que más adelante me referiré. La oferta contractual Es una declaración de voluntad emitida por una persona y dirigida a otra, u otras, proponiéndoles la celebración de un determinado contrato. Para que esta declaración de voluntad tenga fuerza y eficacia, ha de efectuarse integrada de todos los elementos necesarios para la existencia del contrato proyectado, es decir, que si se produce una aceptación, no sea precisa una nueva negociación de las condiciones del contrato, sino que las mismas vayan ya publicadas en la oferta. Debemos distinguir entre la oferta contractual, y la invitación a realizar ofertas o de iniciación de negociaciones, que se pueden recibir a través de la publicidad. Para hallarnos ante una oferta contractual válida, deberá reunir todos los elementos necesarios para la consumación del contrato, de forma que el comprador únicamente se limite a aceptar, sin negociar, las condiciones propuestas. Requisitos que debe cumplir la oferta contractual: La oferta contractual debe ser emitida con intención seria de obligarse por el ofertante, circunstancia que excluye la inclusión en la misma de expresiones tales como "salvo confirmación", 3 "salvo aprobación" etc. Si existe aceptación, el ofertante, lógicamente, debe cumplir las condiciones de la oferta efectuada. La vigencia temporal de la oferta contractual y su caducidad: La oferta contractual debe efectuarse y mantenerse durante un periodo de tiempo suficiente para permitir al aceptante expresar su conformidad con la misma. En ocasiones me encuentro con compradores de oficinas de farmacia que cuando entregan una oferta al farmacéutico vendedor, pretenden que en 48 ó 72 horas les conteste; como comprenderá el lector, en una operación de esta magnitud, el farmacéutico vendedor precisa la opinión de su entorno (asesores, familia etc...) precisando un cierto tiempo de reflexión y análisis. En una oferta contractual deberá hacerse constar el periodo de tiempo durante el cual, dicha oferta mantendrá su vigencia. Para el caso de que la oferta no contenga plazo de duración, la misma deberá ser mantenida y el ofertante cumplirla por el tiempo razonable que los usos del comercio o la naturaleza jurídica del negocio ofertado, exijan. Serán los Tribunales de Justicia quienes, en última instancia, determinen la suficiencia o no del tiempo transcurrido. El ofertante es libre de retirar la oferta en el momento que estime oportuno, siempre que no hubiere recaído ya aceptación por parte del contratante. La revocación no precisa una forma especial de realización, pero si será necesario que se de a ésta la misma publicidad que se le otorgó a la oferta. Es igualmente factible que se efectúe, para la oficina de farmacia, una oferta con carácter irrevocable, en cuyo caso, se hará constar en la publicidad que se haga de la oferta, y el ofertante no podrá retirar la misma durante el plazo en que se mantenga como irrevocable. La adaptación de la oferta contractual La aceptación contractual perfecciona el contrato y lo hace variar de régimen jurídico, ya que a partir de la declaración de voluntad recepticia manifestada por el aceptante, nos hallamos en presencia de un compromiso perfeccionado, con todos sus elementos y requisitos. Veamos las circunstancias que ha de presentar la declaración de aceptación de la oferta: 4 Identidad de la aceptación: Esta aceptación debe coincidir con la oferta en todos sus términos, ya que si el aceptante modificase en algún punto la oferta inicial o introdujese nuevos elementos o circunstancias en la misma, no nos encontraríamos ya en el contrato ofertado y, por ende, estaríamos ante una situación jurídica distinta a la de la oferta contractual (seguramente tratos preliminares de un futuro convenio). Aceptación pura y simple: La voluntad de aceptar debe ser pura y simple, sin que sea posible la introducción de condiciones, cláusulas o reservas que modifiquen la oferta y aplacen la prestación del consentimiento del ofertante. Es decir, la oferta se toma o se deja, pero en ningún caso se modifica. Aceptación recepticia: La aceptación de compra de la oficina de farmacia debe ser manifestada como una declaración de voluntad de carácter recepticio, es decir, dirigida al proponente y empleando los medios adecuados para que la misma llegue a su conocimiento. Forma de llevar a cabo la declaración de aceptación: La declaración de voluntad aceptando la oferta puede ser llevada a cabo por cualquier medio, ya sea expresa (en forma escrita o verbal), tácita o por silencio, (sistema empleado en contrataciones prolongadas entre comerciantes, en las que la falta de protesta o contestación implica aceptar la oferta); es difícil, sin embargo, que este sistema sea admitido entre desconocidos. La promesa de contrato Es una figura jurídica distinta a la oferta contractual. Nos encontramos aquí ante la situación de que una persona se ha comprometido con un tercero a la celebración de un contrato. Este compromiso suele encuadrarse dentro de un precontrato firmado y pactado, ya que para que exista la promesa de contrato, ambas partes deben estar conformes con las condiciones de adquisición y precio de la oficina de farmacia. El art. 1451 de Código Civil prevé al respecto que "la promesa de vender o comprar, habiendo conformidad en la cosa y en el precio, dará derecho a los contratantes para reclamar recíprocamente el cumplimiento del contrato. Siempre que no pueda cumplirse la promesa de compra y venta, regirá para vendedor y comprador, según los casos, lo dispuesto acerca de las obligaciones y contratos". 5 Efectos del incumplimiento de la promesa de contrato: La Jurisprudencia del Tribunal Supremo viene entendiendo desde 1950, que la promesa de venta cristalizada en un precontrato da derecho a las partes contratantes a exigirse el cumplimiento de las prestaciones pactadas. Caso de efectuarse la reclamación de ejecución del contrato, y no ser atendida por una de las partes, la otra podrá acudir a los Tribunales de Justicia reclamando la ejecución del pacto efectuado; de ahí la importancia de que las partes hayan concretado los elementos integrantes de la misma en la promesa pactada. El precontrato La elaboración del acuerdo preparatorio, puede producirse de manera compleja, iniciándose con la celebración de un borrador preparatorio, para posteriormente llevar a cabo el precontrato final. Debemos tener muy claro en todo momento, (y que no nos engañe la terminología empleada), que el llamado precontrato es, en si mismo, un contrato, puesto que tiene los requisitos del mismo. Lo que ocurre es que las partes deciden asignarle una función preliminar a falta de concretar algunos datos, documentos, permisos, derechos de tanteo, retracto, adquisición preferente, situación del personal etc., asegurando así la efectividad de su conclusión para un tiempo posterior y más oportuno. Ha sido muy dificultoso construir dogmáticamente la figura del precontrato. Un primer paso lo dio la doctrina clásica, entendiendo por tal aquel que tenía por objeto la celebración de un convenio posterior: es un contrato que promete otro contrato. Si bien, lo que caracteriza al precontrato es que en él, se deja al arbitrio de una o ambas partes, la posibilidad de determinar a su voluntad el momento de la exigibilidad o de la puesta en vigor del pacto prometido o proyectado. Por el precontrato, pues, se crea inmediatamente un vínculo obligatorio entre las partes, del que nace la peculiar facultad, de uno o ambos interesados, de poner en vigor y en funcionamiento el proyectado contrato. Requisitos que debe contener el precontrato: Para celebrar el precontato se necesita la misma capacidad que requiere el contrato definitivo, debiendo 6 igualmente concurrir los mismos requisitos de objeto y forma exigidos para la perfección de éste. Así, definido el precontrato como una fase más del proceso negociador que supone la cesión de la oficina de farmacia, y entendiendo el mismo como una parte integrante de aquél, debemos afirmar la aplicación al precontrato de las normas que nos indica el Código Civil para los compromisos definitivos, además de las generales de elaboración del precontrato, y valorando las condiciones especiales de responsabilidad por incumplimiento. En todo caso, nuestro Ordenamiento Jurídico permite gran flexibilidad en las condiciones que impongan los contratantes, siempre que sean claras y no se puedan considerar como abusivas, que podrían determinar su nulidad. Según la Sentencia de la Audiencia de Pontevedra de 30-6-96: "...hay una referencia literal al traspaso de la titularidad de una oficina de farmacia, con la descripción de todos los elementos que la conforman, ofreciéndose con tal claridad el texto del contrato, que la norma no puede ser otra que el art. 1281 del Código Civil, a cuyo tenor, si los términos del contrato son claros y no dejan duda sobre la intención de los contratantes, se estará al sentido literal de sus cláusulas. A partir de tal exposición, es inaceptable concurra alguna causa de posible nulidad del contrato..." ¿Cómo nos aseguraremos que efectivamente nos pagarán la cantidad adeudada por la oficina de farmacia, caso de que medien cantidades aplazadas? Es norma frecuente en otras áreas de actividad (menos solventes que el sector farmacéutico), que cuando el comprador no puede hacer frente a los pagos acordados, recurran a judicializar el proceso, de cara a ganar tiempo. Lo que sí ocurre es que en ocasiones, no se cierran los traspasos de las oficinas de farmacia con todos los extremos clarificados, por lo que pueden surgir dudas reales sobre las cantidades realmente adeudadas: "La cuestión litigiosa se concreta en determinar cual es la cantidad que adeuda, la parte demandada, como parte del precio convenido por la cesión de un negocio de farmacia y existencias, ascendiendo el precio a 21.990.000 ptas., a los que habría 7 de añadirse el importe de los réditos de las cantidades aplazadas, a un 12% anual, que es lo convenido por las partes. La cesionaria entregó al cedente el precio fijado, por un total de 24.957.296, de las cuales ha dejado de pagar 3.489.324 ptas. Además, entre las partes ahora litigantes, se estipularon tres préstamos, por los que el demandado reconoce adeudar 2.400.912 ptas., cantidad que habrá de sumar a la anterior y arroja una cantidad de 5.890.236 ptas." (Sentencia del Tribunal Supremo RJ 2426\1995). Entiendo, que estas situaciones puntuales, se producen por no haber aclarado suficientemente los detalles durante la negociación; por ello, se precisa, dotarse de un asesoramiento profesional de primera calidad. Las Arras o Señal: Cantidades a Cuenta Las arras constituyen una pieza clave de los contratos de traspaso de oficina de farmacia, el concepto "arras" ha sido muy prostituido, y se le ha dado un alcance que no tiene. La palabra "arra" procede del término fenicio "arrha", que lleva implícita una connotación de garantía o fianza. Además tiene un concepto vulgar procedente de aquella costumbre histórica (aún mantenida hoy), en la que el esposo entregaba unas monedas (arras) a la esposa en el momento de celebración del matrimonio y como prueba del mismo. El concepto legal aparece en el art. 1454 del Código Civil: "si hubiesen mediado arras o señal en el contrato de compra y venta, podrá rescindirse el contrato allanándose el comprador a perderlas, o el vendedor a devolverlas duplicadas"también en el art. 343 del Código de Comercio, al establecer que: "las cantidades que, por vía de señal, se entreguen en las ventas mercantiles, se reputarán siempre dadas a cuenta del precio, y en prueba de la ratificación del contrato, salvo pacto en contrario", son los artículos que regulan las arras. Sin embargo, en ellos se expresa únicamente un concepto estrecho que se refiere sólo a una modalidad de arras, las penitenciales en el Código Civil y las confirmatorias en el Código de Comercio. Por ello, resulta más exacto definir las arras como un objeto tangible, casi siempre una suma de dinero, que un contratante entrega a otro con el fin de asegurar una promesa, garantizando su cumplimiento o facultando para poder rescindirlo 8 libremente, consistiendo en perder la cantidad entregada; pero siempre se hacen efectivas en el momento de la celebración del contrato. Existen tres tipos de arras: • Confirmatorias. • Penitenciales. • Penales. Las consecuencias jurídicas que se desprenden de los tres tipos de arras son completamente diferentes, y se aconsejará, en función de la operación, y de los fines pretendidos, un tipo u otro, según a la parte que se asesore; de tal forma que el cliente quede en una posición lo más ventajosa posible en caso de incumplimiento; y que si éste se produce, la indemnización sea favorable para el farmacéutico que esté mejor asesorado. Las arras confirmatorias tienen un concepto de "paga y señal", su finalidad es probar la existencia de un contrato entre las partes. Las penitenciales se llaman también de desistimiento, aparecen en el art. 1454 del Código Civil. Por tanto se prevé que las partes puedan libremente desligarse de un contrato ya perfeccionado. Aunque este artículo se refiere sólo al contrato de compraventa, las arras pueden ser extensibles a cualquier otro. El plazo durante el cual pueden las partes rescindirlo no está cuantificado legalmente, y será el que prudencialmente se estime correcto según los usos del lugar y siempre antes de la consumación del contrato. Por el contrario las arras penales desempeñan una función de pena y resarcimiento de daños en caso de incumplimiento; de forma que en algunos casos se puede exigir judicialmente la ejecución del contrato, siempre a criterio del Juez. Me he encontrado, en ocasiones, que el precontrato no indicaba plazo, y por tanto si el comprador ya no deseaba adquirir la oficina de farmacia, alegaba que la escritura se firmaría "el día del juicio final". En la actualidad, las corrientes jurisprudenciales dan una inmediatez manifiesta a aquellos documentos en los que se incluye una duración "indeterminada", que es distinta a "indefinida". Recordemos que en este sentido, cuando en un contrato de alquiler indica vigencia "indefinida", los Jueces entienden que la duración será un día o un mes (en función de cómo se pague la renta), el Código Civil no acepta la duración infinita de los documentos. 9 Las arras penales no actúan sólo como entrega de señal o parte del precio a cuenta (lo que en principio sería común a todas ellas), pero tampoco conceden la posibilidad de liberarse de la obligación: ambas partes deben cumplir y en caso contrario, las arras se pierden, pero no porque faculten (como las penitenciales) para resolver el contrato, sino en virtud del mismo incumplimiento, por vía de pena y como resarcimiento del daño; pero la Jurisprudencia no es unánime, en algunas Sentencias se aboga por entender que es posible exigir el cumplimiento forzoso de la obligación (por ejemplo la del 26.6.1995), en otra se entiende que las arras fijadas se convierten en penales (la de 9.9.1989) En suma, la doctrina jurisprudencial, concibe las penitenciales a manera de multa correlativa al derecho de las partes de desistir a su arbitrio del contrato, las penales actúan como una cláusula punitiva, compulsiva del cumplimiento del mismo, de ahí que cumplan una función equivalente a la cláusula penal, lo que legitima y fundamenta, en cuanto a sus consecuencias y eficacia, la aplicación analógica de la normativa comprendida en los arts. 1152 y siguientes del Código Civil. Dentro de las arras penales, existen dos subtipos, las puras o cumulativas y las sustitutorias. Veamos el típico caso en el que tras la firma del precontrato, el comprador posteriormente no puede llevar a cabo la compra de la oficina de farmacia. "...la cláusula litigiosa es la siguiente: el precio convenido es de 55.000.000 de ptas, que se pagarán así: 5.000.000 de ptas., como señal, se dan por recibidas en este acto, y el resto se abonarán en el plazo máximo de veinte días de esta fecha, o se perderá la señal y la opción de compra.", "...siendo un periodo de tiempo tan sumario y perentorio para satisfacer una suma tan importante, la intención de los vendedores apunta, no a que se facultare al comprador libremente a rescindir el contrato, consintiendo en perder la cantidad entregada, sino, y más razonablemente a insertar un medio coactivo o de presión para evitar el incumplimiento, y se afirma "entendiendo, a su petición, que, por no cumplir el contrato, queda rescindido con las consecuencias en el mismo acordadas..." "...el incumplimiento provino de la imposibilidad de conseguir el numerario en el breve espacio de tiempo, y teniendo en cuenta la escasísima entidad del perjuicio causado a los vendedores de la oficina de farmacia, ya que poco tiempo después la traspasaron, por precio presumiblemente superior al pactado (si hubiese sido inferior lo habrían hecho saber los demandados), en aplicación de los principios de buena fe y equidad, interpretados de acuerdo con los criterios objetivos de justicia 10 socialmente admitidos, procede la moderación de la pena..."Aranzadi AC 1993\1279. Con frecuencia, en los precontratos llevados a cabo por profesionales poco cualificados se intenta pactar unas arras entre las partes, pero por desconocimiento, no se utilizan los términos legales expuestos a la hora de redactar los contratos; está generalizado el empleo de las palabras "señal" o "parte de precio" para referirse a las arras. Estas expresiones no son correctas, y se deben sustituir por los conceptos antes aludidos de arras confirmatorias, penales o penitenciales, según las necesidades del caso concreto y en función del interés que nos manifieste el farmacéutico a que estemos asesorando. Dada la generalización de estas expresiones en los contratos, la jurisprudencia del Tribunal Supremo ha interpretado las mismas y ha llegado a la conclusión (no unánime) de que ante frases de este tipo, debe considerarse que existen arras penales, de forma que no es posible rescindir el contrato para el caso de incumplimiento, perdiendo las arras el comprador o devolviéndolas dobladas; con el consiguiente perjuicio patrimonial. Tal vez, esta circunstancia, por la frecuencia en que se producen los desestimientos tras un precontrato, es de las más importantes en cualquier compraventa; la legislación y jurisprudencia es variadísima; he estudiado muchos precontratos de traspasos de oficinas de farmacia que finalmente no se llevaron a cabo, con las consecuencias de toda índole que llevan aparejadas (en algunos casos hasta penales), y para no aburrir al lector, sólo puedo conminar al farmacéutico que a la hora de traspasar su oficina de farmacia, o cualquier operación que tenga una trascendencia similar en el ámbito patrimonial, se dote de un asesoramiento de primera línea. Los "Contratos Simulados" No debo terminar este capítulo sin hacer una mención sobre lo que la legislación llama "contratos simulados", y que han originado no pocos litigios en los traspasos de oficinas de farmacia, con estos, se pretendía distintos objetivos: ser propietario de más de una oficina de farmacia, utilizar un testaferro o un fiduciario hasta que el descendiente termina los estudios y para hacerse cargo de la oficina de farmacia, o en casos en que a un farmacéutico instalado le concedían la autorización para la 11 apertura de otra oficina de farmacia etc. Pero en estos casos, el farmacéutico se vería obligado a someterse a los dictados del no profesional, incluso he llegado a leer en la revista Acofar "Se vende farmacéutica". "la sentencia de instancia expone claramente que el señor M. Compró la farmacia, simulando que la compraba el sólo, pero que su voluntad real y su verdadera intención era que fuese propiedad de los dos cónyuges, y no la puso a nombre de ella por razón del contencioso que la señora... mantenía contra la sanción administrativa. El contrato contenía, pues, por parte del comprador, una simulación relativa que no puede invalidarlo, sino que, por el contrario, tiene que darse por buena la voluntad real" (Tribunal Superior de Justicia de Cataluña RJ 1997\7662). Estos comportamientos defraudatorios no suelen alcanzar el objetivo previsto por los que lo llevan a cabo, sino, que muy frecuentemente, termina en un litigio judicial. El utilizar personas interpuestas que se hagan cargo temporalmente de una oficina de farmacia es una operación además de irregular, compleja desde el punto de vista de su diseño y ejecución; ya que se debe tener presente los distintos ámbitos en que tiene incidencia un traspaso de estas características, así, será necesario estudiar, sopesar y encardinar perfectamente el tema económico, de garantías, fiscal (a efectos de IRPF, IVA y Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados), así como el tema laboral, colegial, sanitario etc. También resulta problemático la rendición de cuentas, así es la Sentencia del Tribunal Supremo RJ 1997\143 la sociedad irregular también resultó problemática. "... se ocultaba la apariencia de un contrato de compraventa otro por el que aquella pasaba a regentar la oficina de farmacia de la localidad de ... asumiendo la titularidad formal de la misma por un salario mensual a detraer de los beneficios, mientras aquél se reservaba la propiedad de la farmacia, compraventa que puede englobarse en lo que la doctrina ha venido denominando contrato simulado. Hay que entender que hay un comportamiento simulador absoluto, cuando según las reglas del criterio humano, se evidencia que el contrato no ha tenido la causa expresada, y por las grandes dificultades que encierra la prueba plena de simulación, por el natural empeño que ponen los contratantes en hacer desaparecer todos los vestigios de la simulación, siendo los 2.000.000 de ptas., una cantidad escasa que no corresponde con el precio real de una oficina de farmacia.(Audiencia Provincial de Teruel. Ar. AC 1996\1829). 12