El 21 de octubre Rebélate contra la Pobreza MÁS HECHOS, MENOS PALABRAS Las cifras de pobreza que ofrecen los últimos informes de los organismos internacionales no pueden ser más escépticas sobre el nivel de cumplimiento que los países ricos están haciendo de los acuerdos firmados para erradicar la pobreza extrema en el mundo. Este “terrorismo silencioso” que condena a muerte a 20.000 personas cada día sigue sin ser una prioridad para quienes detentan la responsabilidad de gobernar. En el año 2000, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la Declaración del Milenio, en la cual 189 jefes de Estado se comprometían a llevar a cabo ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) como punto de partida para erradicar la pobreza extrema, promover la dignidad humana y la igualdad, y alcanzar la paz, la democracia y la sostenibilidad ambiental. Seis años después, no sólo no se está avanzando, sino que en muchos aspectos se está retrocediendo. Para que se cumplan los ODM, es imprescindible que se aumente la ayuda a los países más pobres, se cancele su deuda externa y se adopten normas comerciales más justas que pongan en igualdad de oportunidades a los mercados del Norte y del Sur. Las promesas que se han hecho en este sentido han sido todas incumplidas. Después de una presión masiva ejercida por las campañas a nivel mundial, entre ellas la Campaña Pobreza Cero de la CONGDE, los 8 países más ricos del mundo adoptaron en 2005, en la cumbre de Gleneagles (Escocia), una serie de medidas dirigidas a los países más pobres. Así, en ayuda al desarrollo se acordó destinar 50.000 millones de dólares anuales para combatir la pobreza. Sin embargo, la ayuda ha sido sólo de 20.000 millones de dólares y, además, la mayor parte de ese aumento –un 80%- procede de la cancelación de la deuda a Irak y a Nigeria. Además, la ayuda de los países ricos ha disminuido un 25% en los últimos 15 años. Según el propio presidente del Banco Mundial, esto es “un acto criminal” que llevará a la muerte a más de 45 millones de niños y niñas para 2015. Sólo Dinamarca, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega y Suecia han alcanzado el 0’7% de su renta para ayuda. Asimismo, para que se cumplan los ODM habría que cancelar el total de la deuda externa de los 62 países más pobres del mundo. El G-8 se comprometió únicamente a cancelar la deuda de 18 países pobres; pero ni siquiera eso se ha cumplido. Sólo en los últimos cinco años, los países del África subsahariana han pagado más de 65.000 millones de dólares en concepto de deuda externa. Además, para que a estos países se les condone la deuda tienen que “cumplir” los requisitos que imponen los países ricos, entre otros la privatización de los servicios públicos y la apertura de sus mercados a las economías del Norte. Por último, el anuncio de la liberalización del mercado para los países pobres se ha quedado en una declaración de buenas intenciones. El fracaso de la Ronda de Desarrollo de Doha es su máxima evidencia. Los países del Norte se niegan a modificar unas normas comerciales que beneficien a sus mercados y continúan otorgando millonarios subsidios a sus productores agrícolas, condenando así a la pobreza a millones de campesinos en el mundo. Si África subsahariana hubiera conservado la misma parte de las exportaciones mundiales que tenía en 1980, el volumen de sus ventas sería hoy de 119.000 millones de dólares, una suma cinco veces mayor que toda la ayuda dada por los países ricos al continente desde 2002. Argibide gehiagorako Donostiako Zero Pobrezia Plataforma. Tel.: 943 46 35 26 E-posta: [email protected] www.pobrezacero.org La contribución de España al logro de los ODM constituye un imperativo político y ético, que atañe a toda la ciudadanía. Es por ello que debemos exigir de nuestro gobierno un aumento de la Ayuda Oficial al Desarrollo hasta alcanzar el 0’7% del PIB, mejorar la calidad de la ayuda – destinando los recursos allá donde más se necesitan-, cancelar el 100% de la deuda externa de los países más pobres y trabajar por unas normas de comercio más justas. Hasta ahora, las declaraciones de los líderes mundiales han buscado más réditos políticos que soluciones reales para la pobreza. Es tiempo de realizar acciones políticas que resuelvan los problemas. Necesitamos hechos, no palabras. Porque sabemos que erradicar la pobreza es posible. Sabemos que existen recursos y tecnologías suficientes para ello, que nunca antes en la historia de la Humanidad se tuvo la oportunidad que tenemos en este momento para lograr que la pobreza pase a la historia. Y es una tarea colectiva, el reto de nuestra generación. Por esta razón, volveremos a salir a la calle el próximo 21 de octubre en numerosas ciudades españolas, bajo el lema “Rebélate contra la Pobreza. Más hechos, menos palabras”. Sólo si los ciudadanos presionamos, lograremos que, por fin, de una vez por todas, se tomen las medidas definitivas para que nunca nadie más tenga que morir de hambre o por enfermedades fácilmente evitables. Plataforma Pobreza Cero Donostia Argibide gehiagorako Donostiako Zero Pobrezia Plataforma. Tel.: 943 46 35 26 E-posta: [email protected] www.pobrezacero.org