el oro del banco de españa y la historia „del vita”

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Se levanta el telón:
EL ORO DEL BANCO
DE ESPAÑA
Y LA HISTORIA „DEL VITA”
Por
Manuel
González
Bastante
„En torno al tesoro del Vita se animó, durante años, y aún es actual, la versión
de que los refugiados republicanos en México vivieron en la opulencia gracias
al oro, alhajas y demás valores .robados1 y trasladados a México. Y no faltó la
versión, las informaciones malévolas, de que el gobierno mexicano, en aquella
época, había solucionado graves problemas de su Tesorería al disponer del
tesoro del Vita. Las nuevas generaciones deben conocer la verdad, bien que
esta pueda herir y hasta enfurecer a los supervivientes de los administradores
de una escandalosa piratería.
Como secretario adjunto de la Comisión Ejecutiva de la Unión General de
Trabajadores de España, durante la República; como presidente de la Federa­
ción Nacional de Banca y del Sindicato de Madrid; y como director general
de la Caja de Reparaciones, organismo del que provenía la mayor parte del
cargamento del Vita, he considerado un deber la elaboración del presente
trabajo, para las actuales generaciones que no conocieron los problemas que
se debatieron en la emigración durante los cuarenta años del régimen de
dictadura a que estuvo sometido el pueblo español. Esta emigración que fue
una parte desgarrada de nuestro pueblo a la que nuestro buen amigo y figura
extraordinaria de la literatura española, José Bergamín, llamó la España
Peregrina.“
Estas palabras, trasladadas desde su
contexto, animan las solapas de las
cubiertas del libro „El oro del Banco
de España y la historia del Vita“,
editado en México y en España por
Grijalbo. Su autor es Amaro del Rosal,
cuya autoridad para tratar el tema
considero que está avalada por los
cargos administrativos y sindicales
que ocupó en España y, a partir de
ellos, por la intervención que tuvo
directa o indirectamente — siempre
en la boca de los hechos — en los
acontecimientos que documenta, rela­
ta y comenta en su libro. Yo voy a
limitarme a seguir su texto como
norma de un guión que articule es­
quemáticamente la cuestión y, para
ello, trataré de ser lo menos literario
posible en favor de la objetividad
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necesaria en un asunto que contemplo
como cualquier español que no está
implicado en él, si no es a través del
interés histórico y moral que nos sus­
cita.
Hace tiempo, tres o cuatro años atrás,
EXPRES ESPAÑOL me sugirió la idea
de escribir algo sobre ello y particu­
larmente sobre el „tesoro“ del Vita.
Pero entonces este tema se me ofre­
cía aún muy confuso e intrincado:
había que cogerlo con pinzas y mirar­
lo a través de un microscopio, y yo
no soy cirujano ni biólogo. La historia
del oro del Banco de España y parti­
cularmente la del „tesoro“ del Vita,
aunque encarnadas en una realidad,
eran utilizadas irresponsablemente
por el franquismo para enlodar deli­
beradamente la historia de aquella
época tan consustancialmente ligada
a la vida de España que cubrió la
II República, así como la de las or­
ganizaciones políticas, sindicales y
culturales implicadas en su defensa,
y para presentar ante nuestro pueblo
a todos sus hombres, indiscriminada­
mente, como si realmente no hubieran
sido otra cosa que vulgares salteado­
res. La mayor parte de todo lo que
hasta entonces no había dicho o es­
crito al respecto, en una situación en
la que sólo los voceros de la dictadu­
ra podían hablar o gritar en España,
carecía de documentación solvente,
siendo sólo el reflejo de rumores, de
conversaciones o de referencias que,
por muy cerca que pudieran haber
estado de una versión real, siempre
eran deformadas por el chisme o
EXPRÉS E S P A Ñ O L / F e b r e r o 1977
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