Familia y perspectiva de g”nero - Universidad Católica Argentina

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FAMILIA Y PERSPECTIVA
DE GÉNERO
Josefina Perriaux de Videla
Inés Franck
Nicolás Lafferrière
María Virginia Bacigalupo
María Benites
Beatriz Balián de Tagtachian
Eduardo Horacio García
Videla, Josefina
Familia y perspectiva de género / Josefina Videla ; Beatriz
Balián de Tagtachian ; Inés Franck - 1a ed. -Buenos Aires :
Educa, 2007.
156 p. ; 23x15,5 cm.
ISBN 978-987-620-024-0
1. Familia. I. Balián de Tagtachian, Beatriz II. Franck,
Inés III. Título
CDD 306.85
EDITORIAL
DE LA UNIVERSIDAD
CATÓLICA ARGENTINA
Fundación Universidad Católica Argentina
A. M. de Justo 1400 • P.B., Contrafrente • (C1107aaz)
Tel./Fax 4349-0200 • [email protected]
Buenos Aires, octubre de 2007
ISBN: 978-987-620-024-0
Queda hecho el depósito que previene la Ley 11.723
Printed in Argentina - Impreso en la Argentina
INDICE
INTRODUCCIÓN ....................................................................................................
7
EXPOSICIONES
PERSPECTIVA DE GÉNERO. IMPLICANCIAS FILOSÓFICAS
Y ESTRATEGIAS DE DIFUSIÓN
Josefina Perriaux de Videla .................................................................................. 11
POLÍTICAS PÚBLICAS Y PERSPECTIVA DE GÉNERO.
ANÁLISIS Y PROPUESTAS ALTERNATIVAS
PERSPECTIVA DE GÉNERO. RAÍCES Y PROPUESTAS
Inés Franck .......................................................................................................... 31
PERSPECTIVA DE GÉNERO. SUS CONSECUENCIAS
Y PROPUESTAS ALTERNATIVAS PARA LA PROMOCIÓN DE LA MUJER
Nicolás Lafferrière ................................................................................................ 49
REPERCUSIÓN DE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO
EN ALGUNOS PROYECTOS EDUCATIVOS
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN NUESTRA LEGISLACIÓN
María Virginia Bacigalupo ...................................................................................... 59
EDUCACIÓN Y GÉNERO
María Benites ........................................................................................................ 73
INDICE
5
PROPUESTAS CONCRETAS A LA LUZ DE LAS CONCLUSIONES
DEL V ENCUENTRO DE FAMILIAS. VALENCIA, 2006
DESAFÍOS Y PROPUESTAS PASTORALES
A PARTIR DEL V ENCUENTRO MUNDIAL DE FAMILIAS
Beatriz Balián de Tagtachian........................................................................................
85
LA SITUACIÓN DE LA FAMILIA
Eduardo Horacio García ................................................................................................
91
ANEXO DOCUMENTAL
CARTA A LOS OBISPOS DE LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE LA
COLABORACIÓN DEL HOMBRE Y LA MUJER EN LA IGLESIA Y EL MUNDO
Congregación para la Doctrina de la Fe .................................................................... 109
LA IDEOLOGÍA DE GENDER
Jutta Burggraf .............................................................................................................. 127
LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO. SUS PELIGROS Y ALCANCES
Conferencia Episcopal Peruana.................................................................................. 139
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
6
INTRODUCCIÓN
Zelmira Bottini de Rey
Directora del Instituto para el Matrimonio y la Familia de la UCA
Actualmente, se discuten en nuestro país cuestiones de gran importancia que
afectan de diversos modos a la familia, a la educación y a la sociedad en general.
Como telón de fondo de muchas de ellas, encontramos la perspectiva de género.
Teniendo en cuenta esta temática, la Lic. Josefina Perriaux de Videla, investigadora del Instituto para el Matrimonio y la Familia en el tema "Mujer y género", organizó y coordinó el curso "Familia y Perspectiva de Género. Desafíos
actuales para la familia argentina".
El curso, objeto de esta publicación, fue dictado en cuatro encuentros en la
sede de UCA Puerto Madero, durante el mes de octubre de 2006.
En la primera exposición, la Lic. Josefina P. de Videla nos presenta el marco
filosófico de esta visión y las diferentes corrientes que de diversas maneras confluyen, dando origen a la perspectiva de género. Nos muestra también distintas áreas,
a través de las cuales ésta se va instalando en la cosmovisión actual.
En el segundo encuentro, un panel integrado por el Dr. Nicolás Lafferriere y
la Lic. Inés Franck nos permite conocer la presencia y difusión de esta ideología
en los organismos internacionales, así como también su vigencia en las políticas
INTRODUCCIÓN
7
públicas de nuestro país. Descubrimos así que, a través de ellas, llega a ser una verdadera herramienta de transformación social.
En la tercera exposición se aborda el tema desde su repercusión en la educación. La Prof. María Virginia Bacigalupo pone de manifiesto el marco legislativo
y la Dra. María Benites destaca cómo algunos cambios operados a partir de esta
perspectiva, configuran una nueva cosmovisión.
En el cuarto encuentro, Mons. Eduardo García trasmite sus impresiones sobre
el Encuentro de Familias en Valencia y la Dra. Beatriz Balián de Tagtachian plantea algunas propuestas en aras del fortalecimiento de la familia.
Deseamos que esta publicación pueda ofrecer un aporte esclarecedor de este
tema, que tiene tan importantes repercusiones en cuestiones que afectan al núcleo
esencial de nuestra sociedad.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
8
EXPOSICIONES
PERSPECTIVA DE GÉNERO.
IMPLICANCIAS FILOSÓFICAS
Y ESTRATEGIAS DE DIFUSIÓN
Josefina Perriaux de Videla*
La expresión:“perspectiva de género”, a lo largo de los últimos años y en diferentes ámbitos, ha cobrado una presencia cada vez mayor. Pero lo significado por
ella es impreciso y ambiguo. Creemos, por esto, que es importante clarificarlo. No
se trata aquí, simplemente, de un nuevo término, más actual, para designar lo que
antes llamábamos sexo, sino que está implícita en él una nueva visión del mundo,
que durante esta exposición, trataremos de explicitar.
Dividiremos el tema en tres partes:
En primer lugar, intentaremos poner de manifiesto la ideología subyacente en
este término, buscando ilustrarla a través de algunos textos de sus representantes
más radicales. Recurrir a ellos nos permitirá ver sus últimas implicancias.
En segundo lugar, esbozaremos algunas estrategias para su difusión e infiltra* Licenciada en Filosofía (UCA). Profesora de Ética en la Carrera de Psicopedagogía (UCA).
Profesora e investigadora en el Instituto para el Matrimonio y la Familia de la UCA. Directora del
Centro Sta. Mónica de Reconocimiento de la fertilidad, con sede en Pastoral Universitaria de la
Arquidiócesis de Bs. As.
PERSPECTIVA DE GÉNERO. IMPLICANCIAS FILOSÓFICAS Y ESTRATEGIAS DE DIFUSIÓN
11
ción en distintos ámbitos. Este tema será ampliamente desarrollado en la segunda
y en la tercera exposición de este curso.
Por ultimo, a modo de discernimiento, trataremos de distinguir algunos aspectos de esta visión, a los que consideramos que podemos reconocerles validez, de
otros que nos parecen inadmisibles. Buscaremos también explicitar aquí el trasfondo profundo de esta ideología.
I. Significado del término e implicancias de esta ideología
A) Significado del término
Se habla hoy de perspectiva de género, ideología de género, feminismo de
género, de un modo a menudo confuso y ambiguo, y su significado verdadero se
nos escurre.I
a) Origen gramatical:
La palabra género tiene un origen gramatical. Gramaticalmente, atribuimos a
las palabras género y número. Género: masculino, femenino y neutro. Número:
singular y plural. El uso gramatical permite destacar dos puntos que nos ayudarán
a precisar su significado actual:
-La atribución de un género a las palabras es puesta por el hombre, de un modo
convencional. Las palabras no son sexuadas, ni tampoco lo significado por ellas,
con excepción del ser humano y algunos vivientes. Pero, ¿por qué hablar de la
piedra o el mar, o del lápiz o la birome? La atribución de un género aquí es convencional.
-En el uso gramatical de género existe, además de los géneros masculino y femenino, otra opción: el neutro.
Los dos puntos que hemos destacado guardarán una estrecha relación con el
uso actual del término.
b) Uso actual:
En la actualidad, el término género va a “etiquetar” una ideología que, más allá
de la defensa de la mujer bajo la que suele presentarse –de allí aquello de “feminismo de género”–, tiene objetivos más profundos y abarcadores, de transformación radical de la sociedad, con implicancias en todos los órdenes, en particular en
la familia, la educación y la religión.
I.Veremos después que esta ambigüedad no es casual. Facilita la transformación de la mentalidad dominante, pues da cabida a profundos cambios de manera más imperceptible.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
12
El psiquiatra francés Tony Anatrella sostiene que esta ideología va a resultar
más revolucionaria y dañina que la ideología marxista.
La teoría del género […] todavía poco conocida en la opinión publica francesa,
se presenta como una nueva liberación social y subjetiva de la persona, y provocará
más daños que los ocasionados por la ideología marxista.1
c) Para aproximarnos a su comprensión y, a su vez, al fundamento de lo demás,
es clave advertir que, con este término, se pretende marcar una notoria distinción
y, aún más, una radical separación entre sexo y género. Sexo hace referencia a nuestro
cuerpo, al aspecto biológico de nuestra condición sexuada. Género alude a nuestro
actuar como varones o mujeres, a nuestros comportamientos, que, según esta concepción, vienen enteramente determinados por la cultura. Es la cultura la que
configura verdaderamente la condición femenina y masculina. Lo biológico, en
cambio, resulta irrelevante.
Nuestro comportamiento como varones o mujeres depende, entonces, exclusivamente de códigos culturales.
Se hace patente ahora la separación a la que nos referíamos más arriba. Se realiza un corte entre nuestro actuar y nuestro cuerpo, como si circulasen por dos “carriles” independientes, como si en nuestro comportamiento no pesase de ningún
modo el dato de tener un cuerpo de varón o de mujer.
Veamos dos textos que lo expresan claramente:
El género es una construcción cultural; por consiguiente, no es ni resultado causal del sexo ni tan aparentemente fijo como el sexo. […] Al teorizar que el género es
una construcción radicalmente independiente del sexo, el género mismo viene a ser
un artificio libre de ataduras; en consecuencia, hombre y masculino podrían significar
tanto un cuerpo femenino como uno masculino; mujer y femenino, tanto un cuerpo
masculino como uno femenino.2
Aunque muchos crean que el hombre y la mujer son expresión natural de un
plano genético, el género es producto de la cultura y el pensamiento humano, una
construcción social que crea la “verdadera naturaleza” de todo individuo.3
En definitiva, la sociedad nos construye como varón o mujer. Nuestro cuerpo
no tiene ninguna relevancia en la determinación de la masculinidad o feminidad.
Es la cultura la que “crea la verdadera naturaleza de todo individuo”.
De lo anterior se sigue, entonces, que ser varón o mujer no es algo natural (no
depende de lo biológico), sino que es algo cultural (viene impuesto por la sociedad).
PERSPECTIVA DE GÉNERO. IMPLICANCIAS FILOSÓFICAS Y ESTRATEGIAS DE DIFUSIÓN
13
En otras palabras, no es algo dado, con lo que tenemos que contar, sino que es construido, y por lo tanto podría modificarse, reconstruirse de un modo diferente.
d) Puesto de manifiesto esto, la ideología de género incita a rebelarse contra
esa construcción cultural, que hasta ahora ha sido hecha con un criterio muy rígido y definido. La asignación de género se ha realizado teniendo en cuenta los órganos genitales.
A un cuerpo dotado de testículos, se le han fijado determinadas funciones. A un
cuerpo dotado de útero, se le han fijado otras. Por lo tanto, se ha condicionado lo
femenino y lo masculino por lo biológico, lo cual ha perjudicado a la mujer, restringiéndola y enclaustrándola en sus funciones reproductivas.
Cada niño se asigna a una u otra categoría en base a la forma y tamaño de sus
órganos genitales. Una vez hecha esta asignación, nos convertimos en lo que la cultura piensa que cada uno es –femenina o masculino–.4
La propuesta, en cambio, es elegir el género que se desee.
Y aquí, la palabra género pasa a significar algo muy amplio, difuso y ambiguo.
El género elegido no es ya elegirse como varón o mujer, sino elegir entre diversas orientaciones sexuales: homosexualidad, lesbianismo, travestismo, bisexualidad,
igualmente validas que la heterosexualidad. Esta multiplicidad de opciones será
denominada sexualidad polimorfa, algo ya de contornos absolutamente difusos y
cambiantes.
Por lo tanto, cada uno puede “inventarse sexualmente” a su gusto, sin condicionamientos dados, ni biológicos, ni tampoco, ahora, culturales.
B) Feminismo de género
Esta ideología cobra forma en una modalidad de feminismo extremo, que
comienza a gestarse en los años sesenta pero se populariza y extiende en la década de 1990, presentándose con el nombre de feminismo de género.
A partir de la Conferencia mundial de la mujer en Pekín (1995), este feminismo toma gran fuerza y se difunde e infiltra en todos los ámbitos, en los países desarrollados y en los que están en vías de desarrollo.
Tanto las Naciones Unidas como el Consejo de Europa invitan a sus naciones a adoptar la perspectiva de género.
Su tarjeta de presentación va a ser la defensa de la mujer; de allí, precisamente, su nombre.
¿En qué sentido esta ideología defiende a la mujer? Pretende defenderla, sosteniendo que la distinción de géneros asignados por la cultura no la han favorecido. Han implicado para ella un papel de subordinación y sometimiento al varón.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
14
C) Raíces filosóficas
Las raíces filosóficas de esta ideología nos permitirán ver de qué modo se va a
articular en ella la pretensión de defensa de la mujer.
Podremos advertir también, que sus objetivos son en realidad más amplios y
revolucionarios, y que los verdaderos intereses de la mujer, en realidad, van a quedar relegados.
Sus raíces filosóficas son varias y de diferente índole. Podemos citar en particular: el estructuralismo,II la revolución sexual (en especial Wilhelm Reich, 1897-1957),III
el existencialismo ateo (Simone de Beauvoir, 1908-1986)IV y el marxismo.
Nos vamos a detener en este último, ya que consideramos que, desde aquí,
resulta particularmente esclarecedor todo el planteo.
Para Marx (1818-1883), la historia implica lucha de clases y se resolverá cuando los oprimidos se alcen en revolución.
Engels (1820-1895), su colaborador, sienta las bases de la unión entre marxismo y feminismo.Va a sostener que el primer antagonismo de clase es el de varón
y mujer unidos en matrimonio monogámico, y la primera opresión, la del varón
hacia la mujer.
El primer antagonismo de clases de la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer unidos en matrimonio monógamo, y la primera opresión de una clase por otra, con la del sexo femenino por el masculino.5
Apoyándose en Engels, el feminismo de género va a sostener que Marx se
equivocó al considerar que la raíz de la lucha de clases es económica. La raíz, en
realidad, está en la familia.
II. Es importante, aquí, la influencia de Levy Strauss (1908), para quien el individuo debe entenderse a sí mismo según la cultura a la que pertenece; en definitiva, es ésta la que lo constituye.
También es necesario mencionar a Michel Foucault (1926-1984), quien hace una lectura antimetafísica de lo real, en donde desaparece todo orden de esencias, o sea, todo orden natural.Y no podemos dejar de nombrar también a Jacques Derrida, con su concepto de deconstrucción de la filosofía.
El concepto de deconstrucción, como veremos enseguida, va ser clave en esta ideología.
III. Su obra: La revolución sexual, ya en 1930, plantea una absoluta libertad sexual, mencionando
incluso el matrimonio de homosexuales. Concibe al ser humano como un conjunto de necesidades
físicas que deben ser satisfechas. Considera a la familia como la institución represiva por antonomasia.
IV.Ya encontramos en ella la distinción entre sexo y género, y el concepto de género entendido como interpretación cultural de la diferencia sexual. De este modo, aparece también aquí una
invalidación de la noción de feminidad enraizada en lo biológico. Lo femenino ha sido construido
y esa construcción ha otorgado a la mujer un rango inferior.
Es bien conocido su aforismo: “No naces mujer, te hacen mujer” (Le Deuxième Sexe).
PERSPECTIVA DE GÉNERO. IMPLICANCIAS FILOSÓFICAS Y ESTRATEGIAS DE DIFUSIÓN
15
La meta, entonces, será deconstruir la familia. Deconstruir es una palabra de origen estructuralista, que es clave en esta ideología. Su significado es, fundamentalmente, “desarticular” lo que hasta ahora se consideraba natural. Se intentará
denunciar las ideas y el lenguaje hegemónico (otra palabra clave aquí), entendiendo
por éste todo aquello que hasta ahora era considerado universalmente como natural. Se buscará poner al descubierto que lo que se consideraba natural en realidad
no es tal, sino que es una construcción social (por ejemplo, la familia constituida
por varón y mujer abiertos a la procreación).
Esto, a la larga, permitirá reconstruir la familia, inventando nuevos modelos de
la misma.
Veamos dos textos que lo manifiestan claramente:
Lo “natural” no es necesariamente un valor “humano”. La humanidad ha comenzado a sobrepasar a la naturaleza; ya no podemos justificar la continuación de un sistema discriminatorio de clases por sexos sobre la base de sus orígenes en la Naturaleza.
De hecho, por la sola razón de pragmatismo empieza a parecer que debemos deshacernos de ella.6
El rechazo de lo natural va a ser una constante permanente en esta perspectiva, pues lo natural implica algo dado, con lo que tenemos que contar. Implica
determinados límites y aquí se pretende reconstruir libremente la realidad.
La familia nos da las primeras lecciones de ideología de clase dominante. […] tan
completa es la hegemonía de la clase dominante en la familia, que se nos enseña que
ésta encarna el orden natural de las cosas. Se basa en particular en una relación entre
el hombre y la mujer que reprime la sexualidad, especialmente la sexualidad de la
mujer.7
Deconstruir la familia será mostrar que lo que se consideraba natural, en este
caso, la familia, no es tal.
Y esta deconstrucción será planteada en clave marxista: la clase oprimida –las
mujeres– debe rebelarse y apoderarse del control de la reproducción (como se
pondrá de manifiesto más adelante, esto se llevará a cabo mediante la anticoncepción, así como también con la libertad de opción por el aborto y la esterilización).
La mujer podrá, así, liberarse del papel de madre y esposa que la vincula a la familia, la cual es presentada como un yugo para ella. El desprestigio de la función
materna, considerada siempre como una restricción para la mujer, es una bandera
permanente en esta ideología.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
16
Asegurar la eliminación de las clases sexuales requiere que la clase subyugada (las
mujeres) se alce en revolución y se apodere del control de la reproducción; se restaure a la mujer la propiedad sobre sus propios cuerpos, como también el control femenino de la fertilidad humana, incluyendo tanto las nuevas tecnologías como todas las
instituciones sociales de nacimiento y cuidado de niños.8
La igualdad feminista radical significa, no simplemente igualdad bajo la ley y ni
siquiera igual satisfacción de necesidades básicas, sino más bien, que las mujeres –al
igual que los hombres– no tengan que dar a luz.9
La forma en que se propaga la especie es determinada socialmente. Si biológicamente la gente es sexualmente polimorfa y la sociedad estuviera organizada de modo
que se permitiera por igual toda forma de expresión sexual, la reproducción sería
resultado sólo de algunos encuentros sexuales: los heterosexuales. En sociedades más
imaginativas, la reproducción biológica podría asegurarse con otras técnicas.10
Pero la deconstrucción de la familia implica algo más radical aún: deconstruir el
género: que la distinción entre varón y mujer no sea vista ya como algo natural sino
construido.Y así llegamos a un tema nuclear en esta perspectiva, que fue el punto
de partida de la exposición.
La meta definitiva de la revolución feminista debe ser igualmente –a diferencia
del primer movimiento feminista– no simplemente acabar con el privilegio masculino sino con la distinción de sexos misma: las diferencias genitales entre los seres humanos ya no importarían culturalmente11
El supuesto implícito aquí es considerar que toda distinción es desigualdad y,
a su vez, esta última es generadora de opresión.
El género implica clase, y la clase presupone desigualdad. Luchar más bien por
deconstruir el género llevará mucho más rápidamente a la meta. […] Después de todo,
los hombres no gozarían del privilegio masculino si no hubiera hombres.Y las mujeres no serían oprimidas sino existiera tal cosa como “la mujer”. Acabar con el género
es acabar con el patriarcado.12
Por eso, la propuesta será, como vimos al comienzo, no ya dos géneros, sino
muchas orientaciones sexuales: la sexualidad polimorfa. En la pluralidad y ambigüedad de estas opciones sin contornos precisos, las diferencias se diluyen.
PERSPECTIVA DE GÉNERO. IMPLICANCIAS FILOSÓFICAS Y ESTRATEGIAS DE DIFUSIÓN
17
El final de la familia biológica eliminará también la necesidad de la represión
sexual. La homosexualidad masculina, el lesbianismo y las relaciones sexuales extramaritales ya no se verán en la forma liberal como opciones alternas, fuera del alcance de
la regulación estatal […] en vez de esto, hasta las categorías de homosexualidad y heterosexualidad serán abandonadas: la misma “institución de las relaciones sexuales”, en
que hombre y mujer desempeñan un rol bien definido, desaparecerá. La humanidad
podría revertir finalmente a su sexualidad polimorfamente perversa natural.13
II. Estrategias de infiltración
Para implementar estos objetivos, se buscarán en particular cuatro grandes
áreas de influencia: la legislación, la educación, la salud reproductiva y la religión.
La influencia en estas áreas, en particular en todo lo referido a legislación, será
desarrollada ampliamente en las dos exposiciones siguientes. Por eso, nos detendremos sólo en las otras tres, e intentando simplemente hacer un breve esbozo.
A) Educación:
Nuevamente, el propósito será deconstruir, en este caso, deconstruir la educación,
poner de manifiesto que lo que allí se consideraba natural, no lo es, sino que es
una construcción cultural. Se buscará, por ejemplo, presentar a la persona humana, no ya como naturalmente sexuada en dos versiones (varón, mujer), sino con la
opción de elegir la orientación sexual que desee.
En nuestro país podemos encontrar algunos ejemplos bien concretos del
intento de difundir a través de la educación esta ideología.
Entre ellos, podemos citar la Ley 481 de la Ciudad de Bs. As. (año 2000), que
tiene entre sus objetivos el intervenir en los textos escolares a fin de introducir la
perspectiva de género y eliminar las “visiones estereotipadas del varón y la
mujer”.14
Podemos mencionar también la Ley 114 de la Ciudad de Bs. As. (año 1998),
que se propone “desarrollar educación en materia de salud sexual y reproductiva”.
Y en el año 2000, la Ley 418 de la Ciudad de Bs. As. busca “capacitar agentes en
salud reproductiva y procreación responsable desde la perspectiva de género”.15
El mismo día en que tiene lugar esta exposición (4 de octubre de 2006), es
sancionado por el Senado el proyecto que crea el Programa nacional de educación
sexual integral.Y, a la semana siguiente (12 de octubre de 2006), es aprobada por la
Legislatura porteña la Ley de educación sexual de la Ciudad de Bs.As. En ambos casos
se establece su obligatoriedad en todos los niveles del sistema educativo, tanto en
las escuelas de gestión pública como privada. Se determina también que sus contenidos mínimos serán fijados por el Estado e impartidos en forma transversal, es
decir, no abordados desde una materia específica, sino tratados desde distintas
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
18
materias. Ambas leyes asumen la perspectiva de género. La primera lo hace implícitamente en el artículo 2º y la segunda la incorpora explícitamente en su artículo 4º.
El comentario a ambas leyes de educación sexual ocupará una parte importante de la tercera exposición de este curso.
Otro ámbito en que se busca difundir esta ideología es la educación del
público en general, a través de los medios de comunicación masiva. Llama la
atención, por ejemplo, en el ámbito de la TV, ver que, cada vez más, se intenta
de diferentes modos inducir a pensar en la normalidad de la opción entre diversas orientaciones sexuales. Podemos citar como ejemplo la incorporación de travestis como protagonistas centrales en series que tienen lugar en horas de mayor
teleaudiencia.
Podemos observar también la infiltración de esta mentalidad a través de la
manipulación del lenguaje:
-Mediante eufemismos que suavizan términos que expresan realidades contrarias a la naturaleza, como, por ejemplo, interrupción del embarazo para referirse
al aborto, eutanasia para expresar el hecho de quitar la vida a quien padece una
enfermedad con grandes sufrimientos físicos, o familias, en lugar de familia. Esta
denominación busca diluir la identidad de la familia, incluyendo allí cualquier tipo
de vínculo, como por ejemplo el que entablan dos personas homosexuales que
quieren adoptar un hijo u “obtenerlo” mediante otras técnicas.
-Usando palabras “fetiche” que descalifican, o más fuertemente aún, estigmatizan al que no piense desde esta perspectiva.
Un ejemplo claro de esto es la palabra homofobia, dirigida a todo el que se
oponga a admitir la normalidad de la homosexualidad y pretenda plantearla como
problemática.V
Sucede lo mismo también con la palabra fundamentalismo, con la que se descalifica a todo el que piense que existe una verdad objetiva, una naturaleza humana como referente de la condición moral de nuestras acciones.
Podemos mencionar también el uso cada vez más extendido de la palabra discriminación, que invalida todo juicio de valor. En el uso de esta palabra, se confunde toda reflexión acerca del significado objetivo de determinados actos (por
V. La Convención Interamericana contra el racismo y toda forma de discriminación e intolerancia plantea como propuesta la promulgación de legislación que defina el “crimen de odio” como
aquél practicado con ánimo o motivación racial, étnica, religiosa, de género, de orientación sexual y
otras formas de discriminación, sancionando tal práctica en el campo penal y civil. Serían, entonces,
condenados por incitar al crimen de odio y a la homofobia ministros de religiones cristianas que por
su predicación de los textos bíblicos condenan la homosexualidad, profesores de colegios y universidades que se han manifestado contra los llamados matrimonios entre personas del mismo sexo.
PERSPECTIVA DE GÉNERO. IMPLICANCIAS FILOSÓFICAS Y ESTRATEGIAS DE DIFUSIÓN
19
ejemplo, de la mayor o menor aptitud de las personas homosexuales para formar
una familia adoptando hijos) con una descalificación de las personas que los realizan.
B) Salud Reproductiva
En este punto, la perspectiva de género se inserta como política de Estado.
En la entrevista antes citada, realizada por Zenit al Dr. Jorge Scala, éste hace
una observación interesante al respecto, que citamos a continuación:
El género es una ideología, desmentida por las ciencias humanas y experimentales, que sólo puede triunfar si se la impone totalitariamente. Las herramientas para
imponer esta ideología son: los medios de masas, la educación formal y las normas
jurídicas. La paradoja es que la democracia “relativista” se convierte, subrepticiamente, en el peor totalitarismo.16
Es necesario comenzar por aclarar el significado del término salud reproductiva.
Tanto este término como el de salud sexual, o el de derechos reproductivos, son
términos ambiguos, usados indistintamente, y cuyo propósito fundamental es
difundir la anticoncepción, el aborto y la esterilización.
Estos programas son financiados por organismos internacionales como el
Banco Mundial, las Naciones Unidas y el Fondo Monetario Internacional.
En un artículo publicado en el boletín El Derecho, el Dr. Nicolás Laferriere
cita diversos documentos de estos organismos en los que aparece bien explícito su
objetivo de apoyar la salud reproductiva.
Citamos a continuación un párrafo de dicho artículo.
Estos documentos revelan la estrategia de promover la “salud reproductiva” como
mecanismo para “reducir la tasa de fecundidad de los pobres”. Para ello, se fijan objetivos mundiales sobre población y para su consecución, los organismos internacionales relacionados con Naciones Unidas, los organismos de crédito, instituciones, fundaciones, ONG’s y otros articulan acciones que terminan ejerciendo presión sobre los
gobiernos locales para que implementen estos programas.17
Laferriere cita a continuación un texto de Juan Pablo II:
Más allá de las intenciones, que pueden ser diversas y presentar tal vez aspectos
convincentes incluso en nombre de la solidaridad, estamos en realidad ante una objetiva “conjura contra la vida”, que ve implicadas incluso a instituciones internaciona-
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
20
les, dedicadas a alentar y programar auténticas campañas de difusión de la anticoncepción, la esterilización y el aborto.18
Se puede ver en ellos un prioritario interés por reducir la población. Se condiciona, por ejemplo, la ayuda a los países en vías de desarrollo a su aceptación de
estos programas.
Bajo el pretexto de disminuir la pobreza, evitar el aborto (en los casos que no
es buscado explícitamente) y, últimamente, pretendiendo defender a la mujer, se
facilita la anticoncepción en todos los ámbitos y para todas las edades.
Y precisamente en este punto: el control de la reproducción (para expresarlo en
los términos usados en este contexto) confluyen los programas de Salud
Reproductiva y la Perspectiva de género.
El control de la reproducción, como ya vimos, es un punto esencial en esta
ideología; por lo tanto, estos programas contribuyen a potenciarla.
Por otra parte, el desplazamiento de la heterosexualidad por la sexualidad polimorfa que esta perspectiva propugna contribuye, a su vez, al objetivo antinatalista
de estos programas.
Para ser efectivos en el largo plazo, los programas de planificación familiar deben
buscar no sólo reducir la fertilidad dentro de los roles de género existentes, sino más
bien cambiar los roles de género a fin de reducir la fertilidad.19
C) Religión
El último punto que queremos destacar es la cuarta área de influencia que
mencionamos al principio de este capítulo: la religión. Una vez más, el objetivo
será la deconstrucción, en este caso, de la religión.
Ésta será considerada la principal causa de opresión de la mujer, un invento de
los varones para dominar a las mujeres.
Los textos bíblicos no son revelación de inspiración verbal ni principios doctrinales, sino formulaciones históricas […]. Análogamente, la teoría feminista insiste en
que todos los textos son producto de una cultura e historia patriarcal androcéntrica.20
Todas las religiones quedan descalificadas con el término de fundamentalistas.
En particular la religión Católica, que es acusada de liderar, desde el Vaticano, la
oposición a la Salud Reproductiva.
Este reclamo de derechos humanos elementales confronta con la oposición de
todo tipo de fundamentalistas religiosos, con el Vaticano como líder, en la organiza-
PERSPECTIVA DE GÉNERO. IMPLICANCIAS FILOSÓFICAS Y ESTRATEGIAS DE DIFUSIÓN
21
ción de oposición religiosa a la salud y a los derechos reproductivos, incluyendo hasta
los servicios de planificación familiar.21
Esta visión simplista de la religión católica como un invento masculino, perjudicial a la mujer, aparece divulgada claramente, por ejemplo, en la obra El
Código da Vinci del autor Dan Brown.
Esta breve presentación nos puede ayudar a advertir que, más allá del simplismo de esta ideología y de su falta de apoyo en las ciencias experimentales y humanas al que aludía Jorge Scala en el artículo que hemos citado, se trata de algo serio
por lo revolucionario de sus pretensiones (“producirá más daños que la ideología
marxista”, nos decía el psiquiatra Tony Anatrella) y por la fuerza y el poder con el
que cuenta para imponerse, como hemos intentado mostrar más arriba.
Por otra parte, como afirma la Comisión Episcopal Peruana, en su artículo “La
ideología de género, sus peligros e implicancias”,22 se trata aquí de un sistema
cerrado, con el que no se puede argumentar apelando a la naturaleza, experiencia,
opinión o deseo de la mujer, pues todo esto queda invalidado al ser considerado
fruto de una construcción social.
III. A modo de discernimiento
Queremos reflexionar ahora acerca de dos puntos:
En primer lugar:
A) ¿Qué podríamos reconocer como válido dentro de este planteo?
Y en segundo lugar:
B) ¿Cuál es el trasfondo profundo de esta ideología?
Comencemos por el primer punto. Ningún pensamiento se sostiene sobre un
“error absoluto”; siempre hay algún aspecto real que es exagerado, deformado o
absolutizado, y por ello, todo lo demás también se sale de foco.
A) ¿Qué podríamos reconocer como válido dentro de este planteo?
A1) En el aspecto feminista de esta perspectiva y de crítica al papel y a la
importancia que se ha concedido a la mujer en el pasado, sin duda es verdad que
la dignidad de la mujer no ha sido reconocida en muchos momentos y lugares a lo largo
de la historia. Se han cometido a menudo muchos abusos e injusticias hacia ella.
En 1988, Juan Pablo II escribe un documento: Mulieris Dignitatem. Denuncia
allí precisamente estos abusos, pide perdón por las veces que a lo largo de la historia han podido originarse en personas de la Iglesia y defiende la plena dignidad de
la mujer.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
22
Por desgracia somos herederos de una historia de enormes condicionamientos
que, en todos los tiempos y en cada lugar, han hecho difícil el camino de la mujer,
despreciada en su dignidad, olvidada en sus prerrogativas, marginada frecuentemente
e incluso reducida a esclavitud [...]. Pero si en esto no han faltado, especialmente en
determinados contextos históricos, responsabilidades objetivas incluso en no pocos
hijos de la Iglesia, lo siento sinceramente.23
Si se han cometido injusticias dentro de la Iglesia ha sido por falta de fidelidad a la buena nueva evangélica, que atañe de un modo especial a la mujer.Todas
las palabras y actitudes de Cristo expresan claramente su gran estima hacia la
mujer; estima que, podríamos decir, resulta contracultural, superadora de todos los
prejuicios de su tiempo.
La Iglesia […] precisamente sobre el tema de la liberación de la mujer de toda
forma de abuso y de dominio tiene un mensaje de perenne actualidad, el cual brota
de la actitud misma de Cristo. Él, superando las normas vigentes en la cultura de su
tiempo, tuvo en relación con las mujeres una actitud de apertura, de respeto, de acogida y de ternura.24
Cristo manifiesta claramente la esencial igualdad entre varón y mujer, ya de
partida planteada en el Génesis. Allí aparece Dios creando al ser humano en dos
versiones: varón, mujer. Iguales en dignidad, distintos y complementarios en su ser.
Por otra parte, es una mujer, María, la persona humana que en el cristianismo
alcanza la mayor unión con Dios que pueda concebirse. Es ella el lugar que Dios
elige para encarnarse.
También, la concepción cristiana del matrimonio, como unión indisoluble y
libre entre dos seres en perfecta igualdad, acentúa esta igualdad entre ambos y da
a la mujer una libertad que antes no poseía (en la sociedad romana, por ejemplo,
el marido le era asignado por el padre).
En este documento, así como también en su Carta a las mujeres, en Redemptoris
Mater y en la Teología del cuerpo, Juan Pablo II deja planteada una propuesta de verdadero feminismo. Éste va a estar fundado, no en un mimetismo con el varón (en lo
cual, mal que les pese, terminan muchos feminismos), sino en una afirmación y
desarrollo de las riquezas propias de la mujer, distintas y complementarias respecto de las del varón. Tan necesarias, por otra parte, en el mundo actual. Riquezas
que, sin duda, se vinculan a su capacidad de acogida de la persona humana. No en
vano la mujer está integralmente preparada para llevar una persona humana nueve
meses dentro de sí, lo cual, sin lugar a dudas, le da una particular empatía y sintonía con todo lo humano. De allí su especial capacidad para leer en el corazón del
PERSPECTIVA DE GÉNERO. IMPLICANCIAS FILOSÓFICAS Y ESTRATEGIAS DE DIFUSIÓN
23
otro, de ponerse en su lugar. Capacidad humanizante, personalizante en definitiva, que tanto necesita nuestro frío, meramente técnico y despersonalizado mundo
de hoy.
Todo esto no significa, de ningún modo, limitar el papel de la mujer al hogar,
sino favorecer que en cualquier actividad que ésta emprenda, lo haga desde sí, llevando su riqueza específica, tan importante para las relaciones interpersonales,
presentes en todos los ámbitos de nuestra existencia.
En definitiva, reconocemos injusticias cometidas con la mujer, pero creemos
que la respuesta a ellas la encontramos más bien por este camino, y no por un
planteo de confrontación, lucha entre varón y mujer, como plantea la ideología de
género. Confrontación que termina por resolverse “suprimiendo” lo masculino y
lo femenino, o más bien “disolviéndolo” en las múltiples orientaciones sexuales.
A2) Un segundo punto que podemos reconocer en este planteo es que en el
modo de entender lo masculino y lo femenino hay sin duda una impronta cultural. Las funciones, los roles, han variado a lo largo de la historia, según distintas situaciones:
geográficas, sociales, culturales. Muy diferentes de los actuales, eran los roles cuando, por ejemplo, se necesitaba la fuerza y tamaño del varón para enfrentar al
medio. Allí, la mujer, también en orden a la supervivencia, cubría otras necesidades en el hogar. La conservación de los alimentos (tarea fundamental al no contar
con electrodomésticos), el mantenimiento del fuego encendido (indispensable en
estaciones frías), la provisión de agua, etc.
Bien distintos serán los roles de varón y mujer después de la industrialización,
ya que la tecnificación de la existencia resuelve enormemente estos problemas de
la supervivencia. Los roles del varón y la mujer van a variar, y en muchos órdenes
se vuelven intercambiables.
Estamos de acuerdo, entonces, en que las funciones del varón y la mujer varían según distintas instancias culturales, geográficas, sociales, etc.
Pero lo que no podemos aceptar es que en esa determinación cultural de roles, lo biológico sea un dato irrelevante y por lo tanto prescindible.
Esto contradice los más elementales datos científicos, que ponen en evidencia
que todo nuestro cuerpo es sexuado. Somos sexuados genital, hormonal y genéticamente. Hasta la última de nuestras células es sexuada.
¿Cómo pensar, entonces, que nuestro cuerpo, enteramente sexuado, no tenga
peso en nuestro comportamiento, nuestro modo de actuar, sentir, y por ello también en nuestras tareas, roles y funciones, como pretende Judith Butler en el
siguiente texto, ya citado al comienzo?:
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
24
El género es una construcción cultural; […] es una construcción radicalmente
independiente del sexo, el género mismo viene a ser un artificio libre de ataduras.
Se pone de manifiesto, en esta afirmación esencial a esta perspectiva, un claro
dualismo en la concepción de la persona humana. Por un “carril”, “circula” su cuerpo.
Por otro, totalmente independiente, su comportamiento, sus actitudes, sus afectos.
Pero más allá de este error antropológico, recientes estudios neurocientíficos
prueban la falsedad de este planteo. Dichos estudios, realizados en prestigiosas universidades de EE.UU. e Inglaterra, aparecen resumidos en un artículo de la revista The Economist, del 5 de agosto de 2006: Differences between the sexes25
Los estudios verifican diferencias notables entre el cerebro femenino y el masculino, diferencias que se traducen en comportamientos bien distintos de varones
y mujeres desde el nacimiento. Las experiencias constatan predilecciones notoriamente dispares hacia determinado tipo de juegos y juguetes. Experiencias ratificadas en monos (machos y hembras), en los que, indudablemente, no podemos
atribuir a la educación o la cultura, el ser la causa de estos comportamientos.
En definitiva, los estudios constatan que varón y mujer están “programados”
de partida a comportarse de modo diferente. La predisposición a enfrentar el
mundo y las relaciones interpersonales es diferente en unos y otras.
Dichos estudios nos revelan algo de suma importancia: más allá, o mejor,“más
acá” (más hondamente), de los roles asignados por la cultura, hay una identidad femenina y una identidad masculina (usamos este término en sentido filosófico, queriendo expresar un modo de ser propio de la mujer y un modo de ser propio del
varón). Identidad que no viene configurada por la cultura, sino que viene dada
desde el nacimiento. Identidad natural, no cultural (natural, etimológicamente, viene
de nascor y significa precisamente esto: es aquello con lo que se nace).
Esta identidad, por otra parte, no es sólo biológica, sino también psíquica y
espiritual. Nacemos sexuados (modalizados como varón o mujer) en toda nuestra
persona.VI Existe en nosotros de partida, a modo de inclinación, tendencia, predisposición,
un modo diferente de enfrentar el mundo y las relaciones interpersonales. Esto es precisamente lo que ponen de manifiesto estas diferencias, ya notables en el comportamiento, desde los primeros momentos de la existencia.
VI. Esta estrecha vinculación entre lo biológico y el comportamiento no implica un determinismo biológico, sino, más bien, es expresión de la profunda unidad existente en el ser humano.
Unidad que la medicina y psiquiatría contemporáneas no hacen más que constatar, al comprobar la
profunda repercusión de lo que sucede en nuestro espíritu sobre nuestro cuerpo y, a la vez, al verificar la resonancia de los procesos fisicoquímicos en los estados de ánimo y en nuestra afectividad
en general.
PERSPECTIVA DE GÉNERO. IMPLICANCIAS FILOSÓFICAS Y ESTRATEGIAS DE DIFUSIÓN
25
Desde luego, más tarde intervendrá la educación, la cultura, favoreciendo o contrariando esa predisposición inicial (con todas las consecuencias problemáticas que tiene
esta segunda posibilidad para la configuración de la personalidad), pero nunca
inventándola.
Todo lo anterior nos permite ver que la cultura, efectivamente, asigna roles, y
éstos varían según la épocas, lugares, etcétera, pero no podrán ser nunca arbitrarios, meramente convencionales. Cuanto más se tenga en cuenta esa identidad
previa y se la respete, mejor desempeño podrá tener cada uno y más se beneficiará la sociedad.Y a su vez, aun cuando varón y mujer desempeñaran los mismos
roles, cada uno lo desempeñará mejor si lo hace desde sí, aportando lo propio y
no imitando el modelo del otro.
Como ilustración concreta de todo este tema, hay una experiencia muy interesante, relatada en detalle en la obra: As nature made him, del periodista John
Colapinto,26 y presentada en forma sintética en el artículo del Dr. Carlos Velasco
Suárez: La fuerza originaria de la creación.27
La experiencia a la que nos referimos fue realizada por un psicólogo neozelandés, el Dr. John Money,VII uno de los primeros puntales de la teoría del género, quien sostenía que la identidad masculina y la femenina son exclusivamente
fruto de la educación recibida.
Como prueba de esto, presentó un caso de resonancia mundial, de un gemelo univitelino que, a los 8 meses de edad, fue sometido a una sencilla intervención
quirúrgica por un problema de estrechamiento congénito en la piel del prepucio.
Por un desgraciado accidente en la operación (se produjo un cortocircuito), su
pene fue quemado y destruido. Sus padres lo consultaron y el Dr. Money aconsejó castrarlo, educarlo como mujer y él, personalmente, se hizo cargo de supervisar su educación. Durante años, anunció en todos los foros científicos que la experiencia había sido un éxito. Mientras tanto, el niño sufría un penoso calvario.
Próximo a su pubertad, al saber que se intentaría una nueva cirugía que consolidaría su identidad femenina, el niño amenazó con suicidarse y se negó, de manera irreductible, a volver a ver al Dr. Money.
Sus padres decidieron entonces revelarle la verdad, y al saberlo, simultáneamente con una profunda rabia, comenzó a sentir un inmenso alivio.Todo lo que
había vivido hasta ahora encontraba su explicación. Decidió entonces recuperar
su identidad masculina. Luego de penosas cirugías de reconstitución de su sexo,
finalmente se casó, y dio a conocer su historia, intentando ayudar a otros que
pudiesen pasar por una situación similar.
VII. El Dr. Money fue el mentor de la primera clínica de estudio y tratamiento de los estados
intersexuales: el hospital Johns Hopkins en Baltimore, EE.UU.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
26
Por último, con respecto a la segunda pregunta que nos habíamos planteado:
B) ¿Cuál es el trasfondo profundo de esta ideología?
Pensamos que se manifiesta aquí una clara radicalización de la libertad entendida
como un absoluto sin restricciones. Esto se hace patente de un modo particular en el
fuerte rechazo por todo lo natural, es decir, una vez más, por todo lo dado, lo que recibimos desde el nacimiento. Recordemos aquí el texto de Shulamith Firestone que
citábamos al principio, donde esto se explicita claramente.
Lo “natural” no es necesariamente un valor “humano”. La humanidad ha comenzado a sobrepasar a la naturaleza; ya no podemos justificar la continuación de un sistema discriminatorio de clases por sexos sobre la base de sus orígenes en la Naturaleza.
De hecho, por la sola razón de pragmatismo empieza a parecer que debemos deshacernos de ella.
Lo dado, valga la redundancia, es un dato, algo con lo que tenemos que contar, que no construimos nosotros.Y aquí se pretende una total autogestión, un volver a construirse cada uno a su gusto sin límite alguno, prescindiendo hasta del
dato más manifiesto de nuestra corporeidad sexuada.
Para finalizar, queremos citar otro pasaje de la entrevista a Jorge Scala realizada por Zenit, ya mencionada al tratar el tema de la Salud Reproductiva, en el cual
esto se expresa con total claridad.
El cambio cultural surgido a fines de los años sesenta: el hombre deja de ser percibido como ser libre (capaz de autodeterminarse hacia el bien objetivo), para concebírselo como igual a libertad, y ésta entendida como autonomía absoluta.
Dicho de modo sintético, el hombre actual piensa que él es libertad, en sentido de
convertir en ley propia sus deseos y caprichos […].
La ideología de género es una radicalización de esta idea del hombre como autonomía absoluta. Sostiene que el sexo es un condicionamiento biológico, y que el género sería la percepción personal y social de la propia sexualidad. El género se podría
“construir” de modo absolutamente autónomo, sin ninguna limitante biológica.
Ahora bien, esto significa que ni hay naturaleza humana, ni puede haber reglas
impuestas externamente, en cuanto al ejercicio de la sexualidad. Dicho de otro modo,
el matrimonio es sólo una opción sexual más, de igual valor que el concubinato, las
uniones homosexuales, la poligamia o la pederastia...
No podría imponerse límites a la satisfacción genital subjetiva de cada quien y,
además, sería obligación del Estado fomentarla [“salud reproductiva”], la que sería un
“derecho humano”, al igual que el aborto y las uniones homosexuales.28
PERSPECTIVA DE GÉNERO. IMPLICANCIAS FILOSÓFICAS Y ESTRATEGIAS DE DIFUSIÓN
27
Notas
1. ANATRELLA,Tony: Familia et Vita, Anno X, n° 2, 2005, p. 108.
2. BUTLER, Judith: Gender Trouble: Feminism and the Subversion of Identity, New
York, Routledge, 1990, p. 6.
3. GILBER, Lucy y WESBSTER, Paula: “The Dangers of Feminity”, Gender
Differences: Sociology of Biology?, p. 41.
4. Ídem.
5. ENGELS, Frederick: The origin of the Family, Property and the State, New York,
International Publishers, 1972, pp. 65-66.
6. Firestone, Shulamith: The Dialectic of Sex, New York, Bantam Books, 1970, p.
10.
7. RIDDIOUGH, Christine: “Socialism, Feminism and Gay/Lesbian
Liberation”, Women and Revolution, Boston, South End Press, 1981, p. 80. Ed. by
Lydia Sargent.
8. FIRESTONE, Shulamith: ob. cit., p. 12.
9. JAGGER, Alison: “Political Philosophies of Women’s Liberation”, Feminism
and Philosophy,Totowa, New Jersey, Littlefield, Adams & Co., 1977, p. 14.
10. HARTMANN, Heidi:“The Unhappy Marriage of Marxism and Feminism”,
Women and Revolution, Boston, South End Press, 1981, p. 16.
11. FIRESTONE, Shulamith: ob. cit., p. 12.
12. BORENSTEIN, Kate: Men, women and the rest of us, p. 115.
13. JAGGER, Alison: ob. cit., p. 13.
14. Ley 481:“Programa para la eliminación de estereotipos de género en textos escolares y materiales didácticos”, 5 de agosto de 2000.
15. Ley 418: “Salud Reproductiva y Procreación Responsable” y Ley 114:
“Protección integral de los Derechos de niños, niñas y adolescentes de la Ciudad
de Bs. As.”.
16. Entrevista al Dr. Jorge Scala, Zenit, 7 de septiembre de 2005.
17. LAFERRIÈRE, J. Nicolás: “Análisis integral de la Ley de Salud Sexual y
Procreación Responsable”, en El Derecho, Bs. As., 13 de febrero de 2003, p. 2.
18. JUAN PABLO II: Evangelium Vitae, 17.
19. Gender Perspective in Family Planning Programs, Division for the
Advancement of Women.
20. SCHUSSLER FIORENZA, Elisabeth: In Memory of Her, New York, Crossroad,
1987, p. 15.
21. COPELON, Rondhe y HERNÁNDEZ, Berta Esperanza: Sexual and Reproductive Rights and Health as Human Rights: Concepts and Strategies;An Introduction for
Activitists, Cairo, Human Rights Series, 1994, p. 3.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
28
22. En Lexicón.Términos ambiguos y discutidos sobre familia, vida y cuestiones éticas,
Madrid, Ediciones Palabra, 2004, p. 575
23. JUAN PABLO II: Carta a las mujeres, n° 3.
24. Ídem.
25. Entre otros autores de dichos estudios, podemos citar a Tracey Shors, de
Rutgers University; Baron-Cohen y Svetlana Leetmaya, de Cambridge
University; Melissa Hines, de City University en Londres y Gerianne Alexander,
de Texas A & M University.
26. As nature made him. The boy who was raised as a girl, New York, Perennial,
Harper Collins, 2001.
27. Notivida, año III, nº 128, 18 de febreo de 2003.
28. Entrevista al Dr. Jorge Scala, Zenit, 7 de septiembre de 2005.
PERSPECTIVA DE GÉNERO. IMPLICANCIAS FILOSÓFICAS Y ESTRATEGIAS DE DIFUSIÓN
29
POLÍTICAS PÚBLICAS Y PERSPECTIVA DE GÉNERO.
ANÁLISIS Y PROPUESTAS ALTERNATIVAS.
PERSPECTIVA DE GÉNERO
RAÍCES Y PROPUESTAS
Inés Franck*
I. Introducción: el concepto de “género”
Prácticamente todos hemos escuchado nombrar alguna vez el término “género”. En entrevistas a personalidades conocidas, en proyectos de ley que se presentan, en leyes nuevas que son aprobadas, en intentos de reformar los contenidos
educativos.
La palabra “género” o “perspectiva de género” es un lugar común al que ya
nos vamos acostumbrando.
Pero, como muchas de las elaboraciones humanas, no todos saben bien a qué
nos referimos exactamente cuando hablamos de “género”.Y así, se suele pensar
*
Licenciada en Ciencias Políticas con especialización en Relaciones Internacionales (Pontificia
Universidad Católica Argentina). Doctoranda en Sociología (Pontificia Universidad Católica
Argentina). Docente universitaria. Perito de la Comisión ad-hoc de Seguimiento Legislativo de la
Conferencia Episcopal Argentina. Co-autora del libro Familia y Vida. Compendio de cuestiones legislativas. Coordinadora académica del Programa de Evangelización de la Cultura en la Universidad
Católica Argentina.
PERSPECTIVA DE GÉNERO. RAÍCES Y PROPUESTAS
31
que es otra manera de referirse a la división de los seres humanos en varones o
mujeres, pasando a ser un sinónimo de sexo, masculino y femenino.
Antes que nada, quisiera aclarar que el término “género” no es sinónimo de
sexo, al menos en la manera en que está siendo actualmente utilizado.
Al hablar de sexo masculino o femenino, nos referimos a una realidad biológica que separa a las personas en hombres y mujeres. La palabra “género”, justamente, fue elaborada para destruir la creencia de que hay una diferenciación biológica que separa a las personas.Y, entonces, ya no existen más dos sexos (diferenciados biológicamente), sino “géneros”. El “género” es una categoría superadora
del sexo, que no responde a una diferenciación biológica, sino a una “construcción” cultural. Con esto queremos decir que los géneros son determinados por la
cultura en la que cada uno vive.
Con el término “género” se hace referencia a
las relaciones entre mujeres y hombres basadas en roles definidos socialmente que
se asignan a uno u otro sexo.1
De esta manera, se quiere afirmar que
las diferencias entre el varón y la mujer [...] no corresponden a una naturaleza fija
que haga a unos seres humanos varones y a otros mujeres, [sino que] son el producto
de la cultura de un país y de una época determinados.2
El gran problema de esta teoría consiste en que descarta la idea de lo natural,
de la naturaleza del ser humano, y la reemplaza por un hombre arrojado a los vaivenes y veleidades de una cultura que no tiene ninguna relación con la naturaleza; es más, que destruye hasta la idea misma de que existe una naturaleza humana.
Y, lógicamente, si no existe una naturaleza que deba ser respetada por la elaboración cultural, entonces la cultura no tiene ningún tipo de límites y está librada a sí misma.
El concepto de “género” asume esta libertad cultural absoluta y afirma que
las relaciones entre hombres y mujeres están basadas en roles definidos socialmente que se asignan a uno u otro sexo.
Estos “roles definidos socialmente” son los “géneros”.
“Género” es, así, un rol definido socialmente. Aparecen, entonces, tantos
“géneros” como roles definidos socialmente existen. El viejo concepto de “sexo”
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
32
queda enmohecido y guardado en un rincón, cediendo paso al innovador y
moderno concepto de “género”.
Y, como es un concepto radicalmente innovador, se intenta incorporarlo a la
totalidad de la cosmovisión social, incorporación que se da a través de la “perspectiva de género”.
La “perspectiva de género” consiste en una manera especial de ver el mundo,
no ya con las viejas categorías de “femenino” y “masculino”, sino a través del prisma de unos roles que van cambiando con la cultura, y que hoy incluyen, además
de la masculinidad y la feminidad, a la homosexualidad, el lesbianismo, el travestismo, el transexualismo. Las relaciones entre hombres y mujeres pasan ahora por
esta manera de concebir la realidad: la “perspectiva de género”.
Aplicar este concepto a la sociedad y a la cultura es radicalmente revolucionario. Todas las viejas categorías educativas, laborales, familiares, jurídicas caen
estrepitosamente ante este caballo de Troya que encierra consecuencias incalculables.
Si alguien se toma el trabajo de leer, por ejemplo, los proyectos de reforma de
leyes que se presentan en el Congreso Nacional, podrá comprobar que una gran
cantidad incorporan, de un modo u otro, esta perspectiva a distintas realidades.
II. Perspectiva de género y feminismo
Podemos situar las raíces de la perspectiva de género en la evolución del movimiento feminista.
A partir del comienzo de los reclamos de derechos que protagonizaran las
mujeres desde la Revolución Francesa, los movimientos feministas han evolucionado hasta engendrar hoy el llamado “feminismo de género”.
Luego de este primer momento, en el que las corrientes feministas intentan
reclamar la igualdad de derechos con el hombre, surge el llamado “feminismo de
la igualdad” o “feminismo de la equidad”, que se centra en la pretensión de eliminar toda forma de discriminación y hasta de distinción entre los sexos.
En la década de los años ochenta,
se produce un viraje en la propuesta feminista: ir más allá de la anterior lucha por
la igualdad entre los sexos, recuperando el derecho a ser diferentes en cuanto mujeres, [exaltando] los poderes del ser mujer, entendiendo hasta la maternidad como un
derecho individual, lo cual llevaba la implícita afirmación de una virtual autosuficiencia de la mujer. Este feminismo se llamó “feminismo de la diferencia”.3
Feminismo de género: a diferencia de los otros movimientos feministas, el
feminismo de “género” es una ideología que pretende abarcarlo todo. Adopta la
PERSPECTIVA DE GÉNERO. RAÍCES Y PROPUESTAS
33
idea de que el individuo es constituido por la cultura y el lenguaje de su sociedad, siendo llevado a experimentarse a sí mismo y al mundo circundante según la
estructura cultural a la que pertenece. Lo ventajoso de esta perspectiva es que, tratándose de una construcción cultural, puede ser deconstruida y reconstruida según
otros parámetros más adecuados a nuevas exigencias que la sociedad actual plantea: la mejora de la situación de la mujer, la eliminación de la fobia a la homosexualidad y el control de la fertilidad. En efecto, una nueva lectura de los individuos humanos, no ya en clave binaria de dos sexos contrapuestos, sino en la de
infinitos intersexos contiguos, haría de la sexualidad una cuestión privada, de preferencias y gustos individuales no cuestionables.
Este feminismo radical adopta la siguiente terminología para expresar su pensamiento:
-
Hegemonía o hegemónico: Ideas o conceptos aceptados universalmente como
naturales, pero que en realidad son construcciones sociales.
Deconstrucción: La tarea de denunciar las ideas y el lenguaje hegemónico (es
decir aceptados universalmente como naturales), con el fin de persuadir a la
gente para creer que sus percepciones de la realidad son construcciones sociales.
Patriarcado, patriarcal: Institucionalización del control masculino sobre la
mujer, los hijos y la sociedad, que perpetúa la posición subordinada de la
mujer.
Heterosexualidad obligatoria: Se fuerza a las personas a pensar que el mundo está
dividido en dos sexos que se atraen sexualmente uno al otro.
Preferencia u orientación sexual: Existen diversas formas de sexualidad –incluyendo homosexuales, lesbianas, bisexuales, transexuales y travestis– como equivalentes a la heterosexualidad.
Homofobia:Temor a relaciones con personas del mismo sexo; personas prejuiciadas en contra de los homosexuales.4
-
-
-
-
III. Alcances: la “transversalización” de la perspectiva de género
El género se refiere, entonces, a los roles y responsabilidades de la mujer y
del hombre que son determinados socialmente. Esto quiere decir que la forma
en que se nos percibe y se espera que pensemos y actuemos está condicionada
por la forma en que la sociedad está organizada, no por nuestras diferencias biológicas.
Se afirma que toda relación o actividad de los seres humanos es resultado de
una “construcción social” que otorga al hombre una posición superior en la sociedad y a la mujer una inferior. El progreso de la mujer requiere que se libere a toda
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
34
la sociedad de esta “construcción social”, de modo que el hombre y la mujer sean
iguales.
Estos roles “socialmente construidos”, que habría que “deconstruir”, están
ubicados en tres grandes niveles:5
-
-
-
La masculinidad y la feminidad: se considera que en realidad el ser humano
nace sexualmente neutral y que luego es socializado en hombre o mujer. Esta
socialización afecta negativamente a la mujer.
Las relaciones familiares de paternidad, filiación, matrimonio: engendran diferencias de conducta y responsabilidades entre el hombre y la mujer que son
inadmisibles en una perspectiva de género, ya que son la principal razón de
que esta concepción ‘sexista’ se propague.
Las ocupaciones y las profesiones: la sociedad asigna a hombres y mujeres ocupaciones diferenciadas. Se trata de “roles socialmente construidos” que también es necesario “deconstruir”.
Esto nos lleva al alcance más importante de la perspectiva de género: su transversalidad, es decir, la intención de integrar las cuestiones de género en la totalidad de los programas sociales.
Según el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC),
la tranversalización de la perspectiva de género significa
el proceso de valorar las implicaciones que tiene para los hombres y para las mujeres cualquier acción que se planifique, ya se trate de legislación, políticas o programas, en
todas las áreas y en todos los niveles. Es una estrategia para conseguir que las preocupaciones y experiencias de las mujeres, al igual que las de los hombres, sean parte integrante en la elaboración, puesta en marcha, control y evaluación de las políticas y de los programas en todas las esferas políticas, económicas y sociales, de manera que las mujeres y
los hombres puedan beneficiarse de ellos igualmente y no se perpetúe la desigualdad. El
objetivo final de la integración es conseguir la igualdad de los géneros.6
IV. Las conferencias internacionales
Este marco doctrinario e ideológico intenta promocionarse e imponerse a
nivel global, universal, para desde allí incluirse en las legislaciones y políticas públicas de los países.
A modo de ejemplo, examinemos el fenómeno de las conferencias internacionales, especialmente las convocadas en torno a la temática de la mujer.
Comprobamos aquí que la perspectiva de género comienza a imponerse a partir
PERSPECTIVA DE GÉNERO. RAÍCES Y PROPUESTAS
35
de reuniones internacionales convocadas a tal fin, con representantes de diversos
países.
a) México D.F., junio de 1975: Primera Conferencia Internacional
sobre la Mujer. La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas
fijó tres objetivos para este encuentro: la igualdad plena de género y la eliminación de la discriminación por motivos de género; la integración y plena participación de la mujer en el desarrollo; y una contribución cada vez mayor de la
mujer al fortalecimiento de la paz mundial. La Conferencia respondió aprobando
un plan de acción mundial, documento en que se presentaban directrices que
debían seguir los gobiernos y la comunidad internacional en los diez años siguientes para alcanzar estos tres objetivos fundamentales.
Importa aquí resaltar que en esta Conferencia se dio inicio a un proceso que
comprende las deliberaciones, la negociación, el establecimiento de objetivos, la
identificación de obstáculos y el examen del progreso alcanzado. No llama,
entonces, la atención que, pocos años más tarde, en 1979, la Asamblea General
apruebe la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de
Discriminación contra la Mujer. La Convención obliga a los Estados Partes a presentar un informe cada cuatro años, sobre las medidas que han adoptado para eliminar los obstáculos que encaran para aplicar la Convención. Un Protocolo
Facultativo de la Convención permite que las mujeres víctimas de discriminación
por motivos de sexo presenten denuncias a un órgano creado en virtud del tratado internacional.
b) Copenhague, julio de 1980: Segunda Conferencia Internacional
sobre la Mujer. Representantes de ciento cuarenta y cinco Estados Miembros se
reunieron para examinar y evaluar el plan de acción mundial de 1975. La
Conferencia estableció tres esferas en que era indispensable adoptar medidas concretas y con objetivos precisos para que se alcanzaran las metas de igualdad, desarrollo y paz, determinadas por la Conferencia de México. Esas tres esferas eran la
igualdad de acceso a la educación, las oportunidades de empleo y servicios adecuados de atención de la salud.
c) Nairobi, junio de 1985:Tercera Conferencia Internacional sobre la
Mujer. Las Estrategias de Nairobi orientadas hacia el futuro para el adelanto de la
mujer hasta el año 2000, la estrategia elaborada y aprobada por consenso por los
ciento cincuenta y siete gobiernos participantes constituyeron un programa actualizado para el futuro de la mujer hasta finales del siglo.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
36
d) Beijing, septiembre de 1995: Cuarta Conferencia Internacional
sobre la Mujer. La transformación fundamental que se produjo en Beijing fue
el reconocimiento de la necesidad de trasladar el centro de la atención de la mujer
al concepto de género, reconociendo que toda la estructura de la sociedad, y todas
las relaciones entre los hombres y las mujeres en el interior de esa estructura, tenían que ser reevaluadas. Únicamente mediante esa reestructuración fundamental de
la sociedad y sus instituciones sería posible potenciar plenamente el papel de la
mujer para que ocupara el lugar que les correspondía como participante en pie de
igualdad con el hombre en todos los aspectos de la vida.
Este cambio representó una reafirmación firme de que los derechos de la
mujer eran derechos humanos y de que la igualdad entre los géneros era una cuestión de interés universal y de beneficio para todos.
La Conferencia aprobó por unanimidad la Declaración y la Plataforma de
Acción de Beijing. Al aprobar la Plataforma de Acción de Beijing, los gobiernos
se comprometían a incluir de manera efectiva una dimensión de género en todas
sus instituciones, políticas, procesos de planificación y de adopción de decisiones.
La Plataforma de Acción define los objetivos estratégicos y explica las medidas que
deberán adoptar los Gobiernos, la comunidad internacional, las organizaciones no
gubernamentales y el sector privado. Son definidas doce esferas decisivas de especial preocupación:
Pobreza
Educación y Formación
Salud
Violencia
Conflictos Armados
Economía
Toma de Decisiones
Mecanismos Institucionales
Derechos Humanos
Medios de Comunicación
Medio Ambiente
La Niña
En diciembre de 1999 se abrió a la firma un Protocolo Facultativo de la
Convención, que permite que las mujeres víctimas de discriminación por motivos de sexo presenten denuncias a un órgano creado en virtud del tratado internacional.
PERSPECTIVA DE GÉNERO. RAÍCES Y PROPUESTAS
37
e) Nueva York, junio de 2000: Conferencia Mundial sobre la Mujer
(Beijing + 5): Se reunió a fin de examinar y evaluar los progresos alcanzados en
la aplicación de las doce esferas de especial preocupación de la Plataforma de
Acción de Beijing.
El documento final expresa el compromiso de seguir incorporando la perspectiva de género en todas las políticas y los programas, y la promoción de la plena
participación de la mujer y la potenciación de su papel en la sociedad y del
aumento de la cooperación internacional para la aplicación plena de la Plataforma
de Acción de Beijing.
Se solicita a los gobiernos:
-
Considerar la posibilidad de revisar las leyes que prevén medidas punitivas
contra las mujeres que han tenido abortos ilegales.
Incorporar una perspectiva de género en las políticas macroeconómicas y de
desarrollo social básicas y en los programas nacionales de desarrollo.
Formular y ejecutar programas con la plena participación de los adolescentes,
según corresponda, para proporcionarles sin discriminación alguna educación,
información y servicios adecuados, concretos, accesibles y de fácil comprensión, a fin de atender eficazmente sus necesidades reproductivas y sexuales,
teniendo en cuenta su derecho a la intimidad, la confidencialidad, el respeto y
el consentimiento fundamentado.
Formular políticas y ejecutar programas, en particular para los hombres y los
muchachos, para modificar actitudes y comportamientos estereotipados respecto de las funciones y las obligaciones de cada género, con el fin de fomentar la igualdad entre los géneros y actitudes y conductas positivas.
Fortalecer las campañas de toma de conciencia y capacitación en cuestiones
de igualdad de los géneros entre hombres y mujeres, niñas y niños para eliminar la persistencia de estereotipos tradicionales perjudiciales.
-
-
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V. Las conferencias regionales
A nivel regional, tenemos que mencionar las Conferencias Regionales sobre
la Integración de la Mujer en el Desarrollo Económico y Social de América
Latina y el Caribe. Por razones de brevedad, citaré sólo las primeras, mientras que
daré algunos detalles sobre la última reunión.
-
La Habana, Cuba, junio de 1977: Primera Conferencia Regional sobre la
Integración de la Mujer en el desarrollo económico y social de América Latina.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
38
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Macuto,Venezuela, noviembre de 1979: Segunda Conferencia Regional sobre
la Integración de la Mujer en el Desarrollo Económico y Social de América
Latina.
México D.F., agosto de 1983: Tercera Conferencia Regional sobre la
Integración de la Mujer en el Desarrollo Económico y Social de América
Latina y el Caribe.
Guatemala, 1988: Cuarta Conferencia Regional sobre la Integración de la
Mujer en el Desarrollo Económico y Social de América Latina y el Caribe.
Curazao, 1991: Quinta Conferencia Regional sobre la Integración de la
Mujer en el Desarrollo Económico y Social de América Latina y el Caribe.
Mar del Plata, septiembre de 1994: Sexta Conferencia Regional sobre la
Integración de la Mujer en el Desarrollo Económico y Social de América
Latina y el Caribe.
Santiago de Chile, noviembre de 1997: Séptima Conferencia Regional sobre
la Integración de la Mujer en el Desarrollo Económico y Social de América
Latina y el Caribe.
Lima, febrero de 2000: Octava Conferencia Regional sobre la Integración de
la Mujer en el Desarrollo Económico y Social de América Latina y el Caribe.
México, junio de 2004: Novena Conferencia Regional sobre la
Integración de la Mujer en el Desarrollo Económico y Social de
América Latina y el Caribe. El Documento emanado de esta Conferencia
lleva como título “Caminos hacia la equidad de género en América Latina y el
Caribe” y se centra en los campos laboral y de superación de la pobreza. En la
introducción deja sentado que
la estrategia de transversalización de la perspectiva de género en las políticas se
reconoce aún como la más idónea.7
El primer capítulo está dedicado a una síntesis del proceso de avance de la
equidad de género en la región. En el segundo, se analizan los vínculos entre la
pobreza y la autonomía económica de las mujeres.
Se confiere particular importancia al estudio de la división entre el trabajo productivo y reproductivo y de las consecuencias de ésta en el acceso a las oportunidades.8
En el diagnóstico que el documento realiza sobre la equidad de género en la
región, se afirma lo siguiente:
PERSPECTIVA DE GÉNERO. RAÍCES Y PROPUESTAS
39
-
Muchos de los mecanismos para el adelanto de la equidad de género en la
región siguen amenazados por la “sectorialización o tematización de la equidad de género”.
Las Conferencias Internacionales han sido un gran avance para la equidad de
género.
Particularmente, la Cumbre del Milenio recogió las nociones de empoderamiento y autonomía de las mujeres, al igual que la necesidad de articular la
igualdad de género con la lucha contra la pobreza.
Los esfuerzos de los movimientos de mujeres por instalar en la agenda pública las políticas de equidad de género han sido exitosos, aunque insuficientes.
Los beneficios de la igualdad de género no se han distribuido equitativamente.
Entre los pasos importantes que se han dado hacia la equidad de género, se
cuenta la modificación de los marcos legales en todos los países de la región,
aunque aún se debe luchar por la erradicación de prejuicios y estereotipos que
impiden la adecuada aplicación de la ley.
Todos los países de la región cuentan con un organismo para el adelanto de la
mujer y se han creado numerosas instituciones con mandatos referidos al
género.
Se han desarrollado considerablemente en los últimos años distintas experiencias institucionales, políticas públicas e instrumentos de transversalización de
la perspectiva de género.
El proceso seguido por las políticas de género constituye un camino claro:
visibilidad lograda mediante la acción del movimiento de las mujeres, elaboración conceptual y metodológica, construcción de argumentos, paso de la
agenda social a la agenda política, reforma de marcos jurídicos, desarrollo institucional, adopción por parte de la opinión pública y puesta en práctica de
estrategias que busquen atención y cambios.
-
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-
Se trata de largos procesos históricos que alteran rutinas institucionales, valores y
pautas culturales, pero que terminan instalándose en el sistema vigente como consecuencia de la modernidad y la voluntad política conjugadas por la acción deliberada
del movimiento social de las mujeres. Su inserción en la estructura institucional abre
nuevos desafíos y debates que no pueden darse por finalizados y que requieren una
renovación permanente.9
El documento afirma que
es importante señalar que tanto en el análisis como en las políticas es imprescin-
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
40
dible tener en cuenta los múltiples factores que activan la desigualdad de género, uno
de los cuales es la relación entre las dimensiones económicas, políticas y sociales. Sin
embargo, el vínculo constitutivo de la desigualdad es el que atañe a las dos esferas básicas de la vida: la pública y la privada. Desde ese punto de vista, una de las explicaciones más consistentes para comprender por qué persisten las desigualdades laborales,
sociales y políticas radica en el hecho de que los cambios no han llegado al mundo de
la familia, por lo que la autonomía obtenida por las mujeres está siendo pagada en el
ámbito individual, sin el aporte de las políticas públicas. Las mujeres han superado sus
ataduras excluyentes con el mundo doméstico, pero no han sido eximidas de esa responsabilidad. […]
En ese sentido se puede afirmar que la región presenta un abigarrado escenario,
fecundo como resultado de las transformaciones sociales y la acción del movimiento
de las mujeres, en el que se han construido espacios de igualdad que coexisten con
viejas prácticas familiares, sociales e institucionales discriminatorias.10
Al abordar el fenómeno de la pobreza en la región, el documento sostiene
que,
siendo la pobreza un fenómeno multidimensional sintetizado por la carencia crítica de ingresos, su análisis requiere, además, visibilizar otras relaciones de poder y, en
el caso de las mujeres, muy particularmente aquellas relacionadas con el trabajo no
remunerado, los derechos reproductivos, la violencia contra la mujer y el uso del tiempo. […]
El análisis de la pobreza desde la perspectiva de género permite articularlo con el
de otras formas de dominación, como la étnica y la racial, que estructuran las relaciones sociales.
[…] el enfoque de género destaca la importancia de entender el fenómeno como
un proceso en el que concurren relaciones de poder, y no como un síntoma. […]
De acuerdo con esta conceptualización, la autonomía económica, física y reproductiva de las mujeres, así como la valoración de su trabajo no remunerado y del tiempo que éste demanda, adquieren una importancia estratégica. […]
La autonomía del cuerpo de las mujeres implica el acceso a condiciones adecuadas de salud sexual y reproductiva que reduzcan la mortalidad materna y las tasas de
fecundidad no deseada.11
Hasta ahora, la mayoría de los programas contra la pobreza
se fundan en varios supuestos no explicitados. Por un lado, estos supuestos y mandatos están vinculados a un modelo de desarrollo económico y social “ideal”, así como
PERSPECTIVA DE GÉNERO. RAÍCES Y PROPUESTAS
41
también a una construcción “ideal” en cuanto a tipos de hogares y familias y a los
correspondientes roles e “identidades” masculinos y femeninos […]. Los magros resultados de los programas para el alivio o superación de la pobreza, así como algunos
hallazgos en las evaluaciones de su impacto, indican que algunas afirmaciones y
supuestos requieren revisión” […]. Los programas que buscan la superación de la
pobreza reproducen patrones históricos de discriminación y explotación.12
El documento hace un desarrollo exhaustivo del concepto de “empoderamiento”, que
es un concepto político que trasciende la participación política formal y la concientización. Aunque haya surgido en el proceso de lucha por los derechos civiles
(León, 1997), hoy en día hace referencia a la necesidad de generar cambios en las relaciones de poder entre hombres y mujeres. El poder se entiende aquí como el acceso
a recursos físicos e ideológicos en una relación social siempre presente. Se trata entonces de transformar las reglas del juego que establecen la distribución de la riqueza
material y simbólica, la capacidad de decidir libremente en la sociedad y la familia,
incluyendo la reingeniería del tiempo, en un proceso de búsqueda de la igualdad.13
En cuanto al impulso dado a la perspectiva de género por los encuentros y
cumbres internacionales, se reconoce que hoy,
a pesar de su heterogeneidad, prácticamente todos los países han adoptado marcos jurídicos que responden a los compromisos internacionales sobre equidad de
género […]. La suscripción de los tratados internacionales refuerza la acción de los
mecanismos de género en el Estado y amplía las posibilidades de coordinar políticas
con otros actores y de atender los reclamos de los movimientos de mujeres, sobre todo
en contextos nacionales poco proclives a institucionalizar valores y demandas relativas
a la equidad de género.14
Un concepto interesante que el documento desarrolla es el de “transversalización” de la perspectiva de género.
La principal estrategia aplicada ha sido la transversalización de la perspectiva de
género en las políticas públicas, que ha resultado en la creación de instancias de género en distintos sectores y oficinas de carácter regional, así como en la formulación de
nuevos lineamientos de políticas. Se destaca la labor destinada a incidir en la salud, el
trabajo, la educación y la agricultura y la creciente, pero aún débil, capacidad de coordinación con los ministerios e instituciones del ámbito económico, sobre todo los de
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
42
hacienda, planificación, así como con los del campo de la política, que abarca la seguridad, la descentralización y el desarrollo regional. […]
La estrategia de transversalización es el proceso de integración de la perspectiva
de género en las políticas de desarrollo y consiste, en la práctica, en el examen de las
consecuencias para mujeres y hombres de cualquier tipo de acción pública planificada, incluidas la legislación, las políticas y los programas, en cualquier campo.15
En cuanto a una “agenda de reformas”, algunas de las prioridades que el documento propone son las siguientes:
-
-
-
El empleo: debe incluirse el reconocimiento del valor del trabajo doméstico no
remunerado, la necesidad de políticas que permitan armonizar la vida familiar
y pública y la importancia de involucrar a hombres y mujeres en el proyecto.
En este ámbito, los derechos reproductivos y la erradicación de la violencia
contra la mujer siguen siendo prioridades que exigen amplias reformas institucionales y una mayor asignación de recursos.
La participación ciudadana: se espera el desarrollo de múltiples herramientas de
control, evaluación y rendición de cuentas que garanticen la participación ciudadana de las mujeres. Esto también supone una profundización del desarrollo de las estadísticas de género, mediante la recolección de información básica, especialmente sobre la pobreza, el trabajo no remunerado y el uso del
tiempo.
Las políticas públicas: se busca redefinir el bien común, sobre la base de la afirmación de los derechos individuales y el otorgamiento de un espacio legítimo a la pluralidad y la reflexión, que parta de la capacidad de decidir de las
mujeres.
Producto de esta última Conferencia, se firma el “Consenso de México”, en el
cual los países participantes vuelven a comprometerse a:
-
-
-
Realizar esfuerzos por incorporar la perspectiva de género en la elaboración,
ejecución y evaluación de las políticas públicas mediante la aplicación de instrumentos de seguimiento y evaluación.
Alentar a los Estados a incluir la equidad e igualdad de género, como tema
prioritario en las estrategias de desarrollo de la capacidad comercial en los planos nacional y regional.
Revisar e implementar la legislación que garantice el ejercicio responsable de
los derechos sexuales y reproductivos y el acceso sin discriminación a los servicios de salud, incluida la salud sexual y reproductiva.
PERSPECTIVA DE GÉNERO. RAÍCES Y PROPUESTAS
43
-
Incorporar efectivamente la perspectiva de género en todos los programas y
políticas de gobierno, otorgando particular atención a la pobreza, el trabajo no
remunerado, el uso del tiempo, la violencia de género y la migración internacional.
Invitar a los parlamentos de la región a que revisen sus legislaciones, a fin de
armonizarlas con los instrumentos internacionales en materia de derechos
humanos y de no discriminación de las mujeres, niños, niñas y adolescentes.
Exhortar a los gobiernos que aún no lo han hecho a considerar la ratificación
y aplicación efectiva de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y su Protocolo facultativo, así como de
la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la Mujer y la adopción de un mecanismo efectivo para la
aplicación y seguimiento de esta última por los Estados parte.
-
-
VI. Consecuencias en las políticas públicas
A través del cuadro de la página 46, pretendo mostrar cierto correlato temporal en los hechos, conferencias y legislaciones, tanto a nivel internacional como
regional y nacional.
VII. Conclusión
A la luz de todo lo expuesto, resulta interesante extraer cada uno sus propias
conclusiones.
No somos amigos de considerar este tema bajo la perspectiva de una especie
de “conspiración universal”. De todas maneras, consideramos que el mecanismo
de difusión y aplicación de la perspectiva de género a las políticas públicas de los
países es esencialmente violatorio de la soberanía de cada país y de la identidad
cultural de nuestros pueblos.
Quisiera, para finalizar, referirme al tema de fondo que subyace en la perspectiva de género, esto es, la correcta y plena concepción de la relación entre el hombre y la mujer.
Y para ello, no me queda más que recordar algunas palabras del reciente documento de la Iglesia sobre la Colaboración del hombre y la mujer en la Iglesia y el mundo:
hay que hacer notar la importancia y el sentido de la diferencia de los sexos como
realidad inscrita profundamente en el hombre y la mujer. La sexualidad caracteriza al
hombre y a la mujer no sólo en el plano físico, sino también en el psicológico y espiritual con su impronta consiguiente en todas sus manifestaciones.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
44
Ésta no puede ser reducida a un puro e insignificante dato biológico, sino que
es un elemento básico de la personalidad; un modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los otros, de sentir, expresar y vivir el amor humano. […]
La criatura humana, en su unidad de alma y cuerpo, está, desde el principio, cualificada por la relación con el otro. Esta relación se presenta siempre a la vez como
buena y alterada. Es buena por su bondad originaria, declarada por Dios desde el primer momento de la creación; es también alterada por la desarmonía entre Dios y la
humanidad, surgida con el pecado. Tal alteración no corresponde, sin embargo, ni al
proyecto inicial de Dios sobre el hombre y la mujer, ni a la verdad sobre la relación
de los sexos. De esto se deduce, por lo tanto, que esta relación, buena pero herida,
necesita ser sanada.
¿Cuáles pueden ser las vías para esta curación? Considerar y analizar los problemas inherentes a la relación de los sexos sólo a partir de una situación marcada por el
pecado llevaría necesariamente a recaer en los errores anteriormente mencionados.
Hace falta romper, pues, esta lógica del pecado y buscar una salida, que permita eliminarla del corazón del hombre pecador. […]
Por lo tanto la promoción de las mujeres dentro de la sociedad tiene que ser comprendida y buscada como una humanización, realizada gracias a los valores redescubiertos por las mujeres. Toda perspectiva que pretenda proponerse como lucha de
sexos sólo puede ser una ilusión y un peligro, destinados a acabar en situaciones de
segregación y competición entre hombres y mujeres, y a promover un solipsismo, que
se nutre de una concepción falsa de la libertad.
PERSPECTIVA DE GÉNERO. RAÍCES Y PROPUESTAS
45
TEMA
HITOS
INTERNACIONALES
HITOS
REGIONALES
ALGUNAS POLÍTICAS
PÚBLICAS
EN ARGENTINA
Perspectiva 1975: I Conferencia
de género Mujer.
1979: Convención
Internacional.
1980: II Conferencia
Mujer.
1977: I Conferencia regional.
1979: II Conferencia regional.
1983: III Conferencia regional.
1985: Ley 23.179 ratificando la
Convención sobre la Eliminación de
todas las formas de Discriminación contra la Mujer.
1985: III Conferencia
Mujer.
1988: IV Conferencia regional.
1991:V Conferencia regional.
1994:VI Conferencia regional.
1994: Convención Interamericana Belem do Pará.
1995: IV Conferencia
Mujer.
1996: Ratificación de la Convención
Interamericana para prevenir, sancionar y
erradicar la Violencia contra la Mujer
(Belem do Pará).
1997:VII Conferencia regional.
1999: Plan Federal de la Mujer. Consejo
Nacional de la Mujer (PEN).
Financiamiento del BID.
2000: 1995 + 5.
2000:VIII Conferencia
regional.
2001: Conferencia
Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la
Xenofobia y las Formas Conexas de
Intolerancia.
2002: Programa Nacional Mujer,
Equidad y Trabajo. Consejo Nacional de
la Mujer (PEN).
2004: IX Conferencia regional. 2004: Programa de Promoción del
Fortalecimiento de la Familia y el Capital
Social (PROFAM). Consejo Nacional de
la Mujer (PEN). Financiamiento del
BIRF.
2005: "Plan Familias". Ministerio de
Desarrollo Social (PEN). Con financiamiento del BID y del BM.
2005: Decreto 1086 (PEN): Plan
Nacional contra la Discriminación.
2006: Convención Interame- 2006: Fallo sobre esterilización.
ricana contra la Discrimina- 2006: Ley de educación sexual.
ción.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
46
Notas
1. Conclusiones de la IV Conferencia Internacional sobre la Mujer, Pekín, 1995.
2. CONFERENCIA EPISCOPAL PERUANA:“La ideología de género: sus peligros y
alcances”.
3. SCARINCI DE DELBOSCO, María Paola: “La identidad de la mujer: contrapuntos”, en Universitas, nº 1, noviembre de 2005.
4. Cf. CONFERENCIA EPISCOPAL PERUANA: cit.
5. Con respecto a la deconstrucción de estos roles socialmente construidos, la
Convención Interamericana de Belem do Pará (1993) obliga a los Estados partes
a “adoptar, en forma progresiva, medidas específicas, inclusive programas para [...]
modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres, incluyendo el diseño de programas de educación formales y no formales apropiados a
todo nivel del proceso educativo, para contrarrestar prejuicios y costumbres y todo
otro tipo de prácticas que se basen en la premisa de la inferioridad o superioridad
de cualquiera de los géneros o en los papeles estereotipados para el hombre y la
mujer que legitimizan o exacerban la violencia contra la mujer”.
6. Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, ECOSOC, 1997.
7. Documento de la IX Conferencia Regional sobre la Integración de la
Mujer en el Desarrollo Económico y Social de América Latina y el Caribe,
“Caminos hacia la equidad de género en América Latina y el Caribe”.
8. Ídem.
9. Ídem.
10. Ídem.
11. Ídem.
12. Cf. ídem.
13. Cf. ídem.
14. Cf. ídem.
15. Cf. ídem.
PERSPECTIVA DE GÉNERO. RAÍCES Y PROPUESTAS
47
POLÍTICAS PÚBLICAS Y PERSPECTIVA DE GÉNERO.
ANÁLISIS Y PROPUESTAS ALTERNATIVAS.
PERSPECTIVA DE GÉNERO.
SUS CONSECUENCIAS Y PROPUESTAS.
ALTERNATIVAS PARA LA PROMOCIÓN
DE LA MUJER
Nicolás Lafferrière *
1. Aproximación a la perspectiva de género
La perspectiva de género emerge como una categoría de análisis de la realidad
social y política a fines del siglo XX y comienzos del XXI. De contornos difusos y
ambiguos, resulta difícil su caracterización. Podemos decir que, centralmente,
supone una antropología que considera que lo femenino y lo masculino son
dimensiones de origen cultural en el ser humano, quitando toda relevancia al dato
biológico. De esta forma, la perspectiva de género sería una clave de interpretación de la sociedad que pretende discernir y denunciar los condicionamientos
* Abogado. Doctorando en Ciencias Jurídicas. Secretario académico de la Pontificia Universidad
Católica Argentina. Profesor de Derecho Civil de la Pontificia Universidad Católica Argentina y de
la Universidad de Buenos Aires. Secretario ejecutivo de la Comisión de Fe y Cultura de la
Conferencia Episcopal Argentina. Perito de la Comisión Ad-Hoc de Seguimiento Legislativo de la
Conferencia Episcopal Argentina. Director del Servicio a la Vida del Movimiento FUNDAR.
Colaborador del Instituto de Bioética y del Instituto para el Matrimonio y la Familia de la Pontificia
Universidad Católica Argentina. Coautor del libro Familia y vida: compendio de cuestiones legislativas,
publicado por la Conferencia Episcopal Argentina. Autor de numerosas publicaciones sobre bioética y Derecho.
PERSPECTIVA DE GÉNERO. SUS CONSECUENCIAS Y PROPUESTAS ALTERNATIVAS PARA LA PROMOCIÓN DE LA MUJER
49
culturales que oprimen a la mujer y, a su vez, que promueve iniciativas para liberarla de esos condicionamientos.
Esta caracterización de la perspectiva de género está en línea con un reciente
documento de la Santa Sede. Allí se describe cierto feminismo en el que
para evitar cualquier supremacía de uno u otro sexo, se tiende a cancelar las diferencias [entre hombre y mujer], consideradas como simple efecto de un condicionamiento histórico-cultural. En esta nivelación, la diferencia corpórea, llamada sexo, se
minimiza, mientras la dimensión estrictamente cultural, llamada género, queda subrayada al máximo y considerada primaria. El obscurecerse de la diferencia o dualidad de
los sexos produce enormes consecuencias de diverso orden. Esta antropología, que
pretendía favorecer perspectivas igualitarias para la mujer, liberándola de todo determinismo biológico, ha inspirado de hecho ideologías que promueven, por ejemplo, el
cuestionamiento de la familia a causa de su índole natural bi-parental, esto es, compuesta de padre y madre, la equiparación de la homosexualidad a la heterosexualidad
y un modelo nuevo de sexualidad polimorfa [Congregación para la Doctrina de la Fe:
Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la colaboración del hombre y la mujer
en la Iglesia y el mundo, 1].
Si esbozamos someramente posibles raíces culturales de esta “perspectiva”,
podemos advertir la aplicación de una visión marxista de análisis social a la relación
entre hombre y mujer, que es vista en categoría de conflicto. También podemos
decir que esta perspectiva es una expresión de la llamada “posmodernidad”, con
la nota de un pensamiento débil que renuncia a “imponer” toda forma unitaria de
vida y, por tanto, la convivencia social estalla en una multiplicidad de estilos y
opciones, donde la sexualidad se convierte en pura construcción. Esta fragmentación posmoderna también vino a instalar, socialmente, un clima de relativismo y pesimismo antropológico, en virtud del cual el ser humano ha perdido confianza en la
razón y en su capacidad de alcanzar la verdad, especialmente por el fracaso que la
razón iluminista tuvo en su intento de construir un mundo más humano y solidario, como lo demuestra trágicamente la Segunda Guerra y los horrores que en
ella se produjeron.Así, si no hay verdad, no hay nada dado y todo es el fruto de la
construcción cultural. Finalmente, podemos decir que esta perspectiva encontró
un terreno fértil a partir de la difusión de la anticoncepción, que se dice que viene a
liberar a la mujer del “yugo de la maternidad”.
Ahora bien, en el marco del feminismo, la perspectiva de género cobra fuerza, no sólo como una categoría de análisis, sino también como una auténtica “política o instrumento de transformación social” que engloba acciones de las más diversas.
En algunos casos, estas acciones se unen con los programas de salud reproductiva
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
50
o con acciones llamadas de “empoderamiento” (empowerment) de la mujer. Un
ejemplo de la diversidad de acciones lo constituye la Ley 474 de la Ciudad de
Buenos Aires, auténtico programa de acción que, desde una óptica jurídica, avanza al margen del resto del ordenamiento jurídico, superponiendo funciones y
declamando derechos de difícil concreción. Por otra parte, resulta difícil discernir
entre las finalidades perseguidas y las acciones concretas. Por ejemplo, se habla del
“reparto equitativo de las tareas y responsabilidades domésticas y familiares”, pero
no se especifican acciones para ello.
A modo de síntesis, podemos resumir algunas de las principales acciones que
se engloban en la perspectiva de género como “política de Estado”:
-
-
-
-
Distribución de métodos anticonceptivos en el marco de las políticas de salud
reproductiva.
Campañas para garantizar a las mujeres el acceso a un “aborto legal y seguro,
sin restricciones”.
Legalización de la “esterilización” como método anticonceptivo.
Actividades de capacitación y difusión de la perspectiva de género, incluyendo campañas en los medios masivos de comunicación social, en el marco de
los programas de salud reproductiva.
Acciones enfocadas a grupos considerados de riesgo, entre los que se destacan
las personas menores de edad, sin garantizar la intervención de la familia.
Inclusión del “cupo de género” en los distintos niveles de organización social
y política (Poder Legislativo, Ejecutivo, Judicial, sindicatos, partidos políticos,
etc). En este punto, ya no se habla más de “cupo femenino” sino de “cupo de
género”.
Determinación de la perspectiva de género como criterio de análisis y de
diseño de las políticas públicas.
Legalización de la unión de personas del mismo sexo con pretensión de que
sea equiparada al matrimonio y con posibilidad de adopción.
En materia educativa, es creciente la irrupción de esta perspectiva como una
política de tipo transversal, que apunta tanto a influir sobre los contenidos
como sobre las conductas de los actores de la comunidad educativa. Sobresalen
las estrategias de intervención en los textos escolares en orden a la eliminación
de todas las visiones estereotipadas sobre hombre y mujer (por ejemplo, en la
Ciudad de Buenos Aires, el 5 de agosto de 2000 se sancionó la Ley 481 sobre
esta cuestión).
Acciones para la promoción de la igualdad entre varón y mujer en materia
económica, incluyendo lo relativo al acceso a puestos de trabajo y remuneraciones.
PERSPECTIVA DE GÉNERO. SUS CONSECUENCIAS Y PROPUESTAS ALTERNATIVAS PARA LA PROMOCIÓN DE LA MUJER
51
2. Consecuencias de la “perspectiva de género”
Esta somera caracterización de la “perspectiva de género”, como categoría de
análisis y política pública, con algunas de las principales acciones involucradas, es
reveladora de la orientación perseguida. A continuación, proponemos considerar
las consecuencias de esta “perspectiva de género” particularmente en atención a
su inserción a nivel legal y educativo.
a) Cambio de eje: de la mujer al género
La lógica asumida por la “perspectiva de género”, en tanto supone dar primacía a las dimensiones culturales de lo femenino y lo masculino, ha terminado por
mutar el eje de las políticas públicas vinculadas con la mujer. En efecto, si el género es algo que la persona elige, y no puede ser coartada en esa libertad por el
Estado, entonces la mujer aparece en igualdad de condiciones con otras “minorías” que, en razón de su “orientación sexual”, reclaman que la perspectiva de género los incluya.
De esta manera, en lugar de dedicar tiempo y esfuerzo en el diseño de políticas que apunten al corazón de las situaciones que las mujeres más están sufriendo,
las políticas públicas y sus elaboradores se distraen en consideración de temas que
poco importan a la mujer y que resultan extraños a los intereses genuinos de ella.
En este sentido, es paradigmático el cambio de denominación en relación con
el cupo en cargos electivos, que en lugar de ser “cupo femenino” ha pasado a ser
“cupo de género”. En el Decreto 222/03, que regula el procedimiento para la presentación de candidatos a integrar la Corte Suprema de Justicia de la Nación, se
afirma en los considerandos y en el art. 3° que hay que tener en cuenta, en la composición del Alto Tribunal, las “diversidades de género”. La precisión de los términos es una exigencia de la buena técnica legislativa, de modo que hablar de género es ambiguo y confuso, y termina borrando las pretendidas conquistas de las
mujeres, que son aprovechadas por personas que presentan otras pretensiones,
incluso algunas contrarias a la moral y las buenas costumbres.
Por otra parte, si la mujer no es defendida y promovida en cuanto “mujer” sino
en cuanto ser humano que se autodetermina en su “género”, entonces ya no hay
razones válidas para defender lo femenino, pues nadie puede afirmar en qué consiste lo específica y propiamente femenino. Esta confusión termina traicionando a
las mujeres que, sencillamente, quieren ser mujeres y hacer valer esta decisión.
b) Difusión de comportamientos contrarios a la vida y la familia
Entre las acciones promovidas en el marco de las políticas públicas con perspectiva de género, se encuentran la distribución de anticonceptivos, inclusive
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
52
abortivos, la despenalización y legalización del aborto y la esterilización. Se
trata de conductas contrarias a la vida y la familia, que importan, también, violaciones a derechos humanos fundamentales, como es el caso del derecho a la
vida.
Se argumenta que es parte de la “liberación” de la mujer, la consagración de
supuestos “derechos reproductivos” que le permiten regular libremente su capacidad procreativa. En verdad, la anticoncepción y la esterilización son males que
introducen dinamismos que afectan la dignidad de la familia, pues se afecta el
auténtico sentido de la sexualidad. En cuanto al aborto, la gravedad del mal es
mucho mayor en función de ponerse en juego el derecho a la vida, que es el primero de los derechos humanos, fundante de los demás.
La promoción de una maternidad y una paternidad responsables no la puede
hacer el Estado interviniendo en una materia que es propia de la familia y su intimidad. El Estado puede, a lo sumo, ayudar a generar condiciones favorables a la
familia, como veremos en las propuestas para un nuevo feminismo.
c) Introducción de dinamismos de conflicto en la sociedad
Esta perspectiva de género, en su forma de encarar la relación hombre-mujer,
introduce dinamismos de conflicto en la sociedad. En efecto, en lugar de ver a la
mujer en el marco amplio de la familia y la sociedad, se acentúan las diferencias y
se confrontan sus derechos con los del hombre, que es puesto como un enemigo,
en lugar de ser presentado como un compañero en el camino de la vida.
Para ilustrar esta afirmación, podemos citar el reciente documento de la
Congregación para la Doctrina de la Fe:
La promoción de las mujeres dentro de la sociedad tiene que ser comprendida y
buscada como una humanización, realizada gracias a los valores redescubiertos por las
mujeres. Toda perspectiva que pretenda proponerse como lucha de sexos sólo puede
ser una ilusión y un peligro, destinados a acabar en situaciones de segregación y competición entre hombres y mujeres, y a promover un solipsismo, que se nutre de una
concepción falsa de la libertad [Congregación para la Doctrina de la Fe: ob. cit., 14].
En otro pasaje, el mismo documento profundiza el criterio:
la relación hombre-mujer no puede pretender encontrar su justa condición en
una especie de contraposición desconfiada y a la defensiva. Es necesario que tal relación sea vivida en la paz y felicidad del amor compartido [Congregación para la
Doctrina de la Fe: ob. cit., 14].
PERSPECTIVA DE GÉNERO. SUS CONSECUENCIAS Y PROPUESTAS ALTERNATIVAS PARA LA PROMOCIÓN DE LA MUJER
53
d) Funcionalidad a intereses estratégicos internacionales
La perspectiva de género, como ya hemos probado en otro trabajo sobre la ley
de salud reproductiva,1 las políticas públicas vinculadas con el género, entre las que
se destacan las del Consejo Nacional de la Mujer, se financian en su gran mayoría con créditos externos. Es significativo que organismos internacionales como el
Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional promuevan en los distintos
países la implementación de la perspectiva de género en las políticas públicas. Las
razones de fondo se relacionan con las políticas de control poblacional, que son
presentadas bajo apariencia de protección de los derechos de la mujer y su salud
reproductiva y que, sin embargo, avanzan sobre intereses estratégicos de los países
y causan el envejecimiento poblacional.
e) Daño en la identidad del niño
Uno de los mayores daños que puede provocar la introducción de la “perspectiva de género” como criterio para la elaboración de políticas públicas es el que
se produciría en materia educativa. En efecto, se advierte una clara voluntad de
imponer esta perspectiva en los ámbitos de la educación, como contenido y como
política. Ello supone, ante todo, una indebida intromisión del Estado en una materia que es propia de la familia. Por otra parte, se está asumiendo como correcta
una visión del ser humano que prescinde de los datos biológicos y que, por tanto,
no se ajusta a la verdad. Tal antropología no es inocua sino que puede producir
graves daños en la identidad de los niños y los jóvenes.
Nos preguntamos si los legisladores y los funcionarios ministeriales responsables de estas políticas se harán responsables, en el futuro, de los problemas
que surjan en la identidad de los niños.
En lugar de confirmar a los jóvenes en su identidad más profunda, a través del amor, que es capaz de sanar cualquier herida y hacer surgir lo mejor de
cada uno, la perspectiva de género deja librado al joven a su propia libertad y, por
tanto, lo deja en la soledad más absoluta en el momento crítico del crecimiento.
Se trata de una grave irresponsabilidad que conlleva graves riesgos para el futuro
de la sociedad.
3. Propuestas para una genuina promoción de la mujer
En este contexto, se presenta claro que no es la perspectiva de género el mecanismo para promover la auténtica dignidad de la mujer. En efecto, esta perspectiva ignora cuestiones que son centrales para la mujer, y ello ocurre porque parte
de una concepción antropológica equivocada. Así, parece necesario ponerse en
campaña para ver qué propuestas son necesarias para que la mujer sea genuina-
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
54
mente promovida, con iniciativas que vayan al corazón de sus preocupaciones y
que ayuden a resolver los conflictos propiamente femeninos.
Ciertamente, tal cometido excede los límites de esta presentación, pero nos
animaremos a proponer algunas líneas que pueden servir de disparador para la
búsqueda de medidas creativas que exalten y revaloricen socialmente el “genio
femenino”:
a) Articulación entre maternidad y trabajo:
Entiendo que es una de las cuestiones centrales de la situación de la mujer. En
este punto, podemos mencionar algunas claves:
-
-
Generar espacios de diálogo entre organizaciones sindicales, empresariales y
otros agentes sociales para formular acciones de conciliación de maternidad y
trabajo.
Garantizar el asiduo contacto de la madre con el niño durante las horas de trabajo.
Promover la instalación de jardines maternales en lugares de trabajo, mediante regímenes de promoción tributaria.
b) Valoración del “genio femenino” en la sociedad:
Un segundo grupo de propuestas se vincula con la necesidad de valorar el
aporte femenino en la sociedad. En este sentido, podemos mencionar las múltiples
iniciativas que tienden a estudiar el aporte económico de la mujer que trabaja en
su hogar y que conllevan un reconocimiento para ella y el diseño de un sistema
especial de seguridad social.
c) Respeto a la mujer en sus riquezas específicas:
Al proponer esta medida, estamos pensando concretamente en todo lo referido a la publicidad y los medios de comunicación, que muchas veces toma a la
mujer como “objeto”, degradando su imagen, con trágicas consecuencias personales y sociales. Cabe preguntarse si las publicidades que proceden de esta manera no tienen influencia sobre muchos comportamientos agresivos hacia la mujer,
en todos los órdenes.
d) Promoción de condiciones económicas y culturales favorables al matrimonio
y la maternidad:
Otro eje de promoción de la mujer debería ser la promoción de condiciones
económicas y culturales favorables al matrimonio y la maternidad. A pesar de las
PERSPECTIVA DE GÉNERO. SUS CONSECUENCIAS Y PROPUESTAS ALTERNATIVAS PARA LA PROMOCIÓN DE LA MUJER
55
negativas del feminismo radical, la maternidad es una riqueza específica y propia
de la mujer y el Estado debe garantizar a todas la posibilidad de ser madres sin que
ello sea algo traumático y penoso. Algunas posibles medidas, en este sentido, son:
-
Asegurar la atención integral de la mujer y el niño por nacer durante el embarazo, parto, puerperio y lactancia.
Implementar planes de vivienda accesibles para familias de escasos recursos.
Asegurar a la madre soltera medios para favorecer la crianza del niño.
Asistir social y económicamente a los progenitores desempleados y que tuvieran a su cargo hijos menores de edad.
-
e) Reflexión sobre el hombre y la familia:
Este tiempo de confusión cultural e intelectual exige que se profundice y proponga, con convicción y espíritu de diálogo, una antropología de la diferencia y
la unidad entre hombre y mujer, que resalte la diversidad y la complementariedad.
Esta antropología proyecta sus efectos sobre todos los temas que la “perspectiva de
género” pretenda abarcar y resulta ampliamente superadora de su visión reduccionista, pues permite articular las riquezas de hombre y mujer, otorga sólido fundamento a la identidad personal, brinda bases inconmovibles para el matrimonio y
la familia, es criterio determinante para el juicio moral en muchos de los temas
más críticos de la bioética.
4. Conclusiones
Podemos decir, con Juan Pablo II, que
es urgente alcanzar en todas partes la efectiva igualdad de los derechos de la persona y por tanto igualdad de salario respecto a igualdad de trabajo, tutela de la trabajadora-madre, justas promociones en la carrera, igualdad de los esposos en el derecho
de familia, reconocimiento de todo lo que va unido a los derechos y deberes del ciudadano en un régimen democrático [Juan Pablo II: Carta a las Mujeres, 4].
En este sentido, no podemos dejar de señalar las consecuencias que tiene la
perspectiva de género, que resulta una forma errónea de encarar la promoción de
la mujer. Para realmente consolidar una política integral que promueva a todos los
seres humanos y particularmente a la mujer, debemos proponer la “prioridad de
la familia” en las políticas públicas.
Es la familia la comunidad primera y fundamental, en la que todos tienen una
misión y una función que cumplir. En la familia se integran las generaciones y los
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
56
sexos, de manera armoniosa y complementaria, dando lugar al aporte de cada uno
en su riqueza específica. En la familia, se complementan los talentos, para que
hombres y mujeres puedan desplegarlos en la sociedad. En la familia, finalmente,
se genera el ámbito humano de confirmación de los jóvenes en su identidad,
desde el encuentro con padre y madre, y con apertura a los demás.
En esta perspectiva, la mujer no es discriminada ni es vista sólo “en su función
reproductiva”, sino que es valorada integralmente, como ser humano capaz de dar
lo mejor de sí, tanto en el matrimonio como en la virginidad, en la maternidad y
en el trabajo, generando el espacio propicio para una comunión cada vez más
plena entre los hombres.
Notas
1.Ver LAFFERRIERE, Jorge Nicolás:“Análisis integral de la Ley de Salud Sexual
y Procreación Responsable”, en El Derecho, t. 201, Buenos Aires, 13 de febrero de
2003, pp. 770-788.
PERSPECTIVA DE GÉNERO. SUS CONSECUENCIAS Y PROPUESTAS ALTERNATIVAS PARA LA PROMOCIÓN DE LA MUJER
57
REPERCUSIÓN DE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO
EN ALGUNOS PROYECTOS EDUCATIVOS
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO
EN NUESTRA LEGISLACIÓN
María Virginia Bacigalupo*
Introducción
La perspectiva de género, en su expresión más radical, es la versión que llega
a nuestro país. Surge de la ideología: feminismo de género.
En su trabajo La desconstrucción de la mujer, Dale O’Leary, autora de numerosos
ensayos sobre la mujer y participante de la IV Conferencia Mundial de Naciones
Unidas sobre la mujer, realizada en Pekín en 1995, sostiene que esta expresión:
“feminismo de género”, fue acuñada por primera vez en 1994, por Christina Hoff
Sommers, en su libro Who stole feminism:
El feminismo de equidad es sencillamente la creencia en la igualdad legal y moral
de los sexos. Una feminista de equidad quiere para la mujer lo que quiere para todos,
* Asesora en educación y familia del Congreso Nacional. Asesora en educación y familia en la
Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.Agente de Pastoral para la planificación natural de la familia, UCA. Posgrado: Máster en metodologías de la enseñanza on line, Universidad di Verona. Asesora
de educación en temas legislativos de Redfamilias (ONG). Profesora de Historia, Normal 1.
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN NUESTRA LEGISLACIÓN
59
ausencia de discriminación. Por el contrario, el feminismo del “género” es una ideología que pretende abarcarlo todo, según la cual la mujer norteamericana está presa en
un sistema patriarcal opresivo.
Esta conferencia, que tuvo lugar en Pekín, fue el escenario elegido para difundir esta ideología. Muchos de los asistentes, sorprendidos ante la terminología allí
empleada, solicitaron que fuese definida con claridad. De este modo, en la cumbre se definió:
El género se refiere a las relaciones entre mujeres y hombres basadas en roles definidos socialmente que se asignan a uno u otro sexo.
Como esta definición creó confusión, Bella Abzug (ex-diputada del Congreso
americano) intervino afirmando:
El sentido del término género ha evolucionado, diferenciándose de la palabra
sexo, para expresar la realidad de que la situación y los roles de la mujer y del hombre son construcciones sociales sujetas a cambio.
Judith Butler, en su obra Gender Trouble, Feminism and the Subversión of Identity
(New York, Routledge, 1990, p. 6), da una definición bien explícita:
el género es una construcción cultural; por consiguiente, no es ni resultado causal del sexo, ni tan aparentemente fijo como el sexo. [...] Al teorizar que el género es
una construcción radicalmente independiente del sexo, el género mismo viene a ser
un artificio libre de ataduras; en consecuencia, hombre y masculino podrían significar
tanto un cuerpo femenino como uno masculino; mujer y femenino, tanto un cuerpo
masculino como uno femenino.
Este libro es utilizado en diversos programas de estudios femeninos de prestigiosas universidades.
Según lo afirmado en los textos citados, esta construcción sería hecha por cada
persona en forma autónoma, sin ningún condicionamiento de la naturaleza.
Se llega, incluso, a afirmar que:
La sexualidad misma es una diferencia construida culturalmente (Laski, Marina:
“Mujeres, vulnerabilidades y género”, incluido en el cuaderno Mujer Salud n° 3 de
la Red de Salud de las mujeres latinoamericanas y del Caribe, 1998, p. 119).
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
60
¿Cuál es el mejor camino para difundir esta nueva concepción sobre la persona y las consecuencias que de esta noción se derivan? La educación.
Así lo sostuvo la Presidenta de Islandia,Vidgis Finnbogadottir, en una conferencia preparatoria a la de Pekín, organizada por el consejo Europeo en febrero
de 1995:
La educación es una estrategia importante para cambiar los prejuicios sobre los
roles del hombre y la mujer en la sociedad. La perspectiva de género debe integrarse
en los programas. Deben eliminarse los estereotipos en los textos escolares y concienciar en este sentido a los maestros, para asegurar así que niñas y niños hagan una selección profesional informada, y no en base a tradiciones prejuiciadas sobre el género.
A lo largo de esta exposición, intentaremos poner de manifiesto de qué modo
se ha ido incorporando en nuestra legislación esta ideología.
Para ello citaremos, en un orden cronológico, distintos ordenamientos legales
en los que esto se pone en evidencia.
• En primer lugar, esta perspectiva se incorpora en la Constitución de la Ciudad
de Buenos Aires en el año 1996:
Constitución de la Ciudad de Buenos Aires.
Dada en la Sala de sesiones de la Convención Constituyente de la Ciudad de
Buenos Aires, el 1° de octubre de 1996
Artículo 11.- Todas las personas tienen idéntica dignidad y son iguales ante la ley.
Se reconoce y garantiza el derecho a ser diferente, no admitiéndose discriminaciones
que tiendan a la segregación por razones o con pretexto de raza, etnia, género, orientación
sexual, edad, religión, ideología, opinión, nacionalidad, caracteres físicos, condición
psicofísica, social, económica o cualquier circunstancia que implique distinción,
exclusión, restricción o menoscabo.
La Ciudad promueve la remoción de los obstáculos de cualquier orden que, limitando de hecho la igualdad y la libertad, impidan el pleno desarrollo de la persona y
la efectiva participación en la vida política, económica o social de la comunidad.
[…]
Artículo 21.- La Legislatura debe sancionar una ley Básica de Salud conforme a los siguientes lineamientos:
[…]
Inc. 4) Promueve la maternidad y paternidad responsables. Para tal fin pone a
disposición de las personas la información, educación, métodos y prestaciones de servicios que garanticen sus derechos reproductivos.
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN NUESTRA LEGISLACIÓN
61
[…]
Artículo 24.- La Ciudad asume la responsabilidad indelegable de asegurar y
financiar la educación pública, estatal, laica y gratuita en todos los niveles y modalidades, a partir de los cuarenta y cinco días de vida hasta el nivel superior, con
carácter obligatorio desde el preescolar hasta completar diez años de escolaridad,
o el período mayor que la legislación determine.
[...]
Contempla la perspectiva de género.
Incorpora programas en materia de derechos humanos y educación sexual.
[…]
Artículo 37.- Se reconocen los derechos reproductivos y sexuales, libres de coerción y violencia, como derechos humanos básicos, especialmente decidir responsablemente sobre la procreación, el número de hijos y el intervalo entre sus nacimientos.
Se garantiza la igualdad de derechos y responsabilidades de mujeres y varones
como progenitores y se promueve la protección integral de la familia.
Artículo 38.- La Ciudad incorpora la perspectiva de género en el diseño y ejecución
de sus políticas públicas y elabora participativamente un plan de igualdad entre varones y
mujeres.
Estimula la modificación de los patrones socioculturales estereotipados con el objeto de eliminar prácticas basadas en el prejuicio de superioridad de cualquiera de
los géneros: promueve que las responsabilidades familiares sean compartidas;
fomenta la plena integración de las mujeres a la actividad productiva, las acciones positivas que garanticen la paridad en relación con el trabajo remunerado, la
eliminación de la segregación y de toda forma de discriminación por estado
civil o maternidad; facilita a las mujeres único sostén de hogar, el acceso a la
vivienda, al empleo, al crédito y a los sistemas de cobertura social; desarrolla
políticas respecto de las niñas y adolescentes embarazadas, las ampara y garantiza su permanencia en el sistema educativo; provee a la prevención de la violencia física, psicológica y sexual contra las mujeres y brinda servicios especializados de atención; ampara a las víctimas de la explotación sexual y brinda servicios de atención; promueve la participación de las organizaciones no gubernamentales dedicadas a las temáticas de las mujeres en el diseño de las políticas
públicas.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
62
• En segundo lugar, en el año 1998 se promulga la Ley 114:
Ley 114: Protección Integral de los Derechos de niñas, niños y adolescentes
de la Ciudad de Buenos Aires
Sanción: 3-12-98
Promulgación de Hecho: 4-1-99
Publicación: BOCBA N° 624 3-2-99
Artículo 13.- Derecho a la identidad. El derecho a la identidad comprende el derecho a una nacionalidad, a un nombre, a su cultura, a su lengua de origen, a su orientación sexual, al conocimiento de quiénes son sus padres y a la preservación de sus
relaciones familiares de conformidad con la ley.
[…]
Artículo 20.- Derecho a la Igualdad. Los niños, niñas y adolescentes tienen
idéntica dignidad y son iguales ante la ley.
Se les reconoce y garantiza el derecho a ser diferente, no admitiéndose discriminaciones que tiendan a la segregación por razones o con pretexto de raza, etnia, género,
orientación sexual, edad, ideología, religión, opinión, nacionalidad [...].
[…]
Artículo 23.- Protección de la Salud.A los efectos de garantizar el disfrute del
nivel más alto de salud el gobierno debe adoptar medidas para:
[…]
Inc. d) Desarrollar la atención sanitaria preventiva, la orientación al grupo familiar
conviviente, la educación en materia de salud sexual y reproductiva, tendientes a prevenir el embarazo no deseado y las enfermedades de transmisión sexual.
Esta Ley crea el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (art. 45),
que integra la Jefatura de Gobierno de la Ciudad y goza de autonomía técnica y
administrativa, y autarquía financiera (art.46); que cuenta con un/a
Subsecretario/a de la Secretaría de Educación (art. 49, inc. d).
Son algunas funciones del Consejo (art. 54):
Inc. a) definir la política anual del organismo a través de un Plan que articule
transversalmente la acción de gobierno en todas las áreas y enunciar criterios para
la formulación estratégica de la misma;
Inc. b) diseñar y aprobar los programas necesarios para el cumplimiento de los
derechos consagrados y ratificados por la presente ley;
Inc. c) asesorar y proponer al Gobierno de la Ciudad las políticas del área;
Inc. d) articular las políticas públicas de todas las áreas de gobierno, en los
aspectos vinculados con la infancia y adolescencia;
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN NUESTRA LEGISLACIÓN
63
Inc. e) elaborar proyectos legislativos específicos;
[…]
Inc. m) participar en el diseño de la política oficial de medios de comunicación vinculada con la materia.
La actual Presidenta del Consejo de los Derechos de los Niños, Niñas y
Adolescentes, María Elena Naddeo, siendo legisladora de la Ciudad de Buenos Aires
en 1997, elaboró un proyecto de ley de Educación: Proyecto N° 118-D-97, que,
entre otros puntos, proponía:
Capítulo 1: Disposiciones generales - Fines y objetivos del sistema educativo
[…]
Artículo 4.[…]
Inc. h) Introducir la comprensión de la problemática de género, promoviendo la superación de estereotipos, a partir de la vida cotidiana del aula, y promoviendo el debate sobre este
tema en sus contenidos y textos.
Inc. i) Promover el conocimiento, la toma de conciencia y la acción positiva en
relación con el medio ambiente, el cuidado de la salud, la educación sexual y los derechos reproductivos.
[…]
Capítulo 6: Principios de la política educativa
[…]
Artículo 14.- Todos los servicios educativos estatales de la Ciudad son mixtos,
procurando la integración de los niños, niñas y jóvenes de ambos sexos y promoviendo mediante la acción educativa la superación de los estereotipos de género.
También la actual diputada nacional, Juliana Marino, siendo Legisladora de la
Ciudad de Buenos Aires, presentó un proyecto de ley de educación: Proyecto N°
385-D-98, en el que propuso:
Artículo 6.- Principios, derechos y garantías.
[…]
Inc. 11) Superación de todo estereotipo discriminatorio en textos educativos y material
didáctico.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
64
• En tercer lugar, en el año 2000, se sanciona la Ley 418:
Ley 418: Salud Reproductiva y Procreación responsable
Sancionada: 22-6-2000
Promulgación: Decreto N° 1033/2000 del 12-7-2000
Publicación: BOCBA N° 98 del 21-7-2000
Artículo 3.- Objetivos
[…]
Inc. a) Garantizar el acceso de varones y mujeres a la información y a las prestaciones, métodos y servicios necesarios para el ejercicio responsable de sus derechos
sexuales y reproductivos.
[…]
Artículo 4.- Objetivos específicos. Son objetivos específicos:
[…]
Inc. h) Garantizar la existencia en los distintos servicios y centros de salud, de profesionales y agentes de salud capacitados en sexualidad y procreación desde una perspectiva de
género.
[…]
Artículo 7.- Acciones. Se garantiza la implementación de las siguientes acciones:
[…]
Inc. i) Capacitación permanente a los agentes involucrados en las prestaciones de salud
reproductiva y procreación responsable con un abordaje interdisciplinario, incorporando
los conceptos de ética biomédica y la perspectiva de género.
Inc. j) Capacitación de agentes de salud, educación y desarrollo social para
informar y asesorar en los temas previstos en el artículo 4 de la presente ley [objetivos de la ley].
[…]
Inc. l) Diseño e implementación de estrategias de comunicación y educación dirigidas de
manera particular a las/os adolescentes, dentro y fuera del sistema educativo.
Con la sanción de estas dos leyes, el Poder Ejecutivo consideró que contaba con la normativa suficiente para poder impartir educación sexual en las
escuelas de gestión estatal.Así es que, en numerosos establecimientos educativos,
a través de distintos agentes, se vienen llevando a cabo diversos cursos sobre esta
temática.
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN NUESTRA LEGISLACIÓN
65
Numerosos proyectos sobre educación sexual fueron presentados a lo largo de
2004 y 2005. Entre ellos, quisiera mencionar el de los diputados Suppa, Kravetz y
Polimeni (N° 505-D-05), que fue elaborado y defendido por el Presidente de la
Sociedad de Integración Gay-Lésbica Argentina (SIGLA), Rafael Fredda.
Citamos, a continuación, algunos puntos sobresalientes del proyecto:
Artículo 9.- [...] trata al menos los siguientes temas:
Inc. a) […] 4 Orientación sexual
[…]
Inc. f) 1 Género
[…]
3 Diversidad sexual
[…]
Artículo 11: La selección de contenidos debe realizarse teniendo en cuenta la
necesidad de contrarrestar los mitos, creencias falsas y contenidos erróneos transmitidos por los medios, la socialización, los pares y el curriculum oculto.
[…]
Fundamentos del proyecto:
La educación sexual debe impartirse desde la edad más temprana posible. La introyección
de las normas genéricas estereotípicas que hacen del varón una persona básicamente dominadora y de la mujer básicamente sumisa debe ser contrarrestada mucho antes de la pubertad.
[…]
El Estado puede plasmar en una norma de derecho positivo los principios filosóficos referentes a la educación sexual, comunes y deseables para todos los ciudadanos del Estado de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
[…]
En el penúltimo párrafo del art. 24 (CCBA –perspectiva de género–) y en el primer párrafo del art. 38 se establece la perspectiva de género de la que surgen los conceptos de
construcción de feminidad y de masculinidad.
La preocupación suscitada ante estos proyectos produjo diversas acciones, protagonizadas por diferentes cultos e instituciones que lograron la postergación de
la ley de educación sexual en la Ciudad. Entre ellas, quisiera mencionar la presentación de más de 20.000 firmas de ciudadanos de la Capital, solicitando al
Presidente de la Legislatura la convocatoria a una Audiencia Pública, previa a la
sanción de la ley, para que todos los ciudadanos, instituciones, cultos pudiesen
expresar sus posiciones y propuestas para el debate de la ley.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
66
En el presente año, el Presidente de la Comisión de Educación, Marcos Peña,
convocó a los diputados miembros de ésta a una serie de reuniones de trabajo, partiendo de un borrador por él elaborado, tratando de conciliar posiciones antagónicas. Después de varias reuniones, en las cuales se fueron realizando distintas
modificaciones al proyecto, se llegó a un dictamen de la Comisión y pasó así al
recinto para ser sancionada, con la disidencia parcial del diputado Jorge Enríquez
y las observaciones presentadas por el bloque de Recrear (diputados Sanmartino,
Araujo,Varela y Meis).
• Finalmente, el 12 de octubre de 2006, se aprueba la Ley de educación sexual
de la Ciudad de Buenos Aires.
Ley de educación sexual de la Ciudad de Buenos Aires
Artículo 4.- La educación sexual integral se basa en los siguientes principios:
[…]
- El reconocimiento de la perspectiva de género en los términos del art. 38 de la
Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
[…]
Artículo 5.- Los objetivos de la Educación Sexual Integral son:
[…]
Inc. e) Promover la modificación de los patrones socioculturales estereotipados con el
objeto de eliminar prácticas basadas en el prejuicio de superioridad de cualquiera
de los géneros (segundo párrafo, art. 38 - Constitución de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires).
Inc. f) Promover el efectivo cumplimiento de los artículos 11 y 23 de la
Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
[Art. 11.- Todas las personas tienen idéntica dignidad y son iguales ante la ley.
Se reconoce y garantiza el derecho a ser diferente, no admitiéndose discriminaciones que tiendan a la segregación por razones o con pretexto de raza, etnia, género, orientación sexual, edad, religión, ideología, opinión, nacionalidad, caracteres
físicos.
[…]
Art. 23.- La Ciudad reconoce y garantiza un sistema educativo inspirado en
los principios de la libertad, la ética y la solidaridad, tendiente a un desarrollo integral de la persona en una sociedad justa y democrática.
Asegura la igualdad de oportunidades y posibilidades para el acceso, permanencia, reinserción y egreso del sistema educativo. Respeta el derecho individual
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN NUESTRA LEGISLACIÓN
67
de los educandos, de los padres o tutores, a la elección de la orientación educativa según sus convicciones y preferencias.
Promueve el más alto nivel de calidad de la enseñanza y asegura políticas sociales complementarias que posibiliten el efectivo ejercicio de aquellos derechos.
Establece los lineamientos curriculares para cada uno de los niveles educativos.
La educación tiene un carácter esencialmente nacional con especial referencia
a la Ciudad, favoreciendo la integración con otras culturas].
Ambos artículos mencionados en el articulado de la ley, inc. f) del art. 5°,
corresponden a la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires.
El Ministro de Educación de la Ciudad, en los lineamientos curriculares
enviados a los diputados de la Comisión de Educación, sobre los cuales se elaborarán los contenidos mínimos a impartir en las distintas escuelas de la ciudad a partir de 2007, menciona, entre otros puntos:
Lo que le incumbe a la escuela:
[…]
-Brindar información científica integral y contextualizada, tanto en lo referido al proceso de sexuación como en lo relativo a temas que afectan a la salud (ej.: infecciones
sexualmente transmisibles).
[…]
-Ser un escenario de convivencia en el marco de los DDHH, facilitador de la construcción de la sexualidad.
[...]
6to y 7mo grado
Contenidos propuestos:
[En el capítulo] El derecho a vivir libre de toda discriminación
[…]
-Reflexión sobre estereotipos de género.
[…]
-Derechos sexuales y reproductivos reconocidos por las organizaciones de derechos humanos.
[…]
[En los contenidos propuestos para el nivel medio, vuelve a aparecer:]
-Reflexión sobre estereotipos de género.
[…]
En 4to y 5to año
[…]
-Concepto de prevención y promoción de salud, incluyendo la salud sexual y
reproductiva. Marcos normativo-legales (el término “construcción” aparece con mucha
frecuencia).
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
68
El Ministro señaló en diversas oportunidades que a partir de febrero de 2007,
comenzarán los cursos de capacitación para los docentes, dado que a lo largo del
próximo año, comienza la implementación de la ley.
La perspectiva de género ha estado presente en la capacitación docente desde
hace ya varios años. No es de extrañarse, ya que los promotores de esta ideología,
en su versión más radical, han influido desde la sanción de la misma Constitución
de la Ciudad –año 1996– hasta el presente. Si bien no son tan numerosos, se
encuentran y actúan en lugares claves del poder. Aprovechan, además, el desconocimiento por parte de la ciudadanía de todas estas cuestiones y las gravísimas consecuencias que se siguen de ellas, que, a lo largo de este curso, ya han sido señaladas. No debe sorprendernos que jamás estos temas hayan sido tratados en las diversas campañas políticas realizadas para las diferentes elecciones a lo largo de estos
años.
Como ejemplo de esta capacitación ya existente en nuestra ciudad, en el año
2001 se realizó el siguiente curso:
Escuela de Capacitación CEPA (Centro de Pedagogías de Anticipación)
Primer cuatrimestre de 2001.
Publicado por la Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires.
Curso N° 49.
Tramo: Sexualidad infantil y construcción sociocultural. La escuela: parte responsable
de este proceso.
Destinatarios: Docentes de Educación Inicial, Primaria y Equipos de
Orientación Escolar.
Profesora: Dora Ciaprini.
Síntesis: Toda sociedad contiene, entre sus elementos culturales, valores asociados a la sexualidad que se manifiestan en nuestras acciones, actitudes, sentimientos y vínculos. En el proceso de socialización de los niños, la escuela incide en la construcción de las identidades sociales, que incluyen los roles de género y la formación de creencias y valores según su ámbito de pertenencia.
A modo de conclusión
Nos encontramos ante un gran desafío: ejercer la libertad de enseñanza que nuestro ordenamiento jurídico consagra:
-Constitución Nacional, artículo 14.
-Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, artículo 13.
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN NUESTRA LEGISLACIÓN
69
-Convención de los Derechos del Niño, artículo 29.
-Ley Federal de Educación, artículo 16 - inc. a).
También los derechos de los padres y la responsabilidad de la familia están
garantizados en:
-Constitución Nacional, artículo 75 - inc. 19).
-Declaración Universal de los Derechos Humanos, artículos 16 y 26.
-Convención Americana de los Derechos Humanos, artículos 12 y 17.
-Declaración Americana de los deberes y derechos del hombre, artículo VI.
-Ley 23.849 de ratificación y reservas a la Convención de los Derechos de los Niños.
Con relación al artículo 24 inciso f) de la Convención sobre los Derechos del Niño,
la República Argentina, considerando que las cuestiones vinculadas con la planificación familiar, atañen a los padres de manera indelegable de acuerdo con los
principios éticos y morales, interpreta que es obligación de los Estados, en el
marco de este artículo, adoptar las medidas apropiadas para la orientación de los
padres y de la educación para la paternidad responsable.
-Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, artículos 10 y 13.
-Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículos 18 y 23.
-Ley Federal de Educación, artículos 3, 4, 5, 42, 44 y 56.
Los Tratados Internacionales citados fueron incorporados a nuestra
Constitución Nacional en la reforma de 1994.
Esto es de suma importancia, porque la misma Carta Magna establece en su
artículo 31 que todas las leyes que se sancionen en la Nación deben estar supeditadas a ella:
Esta Constitución, las Leyes de la Nación que se dicten por el Congreso y los tratados con las potencias extranjeras son la ley suprema de la Nación; y las autoridades
de cada provincia están obligadas a conformarse a ella, no obstante cualquiera disposición en contrario que contengan las leyes o constituciones provinciales.
Es decir que, aun existiendo una norma de inferior jerarquía que la pueda
contradecir, prevalece siempre la norma superior, esto es, la Constitución
Nacional y los Tratados Internacionales incorporados, porque éstos son el vértice
superior de la pirámide jurídica de la Nación.
Tomar conciencia de las garantías con que cuenta la libertad de enseñanza es
fundamental para que las familias actúen en consecuencia.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
70
La Dra. Lila Archideo explicita claramente el significado de la libertad de enseñanza:
Real capacidad de los padres de familia o de los educandos, de optar la educación
que deseen para el perfeccionamiento de sus hijos o de sí mismos cuando sean mayores de edad, conforme a sus principios y valores (ARCHIDEO, Lila: Libertad de enseñanza, Bs. As., CIAFIC ediciones, 2006).
En las actuales circunstancias, es vital que la ejerzamos con responsabilidad,
siendo ciudadanos comprometidos con los verdaderos valores, de los cuales
depende el futuro de nuestros hijos y el de las próximas generaciones. Es oportuno recordar, además, que la educación de gestión estatal también debe garantizar
esta libertad, otorgándole a la familia la participación que le corresponde, por ser
los padres los agentes naturales y primarios de la educación de sus hijos.Y si esta
participación no nace de la propia escuela, es hora de que la exijamos, especialmente cuando está en juego nada más ni nada menos que la sexualidad de nuestros hijos.
Como nos decía nuestro querido Juan Pablo II en tantas oportunidades: “No
tengáis miedo”. Es hora de que las familias argentinas encaremos el desafío que la
realidad de nuestro país nos presenta hoy, con coraje, sabiendo que es posible, si
contamos los unos con los otros, en este camino que es imprescindible emprender.Y así podremos afirmar con Toynbee:
no hay decadencia cuando un pueblo da respuestas adecuadas a problemas esenciales.
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN NUESTRA LEGISLACIÓN
71
REPERCUSIÓN DE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO
EN ALGUNOS PROYECTOS EDUCATIVOS
EDUCACIÓN Y GÉNERO
María Benites*
Me han pedido que hable sobre “La influencia de la ideología de género en
iniciativas legislativas relativas a educación”. No es una tarea sencilla.
1. La terminología asumida en la legislación
Las características del lenguaje normativo requieren una precisión que no
siempre se corresponde con los modos de entender ciertos términos en la cultura actual, que no son ciertamente unívocos. Hay ciertas expresiones, como género, como perspectiva de género, igualdad de género, salud sexual y reproductiva,
que en sí mismas no necesariamente deben ser entendidas en el marco de una
determinada ideología y, por eso, requieren un discernimiento que es necesario a
nivel semántico, a los fines de una adecuada interpretación que surja del texto y
del contexto de una norma.
* Miembro de las Servidoras. Abogada, Universidad Nacional de Buenos Aires. Doctora en
Derecho Canónico, Pontifica Universidad Lateranense, Roma. Profesora Universitaria. Investigadora
interna del Centro de Investigaciones en Antropología Filosófica y Cultural de la Asociación
Argentina de Cultura.
EDUCACIÓN Y GÉNERO
73
Son expresiones, categorías que empiezan a aparecer con mayor frecuencia en
leyes y proyectos de ley, expresiones que por sí mismas no imponen ni pueden
imponer una determinada significación. Esto debe ser sostenido con firmeza precisamente frente al hecho cada vez más frecuente de su inclusión en textos normativos u otros documentos oficiales.
Entiendo que sería necesario distinguir entre lo que se denomina perspectiva
de género e ideología de género. Porque los términos se van asumiendo y no
necesariamente se asume en la misma medida la carga ideológica que pueden
tener.Y su rechazo indiscriminado puede significar el riesgo de que se pierdan los
contenidos valiosos y justos que desde una visión cristiana es imprescindible afirmar, como son los relativos al lugar y la dignidad de la mujer.
En la Conferencia Mundial de la Mujer celebrada en Pekín en 1995, la Santa Sede
introdujo una declaración de interpretación del término género que dice:
Aceptando que la palabra “género” en este documento ha de entenderse según su
uso ordinario en el ámbito de las Naciones Unidas, la Santa Sede lo admite con el significado común de esta palabra en las lenguas en que existe. La Santa Sede entiende
el término “género” como fundado en una identidad biológico-sexual, varón y mujer.
La Santa Sede excluye así, interpretaciones dudosas basadas en concepciones muy
difundidas, que afirman que la identidad sexual puede adaptarse indefinidamente, para
acomodarse a nuevas y diferentes finalidades.
Algo análogo ha hecho la Santa Sede con otras expresiones como “derecho de
las mujeres a controlar su sexualidad”, “derecho de las mujeres a controlar [...] su
fertilidad”, “salud reproductiva”, “salud sexual” y “derechos reproductivos”.
2. La ideología de género y su influjo en la educación
La cuestión tiene una cierta complejidad y trataré de dar brevemente algunas
razones. La complejidad proviene del hecho de que lo que llamamos ideología de
género no se refiere exclusivamente a una dimensión, como es la de la sexualidad.
Como es obvio, a partir de esa dimensión, lo que se juega es la cuestión de la identidad de la persona en su totalidad. La ideología de género incide en toda una concepción antropológica y, por lo tanto, sus consecuencias para la educación son
ciertamente graves; afectan a la visión que se tiene del sujeto mismo de la educación y a su finalidad.
Si tuviéramos en cuenta sólo el primer aspecto, podríamos asumir que esta
ideología se proyecta específicamente en aquellas iniciativas que conciernen a la
educación sexual, tanto desde una perspectiva netamente educativa como también
desde iniciativas referidas a programas de salud sexual y reproductiva, porque salud
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
74
y educación son dos ámbitos estrechamente ligados. Es notable que la reciente Ley
de Educación Sexual de la Ciudad de Buenos Aires se proponga como finalidad
la salud y no la educación en sí, aunque se trate de una ley de educación.
En sus versiones más radicales, la ideología de género se propone y se impone como una herramienta teórica para interpretar críticamente toda la realidad
socio-cultural. Una posición que consiste en no dar nada por hecho, no sólo
–como decía– lo relativo a la identidad sexual, sino a la identidad étnica, la de pertenencia a un grupo social, la identidad ético-normativa de una sociedad, sus
jerarquías, sus pautas culturales, y a la misma identidad de la persona. En este sentido, la Task Force on Education and Gender Equality del UN Millenium Project, a propósito de definir el término género, dice en su último informe:“como la raza y la
etnia, el género es una construcción social”.1 Desde esta perspectiva, su incidencia en la educación, no sólo a nivel normativo, sino a nivel de políticas, de contenidos, de manuales, es enorme y se constituye en una verdadera ideología que
informa y recorre transversalmente todos los contenidos educativos y la realidad
misma de la educación, que va mucho más allá de la transmisión de contenidos.
No se trata sólo de los contenidos de educación sexual y de su transversalidad, sino
de una perspectiva que aspira a impactar en la totalidad de la educación, porque
pretende a conformarse como una verdadera visión del mundo, con todas las
características que le son propias.
En anteriores sesiones de este Seminario, se ha tratado el tema de la ideología
de género en sus aspectos teóricos; por eso, me limito aquí a retomar algunos elementos que seguramente ya han sido dichos, al solo efecto de justificar lo que
acabo de decir. La ideología de género –me refiero a su expresión más radical, que
es, por otra parte, la que mayor presencia activa tiene hoy en nuestro país– se apoya
en premisas que tienen sus raíces en teorías marxistas y estructuralistas; se basa en
una interpretación neomarxista de la historia, una interpretación en clave dialéctica, de oposición, negación, superación para eliminar la diferencia de sexos, que
sería, según representantes significativas del feminismo radical, la última etapa de
la lucha de clases.2
Esta visión implica una ruptura con lo natural que, además, se ve potenciada
por el desarrollo de la ciencia y de la técnica, que ponen a disposición del hombre un poder casi ilimitado para manipular, modificar y hasta prescindir de la naturaleza. Shulamith Firestone decía:
Lo natural no es necesariamente un valor “humano”. La humanidad ha comenzado a superar la naturaleza […]. Aun por una cuestión de pragmatismo, parece llegado el momento de deshacernos de ella.3
EDUCACIÓN Y GÉNERO
75
No es difícil advertir cuál es el modelo educativo que se sigue de las premisas
brevemente enunciadas, cuál su finalidad y cuáles sus consecuentes metodologías.
Enunciaré algunos elementos que, por la constancia con que aparecen en documentos educativos de diversa índole y jerarquía y por los aspectos que tocan, se
constituyen de alguna manera en líneas directrices que estructuran la actividad
educativa.
a) La ruptura de los vínculos familiares
Los niños y adolescentes, como categoría social, son objeto de estudio por
parte de las ciencias sociales. Uno de los criterios de estudio de este grupo de personas es el de la discriminación, en cuyo contexto se considera que una de las
grandes bases de sustentación de la discriminación hacia ellos se origina en
ciertas concepciones sociales –cristalizadas en la normativa vigente– que consideran a los niños, niñas y adolescentes como propiedad de los padres, a lo sumo, como
objetos de protección social y judicial, pero nunca como sujetos de derechos.4
Tan no es así que ya el Código Civil Argentino (1869), luego de definir a las
personas como aquellos entes capaces de adquirir derechos y contraer obligaciones
(art. 30), las considera tales –es decir, sujetos de derecho– a partir de la concepción.
La ley de Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes,
sancionada en 2005, avanza en la idea de que los niños son sujetos activos de derechos; es decir, los menores de edad, según esta ley, no serían ya incapaces de hecho
sino que podrían ejercer por sí los derechos.5 El anteproyecto de Ley de
Educación Nacional retoma esta idea del niño como sujeto de derechos como una
de las finalidades de la educación inicial.
La patria potestad se considera una institución discriminante:
Las bases ideológico-culturales de la discriminación hacia los niños, niñas y adolescentes tienen sus raíces en la concepción patriarcal, según la cual el Paterfamiliae se
consideraba dueño de las haciendas y de las vidas de su mujer, sus hijos y sus sirvientes. Sobre esta noción se apoya el concepto de patria potestad. Si bien esta concepción evolucionó –dejando atrás conceptos tales como “la letra con sangre entra” o las
ideas de que los niños son “arcilla blanda que hay que moldear” y que son potencialmente peligrosos si no se controla su voluntad y se los corrige o “reforma”–, muchos
resabios de estas nociones se mantienen en las leyes e instituciones vigentes.6
De allí que, en relación con las problemáticas sociales discriminatorias de que
pueden ser víctimas los niños, a lo primero que hay que apuntar –según los auto-
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
76
res de este Plan– es a la patria potestad, mediante una revisión crítica de esta institución, sometiéndola a un proceso de deconstrucción dialéctico-histórica.
La patria potestad es una institución jurídica que, como tantas otras instituciones del derecho romano, el cristianismo asumió y cristianizó de fondo; y pudo
hacerlo porque esa institución tiene un fundamento natural fundamental: es
expresión de la relación más básica, más humana y radical que puede existir, que
es la relación de un padre o de una madre con su hijo. Básica porque es principio
–en sentido no sólo cronológico, sino entitativo– original y originante de toda
otra relación social; de allí que la familia es célula primera y vital de la sociedad.
La posición que comentamos la vería, en cambio, como una fuente de discriminación que es necesario revisar y, en el mejor de los casos, debilitar. Estamos
ante una cuestión vital para el futuro de la humanidad como tantas veces afirma
Benedicto XVI. Estamos también ante una cuestión educativa fundamental: la de
los sujetos y la de los agentes de la educación.
Con esta primera deconstrucción, la de la ruptura de los vínculos del niño con
sus padres, se intenta despojar al niño del lazo más fuerte que tiene, esencial en esa
etapa de su vida, y se rompe también con su dimensión relacional y con la necesaria referencia al otro, constitutiva de la identidad personal.
En este contexto, obviamente, los padres no son ya los agentes naturales y primarios de la educación de sus hijos menores; todo lo contrario: otros agentes, en
primer lugar el Estado, que se constituiría en garante y en ejecutor de este proceso de deconstrucción en cuanto en él se jugaría la libertad, asumen el rol principal. Esa verdad esencial y la consecuente regla sapiencial, por la cual, en razón de
haber dado la vida a sus hijos, los padres deben ser protagonistas primeros de su
educación, precisamente en razón de que la vida que han dado es una vida humana y por lo tanto su procreación es también una procreación que se proyecta a lo
que la plenitud de lo humano exige por medio de la educación, quedaría entonces cancelada, no sólo de la legislación, lo cual ya es gravísimo, sino de la misma
realidad socio-cultural. Esa verdad y esa regla por la cual, en razón del grado de
intimidad y –podría decirse– de identificación que se realiza en la relación de un
padre o de una madre con su hijo, la sociedad y el derecho siempre han supuesto
que nadie puede velar mejor por los intereses de un niño que sus mismos padres.
Y ésta es la ratio de la patria potestad, que se vacía de su significado profundamente humano y se considera en cambio como una suerte de superestructura de
dominación, que sería necesario erradicar.
b) Familias, no familia
Los contenidos curriculares y los manuales escolares, al tratar el tema de la
familia, se focalizan en la noción de cambio, de distintas formas de organización
EDUCACIÓN Y GÉNERO
77
de la familia a través del tiempo, en el conocimiento de los distintos modos en que
las personas organizan su vida cotidiana en el ámbito familiar, en la vida cotidiana de familias representativas de distintos grupos sociales, enfatizando los conflictos más característicos de esas sociedades, en fin, en el conocimiento de los principales cambios, estructuras y funciones en la familia argentina, atendiendo especialmente a las diversas tendencias en la composición y los roles familiares. De esta
breve enunciación de contenidos presentes en programas de enseñanza, podría llegarse a una especie de conclusión a priori de que no podemos hablar de elementos constitutivos que pertencen por sí a la familia, y esto en contra de la evidencia de la historia sobre la permanencia en el tiempo de ciertos elementos que
siempre acompañaron la noción y la experiencia de familia. No se podría hablar
ya de familia, en singular, o de un modelo único de familia, sino de familias, en
plural. El matrimonio no sería ya la unión de un varón y una mujer para formar
una comunidad de vida caracterizada por el don, la reciprocidad, la sexualidad y
la procreatividad, sino la unión incluso de personas del mismo sexo, con compromisos a establecer caso por caso, a las que habría que equiparar jurídicamente. De
allí que es necesario someter a una revisión crítica los roles familiares, para evitar
que el niño los asocie con el padre o con la madre, o asocie la maternidad o la
paternidad con uno u otro sexo. Se postula así la salida de la conciencia moral de
la humanidad, que no obstante la diversidad de formas jurídicas del matrimonio,
supo, sin embargo, que esta institución, según su esencia, realiza una particular
comunión de un varón y una mujer abierta a los hijos y por lo tanto a la familia.
La educación, a través de sus contenidos, de sus textos, de sus metodologías
–se sostiene–, debe desarticular esta idea de familia; no hacerlo sería negarle al
alumno la posibilidad real de construir su propia vida y su identidad libre de todo
estereotipo social discriminatorio. Pero no se trata aquí de una discriminación; se
trata de qué es la persona humana, en cuanto varón y mujer, y de cómo la unión
entre ellos puede originar una comunidad de vida y de amor de la que depende
esencialmente la existencia y la estructura misma de la sociedad.7
c) La “historia problema” y el concepto de Nación
A partir de la ruptura con la familia, se proyectan y se elaboran sucesivas rupturas, por ejemplo, con la Nación, que no por casualidad tiene su raíz en la palabra nacimiento y remite, por lo tanto, a un origen, y se vincula además con la palabra Patria, que hace referencia a los padres, a la tierra de nuestros padres.
El abordaje pedagógico de la idea y del valor de la Nación se hace desde una
determinada concepción de la historia muy influenciada por teóricos de la ciencia histórica, para quienes la historia debe pensarse ante todo como problema. No
se trata en primera instancia de conocer el pasado con la mayor objetividad posi-
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
78
ble y, si es el caso, cuestionar hechos o instituciones disvaliosas; se trata, incluso sin
conocer la historia, de problematizarse acerca del pasado. De allí que lo primero
que haya que suscitar en el alumno es precisamente esta problematización respecto del pasado, desde los primeros años de su ingreso a la escuela. Los mismos programas de enseñanza se estructuran en torno a ejes-problemas que intentan mostrar la permanencia del conflicto como motor de la historia.
La construcción de la nacionalidad se presenta, así, como resultado de interacciones conflictivas, fruto de las visiones que predominaron en uno u otro
momento de la historia del país y que conformaron diversos modelos de Nación.
En el análisis que se propone de ese sucederse de modelos, ningún elemento es
rescatable por tener un valor en sí, o en razón de su aptitud para expresar un
aspecto humano esencial de la vida personal o social de una comunidad. Al contrario, la historia se tamiza y se resignifica a partir de la categoría del conflicto, de
las estructuras de dominación y de los patrones de discriminación. Esto lleva, a su
vez, a inculcar en el alumno que la ruptura con el pasado es una actitud necesaria para el progreso de la sociedad. Si el pasado es siempre conflictivo, fuente de
dominación y de discriminación, es necesario liberarse de él.
Si las anteriores deconstrucciones se proponían una ruptura con los vínculos
humanos más básicos (los paternos y los familiares), ésta se propone una ruptura
de los vínculos con las generaciones pasadas, una ruptura sincrónica y diacrónica
de los vínculos humanos.
d) La idea de lo diverso
En la base de la enseñanza de las Ciencias Sociales, como pilar de toda su
arquitectura, se pone la idea de lo diverso. Se acentúa en los contenidos curriculares y en los manuales de enseñanza, desde el primer ciclo de la EGB, que al educando hay que inculcarle la noción de la diversidad, no de lo que nos une a todos
los hombres y que hace precisamente posible la vida en sociedad; se subraya la
necesidad de que los alumnos tomen conciencia de que forman parte de un
mundo diverso. Se pone la idea de lo diverso y, por lo tanto, de lo relativo, de la
ausencia de normas y de instituciones universales; un mundo diverso en donde
hay que convivir con respeto, ciertamente, pero sin pretender que ninguna de esas
diversidades tenga un valor sino en cuanto relativo a los valores de los otros. En
esta visión, lo natural no tiene cabida. Al contrario, el constructivismo radical sostiene que ha llegado el momento de superar la naturaleza, y en la naturaleza entran
la persona humana y su dignidad, un orden ético fundado en normas y valores
heterónomos, instituciones exigidas por esa misma naturaleza humana.
En este contexto, el esfuerzo por presentar los derechos humanos como un
aspecto central de la formación queda debilitado en sus mismos fundamentos; no
EDUCACIÓN Y GÉNERO
79
se trata de derechos que pertenecen a la persona humana en virtud de su misma
naturaleza, sino del resultado de un proceso de deconstrucción y de construcción
socio-cultural, fundado en consensos que cambian y se renuevan constantemente. Se trata de derechos que son esencialmente mutables y, por lo tanto, también
es mutable el estatuto jurídico de la persona humana en todas las fases de su existencia.
Desde esta visión de lo diverso, sería imposible también hablar de derechos
humanos en sentido universal, como planteó la Declaración de 1948, por la misma
razón por la que sería imposible hablar de hombre en la medida en que con ello
se quiera expresar lo esencial al ser humano. Los derechos humanos, luego de
1948, fueron declinados en derechos de la mujer, de los niños, de los migrantes,
de las minorías raciales, étnicas, religiosas, de los refugiados, y así sucesivamente.
Una evolución positiva que, a partir del universalismo de la Declaración, manifiesta una sensibilidad atenta a las diferencias –que en buena medida contribuyó a
despertar el movimiento feminista– y refleja también una reacción positiva a la
pretensión iluminista de un igualitarismo que anuló toda diferenciación, que desconoció que el hombre es un ser único e irrepetible y que impuso una cultura
única y hegemónica. Para los ideólogos del género, se trata en cambio de la manifestación de la imposibilidad de concebir una común naturaleza que una a todos
los hombres.
Estas sucesivas deconstrucciones dan por resultado un disolverse de las certezas primordiales del hombre sobre sí mismo, sobre Dios, sobre la historia, y sobre
valores morales intangibles. Lo único que queda es el poder.
e) La construcción del sujeto y la educación
¿Qué ocurre una vez que se logra que el alumno se deconstruya a sí mismo,
deconstruya sus vínculos familiares y sus vínculos con la sociedad a la que pertenece, deconstruyendo su historia? Pues recuperará su absoluta libertad para construirse a sí mismo sin ningún condicionamiento.
Para el pensamiento feminista radical y post humanista, ya se han derribado
todas las barreras que podrían obstaculizar la total posibilidad del construirse a sí
mismo. El cuerpo humano se hace hoy accesible –afirman–, lo orgánico y lo inorgánico pueden combinarse libremente y el sexo es uno de los recursos disponibles que, como todos los otros, puede ser usado para los fines más diversos y puesto al servicio de un amplísimo espectro de objetivos, para cuya obtención se
podrán potenciar, experimentar diversos géneros e incluso inventar nuevos, llegado el caso. El yo, afirma Donna Haraway, no está nunca realizado, nunca completo; está siempre construido y estructurado imperfectamente, y por lo tanto en
condiciones de asociarse a otros sin jamás afirmarse como simplemente presente
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
80
y otro. Las nuevas tecnologías permiten pensar los entes, incluidos los seres humanos, como conglomerados siempre en condiciones de ser desarticulados y combinados con nuevos elementos.8
Se concretaría así, para este pensamiento, el sueño de una sociedad sin géneros, un modelo de sociedad cada vez más orientada a la inmaterialidad de las experiencias, a la irrelevancia, a la adherencia física a una determinada y precisa identidad, abierta a procesos de reorganización de los cuerpos según modelos diversos
basados en la idea de identidad indiferenciada.9 Se trataría del último estadio de la
dialéctica de oposición, negación y superación de lo “idéntico-diverso”, para dar
lugar a la fase final de la revolución socialista.
Sobre estas premisas se construye y se postula, también, la metodología educativa que se propondría dotar al sujeto de las herramientas que le permitan el
ejercicio real de esa permanente construcción de su identidad. Me limito a considerar una cuestión que me parece importante tener en cuenta: el empoderamiento de los niños y adolescentes.
El empoderamiento significa poner a las personas en posibilidad de ejercer un
poder, concebido en el sentido de un control extrínseco y de una capacidad
intrínseca.
Se considera que los niños y adolescentes deben ser dotados de las herramientas que les permitan el ejercicio activo de sus derechos y los pongan en condiciones de hacer sus propias “opciones”. Obviamente y como consecuencia de lo que
antes se ha dicho, este objetivo se plantea al margen del propio entorno familiar y
cultural, de sus comunidades de pertenencia y de sus raíces afectivas y religiosas,
porque todas ellas son vistas con desconfianza respecto de sus intereses y ya han
sido sometidas a ese proceso de deconstrucción crítica.
El empowerment busca proteger al niño empujándolo al ejercicio por sí de
derechos y a la toma de decisiones respecto de su vida, de su educación, de su
sexualidad, dejándolo en un cuadro de marcada soledad, en un cuadro en donde
están sólo él y su “poder”, basado en un arsenal de información y de herramientas, para que construya su aprendizaje y le permitan negociar para afianzar su decisión sobre su identidad en el entorno social. Información y herramientas generalmente elaboradas en agencias que están demasiado alejadas como para poder ponderar y precisar lo que exige la regla de oro de la Convención de los Derechos del
Niño, es decir, el supremo interés del menor. Ténganse en cuenta las motivaciones explicitadas por los promotores de las leyes de salud sexual y reproductiva y
de educación sexual, en las cuales se insiste en que al niño hay que dotarlo de los
instrumentos para que pueda defenderse él mismo de posibles violaciones a su
dignidad y de abusos por parte de los mayores. De alguna manera, estaríamos en
un estadio en el cual el Estado se desentendería de lo que siempre se ha conside-
EDUCACIÓN Y GÉNERO
81
rado como una función que le pertenecía de modo indelegable, como es el cuidado del orden público y de la seguridad de los ciudadanos, incluso de los más
débiles y desprotegidos, como los niños.
El empoderamiento se asocia a la idea de un sujeto que se hace tal en la medida en que construye su propia identidad sobre la base de un control de sí mismo
y en el marco de un juego de negociaciones en donde los poderes de los otros
deben articularse con los propios.
Se trata de un enfoque que no logra responder a una compleja exigencia, que
es de carácter antropológico y ético, basada en la asunción de la dignidad de la
persona humana en toda su amplitud, porque parte de una visión reductiva: los
dos pilares en los que se basa –información y negociación– no logran apuntar al
núcleo más hondo de la persona, que es el moral.
Los teóricos del empowerment han trabajado mucho para disociar esta categoría de su concepto raíz: el poder en todas las acepciones negativas que este término tiene en las distintas visiones de las ciencias políticas y de la sociología, pero sin
lograrlo, porque permanecen encerrados en la dialéctica negativa entre los distintos detentadores del poder, dialéctica de la que no logran salir.
3. La contribución de la educación cristiana
Este breve panorama que se ha tratado de esbozar en las líneas precedentes
plantea desafíos al educador cristiano que no se pueden soslayar. Sin duda es una
tarea compleja: se trata de ideas y valoraciones con incidencia activa en el ámbito
educativo, que permean la cultura en la que estamos inmersos y cuya difusión se
ve potenciada por la acción de los medios de comunicación, que conforman mentalidades, visiones, modos de valorar, conductas estereotipadas.
En el contexto de nuestra cultura actual, por lo menos en Occidente, es el
mismo valor de lo humano lo que está en juego. Hoy la Iglesia, consciente de que
sólo en el misterio del Verbo encarnado se esclarece el misterio del hombre,10 se
constituye en depositaria y en memoria que preserva y cultiva el sentido y el valor
de lo humano. De la Iglesia, que es maestra en humanidad, de sus enseñanzas, de
su doctrina y de la fuerza vivificante de su gracia se nutre la docencia y la eficacia de la tarea educativa cristiana.
Los alumnos que llegan a nuestras aulas están influidos por esa cultura, y al
educador cristiano se le plantea el desafío de saber despertar en ellos su sensibilidad y su capacidad de conocer la verdad, que le permitan liberarse del condicionamiento del relativismo y satisfacer su profunda necesidad de certezas.
Sensibilidad y capacidad de que dispone el hombre, pero que para poder crecer y
afianzarse requieren de ayuda, de apoyo, de educación. La docencia cristiana tiene
que acercarle al alumno verdades a aprehender, como la dignidad de la persona
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
82
humana, su vocación trascendente, su capacidad para establecer vínculos interpersonales, su apertura a la sociedad, y ayudarle a descubrir un orden, una ley que
manifiesta la impronta y la orientación de su Creador.
Al educador cristiano le toca la delicada y noble tarea de avivar en el alumno
la energía de la conciencia moral, que le permite discernir el bien y el mal, y la
tarea de afianzar en él el coraje de vivir según la conciencia.Y enseñarle a ejercer
su libertad, que es ante todo moral, la consecuente responsabilidad de su propia
vida y de la vida de los demás, su compromiso por la construcción de la sociedad
y el bien común, y la grandeza y el misterio, a la vez, del acto libre que, cuando
se da, manifiesta de un modo eminente en el hombre su participación en la fuerza creadora de Dios.
Al educador cristiano le toca el desafío de develar ante la mirada del alumno
el itinerario espléndido de la historia que le muestre la grandeza de la creatividad
y del protagonismo de los hombres de otros tiempos y lugares, de sus aciertos, de
sus gestas, de sus obras y también de sus miserias, de sus yerros, de sus guerras; le
toca el desafío de enseñarle una actitud sapiencial que sepa sacar de la historia
enseñanzas para su vida y le infunda la certeza de que es posible y deseable aspirar a ideales altos y nobles que trasciendan las fronteras de la propia subjetividad y
se orienten al servicio de los hombres y la sociedad de su tiempo, porque la historia no es un progreso mecánico e indefinido, sino el fruto de la libertad del
hombre, que de ella es sujeto y protagonista.
El educador cristiano deberá saber mostrar a sus alumnos que con la encarnación, el Verbo asumió la historia humana y la convirtió en camino de redención
para los hombres de todos los tiempos; y camina con nosotros en nuestro peregrinar por la historia y nos asegura con su presencia nuestro protagonismo positivo
para que la historia se convierta en camino de redención para todos sus contemporáneos.
Al educador cristiano le toca el desafío de estimular en el alumno su apertura a Dios y el cultivo de su relación con Él, que en Jesucristo se hace relación
personal, de intimidad, de mutua compenetración.Y ayudar a crear en él la convicción, la fe, de que con Jesucristo, y en Él, descubrirá plenamente su propia identidad, su verdadera dignidad y el misterio por el cual, como Él, perdiendo la propia vida, la ganará.
Notas
1.“Like race and ethnicity, gender is a social construct. It defines and differentiates the roles, rights, responsibilities, and obligations of women and men. The
innate biological differences between females and males form the basis of social
EDUCACIÓN Y GÉNERO
83
norms that define appropriate behaviors for women and men and determine the
differential social, economic, and political power between the sexes. Although the
specific nature and degree of these differing norms vary across societies and across
time, at the beginning of the twenty-first century they still typically favor men and
boys, giving them more access than women and girls to the capabilities, resources,
and opportunities that are important for the enjoyment of social, economic, and
political power and well-being”. UN Millennium Project 2005: Taking Action:
Achieving Gender Equality and Empowering Women. Task Force on Education and
Gender Equality, p. 30.
2. Cf. BURGRAFF , J.:“Sexo y género: naturaleza de la personalidad humana en
el centro de la batalla ideológica”, en Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, nº
96, noviembre-diciembre 2004, en http://www.nuevarevista.net, acceso
16/10/2006.
3. FIRESTONE, S.: The Dialectics of Sex, New York, Bantam Books, 1970, p. 10.
4. P.E.N. Decreto 1086/2006. Apruébase el documento titulado “Hacia un
Plan Nacional contra la Discriminación - La Discriminación en Argentina,
Diagnóstico y Propuestas” y se encomienda al INADI la coordinación y la ejecución de las propuestas contenidas en el documento mencionado, publicado en el
Boletín Oficial del 27/09/2005, p. 51. Un ejemplo –casi diría– magistral de la
tarea de deconstrucción en toda su amplitud.
5. Cf. Ley 26061, publicada en el Boletín Oficial del 26/10/2005.
6. “Hacia un Plan Nacional contra la Discriminación”, ob. cit., p. 51.
7. Cf. RATZINGER, J.:“Europa. I suoi fondamenti spirituali ieri, oggi e domani”, discurso pronunciado en la Sala Capitular del Senado de la República Italiana,
Roma, 13 de mayo de 2004.
8. HARAWAY, D.: The Actors are Cyborg, Nature is Coyote and Geography is
Elsewhere, Postcript to “Cyborg at Large”, en PENLEY, C. - ROSS, A.: Technoculture,
Minneapolis, 1991, p. 22.
9. Cf. AMATO MANGIAMELI, A. C.: Il sogno igualitario infranto. Sul concetto di
“alterità indifferenziata”, en PALAZANI, L. (coord.): Il diritto tra uguaglianza e differenza di genere,Torino, Giappichelli Editore, 2005, p. 35.
10. Cf. CONCILIO VATICANO II: Constitución Pastoral Gaudium et spes, nº 22.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
84
PROPUESTAS CONCRETAS A LA LUZ DE LAS CONCLUSIONES
DEL V ENCUENTRO DE FAMILIAS. VALENCIA, 2006
DESAFÍOS Y PROPUESTAS PASTORALES
A PARTIR DEL V ENCUENTRO MUNDIAL
DE FAMILIAS
Beatriz Balián de Tagtachian*
El V Encuentro Mundial de Familias, con la presencia del Santo Padre
Benedicto XVI, realizado en Valencia en el mes de julio de 2006, es un nuevo acontecimiento en la historia de la preocupación de la Iglesia Católica por la familia.
En esos días, fueron varias y diversas las actividades que se realizaron. Entre
ellas, merece destacarse el Congreso realizado por ULIA (Universidad Libre
Internacional de las Américas) y la Universidad Católica de Valencia, cuyo tema
fue “La familia, clave del desarrollo”. Dicho Congreso se llevó a cabo del 1º al
4 de julio. A continuación, tuvo lugar el Congreso Teológico Pastoral, hasta el
7 de julio, y finalmente, el Encuentro en sí mismo, durante los días 8 y 9 de
julio.
De esa intensa actividad se pueden señalar los rasgos más anhelados por las
familias y que por tanto constituyen un horizonte de deseabilidad.
*
Licenciada y doctora en Sociología por la Pontificia Universidad Católica Argentina.
Directora del Departamento de Sociología y docente de carreras de grado y posgrado en la
Pontificia Universidad Católica Argentina.
DESAFÍOS Y PROPUESTAS PASTORALES A PARTIR DEL V ENCUENTRO MUNDIAL DE FAMILIAS
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Sin embargo, es necesario considerar también aquellos aspectos de la realidad
que se alejan de lo deseable, pues la distancia entre unos y otros marca los desafíos a tener en cuenta, y de ellos se derivan las propuestas que se pueden formular.
En resumen, los temas a tratar en esta presentación son cuatro:
-
los rasgos más deseables de las familias, como un bien a alcanzar;
la realidad social;
los desafíos que se presentan;
las principales propuestas.
Un punto de partida positivo
La distancia entre lo deseable y lo existente sugiere diferentes estrategias. Una
de ellas es focalizarse en lo que se considera inadecuado o perjudicial para combatirlo, y otra es centrarse en lo que se percibe como bueno, a fin de que pueda
crecer y por tanto disminuir o amenguar aquello que se considera negativo.
Se trata, en este caso, de una estrategia afirmativa, en la que el punto de partida es lo existente, con el entusiasmo de hacer, que proviene de la dignidad de ser
persona, y que considera que ese intangible merece una oportunidad para desplegarse y nutrir humanamente las relaciones sociales.
Al respecto, el Lic. Miguel Espeche, en su disertación en la Tercera Semana de
Pastoral Social, realizada en la Arquidiócesis de La Plata, Argentina, en septiembre
de 2003, se refirió a esta forma de hacer. La ejemplificó con una frase correspondiente a un libro chino de aproximadamente 5000 años, que dice así: la mejor
manera de combatir el mal es un enérgico progreso en el sentido del bien.Y se
refirió al programa de salud mental que desarrolla en el Hospital Pirovano, donde
no se lucha contra la enfermedad sino que se promueve la salud; se fortalecen los
elementos positivos.
Los aspectos deseables de la vida familiar
El concepto de familia que nos convoca es central, pero no se desconocen los
diferentes hogares que muestran en la actualidad una creciente complejidad.
La familia está constituida en su origen por una pareja de distinto sexo, con
hijos biológicos y/o del corazón, y otros parientes que conviven o no bajo el
mismo techo.
La vida familiar se desenvuelve bajo dos coordenadas principales: espacio y
tiempo.
El espacio se puede considerar en dos dimensiones. Una íntima, muy próxima,
de fuerte interrelación entre los miembros, que hace que juntos conformen una
pequeña comunidad o, como se llama en diversos documentos, la Iglesia Doméstica.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
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Ésos son los aspectos psicosociales de la familia.
La otra dimensión es más distante y se refiere a la inserción de la familia en la
sociedad, en cuanto se vincula con diferentes organizaciones de distintas instituciones sociales como la educación, la salud, la economía, la política, la seguridad,
la religión o la recreación, entre otras. Es decir, se relaciona con escuelas, centros
de salud, diversos comercios, empresas; como trabajadores, profesionales o clientes,
entre otras formas. Se vincula con partidos políticos o diferentes asociaciones sindicales o de la comunidad en general, así como con las organizaciones que brindan seguridad. También con otras que le aportan apoyo y referencia espiritual,
como las iglesias, o aquellas que le permiten ocio y esparcimiento, como centros
deportivos, lugares de espectáculos, etc. De esa manera, sus miembros pueden ser
estudiantes, docentes, pacientes, profesionales, ciudadanos, fieles, misioneros,
voluntarios, artistas, espectadores, entre otros.
El tiempo permite abordar los temas de los miembros de la familia en la
dimensión de su transformación. La familia, como centro privilegiado de personalización, es la que permite y favorece el desarrollo de cada uno de sus integrantes y allegados, mediante sus experiencias, que se van manifestando en sus actitudes y comportamientos. El fundamento de la conducta de cada uno son las ideas,
las concepciones, los pensamientos; en resumen: los valores que los inspiran.
Ese desarrollo será integral en la medida en que las personalidades se conformen teniendo en cuenta todas sus potencialidades. Por ello, el varón y la mujer no
sólo deberán saber enfrentar los problemas de la naturaleza, los escasos o múltiples
recursos, la forma de vincularse con su prójimo tanto en relaciones de autoridad
como de fraternidad, sino también deberán tener en cuenta su sentido espiritual,
que les permite comprender que han sido creados y les compete considerar su
proyección en un prójimo conocido, o no, pero con igual identidad: ser hijo de
Dios. Su desarrollo integral está sustentado en esa identidad.
Desde ésta, las personas podrán asumir comportamientos básicos y deseables.
Los hijos serán fruto del amor sincero y gratuito como don; el encuentro personal se manifestará en el deseo de integrarse con otros y formar comunidades fraternas; el reconocimiento de la dignidad de cada uno estará presente en el respeto del otro y en el ejercicio responsable de la libertad para luchar por la justicia y
la paz, con una dimensión afectiva que permita tener la experiencia de amar y ser
amado.
Todo ello implica valores inspiradores y dinámicos de alegría y entusiasmo,
entrega y comunión.
El espacio y el tiempo como coordenadas de la vida familiar, por un lado, le
posibilitan interrelaciones múltiples que configuran redes de cooperación y confraternidad, y por otro, y al mismo tiempo, le otorgan crecimiento y maduración.
DESAFÍOS Y PROPUESTAS PASTORALES A PARTIR DEL V ENCUENTRO MUNDIAL DE FAMILIAS
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Así, las personas unidas institucionalmente y sus valores adheridos, considerados como los componentes principales en la vida familiar, generan dos amplios y
complejos procesos:
la solidaridad intergeneracional y la transmisión de la fe, aspectos claves del
mundo contemporáneo.
Algunos aspectos de la realidad familiar: problemas personales
y socioculturales
Uno de los problemas básicos que se presenta en la actualidad es la desorientación personal, que se manifiesta de distintas maneras. Una de ellas es la que
podría denominarse el “yo débil” y otra, “el sentimiento de vacío”. Ambas hacen
referencia a la falta de confianza personal, a una débil autoestima o a una escasa
capacidad resolutiva frente a los problemas.
Esa desorientación personal se complementa con lo que podría llamarse despersonalización, que se reconoce en la necesidad de ser aceptado por otros o, aún
más, en buscar adaptarse a otros para lograr esa aceptación.
Esa adaptabilidad extrema puede implicar comportamientos negativos para sí
mismos –y también para la comunidad– como el alcoholismo, tan difundido entre
los jóvenes y con cierta aceptación de algunos padres; las adicciones como etapa
“natural” de un proceso de desarrollo, lo que implica una oposición a la idea de
alcanzar la disposición al bien desde la formación de buenos hábitos. Como corolario de estas características negativas, se produce una resultante totalmente esperable: la violencia en las relaciones personales.
Estos aspectos no deseables, como el alcoholismo, las diferentes adicciones o
la violencia, no sólo pueden ser manifestaciones de “sobreadaptación social” a
algunas tendencias grupales, sino que también pueden ser respuestas individuales
a una falta de inserción social, la que proviene de una falta de reconocimiento
acerca de la propia identidad. Al respecto surgen y urgen varias preguntas: ¿quién
soy? ¿qué puedo hacer? ¿qué quiero ser?
La falta de ser uno mismo expone a otros problemas, tales como experiencias
sexuales inmaduras, en algunos casos también casuales o circunstanciales, las cuales distan de ser expresiones de amor como un encuentro profundo que plenifica
a cada uno y contribuye al crecimiento personal de ambos, con la experiencia de
amar y ser amado.
Los valores de alegría y entusiasmo tienen su contracara en manifestaciones
reiteradas de problemas de depresión y soledad, o las nuevas enfermedades psicosociales, como anorexia, bulimia o ataques de pánico. Parecería que la falta de un
grupo familiar que sostenga y apoye a sus miembros en las dificultades, que sea
“contenedor”, es un factor que precipita estos comportamientos.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
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La entrega como valor implica servicio, es decir, una consideración del otro,
del prójimo. Su contracara es el individualismo.
Por otro lado, una de las características básicas de nuestro tiempo es la pérdida del hecho cotidiano de la reunión familiar alrededor de la mesa. Las razones de
ello son muchas y quizás difíciles de identificar, pero, sin embargo, podrían señalarse algunas y también reconocer que esto afecta a los distintos sectores sociales.
La necesidad de los más pobres, de buscar ayuda en los comedores comunitarios o populares, hizo que se perdiera esa reunión básica en el hogar de cada familia; y en otros sectores sociales podría pensarse que las múltiples e intensas actividades laborales, de estudio, deportivas, sociales y también los horarios disímiles de
sus integrantes dificultan la realización de la comida familiar.
Lo cierto es que por distintas razones, en distintos sectores sociales, la reunión
en la mesa familiar dejó de ser un hecho y, por tanto, un símbolo cotidiano de
encuentro y comunicación.
Desafíos y propuestas pastorales
A modo de síntesis, los dos desafíos a tener en cuenta son los siguientes:
1) La falta de personalización en las relaciones sociales.
2) La falta de esfuerzo para buscar el bien común.
Abordarlos significa encontrar espacio y tiempo de solidaridad, sustentados en
nuestra dignidad de ser hijos de Dios. La solidaridad intergeneracional y la transmisión de la fe no son posibles sin ello.
Al respecto, las propuestas pastorales principales son las siguientes:
-
La reafirmación de la identidad sexual y familiar.
El desarrollo de la sociabilidad mediante el diálogo y el encuentro.
La búsqueda del sentido trascendente de la vida.
El primero se refiere a la persona en sus aspectos individuales y sociales; el
segundo, a su capacidad de desenvolverse y brindarle valor a las distintas relaciones humanas; el tercero, a encontrar el sentido y significado de la propia vida.
Los tres implican la reafirmación del sentido de persona, la búsqueda del diálogo y el unirse a otros en forma fraternal mediante el servicio.
La idea del servicio, en la actualidad, nos impulsa a buscar creatividad para
incluir a todos, y especialmente a los que están en riesgo, las personas solas, los
pobres, los enfermos. También implica la necesidad de respeto para participar
DESAFÍOS Y PROPUESTAS PASTORALES A PARTIR DEL V ENCUENTRO MUNDIAL DE FAMILIAS
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entregándose, para realizar acciones dirigidas al bien propio y ajeno; y aprender a
valorar para poder amar y ser amado.
El amar, en nuestra cosmovisión, es “hasta que duela”, pero “la entrega del
dolor está llena de bendiciones”; por tanto, la bendición es poder amar.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
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PROPUESTAS CONCRETAS A LA LUZ DE LAS CONCLUSIONES
DEL V ENCUENTRO DE FAMILIAS. VALENCIA, 2006
LA SITUACIÓN DE LA FAMILIA
Eduardo Horacio García*
Una familia sujeta a cambios
La Iglesia, y en particular el papa Benedicto XVI, cuando habla a la familia o
acerca de la familia, no lo hace a una familia utópica o ideal sino a la familia tal
como se encuentra encarnada en el tiempo, con sus dificultades, luchas, falencias,
aciertos y desaciertos. Podemos decir que, en la historia, siempre se ha hablado a
una familia en situación. Por eso, para comprender y ubicar mejor su mensaje, es
bueno que veamos “cuál es la situación en la que se encuentran nuestras familias
hoy”.
Es una constatación que la familia está sujeta a profundos cambios; siempre lo
ha estado. No se trata de una crisis de la familia cuanto una crisis en la familia,
porque por crisis se entiende justamente un proceso de ajuste y de reasignación
de sentido.
*
Obispo Auxiliar de Buenos Aires. Miembro de la C. E. de Catequesis y Pastoral Bíblica.
Miembro de la C. E. para el Apostolado Laico y Pastoral Familiar.
LA SITUACIÓN DE LA FAMILIA
91
Por lo tanto, la palabra crisis no denota necesariamente una realidad disolvente sino, más bien, un dinamismo transformador y potenciador.
Sin lugar a dudas, la familia ha atravesado y sigue atravesando, en los últimos
años, un cúmulo de cambios vertiginosos: la pérdida de la idea de un para siempre, la posibilidad de la separación sin censura social, la cohabitación prematura, la
edad del matrimonio, la soltería compartida, las familias ensambladas, la emancipación familiar de los jóvenes, los nacidos de madres no casadas expresamente, el
divorcio, las segundas nupcias, las familias reconstituidas, las madres solteras, el
tamaño de los hogares, etc. No hay otra institución que haya atravesado tantas y
tan profundas transformaciones en tan escaso tiempo. Si la Universidad o la
Administración pública hubieran pasado por este terremoto, habrían quedado
cenizas.
Las transformaciones del entorno
A pesar de ser esos cambios familiares significativos, todavía más importantes
son las transformaciones del entorno en que se desenvuelve la familia, que los acelera o los desencadena. Lo que en realidad ha cambiado de manera radical es el
espacio social en que se desenvuelve la familia. Aquí es donde se encuentran las raíces
profundas de las transformaciones concretas, que luego pueden advertirse en cualquier indicador demográfico, sociológico. Unos cambios que algunos consideran
que se iniciaron con la democracia, cosa que no podemos afirmar absolutamente,
pero notamos que con ella se aceleraron y generalizaron.
No se trata ahora de agotar el catálogo de cambios, que en un año habrá que
ampliar seguramente. Un examen detenido requeriría matizaciones por edad, o
clase social, o nivel educativo, o religiosidad, o regiones, o en función de si se trata
de un matrimonio o una unión de hecho; sus diversidades no pueden ser consideradas ahora, sino aquellos cambios que repercuten, de manera directa, en la
orientación y ritmos de las dinámicas sociales.
Reconocimiento de la importancia de la familia a nivel mundial
Antes, sin embargo, se debe recordar el importante respaldo dado a la familia
por la ONU en 1994, con motivo del Año Internacional de la Familia.Aprobó un
documento que reafirma una vez más la importancia social de la familia y la necesidad de apoyarla.
Proclamó entonces que:
la familia constituye la unidad básica de la sociedad y, en consecuencia, merece
especial atención. Por tanto, habrá que prestar a la familia protección y asistencia en
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
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la forma más amplia posible, de manera que pueda asumir plenamente sus responsabilidades en la comunidad.
Y antes de describir los integrantes de la familia –hombres, mujeres, niños,
jóvenes y ancianos, considerando por tanto sólo a las familias heterosexuales–,
declaró que
la familia sigue siendo un medio esencial para conservar y transmitir valores culturales.
En sentido amplio puede educar, formar, motivar y apoyar, y frecuentemente así
lo hace, a cada uno de sus componentes, invirtiendo de esta forma en su crecimiento
futuro y sirviendo de recurso capital para el desarrollo.
Las tareas de la familia son esenciales para la comunidad; se trata de una institución básica para el presente y futuro de cualquier sociedad. Sin duda, conviene
mantener este marco de referencia sobre la familia que viene desde un organismo
internacional para contrastarlo con algunas presencias y ciertas ausencias en nuestra sociedad y entender los caminos de la familia actual.
Origen y naturaleza de los cambios
Entre otras causas, los procesos de industrialización y, consecuentemente, de
urbanización han implicado, en su momento, un cambio de perspectiva sobre la
familia, y desde hace décadas, se ha entrado en un proceso masivo, que en estos
últimos años se ha acelerado.
El proceso de industrialización ha traído, por lo menos, dos cambios fundamentales:
-
la delimitación de la familia a la pareja y a sus hijos;
la desaparición del enraizamiento al suelo, otorgado anteriormente por la
antigua propiedad familiar de la tierra.
Así, antes, la situación de la familia estaba configurada por lo grande (en tamaño) y lo jerarquizado (en roles).
Bajo la autoridad de su jefe, se unía a los hijos casados, sus mujeres y los
hijos de estos hijos. El centro estaba puesto en los lazos de parentesco y en la
transmisión de bienes (herencia) y tradiciones. De allí la importancia, hasta
ahora, de los apellidos de familia (la raíz en el pasado). Ahora, la familia tiende a
reducirse a una pareja de cara al futuro: el encuentro de un hombre y una mujer
que deciden hacer de a dos una historia, su propia historia. Pareja e hijos for-
LA SITUACIÓN DE LA FAMILIA
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man la llamada familia nuclear por oposición a la familia extendida de raigambre rural.
Los lazos de sangre ceden ante los lazos de amor. El simbolismo de la casa
paterna, receptáculo de tradiciones, lugar sagrado donde se renuevan y refuerzan
los lazos de parentesco es cada vez más invisible en el tejido de la sociedad urbana. Más que la casa de la niñez, la pareja de hoy sueña con la casa propia que van
a construir en un lugar elegido por ellos.
La familia tradicional, centrada en la agricultura y en la artesanía que se nutría
de ella, tenía una estructura consagrada. Al igual que la familia, la sociedad también aparece como una gran familia. En América Latina, la hacienda fue la figura por antonomasia de este pasado; la hacienda era familia y ciudad al mismo
tiempo.
Pero la industrialización produjo varios cambios.
1) El mundo del trabajo ya no es a escala familiar. La familia ya no es unidad de
producción ni unidad de consumo. Los equipamientos colectivos relativizan esta
función familiar. El angostamiento del protagonismo económico relativiza también el rol de la propiedad familiar y la función cultural del círculo familiar.
2) El tejido urbano se generaliza. Al comienzo, la ciudad se asemejaba al campo
y se organizaba en barrios tejidos por los lazos de vecindario y de proximidad.
Luego es el campo el que comienza a imitar a la ciudad.
3) La red de relaciones se amplía en la ciudad y se diversifica más allá de la familia.
Esto hace que la gran familia, que antiguamente era factor de seguridad, hoy se ve
desplazada por un buen número de seguridades colectivas, sin que intervengan los
lazos afectivos. Una red diversificada de comunicaciones permite a organismos
especializados (hospitales, hogares de ancianos, salas cunas, etc.) asumir funciones
de la familia tradicional.
4) El rol de la mujer se modifica profundamente. Antes, su vida se inscribía en una
doble dependencia: la naturaleza y el varón; dependencia de la naturaleza en función de la reproducción y dependencia del varón en función de la obediencia al
padre y luego al marido. El desarrollo tecnobiológico y el tecnológico en general
hacen posible que la mujer pueda ahorrar energías que antes no le permitían desarrollar un proyecto de realización personal. Hoy su esperanza de vida se alarga, se
incorpora al mundo del trabajo, las tareas domésticas y de reproducción se aligeran, etcétera. La técnica entra al hogar y hace menos pesado el trabajo y, por tanto,
le permite una mayor disposición de tiempo para sí misma.
5) La familia se hace móvil. A nivel geográfico, la familia queda liberada del
enraizamiento local y deja de percibir los beneficios humanizantes de la pertenencia a un círculo pequeño; a nivel profesional, se da una reconversión permanente;
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a nivel social, se insiste en la calidad de las relaciones, se amplían las responsabilidades y crece la importancia de la formación personal permanente.
6) La forma de asumir la sexualidad, por parte de la familia, también cambia. En el
sistema parental, el matrimonio es considerado como una institución que agrega
una célula a una realidad social ya existente y pre-existente. Se enfatiza, por ello,
la dimensión procreativa de la sexualidad humana. En la perspectiva conyugal, el
matrimonio es, primeramente, relación interpersonal, encuentro de un hombre y
una mujer para una historia común. Es el otro (la pareja y los hijos) el que adquiere centralidad, más que el colectivo social. Esto hace que la mujer ya no pueda
reducirse sólo a tareas domésticas y educativas.
7) La familia hoy busca asegurar su autonomía.Antes, el apoyo y la seguridad estaban en los círculos concéntricos de la parentela. Hoy el acento está puesto en la
inevitable separación respecto de la familia de origen: asegurar la independencia
de la pareja. Consiguientemente, si la pareja busca su autonomía y si la mujer busca
poder desarrollarse en su vida personal, el encuentro entre el hombre y la mujer
se vuelve fuertemente individualizado.Antes, la experiencia matrimonial era la de
un grupo, más que la personal; por ello mismo, los valores eran objetivables y definidos como bien común de la sociedad. Hoy, en cambio, los valores del encuentro entre
un hombre y una mujer, en el tejido urbano, resultan más frágiles. Hoy, la pérdida de seguridad que daba anteriormente el enraizamiento parental y la estabilidad
de las instituciones necesita ser compensada por una valoración e intensificación
de la intimidad familiar.
8) La forma de sociabilidad en la sociedad moderna ha cambiado: de un modelo
comunitario (relaciones espontáneas y directas basadas en sentimientos de unidad
y de solidaridad, gracias a la cercanía del cara a cara, compartiendo valores de consanguinidad, de localidad, de amistad, de creencias religiosas y morales) a un
modelo de sociedad (relaciones basadas en lo funcional y en lo racional, donde la
capacidad individual de deliberar consiste en reconocer la legitimidad de buscar
el propio interés antes que aquellos en común, y por ello, predomina el intercambio, el contrato, el mercado). En este contexto, la cultura moderna tiende a separar, primero, y a subordinar, después, la dimensión sustantiva o personal a la
dimensión funcional. Por consiguiente, se siente cada vez más la necesidad de
resignificar a la familia desde su núcleo personal y personalizante, dentro del contexto de la racionalidad urbana. Más que nunca se percibe la necesidad de la experiencia de comunidad, porque el individuo, que es base de la sociabilidad humana, es un sujeto personal necesitado de reconocimiento. Justamente en la familia
es donde se recupera esta experiencia única e irrepetible de ser persona perteneciente a una comunidad.
LA SITUACIÓN DE LA FAMILIA
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Los cambios en sí mismos
En la familia se experimenta la vida como gratuidad, sea en la dimensión amorosa como en el nacimiento de los hijos. De esta realidad nacen las experiencias
que no son propias del orden funcional y que, por el contrario, apuntan a su debilidad para asegurar una vida plenamente humana.
Esto resulta de particular importancia en el contexto de la tendencia actual de
matrimonio a prueba, divorcio, formación de nuevas parejas.
Consecuencia de las parejas sucesivas será la formación de familias con hijos de
diferentes parejas: familias formadas por los hijos tuyos, míos, nuestros. Esto significa la existencia de hermanos sin ninguna vinculación de consanguinidad entre ellos.
Por último, crece la tendencia de la fecundidad y transmisión de la vida sin
recurso a la relación sexual dentro de la pareja: las mujeres fecundadas con espermas de bancos, los hombres que donan gametos para fecundar mujeres, los parejas que encargan embarazos, las parejas que adoptan embriones, la fecundación de
mujeres en edad no reproductiva (postmenopáusicas), y las parejas de homosexuales y lesbianas que acceden a la paternidad-maternidad vía fecundación asistida.
A esta familia se dirige la palabra del Papa, con esta realidad, con estos cambios, en esta situación. A esta familia (no a la Ingalls) es que hay que acompañar.
El pensamiento del Papa Benedicto sobre la familia
Contexto próximo
Nos ubicamos en el encuentro en Valencia y desde ahí hacemos una prospectiva.
¿Por qué el Papa ha elegido este encuentro para hacerse presente en España?
Sin duda, por la importancia que en su pensamiento tiene la familia y la situación
actual de la misma en toda Europa, particularmente en España. No puede olvidarse que, en los últimos años, el modelo natural de familia y matrimonio ha
comenzado a ser estudiado con ojos de criminalista.
Los medios de comunicación, legisladores, políticos, sociólogos, sicólogos y
profetas ocasionales se han arrogado la categoría de jueces poniendo en el banquillo de los reos el pasado y presente de las familias, acusando de subdesarrollo jurídico, político e incluso psíquico a quienes elaboraron los modelos naturales de
familia y matrimonio. Parafraseando a Berglar,
según algunos, 60 generaciones han vivido en la noche de la ignorancia hasta que
comenzó a clarear gracias a Voltaire y Rousseau; fue saliendo el sol gracias a Marcuse,
Morgan y Freud; y definitivamente ha amanecido hoy.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
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De modo que el matrimonio y la familia están sufriendo los vientos frontales
de una concepción que tiende a convertirlos en un fenómeno exclusivamente
sociológico. Su regulación, se afirma, no debe adaptarse a lo que el matrimonio es,
sino a cómo dicen que es minorías más o menos estridentes. Esta visión está desarrollando en torno al matrimonio y la familia lo que en Derecho se denomina una
legislación de remedios y no de modelos. Una legislación impulsada por la revolución del sentimiento, que ya no presenta la sustancia del matrimonio sino sus accidentes. Esta normativa, más de gestión que de convicción, dibuja a su vez una familia incierta, cuya organización comienza a estructurarse a la carta. Se pierden así sus
antiguos puntos de referencia sin haber encontrado otros firmemente estables.
Afirmaciones no negociables
Ante esta situación, Benedicto XVI acaba de recordar que hay tres principios
no negociables para la Iglesia y los cristianos en la vida pública:
1) la defensa de la vida;
2) la libertad de educación;
3) el reconocimiento de la familia.
Para decirlo con sus palabras exactas: es preciso
reconocer y promover la estructura de la familia como una unión entre un hombre y una mujer basada en el matrimonio, [y defenderla contra todo lo que] oscurezca su carácter particular y su papel social insustituible.
El bienestar de las familias ha sido un tema constante en los discursos de
Benedicto XVI de los últimos meses. El pasado 13 de mayo, en su discurso dirigido a los participantes en la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para la
Familia, el Papa calificó a la familia basada en el matrimonio de “bloque constructivo básico de la sociedad”.
Es necesario que el Estado reconozca la importancia de la familia y que la ayude
a llevar a cabo sus funciones.
Días después, en el discurso de bienvenida al nuevo embajador de España ante
la Santa Sede, se refería al Encuentro Mundial de las Familias en Valencia como
una ocasión única de celebrar la belleza y la fecundidad de la familia fundada en
el matrimonio y su imprescindible valor social.
LA SITUACIÓN DE LA FAMILIA
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El Papa Ratzinger afirma que la vida familiar corre un especial riesgo en el
mundo actual y que, para salvaguardarla, las parejas deben enfrentarse a menudo a
las fuerzas culturales imperantes. Esto exige paciencia, esfuerzo, sacrificio y una
búsqueda incesante de mutuo entendimiento.
Para Benedicto XVI, estos principios no son solamente verdades propias de la
fe religiosa, sino que
están inscritos en la naturaleza humana, y por lo tanto son comunes a toda la
humanidad.
Origen y naturaleza de la familia
Con esto quiere decir el Papa que la visión que la Iglesia tiene del matrimonio, y por lo tanto de la familia, es más antropológica que teológica. En realidad,
me atrevería a añadir que la Iglesia no tiene una concepción del matrimonio
como hecho o realidad independiente. Lo que tiene es una visión propia del hombre. Por eso, tiende a recalcar que sus modelos de familia y matrimonio son especialmente válidos, porque se adecuan a la propia naturaleza del hombre, es decir,
al orden real de las cosas.
Estas ideas básicas fueron recordadas en los días del Encuentro de Valencia. No
hay que olvidar que una de las palabras más repetidas por el Papa en sus escritos
es la noción de logos, de racionalidad. Benedicto XVI procura, de uno u otro
modo, reivindicar la razón en el cristianismo. Lo que él mismo ha llamado “la victoria de la inteligencia” en el mundo de las religiones.
En el pensamiento de Bendicto XVI, la familia manifiesta y desarrolla la naturaleza relacional y social de la persona. Es el primer núcleo de la sociedad. Lo que
daña a la familia daña a las personas y a la sociedad entera. La familia es un bien
insustituible para los hijos, un bien necesario para los pueblos. El amor entre el
padre y la madre ofrece a los hijos una gran seguridad y les enseña a conocer y
vivir el amor verdadero. En la familia se aprende a amar y a ser amado. Por eso, la
familia es el lugar adecuado para nacer, crecer y vivir en la verdad del amor. Sin
una familia estable, las personas, como la sociedad, pierden la confianza y la alegría de vivir. El ser humano, sin la experiencia básica de una familia bien construida en un amor verdadero, queda herido para siempre.
La familia transmisora de la fe
En la familia, con la vida corporal, recibimos el patrimonio espiritual de la
cultura y con ella lo más valioso de nuestra tradición espiritual, que es la fe cristiana. Los hijos tienen derecho a ser bien educados por sus padres, y los padres tienen el derecho y la obligación de educar y guiar la vida cultural y espiritual de sus
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hijos. Los padres transmiten la fe a sus hijos cuando rezan con ellos, cuando les
acompañan en la iniciación sacramental y eclesial, cuando en la vida diaria del
hogar se manifiesta la relación filial con Dios, con Jesucristo y con la Iglesia.
La tarea más grande de las familias es la transmisión de la fe a los hijos y la formación de personas libres y responsables. En la familia, gracias al ejemplo de los
padres, los hijos descubren el gozo de vivir en la verdad y en el amor; esta experiencia les ayudará a vencer los obstáculos que luego ellos han de encontrar en su
vida. Los hijos tienen derecho a nacer y vivir en un hogar que les dé la experiencia de amor que necesitan para descubrir y cultivar su propia humanidad. Los
padres son los primeros educadores de sus hijos y los primeros anunciadores de la
fe para ellos. Los abuelos amplían la experiencia del amor y así enriquecen la vida
familiar. En un mundo tan disgregador como es el nuestro, las familias no pueden
estar solas. La Iglesia tiene que ofrecerles la posibilidad de unirse y de ayudarse en
el recorrido de su camino humano y espiritual, social y apostólico. Las parroquias
y los movimientos o asociaciones familiares tienen que salir a su encuentro.
También la familia tiene un núcleo natural, que es de sentido común preservar. Cuando se altera, se erosiona toda la estructura natural y es herida la propia
razón.
El problema es que esas heridas a la razón son infligidas por motivos ideológicos más que por verdaderas razones sociológicas e históricas. Existe una contradicción entre lo que las grandes mayorías populares viven y lo que se refleja en los
estudios de élite sobre la familia o en los programas políticos sobre el matrimonio. Las ideas sobre estructuras familiares que la mayoría silenciosa considera de
sentido común son discutidas precisamente por aquellos cuyo trabajo debería consistir en estudiar, ayudar y asesorar a las familias. Un riguroso análisis sociológico
acaba de concluir que ciertos medios de comunicación o publicaciones especializadas adelantan modelos familiares “en los que la mayoría de los ciudadanos se
reconocen o consideran residuales”. Ocurre así que lo anómalo comienza artificialmente a ser asimilado como natural, creándose una atmósfera opresiva que
oscurece poco a poco la razón.
En estas coordenadas se insertó el viaje de Benedicto XVI a Valencia.
Ciertamente, el objetivo no es fácil. Supone nada menos que enfrentarse con una
construcción apuntalada por tópicos y elaborada tenazmente por el pensamiento
reduccionista de lo políticamente correcto.
El Papa en Valencia
Al explicar el sentido de su visita a “España”, el pontífice reconoció: “Quiero
sólo llevar un mensaje de ánimo”. Cuando le preguntaron por el contraste que se da
entre el mensaje sobre la familia que transmite la Iglesia y las nuevas leyes españo-
LA SITUACIÓN DE LA FAMILIA
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las, que reconocen, por ejemplo, el matrimonio homosexual, incluyendo la adopción de niños, el Papa afirmó:
No quisiera comenzar inmediatamente con los aspectos negativos, porque pienso en las familias que se aman, que son felices. Queremos animar esta realidad que es
realmente la realidad, que da esperanza para el futuro.
El día 9 de julio, en el momento de abandonar Valencia, después de haber
clausurado el V Encuentro Mundial de las Familias, Benedicto XVI pronunció
estas palabras como despedida en el aeropuerto:
Confío en que, con la ayuda del Altísimo y la maternal protección de la Virgen
María, este Encuentro siga resonando como un canto gozoso del amor, de la vida y
de la fe compartida en las familias, ayudando al mundo de hoy a comprender que la
alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer establecen un vínculo permanente, es un gran bien para toda la humanidad.
En estas palabras se resume el objetivo fundamental de todo su viaje a España.
Un viaje con una clara intención universal, tanto por la dimensión internacional
del Encuentro que clausuró como por el tema tratado: la función del matrimonio
y de la familia en la transmisión de la fe.
Benedicto XVI, delicado con todos, sin atacar a nadie, expuso el pensamiento de la Iglesia católica sobre las realidades del matrimonio y de la familia, realidades que, por su profunda dimensión humana, van más allá de las fronteras religiosas o confesionales. Son dimensiones humanas fundamentales, tanto para la
Iglesia como para la sociedad, para toda sociedad.Ya en el momento de su llegada, lo dijo claramente:
Mi deseo es proponer el papel central, para la Iglesia y la sociedad, que tiene la
familia fundada en el matrimonio. Ésta es una institución insustituible según los planes de Dios, cuyo valor fundamental la Iglesia no puede dejar de anunciar y promover, para que sea vivido siempre con sentido de responsabilidad y alegría.
En la vigilia de oración del sábado por la noche, ya ante las familias en la
Ciudad de las Artes y las Ciencias, repitió que
la familia es un bien necesario para los pueblos, un fundamento indispensable para
la sociedad y un gran tesoro de los esposos durante toda su vida.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
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El Santo Padre, por dos veces, hizo una referencia a las parroquias, una institución fundamental de la Iglesia, a menudo no suficientemente valorada. Ante la
dispersión que produce la vida de hoy, sobre todo en el ámbito urbano, Benedicto
XVI dijo que la familia necesita recibir acompañamiento, estímulo y alimento
espiritual que fortalezca la cohesión familiar, sobre todo en las pruebas y en los
momentos críticos. Para poderlo hacer es muy importante la aportación de las
parroquias, así como la de los diversos movimientos matrimoniales y familiares.
Más adelante, volvió a mencionar la importancia de la parroquia a la hora de ayudar a los padres a transmitir la fe a sus hijos, que era el tema propio del V
Encuentro Mundial de las Familias.
Uno de los puntos en que apareció la riqueza del pensamiento de Benedicto
XVI fue cuando dijo que
la familia es una escuela de humanización del hombre. En este sentido, la experiencia de ser amados por los padres lleva a los hijos a tener conciencia de su dignidad de hijos.
Sin hacer apologética ni dogmatizando, aconsejó paternalmente, con la sabiduría de un anciano, a partir de los miembros de la familia.
A los abuelos: ellos pueden ser –y son tantas veces– los garantes del afecto y la ternura que todo ser humano necesita dar y recibir. Ellos dan a los pequeños la perspectiva
del tiempo, son memoria y riqueza de las familias. Ojalá que, bajo ningún concepto, sean
excluidos del círculo familiar. Son un tesoro que no podemos arrebatarles a las nuevas
generaciones, sobre todo cuando dan testimonio de fe ante la cercanía de la muerte.
A las madres: María es la imagen ejemplar de todas las madres, de su gran misión
como guardianas de la vida, de su misión de enseñar el arte de vivir, el arte de amar.
Con referencia a los vínculos familiares: junto con la transmisión de la fe y del
amor del Señor, una de las tareas más grandes de la familia es la de formar personas
libres y responsables. Por ello los padres han de ir devolviendo a sus hijos la libertad,
de la cual durante algún tiempo son tutores. Si éstos ven que sus padres –y en general los adultos que les rodean– viven la vida con alegría y entusiasmo, incluso a pesar
de las dificultades, crecerá en ellos más fácilmente ese gozo profundo de vivir que les
ayudará a superar con acierto los posibles obstáculos y contrariedades que conlleva la
vida humana.Además, cuando la familia no se cierra en sí misma, los hijos van aprendiendo que toda persona es digna de ser amada, y que hay una fraternidad fundamental universal entre todos los seres humanos.
LA SITUACIÓN DE LA FAMILIA
101
Los hijos: Los hijos crecen y maduran humanamente en la medida en que acogen con confianza ese patrimonio (amar y ser amados) y esa educación que van asumiendo progresivamente. De este modo, son capaces de elaborar una síntesis personal
entre lo recibido y lo nuevo, y lo que cada uno y cada generación está llamado a realizar.
Destacamos que en el centro de las positivas reflexiones del Santo Padre está
el amor. Sobre este amor hizo una afirmación que tenía resonancias de su primera encíclica y de su discurso en San Juan de Letrán, el 5 de junio:
La fe y la ética cristiana no pretenden ahogar el amor sino hacerlo más sano, fuerte y realmente libre. Para ello, el amor humano necesita ser purificado y madurar para
ser plenamente humano y principio de una alegría verdadera y duradera.
Conclusión
Para terminar, me gustaría compartir una reflexión de G. K. Chesterton, de
hace ahora un siglo, más o menos:
quienes hablan contra la familia no saben lo que hacen, porque no saben lo que
deshacen.
Y añadía:
Entre las instituciones atacadas así, de manera nada inteligente, está la creación
humana fundamental: la familia.Y es atacada no porque la gente la entienda, sino porque no la entiende en absoluto. Le dan golpes a ciegas, sin pensar un momento por
qué fue levantada. [...] Claro que en toda familia hay problemas, pero los problemas
no se disuelven cuando se disuelve la familia. En realidad, se agrandan. [...] Además,
[la familia] es el origen de toda sociedad, que se constituye siempre por un conjunto
de reinos pequeños en los que un hombre y una mujer se convierten en rey y reina,
y en los que ejercen una autoridad razonable, sujeta al sentido común de la comunidad, hasta que quienes están bajo su cuidado crecen y son capaces de fundar reinos
similares. Ésta es la estructura social de la humanidad, mucho más vieja que toda su
documentación histórica, y más universal que cualquiera de sus religiones. Por eso,
todos los intentos de alterarla son engaño y estupidez [La mujer y la familia, Ed..
Styria].
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
102
A modo de reflexión
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La sabiduría popular es también una manifestación de la realidad cotidiana, a
veces en formas pintorescas, pero siempre con profundidad. Muchas veces
escuchamos esto: “Amor que puede terminar, nunca fue amor”.
El amor, si es verdadero, es fiel. El amor tiene la medida del hombre entero.
No puede haber descuentos en el amor: o se toma, o se deja; o se da o se niega.
Lleva el sello de lo definitivo. No se puede entrar en el amor con el reloj en
la mano, con el cálculo mediocre de lo provisorio. Por eso excluye de antemano, valiente y generosamente, cualquier otro amor que pueda venir a hacerle sombra. El amor verdadero apuesta al todo y para siempre.
Cuando Cristo afirma en su Evangelio “que no separe el hombre lo que Dios
ha unido”, no promulga un mero mandato o una imposición legal, externos
a la realidad del amor. Sus palabras declaran que la indisolubilidad matrimonial, tan cuestionada hoy, no es el fruto de una ley, sino del mismo amor que,
cuando es genuino y profundo, no se acopla más que a una persona y para
siempre. El matrimonio es indisoluble porque el amor es indisoluble.
Es evidente que la vida familiar, por las inevitables dificultades por las que
pasa, queda siempre bajo la amenaza del desgaste, que sólo el amor de gran
calidad puede superar.
El amor, lejos de ser simplemente un sentimiento superficial y voluble, es el
ejercicio, siempre creciente y siempre perfeccionable, de una entrega total y
plena para hacer feliz a aquel que se ama; “no hay amor más grande que dar
la vida por los amigos”.
El amor, la fidelidad, la familia, los hijos se juegan en el ámbito del corazón y
de la intimidad; pero son fundamentalmente la base de un proyecto social.
El secreto para asegurar el futuro de una sociedad y de una nación no está
solamente en la educación de los niños ni tampoco de los jóvenes de modo
aislado, como si fueran simplemente componentes que suman a una realidad,
sino por un sentimiento vital de pertenencia que los hace experimentarse
valorados y protagonistas de una historia y no extras descartables. La legitimidad de un proceso de crecimiento y transformación no queda asegurada sólo
por la calidad de las universidades, los profesionales, sino por la capacidad de
sentirnos parte de un mismo proyecto y responsables unos de otros, cosas que
se maman en la familia que vive y camina desde el vínculo del amor.
La familia no es camino: es la gran meta, porque es experiencia de amor, el
gran secreto, la encrucijada, la fuente. Ella vive de lo que recibe, pero transforma lo recibido y lo entrega sin medida ni reservas.
La anorexia o la fortaleza de la familia argentina serán profecía de la anorexia
o la fortaleza de nuestra sociedad presente y futura.
LA SITUACIÓN DE LA FAMILIA
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A nuestras familias no les alcanza el retoque, el remiendo o una cirugía menor.
Es necesaria su recreación. No es una imagen lo que se ha deteriorado, sino la
realidad, de su preparación, de sus condicionamientos, de su proyecto, de su
estabilidad, de su unidad, de su fecundidad, de su fe, que la hace trascendente.
Hay que recrear y recreer en las posibilidades de la familia, de una familia que
pretende ser expresión y signo visible del amor. Recrearla desde una apuesta
positiva y no desde un escepticismo derrotista que nos vence antes de empezar a andar. Necesitamos reaprender el lenguaje familiar en el cual cada uno
tiene su lugar y por eso crece en identidad. Sólo un amor querido para siempre nos hace mirar a los otros y acompañar su proyecto de vida sin improvisaciones ni sustituciones. La familia no se prepara desde el noviazgo sino desde
el propio hogar donde se nace y crece. La familia se piensa desde el amor y se
recrea desde la niñez, la juventud; desde la educación, desde los medios de
comunicación, desde la legislación y la economía, desde la salud y la vivienda,
desde un proyecto político y desde una acción pastoral intensa y propositiva.
La familia proclamada y promulgada por Cristo es algo inédito, original y desafiante. El matrimonio, para Cristo, es más que un contrato; la familia, para
Cristo, es mucho más que una célula vital de la sociedad; es más que una
comunidad humana indisoluble, es más que paternidad y maternidad biológica, más que escuela de vidas. Es un misterio sagrado que hace visible y patentiza el amor de Dios. Es comunidad sagrada, porque ahí se gesta la vida, donde
Dios pone su chispa divina. Es comunidad sagrada, donde la fe es el vínculo
que hace posible un amor nuevo y renovador; donde la paternidad es transmisión de herencia vital y la maternidad pedagogía de amor, donde la oración
es lugar de encuentro, de sanación de heridas, y la entrega es la caricia cotidiana.
La familia no es sólo la base de la sociedad, sino su meta y su objetivo. No
basta una formal protección jurídica; es necesario alentarla, acompañarla y
sanarla. El futuro de nuestra patria depende más del amor de sus familias que
de una política consumista; sin embargo, la familia es bastardeada y los objetos de consumo se publicitan.
Queremos que nuestra patria sobreviva atrayendo inversionistas. Regulemos
adultamente este mercado para que a cambio no se nos quite la identidad de
querer y construir un futuro desde un amor vivido como comunión y compartido con nobleza y verdad.
Para el país, es más importante tener un padre responsable que un deportista
imbatible o un cantante con 1.000 discos de platino; es más fundamental una
madre que una top model con fama internacional; sin embargo, los primeros no
son noticia y parece que no valen nada.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
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A una familia íntegra, honesta y fuerte corresponderán una sociedad y una
nación íntegras, honestas y fuertes. A una familia con raquitismo, una nación
empobrecida.
Apuntalar la familia es asegurar la patria, la infancia, la juventud, la responsabilidad, el futuro. Pero la familia argentina no ofrece un cuadro alentador y el
Evangelio nos exige ser esperanzados, pero profundamente realistas.
Animarnos a reconocer nuestros errores y falencias para fortalecer lo débil y
reencauzar lo torcido, sin nivelar desde la limitación sino creciendo desde la
posibilidad.
Muchas veces aprendemos las lecciones en la triste escuela del dolor. Unidos
a Cristo doliente es como daremos sentido a nuestros inevitables sufrimientos
y muertes personales y familiares. Es imposible separar amor y muerte, amor
y sacrificio, ya que no es posible amar de verdad sin la dolorosa renuncia a
nuestro egoísmo y a nuestro amor propio.
Que el dolor fecunde nuestro corazón para que reaprendamos a amar y a
construir familias en el amor verdadero.
LA SITUACIÓN DE LA FAMILIA
105
ANEXO DOCUMENTAL
CARTA A LOS OBISPOS DE LA IGLESIA
CATÓLICA SOBRE LA COLABORACIÓN
DEL HOMBRE Y LA MUJER
EN LA IGLESIA Y EL MUNDO
Congregación para la Doctrina de la Fe
Introducción
1. Experta en humanidad, la Iglesia ha estado siempre interesada en todo lo que
se refiere al hombre y a la mujer. En estos últimos tiempos se ha reflexionado mucho
acerca de la dignidad de la mujer, sus derechos y deberes en los diversos sectores de
la comunidad civil y eclesial. Habiendo contribuido a la profundización de esta
temática fundamental, particularmente con la enseñanza de Juan Pablo II,1 la Iglesia
se siente ahora interpelada por algunas corrientes de pensamiento, cuyas tesis frecuentemente no coinciden con la finalidad genuina de la promoción de la mujer.
Este documento, después de una breve presentación y valoración crítica de
algunas concepciones antropológicas actuales, desea proponer reflexiones inspiradas en los datos doctrinales de la antropología bíblica, que son indispensables para
salvaguardar la identidad de la persona humana. Se trata de presupuestos para una
recta comprensión de la colaboración activa del hombre y la mujer en la Iglesia y
el mundo, en el reconocimiento de su propia diferencia. Las presentes reflexiones
se proponen, además, como punto de partida de profundización dentro de la
CARTA A LOS OBISPOS DE LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE LA COLABORACIÓN DEL HOMBRE Y LA MUJER EN LA IGLESIA Y EL MUNDO
109
Iglesia, y para instaurar un diálogo con todos los hombres y mujeres de buena
voluntad, en la búsqueda sincera de la verdad y el compromiso común de desarrollar relaciones siempre más auténticas.
I. El problema
2. En los últimos años se han delineado nuevas tendencias para afrontar la
cuestión femenina. Una primera tendencia subraya fuertemente la condición de
subordinación de la mujer a fin de suscitar una actitud de contestación. La mujer,
para ser ella misma, se constituye en antagonista del hombre.A los abusos de poder
responde con una estrategia de búsqueda del poder. Este proceso lleva a una rivalidad entre los sexos, en la que la identidad y el rol de uno son asumidos en desventaja del otro, teniendo como consecuencia la introducción en la antropología
de una confusión deletérea, que tiene su implicación más inmediata y nefasta en
la estructura de la familia.
Una segunda tendencia emerge como consecuencia de la primera. Para evitar
cualquier supremacía de uno u otro sexo, se tiende a cancelar las diferencias, consideradas como simple efecto de un condicionamiento histórico-cultural. En esta
nivelación, la diferencia corpórea, llamada sexo, se minimiza, mientras la dimensión estrictamente cultural, llamada género, queda subrayada al máximo y considerada primaria. El obscurecerse de la diferencia o dualidad de los sexos produce
enormes consecuencias de diverso orden. Esta antropología, que pretendía favorecer perspectivas igualitarias para la mujer, liberándola de todo determinismo biológico, ha inspirado de hecho ideologías que promueven, por ejemplo, el cuestionamiento de la familia a causa de su índole natural bi-parental, esto es, compuesta de padre y madre, la equiparación de la homosexualidad a la heterosexualidad
y un modelo nuevo de sexualidad polimorfa.
3. Aunque la raíz inmediata de dicha tendencia se coloca en el contexto de la
cuestión femenina, su más profunda motivación debe buscarse en el tentativo de
la persona humana de liberarse de sus condicionamientos biológicos.2 Según esta
perspectiva antropológica, la naturaleza humana no lleva en sí misma características que se impondrían de manera absoluta: toda persona podría o debería configurarse según sus propios deseos, ya que sería libre de toda predeterminación vinculada a su constitución esencial.
Esta perspectiva tiene múltiples consecuencias. Ante todo, se refuerza la idea
de que la liberación de la mujer exige una crítica a las Sagradas Escrituras, que
transmitirían una concepción patriarcal de Dios, alimentada por una cultura esencialmente machista. En segundo lugar, tal tendencia consideraría sin importancia
e irrelevante el hecho de que el Hijo de Dios haya asumido la naturaleza humana en su forma masculina.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
110
4. Ante estas corrientes de pensamiento, la Iglesia, iluminada por la fe en
Jesucristo, habla en cambio de colaboración activa entre el hombre y la mujer, precisamente en el reconocimiento de la diferencia misma.
Para comprender mejor el fundamento, sentido y consecuencias de esta respuesta, conviene volver, aunque sea brevemente, a las Sagradas Escrituras –ricas
también en sabiduría humana–, en las que la misma se ha manifestado progresivamente, gracias a la intervención de Dios en favor de la humanidad.3
II. Los datos fundamentales de la antropología bíblica
5. Una primera serie de textos bíblicos a examinar está constituida por los primeros tres capítulos del Génesis. Ellos nos colocan “en el contexto de aquel ‘principio’ bíblico según el cual la verdad revelada sobre el hombre como ‘imagen y
semejanza de Dios’ constituye la base inmutable de toda la antropología cristiana”.4
En el primer texto (Gn 1, 1-2, 4), se describe la potencia creadora de la Palabra
de Dios, que obra realizando distinciones en el caos primigenio. Aparecen así la
luz y las tinieblas, el mar y la tierra firme, el día y la noche, las hierbas y los árboles, los peces y los pájaros, todos “según su especie”. Surge un mundo ordenado a
partir de diferencias, que, por otro lado, son otras tantas promesas de relaciones.
He aquí, pues, bosquejado el cuadro general en el que se coloca la creación de la
humanidad.“Y dijo Dios:‘Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra’. […] Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de
Dios le creó, hombre y mujer los creó” (Gn 1, 26-27). La humanidad es descrita
aquí como articulada, desde su primer origen, en la relación de lo masculino con
lo femenino. Es esta humanidad sexuada la que se declara explícitamente “imagen
de Dios”.
6. La segunda narración de la creación (Gn 2, 4-25) confirma de modo inequívoco la importancia de la diferencia sexual. Una vez plasmado por Dios y situado
en el jardín del que recibe la gestión, aquel que es designado –todavía de manera
genérica– como Adán experimenta una soledad, que la presencia de los animales
no logra llenar. Necesita una ayuda que le sea adecuada. El término designa aquí
no un papel de subalterno sino una ayuda vital.5 El objetivo es, en efecto, permitir que la vida de Adán no se convierta en un enfrentarse estéril, y al cabo mortal,
solamente consigo mismo. Es necesario que entre en relación con otro ser que se
halle a su nivel. Solamente la mujer, creada de su misma “carne” y envuelta por su
mismo misterio, ofrece a la vida del hombre un porvenir. Esto se verifica a nivel
ontológico, en el sentido de que la creación de la mujer por parte de Dios caracteriza a la humanidad como realidad relacional. En este encuentro emerge también
la palabra que por primera vez abre la boca del hombre, en una expresión de maravilla:“Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne” (Gn 2, 23).
CARTA A LOS OBISPOS DE LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE LA COLABORACIÓN DEL HOMBRE Y LA MUJER EN LA IGLESIA Y EL MUNDO
111
En referencia a este texto genesíaco, el Santo Padre ha escrito:“La mujer es otro
‘yo’ en la humanidad común. Desde el principio aparecen [el hombre y la mujer]
como ‘unidad de los dos’, y esto significa la superación de la soledad original, en
la que el hombre no encontraba ‘una ayuda que fuese semejante a él’ (Gn 2, 20).
¿Se trata aquí solamente de la ‘ayuda’ en orden a la acción, a ‘someter la tierra’ (cf.
Gn 1, 28)? Ciertamente se trata de la compañera de la vida con la que el hombre
se puede unir, como esposa, llegando a ser con ella ‘una sola carne’ y abandonando por esto a ‘su padre y a su madre’ (cf. Gn 2, 24)”.6
La diferencia vital está orientada a la comunión, y es vivida serenamente tal
como expresa el tema de la desnudez: “Estaban ambos desnudos, el hombre y su
mujer, pero no se avergonzaban uno del otro” (Gn 2, 25).
De este modo, el cuerpo humano, marcado por el sello de la masculinidad o
la femineidad, “desde ‘el principio’ tiene un carácter nupcial, lo que quiere decir
que es capaz de expresar el amor con que el hombre-persona se hace don, verificando así el profundo sentido del propio ser y del propio existir”.7 Comentando
estos versículos del Génesis, el Santo Padre continúa: “En esta peculiaridad suya,
el cuerpo es la expresión del espíritu y está llamado, en el misterio mismo de la
creación, a existir en la comunión de las personas ‘a imagen de Dios’”.8
En la misma perspectiva esponsal se comprende en qué sentido la antigua
narración del Génesis deja entender cómo la mujer, en su ser más profundo y originario, existe “por razón del hombre” (cf. 1 Co 11, 9): es una afirmación que,
lejos de evocar alienación, expresa un aspecto fundamental de la semejanza con la
Santísima Trinidad, cuyas Personas, con la venida de Cristo, revelan la comunión
de amor que existe entre ellas.“En la ‘unidad de los dos’ el hombre y la mujer son
llamados desde su origen no sólo a existir ‘uno al lado del otro’, o simplemente
‘juntos’, sino que son llamados también a existir recíprocamente,‘el uno para el otro...’.
El texto del Génesis 2, 18-25 indica que el matrimonio es la dimensión primera
y, en cierto sentido, fundamental de esta llamada. Pero no es la única.Toda la historia del hombre sobre la tierra se realiza en el ámbito de esta llamada. Basándose
en el principio del ser recíproco ‘para’ el otro en la ‘comunión’ interpersonal, se
desarrolla en esta historia la integración en la humanidad misma, querida por
Dios, de lo ‘masculino’ y de lo ‘femenino’”.9
La visión serena de la desnudez con la que concluye la segunda narración de
la creación evoca aquel “muy bueno” que cerraba la creación de la primera
pareja humana en la precedente narración. Tenemos aquí el centro del diseño
originario de Dios y la verdad más profunda del hombre y la mujer, tal como
Dios los ha querido y creado. Por más trastornadas y obscurecidas que estén por
el pecado, estas disposiciones originarias del Creador no podrán ser nunca anuladas.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
112
7. El pecado original altera el modo con el que el hombre y la mujer acogen
y viven la Palabra de Dios y su relación con el Creador. Inmediatamente después
de haberles donado el jardín, Dios les da un mandamiento positivo (cf. Gn 2, 16),
seguido por otro negativo (cf. Gn 2, 17), con el cual se afirma implícitamente la
diferencia esencial entre Dios y la humanidad. En virtud de la seducción de la
Serpiente, tal diferencia es rechazada de hecho por el hombre y la mujer. Como
consecuencia se tergiversa también el modo de vivir su diferenciación sexual. La
narración del Génesis establece así una relación de causa y efecto entre las dos
diferencias: en cuando la humanidad considera a Dios como su enemigo se pervierte la relación misma entre el hombre y la mujer.Asimismo, cuanto esta última
relación se deteriora, existe el riesgo de que quede comprometido también el
acceso al rostro de Dios.
En las palabras que Dios dirige a la mujer después del pecado se expresa, de
modo lapidario e impresionante, la naturaleza de las relaciones que se establecerán a partir de entonces entre el hombre y la mujer:“Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará” (Gn 3, 16). Será una relación en la que a menudo el amor
quedará reducido a pura búsqueda de sí mismo, en una relación que ignora y destruye el amor, reemplazándolo con el yugo de la dominación de un sexo sobre el
otro. La historia de la humanidad reproduce, de hecho, estas situaciones en las que
se expresa abiertamente la triple concupiscencia que recuerda San Juan, cuando
habla de la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la soberbia
de la vida (cf. 1 Jn 2,16). En esta trágica situación se pierden la igualdad, el respeto y el amor que, según el diseño originario de Dios, exige la relación del hombre y la mujer.
8. Recorrer estos textos fundamentales permite reafirmar algunos datos capitales de la antropología bíblica.
Ante todo, hace falta subrayar el carácter personal del ser humano.“De la reflexión bíblica emerge la verdad sobre el carácter personal del ser humano. El hombre –ya sea hombre o mujer– es persona igualmente; en efecto, ambos, han sido
creados a imagen y semejanza del Dios personal”.10 La igual dignidad de las personas se realiza como complementariedad física, psicológica y ontológica, dando
lugar a una armónica “unidualidad” relacional, que sólo el pecado y las “estructuras de pecado” inscritas en la cultura han hecho potencialmente conflictivas. La
antropología bíblica sugiere afrontar desde un punto de vista relacional, no competitivo ni de revancha, los problemas que a nivel público o privado suponen la diferencia de sexos.
Además, hay que hacer notar la importancia y el sentido de la diferencia de
los sexos como realidad inscrita profundamente en el hombre y la mujer. “La
sexualidad caracteriza al hombre y a la mujer no sólo en el plano físico, sino tam-
CARTA A LOS OBISPOS DE LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE LA COLABORACIÓN DEL HOMBRE Y LA MUJER EN LA IGLESIA Y EL MUNDO
113
bién en el psicológico y espiritual con su impronta consiguiente en todas sus
manifestaciones”.11 Ésta no puede ser reducida a un puro e insignificante dato
biológico, sino que “es un elemento básico de la personalidad; un modo propio
de ser, de manifestarse, de comunicarse con los otros, de sentir, expresar y vivir el
amor humano”.12 Esta capacidad de amar, reflejo e imagen de Dios Amor, halla
una de sus expresiones en el carácter esponsal del cuerpo, en el que se inscribe la
masculinidad y femineidad de la persona.
Se trata de la dimensión antropológica de la sexualidad, inseparable de la teológica. La criatura humana, en su unidad de alma y cuerpo, está, desde el principio, cualificada por la relación con el otro. Esta relación se presenta siempre a la
vez como buena y alterada. Es buena por su bondad originaria, declarada por Dios
desde el primer momento de la creación; es también alterada por la desarmonía
entre Dios y la humanidad, surgida con el pecado.Tal alteración no corresponde,
sin embargo, ni al proyecto inicial de Dios sobre el hombre y la mujer, ni a la verdad sobre la relación de los sexos. De esto se deduce, por lo tanto, que esta relación, buena pero herida, necesita ser sanada.
¿Cuáles pueden ser las vías para esta curación? Considerar y analizar los problemas inherentes a la relación de los sexos sólo a partir de una situación marcada por el pecado llevaría necesariamente a recaer en los errores anteriormente
mencionados. Hace falta romper, pues, esta lógica del pecado y buscar una salida,
que permita eliminarla del corazón del hombre pecador. Una orientación clara en
tal sentido se nos ofrece con la promesa divina de un Salvador, en la que están
involucradas la “mujer” y su “estirpe” (cf. Gn 3, 15), promesa que, antes de realizarse, tendrá una larga preparación histórica.
9. Una primera victoria sobre el mal está representada por la historia de Noé,
hombre justo que, conducido por Dios, se salva del diluvio con su familia y las
distintas especies de animales (cf. Gn 6-9). Pero la esperanza de salvación se confirma, sobre todo, en la elección divina de Abraham y su descendencia (cf. Gn 12,
1 y ss.). Dios empieza así a desvelar su rostro para que, por medio del pueblo elegido, la humanidad aprenda el camino de la semejanza divina, es decir de la santidad, y por lo tanto del cambio del corazón. Entre los muchos modos con que
Dios se revela a su pueblo (cf. Hb 1, 1), según una larga y paciente pedagogía, se
encuentra también la repetida referencia al tema de la alianza entre el hombre y
la mujer. Se trata de algo paradójico si se considera el drama recordado por el
Génesis y su reiteración concreta en tiempos de los profetas, así como la mezcla
entre sacralidad y sexualidad, presente en las religiones que circundaban a Israel.Y
sin embargo, este simbolismo parece indispensable para comprender el modo en
que Dios ama a su pueblo: Dios se hace conocer como el Esposo que ama a Israel,
su Esposa.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
114
Si en esta relación Dios es descrito como “Dios celoso” (cf. Ex 20, 5; Na 1, 2)
e Israel denunciado como esposa “adúltera” o “prostituta” (cf. Os 2, 4-15; Ez 16,
15-34), el motivo es que la esperanza que se fortalece por la palabra de los profetas consiste precisamente en ver cómo Jerusalén se convierte en la esposa perfecta:“Porque como se casa joven con doncella, se casará contigo tu edificador, y con
gozo de esposo por su novia se gozará por ti tu Dios” (Is 62, 5). Recreada “en justicia y en derecho, en amor y en compasión” (Os 2, 21), aquella que se alejó para
buscar la vida y la felicidad en los dioses falsos retornará, y a Aquel que le hablará a su corazón,“ella responderá allí como en los días de su juventud” (Os 2, 17),
y le oirá decir:“tu esposo es tu Hacedor” (Is 54, 5). En sustancia es el mismo dato
que se afirma cuando, paralelamente al misterio de la obra que Dios realiza por la
figura masculina del Siervo, el libro de Isaías evoca la figura femenina de Sión,
adornada con una trascendencia y una santidad que prefiguran el don de la salvación destinada a Israel.
El Cantar de los cantares representa sin duda un momento privilegiado en el
empleo de esta modalidad de revelación. Con palabras de un amor profundamente humano, que celebra la belleza de los cuerpos y la felicidad de la búsqueda recíproca, se expresa igualmente el amor divino por su pueblo. La Iglesia no se ha
engañado pues al reconocer el misterio de su relación con Cristo, en su audacia
de unir, mediante las mismas expresiones, aquello que hay de más humano con
aquello que hay de más divino.
A lo largo de todo el Antiguo Testamento se configura una historia de salvación, que pone simultáneamente en juego la participación de lo masculino y lo
femenino. Los términos esposo y esposa, o también alianza, con los que se caracteriza la dinámica de la salvación, aun teniendo una evidente dimensión metafórica, representan aquí mucho más que simples metáforas. Este vocabulario nupcial
toca la naturaleza misma de la relación que Dios establece con su pueblo, aunque
tal relación es más amplia de lo que se puede captar en la experiencia nupcial
humana. Igualmente, están en juego las mismas condiciones concretas de la redención, en el modo con el que oráculos como los de Isaías asocian papeles masculinos y femeninos en el anuncio y la prefiguración de la obra de la salvación que
Dios está a punto de cumplir. Dicha salvación orienta al lector sea hacia la figura
masculina del Siervo sufriente que hacia aquella femenina de Sión. Los oráculos
de Isaías alternan de hecho esta figura con la del Siervo de Dios, antes de culminar, al final del libro, con la visión misteriosa de Jerusalén, que da a luz un pueblo
en un solo día (cf. Is 66, 7-14), profecía de la gran novedad que Dios está a punto
de realizar (cf. Is 48, 6-8).
10. Todas estas prefiguraciones se cumplen en el Nuevo Testamento. Por una
parte María, como la hija elegida de Sión, recapitula y transfigura en su feminei-
CARTA A LOS OBISPOS DE LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE LA COLABORACIÓN DEL HOMBRE Y LA MUJER EN LA IGLESIA Y EL MUNDO
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dad la condición de Israel/Esposa, a la espera del día de su salvación. Por otra
parte, la masculinidad del Hijo permite reconocer cómo Jesús asume en su persona todo lo que el simbolismo del Antiguo Testamento había aplicado al amor de
Dios por su pueblo, descrito como el amor de un esposo por su esposa. Las figuras de Jesús y María, su Madre, no sólo aseguran la continuidad entre el Antiguo
y el Nuevo Testamento, sino que superan a aquél. Como dice San Ireneo, con el
Señor aparece “toda novedad”.13
Este aspecto es puesto en particular evidencia por el Evangelio de Juan. En la
escena de las bodas de Caná, por ejemplo, María, a la que su Hijo llama “mujer”,
pide a Jesús que ofrezca como señal el vino nuevo de las bodas futuras con la
humanidad. Estas bodas mesiánicas se realizarán en la cruz, donde, en presencia
nuevamente de su madre, indicada también aquí como “mujer”, brotará del corazón abierto del crucificado la sangre/vino de la Nueva Alianza (cf. Jn 19, 2527.34).14 No hay, pues, nada de asombroso si Juan el Bautista, interrogado sobre
su identidad, se presenta como “el amigo del novio”, que se alegra cuando oye la
voz del novio y tiene que eclipsarse a su llegada: “El que tiene a la novia es el
novio; pero el amigo del novio, el que asiste y le oye, se alegra mucho con la voz
del novio. Ésta es, pues, mi alegría, que ha alcanzado su plenitud. Es preciso que él
crezca y que yo disminuya” (Jn 3, 29-30).15
En su actividad apostólica, Pablo desarrolla todo el sentido nupcial de la
redención concibiendo la vida cristiana como un misterio nupcial. Escribe a la
Iglesia de Corinto por él fundada: “Celoso estoy de vosotros con celos de Dios.
Pues os tengo desposados con un solo esposo para presentaros cual casta virgen a
Cristo” (2 Cor 11, 2).
En la carta a los Efesios la relación esponsal entre Cristo y la Iglesia será retomada y profundizada con amplitud. En la Nueva Alianza la Esposa amada es la
Iglesia, y –como enseña el Santo Padre en la Carta a las familias– “esta esposa, de
la que habla la carta a los Efesios, se hace presente en cada bautizado y es como
una persona que se ofrece a la mirada de su esposo:‘Amó a la Iglesia y se entregó
a sí mismo por ella, para [...] presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que
tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada’ (Ef 5,
25-27)”.16
Meditando, por lo tanto, en la unión del hombre y la mujer como es descrita
al momento de la creación del mundo (cf. Gn 2, 24), el apóstol exclama: “Gran
misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia” (Ef 5, 32). El amor del hombre y la mujer, vivido con la fuerza de la gracia bautismal, se convierte ya en sacramento del amor de Cristo y la Iglesia, testimonio del misterio de fidelidad y unidad del que nace la “nueva Eva”, y del que ésta vive en su camino terrenal, en
espera de la plenitud de las bodas eternas.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
116
11. Injertados en el misterio pascual y convertidos en signos vivientes del
amor de Cristo y la Iglesia, los esposos cristianos son renovados en su corazón y
pueden así huir de las relaciones marcadas por la concupiscencia y la tendencia a
la sumisión, que la ruptura con Dios, a causa del pecado, había introducido en la
pareja primitiva. Para ellos, la bondad del amor, del cual la voluntad humana herida ha conservado la nostalgia, se revela con acentos y posibilidades nuevas.A la luz
de esto, Jesús, ante la pregunta sobre el divorcio (cf. Mt 19, 1-9), recuerda las exigencias de la alianza entre el hombre y la mujer en cuanto queridas por Dios al
principio, o bien antes de la aparición del pecado, el cual había justificado los sucesivos acomodos de la ley mosaica. Lejos de ser la imposición de un orden duro e
intransigente, esta enseñanza de Jesús sobre el divorcio es efectivamente el anuncio de una “buena noticia”: que la fidelidad es más fuerte que el pecado. Con la
fuerza de la resurrección es posible la victoria de la fidelidad sobre las debilidades,
sobre las heridas sufridas y sobre los pecados de la pareja. En la gracia de Cristo,
que renueva su corazón, el hombre y la mujer se hacen capaces de librarse del
pecado y de conocer la alegría del don recíproco.
12. “Todos los bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo: ya no hay
[...] ni hombre ni mujer”, escribe S. Pablo a los Gálatas (Ga 3, 27-28). El Apóstol
no declara aquí abolida la distinción hombre-mujer, que en otro lugar afirma pertenecer al proyecto de Dios. Lo que quiere decir es más bien esto: en Cristo, la
rivalidad, la enemistad y la violencia, que desfiguraban la relación entre el hombre
y la mujer, son superables y superadas. En este sentido, la distinción entre el hombre y la mujer es más que nunca afirmada, y en cuanto tal acompaña a la revelación bíblica hasta el final. Al término de la historia presente, mientras se delinean
en el Apocalipsis de Juan “los cielos nuevos” y “la tierra nueva” (Ap 21, 1), se presenta en visión una Jerusalén femenina “engalanada como una novia ataviada para
su esposo” (Ap 21, 20). La revelación misma se concluye con la palabra de la
Esposa y del Espíritu, que suplican la llegada del Esposo: “Ven Señor Jesús” (Ap
22, 20).
Lo masculino y femenino son así revelados como pertenecientes ontológicamente
a la creación, y destinados por tanto a perdurar más allá del tiempo presente, evidentemente en una forma transfigurada. De este modo caracterizan el amor que “no
acaba nunca” (1 Cor 13, 8), no obstante haya caducado la expresión temporal y
terrena de la sexualidad, ordenada a un régimen de vida marcado por la generación y la muerte. El celibato por el Reino quiere ser profecía de esta forma de
existencia futura de lo masculino y lo femenino. Para los que viven el celibato, éste
adelanta la realidad de una vida, que, no obstante continuar siendo aquella propia
del hombre y la mujer, ya no estará sometida a los límites presentes de la relación
conyugal (cf. Mt 22, 30). Para los que viven la vida conyugal, aquel estado se con-
CARTA A LOS OBISPOS DE LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE LA COLABORACIÓN DEL HOMBRE Y LA MUJER EN LA IGLESIA Y EL MUNDO
117
vierte además en referencia y profecía de la perfección que su relación alcanzará
en el encuentro cara a cara con Dios.
Distintos desde el principio de la creación y permaneciendo así en la eternidad, el hombre y la mujer, injertados en el misterio pascual de Cristo, ya no
advierten, pues, sus diferencias como motivo de discordia que hay que superar con
la negación o la nivelación, sino como una posibilidad de colaboración que hay
que cultivar con el respeto recíproco de la distinción. A partir de aquí se abren
nuevas perspectivas para una comprensión más profunda de la dignidad de la
mujer y de su papel en la sociedad humana y en la Iglesia.
III. La actualidad de los valores femeninos en la vida de la sociedad
13. Entre los valores fundamentales que están vinculados a la vida concreta de
la mujer se halla lo que se ha dado en llamar la “capacidad de acogida del otro”.
No obstante el hecho de que cierto discurso feminista reivindique las exigencias
“para sí misma”, la mujer conserva la profunda intuición de que lo mejor de su
vida está hecho de actividades orientadas al despertar del otro, a su crecimiento y a
su protección.
Esta intuición está unida a su capacidad física de dar la vida. Sea o no puesta
en acto, esta capacidad es una realidad que estructura profundamente la personalidad femenina. Le permite adquirir muy pronto madurez, sentido de la gravedad
de la vida y de las responsabilidades que ésta implica. Desarrolla en ella el sentido
y el respeto por lo concreto, que se opone a abstracciones a menudo letales para
la existencia de los individuos y la sociedad. En fin, es ella la que, aun en las situaciones más desesperadas –y la historia pasada y presente es testigo de ello– posee
una capacidad única de resistir en las adversidades, de hacer la vida todavía posible incluso en situaciones extremas, de conservar un tenaz sentido del futuro y, por
último, de recordar con las lágrimas el precio de cada vida humana.
Aunque la maternidad es un elemento clave de la identidad femenina, ello no
autoriza en absoluto a considerar a la mujer exclusivamente bajo el aspecto de la
procreación biológica. En este sentido, pueden existir graves exageraciones que
exaltan la fecundidad biológica en términos vitalistas, y que a menudo van acompañadas de un peligroso desprecio por la mujer. La vocación cristiana a la virginidad –audaz con relación a la tradición veterotestamentaria y a las exigencias de
muchas sociedades humanas–, tiene al respecto gran importancia.17 Ésta contradice radicalmente toda pretensión de encerrar a las mujeres en un destino que sería
sencillamente biológico. Así como la maternidad física le recuerda a la virginidad
que no existe vocación cristiana fuera de la donación concreta de sí al otro, igualmente la virginidad le recuerda a la maternidad física su dimensión fundamentalmente espiritual: no es conformándose con dar la vida física como se genera real-
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
118
mente al otro. Eso significa que la maternidad también puede encontrar formas de
plena realización allí donde no hay generación física.18
En tal perspectiva se entiende el papel insustituible de la mujer en los diversos aspectos de la vida familiar y social que implican las relaciones humanas y el
cuidado del otro. Aquí se manifiesta con claridad lo que el Santo Padre ha llamado el genio de la mujer.19 Ello implica, ante todo, que las mujeres estén activamente presentes, incluso con firmeza, en la familia,“sociedad primordial y, en cierto sentido,‘soberana’”,20 pues es particularmente en ella donde se plasma el rostro de un
pueblo y sus miembros adquieren las enseñanzas fundamentales. Ellos aprenden a
amar en cuanto son amados gratuitamente, aprenden el respeto a las otras personas en cuanto son respetados, aprenden a conocer el rostro de Dios en cuanto
reciben su primera revelación de un padre y una madre llenos de atenciones.
Cuando faltan estas experiencias fundamentales, es el conjunto de la sociedad el
que sufre violencia y se vuelve, a su vez, generador de múltiples violencias. Esto
implica, además, que las mujeres estén presentes en el mundo del trabajo y de la
organización social, y que tengan acceso a puestos de responsabilidad que les
ofrezcan la posibilidad de inspirar las políticas de las naciones y de promover soluciones innovadoras para los problemas económicos y sociales.
Sin embargo, no se puede olvidar que la combinación de las dos actividades
–la familia y el trabajo– asume, en el caso de la mujer, características diferentes que
en el del hombre. Se plantea por tanto el problema de armonizar la legislación y
la organización del trabajo con las exigencias de la misión de la mujer dentro de
la familia. El problema no es solo jurídico, económico u organizativo, sino ante
todo de mentalidad, cultura y respeto. Se necesita, en efecto, una justa valoración
del trabajo desarrollado por la mujer en la familia. En tal modo, las mujeres que
libremente lo deseen podrán dedicar la totalidad de su tiempo al trabajo doméstico, sin ser estigmatizadas socialmente y penalizadas económicamente. Por otra
parte, las que deseen desarrollar también otros trabajos, podrán hacerlo con horarios adecuados, sin verse obligadas a elegir entre la alternativa de perjudicar su vida
familiar o de padecer una situación habitual de tensión, que no facilita ni el equilibrio personal ni la armonía familiar. Como ha escrito Juan Pablo II, “será un
honor para la sociedad hacer posible a la madre –sin obstaculizar su libertad, sin
discriminación sicológica o práctica, sin dejarle en inferioridad ante sus compañeras– dedicarse al cuidado y a la educación de los hijos, según las necesidades
diferenciadas de la edad”.21
14. En todo caso, es oportuno recordar que los valores femeninos apenas mencionados son ante todo valores humanos: la condición humana, del hombre y la
mujer creados a imagen de Dios, es una e indivisible. Sólo porque las mujeres están
más inmediatamente en sintonía con estos valores pueden llamar la atención sobre
CARTA A LOS OBISPOS DE LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE LA COLABORACIÓN DEL HOMBRE Y LA MUJER EN LA IGLESIA Y EL MUNDO
119
ellos y ser su signo privilegiado. Pero en última instancia cada ser humano, hombre o mujer, está destinado a ser “para el otro”.Así se ve que lo que se llama “femineidad” es más que un simple atributo del sexo femenino. La palabra designa efectivamente la capacidad fundamentalmente humana de vivir para el otro y gracias
al otro.
Por lo tanto, la promoción de las mujeres dentro de la sociedad tiene que ser
comprendida y buscada como una humanización, realizada gracias a los valores
redescubiertos por las mujeres. Toda perspectiva que pretenda proponerse como
lucha de sexos sólo puede ser una ilusión y un peligro, destinados a acabar en
situaciones de segregación y competición entre hombres y mujeres, y a promover
un solipsismo, que se nutre de una concepción falsa de la libertad.
Sin prejuzgar los esfuerzos por promover los derechos a los que las mujeres
pueden aspirar en la sociedad y en la familia, estas observaciones quieren corregir
la perspectiva que considera a los hombres como enemigos que hay que vencer.
La relación hombre-mujer no puede pretender encontrar su justa condición en
una especie de contraposición desconfiada y a la defensiva. Es necesario que tal
relación sea vivida en la paz y felicidad del amor compartido.
En un nivel más concreto, las políticas sociales –educativas, familiares, laborales, de acceso a los servicios, de participación cívica–, si bien por una parte tienen que combatir cualquier injusta discriminación sexual, por otra deben saber
escuchar las aspiraciones e individuar las necesidades de cada cual. La defensa y
promoción de la idéntica dignidad y de los valores personales comunes deben
armonizarse con el cuidadoso reconocimiento de la diferencia y la reciprocidad,
allí donde eso se requiera para la realización del propio ser masculino o femenino.
IV. La actualidad de los valores femeninos en la vida de la Iglesia
15. Con respecto a la Iglesia, el signo de la mujer es más que nunca central y
fecundo. Ello depende de la identidad misma de la Iglesia, que ésta recibe de Dios
y acoge en la fe. Es esta identidad “mística”, profunda, esencial, la que se debe tener
presente en la reflexión sobre los respectivos papeles del hombre y la mujer en la
Iglesia.
Ya desde las primeras generaciones cristianas, la Iglesia se consideró una
comunidad generada por Cristo y vinculada a Él por una relación de amor, que
encontró en la experiencia nupcial su mejor expresión. Por ello la primera obligación de la Iglesia es permanecer en la presencia de este misterio del amor divino, manifestado en Cristo Jesús, contemplarlo y celebrarlo. En tal sentido, la figura de María constituye la referencia fundamental de la Iglesia. Se podría decir,
metafóricamente, que María ofrece a la Iglesia el espejo en el que es invitada a
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
120
reconocer su propia identidad así como las disposiciones del corazón, las actitudes
y los gestos que Dios espera de ella.
La existencia de María es para la Iglesia una invitación a radicar su ser en la
escucha y acogida de la Palabra de Dios. Porque la fe no es tanto la búsqueda de
Dios por parte del hombre cuanto el reconocimiento de que Dios viene a él, lo
visita y le habla. Esta fe, cierta de que “ninguna cosa es imposible para Dios” (cf.
Gn 18, 14; Lc 1, 37), vive y se profundiza en la obediencia humilde y amorosa con
la que la Iglesia sabe decirle al Padre: “hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 38).
La fe continuamente remite a la persona de Jesús:“Haced lo que él os diga” (Jn 2,
5), y lo acompaña en su camino hasta los pies de la cruz. María, en la hora de las
tinieblas más profundas, persiste valientemente en la fe, con la única certeza de la
confianza en la palabra de Dios.
También de María aprende la Iglesia a conocer la intimidad de Cristo.
María, que ha llevado en sus brazos al pequeño niño de Belén, enseña a conocer la infinita humildad de Dios. Ella, que ha acogido el cuerpo martirizado de
Jesús depuesto de la cruz, muestra a la Iglesia cómo recoger todas las vidas desfiguradas en este mundo por la violencia y el pecado. La Iglesia aprende de
María el sentido de la potencia del amor, tal como Dios la despliega y revela en
la vida del Hijo predilecto: “dispersó a los que son soberbios y exaltó a los
humildes” (Lc 1, 51-52).Y también de María los discípulos de Cristo reciben el
sentido y el gusto de la alabanza ante las obras de Dios:“porque ha hecho en mi
favor maravillas el Poderoso” (Lc 1, 49). Ellos aprenden que están en el mundo
para conservar la memoria de estas “maravillas” y velar en la espera del día del
Señor.
16. Mirar a María e imitarla no significa, sin embargo, empujar a la Iglesia
hacia una actitud pasiva inspirada en una concepción superada de la femineidad.
Tampoco significa condenarla a una vulnerabilidad peligrosa, en un mundo en el
que lo que cuenta es sobre todo el dominio y el poder. En realidad, el camino de
Cristo no es ni el del dominio (cf. Fil 2, 6), ni el del poder como lo entiende el
mundo (cf. Jn 18, 26). Del Hijo de Dios aprendemos que esta “pasividad” es en
realidad el camino del amor, es poder real que derrota toda violencia, es “pasión”
que salva al mundo del pecado y de la muerte y recrea la humanidad. Confiando
su Madre al apóstol S. Juan, el Crucificado invita a su Iglesia a aprender de María
el secreto del amor que triunfa.
Muy lejos de otorgar a la Iglesia una identidad basada en un modelo contingente de femineidad, la referencia a María, con sus disposiciones de escucha, acogida, humildad, fidelidad, alabanza y espera, coloca a la Iglesia en continuidad con
la historia espiritual de Israel. Estas actitudes se convierten también, en Jesús y a
través de él, en la vocación de cada bautizado.
CARTA A LOS OBISPOS DE LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE LA COLABORACIÓN DEL HOMBRE Y LA MUJER EN LA IGLESIA Y EL MUNDO
121
Prescindiendo de las condiciones, estados de vida, vocaciones diferentes, con
o sin responsabilidades públicas, tales actitudes determinan un aspecto esencial de
la identidad de la vida cristiana. Aun tratándose de actitudes que tendrían que ser
típicas de cada bautizado, de hecho, es característico de la mujer vivirlas con particular intensidad y naturalidad. Así, las mujeres tienen un papel de la mayor
importancia en la vida eclesial, interpelando a los bautizados sobre el cultivo de
tales disposiciones, y contribuyendo en modo único a manifestar el verdadero rostro de la Iglesia, esposa de Cristo y madre de los creyentes.
En esta perspectiva también se entiende que el hecho de que la ordenación
sacerdotal sea exclusivamente reservada a los hombres22 no impide en absoluto a
las mujeres el acceso al corazón de la vida cristiana. Ellas están llamadas a ser
modelos y testigos insustituibles para todos los cristianos de cómo la Esposa debe
corresponder con amor al amor del Esposo.
Conclusión
17. En Jesucristo se han hecho nuevas todas las cosas (cf. Ap 21, 5). La renovación de la gracia, sin embargo, no es posible sin la conversión del corazón.
Mirando a Jesús y confesándolo como Señor, se trata de reconocer el camino del
amor vencedor del pecado, que Él propone a sus discípulos.
Así, la relación del hombre con la mujer se transforma, y la triple concupiscencia
de la que habla la primera carta de S. Juan (cf. 1 Jn 2, 15-17) cesa su destructiva
influencia. Se debe recibir el testimonio de la vida de las mujeres como revelación
de valores, sin los cuales la humanidad se cerraría en la autosuficiencia, en los sueños de poder y en el drama de la violencia.También la mujer, por su parte, tiene
que dejarse convertir, y reconocer los valores singulares y de gran eficacia de amor
por el otro del que su femineidad es portadora. En ambos casos se trata de la conversión de la humanidad a Dios, a fin de que tanto el hombre como la mujer
conozcan a Dios como a su “ayuda”, como Creador lleno de ternura y como
Redentor que “amó tanto al mundo que dio a su Hijo único” (Jn 3, 16).
Una tal conversión no puede verificarse sin la humilde oración para recibir de
Dios aquella transparencia de mirada que permite reconocer el propio pecado y
al mismo tiempo la gracia que lo sana. De modo particular se debe implorar la
intercesión de la Virgen María, mujer según el corazón de Dios –“bendita entre
las mujeres” (Lc 1, 42)–, elegida para revelar a la humanidad, hombres y mujeres,
el camino del amor. Solamente así puede emerger en cada hombre y en cada
mujer, según su propia gracia, aquella “imagen de Dios”, que es la efigie santa con
la que están sellados (cf. Gn 1, 27). Sólo así puede ser redescubierto el camino de
la paz y del estupor, del que es testigo la tradición bíblica en los versículos del
Cantar de los cantares, donde cuerpos y corazones celebran un mismo júbilo.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
122
Ciertamente la Iglesia conoce la fuerza del pecado, que obra en los individuos
y en las sociedades, y que a veces llevaría a desesperar de la bondad de la pareja
humana. Pero por su fe en Cristo crucificado y resucitado, la Iglesia conoce aún
más la fuerza del perdón y del don de sí, a pesar de toda herida e injusticia. La paz
y la maravilla que la Iglesia muestra con confianza a los hombres y mujeres de hoy
son la misma paz y maravilla del jardín de la resurrección, que ha iluminado nuestro mundo y toda su historia con la revelación de que “Dios es amor” (1 Jn 4,
8.16).
El Sumo Pontífice Juan Pablo II, en la audiencia concedida al infrascrito Cardenal
Prefecto, ha aprobado la presente Carta, decidida en la Sesión Ordinaria de esta
Congregación, y ha ordenado que sea publicada.
Dado en Roma, en la sede de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el
31 de mayo de 2004, Fiesta de la Visitación de la Beata Virgen María.
+ Card. Joseph RATZINGER
Prefecto
+ Angelo AMATO, SDB
Arzobispo titular de Sila
Secretario
Notas
1. Cf. JUAN PABLO II: Exhort. Apost. post sinodal Familiaris consortio (22 de
noviembre de 1981): AAS 74 (1982), 81-191; Carta Apost. Mulieris dignitatem (15
de agosto de 1988): AAS 80 (1988), 1653-1729; Carta a las familias (2 de febrero
de 1994): AAS 86 (1994), 868-925; Carta a las mujeres (29 de junio de 1995): AAS
87 (1995), 803-812; Catequesis sobre el amor humano (1979-1984): Enseñanzas II
(1979) - VII (1984); Congregación para la Educación Católica, Orientaciones educativas sobre el amor humano. Pautas de educación sexual (1º de noviembre de 1983):
Ench.Vat. 9, 420-456; Pontificio Consejo para la Familia, Sexualidad humana: verdad y significado. Orientaciones educativas en familia (8 de diciembre de 1995): Ench.
Vat. 14, 2008-2077.
2. Sobre esta compleja cuestión del género, cf. también PONTIFICIO CONSEJO
PARA LA FAMILIA: Familia, matrimonio y “uniones de hecho” (26 de julio de 2000), 8:
Suplemento a L’Osservatore Romano (22 de noviembre de 2000), 4.
3. Cf. JUAN PABLO II: Carta Enc. Fides et ratio (14 de septiembre de 1998), 21:
CARTA A LOS OBISPOS DE LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE LA COLABORACIÓN DEL HOMBRE Y LA MUJER EN LA IGLESIA Y EL MUNDO
123
AAS 91 (1999), 22: “Esta apertura al misterio, que le viene de la Revelación, ha
sido al final para él la fuente de un verdadero conocimiento, que ha consentido a
su razón entrar en el ámbito de lo infinito, recibiendo así posibilidades de compresión hasta entonces insospechadas”.
4. JUAN PABLO II: Carta Apost. Mulieris dignitatem (15 de agosto de 1988), 6: AAS
80 (1988), 1662; cf. S. IRENEO: Adversus haereses,V, 6, 1;V, 16, 2-3: SC 153, 72-81;
216-221; S. GREGORIO DE NISA: De hominis opificio, 16: PG 44, 180; In Canticum
homilia, 2: PG 44, 805-808; S. AGUSTÍN: Enarratio in Psalmum, 4, 8: CCL 38, 17.
5. La palabra hebrea ezer, traducida como ayuda, indica el auxilio que sólo una
persona presta a otra persona. El término no tiene ninguna connotación de inferioridad o instrumentalización. De hecho también Dios es, a veces, llamado ezer
respecto al hombre (cf. Esd 18, 4; Sal 9-10, 35).
6. JUAN PABLO II: Carta Apost. Mulieris dignitatem (15 de agosto de 1988), 6:
AAS 80 (1988), 1664.
7. JUAN PABLO II: Catequesis El hombre-persona se hace don en la libertad del amor
(16 de enero de 1980), 1: Enseñanzas III, 1 (1980), 148.
8. JUAN PABLO II: Catequesis La concupiscencia del cuerpo deforma las relaciones
hombre-mujer (26 de julio de 1980), 1: Enseñanzas III, 2 (1980), 288.
9. JUAN PABLO II: Carta Apost. Mulieris dignitatem (15 de agosto de 1988), 7:
AAS 80 (1988), 1666.
10. Ibíd., nº 6, l.c., 1663.
11. CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA: Orientaciones educativas
sobre el amor humano. Lineamientos de educación sexual (1º de noviembre de 1983), 4:
Ench.Vat. 9, 423.
12. Íd.
13. Adversus haereses, 4, 34, 1: SC 100. 846:“Omnem novitatem attulit semetipsum
afferens”.
14. La Tradición exegética antigua ve en María en el episodio de Caná la “figura Synagogæ” y la “inchoatio Ecclesiæ”.
15. El cuarto Evangelio profundiza aquí un dato ya presente en los Sinópticos
(cf. Mt 9, 15 y par.). Sobre el tema de Jesús Esposo, cf. JUAN PABLO II: Carta a las
Familias (2 de febrero de 1994), 18: AAS 86 (1994), 906-910.
16. JUAN PABLO II: Carta a las familias (2 de febrero de 1994), 19: AAS 86
(1994), 911; cf. Carta Apost. Mulieris dignitatem (15 de agosto de 1988), 23-25:
AAS 80 (1988), 1708-1715.
17. Cf. JUAN PABLO II: Exhort. Apost. post sinodal Familiaris consortio (22 de
noviembre de 1981), 16: AAS 74 (1982), 98-99.
18. Ibíd., 41, l.c., 132-133; CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE:
Instruc. Donum vitae (22 de febrero de 1987), II, 8: AAS 80 (1988), 96-97.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
124
19. Cf. JUAN PABLO II: Carta a las mujeres (29 de junio de 1995), 9-10: AAS
87 (1995), 809-810.
20. JUAN PABLO II: Carta a las familias (2 de febrero de 1994), 17: AAS 86
(1994), 906.
21. Carta Enc. Laborem exercens (14 de septiembre de 1981), 19: AAS 73
(1981), 627.
22. Cf. JUAN PABLO II: Carta Apost. Ordinatio sacerdotalis (22 de mayo de 1994):
AAS 86 (1994), 545-548; CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE:
Respuesta a la duda acerca de la doctrina de la Carta Apostólica Ordinatio sacerdotalis
(28 de octubre de 1995): AAS 87 (1995), 1114.
CARTA A LOS OBISPOS DE LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE LA COLABORACIÓN DEL HOMBRE Y LA MUJER EN LA IGLESIA Y EL MUNDO
125
LA IDEOLOGÍA DE GENDER
Jutta Burggraf
La ideología feminista de gender se extiende a partir de la década de los sesenta. Según ella, la masculinidad y la feminidad no estarían determinadas fundamentalmente por el sexo, sino por la cultura. Mientras que el término “sexo” hace referencia a la naturaleza e implica dos posibilidades (varón y mujer), el término “género” proviene del campo de la lingüística, donde se aprecian tres variaciones: masculino, femenino y neutro. Las diferencias entre el varón y la mujer no corresponderían, pues, fuera de las obvias diferencias morfológicas, a una naturaleza “dada”, sino
que serían meras construcciones culturales “hechas” según los roles y estereotipos
que en cada sociedad se asignan a los sexos (“roles socialmente construidos”).1 En
este contexto, se destaca (no sin razón) que, en el pasado, las diferencias fueron acentuadas desmesuradamente, lo que condujo a situaciones de discriminación e injusticia para muchas mujeres: durante largos siglos, correspondió al “destino femenino” ser modelada como un ser inferior, excluida de las decisiones públicas y de los
estudios superiores. Pero hoy en día –se sigue afirmando–, las mujeres se dan cuenta del fraude del que han sido víctimas, y rompen los esquemas que les fueron
impuestos. Pretenden liberarse, sobre todo, del matrimonio y de la maternidad.2
LA IDEOLOGÍA DEL GENDER
127
Algunos apoyan la existencia de cuatro, cinco o seis géneros, según diversas
consideraciones: heterosexual masculino, heterosexual femenino, homosexual, lesbiana, bisexual e indiferenciado. De este modo, la masculinidad y la feminidad no
aparecen en modo alguno como los únicos derivados naturales de la dicotomía
sexual biológica. Cualquier actividad sexual resultaría justificable.3
La “heterosexualidad”, lejos de ser “obligatoria”, no significaría más que uno
de los casos posibles de práctica sexual. Ni siquiera sería preferible para la procreación. En sociedades “más imaginativas”, la reproducción biológica puede asegurarse con otras técnicas, se ha afirmado.4 Y como la identidad genérica (el gender)
podría adaptarse indefinidamente a nuevos y diferentes propósitos, correspondería
a cada individuo elegir libremente el tipo de género al que le gustaría pertenecer,
en las diversas situaciones y etapas de su vida.
Para llegar a una aceptación universal de estas ideas, los promotores del feminismo radical de género intentan conseguir un gradual cambio cultural, la llamada “deconstrucción” de la sociedad, empezando por la familia y la educación de
los hijos.5 Utilizan un lenguaje ambiguo que hace parecer razonables los nuevos
presupuestos éticos. La meta consiste en “reconstruir” un mundo nuevo y arbitrario, que incluye, junto al masculino y al femenino, también otros géneros en el
modo de configurar la vida humana y las relaciones interpersonales.
Estas pretensiones han encontrado un ambiente favorable en la antropología
individualista del neoliberalismo radical. Se apoyan, por un lado, en diversas teorías marxistas y estructuralistas,6 y por el otro, en los postulados de algunos representantes de la “revolución sexual”, como Wilhelm Reich (1897-1957) y Herbert
Marcuse (1898-1979), que invitaban a experimentar todo tipo de situaciones
sexuales. Más directamente aún se puede ver el influjo del existencialismo ateo de
Simone de Beauvoir (1908-1986), que anunció, ya en 1949, su conocido aforismo:
“¡No naces mujer, te hacen mujer!”,7 más tarde completado por la lógica conclusión:
“¡No se nace varón, te hacen varón! Tampoco la condición de varón es una
realidad dada desde un principio”.8 Los estudios socioculturales de Margaret
Mead (1901-1978) también pueden incluirse en este proceso histórico que consolidó una nueva rama del feminismo radical, aunque la validez científica de sus
aportaciones fue cuestionada por otros investigadores.9
Al proclamar que los géneros masculino y femenino serían el producto de factores exclusivamente sociales, sin relación alguna con la dimensión sexual de la
persona, los defensores de la teoría de género se oponen a un modelo, igualmente unilateral que el suyo, que sostiene justamente lo contrario: niega cualquier
interacción entre el individuo y la comunidad a la hora de configurar la identidad
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
128
personal como varón o mujer; y afirma que a cada sexo le corresponden por necesidades biológicas unas funciones sociales fijas, invariables en la historia.10 Este
modelo, sin embargo, se considera hoy en día falso a nivel teórico y jurídico, al
menos en el mundo occidental.11 Está en parte superado por la legislación, pero
no totalmente;12 no se puede negar que persiste su influjo en la práctica social.
El proceso de identificación con el propio sexo
En la persona humana, el sexo y el género –el fundamento biológico y la
expresión cultural– no son idénticos, pero tampoco son completamente independientes. Para llegar a establecer una relación correcta entre ambos, conviene considerar previamente el proceso en el que se forma la identidad como varón o
mujer. Los especialistas señalan tres aspectos de este proceso que, en el caso normal, se entrelazan armónicamente: el sexo biológico, el sexo psicológico y el sexo
social.13
El sexo biológico describe la corporeidad de una persona. Se suelen distinguir diversos factores. El “sexo genético” (o “cromosómico”) –determinado por
los cromosomas XX en la mujer, o XY en el varón– se establece en el momento
de la fecundación y se traduce en el “sexo gonadal”, que es responsable de la actividad hormonal. El “sexo gonadal”, a su vez, influye sobre el “sexo somático” (o
“fenotípico”), que determina la estructura de los órganos reproductores internos
y externos. Conviene considerar el hecho de que estas bases biológicas intervienen profundamente en todo el organismo, de modo que, por ejemplo, cada célula de un cuerpo femenino es distinta a cada célula de un cuerpo masculino. La
ciencia médica indica incluso diferencias estructurales y funcionales entre un cerebro masculino y otro femenino.14
El sexo psicológico se refiere a las vivencias psíquicas de una persona como
varón o mujer. Consiste, en concreto, en la conciencia de pertenecer a un determinado sexo. Esta conciencia se forma, en un primer momento, alrededor de los
dos o tres años y suele coincidir con el sexo biológico. Puede estar afectada hondamente por la educación y el ambiente en el que se mueve el niño.
El sexo sociológico (o civil) es el sexo asignado a una persona en el momento del nacimiento. Expresa cómo es percibida por las personas a su alrededor.
Señala la manera específica de obrar de un varón o de una mujer. En general, se
le entiende como el resultado de procesos histórico-culturales. Se refiere a las funciones y roles (y los estereotipos) que en cada sociedad se asignan a los diversos
grupos de personas. Estos tres aspectos no deben entenderse como aislados unos
de otros. Por el contrario, se integran en un proceso más amplio consistente en la
formación de la propia identidad. Una persona adquiere progresivamente durante la infancia y la adolescencia la conciencia de ser “ella misma”. Descubre su
LA IDEOLOGÍA DEL GENDER
129
identidad y, dentro de ella, cada vez más hondamente, la dimensión sexual del propio ser. Adquiere gradualmente una identidad sexual (dándose cuenta de los factores biopsíquicos del propio sexo y de la diferencia respecto al otro sexo) y una
identidad genérica (descubriendo los factores psicosociales y culturales del papel
que las mujeres o varones desempeñan en la sociedad).
En un correcto y armónico proceso de integración, ambas dimensiones se
corresponden y complementan. Una consideración especial merecen los estados
intersexuales (los llamados intersexos), ya que algunos argumentan que la existencia de personas transexuales y hermafroditas demostraría que no hay solamente
dos sexos. Pero los estados intersexuales significan anomalías con características
clínicas variadas; suelen ocurrir en una etapa muy precoz del desarrollo embrionario. Se definen por la contradicción de uno o más de los criterios de definición
sexual. Es decir, las personas transexuales disponen de una patología en alguno de
los puntos de la cadena biológica que conduce a la diferenciación sexual. Sufren
alteraciones en el desarrollo normal del sexo biológico y, en consecuencia, también del sexo psicosocial.15
En vez de utilizarlas como propaganda para conseguir la “deconstrucción” de
las bases de la familia y de la sociedad, conviene mostrarles respeto y darles un tratamiento médico adecuado.
Hay que distinguir la identidad sexual (varón o mujer) de la orientación sexual
(heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad). Se entiende como orientación
sexual comúnmente la preferencia sexual que se establece en la adolescencia, coincidiendo con la época en que se completa el desarrollo cerebral. Tiene una base
biológica y es configurada, además, por otros factores como la educación, la cultura y las experiencias propias.Aunque los números varían según las diversas investigaciones, se puede decir que la inmensa mayoría de las personas humanas son
heterosexuales.16
Otra cosa también distinta es la conducta sexual. En el caso normal, designa
el propio comportamiento elegido, puesto que hay un margen muy amplio de
libertad en el modo en que tanto la mujer como el varón pueden vivir su sexualidad.
Hacia una comprensión de la diferencia sexual
Como la persona entera es varón o mujer, en la unidad de cuerpo y alma,17
la masculinidad o feminidad se extiende a todos los ámbitos de su ser: desde el
profundo significado de las diferencias físicas entre el varón y la mujer y su
influencia en el amor corporal, hasta las diferencias psíquicas entre ambos y la
forma diferente de manifestar su relación con Dios. Aunque no existe ningún
rasgo psicológico o espiritual atribuible sólo a uno de los sexos, existen, sin embar-
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
130
go, características que se presentan con una frecuencia especial y de manera más
pronunciada en los varones, y otras en las mujeres. Es una tarea sumamente difícil
de distinguir en este campo. Probablemente, nunca será posible determinar con
exactitud científica lo que es “típicamente masculino” o “típicamente femenino”,
pues la naturaleza y la cultura están entrelazadas, desde el principio, muy estrechamente. Pero el hecho de que el varón y la mujer experimenten el mundo de
forma diferente, desempeñen tareas de manera distinta, sientan, planeen y reaccionen de manera desigual, tiene un fundamento sólido en la constitución biológica
propia de cada uno de ellos. La sexualidad habla unas veces de identidad y otras
veces de alteridad.Varón y mujer tienen la misma naturaleza humana, pero la tienen de modos distintos. En cierto sentido, se complementan. Por esto, el varón
tiende “constitutivamente” a la mujer, y la mujer al varón.18 No buscan una unidad andrógena, como sugiere la mítica visión de Aristófanes en El banquete, pero
sí se necesitan mutuamente para desarrollar plenamente su humanidad.19 La mujer
es dada como “ayuda” al varón por el Creador, y viceversa, lo que no equivale a
“siervo” ni expresa ningún desprecio,20 según ha sostenido Juan Pablo II en su
carta apostólica Mulieris dignitatem.También en la relación marido-mujer, la “sumisión” no es unilateral, sino recíproca. Es deseable una subordinación mutua en el
amor.
Es un hecho biológico que sólo la mujer puede ser madre, y sólo el varón
puede ser padre. La procreación se encuentra ennoblecida en ellos por el amor en
que se desarrolla y, precisamente por la vinculación al amor, ha sido puesta por Dios
en el centro de la persona humana como labor conjunta de los dos sexos. La paternidad común muestra un especial protagonismo y la confianza inmensa de Dios.
Tanto el varón como la mujer son capaces de satisfacer una necesidad fundamental del otro. En su mutua relación, uno permite al otro descubrirse y realizarse en su propia condición sexuada. Uno hace al otro consciente de ser llamado a
la comunión y capaz para entregarse al otro, en mutua subordinación amorosa.
Ambos, desde perspectivas distintas, llegan a la propia felicidad sirviendo a la felicidad del otro. Mientras que el cambio arbitrario del gender atestigua un cierto afán
de autosuficiencia, la sexualidad humana significa una clara disposición hacia el
otro. Manifiesta que la plenitud humana reside precisamente en la relación, en el
ser-para-el-otro. Impulsa a salir de sí mismo, buscar al otro y alegrarse en su presencia. Es como el sello del Dios del amor en la estructura misma de la naturaleza humana. Aunque cada persona es querida por Dios “por sí misma”21 y llamada a una plenitud individual, no puede alcanzarla sino en comunión con otros.
Está hecha para dar y recibir amor.
De esto nos habla la condición sexual, que tiene un inmenso valor en sí
misma. Ambos sexos están llamados por el mismo Dios a actuar y vivir conjunta-
LA IDEOLOGÍA DEL GENDER
131
mente.22 Ésa es su vocación. Se puede incluso afirmar que Dios no ha creado al
hombre varón y mujer para que engendren nuevos seres humanos, sino que, justo
al revés, tienen ellos la capacidad de engendrar para perpetuar la imagen divina
que reflejan en su condición sexuada. Ser mujer y ser varón no se agotan en ser,
respectivamente, madre o padre. Considerando las cualidades específicas de la
mujer, se ha reflexionado, a veces, sobre la “maternidad espiritual”; el Papa Juan
Pablo II precisa este concepto y habla más oportunamente del “genio de la
mujer”.23 Constituye una determinada actitud básica que corresponde a la estructura física de la mujer y se ve fomentada por ella. En efecto, no parece descabellado suponer que la intensa relación que la mujer guarda con la vida pueda generar en ella unas disposiciones particulares. Así como durante el embarazo la mujer
experimenta una cercanía única hacia un nuevo ser humano, así también su naturaleza favorece el encuentro interpersonal con quienes le rodean. El “genio de la
mujer” se puede traducir en una delicada sensibilidad frente a las necesidades y
requerimientos de los demás, en la capacidad de darse cuenta de sus posibles conflictos interiores y de comprenderlos. Se la puede identificar, cuidadosamente, con
una especial capacidad de mostrar el amor de un modo concreto24 y desarrollar la
“ética” del cuidado.
Donde hay un “genio femenino” debe haber también un “genio masculino”,
un talento específico del varón. Éste tiene por naturaleza una mayor distancia respecto de la vida concreta. Se encuentra siempre “fuera” del proceso de la gestación
y del nacimiento, y sólo puede tener parte en ellos a través de su mujer.
Precisamente esa mayor distancia le puede facilitar una acción más serena para proteger la vida y asegurar su futuro. Puede llevarle a ser un verdadero padre, no sólo
en la dimensión física, sino también en sentido espiritual.25 Puede llevarle a ser un
amigo imperturbable, seguro y de confianza. Pero puede llevarle también, por otro
lado, a un cierto desinterés por las cosas concretas y cotidianas, lo que, desgraciadamente, se ha favorecido en las épocas pasadas por una educación unilateral.
En todos los ámbitos y sectores de la sociedad, en la cultura y el arte, la política y la economía, la vida pública y la privada, varones y mujeres están llamados
a aceptarse mutuamente y a construir juntos un mundo habitable. Este mundo llegará a su plenitud en el momento en que ambos sexos le entreguen armónicamente su contribución específica.
Relación adecuada entre sex y gender
Hay una profunda unidad entre las dimensiones corporales, psíquicas y espirituales en la persona humana, una interdependencia entre lo biológico y lo cultural. El obrar tiene su base en la naturaleza y no puede desvincularse completamente de ella.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
132
La unidad y la igualdad entre varón y mujer no anulan las diferencias.Aunque
tanto las cualidades femeninas como las masculinas sean variables en gran medida, no pueden ser ignoradas completamente. Sigue habiendo un trasfondo de configuración natural, que no puede ser anulado sin esfuerzos desesperados, que conducen, en definitiva, a la autonegación.
La cultura, a su vez, tiene que dar una respuesta adecuada a la naturaleza. No debe
ser un obstáculo al progreso de los grupos humanos. Es evidente que han existido en
la historia, y aún existen en el mundo, muchas injusticias hacia las mujeres. Este largo
elenco de discriminaciones no tiene ningún fundamento biológico, sino unas raíces
culturales, y es preciso erradicarlas. Las funciones sociales no deben considerarse
como irremediablemente unidas a la genética o a la biología. Es deseable que la mujer
asuma nuevos roles que estén en armonía con su dignidad. En este sentido, el Papa
Juan Pablo II rechaza explícitamente la noción biológica determinista de que todos
los roles y relaciones de los dos sexos están fijados en un único modelo estático, y
exhorta a los varones a participar “en el gran proceso de liberación de la mujer”.26
Es indudable que la incorporación de la mujer al mercado laboral es un avance que,
ciertamente, crea nuevos retos para ambos sexos.
El término gender puede aceptarse como expresión humana y, por tanto, libre,
que se basa en una identidad sexual biológica, masculina o femenina.27 Es adecuado para describir los aspectos culturales que rodean a la construcción de las funciones del varón y de la mujer en el contexto social. Sin embargo, no todas las
funciones significan algo construido a voluntad; algunas tienen una mayor raigambre biológica. Por tanto,
puede también apreciarse que la presencia de una cierta diversidad de roles en
modo alguno es mala para las mujeres, con tal de que esta diversidad no sea resultado
de una imposición arbitraria, sino más bien expresión de lo que es específicamente
masculino o femenino.28
Hoy en día, muchas personas vuelven a ver de nuevo con claridad que no pueden llegar a ser libres más allá de los límites de la propia naturaleza; que el sexo, más
que un privilegio o una discriminación, también es siempre una oportunidad para
el propio desarrollo. En consecuencia, se empeñan por conseguir que la promoción
de la mujer no sólo se lleve a cabo fuera del hogar. Si es cierto que las mujeres no
se muestran únicamente como esposas y madres, muchas sí son esposas y madres, o
quieren serlo, y hay que crear las posibilidades para que puedan serlo con dignidad.
La familia, ciertamente, no es una tarea exclusiva de la mujer. Pero, aun cuando el varón muestre su responsabilidad y compagine adecuadamente sus tareas
profesionales y familiares, no se puede negar que la mujer juega un papel suma-
LA IDEOLOGÍA DEL GENDER
133
mente importante en el hogar. La específica contribución que aporta allí debe
tenerse plenamente en cuenta en la legislación y debe ser también justamente
remunerada, bajo el punto de vista económico y sociopolítico.29 La colaboración
para elaborar esta legislación deberá considerarse mundialmente no sólo como
derecho, sino también como deber de la mujer.
Nota final
El desarrollo de una sociedad depende del empleo de todos los recursos
humanos. Por tanto, mujeres y varones deben participar en todas las esferas de la
vida pública y privada. Los intentos que procuran conseguir esta meta justa a niveles de gobierno político, empresarial, cultural, social y familiar pueden abordarse
bajo el concepto de “perspectiva de igualdad de género (gender)”, si esta igualdad
incluye el derecho a ser diferentes.
De hecho, algunos países y organismos internacionales tienen en cuenta la
diferente situación de varones y mujeres, y desarrollan planes para la igualdad de
oportunidades, que ayudan a conseguir la promoción de la mujer.Y a la hora de
adoptar políticas, la “perspectiva de género” plantea el problema de cuáles serán
los posibles efectos de esas decisiones en las realidades respectivas de varones y
mujeres. Esta “perspectiva de género”, que defiende el derecho a la diferencia
entre varones y mujeres y promueve la corresponsabilidad en el trabajo y la familia, no debe confundirse con el planteamiento radical señalado al principio, que
ignora y aplasta la diversidad natural de ambos sexos.
Notas
1. En los idiomas donde no se dispone de dos palabras diferentes (sex - gender,
sexo - género), se suele hablar de “sexo biológico” y “sexo psicosocial”. Así, por
ejemplo, en alemán: “biologisches Geschlecht” -“psychosoziales Geschlecht”.
2. Algunos adeptos del feminismo de género proponen: “In order to be effective
in the long run, family planning programmes should not only focus on attempting to reduce fertility within existing gender roles, but rather on changing gender roles in order to reduce fertility” (“Para ser efectivos a largo plazo, los programas de planificación familiar deben buscar no sólo reducir la fertilidad dentro de los roles de género existentes, sino más bien cambiar los roles de género a fin de reducir la fertilidad”).
La cita se encuentra en Division for the Advancement of Women for the Expert Group
Meeting on Family Planning, Health and Family Well Being, Gender Perspective in
Family Planning Programs (Bangalore, India 26-30 de octubre de 1992), organizado en colaboración con el United Nations Populations Fund (UNFPA).
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
134
3. “Al teorizar que el género es una construcción radicalmente independiente del sexo, el género mismo viene a ser un artificio libre de ataduras. En consecuencia, varón y masculino podrían significar tanto un cuerpo femenino como
uno masculino; mujer y femenino, tanto un cuerpo masculino como uno femenino”. Cf. BUTLER, Judith: Gender Trouble. Feminism and the Subversion of Identity,
New York-London, 1990, p. 6. Aunque este trabajo esté criticado, en algunos círculos extremistas todavía más radicales, por no separarse del todo de la dimensión
biológica, puede considerarse como una de las obras clave que presenta la ideología de gender.
4. HARTMANN, H.: The Unhappy Marriage of Marxism and Feminism, Boston,
1981, p. 16. Como muchos otros, la autora anticipó, en parte, la completa disociación entre sexualidad y procreación, maternidad/paternidad y filiación que las
intervenciones artificiales hacen posible hoy en día.
5. PONTIFICIO CONSEJO PARA LA FAMILIA: Familia, matrimonio y uniones de
hecho (26 de julio de 2000), 8. El feminismo de género ha encontrado favorable
acogida en un buen número de importantes instituciones internacionales, entre
las que se encuentran algunos organismos de la Organización de Naciones
Unidas. En no pocas universidades se pretende. además, elevar los “Gender Studies”
a un nuevo rango científico.
6. Fue Friedrich ENGELS quien sentó las bases de unión entre el marxismo y el
feminismo. Cf. su obra The Origin of the Family, Property and the State, New York, 1972.
Original alemán: Der Ursprung der Fumilie, des Privateigentum und des Staates, 1884.
7. DE BEAUVOIR, S.: Das andere Geschlecht, Hamburg, 1951, p. 285. Original
francés: Le Dexième Sexe, Paris, 1949.
8. DE BEAUVOIR, S.: Alles in Allem, Hamburg, 1974, p. 455.
9. Cf. MEAD, M.: Male and Female.A Study of the Sexes in a Changing Word, New
York, 1949; SOLÉ ROMEO, G.: Historia del feminismo. Siglos XIX y XX, Pamplona,
1995, pp. 50-53.
10. Con respecto a los diversos modelos que presenta la relación entre varón
y mujer, cf. el esquema clarificador de ELÓSEGUI, M.: La transexualidad.
Jurisprudencia y argumentación jurídica, Granada, 1999, pp. 91-118.
11. La subordinación de la mujer atenta contra el principio de igualdad entre
los sexos y contra los derechos humanos reconocidos en la Declaración Universal
de la Organización de las Naciones Unidas de 1948 y en otros muchos documentos de la ONU.
12. Cf. los estudios de ELÓSEGUI, M.:“Los derechos reproductivos. Un nuevo
concepto jurídico procedente del mundo legal anglosajón”, Anuario de Derecho
Eclesiástico del Estado, 16, 2000: 689. “Existe todavía discriminación directa, indi-
LA IDEOLOGÍA DEL GENDER
135
recta y oculta en el ámbito laboral, en el de la seguridad social, en el derecho
financiero, etcétera”.
13. El sexo biológico suele denominarse simplemente sex, sexo, mientras que
el sexo psicológico y el social están unidos en el término gender, género.
14. ” Cf. KELLI, D. D.:“Sexual Differentiation of the Nervous System”, en KANDEL,
E. R., SCHWARTZ, J. H. y JESSELL, T. M.: Principles of Neura1 Science, Norwalk,
Connecticut, Ed. Appleton and Lange, 2000, pp. 1131-1149; NOPOULOS, P.,
FLAUM, M., O’LEARY, D. y ANDREASEN, N. C.: “Sexual Dimorphism in the Human
Brain: Evaluation of Tissue Volume, Tissue Composition and Surface Anatomy Using
Magnetic Resonante Imaging”: Psychiatry Res, 2, 2000: l-13; DAVISON, H., CAVE, K.
R. y SELLNER, D.: “Differences in Visual Attention and Task Interference Between Males
and Females Reflect Differences in Brain Laterality”, Neuropsychologia, 4, 2000: 508514; SAMTO, N., IRNEZ, V., DEIBER, M. P. y HALLETT, M.: “Gender Difference in
Premotor Activity During Active Tactile Discrimination”, Neuroimage, 5, 2000: 532-540;
KANSAKU, K., YUXWRA, A. y KITAZAWA, S.: “Sex Differences in Lateralization
Revealed in the Posterior Language Areas”, Cereb Cortex, 9, 2000: 866-872.
15. No corresponde, por ejemplo, el sexo fenotípico plenamente con el sexo
cromosómico y gonadal, o no corresponden los órganos sexuales externos e internos. Así, las personas transexuales perciben pertenecer al sexo opuesto del que
indica su anatomía. Para más información, cf. GONZÁLEZ MERLO, J.: Ginecología,
Barcelona, 1998, cap. 3: “Estados Intersexuales”; MARCUELLO, A. C. y ELÓSEGUI,
M.: “Sexo, género, identidad sexual y sus patologías”, Cuadernos de Bioética, 3,
1999: 459-477.
16. Cf., por ejemplo, los estudios del psiquiatra VAN DEM AARDEW, G. J. M.:
Das Drama des gewöhnlichen Homosexuellen. Analyse und Therapie, NeuhausenStuttgart, 1995, pp. 17-47. Original inglés: Homosexuality as a Disease of Self Pity.
17. CONCILIO VATICANO II: Constitución pastoral Gaudium et spes, 14.
18. Cf. SCOLA, A.: ¿Qué es la vida?, Madrid, 1999, p. 128.
19. Cf. ibíd., p. 129.
20. Cf. JUAN PABLO II: Carta apostólica Mulieris dignitatem (15 de agosto de
1985), 10.También el salmista dice a Dios:“Tú eres mi ayuda” (Sal 70, 6). Cf. Sal
115, 9. 10. 11; 118, 7; 146, 5.
21. Cf. Gaudium et spes, 24, y Mulieris dignitatem, 7, 10, 13, 18, 20 y 30.
22. La sexualidad humana hace referencia a una voluntad inefable de Dios. Cf.
Gn 1, 27: “Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le
creó, varón y mujer los creó”.
23. Cf. BURGGRAF, J.: “Juan Pablo II y la vocación de la mujer”, Scripta
Theologica, 31, 1,1999: 139-155.
24. Cf. Mulieris dignitatem, 30.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
136
25. Paternidad espiritual supone liberarse del egocentrismo, “ser conquistado
por el amor”. Cf. WOJTYLA, K.:“Radiation of fatherhood”, en The Collected Plays and
Writings on Theater, Berkeley, 1987, p. 355.
26. JUAN PABLO II: Carta a las mujeres (29 de junio de 1995), 6.
27. Cf. los documentos de la Delegación de la Santa Sede incorporados a las
Actas de la Conferencia Mundial celebrada en Pekín en 1995, recogidos por
CASAS TORRES, J. M.: La cuarta conferencia mundial sobre la mujer, Madrid, 1998, p.
78.
28. JUAN PABLO II: Carta a las mujeres, 6.
29. Cf. JUAN PABLO II: Encíclica Laborem exercens (14 de septiembre de
1981), 19.
LA IDEOLOGÍA DEL GENDER
137
LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO.
SUS PELIGROS Y ALCANCES
Comisión ad–hoc de la mujer
Comisión Episcopal de Apostolado Laical
Conferencia Episcopal Peruana *
Presentación
Se ha estado oyendo durante estos últimos años la expresión “género” y
muchos se imaginan que es sólo otra manera de referirse a la división de la humanidad en dos sexos, pero detrás del uso de esta palabra se esconde toda una ideología que busca precisamente hacer salir el pensamiento de los seres humanos de
esta estructura bipolar.
Los proponentes de esta ideología quieren afirmar que las diferencias entre el
varón y la mujer, fuera de las obvias diferencias anatómicas, no corresponden a una
naturaleza fija que haga a unos seres humanos varones y a otros mujeres. Piensan
más bien que las diferencias de manera de pensar, obrar y valorarse a sí mismos
son el producto de la cultura de un país y de una época determinados, que les asigna a cada grupo de personas una serie de características que se explican por las
conveniencias de las estructuras sociales de dicha sociedad.
Quieren rebelarse contra esto y dejar a la libertad de cada cual el tipo de
“género” al que quieren pertenecer, todos igualmente válidos. Esto hace que
*
http://www.rcp.net.pe/IAL/cep/docum/gene_alz.htm. En base al informe “La desconstrucción de la mujer” de Dale O’Leary
LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO. SUS PELIGROS Y ALCANCES
139
hombres y mujeres heterosexuales, los homosexuales y las lesbianas, y los bisexuales sean simplemente modos de comportamiento sexual producto de la elección
de cada persona, libertad que todos los demás deben respetar.
No se necesita mucha reflexión para darse cuenta de lo revolucionaria que es
esta posición, y de las consecuencias que tiene la negación de que haya una naturaleza dada a cada uno de los seres humanos por su capital genético. Se diluye la
diferencia entre los sexos como algo convencionalmente atribuido por la sociedad, y cada uno puede “inventarse” a sí mismo.
Toda la moral queda librada a la decisión del individuo y desaparece la diferencia entre lo permitido y lo prohibido en esta materia. Las consecuencias religiosas son también obvias. Es conveniente que el público en general se dé clara
cuenta de lo que todo esto significa, pues los proponentes de esta ideología usan
sistemáticamente un lenguaje equívoco para poder infiltrarse más fácilmente en el
ambiente, mientras habitúan a las personas a pensar como ellos. Este librito puede
ayudar mucho en precisar conceptos y llamar a una toma de posición con respecto a la mencionada ideología.
Mons. Oscar ALZAMORA REVOREDO, S.M.
Obispo Auxiliar de Lima, Miembro de la CEAL
Lima, abril 1998
LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO. SUS PELIGROS Y ALCANCES
El género es una construcción cultural; por consiguiente, no es ni resultado
causal del sexo ni tan aparentemente fijo como el sexo. […] Al teorizar que el
género es una construcción radicalmente independiente del sexo, el género
mismo viene a ser un artificio libre de ataduras; en consecuencia, hombre y masculino podrían significar tanto un cuerpo femenino como uno masculino; mujer
y femenino, tanto un cuerpo masculino como uno femenino.1
Estas palabras que podrían parecer tomadas de un cuento de ciencia ficción que
vaticina una seria pérdida de sentido común en el ser humano, no son otra cosa que
un extracto del libro Gender Trouble: Feminism and the Subversion of Identity (El problema del género: el feminismo y la subversión de la identidad) de la feminista radical Judith
Butler, que viene siendo utilizado desde hace varios años como libro de texto en
diversos programas de estudios femeninos de prestigiosas universidades norteamericanas, en donde la perspectiva de género viene siendo ampliamente promovida.
Mientras muchos podrían seguir considerando el término “género” como
simplemente una forma cortés de decir “sexo” para evitar el sentido secundario
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
140
que “sexo” tiene en inglés, y que por tanto “género” se refiere a seres humanos
masculinos y femeninos, existen otros que desde hace ya varios años han decidido difundir toda una “nueva perspectiva” del término. Esta perspectiva, para sorpresa de muchos, se refiere al término género como “roles socialmente construidos”.
La IV Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer, realizada
en septiembre de 1995 en Pekín, fue el escenario elegido por los promotores de
la nueva perspectiva para lanzar una fuerte campaña de persuasión y difusión. Es
por ello que desde dicha cumbre la “perspectiva de género” ha venido filtrándose en diferentes ámbitos no sólo de los países industrializados, sino además de los
países en vías de desarrollo.
Definición del término género
Precisamente en la cumbre de Pekín, muchos de los delegados participantes
que ignoraban esta “nueva perspectiva” del término en cuestión, solicitaron a sus
principales propulsores una definición clara que pudiera iluminar el debate. Así, la
directiva de la conferencia de la ONU emitió la siguiente definición:
El género se refiere a las relaciones entre mujeres y hombres basadas en roles definidos socialmente que se asignan a uno u otro sexo.
Esta definición creó confusión entre los delegados a la cumbre, principalmente entre los provenientes de países católicos y de la Santa Sede, quienes solicitaron
una mayor explicitación del término ya que se presentía que éste podría encubrir
una agenda inaceptable que incluyera la tolerancia de orientaciones e identidades
homosexuales, entre otras cosas. Fue entonces que Bella Abzug, ex-diputada del
Congreso de los Estados Unidos, intervino para completar la novedosa interpretación del término “género”:
El sentido del término “género” ha evolucionado, diferenciándose de la palabra
“sexo” para expresar la realidad de que la situación y los roles de la mujer y del hombre son construcciones sociales sujetas a cambio.
Quedaba claro, pues, que los partidarios de la perspectiva de género proponían algo mucho más temerario, como por ejemplo que
no existe un hombre natural o una mujer natural, que no hay conjunción de
características o de una conducta exclusiva de un sólo sexo, ni siquiera en la vida psíquica.2
LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO. SUS PELIGROS Y ALCANCES
141
Así,
la inexistencia de una esencia femenina o masculina nos permite rechazar la
supuesta “superioridad” de uno u otro sexo, y cuestionar en lo posible si existe una
forma “natural” de sexualidad humana.3
Ante tal situación, muchos delegados cuestionaron el término así como su
inclusión en el documento. Sin embargo, la ex-diputada Abzug abogó férreamente en su favor:
El concepto de “género” está enclavado en el discurso social, político y legal contemporáneo. Ha sido integrado a la planificación conceptual, al lenguaje, los documentos y programas de los sistemas de las Naciones Unidas […] los intentos actuales
de varios Estados Miembros de borrar el término “género” en la Plataforma de Acción
y reemplazarlo por “sexo” [son] una tentativa insultante y degradante de revocar los
logros de las mujeres, de intimidarnos y de bloquear el progreso futuro.
El apasionamiento de Bella Abzug por incluir el término en Pekín llamó la
atención de muchos delegados. Sin embargo, el asombro y desconcierto fue mayor
luego que uno de los participantes difundiera algunos textos empleados por las
feministas de género, profesoras de reconocidos Colleges y Universidades de los
Estados Unidos. De acuerdo a la lista de lecturas obtenida por el delegado, las
“feministas de género” defienden y difunden las siguientes definiciones:
-
-
-
-
Hegemonía o hegemónico: Ideas o conceptos aceptados universalmente
como naturales, pero que en realidad son construcciones sociales.
Desconstrucción: La tarea de denunciar las ideas y el lenguaje hegemónico (es
decir aceptados universalmente como naturales), con el fin de persuadir a la
gente para creer que sus percepciones de la realidad son construcciones sociales.
Patriarcado, Patriarcal: Institucionalización del control masculino sobre la
mujer, los hijos y la sociedad, que perpetúa la posición subordinada de la
mujer.
Perversidad polimorfa, sexualmente polimorfo: Los hombres y las mujeres no
sienten atracción por personas del sexo opuesto por naturaleza, sino más bien
por un condicionamiento de la sociedad. Así, el deseo sexual puede dirigirse
a cualquiera.
Heterosexualidad obligatoria: Se fuerza a las personas a pensar que el mundo
está dividido en dos sexos que se atraen sexualmente uno al otro.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
142
-
-
Preferencia u orientación sexual: Existen diversas formas de sexualidad –incluyendo homosexuales, lesbianas, bisexuales, transexuales y travestis– como
equivalentes a la heterosexualidad.
Homofobia: Temor a relaciones con personas del mismo sexo; personas prejuiciadas en contra de los homosexuales. (El término se basa en la noción de
que el prejuicio contra los homosexuales tiene sus raíces en el ensalzamiento
de las tendencias homosexuales).
Estas definiciones fueron tomadas del material obligatorio del curso “Reimagen del Género” dictado en un prestigioso College norteamericano.
Asimismo, las siguientes afirmaciones corresponden a la bibliografía obligatoria
del mismo:
La teoría feminista ya no puede darse el lujo simplemente de vocear una tolerancia del “lesbianismo” como “estilo alterno de vida” o hacer alusión de muestra a las
lesbianas. Se ha retrasado demasiado una crítica feminista de la orientación heterosexual obligatoria de la mujer.4
Una estrategia apropiada y viable del derecho al aborto es la de informar a toda
mujer que la penetración heterosexual es una violación, sea cual fuere su experiencia
subjetiva contraria.5
Las afirmaciones citadas podrían parecer suficientemente reveladoras sobre la
peligrosa agenda de los promotores de esta “perspectiva”. Sin embargo, existen
aún otros postulados que las “feministas de género” propagan cada vez con mayor
fuerza:
Cada niño se asigna a una u otra categoría en base a la forma y tamaño de sus
órganos genitales. Una vez hecha esta asignación nos convertimos en lo que la cultura piensa que cada uno es –femenina o masculino–. Aunque muchos crean que el
hombre y la mujer son expresión natural de un plano genético, el género es producto de la cultura y el pensamiento humano, una construcción social que crea la “verdadera naturaleza” de todo individuo.6
Es así que para las “feministas de género”, éste
implica clase, y la clase presupone desigualdad. Luchar más bien por desconstruir
el género llevará mucho más rápidamente a la meta.7
LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO. SUS PELIGROS Y ALCANCES
143
El feminismo de género
¿Pero en qué consiste el “feminismo de género” y cuál es la diferencia con el
comúnmente conocido feminismo? Para comprender más a profundidad el debate en torno al “término género”, vale la pena responder a esta pregunta.
El término “feministas de género” fue acuñado en primer lugar por Christina
Hoff Sommers en su libro Who Stole Feminism? (¿Quién se robó el feminismo?), con
el fin de distinguir el feminismo de ideología radical surgido hacia fines de los
sesenta, del anterior movimiento feminista de equidad.
Aquí las palabras de Hoff Sommers:
El feminismo de equidad es sencillamente la creencia en la igualdad legal y moral
de los sexos. Una feminista de equidad quiere para la mujer lo que quiere para todos:
tratamiento justo, ausencia de discriminación. Por el contrario, el feminismo del
“género” es una ideología que pretende abarcarlo todo, según la cual la mujer norteamericana está presa en un sistema patriarcal opresivo. La feminista de equidad opina
que las cosas han mejorado mucho para la mujer; la feminista del “género” a menudo
piensa que han empeorado.Ven señales de patriarcado por dondequiera y piensan que
la situación se pondrá peor. Pero esto carece de base en la realidad norteamericana.
Las cosas nunca han estado mejores para la mujer que hoy conforma 55% del estudiantado universitario, mientras que la brecha salarial continúa cerrándose.8
Al parecer, este “feminismo de género” tuvo una fuerte presencia en la
Cumbre de Pekín.Así lo afirma Dale O’Leary, autora de numerosos ensayos sobre
la mujer y participante en la Conferencia de Pekín, quien asegura que durante
todas las jornadas de trabajo, aquellas mujeres que se identificaron como feministas abogaron persistentemente por incluir la “perspectiva del género” en el texto,
por la definición de “género” como “roles socialmente construidos” y por el uso
de “género” en sustitución de “mujer” o de masculino y femenino.
De hecho todas las personas familiarizadas con los objetivos del “feminismo
de género” reconocieron inmediatamente la conexión entre la mencionada ideología y el borrador del “Programa de Acción” del 27 de febrero, que incluía propuestas aparentemente inocentes y términos particularmente ambiguos.
Neo-marxismo
En palabras de Dale O’Leary, la teoría del “feminismo de género” se basa en
una interpretación neo-marxista de la historia. Comienza con la afirmación de
Marx, de que toda la historia es una lucha de clases, de opresor contra oprimido,
en una batalla que se resolverá sólo cuando los oprimidos se percaten de su situa-
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
144
ción, se alcen en revolución e impongan una dictadura de los oprimidos. La sociedad será totalmente reconstruida y emergerá la sociedad sin clases, libre de conflictos, que asegurará la paz y prosperidad utópicas para todos.
O’Leary agrega que Frederick Engels fue quien sentó las bases de la unión
entre el marxismo y el feminismo. Para ello cita el libro El origen de la familia, la
propiedad y el Estado, escrito por el pensador alemán en 1884, en el que señala:
El primer antagonismo de clases de la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer unidos en matrimonio monógamo, y la primera opresión de una clase por otra, con la del sexo femenino por el masculino.9
Según O’Leary, los marxistas clásicos creían que el sistema de clases desaparecería una vez que se eliminara la propiedad privada, se facilitara el divorcio, se
aceptara la ilegitimidad, se forzara la entrada de la mujer al mercado laboral, se
colocara a los niños en institutos de cuidado diario y se eliminara la religión. Sin
embargo, para las “feministas de género”, los marxistas fracasaron por concentrarse en soluciones económicas sin atacar directamente a la familia, que era la verdadera causa de las clases.
En ese sentido, la feminista Shulamith Firestone afirma la necesidad de destruir la diferencia de clases, más aún la diferencia de sexos:
asegurar la eliminación de las clases sexuales requiere que la clase subyugada (las
mujeres) se alce en revolución y se apodere del control de la reproducción; se restaure
a la mujer la propiedad sobre sus propios cuerpos, como también el control femenino
de la fertilidad humana, incluyendo tanto las nuevas tecnologías como todas las instituciones sociales de nacimiento y cuidado de niños.Y así como la meta final de la revolución socialista era no sólo acabar con el privilegio de la clase económica, sino con la
distinción misma entre clases económicas, la meta definitiva de la revolución feminista debe ser igualmente –a diferencia del primer movimiento feminista– no simplemente acabar con el privilegio masculino sino con la distinción de sexos misma: las diferencias genitales entre los seres humanos ya no importarían culturalmente.10
Cuando la Naturaleza estorba
Es claro, pues, que para esta nueva “perspectiva de género”, la realidad de la
naturaleza incomoda, estorba, y por tanto, debe desaparecer. Al respecto, la propia
Shulamith Firestone decía:
Lo “natural” no es necesariamente un valor “humano”. La humanidad ha comenzado a sobrepasar a la naturaleza; ya no podemos justificar la continuación de un sis-
LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO. SUS PELIGROS Y ALCANCES
145
tema discriminatorio de clases por sexos sobre la base de sus orígenes en la Naturaleza.
De hecho, por la sola razón de pragmatismo empieza a parecer que debemos deshacernos de ella.11
Para los apasionados defensores del la “nueva perspectiva”, no se deben hacer
distinciones porque cualquier diferencia es sospechosa, mala, ofensiva. Dicen además que toda diferencia entre el hombre y la mujer es construcción social y por
consiguiente tiene que ser cambiada. Buscan establecer una igualdad total entre
hombre y mujer, sin considerar las naturales diferencias entre ambos, especialmente las diferencias sexuales; más aún, relativizan la noción de sexo de tal manera que,
según ellos, no existirían dos sexos, sino más bien muchas “orientaciones sexuales”.
Así, los mencionados promotores del “género” no han visto mejor opción que
declararle la guerra a la naturaleza y a las opciones de la mujer. Según O’Leary, las
“feministas de género” a menudo denigran el respeto por la mujer con la misma
vehemencia con que atacan el irrespeto, porque para ellas el “enemigo” es la diferencia.
Sin embargo, es evidente que no toda diferencia es mala ni mucho menos irreal.Tanto el hombre como la mujer –creados a imagen y semejanza de Dios– tienen sus propias particularidades naturales que deben ser puestas al servicio del
otro, para alcanzar un enriquecimiento mutuo. Esto, claro está, no significa que los
recursos personales de la femineidad sean menores que los recursos de la masculinidad; simplemente significa que son diferentes.
En tal sentido, si aceptamos el hecho de que hombre y mujer son diferentes,
una diferencia estadística entre hombres y mujeres que participen en una actividad en particular podría ser más que una muestra de discriminación, el simple
reflejo de esas diferencias naturales entre hombre y mujer.
No obstante, ante la evidencia de que estas diferencias son naturales, los propulsores de la “nueva perspectiva” no cuestionan sus planteamientos sino más bien
atacan el concepto de naturaleza.
Además, consideran que las diferencias de “género”, que según ellos existen
por construcción social, fuerzan a la mujer a ser dependiente del hombre y por
ello, la libertad para la mujer consistirá, no en actuar sin restricciones indebidas,
sino en liberarse de “roles de género socialmente construidos”. En ese sentido,
Ann Ferguson y Nancy Folbre afirman:
las feministas deben hallar modos de apoyo para que la mujer identifique sus intereses con la mujer, antes que con sus deberes personales hacia el hombre en el contexto de la familia. Esto requiere establecer una cultura feminista revolucionaria auto-
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
146
definida de la mujer, que pueda sostener a la mujer, ideológica y materialmente,“fuera
del patriarcado”. Las redes de soporte contra-hegemónico material y cultural pueden
proveer substitutos mujer-identificados de la producción sexo-afectiva patriarcal, que
proporcionen a las mujeres mayor control sobre sus cuerpos, su tiempo de trabajo y
su sentido de sí mismas.12
Con dicho fin, Ferguson y Folbre diseñan 4 áreas claves de “ataque”:
1) Reclamar apoyo económico oficial para el cuidado de niños y los derechos
reproductivos.
2) Reclamar libertad sexual, que incluye el derecho a la preferencia sexual (derechos homosexuales/lesbianos).
3) El control feminista de la producción ideológica y cultural (es importante
porque la producción cultural afecta los fines, el sentido de sí mismo, las redes
sociales y la producción de redes de crianza y afecto, amistad y parentesco
social).
4) Establecer ayuda mutua: sistemas de apoyo económico a la mujer, desde redes
de identificación única con la mujer, hasta juntas de mujeres en los sindicatos
que luchen por los intereses femeninos en el trabajo asalariado.13
Una buena excusa: la mujer
Luego de revisar la peculiar “agenda feminista”, Dale O’Leary evidencia que
el propósito de cada punto de la misma no es mejorar la situación de la mujer,
sino separar a la mujer del hombre y destruir la identificación de sus intereses con
los de sus familias. Asimismo, agrega la experta, el interés primordial del feminismo radical nunca ha sido el de mejorar directamente la situación de la mujer ni
aumentar su libertad. Por el contrario, para las feministas radicales activas, las mejoras menores pueden obstaculizar la revolución de clase sexo/género.
Esta afirmación es confirmada por la feminista Heidi Hartmann, que radicalmente afirma:
La cuestión de la mujer nunca ha sido la “cuestión feminista”. Ésta se dirige a las
causas de la desigualdad sexual entre hombres y mujeres, del dominio masculino sobre
la mujer.14
No en vano, durante la Conferencia de Pekín, la delegada canadiense Valerie
Raymond manifestó su empeño en que la cumbre de la mujer se abordara paradójicamente “no como una ‘conferencia de la mujer’” sino que “los temas debían
enfocarse a través de una ‘óptica de género’”.
LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO. SUS PELIGROS Y ALCANCES
147
Así, dice O’Leary, la “nueva perspectiva” tiene como objeto propulsar la agenda homosexual/lesbiana/bisexual/transexual, y no los intereses de las mujeres
comunes y corrientes.
Roles socialmente construidos
Para tratar este punto, tomemos la definición de “género” señalada en un
volante que fuera circulado en la Reunión del ComPrep (Comité Preparatorio de
Pekín) por partidarias de la perspectiva en cuestión.
Género se refiere a los roles y responsabilidades de la mujer y del hombre que son
determinados socialmente. El género se relaciona con la forma en que se nos percibe
y se espera que pensemos y actuemos como mujeres y hombres, por la forma en que
la sociedad está organizada, no por nuestras diferencias biológicas.
Vale señalar que el término “rol” distorsiona la discusión. Siguiendo el estudio
de O’Leary, el “rol” se define primariamente como: parte de una producción teatral en la cual una persona, vestida especialmente y maquillada, representa un papel
de acuerdo con un libreto escrito. El uso del término “rol” o de la frase “roles desempeñados” transmite necesariamente la sensación de algo artificial que se le
impone a la persona.
Cuando se sustituye “rol” por otro vocablo –tal como vocación–, se pone
de manifiesto cómo el término “rol” afecta nuestra percepción de identidad.
Vocación envuelve algo auténtico, no artificial, un llamado a ser lo que somos.
Respondemos a nuestra vocación a realizar nuestra naturaleza o a desarrollar
nuestros talentos y capacidades innatos. En ese sentido, por ejemplo, O’Leary
destaca la vocación femenina a la maternidad, pues la maternidad no es un
“rol”.
Cuando una madre concibe a un hijo, emprende una relación de por vida con
otro ser humano. Esta relación define a la mujer, le plantea ciertas responsabilidades y afecta casi todos los aspectos de su vida. No está representando el papel de
madre; es una madre. La cultura y la tradición ciertamente influyen sobre el modo
en que la mujer cumple con las responsabilidades de la maternidad, pero no crean
madres, aclara O’Leary.
Sin embargo, los promotores de la “perspectiva de género” insisten en decir
que toda relación o actividad de los seres humanos es resultado de una “construcción social” que otorga al hombre una posición superior en la sociedad y a la
mujer una inferior. Según esta perspectiva, el progreso de la mujer requiere que se
libere a toda la sociedad de esta “construcción social”, de modo que el hombre y
la mujer sean iguales.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
148
Para ello, las “feministas de género” señalan la urgencia de “desconstruir estos
roles socialmente construidos”, que según ellas, pueden ser divididos en tres categorías principalmente:
-
-
-
Masculinidad y Feminidad. Consideran que el hombre y la mujer adultos son
construcciones sociales; que en realidad el ser humano nace sexualmente neutral y que luego es socializado en hombre o mujer. Esta socialización, dicen,
afecta a la mujer negativa e injustamente. Por ello, las feministas proponen
depurar la educación y los medios de comunicación de todo estereotipo y de
toda imagen específica de género, para que los niños puedan crecer sin que se
les exponga a trabajos “sexo-específicos”.
Relaciones familiares: padre, madre, marido y mujer. Las feministas no sólo pretenden que se sustituyan estos términos “género-específicos” por palabras “género-neutrales”, sino que aspiran a que no haya diferencias de conducta ni responsabilidad entre el hombre y la mujer en la familia. Según Dale O’Leary,
ésta es la categoría de “roles socialmente construidos” a la que las feministas le
atribuyen mayor importancia porque consideran que la experiencia de relaciones “sexo-específicas” en la familia son la principal causa del sistema de clases “sexo/géneros”.
Ocupaciones o profesiones. El tercer tipo de “roles socialmente construidos” abarca las ocupaciones que una sociedad asigna a uno u otro sexo.
Si bien las tres categorías de “construcción social” ya podrían ser suficientes,
el repertorio de las “feministas de género” incluye una más: la reproducción
humana que, según dicen, también es determinada socialmente.Al respecto, Heidi
Hartmann afirma:
La forma en que se propaga la especie es determinada socialmente. Si biológicamente la gente es sexualmente polimorfa y la sociedad estuviera organizada de modo
que se permitiera por igual toda forma de expresión sexual, la reproducción sería
resultado sólo de algunos encuentros sexuales: los heterosexuales. La división estricta
del trabajo por sexos, un invento social común a toda sociedad conocida, crea dos
géneros muy separados y la necesidad de que el hombre y la mujer se junten por razones económicas. Contribuye así a orientar sus exigencias sexuales hacia la realización
heterosexual, y a asegurar la reproducción biológica. En sociedades más imaginativas,
la reproducción biológica podría asegurarse con otras técnicas.15
LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO. SUS PELIGROS Y ALCANCES
149
El objetivo: desconstruir la sociedad
Queda claro pues, que la meta de los promotores de la “perspectiva de género”, fuertemente presente en Pekín, es el llegar a una sociedad sin clases de sexo.
Para ello, proponen desconstruir el lenguaje, las relaciones familiares, la reproducción, la sexualidad, la educación, la religión, la cultura, entre otras cosas.Al respecto, el material de trabajo del curso Re-Imagen del Género dice lo siguiente:
El género implica clase, y la clase presupone desigualdad. Luchar más bien por
desconstruir el género llevará mucho más rápidamente a la meta. Bien, es una cultura patriarcal y el género parece ser básico al patriarcado. Después de todo, los hombres no gozarían del privilegio masculino si no hubiera hombres. Y las mujeres no
serían oprimidas sino existiera tal cosa como “la mujer”. Acabar con el género es acabar con el patriarcado, como también con las muchas injusticias perpetradas en nombre de la desigualdad entre los géneros.16
En tal sentido, Susan Moller Okin escribe un artículo en el que se lanza a pronosticar lo que para ella sería el “soñado futuro sin géneros”:
No habría presunciones sobre roles masculino o femenino; dar a luz estaría conceptualmente tan distante de la crianza infantil, que sería motivo de asombro que
hombres y mujeres no fueran igualmente responsables de las áreas domésticas, o que
los hijos pasaran mucho más tiempo con uno de los padres que con el otro. Sería un
futuro en el que hombres y mujeres participarían en número aproximadamente igual
en todas las esferas de la vida, desde el cuidado de los infantes hasta el desempeño político de más alto nivel, incluyendo los más diversos tipos de trabajo asalariado. Si hemos
de guardar la más mínima lealtad a nuestros ideales democráticos, es esencial distanciarnos del género […]. Parece innegable que la disolución de roles de género contribuiría a promover la justicia en toda nuestra sociedad, haciendo así de la familia un
sitio mucho más apto para que los hijos desarrollen un sentido de justicia.17
Para ello, también proponen la “desconstrucción de la educación” tal como se
lee en el discurso que la Presidenta de Islandia,Vigdis Finnbogadottir, diera en una
conferencia preparatoria a la Conferencia de Pekín organizada por el Consejo
Europeo en febrero de 1995.
Para ella, así como para todos los demás defensores de la “perspectiva de género”, urge desconstruir no sólo la familia sino también la educación. Las niñas
deben ser orientadas hacia áreas no tradicionales y no se las debe exponer a la imagen de la mujer como esposa o madre, ni se les debe involucrar en actividades
femeninas tradicionales.
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
150
La educación es una estrategia importante para cambiar los prejuicios sobre los
roles del hombre y la mujer en la sociedad. La perspectiva del “género” debe integrarse en los programas. Deben eliminarse los estereotipos en los textos escolares y conscientizar en este sentido a los maestros, para asegurar así que niñas y niños hagan una
selección profesional informada, y no en base a tradiciones prejuiciadas sobre el
“género”.18
Primer blanco, la Familia:
El final de la familia biológica eliminará también la necesidad de la represión
sexual. La homosexualidad masculina, el lesbianismo y las relaciones sexuales extramaritales ya no se verán en la forma liberal como opciones alternas, fuera del alcance de
la regulación estatal […] en vez de esto, hasta las categorías de homosexualidad y heterosexualidad serán abandonadas: la misma “institución de las relaciones sexuales”, en
que hombre y mujer desempeñan un rol bien definido, desaparecerá. La humanidad
podría revertir finalmente a su sexualidad polimorfamente perversa natural.19
Esta palabras de Alison Jagger, autora de diversos libros de texto utilizados en
programas de estudios femeninos en Universidades norteamericanas, revelan claramente la hostilidad de las “feministas del género” frente a la familia.
La igualdad feminista radical significa, no simplemente igualdad bajo la ley y ni
siquiera igual satisfacción de necesidades básicas, sino más bien que las mujeres –al
igual que los hombres– no tengan que dar a luz […]. La destrucción de la familia biológica que Freud jamas visualizó permitirá la emergencia de mujeres y hombres nuevos, diferentes de cuantos han existido anteriormente.20
Al parecer, la principal razón del rechazo feminista a la familia es que para ellas
esta institución básica de la sociedad “crea y apoya el sistema de clases sexo/género”. Así lo explica Christine Riddiough, colaboradora de la revista publicada por
la institución internacional anti-vida “Catholics for a Free Choice” (“Católicas por el
derecho a elegir”):
La familia nos da las primeras lecciones de ideología de clase dominante y también le imparte legitimidad a otras instituciones de la sociedad civil. Nuestras familias
son las que nos enseñan primero la religión, a ser buenos ciudadanos […] tan completa es la hegemonía de la clase dominante en la familia, que se nos enseña que ésta
encarna el orden natural de las cosas. Se basa en particular en una relación entre el
hombre y la mujer que reprime la sexualidad, especialmente la sexualidad de la
mujer.21
LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO. SUS PELIGROS Y ALCANCES
151
Para quienes tienen una visión marxista de las diferencias de clases como causa
de los problemas, apunta O’Leary, “diferente” es siempre “desigual” y “desigual”
siempre es “opresor”.
En este sentido, las “feministas de género” consideran que cuando la mujer
cuida a sus hijos en el hogar y el esposo trabaja fuera de casa, las responsabilidades
son diferentes y por tanto no igualitarias. Entonces ven esta “desigualdad” en el
hogar como causa de “desigualdad” en la vida pública, ya que la mujer, cuyo interés primario es el hogar, no siempre tiene el tiempo y la energía para dedicarse a
la vida pública. Por ello afirman:
Pensamos que ninguna mujer debería tener esta opción. No debería autorizarse
a ninguna mujer a quedarse en casa para cuidar a sus hijos. La sociedad debe ser totalmente diferente. Las mujeres no deben tener esa opción, porque si esa opción existe,
demasiadas mujeres decidirán por ella.22
Además, las “feministas de género” insisten en la desconstrucción de la familia no sólo porque según ellas esclaviza a la mujer, sino porque condiciona socialmente a los hijos para que acepten la familia, el matrimonio y la maternidad como
algo natural. Al respecto, Nancy Chodorow afirma:
Si nuestra meta es acabar con la división sexual del trabajo en la cual la mujer
maternaliza, tenemos que entender en primer lugar los mecanismos que la reproducen. Mi recuento indica exactamente el punto en el que debe intervenirse. Cualquier
estrategia para el cambio cuya meta abarque la liberación de las restricciones impuestas por una desigual organización social por géneros, debe tomar en cuenta la necesidad de una reorganización fundamental del cuidado de los hijos, para que sea compartido igualmente por hombres y mujeres.23
Queda claro que para los propulsores del “género” las responsabilidades de la
mujer en la familia son supuestamente enemigas de la realización de la mujer. El
entorno privado se considera como secundario y menos importante; la familia y
el trabajo del hogar como “carga” que afecta negativamente los “proyectos profesionales” de la mujer.
Este ataque declarado contra la familia, sin embargo, contrasta notablemente
con la Declaración Universal de los Derechos Humanos promulgada, como es
sabido, por la ONU en 1948. En el artículo 16 de la misma, las Naciones Unidas
defienden enfáticamente a la familia y al matrimonio:
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
152
1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia; y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio,
durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.
2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el matrimonio.
3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.
Sin embargo, los artífices de la nueva “perspectiva de género” presentes en la
cumbre de la mujer pusieron al margen todas estas premisas y por el contrario
apuntaron desde entonces la necesidad de “desconstruir” la familia, el matrimonio, la maternidad, y la feminidad misma para que el mundo pueda ser libre.
En cambio, los representantes de las principales naciones comprometidas con
la defensa de la vida y los valores familiares que participaron en Pekín alzaron su
voz en contra de este tipo de propuestas, sobre todo al descubrir que el documento de la cumbre eliminaba arbitrariamente del vocabulario del programa las palabras “esposa”, “marido”, “madre”, “padre”. Ante tal hecho, Barbara Ledeen,
Directora del Independent Women Forum, una organización de defensa de la
mujer ampliamente reconocida en Estados Unidos, señaló:
El documento está inspirado en teorías feministas ultra radicales, de viejo sello
conflictivo, y representa un ataque directo a los valores de la familia, el matrimonio y
la femineidad.
El Papa Juan Pablo II, por su parte, tiempo antes de la Conferencia de Pekín,
ya había insistido en señalar la estrecha relación entre la mujer y la familia. Durante
el encuentro que sostuvo con Gertrude Mongella, Secretaria General de la
Conferencia de la Mujer, previo a la cumbre mundial, dijo:
No hay respuesta a los temas sobre la mujer, que pueda pasar por alto la función
de la mujer en la familia. […] Para respetar este orden natural, es necesario hacer frente a la concepción errada de que la función de la maternidad es opresiva para la mujer.
Lamentablemente, la propuesta del Consejo Europeo para la Plataforma de
Acción de Pekín fue completamente ajena a las orientaciones del Santo Padre.
Ya es hora de dejar en claro que los estereotipos de géneros son anticuados: los
hombres ya no son únicamente los machos que sostienen la familia ni las mujeres sólo
LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO. SUS PELIGROS Y ALCANCES
153
esposas y madres. No debe subestimarse la influencia psicológica negativa de mostrar
estereotipos femeninos.24
Ante esta postura, O’Leary escribe en su informe que si bien es cierto que las
mujeres no deben mostrarse únicamente como esposas y madres, muchas sí son
esposas y madres, y por ello una imagen positiva de la mujer que se dedica sólo al
trabajo del hogar no tiene nada de malo. Sin embargo, la meta de la perspectiva
del “género” no es representar auténticamente la vida de la mujer, sino una estereotipificación inversa según la cual las mujeres que “sólo” sean esposas y madres
nunca aparezcan bajo un prisma favorable.
Salud y Derechos Sexuales Reproductivos
En la misma línea, las “feministas de género” incluyen como parte esencial de
su agenda la promoción de la “libre elección” en asuntos de reproducción y de
estilo de vida. Según O’Leary, “libre elección de reproducción” es la expresión
clave para referirse al aborto a solicitud; mientras que “estilo de vida” apunta a
promover la homosexualidad, el lesbianismo y toda otra forma de sexualidad fuera
del matrimonio. Así, por ejemplo, los representantes del Consejo Europeo en
Pekín lanzaron la siguiente propuesta:
Deben escucharse las voces de mujeres jóvenes, ya que la vida sexual no gira sólo
alrededor del matrimonio. Esto lleva al aspecto del derecho a ser diferente, ya sea en
términos de estilo de vida –la elección de vivir en familia o sola, con o sin hijos– o
de preferencias sexuales. Deben reconocerse los derechos reproductivos de la mujer
lesbiana.25
Estos “derechos” de las lesbianas incluirían también el “derecho” de las parejas lesbianas a concebir hijos a través de la inseminación artificial, y de adoptar
legalmente a los hijos de sus compañeras.
Pero los defensores del “género” no sólo proponen este tipo de aberraciones
sino que además defienden el “derecho a la salud” que, en honor a la verdad, se
aleja por completo de la verdadera salud del ser humano. En efecto, ignorando el
derecho de todo ser humano a la vida, éstos proponen el derecho a la salud, que
incluye el derecho a la salud sexual y reproductiva. Paradójicamente, esta “salud
reproductiva” incluye el aborto y, por tanto, la “muerte” de seres humanos no
nacidos.
No en vano, las “feministas de género” son fuertes aliadas de los
Ambientalistas y Poblacionistas. Según O’Leary, aunque las tres ideologías no
concuerdan en todos sus aspectos, tienen en común el proyecto del aborto. Por
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
154
un lado, los Ambientalistas y Poblacionistas consideran esencial para el éxito de
sus agendas el estricto control de la fertilidad, y para ello están dispuestos a usar
la “perspectiva de género”. La siguiente cita de la Division for the Advance of
Women (División para el Avance de las Mujeres) propuesta en una reunión organizada en consulta con el Fondo de Población de la ONU, revela la manera de
pensar de aquellos interesados primariamente en que haya cada vez menos gente
que vea el “género”:
Para ser efectivos en el largo plazo, los programas de planificación familiar deben
buscar no sólo reducir la fertilidad dentro de los roles de género existentes, sino más
bien cambiar los roles de género a fin de reducir la fertilidad.26
Así, los “nuevos derechos” propuestos por las “feministas de género” no se
reducen simplemente a los derechos de “salud reproductiva” que, como hemos
mencionado ya, promueven el aborto de un ser humano no nacido, sino que además exigen el “derecho” a determinar la propia identidad sexual. En un volante
que circuló durante la Conferencia de Pekín, la ONG International Gay and
Lesbian Human Rights Commission (Comisión Internacional de los Derechos
Humanos de Homosexuales y Lesbianas) exigió este derecho en los siguientes términos:
Nosotros, los abajo firmantes, hacemos un llamado a los Estados Miembros a
reconocer el derecho a determinar la propia identidad sexual; el derecho a controlar
el propio cuerpo, particularmente al establecer relaciones de intimidad; y el derecho
a escoger, dado el caso, cuándo y con quién engendrar y criar hijos, como elementos
fundamentales de todos los derechos humanos de toda mujer, sin distingo de orientación sexual.
Esto es más preocupante aún si se toma en cuenta que para las “feministas de
género” existen cinco sexos. Rebecca J. Cook, docente de Leyes en la Universidad
de Toronto y redactora del aporte oficial de la ONU en Pekín, señala en la misma
línea de sus compañeros de batalla, que los géneros masculino y femenino serían
una “construcción de la realidad social” que deberían ser abolidos.
Increíblemente, el documento elaborado por la feminista canadiense afirma
que “los sexos ya no son dos sino cinco”, y por tanto no se debería hablar de hombre y mujer, sino de “mujeres heterosexuales, mujeres homosexuales, hombres
heterosexuales, hombres homosexuales y bisexuales”.
La “libertad” de los propulsores del “género” para afirmar la existencia de 5
sexos contrasta con todas las pruebas científicas existentes según las cuales sólo hay
LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO. SUS PELIGROS Y ALCANCES
155
dos opciones desde el punto de vista genético: o se es hombre o se es mujer; no
hay absolutamente nada, científicamente hablando, que esté en el medio.
Ataque a la Religión
Si bien las “feministas de género” promueven la “desconstrucción” de la familia, la educación y la cultura como panacea para todos los problemas, ponen especial énfasis en la “desconstrucción” de la religión que, según dicen, es la causa
principal de la opresión de la mujer.
Numerosas ONGs acreditadas ante la ONU se han empeñado en criticar a
quienes ellos denominan “fundamentalistas” (cristianos católicos, evangélicos y
ortodoxos, judíos y musulmanes, o cualquier persona que rehuse ajustar las doctrinas de su religión a la agenda del “feminismo de género”). Un video promotor
del Foro de las ONGs en la Conferencia de Pekín, producido por Judith Lasch,
señala:
Nada ha hecho más por constreñir a la mujer que los credos y las enseñanzas religiosas.
De la misma manera, el informe de la Reunión de Estrategias Globales para
la Mujer contiene numerosas referencias al fundamentalismo y a la necesidad de
contrarrestar sus supuestos ataques a los derechos de la mujer.
Toda forma de fundamentalismo, sea político, religioso o cultural, excluye a la
mujer de normas de derechos humanos de aceptación internacional, y la convierte en
blanco de violencia extrema. La eliminación de estas prácticas es preocupación de la
comunidad internacional.
De otro lado, el informe de la reunión preparatoria a la Conferencia de Pekín
organizada por el Consejo Europeo en febrero de 1995 incluye numerosos ataques a la religión:
El surgimiento de toda forma de fundamentalismo religioso se considera como
una especial amenaza al disfrute por parte de la mujer de sus derechos humanos y a
su plena participación en la toma de decisiones a todo nivel en la sociedad.27
[…] debe capacitarse a las mujeres mismas, y dárseles la oportunidad de determinar lo que sus culturas, religiones y costumbres significan para ellas.28
Vale señalar que para el “feminismo de género”, la religión es un invento
humano y las religiones principales fueron inventadas por hombres para oprimir
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
156
a las mujeres. Por ello, las feministas radicales postulan la re-imagen de Dios como
Sophia: Sabiduría femenina. En ese sentido, las “teólogas del feminismo de género” proponen descubrir y adorar no a Dios, sino a la Diosa. Por ejemplo, Carol
Christ, autodenominada “teóloga feminista de género”, afirma lo siguiente:
Una mujer que se haga eco de la afirmación dramática de Ntosake Shange:
“Encontré a Dios en mí misma y la amé ferozmente” está diciendo: “El poder femenino es fuerte y creativo”. Está diciendo que el principio divino, el poder salvador y
sustentador, está en ella misma y que ya no verá al hombre o a la figura masculina
como salvador.29
Igual de extrañas son las palabras de Elisabeth Schussler Fiorenza, otra “teóloga feminista de género” que niega de raíz la posibilidad de la Revelación, tal como
se lee en la siguiente cita:
Los textos bíblicos no son revelación de inspiración verbal ni principios doctrinales, sino formulaciones históricas […]. Análogamente, la teoría feminista insiste en
que todos los textos son producto de una cultura e historia patriarcal androcéntrica.30
Además, Joanne Carlson Brown y Carole R. Bohn, también autodenominadas teólogas de la “escuela feminista de género”, atacan directamente al cristianismo como propulsor del abuso infantil:
El cristianismo es una teología abusiva que glorifica el sufrimiento. ¿Cabe asombrarse de que haya mucho abuso en la sociedad moderna, cuando la imagen teológica dominante de la cultura es el “abuso divino del hijo” - Dios Padre que exige y efectúa el sufrimiento y la muerte de su propio hijo? Si el cristianismo ha de ser liberador del oprimido, debe primero liberarse de esta teología.31
Por todo ello, los dueños de la “nueva perspectiva” promueven el ataque
frontal al cristianismo y a toda figura que lo represente. En 1994, Rhonde
Copelon y Berta Esperanza Hernández elaboraron un folleto para una serie de
sesiones de trabajo de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo
del Cairo. El folleto atacaba directamente al Vaticano por oponerse a su agenda
que entre otras cosas incluye los “derechos a la salud reproductiva” y por consecuencia al aborto.
este reclamo de derechos humanos elementales confronta con la oposición de
todo tipo de fundamentalistas religiosos, con el Vaticano como líder en la organiza-
LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO. SUS PELIGROS Y ALCANCES
157
ción de oposición religiosa a la salud y a los derechos reproductivos, incluyendo hasta
los servicios de planificación familiar.32
Contrastantes con todas estas posturas de ataque y agresión a la religión, a la
Iglesia, concretamente al Vaticano, son las posturas de la mayoría de mujeres del
mundo que según el informe de O’Leary defienden sus tradiciones religiosas
como la mejor de las protecciones de los derechos y la dignidad de la mujer.
Mujeres católicas, evangélicas, ortodoxas y judías agradecen, en particular, las enseñanzas de sus credos sobre el matrimonio, la familia, la sexualidad y el respeto por
la vida humana.
La Santa Sede, por su parte, señaló en los meses previos a Pekín, el peligro de
la tendencia en el texto planteado por la ONU, a dejar de lado el derecho de las
mujeres a la libertad de conciencia y de religión en las instituciones educativas.
Conclusión
En palabras de Dale O’Leary, el “feminismo de género” es un sistema cerrado
contra el cual no hay forma de argumentar. No puede apelarse a la naturaleza, ni
a la razón, la experiencia, o las opiniones y deseos de mujeres verdaderas, porque
según las “feministas de género” todo esto es “socialmente construido”. No
importa cuánta evidencia se acumule contra sus ideas; ellas continuarán insistiendo en que es simplemente prueba adicional de la conspiración patriarcal masiva
en contra de la mujer.
Sin embargo, existen muchas personas que quizás por falta de información,
aún no están al tanto de la nueva propuesta y de los peligrosos alcances de la
misma.Vale la pena, pues, conocer esta “perspectiva de género” que, según informaciones fidedignas, en la actualidad no sólo está tomando fuerza en los países
desarrollados sino que, al parecer, también ha empezado a filtrarse en nuestro
medio. Basta revisar algunos materiales educativos difundidos no sólo en los colegios del país sino también en prestigiosas universidades.
Ahora bien, en Estados Unidos el “feminismo de género” ha logrado ubicarse en el centro de la corriente cultural norteamericana. Prestigiosas universidades
y Colleges de los Estados Unidos difunden abiertamente esta perspectiva.Además,
numerosas series televisivas norteamericanas hacen su parte difundiendo el
siguiente mensaje: la identidad sexual puede “desconstruirse” y la masculinidad y
femineidad no son más que “roles de géneros construidos socialmente”.
Si tomamos en cuenta que el avance de las tecnologías ha logrado que dichos
programas con toda la nueva “perspectiva de género” lleguen diariamente a los
países en vías de desarrollo principalmente a través de la televisión por cable, sin
descartar los muchos otros medios que existen en nuestro tiempo, esto nos pone
FAMILIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO
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ante un nuevo reto que debe ser enfrentado lo antes posible para evitar las graves
consecuencias que ya está ocasionando en el Primer Mundo.
Más aún cuando, en palabras de O’Leary, la “desconstrucción” de la familia y
el ataque a la religión, la tradición y los valores culturales que las “feministas de
género” promueven en los países en desarrollo afectan al mundo entero.
Referencias bibliográficas
1. BUTLER, Judith: Gender Trouble: Feminism and the Subversion of Identity, New
York, Routledge, 1990, p. 6.
2.Véase el trabajo de DELGADO, Cristina: Reporte sobre la Conferencia Regional
de Mar de Plata, Argentina, en el que recoge diversas citas de “feministas de género”.
3. Allí mismo.
4. RICH, Adrienne: “Compulsory Heterosexuality and Lesbian Existence”, Blood,
Bread and Poetry, p. 27.
5. Allí mismo, p. 70.
6. GILBER, Lucy y WESBSTER, Paula: “The Dangers of Feminity”, Gender
Differences: Sociology of Biology?, p. 41.
7. Gender Outlaw, p. 115.
8. Entrevista a Christina Hoff Sommers en Faith and Freedom, 1994, p. 2.
9. ENGELS, Frederick: The Origin of the Family, Property and the State, New York,
International Publishers, 1972, pp. 65-66.
10. FIRESTONE, Shulamith: The Dialectic of Sex, New York, Bantam Books,
1970, p. 12.
11. Allí mismo, p. 10.
12. FERGUSON, Ann y FOLBRE, Nancy:“The Unhappy Marriage of Patriarch and
Capitalism”, Women and Revolution, Boston, South End Press, 1981, p. 80.
13. Allí mismo.
14. HARMANN, Heidi: “The Unhappy Marriage of Marxism and Feminism”,
Women and Revolution, cit., p. 5.
15. Allí mismo, p. 16.
16. Gender Outlaw, p. 115.
17. MOLLER OKIN, Susan: “Change the Family, Change the World”, Utne Reader,
marzo/abril, 1990, p. 75.
18. COUNCIL OF EUROPE:“Equality and Democracy: Utopia or Challenge?”, Palais
del’Europe, Strausbourg, 9-11 de febrero de 1995, p. 38.
19. JAGGER, Alison: “Political Philosophies of Women’s Liberation”, Feminism and
Philosophy,Totowa, New Jersey, Littlefield, Adams & Co., 1977, p. 13.
20. Allí mismo, p. 14.
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21. RIDDIOUGH, Christine: “Socialism, Feminism and Gay/Lesbian Liberation”,
Women and Revolution, p. 80.
22. HOFF SOMMERS, Christina: Who Stole Feminism?, New York, Simon &
Shuster, 1994, p. 257.
23. CHODOROW, Nancy: The Reproduction of Mothering, Berkeley, U. of CA
Press, 1978, p. 215.
24. COUNCIL OF EUROPE:“Equality and Democracy: Utopia of Challenge?”, Palais
del’Europe, Strausbourg, Febrero 9-11, 1995.
25. Allí mismo, p. 25.
26. “Gender Perspective in Family Planning Programs”, Division for the
Advancement of Women.
27. COUNCIL OF EUROPE: Ob. cit., p. 13.
28. Allí mismo, p. 16.
29. CHRIST, Carol: Womanspirit Rising, p. 277.
30. SCHUSSLER FIORENZA, Elisabeth: In Memory of Her, New York, Crossroad,
1987, p. 15.
31. CARLSON BROWN, Joanne y BOHN, Carole R.: Christianity, Patriarchy, and
Abuse: A Feminist Critique, p. 26.
32. Rondhe COPELON y Berta Esperanza HERNÁNDEZ: Sexual and
Reproductive Rights and Health as Human Rights: Concepts and Strategies; An
Introduction for Activitists, Cairo, Human Rights Series, 1994, p. 3.
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