FACTORES DETERMINANTES DEL CRECIMIENTO Y LA CONVERGENCIA. UN ANÁLISIS PARA LA UNIÓN EUROPEA Isabel Pardo García Área de Política Económica Facultad de Ciencias Sociales de Cuenca Universidad de Castilla-La Mancha [email protected] El objetivo de este papel es analizar los factores determinantes del crecimiento y la convergencia en la Unión Europea. En el proceso de convergencia hay que considerar dos elementos, los factores que la explican y la evidencia empírica acerca del proceso. Para el conjunto de la Unión Europea, las diferencias regionales, medidas por el PIB per cápita, han disminuido para ciertos periodos, se han mantenido e incluso, han incrementado en otras etapas. Los diferentes informes Sobre la cohesión económica y social, que regularmente publica la Comisión Europea, muestran que las diferencias en el PIB per cápita son explicadas, básicamente, por las diferencias en sus estructuras productivas, por el grado de actividad innovadora, por la facilidad de acceso a las regiones, que remite a su nivel relativo de infraestructuras de transporte y por la cualificación de su mano de obra. Este análisis nos permite obtener algunas conclusiones para la política de cohesión económica y social de la Unión Europea, en la medida que informa de cuáles son las actuaciones más apropiadas para que las regiones menos desarrolladas converjan con las más desarrolladas. FACTORES DETERMINANTES DEL CRECIMIENTO Y LA CONVERGENCIA. UN ANÁLISIS PARA LA UNIÓN EUROPEA 1. INTRODUCCIÓN Los economistas se han preocupado por determinar los factores que favorecen el crecimiento y la convergencia entre países y regiones. La literatura económica ofrece argumentos contrapuestos. Para el pensamiento neoclásico (tesis de la convergencia) el mercado favorece el crecimiento de las regiones atrasadas y finalmente la convergencia. Por el contrario, para la tesis de la divergencia, las posibilidades de crecimiento son diferentes para cada región y el proceso de crecimiento no favorece la convergencia. Desde la década de los años ochenta han cobrado auge los modelos de crecimiento endógeno. Desde su punto de vista la convergencia entre espacios es difícil como consecuencia de las diferencias que existen entre regiones en términos de infraestructuras, nivel de Investigación y Desarrollo y cualificación del capital humano. Tras la exposición de las diferentes teorías el papel analiza, en la tercera sección, la evidencia empírica acerca de la convergencia y los factores que la explican. Este análisis nos permite extraer algunas conclusiones para la política económica y la cohesión social que se exponen en la sección cuarta. 2. CRECIMIENTO Y CONVERGENCIA. ANÁLISIS TEÓRICO 2.1. Teorías de la convergencia regional. Las teorías de la convergencia regional descansan en supuestos neoclásicos. En una economía competitiva donde los precios son flexibles, los recursos están plenamente utilizados y hay rendimientos constantes de escala, el crecimiento está determinado por las tasas de crecimiento del capital y del trabajo. Las diferencias en el crecimiento de las regiones dependen del crecimiento del capital y del trabajo. En un mundo neoclásico (competencia perfecta y movilidad de los factores de producción), el capital y el trabajo se desplazan hacia las regiones que ofrecen mayores rendimientos. Los empresarios invierten donde tienen más beneficios y los trabajadores se dirigen a las regiones que les pagan salarios más altos. 2 Las diferencias en la rentabilidad de los factores y su movilidad explican la convergencia. Las regiones con salarios altos reciben trabajo y pierden capital, mientras que las regiones con bajos salarios atraen capital y pierden trabajo. Al final del proceso las rentas convergen. 2. 2. Teorías de la divergencia regional. Para las teorías de la divergencia, una vez que se inicia el crecimiento en un determinado lugar, el mercado no ayuda a la convergencia sino que favorece la coencentración de la actividad. Para Myrdal (1959) el proceso de crecimiento se inicia en lugares con ventajas iniciales. Una vez iniciado el proceso, el libre funcionamiento del mercado beneficia a las regiones con condiciones favorables. Además los movimientos del trabajo y el capital aumentan las diferencias. Las regiones que crecen atraen mano de obra desde las regiones atrasadas. Por otro lado, la de mano de obra que emigra coincide con la población más joven, emprendedora y con más formación, por tanto, favorece a las regiones que crecen y perjudica a las rezagadas. El capital también perpetúa las desigualdades. Las expectativas de crecimiento favorecen nuevas inversiones; sin embargo, en las regiones más pobres no hay expectativas de crecimiento que impulsen la inversión, por lo que la demanda de capital permanece a niveles relativamente bajos. El concepto de polo de crecimiento (Perroux, 1955) remite a las interrelaciones entre los centros de crecimiento y su entorno más cercano. El crecimiento se manifiesta de manera aislada en determinados lugares que se constituyen en centros o polos de crecimiento, desde los que se expande al conjunto de la economía. Donde se inicia el crecimiento existen industrias motrices que favorecen el surgimiento y establecimiento de más industrias. El resultado final es un espacio estructurado en centros de crecimiento. 2.3. La nueva concepción del espacio y el desarrollo endógeno. Durante las últimas décadas del siglo XX hay un cambio de orientación condicionado por la crisis de 1973. Las consecuencias de esta crisis, distinta incidencia espacial y generalización del problema del desempleo, obligan a analizar los factores que explican el desarrollo de los espacios. En el nuevo pensamiento destacan las estrategias de desarrollo local, que surgen desde abajo, y las estrategias de desarrollo endógeno que promueven la capacidad de adaptación de los respectivos territorios. 3 El potencial de desarrollo endógeno (Wadley, 1988) comprende todos los factores que pueden contribuir al progreso desde la propia región, tales como los recursos materiales y los que ofrece el entorno, las infraestructuras de transporte y de comunicaciones, las estructuras urbanas, así como el capital físico y el capital humano, entendiendo por este último el nivel de instrucción, de cualificación, la aptitud para dirigir una empresa y el ingenio de los habitantes de la región de que se trate. Estos elementos también adquieren una posición central en las “nuevas” teorías del crecimiento de Romer, Lucas, Grossman y Helpman, para explicar el crecimiento. Para estos autores, el carácter de autoalimentación que se produce en el desarrollo de la tecnología, la inversión en I+D y la disponibilidad y calidad del capital humano, permite afirmar que los espacios que en un determinado momento histórico tomaron la iniciativa en dichos aspectos o tenían mejor dotación relativa, la pueden mantener durante períodos prolongados (Cuadrado y Mancha, 2000). 3. LA EVIDENCIA EMPÍRICA DE LA CONVERGENCIA. ¿Cuáles de las teorías expuestas confirma la realidad? O de otra manera, ¿la evolución de las disparidades regionales nos permite afirmar que se ha producido la convergencia o por el contrario, que se han mantenido o aumentado las diferencias entre espacios? Y si la respuesta es esta última ¿qué factores explican las diferencias entre regiones? En principio, la evidencia empírica no es concluyente. Los estudios al respecto muestran períodos de tiempo en los que la evolución del PIB per-cápita confirma una disminución de las diferencias interregionales (convergencia) y otros en las que éstas se han mantenido o, incluso, han aumentado. 3.1. Disparidades económicas e indicadores. 3.1.1. Indicadores. El PIB per cápita expresados en unidades de poder adquisitivo (UPA) es un buen indicador para evaluar el nivel de desarrollo económico de las regiones y las disparidades entre ellas (Comisión de las Comunidades Europeas, 2001). Es el indicador recogido en los reglamentos de los Fondos Estructurales además de ser el que utilizan convencionalmente otros organismos internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y las Naciones Unidas, las universidades, los centros de investigación, los bancos centrales y las empresas 4 privadas. Las razones para elegirlo son las siguientes (Comisión de las Comunidades Europeas, 2001): • el PIB, es por definición el mejor indicador de la economía regional. • Es un buen indicador de la renta regional antes de las transferencias públicas y privadas. • Es estadísticamente sólido y normalmente se disponen de cifras regionales en un período de tiempo razonable. • El PIB per cápita en unidades de poder adquisitivo corrige las diferencias en los niveles de precios al realizar el ajuste que permite conocer cuántos productos y servicios pueden comprarse realmente con una cantidad dada de dinero. 3.1.2. Evolución de las disparidades económicas. Aunque los resultados no son concluyentes respecto a la evolución de las disparidades regionales, podemos diferencias tres etapas en los procesos de convergencia-divergencia en la Unión Europea (Cuadrado Roura y Mancha Navarro, 2000). Desde 1960 hasta mediados de la década de los setenta, la evolución del PIB por habitante muestra una disminución de las diferencias interregionales, es decir, es una etapa de convergencia. Esta tendencia se explica por el comportamiento de las economías nacionales y por los movimientos migratorios desde los países (regiones) con niveles de ingresos más bajos hacia las zonas más ricas e industrializadas. A partir de mediados de la década de los años setenta, coincidiendo con la crisis del petróleo, la convergencia económica por regiones y por países se detiene en el conjunto de la UE al igual que en el interior de sus países. Es más, hasta mediados de la década de los años 1980, las diferencias entre países empeoran en algunos casos. Este cambio de tendencia se explica por la crisis internacional y la generalización de los problemas regionales y de desempleo. En la tercera etapa, desde mediados de la década de los años ochenta hasta el año 2000, las divergencias regionales se estabilizan pese al crecimiento general de la Unión Europea. De acuerdo con los datos de la tabla 1, existen diferencias entre los países de la cohesión (España, Grecia y Portugal) y el resto de países de la UE. Los niveles relativos de riqueza de estos países, expresados como PIB per cápita en UPA, sólo representan un 67 y 82 por 100 de media de la Unión, mientras que el resto de países están en la media o por encima. 5 Estas diferencias se mantienen pese a la convergencia que han logrado estos tres países durante los últimos diez años. España y Grecia han disminuido su diferencia con respecto a la media de la Unión Europea en 9 y 10 puntos respectivamente, mientras que Portugal lo ha hecho en 17 puntos. El caso más representativo de la convergencia que se ha producido en este período es el de Irlanda que, a partir del año 1997 se sitúa por encima de la media de la UE en 14 puntos porcentuales. Pero el proceso de convergencia es a largo plazo, con los ritmos actuales de convergencia son necesarios 20-30 años para eliminar totalmente las diferencias. Las diferencias entre las regiones de la UE son superiores que las diferencias entre los Estados miembros. Como se puede observar en el mapa 1, las regiones con el mayor PIB per cápita (125, media UE26=100) son las capitales del norte y las regiones más ricas del sur de Alemania y el norte de Italia. Para el PIB entre 100 y 125, el número de regiones aumenta, muchas de las regiones del Reino Unido, algunas de Austria, Bélgica, Madrid y Roma. El extremo inferior (50-75 y 75-100) lo ocupan las regiones de Grecia, los DOM franceses, Portugal, España y sur de Italia. Además, hay que considerar que las diferencias se mantienen dentro de los Estados miembros. En España, el PIB per cápita es alto en Madrid y Cataluña y ha aumentado en la década de los años noventa; el País Vasco y Navarra también han evolucionado positivamente, pero las regiones más alejadas del noroeste y del sur menos desarrollado tienen peores resultados, su PIB ha crecido menos que la media y las diferencias regionales han aumentado. En cuanto a los países de la ampliación, la diferencia entre los niveles de PIB per cápita sigue siendo significativa. Malta, Chipre, la República Checa y Eslovenia son los únicos países en los que en 2002 su PIB per cápita representa más de un 60 por 100 de la media comunitaria. En Polonia, Estonia y Lituania sólo un 40 por 100 de la media y en Bulgaria y Rumania sólo un 26-27% de la media. 3.2. Factores determinantes de la convergencia. El uso de modelos económicos para analizar las tendencias del desarrollo regional son útiles porque permiten predecir los resultados de los próximos años si se mantienen las tendencias y las economías regionales se comportan como en el pasado. En este sentido, el Segundo Informe sobre la cohesión económica y social indica que estos modelos confirman que, incluso, manteniéndose las tendencias actuales, son necesarias varias décadas para eliminar las diferencias regionales y lo que es más importante, que no existen garantías de que dichas diferencias vayan a desaparecer. La razón de ello estriba en que aunque estas regiones 6 convergieran con el paso del tiempo hacia su propio nivel de equilibrio, sus propias dotaciones relativas de factores les pueden impedir esta convergencia. En esta misma línea el Sexto Informe sobre la situación y la evolución socioeconómicas de las regiones de la Unión Europea, se pregunta por cuáles son los factores que explican las diferencias en el PIB entre regiones1. Y, pese a que advierte, que dichos resultados hay que tomarlos con cautela, un estudio realizado al respecto a propuesta de la Comisión, muestra que las diferencias en el PIB se pueden explicar en casi dos tercios por las diferencias en la estructura productiva, por el grado de actividad innovadora, por la facilidad de acceso a las regiones –que remite a su nivel relativo de infraestructuras de transporte- y por la cualificación de su mano de obra.. En consecuencia, superar las diferencias que existan en estos factores2 entre regiones puede ayudar a que converjan en el largo plazo. En este sentido, el Tercer Informe sobre la cohesión Económica y social, subraya la importancia de que la política regional favorezca todos estos factores de cara a aumentar la competitividad de la Unión Europea y garantizar la cohesión económica y social. 3.2.1. Las infraestructuras. Las inversiones en infraestructuras de transporte, energía, telecomunicaciones e instalaciones medioambientales son básicas para superar las dificultades que encuentran las regiones menos desarrolladas. Un buen sistema de transportes fomenta la cohesión ya que mejora el acceso a las regiones periféricas, a través de la reducción de los costes de transporte tanto para mercancías como para las personas que se desplazan por ocio o trabajo. Es decir, se alteran las ventajas comparativas de estar situado en las distintas regiones. Las telecomunicaciones son el sustituto moderno de las conexiones realizadas mediante los transportes y un requisito previo para el desarrollo de industrias y servicios modernos que se apoyan en el teléfono, telefax y los sistemas de transmisión de datos. Las instalaciones medioambientales limitan los daños ecológicos que se producen cuando aumenta el desarrollo. Para analizar la influencia de la formación de capital en los resultados económicos hay que observar el stock de capital acumulado. La tabla 2 muestra que los países de la cohesión La preocupación por estos factores ya se apunta en informes precedentes. Por ejemplo, en el Quinto Informe se afirma que las diferencias en la renta per cápita están estrechamente relacionadas con la insuficiencia de las infraestructuras y los bajos niveles de cualificación de la mano de obra. 2 La influencia de estos factores en el desarrollo y la desigual dotación por espacios se puede consultar en Commission of the European Communnities (1991), Comisión Europea (1994), Comisión Europea (1999) y Comisión de las Comunidades Europeas (2001). Así mismo una revisión teórica de la relación entre infraestructuras y desarrollo regional se puede consultar en Gil Canaleta, Pascual Arzoz y Rapún Gárate (1998). 1 7 (España, Grecia, Irlanda y Portugal), tienen un stock de capital menor que los países más prósperos. Su stock de capital en 1999 es el 55 por 100 del que dispone la Unión en su conjunto. Este dato confirma que aunque la tasa de inversión de los países de la cohesión es superior –un elevado porcentaje de los recursos de política regional lo gastan en infraestructuras- el ritmo al que se reducen las diferencias es lento. En el año 1989, su stock de capital representaba, en promedio, un 49 por 100 del stock de capital de la Unión Europea en su conjunto. 3.2.2. La inversión en investigación y desarrollo tecnológico (IDT). Generalmente se acepta que la competitividad de las empresas y de las instituciones públicas son un factor clave en el desarrollo económico de los espacios Las innovaciones, tanto de productos como de procesos, son determinantes en la mejora de la eficiencia y competitividad de los procesos productivos. En el primer caso, contribuyen a la disminución de costes y a mejorar la calidad de los productos y en el segundo, porque aumentan la flexibilidad de la producción y permiten una respuesta más rápida del mercado. En el tema de la IDT además del nivel relativo en comparación con otras zonas o espacios es determinante la capacidad de asimilación de las nuevas tecnologías. En los espacios más atrasados de la Unión Europea un programa de inversiones en grandes centros de investigación básica no es la solución más adecuada, ya que las tecnologías pueden adquirirse en el exterior. El escollo fundamental que hay que salvar en los espacios menos desarrollados es la carencia de receptividad con respecto a la IDT (Comisión Europea, 1994), En general, las empresas y sobre todo, las pequeñas empresas no son conscientes de su papel determinante y no desarrollan líneas de conducta apoyadas en la introducción constante de nuevos productos y procesos. Además la preparación y cualificación de la mano de obra son determinantes en la adaptación regional. Este hecho nos remite a otro obstáculo en los espacios menos desarrollados, como es la cualificación y preparación de su mano de obra. En consecuencia actualmente se acepta que la capacidad de las economías regionales para adaptarse a los cambios técnicos está relacionada con su capacidad para innovar, lo que coloca a la innovación y la tecnología en un lugar prioritario en las políticas regionales (Comisión de las Comunidades Europeas, 2001), dado que en la Unión Europea la capacidad para innovar varía significativamente de una región a otra. En el mapa 2 se pueden observar las diferencias que existen entre las regiones de la Unión Europea. El gasto en IDT de las empresas está concentrado en las regiones más 8 avanzadas de la Unión. De hecho, las diez regiones que más gastan en IDT, situadas en Alemania, Reino Unido, Francia y Finlandia, representan alrededor de un tercio del gasto total de la Unión. Al mismo tiempo, 17 de las 25 regiones menos intensivas en IDT (menos de un 25 por 100 de la media de la Unión) son regiones objetivo 1. Estas diferencias regionales entre los países de la Unión Europea son más acuciantes en los países de la cohesión. En ellos las diferencias entre regiones son muy elevadas. Por ejemplo en Grecia, más de la mitad del gasto en IDT se realiza en Attiki, donde se encuentra Atenas. En España, más de tres cuartas partes del gasto en IDT de las empresas se concentra en las regiones de Madrid, Navarra, País Vasco y Cataluña. El gasto público es más parecido en las distintas regiones, si bien el. nivel del mismo en las regiones objetivo 1 no permite compensar la enorme diferencia que existe en cuanto al gasto de las empresas En suma, los sistemas científicos y tecnológicos de los espacios menos desarrollados de la Unión Europea se caracterizan por su baja intensidad en IDT, el excesivo peso que le corresponde al sector público, la escasa participación del sector privado, los bajos vínculos con el sector productivo y los bajos niveles de transferencia de tecnología. 3.2.3. La formación del capital humano. La educación básica es esencial para mejorar la capacidad de la población trabajadora, aumenta las probabilidades de los jóvenes de encontrar su primer empleo y es una preparación esencial para la educación y la formación posteriores. Además existe un mecanismo indirecto por el que, el capital humano contribuye al crecimiento y desarrollo de los espacios. Este mecanismo indirecto según Martín (2000) se manifiesta a través del estímulo que la mejora en la cualificación del capital humano incide en la generación de innovaciones propias y en la asimilación de las innovaciones desarrolladas en otros países. Según esta autora, diversos estudios confirman que las posibilidades de que países con bajos niveles de renta reduzcan sus diferencias con las economías más avanzadas dependen de la disponibilidad de mano de obra con conocimientos suficientes para adaptar y asimilar las tecnologías. En consecuencia la existencia de sistemas eficaces de formación y educación son importantes para elevar la productividad y fomentar el crecimiento económico, pero también es cierto que existen notables diferencias entre los países de la Unión Europea en lo que se refiere a educación y formación (Comisión de las Comunidades Europeas, 2001). El mapa 3 representa los niveles de estudio en la Unión Europea en 2002 para la población comprendida entre 25 y 64 años, las regiones menos desarrolladas de la Unión 9 Europea, tienen un porcentaje muy elevado de su población con niveles de formación bajo, mientras que en los países nórdicos, Bélgica y el Reino Unido, un cuarto por ciento de su población tiene niveles de estudio alto, es decir, título universitario o equivalente. El hecho de que la proporción de la población con estudios superiores sea más baja en las regiones objetivo 1 es significativo porque los conocimientos básicos condicionan la actualización continua que requiere la evolución tecnológica, científica y económica de la sociedad y también porque, en casi todos los Estados miembros, el nivel de estudios es importante para encontrar un empleo. 4. POLÍTICA REGIONAL Y COHESIÓN SOCIAL EN LA UNIÓN EUROPEA. Según el análisis realizado, las regiones de la Unión Europea tienen desigual dotación de infraestructuras, de inversiones en investigación y desarrollo tecnológico y desigual formación de su capital humano. Además, las regiones menos desarrolladas son las que tienen peor dotación relativa de estos factores. Por tanto, de acuerdo con la evidencia empírica y dado el impacto que dichos factores tienen en el crecimiento económico, para garantizar la convergencia en el largo plazo y la cohesión económica y social en la Unión Europea es necesario que las intervenciones de la política regional mejoren dicha dotación. El análisis de las inversiones de la política regional en las regiones objetivo 1 refleja que estas regiones han concentrado sus esfuerzos en superar las deficiencias en materia de infraestructuras. Aunque la existencia de importantes déficit en este terreno, que son una traba para las inversiones privadas, justifica el predominio en materia de transporte y comunicaciones, contrasta con el desarrollo de las telecomunicaciones, la promoción de la investigación, desarrollo e innovaciones tecnológicas o los equipamientos de formación y sanitarios, cuya importancia es mucho menor. Además hay que considerar la distribución del presupuesto comunitario para I+D. Las políticas horizontales (investigación y desarrollo tecnológico y capital humano) no se distribuyen según criterios de equidad y los gastos se concentran en las regiones más desarrolladas. Esta desigual distribución de recursos puede aumentar las diferencias en el largo plazo. 10 5. BIBLIOGRAFÍA Comisión de las Comunidades Europea (2001): Unidad, solidaridad, diversidad para Europa, su gente y su territorio, Segundo Informe sobre la cohesión económica y social, Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas, Luxemburgo. Existe versión electrónica disponible en http://www.europa.eu.int Commission of the European Communities (1991): The regions in the 1990s. Fourth periodic report on the social and economic situation and development of the regions of the Community, Office for Official Publications of the European Communities, Luxembourg. Comisión Europea (1994): Competitividad y cohesión: las tendencias de las regiones. Quinto informe periódico sobre la situación y la evolución socioeconómica de las regiones de la Comunidad. Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas, Luxemburgo. Comisión Europea (1999): Sexto informe periódico sobre la situación y la evolución socioeconómicas de las regiones de la Unión Europea, Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas, Luxemburgo. Comisión Europea (2004): Una nueva asociación para la cohesión. Convergencia, competitividad, cooperación, Tercer Informe sobre la cohesión económica y social, Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas, Luxemburgo. Cuadrado Roura, J.R. y Mancha Navarro, T. (2000): “Política regional y de cohesión” en Jordán Galduf, J. Mª (coord.): Economía de la Unión Europea, Civitas, Madrid. Gil Canaleta, C.; Pascual Ardoz, P. y Rapún Garate, M. (1998): “La política de infraestructuras y equipamiento en la Unión Europea” en Mella Márquez, J. M. (1998)(coord..): Economía y Política Regional en España ante la Europa del siglo XXI, Akal, Madrid. Myrdal, G. (1979): Teoría económica y regiones subdesarralladas, Fondo de Cultura Económica, México (quinta reimpresión de la edición en castellano de 1959, edición original en inglés de 1957). Perroux, F. (1955): “Note sur la notion de “Pôle de croissance”, Economie Apliquée, págs 305320. Wadley, W. (1988): “Estrategias de desarrollo regional”, Papeles de Economía Española, nº 35, págs 96-114. 11 6. ANEXO Tabla 1 Crecimiento del PIB y de la población en los países de la cohesión, 1988-2000 Periodo EL E IRL P UE31 UE122 UE152 88-98 1,9 2,6 6,4 3,0 2,5 1,9 2,0 88-93 1,2 2,0 4,4 2,6 2,0 1,7 1,7 93-98 2,6 3,1 8,5 3,4 3,1 2,3 2,4 estimaciones 98-00 3,6 3,9 8,7 3,3 3,8 2,8 2,9 Variación porcentual anual media de la población 88-98 0,5 0,1 0,5 0,0 0,2 0,4 0,4 88-93 0,7 0,1 0,2 -0,2 0,2 0,6 0,5 93-98 0,3 0,1 0,7 0,2 0,2 0,3 0,3 estimaciones 98-00 0,6 0,1 1,0 0,2 0,2 0,3 0,3 PIB per cápita (UPA), UE15 = 100 1988 58,3 72,5 63,8 59,2 67,8 106,6 100,0 1989 59,1 73,1 66,3 59,4 68,4 106,4 100,0 1990 57,4 74,1 71,1 58,5 68,6 106,4 100,0 1991 60,1 78,7 74,7 63,8 73,0 105,2 100,0 1992 61,9 77,0 78,4 64,8 72,3 105,3 100,0 1993 64,2 78,1 82,5 67,7 74,0 105,0 100,0 1994 65,2 78,1 90,7 69,5 74,4 104,9 100,0 1995 66,1 78,4 93,3 70,9 75,0 104,8 100,0 1996 66,9 79,5 94,1 71,1 75,9 104,6 100,0 1997 66,0 80,0 103,8 74,3 76,6 104,5 100,0 1998 66,0 81,1 108,2 75,3 77,5 104,3 100,0 1999 66,8 82,5 114,0 76,1 78,7 104,1 100,0 2000 67,3 83,1 118,9 75,3 79,0 104,0 100,0 Variación porcentual anual media del PIB estimations 1 EL + E + P Tasas de crecimiento 88-98 y 88-93: excluidos los nuevos Länder alemanes Fuente: Comisión de las Comunidades Europeas. Segundo Informe sobre la cohesión económica y social 2 12 Tabla 2.Stock de capital, 1989 y 1999 millones de euros (precios de 1999) 1999 1989 Stock de capital neto Stock de capital bruto Población (miles) SCN per cápita SCN por ocupado SCB per cápita Stock de capital neto Stock de capital bruto Población (miles) SCN per SCN por cápita ocupado SCB per cápita B 303306 536137 9928 30552 84583 54005 452389 771029 10214 44292 113455 75489 DK 316797 549552 5130 61756 120441 107130 417763 742244 5314 78622 154270 139688 D 4017994 6341880 78390 51257 146615 80902 6000812 9368420 82037 73148 166277 114197 EL 165950 324108 10058 16499 45207 32224 259856 457886 10522 24697 65958 43518 E 1000548 1678093 38757 25816 82050 43298 1438887 2253212 39394 36525 104472 57196 F 2226545 3862083 56270 39569 102388 68635 2972445 5173348 58973 50403 130631 87724 IRL 86874 144589 3515 24715 79301 41134 124679 201753 3735 33382 78276 54018 I 2532457 4115837 56649 44704 121699 72655 3111910 4873882 57613 54014 150935 84597 L 19006 33579 375 50697 123819 89567 36431 62189 429 84880 206874 144894 NL 575791 1012171 14805 38891 95483 68366 783393 1360567 15760 49707 103016 86329 A 409796 621443 7628 53722 115699 81468 652446 974717 8083 80720 177406 120591 P 152803 227353 9955 15349 33447 22838 264081 402395 9979 26462 54674 40322 FIN 410202 687623 4954 82796 168792 138791 342045 580807 5160 66292 146630 112567 S 534153 909778 8459 63147 117523 107553 552566 911030 8854 62406 136301 102891 UK 2351218 3879999 57258 41064 88539 67763 2999960 4776047 59280 50607 110670 80568 UE 15103440 24924224 362130 41707 97287 68827 20409663 32909524 375346 54376 131468 87678 13 Mapa 1. PIB per cápita por regiones (UPA), 2001. Fuente: Comisión de las Comunidades Europeas, Tercer Informe para la cohesión económica y social. 14 Mapa 2. Gasto en I+D, 2000. Fuente: Comisión de las Comunidades Europeas, Tercer Informe para la cohesión económica y social. 15 Mapa 3. Niveles de estudios, 2002 Fuente: Comisión de las Comunidades Europeas, Tercer Informe para la cohesión económica y social. 16