Diario La Ley, núm. 8517, Sección Doctrina (13 de abril de 2015)

Anuncio
1/27
Refundición y acumulación de condenas. Liquidación de condena y licenciamiento definitivo
Pedro Antonio VIVANCOS GIL
Secretario Judicial-Jefe del Servicio Común Procesal de Ejecución Penal de Murcia. Master en
Investigación Avanzada y Especializada en Derecho
Diario La Ley, Nº 8517, Sección Doctrina, 13 de Abril de 2015, Ref. D-143, Editorial LA LEY
LA LEY 2644/2015
I. REFUNDICIÓN PENITENCIARIA DE CONDENAS
La refundición penitenciaria viene exigida por el sistema de individualización científica ( art. 72 LOGP)
diseñado para intervenir sobre la persona, teniendo en cuenta las peculiaridades penales y
personales del interno a la hora de ordenar su clasificación en 1.º, 2.º y 3.er grado penitenciario. La
aplicación de este sistema de individualización científica de progresión en grados según se aprecie un
avance en la reinserción del interno así como el otorgamiento de beneficios penitenciarios según
transcurran periodos de cumplimiento (1) , exige considerar todas las penas pendientes de
cumplimiento de forma conjunta, dicho con otros términos, el montante penológico del interno es
uno de los condicionantes del tratamiento individualizado y el proceso de clasificación ( art. 63
LOGP); dicho montante marcará los tiempos en la aplicación de los instrumentos tratamentales y
las fechas de repercusión penitenciaria y obtención de beneficios penitenciarios (2) . Por tanto
considerar todas las penas pendientes sobre un interno como una unidad de ejecución resulta básico
en el actual sistema de individualización científica y esta unidad se consigue mediante la suma o
refundición de todas las condenas pendientes de cumplir para compendiarlas en una sola.
Dispone el RP art. 193.2 que «cuando el penado sufra dos o más condenas privativas de libertad, la
suma de las mismas será considerada como una sola condena a efectos de la aplicación de la
libertad condicional. Si dicho penado hubiera sido objeto de indulto, se sumará igualmente el tiempo
indultado en cada una para rebajarlo de la suma total».
Por tanto ante una pluralidad de penas la oficina de Gestión Penitenciaria, de oficio, prepara el
proyecto de refundición penitenciaria ordenando las penas de mayor a menor para su aprobación
posterior por el JVP. Si bien en la práctica este orden de cumplimiento no es como determina el
art.75 CP sino que las penas figuran de forma aleatoria o mejor, según el orden de llegada al Centro
del testimonio correspondiente. Pero, realmente, resulta difícil dar otra solución, puesto que ante
una nueva condena se producirá una ampliación de la refundición y de seguir el orden de gravedad
habría que rehacer desde el principio el proceso administrativo de refundición con la consiguiente
interrupción en el cumplimiento de la pena actual para comenzar con la pena de mayor gravedad de
nueva incorporación y en definitiva la generación de nuevas liquidaciones por parte de los juzgados,
Diario LA LEY
26/05/2015
2/27
aspectos éstos que no están determinados en la ley; así que podemos decir que el orden de
cumplimiento es el de llegada del correspondiente mandamiento de prisión y testimonio de sentencia
al Centro. Se elaborará la propuesta cuando se estime que se han llegado a su fin todos los
procedimientos en marcha con el pronunciado de la sentencia condenatoria (3) .
Esta refundición penitenciaria, a diferencia de la acumulación jurídica del art. 76 CP no tiene un
contenido material, es decir no afecta al cumplimiento efectivo de cada una de sus penas poniéndole
un límite, sino que se trata de un mero enlace, encadenamiento o adicción aritmética de cada una
de las penas y la fijación de una fecha inicial y final de todo el conjunto punitivo, cuyo período
comprenderá la duración de todas las penas refundidas y sobre dicho período de conjunto se
aplicarán las fechas de repercusión penitenciaria. El resultado es que todas las penas así refundidas
pasan a considerarse una sola pena a efectos penitenciarios (clasificación penitenciaria y acceso a la
libertad condicional), aunque no procesales, pues tras la refundición, para cada Juzgado continúan
manteniendo su individualidad jurídica cada pena, esto significa que para el Juzgado se irán
cumpliendo conforme al art. 75 CP de forma sucesiva y separada: el inicio de una empieza cuando
acaba la precedente y así sucesivamente, debiéndose de proceder a la extinción de la
responsabilidad criminal en cada ejecutoria por cumplimiento de la pena correspondiente, según el
art. 130.2 CP (4) , conforme vayan sucediendo las penas en su cumplimiento, aunque como
veremos esta forma de proceder raramente ocurre en la práctica.
El proyecto de refundición es aprobado por el Juez de Vigilancia Penitenciaria correspondiente al
Centro en que se encuentre el interno y frente al auto aprobatorio cabe recurso de reforma y
apelación ante la audiencia provincial correspondiente al Centro Penitenciario. Contra los autos
resolutorios de la apelación no cabe recurso de casación ordinario aunque sí para unificación de
doctrina previsto en la disp. adic. 5.ª.7 LOPJ.
Una vez aprobado el proyecto de refundición penitenciaria el Centro comunica a los tribunales
sentenciadores el referido auto de JVP y, en su caso, la nueva fecha de inicio del cumplimiento de la
pena en concreto según el orden establecido para la correspondiente liquidación de condena por el
Juzgado, liquidación que sustituirá a la liquidación anterior que hubiere practicado el Juzgado, y en
espera de su cumplimiento permanecerá la causa en situación de archivo provisional.
Pero en la práctica sucede otra cosa y es que el Centro una vez practicada la refundición comunica a
los distintos juzgados la liquidación de la refundición en su conjunto con una fecha de inicio y de fin
que abarca a todas las penas refundidas sin que propongan, como consecuencia de la refundición,
una liquidación particular de la pena, de forma que para el juzgado ya no vale la liquidación que en su
día realizó y, siendo así, no sabe la fecha de inicio y de extinción de su pena concreta dentro del
conjunto de la refundición (5) . Es más el Centro, de acuerdo con la Instrucción 1/2005 de IIPP
espera a la fecha final fijada en la refundición para interesar de los juzgados el licenciamiento
definitivo para esa fecha con respecto a todas las condenas incluidas en la refundición, teniendo que
esperar todos los juzgados, cuyas penas se han refundido, hasta ese momento para acordar el
archivo definitivo de sus ejecutorias.
Esta forma de actuar conlleva, de alguna manera un cierto perjuicio para el condenado puesto que
Diario LA LEY
26/05/2015
3/27
cada juzgado ignora la fecha concreta de extinción de su condena, o, en caso de que el Centro haya
comunicado un período concreto de cumplimiento sobre esa pena, el juzgado no podrá archivar su
ejecutoria ni dar por cumplida la pena puesto que el Centro no solicitará el licenciamiento definitivo
del condenado hasta la llegada de la fecha final del conjunto de la refundición. Con ello se retrasa la
fecha de extinción de la pena concreta de cada ejecutoria y el correspondiente traslado de ésta la
hoja de antecedentes penales. En definitiva los tribunales no pueden conocer la fecha concreta de
extinción definitiva de una pena que ha sido objeto de refundición, según el orden en que
supuestamente ha cumplido, ni pueden por tanto darla por cancelada a los efectos de evitar la
reincidencia o la posibilidad de concederle beneficios al condenado en causas posteriores.
Ante esta situación en que no consta fehacientemente la fecha de extinción de la pena en el Registro
de Penados pese al transcurso de un período suficiente para estar cumplida la pena, la consecuencia
es no poder rehabilitarse el penado con la cancelación del antecedente penal en cuestión. La
jurisprudencia trata de dar una solución en beneficio del reo cuando ha transcurrido un tiempo
holgado de cumplimiento según la liquidación practicada en su momento inicial, sin que conste la
cancelación y opta por no apreciar la reincidencia para hechos delictivos posteriores. Resulta
bastante ilustrativa la STS 1963/2002, de 21 de noviembre (LA LEY 10699/2003); se dispone que
«a falta de constancia de la fecha de extinción, que es la del día inicial para el cómputo del plazo de
rehabilitación (art. 118.3.º A.CP) y art. 136.3.º N.CP deberá determinarse desde la firmeza de la
propia sentencia (STS de 27 de enero y 24 de octubre de 1995 (LA LEY 17148-R/1995); 6 y 9 de
mayo y 24 de septiembre de 1996) (LA LEY 9203/1996). Véanse también SST de 17 de enero de
1997 y 26 de mayo y 23 de septiembre de 1998 , entre muchas más». En el mismo sentido STS
1690/2001, de 20 de septiembre (LA LEY 164159/2001), 490/2000, de 16 de marzo (LA LEY
5902/2000), 324/2000, de 21 de febrero (6) . Aunque no descartamos casos en que por no
constar anotado del cumplimiento de una pena, que efectivamente está cumplida por el tiempo que
lleva el interno en prisión, se le compute la misma como antecedente.
Otra línea jurisprudencial, más moderna, opta por hacer, en beneficio del reo un cálculo figurado
partiendo de la fecha de firmeza e inicio de cumplimiento y posible medida cautelar abonable, llegaría
a la fecha aproximada de extinción de condena y a partir de ahí se contaría el plazo de cancelación
de antecedentes previsto en el art. 136.2.2.º (STS 173/2003, de 11 de febrero) (LA LEY
12395/2003).
La cuestión de la prescripción
La prescripción de la pena se encuentra regulada en el art. 133 y 134 CP el primero de los artículos
regula los plazos de prescripción y el segundo se limita a disponer que «el tiempo de la prescripción
de la pena se computará desde la fecha de la sentencia firme o desde el quebrantamiento de la
condena, si esta hubiere comenzado a cumplirse». En ningún caso se ocupa de la prescripción de las
penas acumuladas o refundidas. En cualquier caso estamos ante un cumplimiento sucesivo de las
penas privativas de libertad de forma que primero cumplen las más graves y después las menos
graves con el interrogante de apreciar la posible prescripción de las últimas cuando ha transcurrido
los términos de la prescripción desde la firmeza de la sentencia sin haberse ejecutado la pena,
precisamente, por estar a la espera del cumplimiento de las que van por delante.
Diario LA LEY
26/05/2015
4/27
La doctrina mayoritaria es partidaria de considerar que el plazo de prescripción de las penas que
cumplen en último lugar no empiece a contar sino a partir del instante en que debieran haber
empezado a cumplirse, precisamente por haberse extinguido las penas más graves que cumplen
antes (7) y hasta ese momento, el plazo de prescripción de las penas que no cumplen estaría
paralizado. Se adopta esta solución considerando que está insita en la propia regulación legal del art.
75 CP que tácitamente excluye la prescripción de las penas cuando su cumplimiento resulta
impracticable por la ejecución de otra.
La jurisprudencia, por su parte, se apoya en este art. 75 CP con argumentos parecidos para
considerar que el plazo de prescripción de las penas que permanecen a la espera, queda paralizado
durante el cumplimiento de las penas que cumplen antes. Por citar algunas resoluciones judiciales
más recientes tenemos la STS de 24 de mayo de 2012 ; AAP Madrid, Secc. 15.ª, 850/2012, de 18
diciembre; AAP Barcelona, Secc. 7.ª, 703/2012, de 7 de noviembre de 2012; llamo la atención de
que son sentencias posteriores a la STC 97/2010 (LA LEY 208794/2010). En todas estas
resoluciones se establece a modo de principio general que «no deben correr los plazos de
prescripción de la pena durante los periodos en que se dilata el comienzo de ejecución por
eventualidades previstas en la propia legislación penal y que implican de suyo la no paralización de
las actuaciones orientadas a la ejecución, eventualidades tales como la suspensión de le ejecución,
en los términos de los arts. 80 y ss. CP, y, por lo que ahora atañe, el cumplimiento previo de las
penas más graves, según dispone el art. 75 CP (8) ».
II. ACUMULACION JURÍDICA DE PENAS
Cuando una pluralidad de acciones ocasiona una pluralidad de delitos se produce lo que la doctrina
llama concurso real de delitos. Nuestro código parte de una acumulación material en el art. 73 y 75
CP para el cumplimiento de todas las penas de forma simultánea si ello es posible por la naturaleza
y efectos, o bien, si ello no es posible, a través de su cumplimiento sucesivo, de forma que todas las
penas correspondientes a los diversos delitos tienen que cumplirse. Pero en este supuesto de
cumplimiento material sucesivo el código establece un tope en el art. 76 lo que nos sitúa en la
acumulación jurídica.
El código establece un doble tope consistente en el triple de la pena más grave sin que este pueda
exceder de 20 años. Excepcionalmente este tope máximo de 20 años puede llegar a 25, 30 o 40
años en los supuestos marcados en las letras a), b), c) y d) de dicho art. 76 (9) . Por tanto para
aplicar el primer límite del triple de la mayor será necesario que al penado le hayan sido impuestas
más de tres penas y que la suma de todas ellas sea superior al triple de la mayor. En cambio para
aplicar el límite de 20 años es necesario que éste sea inferior al que arroje el triple de la mayor y
para su aplicación bastaría la concurrencia de dos penas que sumadas excedan de 20 años.
Este tope al cumplimiento de las penas sucesivo fue inicialmente aplicado a las penas impuestas en
la misma sentencia, y fue por Ley 3/1967, cuando se extendió su aplicación a las penas impuestas
en causas diferentes siempre que los delitos en cuya virtud se había procedido, por su conexión,
Diario LA LEY
26/05/2015
5/27
hubieran podido ser enjuiciados conjuntamente (10) , y de esta forma el art. 70.2 del Código de
1973 disponía que la limitación se aplicará aunque las penas se hubieren impuesto en distintos
procesos si los hechos, por su conexión, pudieran haberse enjuiciado en uno solo. Aquélla Ley
también modificó el art. 17 LECrim. para añadir un apartado quinto al art. 17 para considerar delitos
conexos a «los diversos delitos que se imputen a una persona al incoarse contra la misma causa
por cualquier de ellos, si tuvieren analogía o relación entre sí, a juicio del Tribunal y no hubiesen sido
hasta entonces sentenciados», a la vez que encomendaba al último Tribunal sentenciador acordar la
fijación del máximo de cumplimiento.
Conforme a esta regulación de entonces, la jurisprudencia del TS [STS 448/1994, de 28 de febrero
o 972/1994, de 6 de mayo ] exigía para apreciar la conexión cierta analogía o relación entre sí,
identificada por las notas de semejanza en los modus operandi, analogía entre los tipos penales
infringidos y bienes jurídicos afectados, homogénea finalidad o intención criminal, siendo éstos, a
veces, criterios demasiados rígidos que hacían ineficaz el fin humanitario y limitativo de cumplimiento
perseguido por la norma. Lo que determinó el cambio de la interpretación jurisprudencial de la
conexidad para añadirle, en beneficio del reo, el factor temporal o conexidad temporal; es decir,
más que la analogía o relación entre sí de los tipos conforme se contemplaba en el art. 17 LECrim.,
se va a atender en la actualidad a un criterio estrictamente cronológico para determinar si los delitos
se habría podido enjuiciar en un solo procedimiento atendiendo a las fechas de realización de los
hechos y de posterior enjuiciamiento de los mismos. Lo relevante es que los hechos hubiesen
podido ser enjuiciados en un solo proceso atendiendo al momento de su comisión. [STS 700/1994,
548/2000, de 30 de marzo , 722/2000, de 25 de abril (LA LEY 8440/2000), 1265/2000, de 6 de
julio , 860/2004, de 30 de junio , 931/2005, de 14 de julio (LA LEY 157893/2005), 1005/2005, de
21 de julio (LA LEY 162126/2005), 1010/2005, de 12 de septiembre (LA LEY 175104/2005)]. Esta
doctrina ha tenido su plasmación legal con la LO 7/2003 que modifica el art. 76.2 CP para
considerar junto a la conexión de los hechos, también el momento de su comisión como
condicionantes de haberse podido enjuiciar en una sola causa: «La limitación se aplicará aunque las
penas se hayan impuesto en distintos procesos si los hechos, por su conexión o el momento de su
comisión, pudieran haberse enjuiciado en uno sólo».
Hoy día impera la denominada «conexidad temporal» y se atiende tan sólo al dato de las fechas de
los hechos y de la sentencia (11) . Tal solución se asienta en el hecho evidente de que de no
atender al criterio cronológico siempre serían posibles sucesivas acumulaciones de condenas ad
infinitum, de modo que quien ya hubiere alcanzado la primera de ellas (límite de cumplimiento)
dispondría de la impunidad de sus ulteriores conductas infractoras, cuyo castigo quedaría englobado
en aquella primera y única acumulación sin otra repercusión alguna, especialmente cuando la pena
ulteriormente impuesta fuere igual o inferior a la que ya sirvió de base para fijar el límite del
resultado de la acumulación. Y más aún, si se hubiera alcanzado ya el límite máximo de los veinte
años, en cuyo caso, cualquier delito posterior, por grave que fuere, carecería de toda repercusión
sancionadora, anulándose así los fines de prevención propios de la norma penal y de represión de la
criminalidad (12) .
Conforme a esta doctrina del TS se excluirían de la acumulación únicamente:
Diario LA LEY
26/05/2015
6/27
a) los hechos que ya estuviesen sentenciados cuando se inicia el período de acumulación
contemplado, es decir a fecha de cometerse el delito enjuiciado en la sentencia que determina la
acumulación.
b) Y los hechos posteriores a la sentencia que determina la acumulación, cuando ésta no sea la
última.
Y ello porque ni unos ni otros podrían haber sido enjuiciados en el mismo proceso [STS 571/2013,
de 1 de julio (LA LEY 99591/2013)]. De modo que solo serían susceptibles de acumulación las
condenas referidas a aquellos hechos próximos o lejanos en el tiempo que no se encuentren
separados por una sentencia.
El criterio actual es bastante generoso al posibilitar el mayor número posible de acumulaciones,
pero, también usando un criterio muy claro consistente en que los hechos posteriores cometidos
tras una sentencia condenatoria no pueden ser en modo alguno, objeto de acumulación a esos
otros ya enjuiciados [por todas STS de 20 de noviembre de 2002 ].
Ahora bien sentadas estas bases lo siguiente es determinar la sentencia de referencia que establece
los parámetros de fechas al que se han de ajustar las otras condenas para quedar englobadas en
una acumulación jurídica. Tal como expone la jurisprudencia del TS [por señalar las sentencias más
recientes: STS 521/2013, de 5 de junio (LA LEY 85599/2013), 1042/2013, de 12 de septiembre
(LA LEY 145544/2013), 207/2014, de 11 de marzo , 388/2014, de 7 de mayo ] hay que estar
primeramente a la sentencia más antigua (13) de todas las que se pretenden acumular, y caso de
que ésta no abarque a todas las condenas consideradas y quedaran algunas sin acumular, se
pasaría a la siguiente en antigüedad, y así sucesivamente, estableciendo la posibilidad de formar
bloques separados de acumulaciones. De forma que para la formación del primer bloque se localiza
la fecha más antigua de todas y a su fecha habrá que referenciar la fecha de los hechos
correspondientes a las demás ejecutorias, acumulándose a esta primera condena las ejecutorias
por hechos que se cometieron con anterioridad a la fecha de esta primera sentencia; formado así el
grupo se valorará si el triple de la pena más grave de entre las impuestas en este bloque excede de
la suma aritmética de todas ellas, si, frente a la suma aritmética, el triple de la más grave es igual o
superior, no hay acumulación. Realizado ello hay que seguir analizando las ejecutorias que restan —
excluidas las anteriores tenidas en cuenta en el primer bloque, se haya formado o no acumulación
con ellas (14) — y localizada la siguiente ejecutoria más antigua de entre las restantes se procede
de la misma forma ya indicada, referenciándola al resto (15) .
Hay que decir que el triple de la más grave se calcula sobre la pena aisladamente considerada, de
forma que si una sentencia impusiera varias penas no se hace la suma de las mismas para a partir
de ahí calcular el triple, sino, que las penas mantienen su autonomía aunque se impongan en una
única sentencia [STS 943/2013, de 18 de diciembre (LA LEY 199648/2013)].
Con respecto a la formación de los bloques hay que decir que el límite de cumplimiento previsto en
el art. 76.1 hay que referenciarlo únicamente con respecto a cada bloque individualmente
considerado, y no aplicar aquel limite a la suma de los resultados de todos ellos, según reiterada
Diario LA LEY
26/05/2015
7/27
jurisprudencia [(entre otras STS 458/2010, de 26 de mayo (LA LEY 76138/2010); 192/2010, de
16 de marzo (LA LEY 6894/2010)]. De forma que el límite de cumplimiento del art. 76 despliega su
eficacia tan sólo con respecto a las penas a las que se les haya aplicado el criterio de la conexidad.
Esto es, nada impide que un sujeto termine cumpliendo en prisión condenas que sumadas lleguen
por encima de los referidos límites de cumplimiento, siempre que los referidos delitos no resulten ser
conexos (STS 35/2000, de 23 de enero) (LA LEY 3261/2000), si bien desde el punto de vista
estrictamente penitenciario se trata de mitigar este rigor punitivo mediante la aplicación de
beneficios que acorten el internamiento.
Tal criterio cronológico no es modificable, sin que quepa al condenado elegir el contenido de los
respectivos bloques. Así las cosas una vez completado el primer bloque de sentencias a acumular de
esta forma, la siguiente sentencia de referencia determinante de la acumulación del siguiente bloque
será la segunda más antigua de las que no están incluidas en el bloque anterior, y así
sucesivamente, sin que de ningún modo se pueda elegir al libre arbitrio, y por ser más beneficiosa la
sentencia que a uno más convenga como determinante de la acumulación (STS núm. 207/2014, de
11 de marzo) (LA LEY 27863/2014).
En el incidente de acumulación de condenas, ante su parca previsión normativa en el art. 988
LECrim, la jurisprudencia constitucional y del Tribunal Supremo ha resuelto algunas cuestiones
integrando así su regulación:
1.—Resulta preceptiva la postulación procesal. Se vulnera el derecho de defensa cuando se omite el
traslado del procedimiento al condenado a través de su asistencia letrada, que deberá propiciarse de
oficio a falta de designación particular [SSTS núm. 758/2012, de 11 de octubre (LA LEY
154514/2012), o 1371/2011, de 22 de diciembre (LA LEY 260786/2011)]. El abogado tendrá que
hacer, bien al iniciar el procedimiento si tiene los datos necesarios para ello, o bien después, cuando
en el trámite a seguir conforme al art. 988 LECrim. se encuentren incorporadas al procedimiento
todas las sentencias condenatorias a acumular en su caso, un estudio sobre aquéllas que hayan de
quedar sometidas a los límites materiales del art. 76 CP [SSTS núm. 473/2013, de 29 de mayo (LA
LEY 66779/2013); núm. 281/2007, de 3 de abril ; o 1100/2006, de 13 de noviembre , entre otras
muchas]. Por tanto de conformidad con el art. 988 LECrim., bastaría la mera solicitud personal del
condenado para iniciar el incidente de acumulación de condenas, pero una vez incoada la pieza y
completada la misa, a fin de salvaguardar el principio de contradicción, igualdad de armas y
proscripción de la indefensión, es exigible, previo a resolver, se le de vista al condenado y su
asistencia letrada de la documentación unida (hoja histórico penal del Registro de Antecedentes
Penales, testimonio de sentencias y la Hoja de Cálculo del interno que remite el Centro en el que se
relacionan todas las condenas impuestas que se estén ejecutando o pendientes de ejecución) y del
dictamen del dictamen del Ministerio Fiscal para que argumente a favor de lo interesado. La
importancia que tienen los expedientes de acumulación de condena por su incidencia sobre el
derecho a la libertad, justifican sobradamente la asistencia letrada.
En torno a la designación de letrado, los expedientes de acumulación de condenas son procesos
distintos a los efectos de lo dispuesto en el art. 7.1 Ley 1/1996, de asistencia Jurídica gratuita.
Diario LA LEY
26/05/2015
8/27
2.—La competencia para conocer del expediente previsto en el ap. 3.º del art. 988 LECrim, según
acuerdo adoptado en Sala General de 27 de marzo de 1998 del TS, la competencia viene deferida al
Juez o Tribunal que haya dictado la última sentencia, que deberá asimismo acordar lo que proceda
respecto de la acumulación entre sí de las penas correspondientes a las restantes causas [SSTS
núm. 521/2013 (LA LEY 85599/2013), 569/2009 ( LA LEY 84798/2009) o 944/2006 (LA LEY
110294/2006)].
Es decir, que el órgano jurisdiccional que dictó la última sentencia, mantiene dicha competencia
procedimental, aunque esa última sentencia no sea susceptible de acumulación y sí proceda
respecto de otras anteriores (16) . Por supuesto que esta última sentencia que determina la
competencia ha de ser firme y ejecutiva y esta competencia no ha de verse modificada por
posteriores sentencias de fecha anterior que entran en ejecución con posterioridad al haberse
encontrado suspendidas o sustituidas y posteriormente recovados tales beneficios.
En el caso de que el último Tribunal sentenciador sea un Juez instructor imponiendo una sentencia
de conformidad en diligencias urgentes por delito, las funciones ejecutivas de este órgano con
respecto a la sentencia pronunciada se limitan a las especificadas en los núms. 2, 3 y 4 del art. 801
LECrim. En suma, decidir sobre la situación personal del penado, suspensión o sustitución de la pena
privativa de libertad y realizar los requerimientos que se deriven del fallo; a partir de ahí el juez de
instrucción queda relevado de las funciones ejecutivas sobre su sentencia que pasa a manos del
juez de lo penal competente para llevar la ejecución, en consecuencia los expedientes de
acumulación corresponden a dicho juez de lo penal [AAP Álava 225/2010, de 19 de mayo ].
3.—El parámetro de la fecha de la sentencia en relación a la fecha de los hechos de las otras
sentencias objeto de acumulación, será la de su pronunciamiento; sin exigir requisitos añadidos. Ni
siquiera el de su firmeza, conforme al Pleno celebrado el 29 de noviembre de 2005 donde la Sala
Segunda del Tribunal Supremo que acordó que «no es necesaria la firmeza de la sentencia para el
límite de la acumulación» (STS 909/2013, de 27 de noviembre) (LA LEY 191142/2013).
4.—Son susceptibles de acumulación penas privativas de libertad que ya hubieren sido extinguidas o
cumplidas [Acuerdo del Pleno celebrado el 8 de mayo de 1997, cuyo criterio es seguido en múltiples
sentencias, como las núm. 172/2014, de 5 de marzo ; 434/2013, de 23 de mayo ; 297/2008, de
15 de mayo ]; de modo que el incidente de acumulación no puede quedar condicionado al azar de
una tramitación procesal más o menos rápida, aspecto ajeno a la conducta del sujeto y del que no
debe resultarle perjuicio (17) .
5.—La existencia de refundiciones o acumulaciones anteriores no impide un nuevo examen de la
situación, siempre y cuando se conozcan nuevas condenas que pudieran ser susceptibles asimismo
de acumulación, sin que por ello sea aplicable la excepción de cosa juzgada al auto que acordó la
acumulación (18) . Un auto de acumulación ha de estar abierto siempre a la posibilidad de que
aparezca después otra pena no acumulada, pero que tenía que haberlo sido de haber existido una
tramitación normal. Si aparecieran nuevas condenas por delitos no contemplados en la anterior
resolución sobre acumulación dictada conforme al art. 988 LECrim., habrá de dictarse un nuevo
Diario LA LEY
26/05/2015
9/27
auto para hacer un cómputo que abarque la totalidad de las condenas; es decir que una vez que se
entra a revisar una acumulación anterior, la revisión no se limita a las penas efectivamente
acumuladas, sino a todas las que fueron objeto de examen en el Auto primero, incluidas las que no
fueron objeto de acumulación porque entonces no se considerara procedente, pero que, ahora, sí
podrían ser acumulables con la nueva sentencia a incorporar [SSTS 207/2014, de 11 de marzo (LA
LEY 27863/2014); 214/2012, de 20 de marzo ; 146/2010, de 4 de febrero ; 181/2010, de 24 de
febrero , entre otras]. Pero insistimos, en que para ello es requisito indispensable que sobrevengan
nuevas condenas que sean susceptibles de acumulación (ATS 1127/2011, de 14 de septiembre).
Si bien hay que tener en cuenta que la nueva refundición que se opere solo será procedente cuando,
en su conjunto, resulte favorable al reo, dado que la condena posterior no puede perjudicar
retroactivamente una acumulación ya realizada [STS 707/2013, de 30 de septiembre (LA LEY
148699/2013)]; de forma que será procedente la acumulación cuando pudiendo acumularse la
nueva condena en la refundición anterior, el resultado final a cumplir sea inferior a la suma de la
condena que se quiere refundir y la refundición anterior. Pero si la nueva condena o condenas no
son acumulables con todas la englobadas en la acumulación anterior, entonces se formarán dos
bloques de acumulaciones siendo uno de ellos formado con la nueva condena y las que han podido
ser extraídas de la refundición anterior; esta solución se adoptará siempre que el resultado final de
ambas refundiciones sea inferior a la suma de la última condena que se quiere refundir y la
refundición anterior.
6.—No sólo se acumulan penas privativas de libertad, sino que cabe que sean de otra naturaleza,
pero, en cualquier caso han de ser de la misma especie las penas a acumular, y que éstas se
cumplen de forma dilatada en el tiempo, por orden de su gravedad. Por ello la pena de multa en
cuanto tal, está excluida porque puede ser cumplida de forma simultánea (art. 75) y su impago
puede ser sustituido por trabajos en beneficio de la comunidad (art. 53). Para que sea incluida en la
acumulación es necesaria la previa resolución acordando el cumplimiento de la responsabilidad
personal subsidiaria en régimen de prisión [en este sentido, SSTS núm. 521/2013, de 5 de junio (LA
LEY 85599/2013); 473/2013, de 29 de mayo (LA LEY 66779/2013); y 402/2013, de 13 de
mayo , entre otras resoluciones] (19) .
Por su parte la pena de localización permanente, aunque privativa de libertad ( art. 35 CP), y aunque
se considerara acumulable, dada su diferente naturaleza y sobre todo, posibilidad de cumplimiento
simultáneo ( art. 75 CP) según el TS solo debería ser acumulada en su caso, a otras penas de
localización permanente y no a las de prisión o de responsabilidad personal subsidiaria por multa
convertida (STS núm. 207/2014, de 11 de marzo, LA LEY 27863/2014).
7.—Respecto a los requisitos del auto que resuelve el incidente, ha de declarar las condenas que se
acumulan y las que no, fijando lo límites máximos de cumplimiento, y las penas que resulten
excluidas y que deban cumplirse de forma separada de las acumuladas, así como, en su caso, el
régimen de cumplimiento previsto en el art. 78 CP. Se deberá relacionar en el apartado de
«HECHOS» el listado de condenas que recaen sobre el penado que son objeto de consideración con
expresión de la fecha de la sentencia, de su firmeza, de los delitos por los que se condena, fecha de
comisión de los hechos y la pena impuesta, igualmente se deberá hacer constar si el penado estuvo
Diario LA LEY
26/05/2015
10/27
asistido de letrado desde el inicio del expediente [STS 1310/2005, de 11 de noviembre (LA LEY
220867/2005)].
El Tribunal Supremo que no interviene en materia de ejecución, excepcionalmente sí lo hace con la
denominada «casación penitenciara» regulada en la disp. adic. 5.ª LOPJ que dice «Contra el auto por
el que se determine el máximo de cumplimiento o se deniegue su fijación, cabrá recurso de casación
por infracción de ley ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, que se sustanciará conforme a lo
prevenido en la Ley de Enjuiciamiento Criminal».
La acumulación jurídica y los abonos penitenciarios. Doctrina Parot
La jurisprudencia del TS, bajo la vigencia del anterior código de 1973 y también en el actual de 1995
en un primer momento vino considerando la fijación del límite legal previsto en el art. 70.2 CP de
1973 como la fijación de una nueva pena que sustituía a las acumuladas. La acumulación jurídica
generaba una pena unitaria y distinta de las acumuladas que habrían perdido su individualidad de
forma que estábamos ante una pena única con la duración propia del límite temporal establecido y
como pena única que era, sobre este límite se aplicaban los beneficios penitenciarios (20) .
Esta doctrina resultó contradicha con la célebre STS 197/2006, de 28 de febrero conocida como del
caso Parot (LA LEY 338/2006) que señala que el límite de treinta años —vigente en el art. 70.2 CP
de 1973— no se convierte en una nueva pena, distinta de las sucesivamente impuestas al reo, ni
por consiguiente, en otra distinta resultante de todas las anteriores, sino que tal límite representa el
máximo de cumplimiento del penado en Centro penitenciario. La consecuencia es que los beneficios
penitenciarios se deben aplicar pena a pena, según vayan entrando a cumplir, hasta alcanzarse el
máximo de cumplimiento (21) .
A favor de la doctrina Parot habría que decir el fácil encaje en los preceptos de la ley que regulan el
establecimiento del límite máximo de cumplimiento por delitos conexos art. 70.2 CP de 1973 o 75 y
76 CP 1995 y art. 988 LECrim. En ninguno de ellos se desprende necesariamente el nacimiento de
una pena distinta a las acumuladas sino un cumplimiento sucesivo de todas ellas y el establecimiento
de un límite o tope que pone fin al cumplimiento continuado, conforme a lo establecido en el art. 75
CP, de penas que no pierden su individualidad por la acumulación; expresamente el art. 988 de la ley
de ritos menciona la única finalidad que lleva la acumulación que es «determinando [determinar] el
máximo de cumplimiento de las mismas [penas]» (22) .
Esta interpretación entra en total coherencia con la solución que dio el TS a la hora de determinar el
plazo de prescripción de las penas acumuladas. Así en la STS 543/2001, de 29 de marzo (LA LEY
67940/2001) seguida por una reiterada jurisprudencia posterior dispone que «la aplicación del
mismo[límite de cumplimiento], no supone el surgimiento de una pena nueva sino que cada una de
las penas impuestas acumuladas conserva su individualidad, fijando el precepto un máximo de
cumplimiento que no afecta al régimen de prescripción de cada una de las acumuladas, pues una
cosa es el plazo de prescripción de la pena (la propia de un delito o de diversos delitos,
individualmente considerados) y otra el límite de cumplimiento sucesivo de las penas. Por tanto
Diario LA LEY
26/05/2015
11/27
habrá que estar a la pena impuesta y no al resultado del límite máximo, cuyo sentido es de
favorecer al reo y no computarlo como pena, que supondría un perjuicio, por alargar el plazo
prescriptivo, como si de un delito más grave se tratara».
En un auto de 14 de noviembre de 2002 , el TS ya establecía en el sentido expresado que:
«... aunque se llevase a efecto la refundición de condenas solicitada, no tendríamos una pena única,
sino varias penas refundidas, pues el art. 76, declara extinguidas las penas que procedan, desde
que las ya impuestas cubran uno de los dos límites máximos antes indicados, pero no unifica todas
las pena en una sola (…) por lo que, las penas no extinguidas seguirían afectando a la concurrencia
de circunstancias modificativas específicas, como la existencia de antecedentes penales.»
Por tanto la consideración de la existencia de una pena única y distinta de las acumuladas con la
duración propia del límite legal, se hacía en relación a la aplicación de los beneficios penitenciarios, en
definitiva es una exigencia del tratamiento penitenciario que toma en consideración para su
aplicación el tiempo máximo de efectivo internamiento, pero a efectos procesales no se daba este
efecto de reacción de pena con entidad propia distinta de las acumuladas.
Trasladar la doctrina Parot al ámbito penitenciario significaría actuar no sobre el límite máximo de
cumplimiento sino, sobre la suma de todas las penas acumuladas, si bien, la aplicación del
tratamiento penitenciario toma en consideración el tiempo previsto de internamiento en el centro
para así ajustar los elementos tratamentales y aplicar las fechas de repercusión penitenciaria para la
preparación del interno en libertad en la fecha considerada, marcada por ese máximo de
cumplimiento.
De hecho, más allá de la Audiencia Nacional, que conoce de los asuntos más graves y reiterativos
de criminalidad que se dan en este país —en especial los relativos al terrorismo y delincuencia
organizada— los demás tribunales de justicia conocedores de asuntos de menor entidad siguen
actuando como si la acumulación diese lugar a una nueva y autónoma pena con duración marcada
por el límite de cumplimiento. Igualmente la doctrina Parot tampoco ha sido asumida por la
administración penitenciaria para todo caso acumulación jurídica; prueba de ello es que no se ha
modificado la Instrucción 1/2005 de su Secretaria General, que dispone al respecto: «Respecto a la
acumulación de condenas prevista en el art. 76 del Código Penal, (…) se anotará [en el expediente
del interno] el Tribunal sentenciador que decreta el auto de acumulación de condenas, fecha de
efectos, condenas acumuladas y nueva condena fruto de la acumulación».
En la línea de lo que venimos argumentando y en contra de la aplicación indiscriminada de la doctrina
Parot para todo caso de acumulación encontramos el art. 78 CP o dicho con otros términos se
aplicará la doctrina Parot cuando acuerde el Juez expresamente que los beneficios penitenciarios, los
permisos de salida, la clasificación en tercer grado y el cómputo del tiempo para la libertad
condicional vayan referidos a la totalidad de las penas impuestas en las sentencias, decisión que
podrá acordar el juez cuando de las limitaciones establecidas en el art. 76.1 CP la pena a cumplir
resultase inferior a la mitad de la suma total de las impuestas, y, en todo caso lo acordará cuando el
Diario LA LEY
26/05/2015
12/27
límite máximo de cumplimiento fuere de 25, 30 o 40 años.
En estos casos, continua el art. 78.3 CP, el juez de vigilancia, previo pronóstico individualizado y
favorable de reinserción social y valorando, en su caso, las circunstancias personales del reo y la
evolución del tratamiento reeducador, podrá acordar razonadamente, oídos el Ministerio Fiscal,
Instituciones Penitenciarias y las demás partes, la aplicación del régimen general de cumplimiento.
De modo que salvo que el juez acuerde otra cosa, habrá que estar al régimen general de
cumplimiento que es referir aquellos beneficios penitenciarios no a la suma total de cada una de las
penas acumuladas sino directamente sobre el máximo de cumplimiento establecido, así las distintas
penas pierden su individualidad a efectos penitenciarios, ya que no se actúa sobre la extensión de
cada una de las penas, como pretendía la doctrina Parot, según vayan entrando a cumplir, sino
sobre el máximo de cumplimiento fijado. En suma, este art. 78 marca la línea interpretativa del art.
76.1 que no es otro que la línea jurisprudencial anterior a la doctrina Parot, respecto a la aplicación
de los beneficios penitenciarios sobre el máximo de cumplimiento, pero sin que necesariamente, a
efectos procesales, de lugar al surgimiento de una pena nueva y distinta de las acumuladas. Este
precepto, en definitiva avala la sentencia del Tribunal europeo de Derechos Humanos, en el asunto
Del Río Prada c. España de que el derecho penal español, comprendiendo tanto la jurisprudencia
como la ley partía de que los beneficios penitenciarios debían computarse como regla general sobre
el máximo de cumplimiento fijado y no sobre cada pena. Pero el TEDH en modo alguno declara de
forma clara, concreta, terminante y categórica que el tope máximo de 30 años producto de la
acumulación tenga la consideración de una nueva pena (es decir, diferente de las varias impuestas),
con entidad jurídica propia, desvinculada de la pluralidad de penas incluidas en la acumulación.
A favor de esta posición tenemos la postura del TS sobre la prescripción de cada una de las penas
acumuladas que según hemos visto atiende al plazo de duración de cada una de ellas; También la
posibilidad que ofrece el art. 78 CP de aplicar los beneficios penitenciarios a cada una de las penas
individualizadas que vaya cumpliendo el reo hasta alcanzar el indicado término máximo, nos lleva
considerar que la figura de la acumulación jurídica del art. 76 CP no puede dar lugar a una nueva
pena con entidad jurídica propia que haga perder la individualidad jurídica a las distintas penas
acumuladas. Y por último en materia penitenciaria, la aplicación del período de seguridad del art.
36.2 CP se aplicará individualmente sobre las penas acumuladas a las que afecte conforme dispone
la Instrucción 2/2005 de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias:
«Para la aplicación del período de seguridad, establecido en el art. 36.2 del CP se tendrá en cuenta
la pena o penas impuestas consideradas de manera individual; es decir, que en los supuestos en los
que el penado cumpla varias que sumadas aritméticamente o refundidas excedan de 5 años, pero
que individualmente consideradas no excedan de este límite, no le será de aplicación el período de
seguridad.»
De la instrucción transcrita se desprende que en la aplicación del art. 36.2 CP por parte de
instituciones penitenciarias, el límite máximo de cumplimiento del art. 76.1 CP no da lugar a una
nueva pena con entidad jurídica propia, más bien, son las penas acumuladas las que no pierden su
individualidad a tales efectos.
Diario LA LEY
26/05/2015
13/27
III. LIQUIDACIÓN DE CONDENA Y LICENCIAMIENTO DEFINITIVO
Como señala NISTAL BURÓN (23) , las normas que tienen que ver con la ejecución de la sentencia
penal son las más oscuras e incompletas, lo que demuestra la atención que nuestro sistema jurídico
otorga al dictado de la sentencia y a su fase previa y muy poca a la ejecución de la misma. Pero si
hay una institución especialmente oscura de la ejecución penal esa es la liquidación de condena, por
la ausencia de procedimiento para su elaboración, seguimiento y control de la misma.
Una vez firme la sentencia y ordenada la ejecución, encontrándose el condenado en prisión, se
comunica al Centro la sentencia condenatoria para que tenga al interno en calidad de penado o si ya
estuviere cumpliendo por otras causas, se añada la presente ejecutoria para su cumplimiento por el
orden correspondiente; al propio tiempo se interesa del Centro la remisión de la propuesta de
liquidación de condena con las preventivas que le constaren aplicables a la presente causa. El Centro
elaborará una propuesta de liquidación debiendo figurar como fecha de inicio de ejecución la fecha
de firmeza de la sentencia si ya estuviere interno como preventivo, en otro caso el inicio sería desde
que ingresare en prisión para su cumplimiento ( art. 38 CP).
La ausencia de una regulación legal completa sobre la liquidación de condena ha hecho que cada
juzgado o Tribunal fuera conformando la práctica de la misma y aunque guardan ciertas similitudes
en cuanto a los datos básicos que han de contener, varían de un juzgado a otro. En el CP
encontramos el art. 38 que marca el término inicial de cumplimiento en la liquidación, y, el art. 58 y
59 en relación a los abonos a aplicar. No existen más normas sobre la liquidación y procedimiento.
Es en la LO 2/1989, de 13 de abril reguladora del proceso penal militar donde encontramos una
regulación completa del contenido que ha de guardar una liquidación de condena en su art. 349
(24) .
Con respecto al proceso de liquidación de condena éste se inicia en el juzgado cuando se recibe la
propuesta de liquidación procedente del Centro Penitenciario. Aunque la condena viene expresada en
años, meses y días, a efectos de la liquidación se contabiliza el tiempo total de la condena en días
siendo los años 365 días y los meses 30 días. En la elaboración de la liquidación se fija como fecha
de inicio la propuesta por la prisión y se deduce del tiempo que ha de cumplir, el tiempo sufrido de
medida cautelar que corresponda y queda elaborada la liquidación con una fecha inicial de comienzo
de ejecución y otra final de extinción o cumplimiento de la responsabilidad criminal; se da traslado
de la misma a las partes para posibles alegaciones antes de ser aprobada. Si no hay oposición a la
liquidación practicada, se aprueba por decreto del Secretario, en caso de oposición resuelve e juez
por auto (25) .
La operación fundamental en que consiste la liquidación de condena versa sobre los abonos de las
medidas cautelares que haya sufrido el condenado con anterioridad a sentencia. El secretario que
practica la liquidación procede en primer lugar aplicando el art. 58.1 CP, es decir abonará el tiempo
de privación de libertad que haya sufrido el penado en la misma causa donde se ha impuesto la pena
que se trata de liquidar, dejando al margen aquellos periodos de prisión preventiva en cuanto haya
coincidido con cualquier privación de libertad impuesta al penado en otra causa, que le haya sido
Diario LA LEY
26/05/2015
14/27
abonada o le sea abonada en ella. Obviamente estos periodos de simultáneo cumplimiento, ya sea
en calidad de penado o como también de preventivo en otras causas, se ignoran en el expediente
en el que se practica la liquidación. En este sentido es el Centro Penitenciario donde consta todo el
historial penal y penitenciario del interno el que conforme a este art. 58.1 CP propone en cada causa
la liquidación con los abonos que le son aplicables a la misma. El Secretario practica la liquidación
deduciendo del tiempo de cumplimiento el período de prisión preventiva aportada por el Centro, a la
que añade también como abono los días de detención policial o judicial que consten en el expediente
procesal. Estos abonos —prisión preventiva comunicada por el centro y detención— se hacen de
modo automático, es una regla de aplicación absoluta, que opera ope legis, incluso, aunque en el
fallo de la sentencia condenatoria no se consigne de modo expreso [STS 70/2007, de 31 de
enero, ].
Existen otros abonos que han de ser previamente acordados por el Juez previo a su inclusión por el
Secretario en la liquidación, como son el abono de prisión provisional en causa distinta en que se
acordó, cuyo acuerdo le corresponde al Juez de Vigilancia Penitenciaria correspondiente al Centro
donde esté el condenado, previa audiencia del Ministerio Fiscal ( art. 58.2 CP); y otro supuesto es
cuando la medida cautelar sufrida y la pena impuesta sean de distinta naturaleza lo que exige, previo
a su abono, un juicio de proporcionalidad en esa labor de compensación que ha de realizar el juez
sentenciador (art. 59).
En relación a este último supuesto la jurisprudencia (26) viene aceptando la compensación de las
comparecencias apud acta, que realiza el acusado estando en libertad provisional, para descontarlas
de la pena prisión finalmente impuesta ampliando así las posibilidades de abono a medidas
cautelares de diferente naturaleza que la prisión (27) . Se parte de que la obligación de presentación
apud acta es una medida cautelar personal que incide mediante su restricción en el derecho
fundamental a la libertad personal si bien con efectos más limitados que la propia prisión provisional
y también de que el art. 59 CP constituye un mandato a los órganos jurisdiccionales dirigido a
favorecer la compensación del sufrimiento provisional y efectivamente soportado con la pena
finalmente impuesta, cuando no sean de la misma naturaleza.
Para la jurisprudencia la dimensión jurídica de esa obligación de comparecer impuesta no puede ser
examinada atendiendo exclusivamente al grado de aflicción que haya causado, por tanto su
naturaleza restrictiva está siempre presente con independencia de la intensidad que esa restricción
conlleve para quien sea objeto de ella, «...la limitación provisional de la libertad del imputado (...) se
produce por el solo hecho de la adopción de la medida cautelar, con independencia de que las
circunstancias personales del imputado incrementen o debiliten el grado de aflicción derivado de su
cumplimiento», STS 1045/2013, de 7 de enero de 2014, por tanto para su aplicación no se
necesita acreditar el perjuicio o limitación concreta que las sucesivas comparecencias haya
ocasionado al finalmente condenado.
Ahora bien, la jurisprudencia del Supremo no establece un criterio de conversión vinculante sino que
el propio art. 59 CP atribuye a los jueces y tribunales un arbitrio que corresponde a estos aplicar
atendiendo a criterios equitativos, objetivos y que doten de certeza y seguridad jurídica a la
resolución de las diversas situaciones que pudieran plantearse.
Diario LA LEY
26/05/2015
15/27
Por tanto no basta con la imposición de la obligación apud acta para tener derecho a futura
deducción, sino que, las efectivas comparecencias han de quedar acreditadas.
En la practica el Secretario judicial realiza la liquidación sin consideración a la existencia de posibles
comparecencias en fase de instrucción del condenado (28) , sólo cuando se interesa su
compensación por el penado se abrirá un incidente para su acreditación y fijación de criterio de
compensación. Los trámites, aunque no están regulados podrían consistir, según la practica en
numerosos juzgados, en reclamar, si no constan, del juzgado de instrucción la remisión de la pieza
de situación personal del condenado o las diversas comparecencias apud acta efectuadas por el
mismo, al propio tiempo que se interesa del condenado que se aporte los justificantes de
presentaciones que obren en su poder. Con esta documentación recibida se elabora una relación de
comparecencias que resultan justificadas de la que daría traslado al Ministerio Fiscal y defensa del
penado para alegaciones que estimen oportunas y en caso aportar cualquier otra comparecencia
que no obre ya en relación y, trascurrido dicho término, el Juez o Tribunal resolverá.
Por ultimo hay que reseñar el carácter provisional de la liquidación de condena y la resolución
aprobando la misma, sin que en modo alguno pueda predicarse de la misma el carácter de cosa
juzgada, y ello en base al carácter dinámico que tiene el expediente penal-penitenciario del interno
como algo vivo sujeto a constantes modificaciones que inevitablemente repercuten en las
liquidaciones ya practicadas para que así el expediente judicial se acomode en todo momento a la
situación actual del expediente penitenciario, piénsese en refundición de condenas, acumulaciones,
quebrantamiento de condena, etc. Y no solo la modificación de una liquidación ya aprobada puede
venir directamente de la Oficina de Régimen sino también del propio interno que en todo momento
puede aportar e interesar directamente al juzgado cambios en su liquidación en base a nuevos
extremos que no se conocían en el momento de practicar la primera liquidación, buen ejemplo
tenemos con las peticiones de abonos de las comparecencias apud acta o las peticiones de abonos
de preventivas en causas distintas de aquellas en las que se acordaron...de forma que hasta que no
llegue la resolución judicial aprobando el licenciamiento definitivo propuesto por el Centro, la
liquidación de condena está sujeta a posibles cambios.
La jurisprudencia tiene declarado que los autos que resuelven sobre el licenciamiento definitivo en
expedientes de Acumulación de Condenas les corresponde la esencial función de comprobar antes
del término de la ejecución el cómo del cómputo de las penas acumuladas o forma de cumplimiento
de las mismas a fin de constatar si tal forma de cumplimiento se ha ajustado a la legalidad vigente y
ha podido suponer una modificación del límite establecido en el Auto de Acumulación. Por
consiguiente, y como corolario de estas consideraciones, el expediente histórico-penal del recluso
en el que se recojan las acumulaciones de condenas y cuantas vicisitudes puedan afectar a la
liquidación en su día practicada, ha de considerarse «vivo» en tanto no recaiga Auto de
licenciamiento definitivo y éste adquiera firmeza (29) .
1. Recurribilidad del auto aprobando la liquidación de condena
Diario LA LEY
26/05/2015
16/27
Se ha cuestionado la recurribilidad de este auto aprobatorio de la liquidación de condena, que en
definitiva, resuelve la procedencia del abono de determinadas privaciones cautelares y la
jurisprudencia viene manteniendo a tales efectos la vigencia de la Ley de 17 de enero de 1901,
sobre abono de prisión preventiva, cuyo art. 4 dispone: «Las infracciones de esta ley, en cuanto a la
prisión preventiva, se considerarán incluidas en el párrafo 6. º del art. 849 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal». El párr. 6.º del art. 849 mencionado en la disposición equivale al actual
parr. 1.º de dicho artículo: el error iuris, como primer motivo de casación por infracción de ley. La
Real Orden de 29 de enero de 1901, dictada en desarrollo de aquella ley, insistió en la procedencia
de casación. La mencionada Ley y la Real Orden deben considerarse derogadas casi en su totalidad
por el Código Penal, que incorporó la mayor parte de su contenido. Sin embargo, en los aspectos
procesales y, en particular, en lo atinente al establecimiento de esa posibilidad de casación, la Ley
está vigente, al no haber sido afectada por las ulteriores reformas sustantivas. Tampoco las últimas
modificaciones del régimen de prisión provisional ( Leyes Orgánicas 15/2003 y 5/2010) han
reparado en esa disposición. Su vigencia está asumida por una reiterada y pacífica jurisprudencia que
no ha vacilado en admitir recursos de casación interpuestos contra autos dictados en fase de
ejecución por las Audiencias Provinciales declarando abonables determinados períodos de prisión
preventiva. Sirvan de ejemplo las sentencias 1449/1998, de 27 de noviembre (LA LEY 1097/1999),
926/1999, de 4 de junio , o 501/2001, de 22 de marzo (LA LEY 4715/2001). Y es que como se
razona en la STS 1045/2013, de 7 de enero (LA LEY 9671/2014), el art. 848 LECrim. autoriza el
recurso de casación, y únicamente por infracción de ley, contra los autos de carácter definitivo de
las Audiencias en los casos en que la ley lo autorice de modo expreso, y si bien es cierto que en la
LECrim. no se autoriza expresamente que contra este tipo de autos dictados en ejecución de
sentencia resolviendo sobre el abono de prisión preventiva sufrida pueda interponerse recurso de
casación, también lo es que la referencia a la «ley» no se limita necesariamente a la ley de
enjuiciamiento Criminal, sino que también hay que considerar el art. 4.° de la Ley de 17 enero 1901
(«las infracciones de esta ley, en cuanto a la prisión preventiva, se considerarán incluidas en el
párrafo 6.º del art. 849 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal»), que autoriza la formulación del
recurso, debiendo considerarse vigente dicha norma en lo que se refiere al ámbito procesal.
Esta exégesis opera siempre que tratemos del abono de prisión preventiva sufrida en la misma
causa, pues esa competencia sigue residenciada en los órganos sentenciadores. Pero si se trata de
abono en causas distintas, el esquema varía puesto que la competencia para decidir esos casos se
ha traspasado a la jurisdicción de vigilancia penitenciaria a partir de la reforma de 2003 y en materia
de recursos contra las resoluciones del Juez de Vigilancia Penitenciaria habrá que estar a la disp.
adic. 5.ª LOPJ. Por tanto ha y que distinguir:
A) Cuando el tiempo de privación de libertad sufrido provisionalmente haya de abonarse en la misma
causa para el cumplimiento de la pena o penas impuestas, la decisión del Juez de lo Penal (o Juez
Central de lo Penal) será recurrible en apelación ante la Audiencia Provincial (o Audiencia Nacional)
conforme al régimen general de recursos ( art. 787 y 795 y concordantes de la LECrim.), resolviendo
así la impugnación sin ulterior recurso. Si la resolución cuestionada ha sido dictada por la Audiencia
Provincial (o Audiencia Nacional), en su condición de órgano sentenciador, el auto será recurrible en
casación con arreglo a las previsiones de la Ley de 17 de enero de 1901.
B) Cuando se trate de abonar la prisión provisional en causa distinta a aquella en la que se hubiere
Diario LA LEY
26/05/2015
17/27
decretado, la decisión del Juez de Vigilancia Penitenciaría será susceptible de recurso de apelación
ante la Audiencia Provincial (o Audiencia Nacional). Contra esta decisión cabrá interponer recurso de
casación para la unificación de doctrina en materia de vigilancia penitenciaria ante la Sala Segunda
del Tribunal Supremo ( art. 58 CP, disp. adic. 5.ª.7.º LOPJ y acuerdo de pleno no jurisdiccional 22 de
julio de 2004).
2. Abono de prisión provisional distinto a aplicación de beneficios penitenciarios
La previsión legal de un límite máximo de cumplimiento efectivo se ciñe, en los estrictos términos en
que está regulada en el art. 76.1 CP, a declarar extinguidas aquellas penas que quedaran pendientes
de cumplimiento una vez que se alcance ese límite máximo. En el cómputo del tiempo que el
penado tiene pendiente de cumplir, se le descuentan, una vez que la Sentencia es firme —o una vez
que se aprueba la acumulación regulada en el art. 76 CP—, los periodos de prisión provisional, que a
todos los efectos jurídicos operan como tiempo de pena efectivamente cumplida. La privación de
libertad sufrida como «medida cautelar» se transmuta en «pena», cumplida por anticipado. Este
cómputo no puede sino realizarse conforme a lo establecido en el art. 58, único precepto del Código
penal dedicado a regular la operación del abono en cuestión; operación que, es previa y por
completo ajena y autónoma a la circunstancia de la existencia de un límite máximo de cumplimiento
efectivo de la pena privativa de libertad.
En ningún caso puede entenderse que el abono de la prisión provisional sea un beneficio
penitenciario, y por lo tanto en ningún caso podría entenderse que le sean aplicables las reglas
previstas en el art. 78.1 CP para ciertos supuestos, que fijan que el cómputo de los plazos referidos
de «los beneficios penitenciarios, los permisos de salida, la clasificación en tercer grado y el cómputo
de tiempo para la libertad condicional se refieran a la totalidad de las penas impuestas en las
sentencias». Una regla de excepción que de hecho implicará que tales beneficios penitenciarios no
puedan disfrutarse nunca, en relación a la gravedad de los múltiples delitos cuyas penas quedan
acumuladas en límite máximo; y regla que nunca podría inspirar una interpretación analógica para
casos no comprendidos en ella
3. El supuesto del doble abono de prisión preventiva
Dispone el art. 58.1 CP «el tiempo de privación de libertad sufrido provisionalmente será abonado
en su totalidad por el juez o Tribunal sentenciador para el cumplimiento de la pena o pena impuestas
en la causa en que dicha privación fue acordada».
Para la jurisprudencia, este artículo contempla la realidad de una sola causa penal en la que la
privación cautelar de libertad ha sido subseguida de una privación de libertad establecida como
sanción de la conducta investigada, imputada y finalmente atribuida. Sobre esa realidad —un hecho
investigado, una privación cautelar decretada para posibilitar su investigación y enjuiciamiento y una
sanción privativa de libertad impuesta como sanción por la comisión del hecho imputado— y no
sobre otra, el legislador ha decidido que el efecto material de privación de libertad que la medida
cautelar conlleva se tome en consideración para reducir la duración de la privación de libertad
Diario LA LEY
26/05/2015
18/27
impuesta como sanción en la misma causa. Ése es el supuesto previsto en la norma y ésa su
finalidad, y para cuyo abono es competente el propio juez sentenciador (30) . Y para evitar los
casos de doble abono que se daban en la práctica el legislador de 2010 añadió la excepción de que
el tiempo de prisión provisional haya coincidido con cualquier privación de libertad impuesta al
penado en otra causa, que le haya sido abonada o le sea abonable en ella. En ningún caso un mismo
período de privación de libertad podrá ser abonado en más de una causa.
Con anterioridad a la reforma establecida por la LO 5/2010 el TC admitía el supuesto del abono del
período de prisión provisional para el cumplimiento de la pena impuesta en la misma causa en la que
se había impuesto aquella restricción cautelar —realidad del precepto 58.1CP— aunque aquel
período de preventiva coincidiera a su vez con período de cumplimiento de pena en otra causa, es
decir que el sujeto estuviera interno en prisión con la doble cualidad de preso preventivo por una
causa y de penado por otra, solución que estableció la STC 57/2008 (LA LEY 32623/2008).
A su vez la AP de Madrid concretaba que este beneficio de doble abono únicamente se aplicaba para
un solo caso, en el sentido expuesto en la reunión de Magistrados de las Secciones Penales de la AP
de Madrid, para unificación de criterios, de fecha 18 de junio de 2009 que reza: «La doctrina del
Tribunal Constitucional (sobre abono de la prisión provisional coincidente con penado) es aplicable,
en el caso de coincidencia simultánea de varias medidas cautelares de prisión provisional con una de
penado en otra causa, a una sola». El TC ha confirmado esta solución de aplicación de este beneficio
por una sola vez en STC 148/2013, FJ 5.º (LA LEY 145703/2013) en la que señala que «sólo se
podrá computar una sola vez el período que simultaneó la condición de penado y preventivo».
Es claro que la fundamentación de dicha doctrina contenida en la STC 57/2008 (LA LEY
32623/2008) ha quedado sin contenido por la posterior reforma legal, operada por la LO 5/2010,
de 22 de junio, que ha venido a clarificar esta cuestión estableciendo un mandato expreso, de
ineludible cumplimiento por los Tribunales que están constitucionalmente sometidos al imperio de la
Ley, conforme al cual «en ningún caso un mismo período de privación de libertad podrá ser abonado
en más de una causa».
Pero la aplicación de la nueva normativa, que contiene un mandato imperativo («en ningún caso...»)
tiene que ser aplicada en la ejecución de las sentencias dictadas con posterioridad a su entrada en
vigor, pues es en el momento en el que se impone la condena cuando surge el derecho al abono de
la preventiva sufrida, abono que debe realizarse conforme a la normativa legal imperante en el
momento de la condena. Así se dispone en STS 11603/2011, de 16 de mayo y la STS 265/2012,
de 3 de abril, en ésta se establece expresamente que «la previsión introducida por este nuevo
precepto [ art. 58.1.º CP] no afecta a los supuestos de condenas múltiples impuesta con
anterioridad a su entrada en vigor», de lo que se puede inferir que afecta a las sentencias dictadas
después de su entrada en vigor.
Por tanto pese a la reforma legal, hoy día continúa siendo de interés y de aplicación la doctrina del
TC acerca del doble abono de la prisión provisional de forma simultánea con la doble cualidad de
penado y preso preventivo. En especial, hoy día es muy interesada su aplicación a instancia de los
propios internos en los supuestos de acumulación de condenas cuando muchas de estas condenas
Diario LA LEY
26/05/2015
19/27
que se acumulan fueron pronunciadas con anterioridad a la reforma, y tras la acumulación se
interesa nueva petición de liquidaciones de condena conforme a la legislación anterior reclamando la
doctrina del doble abono.
Por consiguiente, se plantea la cuestión de cómo ha de verificarse el abono de esta prisión
preventiva simultánea a la condición de penado en un supuesto específico, como es el de la
refundición —acumulación— de condenas con aplicación del límite máximo de cumplimiento.
Conforme a la teoría del doble abono establecido por el TC, parece que la solución estaría en que, si
en un mismo período, el interno ha estado penado por una de las condenas acumuladas y a la vez
como presentido por otra causa también acumulada, ese mismo período se descontaría de forma
doble del límite de cumplimiento. La solución de la jurisprudencia es otra: entiende que este límite se
refiere al cumplimiento efectivo, y como dice el STS 11603/2011, de 16 de mayo , en relación al
caso que nos ocupa, no puede quedar desvirtuado por el doble cómputo de un mismo período de
prisión, como preventivo y como penado, puesto que no constituye en puridad un doble
cumplimento efectivo. En consecuencia, en estos supuestos solo puede computarse, a efectos de la
refundición de condenas y para alcanzar el límite máximo impuesto, el tiempo de prisión preventiva
que, de modo efectivo, no haya coincidido con otro período de cumplimiento (31) , ¿significa esto
que la teoría del doble abono del TC no tiene aplicación en caso de acumulación de condenas?
El que la jurisprudencia del TS no repercuta este abono sobre el máximo de cumplimiento del art. 76
CP no significa que lo omita, y que por tanto desoiga el mandato del TC sobre el doble abono, al que
está obligado a seguir conforme al art. 5.1 LOPJ, encontrando la solución dándole el carácter de
beneficio penitenciario por su estrecha analogía con estos conceptos; así en la STS 208/2011, de
25 de marzo (LA LEY 14454/2011) tras exponer el mecanismo de la doctrina Parot y el
cumplimiento sucesivo de las penas por orden de su respectiva gravedad aplicándose los beneficios
y redenciones que procedan respecto a cada una de las penas que se encuentre cumpliendo dispone
acto seguido que «también en el caso de las diferentes aplicaciones de prisiones preventivas [que
suponen doble abono] por estrecha analogía con lo anterior, las mismas se han de producir
independientemente del límite máximo...» y de forma más expresiva la STS 1060/2011 (LA LEY
208039/2011) dispone: «... tal abono de la prisión preventiva, que indudablemente tiene naturaleza
de beneficio...». De forma que solventa el tratamiento del doble computo de la prisión provisional
mediante su aplicación en la específica condena impuesta por el delito por el que estuvo
preventivamente preso [STS 82/2010, de 11 de febrero (LA LEY 3118/2010)] (32) . Y si a pesar
de esta aplicación y consiguiente rebaja sobre la pena en concreto no se viera afectado el máximo
de cumplimiento del art. 76 CP por que no se hubiera bajado el cumplimiento efectivo del referido
límite legal, éste continuará operando tal y como se previó en su momento. Criterio reiterado y
ratificado en STC núm. 344/2012, de 8 de mayo , o la núm. 265/2012, de 3 de abril. Y más
recientemente en STC 35/2014, FJ 5.º (LA LEY 22393/2014) avala esta solución, donde se
expresa que, «... en el caso de las condenas acumuladas, la decisión judicial de no descontar del
límite máximo de cumplimiento efectivo, fijado en treinta años, el período de tiempo en que
simultáneamente se encontraba como preso preventivo y como penado no es contraria a la
Constitución. Es decir, no es constitucionalmente exigible, en tales casos, una interpretación
conjunta del art. 58.1 CP —en la redacción anterior a la LO 5/2010— y de los arts. 75 y 76 CP, que
imponga el doble cómputo de un mismo período de prisión como preventivo y como penado, o que
Diario LA LEY
26/05/2015
20/27
lleve a considerar que el tiempo de prisión provisional simultáneo al de cumplimiento de pena, deba
conceptuarse como tiempo de "cumplimiento efectivo"».
Siguiendo con la interpretación del art. 58.1 CP en su redacción anterior a la reforma, por la
importancia que puede hoy tener por la ejecución de condenas anteriores a la citada reforma, la
jurisprudencia consideró que conforme al citado artículo no era abonable un mismo tiempo de
privación de libertad, sufrido provisional y simultáneamente en varias causas, a la pena o penas
impuestas en cada una de ellas, sino sólo en una de ellas (33) ; El TC igualmente avaló esta
solución, pues desde el punto de vista material la simultánea situación de prisión provisional
acordada en dos causas penales no causa perjuicio material efectivo añadido, a quien se ve así
privado de libertad, por el simple hecho de venir fundada en dos títulos jurídicos, pues el interno, en
su condición de preso preventivo en dos causas, lo está con un único régimen jurídico aunque
procesalmente pesen sobre él dos órdenes cautelares de privación de libertad que en nada se
afectan mutuamente, STC 92/2012 (LA LEY 66237/2012), 158/2012 (LA LEY 150421/2012),
148/2013 (LA LEY 145703/2013). También desde un sentido práctico, expresa el TC que si el
abono del mismo período de prisión provisional acordado en diferentes causas penales se hiciera
tanta veces como causas existieran se generaría una suerte de fraude de ley y la rebaja en el
cumplimiento de las penas impuestas dependería de una circunstancia procesal totalmente
imprevisible y azarosa: el número de causas que se abran en la investigación de unos hechos que
deberían haberse conocido en una sola causa común.
(1)
Sobre ésta «pena única» se aplicarán los diversos porcentajes de cumplimiento que determinan el
disfrute de permisos de salida (art. 47.2 LOGP y 154.1 RP), las salidas programadas (art. 114 RP)
libertad condicional (art. 36, 78.3 y 90 a 93 CP y 72.1 LOGP), entre otros beneficios
penitenciarios. En definitiva estos porcentajes de cumplimiento se reflejan en la hoja de cálculo
con distinción de la cuarta parte, la mitad, las tres cuartas partes, las cuatro quintas partes, las
siete octavas partes y el total, o fecha de extinción de la penas o penas por cumplir.
Ver Texto
(2)
«La moderna doctrina penitenciaria postula una unidad de ejecución (...) el tratamiento
penitenciario se inspira en la conveniencia o necesidad de operar, no sobre penas individualizadas,
sino sobre la totalidad de las sentencias pendientes de ejecución, reduciéndolas a una unidad de
cumplimiento». STS 1985/1992, de 29 de septiembre (LA LEY 1874-5/1993).
Ver Texto
(3)
Dispone la Instrucción 1/2005 de IIPP que «sólo la existencia de responsabilidades penales en
curso, con juicios pendientes de próxima celebración, puede demorar la refundición de condenas
hasta que se cierre la situación penal del interno».
Ver Texto
(4)
A diferencia de la acumulación jurídica, la refundición penitenciaria es eso, penitenciaria, luego a
Diario LA LEY
26/05/2015
21/27
efectos procesales, las diversas penas refundidas o enlazadas no desaparecen ni se transforman
en una pena nueva y distinta, destinarla a sustituirlas.
Ver Texto
(5)
La Instrucción 1/2005 dispone que «en ningún caso se procederá a interesar el licenciamiento
definitivo de causas refundidas (...) De la aprobación de la refundición de condenas por el Juzgado
de Vigilancia Penitenciaria se dará conocimiento a los diferentes tribunales sentenciadores, a fin de
que tengan conocimiento de la no extinción de dichas causas en las fechas previstas, por
aplicación de la ficción jurídica descrita».
Ver Texto
(6)
Es de resaltar que en esta sentencia se puede leer que «... hay que excluir la circunstancia
agravante de reincidencia, por lo dispuesto en el último párrafo del art. 22.8.ª CP, que ordena no
computar, a los efectos de esta agravante, los antecedentes penales que debieran haberse
cancelado, teniendo en consideración la reiterada doctrina de esta Sala que obliga a entender en
beneficio del reo aquellos datos que no aparezcan debidamente especificados en los hechos
probados o se encontraran expuestos con alguna ambigüedad: el principio "in dubio pro reo"
obliga a ello. El art. 118 CP 73 y el 136 CP actual ordenan que el plazo de cancelación de
antecedentes se cuente desde el día siguiente a aquel en que quedara extinguida la pena. Como
este dato no consta hemos de partir del que conocemos: la fecha de la firmeza de la
sentencia...».
Ver Texto
(7)
Entre otros, GILI PASCUAL, A., La prescripción en... cit. Pág. 168. Así también, GONZÁLEZ TAPIA,
M.I., La prescripción en., cit., 260 páginas. MANZANARES SAMANIEGO, La prescripción de ... cit,
Diario LA LEY, núm. 7193 de 10 de junio de 2009 (LA LEY 12136/2009).
Ver Texto
(8)
Y más concretamente, denegando, en el caso concreto, la prescripción de las penas menos
graves durante el cumplimiento de las más graves, tenemos resoluciones de la AP Sevilla de su
Sección 3.ª 312/2010 de 5 de mayo de 2010, y 31/2011 de 20 de enero de 2011 en las que con
apoyo en el art. 75 CP se afirma textualmente que «no puede considerarse prescrita la pena
impuesta porque el cumplimiento de otras más graves ha impedido el cumplimiento de ésta».
Ver Texto
(9)
Esta previsión legal tiene como principal fundamento normativo posibilitar el fin reeducador y
reinsertador de la sanción penal considerando estos plazos máximos de cumplimiento como
periodos máximos para alcanzar el objetivo resocializador que, de otra forma, se vería frustrado
dicho fin si partiéramos de unos periodos tan dilatados que sobrepasaran la vida útil del
Diario LA LEY
26/05/2015
22/27
condenado.
Ver Texto
(10)
El preámbulo de la Ley 3/1967 decía que se trataba de evitar que lo que en definitiva constituye
un beneficio para el reo, dependa muchas veces del azar determinado por el enjuiciamiento o no
en un solo proceso de diversas conductas, lo que podría conducir a conclusiones injustas.
Ver Texto
(11)
Por todas, STS 1623/2000 de 23 de octubre (LA LEY 1782/2001), con cita de una abundante
jurisprudencia: «La conexidad exigida en el art. 70 CP y 988 LECrim., es más que la objetiva,
basada en la analogía y relación esencial entre los hechos delictivos a que se refiere la regla 5.ª del
art. 17 de la Ley Procesal Penal, la conexidad temporal, entendiéndose que solo podrán
acumularse las penas por hechos delictivos que hubiesen podido ser enjuiciados en un mismo
proceso».
Ver Texto
(12)
Por todas STS núm. 31/1999, de 14 de enero (LA LEY 2264/1999); 1167/2005 de 19 de
octubre (LA LEY 202873/2005). En especial como dice la STS 14/2014, de 21 de enero (LA LEY
3168/2014), con cita de otras varias, «cuando hay una sentencia condenatoria es claro que los
hechos delictivos cometidos con posterioridad a tal sentencia no pudieron ser objeto de aquel otro
proceso anterior en que ya ésta había sido dictada. Esta Sala viene fundando esta limitación en la
peligrosidad que existiría, como facilitadora de la comisión de nuevos delitos, cuando un
condenado, por las penas que ya tiene impuestas, sabe que puede cometer algún delito porque la
pena correspondiente a esta nueva infracción no tendría que cumplirla al haberse ya superado, con
las condenas anteriores, los límites legalmente establecidos. Evidentemente no puede favorecerse
el sentimiento de impunidad que habría de seguir a ese conocimiento y para ello es imprescindible
ser exigente en cuanto al cumplimiento de este requisito de carácter temporal: solo cabe
acumular entre sí aquellas condenas penales relativas a hechos de una misma época, entendiendo
épocas diferentes aquellas que se encuentran separadas por la existencia de alguna sentencia
condenatoria».
Ver Texto
(13)
Partiendo del principio de que no se pueden acumular aquellas sentencias de fecha anterior a la
fecha de comisión de los hechos de la sentencia que determina la acumulación, obviamente si
cogemos como referencia la primera de las sentencias consideradas, basta con que las demás
sentencias cumplan el requisito de que los hechos sean anteriores a la fecha de la sentencia de
referencia para que se cumpla aquel principio, porque las sentencias respectivas —restantes—
serán siempre posteriores no sólo a los hechos de la 1.ª sentencia —de referencia— sino
posteriores también a la fechas del resto de las sentencias.
Diario LA LEY
26/05/2015
23/27
Estar a la fecha de la última sentencia es la solución dada por el Proyecto de Reforma del CP
aprobado por el Gobierno que, en el art. 76.2 establece que lo relevante es que las penas que el
interno se halle cumpliendo provengan de «hechos cometidos antes de la fecha en que fueron
enjuiciados los que, siendo objeto de acumulación, lo hubieran sido en primer lugar».
Ver Texto
(14)
STS 473/2013, de 29 de mayo (LA LEY 66779/2013).
Ver Texto
(15)
Consecuentemente, para favorecimiento de su concreción y comprensión del razonamiento
seguido, conviene realizar un cuadro referencial o listado ordenado por orden de antigüedad
cronológica de las sentencias, donde conste de cada ejecutoria, la referida fecha de la sentencia, la
fecha de comisión de los hechos y las penas impuestas.
Ver Texto
(16)
STS 1223/2009 de 4 de noviembre (LA LEY 233139/2009), el criterio de «el juez o Tribunal que
hubiere dictado la última sentencia encierra tan sólo un criterio de atribución competencial, pero no
impone que esa última resolución, en atención a su fecha, sea la que inspire la procedencia o
improcedencia de la acumulación interesada».
Ver Texto
(17)
Dice la STS 297/2008, de 15 de mayo (LA LEY 74078/2008) que «... cuando todas o alguna de
las penas correspondientes a las diversas infracciones no puedan ser cumplidas simultáneamente,
se seguirá el orden de su respectiva gravedad para su cumplimiento sucesivo, en la forma que ha
puesto de manifiesto la STS de 28 de febrero de 2006, dictada por el Pleno jurisdiccional de esta
Sala, por lo cual, es evidente que el cumplimiento previo de alguna de las penas impuestas no
constituye óbice alguno para la aplicación de la institución de la acumulación de condenas».
Ver Texto
(18)
La jurisprudencia justifica esta revisabilidad en que es consecuencia de la adopción del criterio
cronológico que se lleva a la práctica con todas sus consecuencias, de forma que apareciendo una
condena por delitos no contemplados en la acumulación anterior, pero que podían haberlo sido, no
existen razones suficientes para no incluirlos con posterioridad ampliando la acumulación ya
practicada.
Ver Texto
(19)
El TS ha sobreentendido esta exigencia de conversión de la multa a responsabilidad personal
subsidiaria con la liquidación de condena practicada por el Secretario Judicial en la que se incluía los
días correspondientes de RPS por impago de multa, STS 388/2014 de 7 de mayo (LA LEY
Diario LA LEY
26/05/2015
24/27
57228/2014).
Ver Texto
(20)
Por remitirnos a sentencias más recientes, la STS de 15 de septiembre de 2005 (LA LEY
13579/2005), declara que la pena acumulada «opera ya como una pena nueva resultante y
autónoma, y a ella deben referirse los beneficios otorgados por la ley como son la libertad
condicional, permisos de salida...». Y es de lo más significativo que esta resolución se refiere, no al
Código Penal de 1973, sino al actual de 1995 y en el mismo sentido, la STS de 14 de octubre de
2005, después de distinguir los supuestos de acumulación «material» y acumulación «jurídica» de
los arts. 73, 75 y 76 del Código Penal vigente, explica que la pena máxima de 20 años «opera ya
como una pena nueva, resultante y autónoma, y a ella deben referirse los beneficios otorgados
por la ley, como la libertad condicional».
Ver Texto
(21)
STS 197/2006, doctrina Parot (LA LEY 338/2006): «Aquí nada se refunde para compendiar todo
en uno, sino para limitar el cumplimiento de varias penas hasta un máximo resultante de tal
operación jurídica. Consiguientemente, las varias penas se irán cumpliendo por el reo con los
avatares que le correspondan, y con todos los beneficios a los que tenga derecho».
Ver Texto
(22)
En el mismo sentido FERNANDEZ AREVALO, L. y NISTRAL BURON, J., «Doctrina Parot y asunto Del
Río Prada: consecuencias en nuestro sistema de ejecución de penas», La Ley Penal, Sección
estudios (LA LEY 6271/2014). «el máximo de cumplimiento no es una nueva pena, sino una regla
especial respecto de la regla general de cumplimiento sucesivo de las penas privativas de libertad,
consistente en traducirse en una regla reductiva excepcional frente a la de cumplimiento completo
y total de la suma aritmética de las penas impuestas».
Ver Texto
(23)
NISTAL BURÓN, J., «El concepto de error penitenciario en la ejecución penal. Su encaje jurídico en
el marco legal de la responsabilidad patrimonial del Estado», Diario LA LEY núm. 7725, octubre de
2011.
Ver Texto
(24)
Art. 349: en todos los casos en que la pena impuesta sea de privación de libertad, se practicará
por el Secretario del Tribunal, dentro de los tres días siguientes a la fecha en que se reciba el
procedimiento, una liquidación de condena que comprenderá los siguientes extremos: A) fecha en
que el reo fue detenido o constituido en prisión. B) fecha en que se hizo ejecutoria la sentencia. C)
tiempo que le fuere de abono por haber estado en prisión preventiva o atenuada, detenido o
arrestado por los mismos hechos. D) duración de la condena. E) tiempo que le fuera de abono, en
Diario LA LEY
26/05/2015
25/27
su caso, por indulto. F) tiempo que le reste por cumplir, después de deducido el abono, y el día en
que dejase extinguida su condena, con indicación, si es militar, de si ha de volver o no al ejército.
Si tuviere que cumplir previamente otras condenas, no se señalará el día de extinción.
Se hará el cómputo por fechas con expresión de años, meses y días y se observarán las reglas
siguientes: 1. Cuando la pena sea de un número de meses completos se contarán de treinta días.
2. Cuando sea de años completos se contarán de trescientos sesenta y cinco días.
Ver Texto
(25)
La Real Orden de 29 de enero de 1901, que desarrollaba la Ley de 17 de enero de 1901, sobre
abono de prisión preventiva concretaba que el abono de la prisión preventiva realizado en la fase
de ejecución y, por tanto, con posterioridad a la sentencia, debe revestir la forma de auto.
Ver Texto
(26)
El Pleno no Jurisdiccional de la Sala Segunda del Tribunal Supremo de 19 de diciembre de 2013
estableció el Acuerdo del siguiente tenor: «La obligación de comparecencia periódica ante el
órgano judicial es la consecuencia de una medida cautelar de libertad provisional. Como tal medida
cautelar puede ser compensada conforme al art. 59 atendiendo al grado de aflictividad que su
efectivo y acreditado cumplimiento haya comportado».
Ver Texto
(27)
Con anterioridad a esta postura, se abonaba a la prisión medidas cautelares de igual naturaleza
como el abono a las situaciones de prisión preventiva, detención, internamiento cautelar por causa
penal, arresto del quebrado acordado en procedimientos concúrsales y prisión provisional
atenuada del art. 508 LECrim.
Ver Texto
(28)
En la inmensa mayoría, estas comparecencias no constan en el expediente que ha sido elevado al
juzgado sentenciador, puesto que el inculpado hasta sentencia habría seguido compareciendo ante
el instructor.
Ver Texto
(29)
ATS 2348/2009, de 22 de octubre (LA LEY 206027/2009), «El Auto de licenciamiento, que no es
en absoluto baladí, automático o meramente ritual, sino que tiene la importante función de
verificar la forma en que se cumplen las penas acumuladas, el cómputo de éstas y la manera de
efectuarse ese cómputo, en definitiva, el Auto de licenciamiento definitivo, al hacer aquella
concreción definitiva, comprobando la forma de cumplimiento, debe aplicar la norma penal vigente
—arts. 75 y 76.1 del Código Penal de 1995, equivalentes a los arts. 69 y 70 del anterior Código—
interpretada conforme a doctrina jurisprudencial vigente en el momento en que se dicta (STS 14
de noviembre de 2008)».
Diario LA LEY
26/05/2015
26/27
Ver Texto
(30)
También para el TC, S 148/2013 (LA LEY 145703/2013) «De su lectura [del art. 58.1 CP] no
resulta la posibilidad de abono del tiempo de privación de libertad sufrido provisionalmente en una
causa, en otra causa distinta o en la resultante de la acumulación de condenas. Antes al contrario,
el precepto indica que el abono se efectuará en "la causa en que dicha privación fue acordada"».
Ver Texto
(31)
En primer lugar, porque se ha de recordar que las penas de prisión se cumplen sucesivamente
atendiendo a su orden de gravedad (art. 75 CP) y en su caso se aplicará, como ocurriría en el
presente supuesto, el límite jurídico decretado en virtud del art. 76 CP; es decir, el reo va
cumpliendo cada una de las penas de prisión impuestas hasta llegar al límite máximo de los 25
años, y sobre cada una de las penas de prisión que ha de ir cumpliendo se van descontando los
días a los que tuviera derecho el penado, bien por beneficios penitenciarios o bien porque haya
coincidido su situación de penado con la de preso preventivo. En definitiva, ese período en el que
coincidió la situación de penado con la de preso preventivo se descuenta, no del límite jurídico de
25 años, sino de las penas que ha de ir cumpliendo el reo ATS 1127/2011 (LA LEY
243564/2011).
Ver Texto
(32)
El TS declara en STS 344/2012, de 8 de mayo (LA LEY 58021/2012) que «en reiterados
antecedentes jurisprudenciales hemos declarado que la precedencia del abono de la prisión
preventiva ha de realizarse sobre cada pena objeto de la condena, en los supuestos en los que
sea procedente por la concurrencia de una preventiva y otra pena en ejecución, pero no sobre el
límite máximo de cumplimiento, pues esta pena resultante no es una nueva pena, sino un límite en
la ejecución de la pena (...) Sobre ese máximo de cumplimiento se abonará la prisión preventiva
sin que sea factible su cómputo duplicado»
Ver Texto
(33)
ATS 1127/2011, de 14 de septiembre (LA LEY 243564/2011).
Ver Texto
Diario LA LEY
26/05/2015
27/27
Diario LA LEY
26/05/2015
Descargar