Análisis Jurisprudencial V Análisis Jurisprudencial Despido por falta grave Ficha Técnica Autor:Dra. Jenny Ugarte Gonzáles* Sentencia del TC: 3169-2006 PA/TC Título:Despido por falta grave Fuente: Actualidad Empresarial, Nº 176 - Primera Quincena de Febrero 2009 Sumilla “El despido impuesto al trabajador que acude ebrio a su centro de labores resulta desproporcionado e irrazonable, aun cuando tal acto sea calificado como falta grave, porque para que el actor sea despedido por la causal prevista en el inciso e) del artículo 25º de la LPCL, debe haber realizado algún acto de violencia, injuria o faltamiento de palabra verbal o escrita en agravio del empleador, del personal jerárquico o de otros trabajadores, o haber ocasionado algún daño al patrimonio de su empleador; hecho que en el presente caso no sucedió, motivo por el cual la sanción impuesta (despido) no fue la más adecuada e idónea, pues la emplazada podía haberle impuesto cualquier otra sanción disciplinaria”. 1.Introducción Para nadie es ajeno que la reciente sentencia del Tribunal Constitucional recaída sobre el Expediente Nº 31692006 AA/TC, que ordenó la reposición de un trabajador obrero de limpieza que fue a trabajar con aliento alcohólico, ha generado mucha controversia; por lo que seguidamente realizaremos un breve análisis de la misma. 2. Materia controvertida ¿La conducta del trabajador: “llegar a trabajar ebrio” es considerada por nuestro ordenamiento falta grave? 3. Posición del demandante El trabajador alega que, con la Carta de Despido Nº 034-UPER-MDCH, se ha afectado el Principio de Legalidad y su derecho al debido proceso, toda vez que afirma que el informe en que se sustenta la carta de despido no le ha sido puesto en su conocimiento para que pudiera ejercer su derecho de defensa. Asimismo, afirma que se ha vulnerado su derecho a la libertad sindical porque la carta cuestionada es una represalia por su afiliación al Sindicato de Trabajadores Municipales de Chorrillos. 4.Posición de los demandados (Jefe de Personal y Director de Servicios Comunales de la Municipalidad) Ambos emplazados separadamente * Abogada egresada de la Pontificia Universidad Católica del Perú. V-8 Instituto Pacífico contestan la demanda y en forma coincidente manifiestan que el demandante fue despedido el día 4 de junio de 2004 por haber incurrido en la comisión de la falta grave prevista en el inciso e) del artículo 25º de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral (en adelante LPCP); ya que el día 9 de mayo de 2004 concurrió a laborar con síntomas de encontrarse en estado de ebriedad, lo cual quedó corroborado ante su negativa de practicársele la prueba del dosaje etílico ante la Comisaría de Chorrillos. Asimismo, señalan que el despido del demandante no ha sido una represalia por su condición de afiliado al Sindicato de Trabajadores Municipales de Chorrillos. 5. Pronunciamiento de Tribunal Constitucional El máximo intérprete de la Constitución concluye que el despido impuesto al trabajador que acude ebrio a su centro de labores resulta desproporcionado e irrazonable, aun cuando tal acto sea calificado como falta grave, porque, para que el actor sea despedido por la causal prevista en el inciso e) del artículo 25º de la LPCL, debe haber realizado algún acto de violencia, injuria o faltamiento de palabra verbal o escrita en agravio del empleador, del personal jerárquico o de otros trabajadores, o haber ocasionado algún daño al patrimonio de su empleador; hecho que en el presente caso no sucedió, motivo por el cual la sanción impuesta (despido) no fue la más adecuada e idónea, pues la emplazada podía haberle impuesto cualquier otra sanción disciplinaria. 6. Análisis y Comentario Nuestro Tribunal Constitucional en su sentencia Nº1124-2001-AA/TC ha señalado cuál es el contenido esencial del derecho al trabajo, precisando al respecto que este derecho implica “dos aspectos: el de acceder a un puesto de trabajo (…) y el derecho a no ser despedido sin justa causa” (fundamento 12). Este segundo aspecto de derecho al trabajo es recogido en el artículo 22º de la LPCL que señala: “Para el despido de un trabajador sujeto a régimen de la actividad privada, que labore cuatro o más horas diarias para un mismo empleador, es indispensable la existencia de causa justa contemplada en la ley y debidamente comprobada. La causa justa puede estar relacionada con la capacidad o con la conducta del trabajador”. De la lectura del citado artículo podemos constatar que no basta que el empleador acuse al trabajador de haber cometido una falta, sino que resulta necesario que esta falta se considere por la Ley como falta grave, es decir, que la conducta del trabajador sea una de las previstas en el artículo 25º de la LPCL; por lo que surge la pregun- ta: ¿por qué el Tribunal Constitucional ordenó la reposición del trabajador si la Municipalidad sí cumplió con imputarle la falta grave prevista en el inicio e) del artículo 25º de la LPCL? Para responder esta pregunta, analizaremos sólo los requisitos de fondo que debe cumplir el acto de despido. Al respecto, la doctrina concuerda que estos requisitos son cuatro: Que la conducta del trabajador que es calificada como falta debe ser regulada como falta grave por la Ley, lo cual es la concretización del Principio de Tipicidad que el Tribunal en un fallo anterior ha señalado: “que es la precisa definición de la conducta que la Ley considera como falta”.1 Que este Principio es, como lo ha afirmado el Tribunal en la sentencia bajo comentario, un subprincipio del Principio de Legalidad, que se manifiesta en el ámbito disciplinario laboral (Fundamento 8 de la sentencia). Otro de los requisitos de fondo lo constituye el Principio de Inmediatez, que consiste en que el acto de despido “debe guardar relación inmediata con aquel en el cual el empleador conoció o comprobó la existencia de la falta cometida por el trabajador”.2 La exigencia de la inmediatez entre el conocimiento de la falta cometida y el despido del trabajador tiene su fundamento, según señala Ramirez Bosco, “en el hecho de que sobre la relación laboral no puede pender permanentemente de la posibilidad de su disolución por los hechos ocurridos a lo largo de su desarrollo y de que no pueda concebirse que el contrato de trabajo mantenga en reserva indeterminada las infracciones pasadas como si fueran hechos actualmente relevantes”.3 El tercer requisito lo constituye la observancia del Principio de Proporcionalidad, el cual consiste “en atribuir correctamente a la conducta infractora del trabajador la connotación de grave”.4 Siendo el último de estos requisitos: el Principio de Non bis idem, que consiste en que “no puede sancionarse al trabajador por la misma falta que motivó una sanción anterior. Dicho de otra forma, una misma falta no puede ser objeto de doble o reiterada sanción”.5 Somos de la opinión que la Municipalidad sólo cumplió con este último requisito, mas no así con los otros tres requisitos por las siguientes razones: 1 Sentencia del Tribunal Constitucional. emitida el 16 de abril de 2003 en el Expediente ( Nº 2050-2002 AA/TC ), precisa el TC, en la misma sentencia: “El Principio de Legalidad (…) se satisface cuando se cumple con la prevision de las infracciones y sanciones de Ley…” (Fundamento 09). 2 Blancas Bustamante, Carlos “El despido en el Derecho Laboral Peruano”, Aras, Lima, p. 231. 3 Vasquez Vialard, Antonio. Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, 4ta Edición, Astrea, Buenos Aires, 1989, 231. 4 Blancas,op. cit, p. 229. 5 Blancas, op. cit, p. 237. N° 176 Primera Quincena - Febrero 2009 Área Laboral Principio de Inmediatez De los hechos relatados en la sentencia analizada, se puede verificar que la Municipalidad despidió al trabajador luego de haber transcurrido más de 07 días de haber culminado el procedimiento previo de despido, suceso que vulnera el citado principio, porque, como bien señala el Profesor Mario Pasco Cosmópolis, “la falta debe ser sancionada tan pronto es advertida o, en caso necesario, al culminar la investigación que la demuestre. La falta no sancionada oportunamente se reputa condonada6”. Principio de Tipicidad: La falta grave imputada al trabajador prevista en el inciso e) del artículo 25º de la LPCL señala: “La concurrencia reiterada en estado de embriaguez o bajo influencia de drogas o sustancias estupefacientes, y aunque no sea reiterada, cuando por la naturaleza de la función o del trabajo revista excepcional gravedad. La autoridad policial prestará su concurso para coadyuvar en la verificación de tales hechos; la negativa del trabajador a someterse a la prueba correspondiente se considerará como reconocimiento de dicho estado, lo que se hará constar en el atestado policial respectivo”. La norma precedentemente citada precisa que la conducta del trabajador: “ir a trabajar en estado de (*2) ebrieda” debe ser considerada falta grave y, por tanto, causal de despido siempre que: a) sea una práctica reiterada; o b) sea la primera vez, pero por la naturaleza de la función o del trabajo, dicha conducta revista excepcional gravedad. La pregunta de rigor que surge es: ¿En cuál de estos supuestos de la norma se encontraba el trabajador? A criterio propio, en ninguno de los supuestos, porque la Municipalidad al contestar la demanda no afirmó que la conducta del trabajador: “ir a trabajar en estado de ebriedad” sea una práctica reiterada del trabajador, ni muchos menos demuestra que el trabajador desempeñe una función o labor de tal importancia que su asistencia en estado de ebriedad revestía gravedad. Por tal motivo, con6 Blancas, op. Cit, 233. N° 176 Primera Quincena - Febrero 2009 cluimos que el acto de despido, efectuado por la Municipalidad vulnero el citado Principio de Tipicidad. Cabe precisar, además que para que la citada conducta sea considerada falta grave y por tanto causal despido, prevista en el inciso e) del ya citada artículo 25º, no es necesario que el trabajador realice algún acto de violencia, injuria o faltamiento de palabra verbal o escrita en agravio del empleador, del personal jerárquico o de otros trabajadores, como erróneamente lo afirma el Tribunal en el fundamento 15 de su sentencia, ya que ello significaría adicionar requisitos o elementos no previsto para la configuración de esta causal, lo cual vulneraria el Principio Constitucional de Legalidad prevista en el ordinal d) del inciso 24 del artículo 2º de nuestra Constitución. Principio de Proporcionalidad Que, al no haber calificado la conducta del trabajador: “ir a trabajar en estado de ebriedad”, como falta grave, el despido efectuado por la Municipalidad fue una medida desproporcionada, como bien lo señala el Tribunal en el fundamento 15 de la sentencia bajo comentario, al afirmar “(…) la sanción impuesta al trabajador resulta desproporcionada”; vulnerándose por tanto este principio. Sin embargo, cabe señalar que el hecho que tal conducta no sea considerada falta grave, ello no implica que la misma no sea pasible de ninguna sanción, todo lo contrario, es el empleador quien deberá juzgar la gravedad de tal conducta en función del contexto, cargo desempeñado, antecedentes laborales del trabajador y decidir cuál es la sanción disciplinaria que le impone al trabajador. Criterio que la Municipalidad emplazada debió considerar en caso bajo análisis ya que su Reglamento Interno de Trabajo señala en su artículo 83°: “que las sanciones disciplinarias de amonestación verbal o escrita, suspensión en sus labores o despido, se aplicarán en función de la gravedad de la falta cometida, la categoría, la antigüedad y los antecedentes disciplinarios del trabajador” (Fundamento 14). Por último, se debe tener en cuenta que la presente sentencia emitida por el máximo interprete de la Constitución no es un Precedente de Observancia Obligatoria7 7 Artículo VII del Código Procesal Constitucional: “Las sentencias del V porque, para ello suceda la sentencia debió señalarlo en su parte resolutiva: “De conformidad con lo dispuesto en el artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, los criterios contenidos en los fundamentos (…) constituyen precedente vinculante”, hecho que no a ocurrido motivo por el cual un juez laboral o juez civil (en caso de que interponga un amparo) debe apreciar los fundamentos de Tribunal, en tanto resulte aplicable a los diferentes procesos judiciales. Conclusiones 1. La falta del trabajador: “ir a trabajar en estado de embriaguez” no es considerado por nuestro ordenamiento falta grave. Sin embargo, cabe señalar que el hecho que tal conducta no sea considerada falta grave, ello no implica que la misma no sea pasible de ninguna sanción; todo lo contrario, es el empleador quien deberá juzgar la gravedad de tal conducta en función del contexto, cargo desempeñado, antecedentes laborales del trabajador y decidir si sanciona esta conducta del trabajador o la perdona. 2. La Municipalidad, al efectuar el acto de despido vulneró el Principio de Tipicidad, por una sencilla razón: la conducta del trabajador no es falta grave, por lo que es incorrecta la conclusión del Tribunal que señaló lo contrario en el fundamento 9 de su sentencia. 3. Asimismo, es importante dejar en evidencia que, si bien el Principio de Proporcionalidad ha sido bien aplicado por el Tribunal, resulta lamentable que en ninguna parte de la sentencia se precise cual era la labor que desempeñaba el trabajador; dato relevante para evaluar si efectivamente por la naturaleza de la función que desempeñaba su conducta debió ser calificada como grave. 4. La sentencia bajo comentario no constituye un Precedente de Observancia Obligatoria, por lo que no existe el peligro de que se ordene la reposición de cualquier trabajador que llegue ebrio a su centro de trabajo, por lo que los jueces deberán analizar en cada caso en concreto si la conducta del trabajador es reiterativa o si por la naturaleza de la función del trabajador su conducta revista excepcional gravedad. Tribunal Constitucional que adquieren la autoridad de cosa juzgada constituyen precedente vinculante cuando así lo exprese la sentencia, precisando el extremo de su efecto normativo. Cuando el Tribunal Constitucional resuelva apartándose del precedente, debe expresar los fundamentos de hecho y de derecho que sustentan la sentencia y las razones por las cuales se aparta del precedente”. El Tribunal ha conceptualizado el Precedente de Observancia Obligatoria en la Sentencia Nº 004-2003-AI/TC, emitida el 10 de octubre de 2005. Actualidad Empresarial V-9