05 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:28 Página 71 El comercio entre la UE y los países de la Europa central y oriental ante el reto de la ampliación. La perspectiva española. LUIS FERNANDO LOBEJÓN HERRERO (*) Universidad de Valladolid Diez economías en transición se encuentran en la actualidad prácticamente a las puertas de la Unión Europea (UE). Este trabajo analiza los cambios que se han registrado en el transcurso de los últimos años hasta llegar a esa situación, así como las variaciones que pueden tener lugar en lo sucesivo. Dentro de las perspectivas que pueden utilizarse para llevar a cabo ese estudio, aquí se opta concretamente por un planteamiento que se centra en lo que ha ocurrido y en lo que puede suceder en el ámbito de las relaciones comerciales y, en particular, en el plano de los intercambios de mercancías. Por otra parte, aunque se analizan esos intercambios desde una perspectiva global, se presta una atención especial a las transacciones entre España y los países candidatos a la adhesión. El primer apartado del trabajo pasa revista a la profunda transformación sufrida por el marco institucional en el que se han desarrollado las transacciones entre la Unión Europea y esos países en el transcurso de los últimos quince años. A continuación, en el segundo apartado, se estudian los cambios que se han producido tanto en la intensidad como en la orientación de dichas transacciones en ese mismo período. Los apartados tercero y cuarto recurren a un sencillo modelo gravitacional; en un caso, para obtener una visión sintética y modelizada de las variaciones que se han registrado recientemente en esos intercambios, y en el otro, para ofrecer argumentos que sirvan para pronosticar cuál puede ser su trayectoria en el futuro. La intensidad actual de las transacciones comerciales entre la UE y los diez candidatos a la adhesión del centro y del este de Europa (PECOs) no debe hacer olvidar el escaso desarrollo que alcanzaban sus vínculos institucionales hace menos de dos décadas y el gran cambio que éstos han experimentado desde entonces. ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II 71 05 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:28 Página 72 L. F. LOBEJÓN HERRERO La aproximación de los candidatos desde una perspectiva institucional Quince años atrás, las que en ese momento se denominaban Comunidades Europeas ni siquiera eran reconocidas por la organización en la que estaban integrados la mayor parte de esos países de Europa central y oriental, o los Estados de los que surgieron; de la misma forma, la existencia de esa organización (el Consejo de Ayuda Económica Mutua, conocida como CAEM o COMECON) tampoco fue admitida formalmente por las Comunidades Europeas. Las únicas relaciones institucionales que mantenían éstas con las economías planificadas del centro y del este de Europa se limitaban a los acuerdos sectoriales que se suscribieron a partir de 1976 con algunas de ellas, con el propósito de regular la entrada de determinados productos industriales (1). 72 En los últimos años ochenta, la situación que se acaba de describir experimentó una gran transformación. En el plano meramente formal habría que destacar el avance que supuso la firma de una declaración conjunta en 1988, por la que el CAEM y las Comunidades Europeas reconocían mutuamente su existencia. Para el desarrollo real de los intercambios tuvo, no obstante, mucha más trascendencia la profunda variación a la que dio lugar la combinación de dos procesos que se pusieron en marcha en esa misma época: ■ El inicio de la transición hacia el mercado en las economías planificadas, que trajo consigo, entre otras importantes transformaciones, una intensa liberalización de su comercio exterior. ■ La puesta en marcha, por parte de las Comunidades Europeas, de iniciativas destinadas a respaldar a los países que decidieran implicarse en ese proceso de transición; en el marco de esas iniciativas, comenzaron a reducirse los obstáculos que hasta entonces habían dificultado la entrada de importaciones procedentes de éstos. La primera consecuencia relevante de la voluntad de crear un marco más favorable para las transacciones con esos países fue ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II la construcción de una red de convenios comerciales, empezando por el Acuerdo de Cooperación y Comercio que se firmó con Hungría en 1988. Esa primera generación de acuerdos supuso un paso muy importante, teniendo en cuenta, sobre todo, la precariedad del contexto del que se partía. Su gran trascendencia contrasta, en cualquier caso, con lo efímera que fue su vigencia, como consecuencia de que el rápido avance de las reformas vinculadas a la transición y el espectacular desarrollo de los intercambios superaron ampliamente las previsiones que existían en el momento en que se firmaron dichos acuerdos. Esas circunstancias están en el origen de su sustitución por otros mucho más avanzados a partir de 1991: los Acuerdos de Asociación, conocidos también como Acuerdos Europeos. Estos nuevos acuerdos recuperaron la figura del «país asociado», recogida en el Tratado de Roma, y que hasta entonces se había utilizado para identificar a las economías que mantenían los vínculos comerciales más estrechos con las Comunidades Europeas, pero que no tenían garantizada, ni siquiera a medio plazo, su incorporación a éstas como nuevos países miembros. Ésa era precisamente la situación en la que se encontraban Chipre, Malta y Turquía, es decir, los países que en la actualidad comparten la condición de candidatos a la adhesión con las diez economías del centro y del este de Europa que constituyen el centro de atención de este trabajo (2). El texto de esos Acuerdos de Asociación hace referencia a cuestiones muy diversas, entre las que destacan las relaciones comerciales, el diálogo político, la homologación de las legislaciones y la cooperación en áreas como la actividad industrial, el medio ambiente, el transporte y las aduanas. En el plano concreto de las relaciones comerciales, su relevancia estriba fundamentalmente en que su aplicación supuso un incremento sustancial del grado de liberalización de los intercambios respecto del que garantizaban los acuerdos vigentes con anterioridad, en especial en lo que concierne a los productos industriales. Se diferencian, además, de esos primeros acuerdos en una cuestión crucial: con- templan explícitamente la futura incorporación de los países firmantes a las Comunidades Europeas (Unión Europea a partir de 1992), aunque sin precisar las condiciones ni el calendario a los que se ajustaría ese proceso. Los criterios que tienen que cumplir esos países para culminar su acercamiento a la UE no se establecieron hasta 1993, en el Consejo de Copenhague, y las negociaciones para la adhesión no comenzaron hasta 1998 para los que pertenecen al denominado Grupo de Luxemburgo (la República Checa, Eslovenia, Estonia, Hungría y Polonia, además de Chipre) y hasta el año 2000 para los del Grupo de Helsinki (Bulgaria, Eslovaquia, Letonia, Lituania y Rumanía, junto con Malta y Turquía). Desde la óptica de la Unión Europea, los Acuerdos de Asociación se contemplan como una renovación de su respaldo al proceso de transición en las antiguas economías planificadas. En el ámbito de las relaciones comerciales, ese respaldo se traduce en una liberalización asimétrica, lo que conlleva una reducción más rápida y más intensa de los obstáculos que afectan a las importaciones procedentes de esas economías que de las trabas que dificultan la entrada en sus mercados de productos exportados por países miembros de la UE. A pesar de la ventaja que supone ese desequilibrio en el proceso de liberalización, los candidatos de Europa central y oriental han dado muestras reiteradas de su disconformidad con el marco institucional que ha surgido de la aplicación de los Acuerdos de Asociación. Una de las razones en las que se basa su descontento es la existencia de importantes restricciones que recortan el alcance de dicho proceso de liberalización. Esas restricciones afectan fundamentalmente a los productos agrarios, a algunas materias primas (como el aluminio), a los denominados «productos CECA» (carbón y acero, fundamentalmente) y a manufacturas industriales, entre las que destacan los textiles y el calzado. Aparte de la severa limitación que suponen esas restricciones respecto del proceso de liberalización en su conjunto, conviene tener en cuenta, además, que afectan específicamente a actividades que ocupan un 05 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:28 Página 73 EL COMERCIO ENTRE LA UE Y LOS PAÍSES... lugar muy destacado en la estructura de ventajas comparativas de las economías en transición, lo que permite hablar de una reducción significativa de sus oportunidades de exportación. Otra importante fuente de desacuerdo es la frecuente utilización, por parte de la Unión Europea, de medidas de carácter extraordinario en aquellas ocasiones en las que la aplicación de los Acuerdos de Asociación provoca fuertes incrementos de las importaciones procedentes de los candidatos a la adhesión. Así, los países miembros de la UE no han dudado en recurrir en esas circunstancias a la utilización de cláusulas de salvaguardia o a procedimientos antidumping, aprovechando al máximo las posibilidades que ofrece el GATT en ese plano (3). De las críticas formuladas por las economías de Europa central y oriental se desprende claramente que, a pesar de los indudables avances que se han producido en el transcurso de las dos últimas décadas, el marco que regula sus relaciones comerciales con la Unión Europea difiere notablemente del que sirve de referencia a los intercambios entre sus quince miembros actuales. En el ámbito de los intercambios de mercancías habría que recordar que, frente a la libertad con la que se desarrollan las transacciones en el interior de la UE, muchos productos han quedado al margen del proceso general de liberalización promovido por los Acuerdos de Asociación. A pesar de su modestia, la exclusión de esos productos hace que la protección arancelaria que afecta a las relaciones comerciales entre la Unión Europea y los candidatos del centro y del este de Europa, genere distorsiones importantes como consecuencia de que su cuantía varía significativamente dependiendo de las mercancías que son objeto de intercambio. Por otra parte, siguen utilizándose con bastante discrecionalidad diversas formas de protección no arancelaria, cuyo efecto real es difícil de determinar (4). Las diferencias respecto del marco en el que se desarrollan los intercambios entre «los quince» se refieren también al hecho de que los países candidatos a la adhesión mantienen distintos niveles de pro- tección respecto de terceros países, un rasgo que contrasta con el régimen de protección exterior común que funciona en la Unión Europea. En un sentido más general, la existencia de un mercado único entre los países miembros de esta organización contrasta con las condiciones en las que se desarrollan las transacciones entre éstos y los aspirantes a la adhesión. Ese contraste no sólo se debe a los importantes problemas que, como se ha comentado, afectan al intercambio de algunas mercancías con esos países, ya que existen, además, obstáculos aún más importantes que limitan los intercambios de servicios, así como los movimientos de cápital y de mano de obra. Si se contempla también la influencia de la integración monetaria habría que resaltar, por último, que buena parte del comercio que tiene lugar entre los actuales miembros de la UE, especialmente el que se desarrolla en el interior de la eurozona, se lleva a cabo en una misma moneda, mientras que una gran proporción de las transacciones con los candidatos a la adhesión requiere de la utilización de monedas distintas. Para llevar a cabo un balance equilibrado y certero de la situación actual es preciso reconocer que en el transcurso de los dos últimos años se han adoptado medidas que han permitido reducir de forma apreciable los efectos de algunas de las diferencias que se acaban de destacar. Los avances más significativos se han producido concretamente gracias a la firma de una serie de acuerdos sobre productos agrarios, que han entrado en vigor a partir del año 2000, y de protocolos adicionales a los Acuerdos de Asociación sobre productos industriales, que han comenzado a aplicarse a partir de 2001. Los acuerdos sobre productos agrarios tratan de reducir los obstáculos que afectan a los intercambios de este tipo de mercancías entre la Unión Europea y cada uno de los países de Europa central y oriental candidatos a la adhesión. Su efecto global es difícil de valorar, ya que en todos esos acuerdos se establecen tres listas de productos, y para cada una de ellas se fijan condiciones diferentes. Puede hablarse, en cualquier caso, de una reducción sustancial de la protección, especialmente, gracias al aumento de los productos agrarios sobre los que no se aplican aranceles, ya sea para entrar en los mercados de la UE o para acceder a los países candidatos (5). ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II 73 05 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:28 Página 74 L. F. LOBEJÓN HERRERO Los protocolos adicionales a los Acuerdos de Adhesión, por su parte, estimulan la armonización de las normativas técnicas a las que deben ajustarse los productos industriales, aprovechando la adaptación al acervo comunitario de la legislación de los países candidatos. Esos protocolos exigen que tanto éstos como los actuales miembros de la UE reconozcan mutuamente la validez de sus respectivas legislaciones, lo que permite suprimir los controles fronterizos que habitualmente establece el importador para garantizar el cumplimiento de los requisitos que determina su normativa sobre esta materia. Desde el punto de vista de los candidatos, un acuerdo de estas características conlleva importantes ventajas, ya que aumenta las posibilidades de entrada de sus exportaciones en el mercado único, sin que sea necesario esperar a que se complete su proceso de adhesión. Los países miembros de la UE, por su parte, pueden aprovechar las economías de escala que surgen de la unificación de los diseños de los productos y de las pruebas que se efectúan para garantizar que éstos cumplen con las especificaciones técnicas que establece la legislación de cada país. La respuesta a la aproximación UE-europa central y oriental 74 El comportamiento del comercio exterior de las antiguas economías planificadas del centro y del este de Europa se ha ajustado al desarrollo de los vínculos institucionales que se han descrito en el apartado anterior. Como corresponde a ese desarrollo, la UE ha aumentado significativamente su participación en dicho comercio. Antes de que se iniciaran las transformaciones que condujeron al desmantelamiento de la planificación, todas estas economías tenían como principal proveedor y como cliente más importante a la desaparecida Unión Soviética. La lógica del funcionamiento del CAEM (una organización articulada de forma radial en torno a ese país) determinaba, además, la existencia de unas relaciones comerciales ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II de vista que el carácter eminentemente autárquico de las economías planificadas (la conocida «preferencia por la autarquía», empleando la conocida expresión de F. Holzman) fue desapareciendo a medida que se introdujeron criterios de mercado en las relaciones comerciales con otros países. Esto hizo que, al tiempo que se producía una profunda reorientación de los intercambios, aumentara también de forma muy apreciable la importancia relativa de éstos respecto de la actividad económica interna. muy intensas con el resto de economías que integraban esa organización, a través de mecanismos de coordinación de sus respectivos procesos de planificación. Los intercambios con otras áreas geográficas —incluyendo la Unión Europea— tenían un carácter residual. La desaparición del CAEM en 1991, la adopción de una política comercial basada en los principios de la «nueva ortodoxia» y, en un sentido más general, el giro radical que supuso el inicio del cambio sistémico, dieron lugar a un nuevo marco de relaciones, muy diferente del que se había mantenido vigente durante más de cinco décadas. Las transformaciones más espectaculares se registraron en la etapa inicial de la transición, es decir, en los últimos años ochenta del siglo pasado y en el comienzo de la década siguiente (antes incluso de que desapareciera formalmente el CAEM). Desde la perspectiva de este trabajo, las variaciones que se produjeron en la distribución geográfica del comercio exterior de estos países son las que ofrecen más interés, aunque no puede decirse que fueran las únicas que afectaron significativamente a sus transacciones con el resto del mundo. No se puede perder Aunque este tipo de transformaciones se repitió en todas las economías en transición, su ritmo y su intensidad fueron diferentes en cada una de ellas. Por lo general, tanto la apertura al exterior como la reorientación de las exportaciones y de las importaciones fueron más rápidas y adquirieron mayor intensidad en los países que aplicaron desde el primer momento transformaciones más radicales. Como consecuencia de ello, puede hablarse de una triple relación entre vocación reformista, apertura al exterior y transformación del patrón geográfico de los intercambios. Esta relación condujo a algunos resultados sorprendentes en los países que introdujeron más cambios y lo hicieron con más rapidez. Llama la atención, sobre todo, el inusitado vigor de las variaciones sufridas por su comercio exterior en ese período inicial, especialmente en lo que concierne a su distribución geográfica. Destaca, por ejemplo, el hecho de que los cambios que se registraron entre 1989 y 1991 en algunas economías concretas, como Polonia o Hungría, superaran holgadamente las previsiones realizadas por algunos estudios que pretendían determinar las variaciones que se producirían a largo plazo, una vez que se normalizaran totalmente las transacciones con el resto del mundo (6). Si centramos la atención en el plano concreto de las exportaciones, lo que más sorprende es que los países occidentales más desarrollados se convirtieran en ese período tan breve en el principal destino de las ventas en el exterior de esas economías. Este resultado contrasta con la distribución geográfica que tenían sus exportaciones sólo unos años antes y, sobre 05 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:28 Página 75 EL COMERCIO ENTRE LA UE Y LOS PAÍSES... CUADRO 1 PARTICIPACIÓN DE LOS INTERCAMBIOS CON LA UE EN EL COMERCIO EXTERIOR DE LOS CANDIDATOS A LA ADHESIÓN (*) PORCENTAJE 1992 Países del grupo de Luxemburgo Rep. Checa Nd Eslovenia Nd Estonia 89,20 Hungría 55,90 Polonia 61,40 Países del grupo de Helsinki Bulgaria 37,10 Eslovaquia nd Letonia 54,80 Lituania 83,10 Rumanía 41,90 Otros candidatos Chipre 53,50 Malta 77,23 Turquía 48,50 Pro-memoria Comercio intra- UE 66,50 1993 1994 1995 1996 1997 Centro y este de Europa 1998 1999 2000 58,70 31,70 60,30 54,70 66,60 56,40 66,70 62,60 64,30 66,90 58,60 68,70 64,60 64,70 66,70 58,70 67,00 66,90 64,50 66,20 55,90 65,50 62,60 64,60 65,70 64,30 67,60 63,70 67,00 67,80 66,00 67,40 62,70 68,40 67,50 65,00 66,20 62,70 61,10 65,30 42,80 38,30 49,80 59,00 42,60 48,80 37,80 55,80 43,00 47,80 42,50 39,30 56,70 44,20 50,20 41,90 40,80 58,00 48,00 51,90 47,00 45,70 57,80 45,90 54,20 53,30 52,90 60,40 48,60 61,00 54,00 55,50 58,10 51,30 63,60 51,00 52,00 58,80 49,50 59,30 54,90 72,20 48,70 50,90 74,36 49,30 50,60 71,46 50,60 49,00 63,00 53,90 46,30 63,53 52,80 54,80 55,18 54,20 52,20 57,33 55,40 56,10 51,76 52,50 62,80 63,50 64,20 63,50 61,80 64,40 63,50 58,90 * Comercio de bienes. La información siempre se refiere a los 15 países que forman parte de la UE desde 1995. Para que esa información sea compatible con la que se ha utilizado en la estimación de los modelos gravitacionales que se emplean en los dos últimos apartados, se han tomado, siempre que ha sido posible, los datos suministrados por el importador, y se han seleccionado de forma que estén expresados en términos FOB o se han transformado en valores FOB recurriendo al mismo método de conversión CIF-FOB que emplea la fuente estadística que se ha utilizado. ( ) FUENTE: Elaboración propia a partir de diferentes ediciones del FMI, Direction of Trade Statistics Yearbook, Washington. CUADRO 2 PARTICIPACIÓN DE CADA CANDIDATO DE EUROPA CENTRAL Y ORIENTAL EN EL COMERCIO CON LOS PAÍSES DE LA UE (*) PORCENTAJE 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 Grupo de Luxemburgo Rep. Checa Eslovenia Estonia Hungría Polonia Grupo de Helsinki Bulgaria Letonia Eslovaquia Lituania Rumanía 0,0 0,0 1,2 30,8 45,5 20,1 5,5 1,3 18,6 33,0 18,8 10,7 2,0 17,8 29,0 20,3 10,1 2,5 16,1 28,7 22,3 8,8 2,7 15,5 29,2 19,5 7,9 3,0 18,0 29,5 20,7 7,3 2,8 18,9 28,0 21,1 7,0 2,5 20,7 27,2 21,6 6,6 3,2 20,4 26,6 6,9 1,7 0,0 2,7 11,1 4,6 1,7 5,3 2,3 7,5 4,5 2,0 5,6 2,0 7,5 3,7 2,1 6,1 2,3 8,1 2,9 2,2 6,5 2,5 7,3 2,7 2,3 6,9 2,7 7,4 2,8 2,0 7,5 2,5 7,3 2,9 1,8 7,2 2,3 7,2 3,1 1,9 6,8 2,3 7,5 Total 100 100 100 100 100 100 100 100 100 * Comercio de bienes. La información siempre se refiere a los 15 países que forman parte de la UE desde 1995. Para que esa información sea compatible con la que se ha utilizado en la estimación de los modelos gravitacionales que se emplean en los dos últimos apartados, se han tomado, siempre que ha sido posible, los datos suministrados por el importador, y se han seleccionado de forma que estén expresados en términos FOB o se han transformado en valores FOB recurriendo al mismo método de conversión CIF-FOB que emplea la fuente estadística que se ha utilizado. ( ) FUENTE: Elaboración propia a partir de diferentes ediciones del FMI, Direction of Trade Statistics Yearbook, Washington. ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II 75 05 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:28 Página 76 L. F. LOBEJÓN HERRERO todo, con las escasas esperanzas que existían de que esas exportaciones accedieran rápidamente a mercados tan exigentes (7). cambios que se han producido en esos países. No deja de sorprender que, a pesar del extraordinario avance registrado por los intercambios que se desarrollan en el interior de la Unión Europea, dicha proporción esté por debajo de la participación de «los quince» en los intercambios exteriores de las economías del Grupo de Luxemburgo; de hecho, ni siquiera difiere significativamente de lo que la UE supone para el comercio exterior de los candidatos que componen el Grupo de Helsinki (cuadro 1). El gran atractivo que, desde diferentes perspectivas, ejercían las entonces denominadas Comunidades Europeas para las antiguas economías planificadas permite comprender que el comercio con los países que entonces estaban integrados en ellas recogiera buena parte de los efectos de la intensa apertura de dichas economías en esa fase inicial de la transición. Otras circunstancias, entre las que conviene destacar la sucesión de acuerdos a la que se ha hecho referencia en el primer apartado, han contribuido a que ese impulso haya tenido continuidad prácticamente hasta nuestros días. La prolongación de ese impulso ha dado lugar, como pone de manifiesto el cuadro 1, a un reparto geográfico del comercio exterior en el que la Unión Europea ocupa un lugar preeminente. Los ejemplos más claros de cuanto se acaba de describir son, de nuevo, los países de Europa central y oriental en los que se aplicaron reformas de carácter radical desde el primer momento (el núcleo del Grupo de Luxemburgo). Como muestra de ello, la participación de la UE en el valor de las transacciones de mercancías de cualquiera de estos países con el resto del mundo superaba el 60% en el último tramo de la década de los noventa (cuadro 1). 76 La confirmación del sesgo pro-europeo del comercio exterior de esos países a partir de 1991 permite entender por qué algunos de ellos se han convertido en los grandes protagonistas de las transacciones entre la UE y los candidatos del centro y del este de Europa. Como pone de manifiesto el cuadro 2, Polonia, la República Checa y Hungría (por ese orden) acaparaban en los últimos años noventa la parte fundamental de ese comercio, correspondiéndole a cada uno de ellos más del 20% de su valor total. La intensidad adquirida por las transacciones entre la UE y esos países cobra mayor relevancia cuando se establece una comparación con los intercambios que tienen lugar entre la Unión Europea y otros ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II candidatos a la adhesión. Puede apreciarse, por ejemplo, que existe una diferencia significativa en este sentido entre los que forman parte del referido Grupo de Luxemburgo y los que integran el Grupo de Helsinki. Los que componen este último —países que, por lo general, han tardado más tiempo en introducir reformas y las han aplicado con menos decisión— también han orientado progresivamente su comercio exterior hacia la UE, pero, como refleja el cuadro 1, los resultados de ese proceso están lejos de los niveles alcanzados por los países del Grupo de Luxemburgo. También se observan diferencias en relación con los actuales candidatos que no son economías en transición; puede comprobarse que ni Chipre, ni Malta, ni Turquía están tan integrados desde una perspectiva comercial con la Unión Europea como la República Checa, Eslovenia, Estonia, Polonia o Hungría, a pesar de que éstos se encontraban muy poco vinculados a ella hace apenas quince años. La proporción que representan las transacciones entre las economías que forman parte de la UE en su comercio exterior total constituye una última e interesante referencia para valorar el alcance de los La imagen que ofrecen los intercambios entre los candidatos del centro y del este de Europa y los países miembros de la Unión Europea cambia mucho cuando se adopta la perspectiva de estos últimos. Para cualquiera de ellos el comercio con las antiguas economías en transición sigue representando una proporción muy pequeña de sus exportaciones y de sus importaciones. Como muestra de ello, para la UE en su conjunto, ese comercio no superaba el nivel del 4,5% de sus transacciones exteriores en el año 2000, y solamente en un país (Austria) ese porcentaje sobrepasaba el umbral del 10% (cuadro 3). Esa profunda asimetría entre los países de la Unión Europea y los candidatos a la adhesión en lo que concierne a la importancia que para unos y otros tienen sus intercambios mutuos no parece difícil de justificar. Conviene tener presente la enorme diferencia que existe entre los dos grupos en lo que a potencial económico se refiere. No debe perderse de vista que el PIB de la Unión Europea se acercaba a los 8 billones de dólares en el año 2000, lo que suponía, aproximadamente, 22 veces el PIB de los diez candidatos de Europa central y oriental. No ha de resultar extraño, desde este punto de vista, que existan tantas diferencias entre el potencial de exportación y de importación de los dos grupos, ni, por tanto, entre el peso relativo que tiene cada uno de ellos en el comercio exterior del otro (8). Se percibe también una gran asimetría en la participación de cada país miembro de la UE en las transacciones que se llevan a cabo entre ésta y los candidatos del centro y del este de Europa. Así, sólo tres de esos quince países acaparaban por sí so- 05 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:28 Página 77 EL COMERCIO ENTRE LA UE Y LOS PAÍSES... CUADRO 3 PARTICIPACIÓN DE LOS INTERCAMBIOS CON LOS CANDIDATOS DE EUROPA CENTRAL Y ORIENTAL EN EL COMERCIO EXTERIOR DE LOS PAÍSES DE LA UE (*) PORCENTAJE 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 Alemania Austria Bélgica-Lux. Dinamarca España Finlandia Francia Grecia Holanda Irlanda Italia Portugal Reino Unido Suecia 2,3 4,3 0,2 1,6 0,5 2,6 0,7 2,5 0,8 0,3 1,4 0,1 0,7 1,5 4,7 7,6 0,6 2,9 0,8 4,1 1,3 3,7 1,8 0,5 2,6 0,3 1,2 2,1 5,3 8,8 0,8 3,3 1,1 4,6 1,4 4,8 1,9 0,7 3,5 0,4 1,4 3,1 6,0 9,3 1,0 3,3 1,4 4,8 1,7 4,5 2,1 0,8 4,0 0,5 1,5 3,2 6,5 9,8 1,0 3,8 1,5 5,4 2,0 4,0 2,1 1,0 4,4 0,6 1,8 3,2 7,2 11,0 1,7 3,8 1,7 6,1 2,2 4,6 2,3 1,0 4,9 0,7 1,8 3,8 8,1 11,7 2,1 4,3 1,9 6,4 2,5 4,8 2,4 1,2 5,2 1,0 1,9 4,0 8,3 11,6 2,1 4,1 1,9 6,0 2,5 4,6 2,3 1,2 5,3 1,1 1,9 4,1 8,4 12,3 2,3 4,1 2,1 6,6 2,7 5,9 2,2 1,3 5,5 1,5 2,1 4,6 Media UE 1,3 2,5 3,0 3,3 3,6 3,9 4,4 4,4 4,5 * Comercio de bienes. La información siempre se refiere a los 15 países que forman parte de la UE desde 1995. Para que esa información sea compatible con la que se ha utilizado en la estimación de los modelos gravitacionales que se emplean en los dos últimos apartados, se han tomado, siempre que ha sido posible, los datos suministrados por el importador, y se han seleccionado de forma que estén expresados en términos FOB o se han transformado en valores FOB recurriendo al mismo método de conversión CIF-FOB que emplea la fuente estadística que se ha utilizado. ( ) FUENTE: Elaboración propia a partir de diferentes ediciones del FMI, Direction of Trade Statistics Yearbook, Washington. CUADRO 4 PARTICIPACIÓN DE CADA PAÍS DE LA UE EN EL COMERCIO CON LOS CANDIDATOS DE EUROPA CENTRAL Y ORIENTAL (*) PORCENTAJE Alemania Austria Bélgica-Lux. Dinamarca España Finlandia Francia Grecia Holanda Irlanda Italia Portugal Reino Unido Suecia Total 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 42,8 10,1 1,2 2,7 1,8 2,8 8,3 1,8 5,3 0,4 12,1 0,1 6,8 3,7 45,8 10,0 2,0 2,4 1,6 2,5 7,4 1,5 5,9 0,3 11,4 0,1 6,3 2,8 43,8 9,6 2,2 2,3 1,9 2,7 7,0 1,5 5,4 0,4 13,0 0,2 6,5 3,6 44,4 8,6 2,3 2,2 2,3 2,6 7,3 1,3 5,4 0,5 13,3 0,2 6,1 3,5 43,6 8,4 2,2 2,3 2,3 2,6 8,0 1,1 5,0 0,5 13,7 0,2 6,7 3,4 42,8 8,2 3,4 2,1 2,5 2,7 7,8 1,1 4,8 0,6 13,5 0,3 6,6 3,6 44,4 7,8 3,7 2,0 2,4 2,5 8,4 1,0 4,8 0,6 12,6 0,3 6,1 3,3 44,6 7,9 3,7 1,9 2,5 2,4 8,1 0,9 4,9 0,7 12,7 0,4 6,0 3,3 43,0 7,9 4,0 1,8 2,7 2,6 8,3 1,1 4,6 0,8 12,5 0,5 6,5 3,6 100 100 100 100 100 100 100 100 100 * Comercio de bienes. La información siempre se refiere a los 15 países que forman parte de la UE desde 1995. Para que esa información sea compatible con la que se ha utilizado en la estimación de los modelos gravitacionales que se emplean en los dos últimos apartados, se han tomado, siempre que ha sido posible, los datos suministrados por el importador, y se han seleccionado de forma que estén expresados en términos FOB o se han transformado en valores FOB recurriendo al mismo método de conversión CIF-FOB que emplea la fuente estadística que se ha utilizado. ( ) FUENTE: Elaboración propia a partir de diferentes ediciones del FMI, Direction of Trade Statistics Yearbook, Washington. ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II 77 05 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:28 Página 78 L. F. LOBEJÓN HERRERO los más del 60% del valor de dichas transacciones en los últimos años noventa, superando la participación de uno solo de ellos —Alemania— el 40% (cuadro 4). A la hora de explicar este fenómeno vuelve a imponerse el argumento del potencial económico, del que depende en gran medida la capacidad de importación y de exportación. fluencia que ejercen los factores que se han destacado en el apartado anterior sobre el comportamiento general del comercio entre la UE y los candidatos del centro y del este de Europa. El análisis que se va a llevar a cabo se centra en los cinco últimos ejercicios para los que existe información disponible, es decir, en el período comprendido entre 1996 y 2000. Con esa acotación temporal se intenta recoger la evolución más reciente de las transacciones y se pretende, además, evitar la distorsión que supone la ausencia de datos completos sobre algunas de las antiguas economías planificadas, ya que en fechas anteriores aún no se habían consolidado como países independientes, o bien sus estadísticas no estaban suficientemente desarrolladas. No obstante, un análisis más detallado de los datos que contiene el cuadro 4 invita a pensar en la incidencia de otros dos importantes factores: la situación geográfica y la mayor o menor tradición de los contactos comerciales con las economías de esa zona. Estos dos últimos factores resultan de una gran ayuda a la hora de justificar, por ejemplo, que Austria tenga un peso relativo en esas transacciones muy superior al que cabría esperar pensando únicamente en su capacidad de producción y de exportación. 78 Si se tienen presentes simultáneamente los tres factores que se han reseñado puede afirmarse que la participación de los países de la UE en las transacciones con las antiguas economías planificadas del centro y del este de Europa es tanto mayor cuanto más elevado es su potencial de producción, cuanto menor es su lejanía de esa zona y cuanto más estrechas fueran en épocas precedentes sus relaciones comerciales con esas economías. El país de la Unión Europea que reúne la mejor disposición desde este punto de vista es, sin duda, Alemania, ya que cuenta con la mayor capacidad de producción de la UE, goza de una posición geográfica muy propicia, gracias a su proximidad a estos países, y porque, además, durante la época de vigencia de la planificación, mantenía vínculos comerciales privilegiados con el centro y con el este de Europa. En el extremo contrario se situarían países que, como España, poseen un potencial de producción mucho menor del que ostentan los principales socios comerciales europeos de las economías en transición (Alemania, Francia e Italia); y están situados al otro extremo del continente y, por añadidura, no cuentan con gran tradición en los intercambios con esa zona geográfica. Sobre este último aspecto podría resaltarse que, mientras Alemania era, a tra- ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II vés de la desaparecida RDA, la vía de tránsito de muchas transacciones entre el este y el oeste de Europa antes de que comenzara la transición, España fue uno de los países occidentales que más tardaron en establecer relaciones comerciales regulares con las antiguas economías planificadas, como consecuencia de problemas de orden político (9). Visión modelizada de los intercambios UE-candidatos La trayectoria que han seguido las transacciones entre la Unión Europea y los países que aspiran a integrarse en ella puede conocerse mejor si se sintetiza su comportamiento con la ayuda de un modelo gravitacional. La imagen que se obtenga de esas transacciones a través del modelo puede utilizarse, además, como patrón de referencia para valorar el grado de desarrollo alcanzado por los intercambios entre España y esos países. En función de lo que revele la comparación con ese patrón podremos determinar hasta qué punto la debilidad de esos intercambios es anormal o, por el contrario, refleja la in- Entre las expresiones del modelo gravitacional que pueden utilizarse se ha optado por la que se ajusta al denominado modelo gravitacional generalizado. Esta expresión se basa en las aportaciones realizadas por J. H. Bergstrand en la segunda mitad de la década de los ochenta, y entronca también con la adaptación que E. Helpman y P. Krugman realizaron de un modelo simple de competencia monopolística. Se trata de una fórmula muy sencilla, lo que facilita mucho la interpretación de los resultados. Además, gracias al trabajo de los autores que se han citado, puede considerarse que, dentro de las variantes del modelo gravitacional, es una de las que mejor puede escapar de las críticas que destacan la debilidad de su sustrato teórico. De hecho, puede afirmarse que es una expresión que cuenta con fundamentos razonablemente sólidos, consistentes tanto con las teorías tradicionales como con las nuevas teorías del comercio internacional (10). La fórmula más sencilla de un modelo gravitacional generalizado es la que se concreta en la siguiente ecuación: Xij = ß0Yiß1 YPiß2 Yjß3 YPjß4 Dijß5 Aijß6 Uij En esta expresión, Xij representa el valor de las exportaciones del país i al país j, Y e YP reflejan, respectivamente, el PIB y el PIB per cápita de cada uno de ellos, y Dij es el valor de la distancia que les se- 05 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:28 Página 79 EL COMERCIO ENTRE LA UE Y LOS PAÍSES... para. Como en cualquier modelo gravitacional, existe la posibilidad de introducir variables ficticias, como Aij, con el fin de recoger la influencia de diferentes circunstancias que pueden estimular o, por el contrario, limitar los intercambios. Uij es, por su parte, el término asociado a la perturbación. Al tomar logaritmos en la expresión anterior surge la ecuación que realmente se ha utilizado en la estimación: LXij=Lß0+ß1LYi+ß2LYPi+ß3LYj+ß4LYPj +ß5LDij+ß6LAij+εij Con el propósito de modelizar el comportamiento de las relaciones comerciales que son objeto de estudio se ha trabajado con un panel de datos que trata de explicar la trayectoria de los intercambios de mercancías (en los dos sentidos) entre cada uno de los miembros de la UE y cada uno de los trece candidatos a la adhesión. Este planteamiento permite analizar el comportamiento de las relaciones comerciales entre las economías de Europa central y oriental que aspiran a integrarse en la Unión Europea y sus actuales miembros en el marco de las transacciones que éstos llevan a cabo con el conjunto de candidatos. El número total de observaciones que comprende ese panel es de 1.820, ya que se han tomado como referencia los cinco años que se han señalado previamente, y no se dispone para todos ellos de información para Bélgica y Luxemburgo por separado, lo que ha obligado a trabajar con ambos como si se tratara de un único país. El valor de las exportaciones de mercancías se ha tomado de la última edición disponible de la publicación del Fondo Monetario Internacional, Directions of Trade Statistics Yearbook, intentando siempre recoger la información suministrada por el importador en términos FOB. Los valores correspondientes al PIB y al PIB per cápita se han obtenido consultando la base de datos del Banco Mundial, World Economic Indicators. Como referencia de la distancia que existe entre los países se ha utilizado la información que suministra el programa PCGLOBE sobre los kilómetros que separan sus capitales respectivas por la ruta aérea más corta (11). La mayor parte de los trabajos que se han realizado utilizando modelos gravitacio- CUADRO 5 COMERCIO UE-CANDIDATOS: PRINCIPALES RESULTADOS DE LA ESTIMACIÓN DE UN MODELO GRAVITACIONAL Mínimos cuadrados ordinarios C 3,80 (9,93) LYi 0,99 (60,55) LYj 0,89 (47,76) LYPi -0,25 (-7,0) LYPj -0,15 (-5,27) LDij -1,25 (-29,78) LCHP -0,34 (-5,08) R2 0,79 R2 ajustado 0,79 Test de Hausman - Intergrupos (between) 3,95 (5,91) 1,00 (28,15) 0,90 (25,22) -0,22 (-3,88) -0,12 (-2,07) -1,25 (-19,20) -0,37 (-2,33) 0,83 0,82 - Intragrupos Efectos fijos (within) Mínimos cuadrados generalizados. Efectos aleatorios 2,78 (2,27) -0,96 (-0,86) -2,46 (-1,97) 1,20 (1,06) 0,96 0,95 - 2,79 (4,30) 0,91 (27,38) 0,81 24,29) -0,43 (-9,05) -0,34 (-7,19) -1,26 (-19,29) -0,12 (-0,75) 0,78 0,73 66,90 NOTA: La estimación por mínimos cuadrados ordinarios sobre todo el panel y la estimación intragrupos se han realizado utilizando la matriz de White. Los valores que figuran entre paréntesis corresponden siempre al estadístico t. FUENTE: Elaboración propia. nales para sintetizar o para simular el comportamiento del comercio exterior de las antiguas economías planificadas se basan en información correspondiente a un único ejercicio, sobre la que se aplica el tradicional método de estimación por mínimos cuadrados ordinarios. La utilización de datos de panel invita, sin embargo, a valorar las posibilidades que ofrecen otras alternativas, siendo las más sólidas, desde un punto de vista econométrico, las inferencias basadas en un modelo de efectos fijos o de efectos aleatorios, dependiendo de si existen o no efectos individuales correlacionados con los regresores (12). Todas las expresiones con las que se ha probado para llevar a cabo la modelización que se propone en este apartado ponen de manifiesto, a través del test de Hausman, la existencia de una fuerte correlación de ese tipo, lo que obliga a aceptar como inferencia más adecuada desde un punto de vista económétrico la que se basa en un modelo de efectos fijos (13). El estimador asociado a un modelo de esas características (el estimador intragrupos) se construye aplicando la metodología de mínimos cuadrados ordinarios sobre las desviaciones respecto de la media del período que se analiza. Desgraciadamente, este rasgo del modelo hace que resulte imposible utilizar cualquier clase de información que no varíe a lo largo del tiempo, como sucede con la distancia o con las variables ficticias que suelen incluirse en los modelos gravitacionales. Si se desea conservar la estructura tradicional de un modelo de ese tipo, aprovechando la información que ofrecen las variables a las que obliga a renunciar la estimación intragrupos, es preciso recurrir a otras técnicas estadísticas, que, al no ser las más sólidas desde un punto de vista econométrico, obligan a extremar la cautela a la hora de extraer conclusiones de sus resultados. Dentro de estas técnicas merece una atención especial la que se basa en la estimación intergrupos, que, además de garantizar el mantenimiento de la es- ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II 79 05 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:28 Página 80 L. F. LOBEJÓN HERRERO CUADRO 6 VALORES REALES ESTIMADOS DE LOS INTERCAMBIOS DE MERCANCÍAS ENTRE ESPAÑA Y LOS CANDIDATOS A LA ADHESIÓN (*) Tomando como referencia el comercio UE-candidatos (primera estimación) Valor real Centro y este de Europa Bulgaria Rep. Checa Eslovaquia Eslovenia Estonia Hungría Letonia Lituania Polonia Rumanía Otros candidatos Chipre Malta Turquía Pro-memoria Centro y este de Europa Total candidatos Valor estimado Variación (%) Tomando como referencia el comercio intra-UE (segunda estimación) Valor estimado Variación (%) 200,1 1037,0 396,0 330,0 69,5 984,9 44,0 137,5 1551,4 258,0 180,3 746,5 231,4 393,7 58,4 606,7 83,0 122,5 1497,6 413,4 -9,91 -28,0 -41,6 19,3 -15,9 -38,4 88,7 -10,9 -3,5 60,2 291,9 1165,7 406,7 568,5 112,2 1000,1 146,7 203,3 2288,1 649,6 45,9 12,4 2,7 72,3 61,6 1,5 233,5 47,9 47,5 151,8 141,0 72,5 2344,5 77,7 331,2 1644,8 -44,9 357,1 -29,8 174,9 944,2 2153,3 24,1 1203,1 -8,2 5008,3 4333,5 -13,5 6832,9 36,4 7566,2 6387,2 -15,6 10105,3 33,6 * Las cifras que reflejan el valor real de los intercambios se han tomado de la última edición disponible de la publicación del FMI, Direction of Trade Statistics Yearbook, teniendo en cuenta, siempre que ha sido posible, los datos suministrados por el importador, y seleccionándolos de forma que estén expresados en términos FOB o transformándolos en valores FOB recurriendo al mismo método de conversión CIF-FOB que emplea la fuente estadística que se ha utilizado. Toda la información, salvo los porcentajes, está expresada en millones de dólares corrientes. ( ) FUENTES: FMI y elaboración propia. 80 tructura del modelo gravitacional, permite captar el comportamiento a largo plazo de los intercambios analizados, aunque no se disponga de información sobre períodos prolongados (14). En el caso que nos ocupa, esta última característica tiene un importante atractivo, ya que ofrece la posibilidad de identificar las tendencias que se han consolidado a lo largo del tiempo en las transacciones entre la Unión Europea y los candidatos a la adhesión, a partir de una muestra que sólo recoge lo ocurrido durante cinco años. Independientemente de la metodología que se emplee (mínimos cuadrados ordinarios sobre el panel completo, sobre las medias, sobre las desviaciones respecto de la media, o utilización de mínimos cuadrados generalizados), la aplicación sobre esa muestra de un modelo gravitacional generalizado confirma plenamente la elevada capacidad explicativa que tra- ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II dicionalmente ha avalado la utilización de esta metodología (cuadro 5). Si se toman concretamente como referencia los resultados de la estimación intergrupos, puede afirmarse que esa capacidad queda patente cuando se comprueba que todos los regresores que se han incluido en la expresión son significativos y cuando se aprecia, además, lo elevado que es el coeficiente de determinación, y, por tanto, lo reducido que es el error que se comete al utilizar la expresión del modelo que se ha elegido. En algunos estudios que utilizan modelos gravitacionales se asume que ese último resultado es un síntoma de lo cercanos que están los intercambios de su capacidad total de crecimiento. Sin embargo, esa interpretación no deja de ser aventurada, ya que la parte no explicada por el modelo puede constituir, efectivamente, una medida del potencial de desarrollo que aún mantienen esos intercambios, pero también puede ser el reflejo de otras muchas circunstancias, entre ellas, de los problemas de especificación de dicho modelo. Como consecuencia de estos problemas, un estudio que aspire a identificar con cierta coherencia la capacidad de crecimiento de los intercambios debe recurrir a otras alternativas, como, por ejemplo, la que se utiliza en el último apartado de este trabajo (15). De acuerdo con los resultados de la estimación intergrupos, los regresores fundamentales en cualquier modelo gravitacional —el PIB de cada uno de los socios comerciales y distancia entre ellos— son altamente significativos y sus parámetros presentan los signos esperados. Este resultado, además de confirmar la validez del argumento que sirve de base a este tipo de modelos, inspirado en una analogía con la teoría de la gravedad, ratifica la influencia de dos de los factores que se destacaron en el apartado anterior de este 05 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:28 Página 81 EL COMERCIO ENTRE LA UE Y LOS PAÍSES... trabajo: el potencial económico de los socios comerciales y la mayor o menor cercanía entre ellos. La influencia del tercer factor al que se hizo alusión (la existencia de vínculos especiales, relacionados con un desarrollo tradicional de las relaciones este-oeste) no ha podido ser detectada, a pesar de las numerosas pruebas que se han realizado introduciendo diferentes variables ficticias que podrían captar su influencia. La única variable ficticia que no plantea problemas de significación en la estimación intergrupos, y que, por tanto, puede considerarse relevante en la trayectoria a largo plazo de los intercambios, es la que distingue entre las transacciones en las que participan los candidatos de Europa central y oriental que cuentan con un mayor peso relativo en ellas —la República Checa, Hungría y Polonia— y el resto (LCHP). En contra de lo que cabría esperar, el signo del parámetro asociado a esa variable es negativo, lo que podría considerarse un indicio de que los intercambios en los que intervienen esos tres países tendrían un peso relativo aún mayor si su comportamiento se aproximara más al que se aprecia en el conjunto de intercambios entre la UE y los trece países candidatos. En todas las estimaciones que se han realizado, excepto en la que no se ajusta a la estructura básica del modelo gravitacional (la que se fundamenta en la existencia de efectos fijos), los parámetros que acompañan al PIB per cápita del exportador y del importador tienen signos negativos. Este interesante resultado podría poner de manifiesto que, a pesar de los cambios que se han registrado en los últimos años, especialmente en las transacciones con algunos candidatos de Europa central, el comercio, entre la UE y sus futuros miembros sigue ajustándose a un patrón de relaciones de carácter tradicional. Esta conclusión se basa en la interpretación que suele hacerse de esos dos parámetros, que considera que el signo negativo del que acompaña al PIB per cápita del exportador indica que los productos intercambiados son, en su mayor parte, intensivos en trabajo. El signo negativo del parámetro asociado al PIB per cápita del importador se toma, a su vez, como un síntoma de que esos mismos CUADRO 7 COMERCIO INTRA-UNIÓN EUROPEA. PRINCIPALES RESULTADOS DE LA ESTIMACIÓN DE UN MODELO GRAVITACIONAL Mínimos cuadrados ordinarios C 4,85 (11,49) LYi 0,79 (41,65) LYj 0,83 (44,06) LYPi 0,51 (8,18) LYPj -0,33 (-5,27) LDij -0,84 (-19,73) LAij 0,59 (6,27) R2 0,88 R2 ajustado 0,88 Test de Hausman - Intergrupos (between) 4,76 (5,08) 0,79 (18,77) 0,83 (19,85) 0,49 (3,46) -0,36 (-2,53) -0,85 (-8,97) 0,59) (2,81 0,89 0,88 - Intragrupos. Efectos fijos (within) Mínimos cuadrados generalizados. Efectos aleatorios 4,76 (3,2) 9,10 (6,20) -3,79 (-2,36) -8,63 (-5,37) 0,99 0,99 - 5,77 (6,61) 0,81 (19,82) 0,87 (21,24) 0,71 (7,97) 0,094 (1,06) -0,69 (-8,39) 0,66 (3,20) 0,87 0,84 55,156 NOTA: La estimación por mínimos cuadrados ordinarios sobre todo el panel y la estimación intragrupos se han realizado utilizando la matriz de White. Los valores que figuran entre paréntesis corresponden siempre al estadístico t. FUENTE: Elaboración propia. productos tienen una reducida elasticidad-renta (16). Uno de los usos más interesantes que puede hacerse de los resultados de la estimación que se ha realizado consiste en utilizarlos para simular qué hubiese ocurrido con las transacciones entre España y los candidatos a la adhesión si se hubiesen ajustado al comportamiento a largo plazo de los intercambios entre esos países y el conjunto de integrantes de la UE. Para llevar a cabo esa simulación basta con tomar los valores que la estimación intergrupos asigna a los parámetros correspondientes a estos últimos intercambios, aplicando sobre dichos valores los datos sobre PIB, PIB per cápita y distancia correspondientes a España y a cada uno de los candidatos (teniendo presente, además, si se trata de transacciones con la República Checa, Polonia o Hungría). Las cifras que aparecen en las tres columnas de la izquierda del cuadro 6 permiten contemplar la imagen que surge al com- parar los resultados de ese cálculo con el valor que alcanzaron realmente en el año 2000 las transacciones entre España y los países que aspiran a integrarse en la UE. La conclusión más importante que se extrae de esa comparación es que, en ese ejercicio, los intercambios entre España y los trece candidatos a la adhesión superaron en más de un 15% el nivel que teóricamente les correspondería de acuerdo con la estimación intergrupos que se ha utilizado como referencia. Como quiera que dicho modelo sintetiza el comportamiento a largo plazo de los intercambios entre la Unión Europea y esos candidatos, carece de sentido considerar, desde este punto de vista, que las relaciones comerciales que España mantiene con éstos deben considerarse excesivamente modestas; de hecho, son más intensas que las transacciones que llevaría a cabo una economía de la UE que contara con su mismo potencial económico y su misma capacidad de exportación (expresados a través del PIB y del PIB per cápita) y estuviese separada de ellos por la misma distancia. ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II 81 05 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:28 Página 82 L. F. LOBEJÓN HERRERO CUADRO 8 VALOR REAL Y VALOR ESTIMADO DE LOS INTERCAMBIOS DE MERCANCÍAS ENTRE LA UE Y LOS CANDIDATOS A LA ADHESIÓN (*) Intercambios con el conjunto de candidatos Valor real Austria Bélgica-Lux. Dinamarca Finlandia Francia Alemania Grecia Irlanda Italia Holanda Portugal España Suecia Reino Unido Unión europea 15507,37 10393,2 3817,4 5577,0 21424,6 92537,6 3235,9 2128,4 30115,2 11192,4 1189,2 7566,2 8366,0 17950,6 231000,8 Valor estimado 27031,4 9758,4 8993,6 6397,2 31096,8 103885,1 5981,3 2575,7 33544,4 13057,5 1970,9 10105,3 9971,2 22781,3 287150,1 Intercambios con los candidatos de Europa central y oriental Variación (%) 74,3 -6,1 135,6 14,7 45,1 12,3 84,8 21,0 11,4 16,7 65,7 33,6 19,2 26,9 24,3 Valor real 14547,7 7951,8 3360,8 4792,6 14846,6 79384,8 2056,5 1524,8 23172,8 8548,9 892,7 5008,3 6691,3 12087,3 184866,9 Valor estimado 24620,5 7542,8 7301,2 5124,8 23405,5 90910,1 2860,1 1899,0 23658,0 10168,1 1310,0 6832,9 7928,4 17088,3 230649,8 Variación (%) 69.2 -5.1 117.3 6.9 57.6 14.5 39.1 24.5 2.1 18.9 46.7 36.4 18.5 41.4 24.8 * Los datos que representan el valor potencial de los intercambios se han calculado a partir de la simulación que se ha realizado, tomando como referencia el comportamiento del comercio entre los países de la UE, de acuerdo con el procedimiento que se describe en el texto. Las cifras que reflejan el valor real de dichos intercambios se han tomado de la última edición disponible de la publicación del FMI, Direction of Trade Statistics Yearbook, teniendo en cuenta, siempre que ha sido posible, los datos suministrados por el importador, y seleccionándolos de forma que estén expresados en términos FOB o transformándolos en valores FOB recurriendo al mismo método de conversión CIF-FOB que emplea la fuente estadística que se ha utilizado. Toda la información, salvo los porcentajes, está expresada en millones de dólares corrientes. ( ) FUENTES: FMI y elaboración propia. 82 Las cifras que aparecen en el cuadro 6 ponen de manifiesto que esa conclusión no varía significativamente cuando el análisis tiene en cuenta solamente las transacciones con los candidatos del centro y del este de Europa. Este resultado podría tomarse como un indicio de que los intercambios que España mantiene con esos países no acusan la influencia negativa de la falta de tradición. Podría haberse superado, por tanto, el lastre que supuso el mantenimiento, durante décadas, de un marco de relaciones muy condicionado por la existencia de problemas de carácter político (17). Si se desciende al análisis por países, lo que más resalta es la gran heterogeneidad de los comportamientos que se observan. Se aprecia un gran desfase entre los valores teóricos y los que reflejan las estadísticas, a favor de los primeros, en las transacciones con Malta, Letonia y Rumanía (especialmente con el primero de esos tres países). En el resto de los casos, el valor real de los intercambios ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II es superior al que resulta de aplicar los resultados de la estimación intergrupos; las diferencias más importantes en ese sentido se registran, por este orden, en el comercio con Chipre, Eslovaquia y Hungría. Potencial de crecimiento de las transacciones con los candidatos La inminente ampliación de la UE hacia el Este invita a completar el análisis que se ha realizado previamente con una reflexión acerca del futuro de los intercambios entre Europa central y oriental y la Unión Europea. Los problemas que plantea una estimación como la que se ha realizado en el apartado anterior para determinar la capacidad de crecimiento de esos intercambios invitan a buscar planteamientos alternativos. El que se utiliza en esta parte del trabajo se basa en la estimación de un modelo gravitacional similar al empleado anteriormente, con la que, en este caso, se intentará modelizar el comportamiento de las relaciones comerciales que tienen lugar entre los países que actualmente forman parte de la UE. Los resultados de esta nueva estimación pueden emplearse para obtener una imagen sintética y formalizada de las principales características de esas transacciones. Aprovechando, además, la utilización de una metodología muy similar, puede establecerse de forma sencilla y coherente una comparación entre dichas transacciones y las que se analizaron en el apartado anterior. En cualquier caso, la aplicación más interesante de los resultados que se obtengan consiste en utilizarlos para prever cuál puede ser la imagen que ofrezcan las transacciones entre la UE y los candidatos a la adhesión, una vez que ésta se produzca. La única diferencia apreciable entre el modelo gravitacional que se va a utilizar 05 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:28 Página 83 EL COMERCIO ENTRE LA UE Y LOS PAÍSES... en este apartado y el que se empleó en el anterior estriba en que la variable ficticia que se ha incluido en esta ocasión, aprovechando que es la que ofrece los mejores resultados, recoge la influencia de la adyacencia entre los países sobre sus intercambios mutuos (LA). La inclusión de esa variable da lugar a una expresión del modelo gravitacional generalizado, que, al aplicarse sobre los intercambios entre los países de la Unión Europea entre los años 1996 y 2000, conduce a los resultados que refleja el cuadro 7. De todos los métodos de estimación a los que se hace referencia en dicho cuadro, el que vuelve a ofrecer mayores garantías, de acuerdo con lo que indica la econometría de datos de panel, es el que se basa en la existencia de efectos fijos (18). Sin embargo, como ya se advirtió en el apartado anterior, esa metodología obliga a renunciar a la estructura básica del modelo gravitacional, ya que incluye regresores que no varían en el tiempo. Los problemas aumentan, además, en este caso, como consecuencia de que la inclusión de efectos fijos vinculados específicamente a los países que llevan a cabo los intercambios que se modelizan (los quince países que forman parte de la UE) impediría aplicar sobre los resultados que se obtengan datos correspondientes a otros países (los candidatos a la adhesión). Para hacer frente a estas limitaciones, también se ha optado en este caso por tomar como referencia la estimación intergrupos, que, si bien ofrece menos garantías desde el punto de vista econométrico, permite conservar la estructura del modelo gravitacional que se ha propuesto y podría reflejar con más fidelidad las tendencias a largo plazo de las transacciones que se analizan, separándolas de las variaciones meramente coyunturales. La información que se recoge en el cuadro 7 ratifica la capacidad explicativa del modelo que se ha utilizado, confirmando lo que ya se comprobó en el análisis de los intercambios entre la Unión Europea y los candidatos a la adhesión. De hecho, si se establece una comparación entre los resultados que se alcanzaban entonces y los que se obtienen en esta nueva estimación, se aprecia que la capacidad explica- tiva es aún mayor en este segundo caso, como lo ponen de manifiesto los valores del R2 y del R2 ajustado. Además de reflejar un mejor comportamiento empírico del modelo, este detalle podría considerarse un síntoma de que el comercio entre países de la Unión Europea es más rico en productos de mayor valor añadido que las transacciones entre éstos y los candidatos a la adhesión (19). Esta interpretación puede considerarse consistente con el cambio que se observa en el signo del parámetro asociado al PIB per cápita del exportador. El hecho de que ese signo sea positivo en la nueva estimación que se ha realizado puede tomarse como un indicio de que en los intercambios entre los países de la UE predominan los productos intensivos en capital, al contrario de lo que se apreciaba en las transacciones entre éstos y los trece candidatos a la adhesión (20). El cuadro 8 ofrece una síntesis de la imagen que se obtiene cuando se toman los valores que proporciona la nueva estimación intergrupos para el conjunto de parámetros y se aplican sobre ellos los datos del año 2000 correspondientes al PIB, al PIB per cápita, la distancia y la adyacencia de los quince países de la UE, por una parte, y de los trece candidatos a la adhesión, por otra. El resultado global de ese ejercicio de simulación asigna un valor teórico a los intercambios entre esos países, que supera en más de un 24% el valor que realmente alcanzaron según las estadísticas en ese año. Puede afirmarse, por lo tanto, desde esta perspectiva, que cabe esperar un crecimiento relativamente importante de dichos intercambios a largo plazo, una vez que se equiparen plenamente a los que tienen lugar entre los miembros de la Unión Europea en la actualidad. La interpretación general que merecen los resultados apenas varía cuando se analizan por separado los que se refieren únicamente a las economías de Europa central y oriental. La diferencia entre valores teóricos y valores reales de los intercambios sigue siendo favorable a los primeros, situándose en este caso dicha diferencia ligeramente por debajo del 25%. Este porcentaje, que debe tomarse simplemente como una cifra orientativa, dadas las limitaciones del planteamiento que se ha utilizado y del método de estimación que se ha elegido, puede aportarse, en cualquier caso, como una prueba de que la situación actual probablemente difiere bastante de la que surgirá cuando esas economías se integren plenamente en la Unión Europea. Dicho de otra forma, estos resultados invitan a pensar que el marco actual de relaciones, basado en los Acuerdos de Asociación, no aprovecha todo el potencial de crecimiento de las transacciones entre la UE y las economías de Europa central y oriental (21). Teniendo en cuenta lo que se señaló en el segundo apartado de este trabajo, debe destacarse que ese incremento merece una valoración muy diferente según se adopte el punto de vista de las economías en transición candidatas a la adhesión o de los países de la UE. Para aquéllas, este incremento supondría un importante refuerzo de la gran dependencia que su comercio exterior mantiene en la actualidad respecto de la Unión Europea. Desde la perspectiva de la UE, esa previsión supondría sólo un aumento relativamente modesto de la escasa proporción que representan los actuales candidatos en sus exportaciones y en sus importaciones. A la vista de la información que aparece en el cuadro 8, Bélgica y Luxemburgo serían los únicos países que no incrementarían sus relaciones con los candidatos a la adhesión si éstas adoptaran un comportamiento análogo al que muestran a largo plazo las que tienen lugar entre los actuales miembros de la UE. Para los otros trece países, el valor de los intercambios con los candidatos del centro y del este de Europa en el año 2000 era inferior al que resultaría de asumir ese mismo comportamiento. El mayor potencial de crecimiento se detecta en países pequeños y, salvo en el caso de Portugal, no muy alejados de los candidatos. Del grupo de economías de la UE que en los últimos años han centralizado el grueso de los intercambios con esos países sólo en el caso de Francia puede hablarse de unas diferencias importantes, significativamente superiores a la media. Las transacciones que los candidatos llevaron a cabo en el año 2000 con Italia y, sobre todo, con Alemania, se encontrarían mucho más cerca del potencial de desarrollo a largo plazo ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II 83 05 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:28 Página 84 L. F. LOBEJÓN HERRERO que representan los valores teóricos. Podría esperarse, desde este punto de vista, que la ampliación al Este de la Unión Europea diera lugar, con el paso de los años, a un comercio menos concentrado desde una perspectiva geográfica. Desde el punto de vista de España, lo que más destaca es la existencia de un potencial de crecimiento a largo plazo superior al que puede asignarse, como media, a los países de la UE, situándose concretamente por encima del 33% (del 36% si se tienen en cuenta solamente los candidatos del centro y del este de Europa). Combinando este resultado con el que se obtuvo en el apartado anterior, puede afirmarse que, pese a su reducida cuantía, la intensidad de las transacciones entre nuestro país y esos candidatos puede considerarse homologable, e incluso superior, a la que alcanzan las relaciones comerciales que los países de la UE, como media, mantienen con ellos. Este resultado no supone, sin embargo, que las transacciones entre nuestro país y los aspirantes a integrarse en la UE hayan agotado totalmente su potencial de crecimiento a largo plazo. De hecho, este trabajo muestra que la eventual ampliación al Este de la Unión Europea provocaría un impulso mayor de esas transacciones que de los intercambios entre la UE y los candidatos a la adhesión en su conjunto. 84 Según se desprende de las cifras recogidas en las dos últimas columnas del cuadro 6, la ampliación tendría consecuencias favorables para los intercambios de España con cualquiera de los candidatos, con la excepción de Turquía. Supondría un estímulo relativamente poco importante para las relaciones con países como Eslovaquia o Hungría, mientras que podría originar un incremento espectacular de las transacciones con otros, como Malta, Rumanía o Estonia. El crecimiento de las relaciones con el resto de candidatos estaría mucho más cerca de la tendencia general. Conclusiones El marco institucional en el que se han desarrollado los intercambios comerciales entre la Unión Europea y los países en ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II transición que actualmente aspiran a convertirse en sus nuevos miembros ha experimentado una transformación muy importante en el transcurso de los últimos quince años. En ese período se ha pasado de una situación caracterizada por una ausencia casi total de relaciones a un contexto que puede considerarse la antesala de la plena integración en la UE. En cualquier caso, el proceso que puede conducir a ese resultado permanece abierto, y todavía persisten importantes diferencias entre el marco que regula los intercambios entre los quince países que actualmente forman parte de la Unión Europea y el que sirve de referencia a las transacciones que éstos llevan a cabo con las antiguas economías planificadas candidatas a la adhesión. Estas últimas transacciones han crecido a un ritmo muy fuerte desde que esas economías iniciaron su transición al mercado. Su gran dinamismo explica por qué constituyen en la actualidad el componente fundamental de sus intercambios con el resto del mundo. Para los países de la Unión Europea, sin embargo, esas mismas transacciones no suponen más que una reducida proporción de su comercio exterior, aunque se aprecian diferencias significativas entre lo que representan para cada uno de ellos. Los que manifiestan una mejor disposición para los intercambios con los candidatos de Europa central y oriental son los que disponen de un mayor potencial económico, se encuentran más próximos a ellos y cuentan con una mayor tradición en el comercio Este-Oeste. La utilización de un modelo gravitacional ratifica la importancia de los dos primeros factores que se han señalado (la capacidad de producción y la situación geográfica), pero no así la del tercero. La aplicación de ese modelo revela también que las transacciones en cuestión siguen teniendo un carácter marcadamente tradicional, y que podría esperarse una mayor concentración en torno a los países de Europa central que actualmente cuentan con un mayor protagonismo en ellas (la República Checa, Hungría y Polonia). Si se utilizan como patrón de referencia los resultados de la estimación intergrupos de ese modelo puede llegarse a la conclusión de que los intercambios que España lleva a cabo con esos países, a pesar de su modestia, no pueden considerarse anormalmente bajos desde la perspectiva del comportamiento general de las transacciones Unión Europea-Europa central y oriental; de hecho, su nivel está por encima de lo que cabría esperar, teniendo en cuenta lo que se deduce de ese comportamiento. Utilizando un modelo gravitacional muy similar puede sintetizarse la trayectoria reciente de los intercambios que llevan a cabo los países de la UE entre sí. La imagen que ofrece la estimación de ese modelo puede emplearse para analizar cuál puede ser la evolución de sus transacciones con los actuales candidatos a la adhesión, una vez que ésta se consume. La simulación que se ha realizado a partir de dicha imagen revela que la ampliación de la Unión Europea podría generar un incremento de los intercambios con los países de Europa central y oriental cercano al 25%, y un aumento ligeramente inferior si el análisis se extiende a los trece candidatos. El potencial de crecimiento de los intercambios de España con esos países se sitúa, en término medio, en niveles superiores, pero oscila mucho dependiendo del candidato concreto de que se trate. (*) La redacción de este trabajo no hubiera sido posible sin la ayuda, generosa y paciente, de Elisa Álvarez López, profesora de la universidad de Valladolid. Los errores y las deficiencias del artículo son, en cualquier caso, responsabilidad exclusiva del autor. La fecha de entrega del original fue en julio de 2002. Notas (1) El objetivo fundamental de la mayor parte de esos acuerdos era establecer contingentes para limitar la entrada de importaciones de productos textiles y de confección procedentes de Europa central y oriental, en el marco de lo que establecía el Acuerdo Multifibras. Ver, por ejemplo, W. Andreff et alii, Réformes et échanges extérieurs dans les pays de l’Est, L’Harmattan, 1990, p. 42. Curio- 05 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:28 Página 85 EL COMERCIO ENTRE LA UE Y LOS PAÍSES... samente, la aplicación de medidas de protección de carácter extraordinario sobre ese tipo de mercancías es un rasgo que sigue presente en el marco institucional actual, como lo demuestra el hecho de que se hayan dejado al margen de la zona de libre cambio de productos industriales que se ha construido en aplicación de los Acuerdos de Asociación firmados a partir de 1991. (2) Las Comunidades Europeas firmaron un Acuerdo de Asociación con Turquía en 1963 e hicieron lo propio con Malta en diciembre de 1970 y con Chipre en 1972. (3) Las características concretas de los Acuerdos de Asociación y las críticas planteadas por las economías en transición respecto de su aplicación pueden conocerse mejor consultando el texto de F. Luengo, La economía de los países del Este. Autarquía, desintegración e inserción en el mercado mundial, Síntesis, 1999, p. 197 y ss. (4) Véanse, por ejemplo, J. François y M. Rombout, «Trade effects from the integration of the central and east european countries into the European Union», Sussex European Institute Working Papers, núm. 1, 2001, p. 6 y ss., y D. Simonis y M. Lambrecht, «Some economic implications of eastern EU enlargement for Belgium. Trade, FDI, migrations», Working Paper. Federal Planning Bureau, diciembre, 2001, p. 10. Este último trabajo está disponible en la dirección electrónica http://www.plan.be/ul/pub/wp. (5) En el primer caso, la proporción que representan los productos libres de aranceles ha pasado del 37% al 77%, y en el segundo, del 20% al 37%. Estas cifras no tienen en cuenta las condiciones en las que entran los productos agrarios de la Unión Europea en Polonia. Ver D. Simonis y M. Lambrecht, op. cit., p. 9. (6) Esas previsiones se elaboraron, en la mayor parte de los casos, recurriendo a modelos gravitacionales similares a los que se utilizan en los dos últimos apartados de este mismo trabajo. Algunos estudios que se llevaron a cabo en la etapa inicial de la transición llegaron a resultados análogos empleando otros planteamientos, por ejemplo, proyectando hacia el futuro las pautas que se apreciaban en el comercio exterior de los países de Europa central y oriental con anterioridad a la Segunda Guerra Mundial. Véase L. F. Lobejón, «Las relaciones exteriores: de la autarquía a la normalización», en Observatorio Económico Permanente, Economías de Europa del este, 1989-1996, un balance provisional. Informe anual del Instituto de Europa Oriental, 1997, p. 73. En análisis posteriores se han puesto en duda las predicciones que se realizaron en ese momento, especialmente las que se llevaron a cabo a partir de la estimación de modelos gravitacionales. Puede encontrarse una reflexión interesante sobre esas críticas en L. Fontagné, M. Freudenberg y M. Pajot, «Le potentiel d’échanges entre L’Union Européenne et les PECOS», Revue Économique, vol. L, núm. 6, 1999, pp. 1139-1158. (7) El sorprendente comportamiento de las exportaciones de los países del centro y del este de Europa en los primeros años de la transición no debe contemplarse, en cualquier caso, como un fenómeno carente de justificación. El vigor con el que penetraron en esa época en otros mercados, especialmente en los de los países desarrollados, puede atribuirse, entre otras razones, a la súbita desaparición de los férreos controles que existían sobre esas exportaciones, a la existencia de unos costes salariales extraordinariamente bajos, a la sobredevaluación que sufrieron sus monedas en el marco de los programas de ajuste que adoptaron, a la venta, a precios de auténtico saldo, de productos procedentes de los stocks originados por la planificación, y, por último, a la adopción de medidas que estimulaban la entrada de productos procedentes de las economías en transición en las economias occidentales. Ver, por ejemplo, UNECE, Economic Survey of Europe 1995-1996, p. 116. (8) Concretamente, de acuerdo con la información que suministra la base de datos World Development Indicators, del Banco Mundial, el valor del PIB de los países de la Unión Europea estaba en torno a los 7,89 billones de dólares en el año 2000, es decir, 21,98 veces el valor del PIB, para ese mismo año, de los países candidatos a la adhesión de Europa central y oriental, y 13,69 veces el valor del PIB de todos los candidatos (incluyendo Chipre, Malta y Turquía). (9) En 1951 se firmó un acuerdo comercial entre las extintas República Democrática Alemana y República Federal Alemana por el que muchos de los intercambios que se desarrollaban entre los dos países se consideraban comercio interior, por lo que estaban exentos de aranceles. La existencia de un acuerdo tan avanzado, que, en la práctica, se aprovechaba para llevar a cabo intercambios entre otros países del este y del oeste de Europa, contrasta con la ausencia total de relaciones comerciales oficiales entre España y cualquiera de los miembros del CAEM en esa misma época. Como consecuencia de los contenciosos políticos que mantenía con esos países la dictadura franquista, España no firmó el primer acuerdo comercial intergubernamental con uno de ellos hasta casi veinte años más tarde (en 1970) y no normalizó sus intercambios con la antigua Unión Soviética hasta 1973. Véase L. F. Lobejón, España en el comercio este-oeste, 19611991, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Valladolid, l999. (10) Los fundamentos teóricos de la expresión que se ha utilizado se analizan en los trabajos de J. H. Bergstrand, «The generalized gravity equation, monopolistic competition and the factor proportions theory in international trade», The Review of Economic and Statistics, núm. 1, vol. LXXI, 1989, pp. 143-153, y de E. Helpman y P. Krugman, Market Structure and Foreign Trade, M.I.T. Press, 1985. (11) El valor de las exportaciones, del PIB y del PIB per cápita que suministran las fuentes estadísticas a las que se ha hecho referencia está expresado en dólares corrientes de cada año. Esos datos se han transformado, con el fin de que estuvieran expresados a precios constantes y en dólares constantes, utilizando los tipos de cambio medios que se facilitan en la edición de 2001 de la publicación del Fondo Monetario Internacional, International Financial Statistics, el deflactor implícito del PIB que proporciona la referida base de datos del Banco Mundial, World Economic Indicators, y los índices de precios de las exportaciones que suministra la OCDE en el apéndice del número 70 de la publicación Perspectives Economiques de l’OCDE. Como quiera que esta última fuente estadística no facilita datos sobre Grecia, el índice de precios de sus exportaciones se ha tomado del suplemento de la revista de la Comisión Europea, European Economy, correspondiente a la primavera de 2002. Esta solución no era factible para los países que no son miembros de la UE ni de la OCDE. Para éstos se han empleado los índices de precios de las importaciones que proporciona esta última organización para los países de la OCDE que reciben sus exportaciones. (12) La utilización de una estimación por mínimos cuadrados ordinarios sobre datos de sección cruzada para un solo año era la opción habitual en los estudios de ese tipo que se realizaron en el inicio de la transición. A pesar de las críticas que se han formulado en contra de ese planteamiento, siguen apareciendo estudios que recurren a él; entre los más recientes pueden citarse los realizados por M. Brulhart y M. J. Kelly, «Ireland’s trade potential with central and eastern european countries: a gravity study», Economic and Social Review, vol. XXX, núm. 2, pp. 159-174, 1999, y L. Nilsson, «Trade integration and EU economic membership criteria», Journal of Political Economy, vol. XVI, núm. 4, pp. 807-827, 2000. Véase P. Egger, «An econometric view on the estimation of gravity models and the calculation of trade potentials», The World Economy, vol XXV, núm. 2, 2001, p. 297 y ss. (13) Si existen efectos individuales, la utilización del método de mínimos cuadrados ordinarios puede generar estimadores sesgados de los parámetros. El método basado en la existencia de efectos fijos evita este problema y permite garantizar, además, que los estimadores que se obtengan serán consistentes. Serían, sin embargo, más eficientes los que proporcionaría el método de mínimos cuadrados ge- ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II 85 05 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:28 Página 86 L. F. LOBEJÓN HERRERO 86 neralizados (asumiendo la existencia de efectos aleatorios) si pudiera demostrarse que no existe correlación entre los efectos individuales y los regresores. Si se desea encontrar una explicación mucho más completa puede consultarse el trabajo, ya clásico, de M. Arellano y O. Bover, «La econometría de datos de panel», Investigaciones Económicas, vol. XIV, núm.1, 1990, pp. 3-45. (14) Véanse P. Egger, op. cit., y A. Pirotte, «Convergence of the static estimation toward the long run effects on dynamic panel data models», Economic Letters, vol. LXIII, núm. 2, 1999, pp. 151-158. (15) Ver, de nuevo, P. Egger, op. cit., p. 297 y ss. (16) El primero de los parámetros puede tomarse como un indicador de la sensibilidad de las exportaciones de un país ante variaciones en su renta por trabajador (Y/L), e incluso, indirectamente, ante cambios en su relación capital-trabajo (K/L). Teniendo en cuenta este argumento, y asumiendo lo que establece el teorema de Rybczynski, si ese coeficiente tiene signo positivo, se entenderá que los bienes intercambiados son mayoritariamente intensivos en capital, mientras que si, como ocurre en este caso, es negativo, se asumirá que predominan los que son intensivos en trabajo. El parámetro correspondiente al PIB per cápita del importador puede considerarse, a su vez, una medida de la respuesta de las transacciones a la elasticidad-renta del país que lleva a cabo la importación. Si los productos intercambiados son bienes de elevada elasticidad-renta, las exportaciones variarán en proporción directa a los cambios que se produzcan en la renta per cápita del importador, por lo que el coeficiente será positivo. Sin embargo, si es negativo, como sucede en la estimación que se ha realizado, reflejará que predominan los bienes de elasticidadrenta baja. (17) Se trata de una conclusión que encaja con la que se ofrece en trabajos anteriores, basados también en la utilización de modelos gravitacionales. Véanse L. F. Lobejón, «El comercio este-oeste como patrón de los intercambios entre España y Europa oriental», Información Comercial Española, núm. 773, septiembre, 1998, pp. 117-131, y L. F. Lobejón (1999), op. cit. (18) Como también ocurría en el caso anterior, el valor que toma la X2 utilizada en el test de Hausman es tan elevado que puede asumirse que la probabilidad de que no exista correlación entre los efectos individuales y los regresores es prácticamente igual a cero. Ver supra, nota 13. (19) El PIB o el PIB per cápita pueden considerarse buenos indicadores de la demanda de ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II importaciones o de la oferta de exportaciones, como se asume en el planteamiento de un modelo gravitacional generalizado, si los artículos que son objeto de intercambio son productos transformados. Las transacciones de mercancías sin transformar dependen fundamentalmente de la dotación relativa de factores (incluyendo los recursos naturales, en la línea de lo que sugiere la contribución de Vanek), y no tanto del nivel de producción del país exportador y del importador, lo que debilita la capacidad explicativa de esos modelos. Los resultados de algunos trabajos en los que se realizan estimaciones diferentes por tipos de productos constituyen una prueba clara en favor de lo que se acaba de señalar. Ver, por ejemplo, R. Baldwin, Towards an integrated Europe, CEPR, 1994, p. 85, y J. H. Bergstrand (1989), op. cit., p. 146 y ss. (20) Los resultados serían aún más consistentes si también fuera positivo el signo del parámetro correspondiente al PIB per cápita del importador, ya que constitituiría un síntoma de que las mercancías que son objeto de intercambio poseen una elevada elasticidad-renta. (21) Este resultado confirma lo que apuntan, con más rotundidad, otros estudios que han intentado valorar, desde una perspectiva más general y con metodologías distintas a la utilizada en este trabajo, qué transformaciones pueden producirse como consecuencia de la ampliación al Este de la Unión Europea. De acuerdo con lo que se señala en uno de los más conocidos, las exportaciones de la Unión Europea con destino a los países del centro y del este de Europa en 1999 estarían en torno al 50% de su valor «normal» y sus importaciones procedentes de éstos no habrían sobrepasado siquiera el 40%. T. Boeri H. Brücker et alii, The impact of eastern enlargement on employment and labour markets in the EU member States. Final Report, DIW, CEPR, FIEF, IAS, IGIER, 2000. Bibliografía ANDREFF, W. et alii (1990): Réformes et échanges extérieurs dans les pays de l’Est, L’Harmattan, 1990. ARELLANO, M. y BOVER, O. (1990): «La econometría de datos de panel», Investigaciones Económicas, vol. XIV, núm.1, pp. 3-45. BALDWIN, R. E. (1994): Towards an integrated Europe, CEPR, Londres. BERGSTRAND, J. H. (1989): «The generalized gravity equation, monopolistic competition and the factor proportions theory in international trade», The Review of Economic and Statistics, vol. LXXI, núm. 1, pp. 143-153. BOERI, T. y BRÜCKER, H. et alii (2000): The impact of eastern enlargement on employment and labour markets in the EU member States. Final Report, DIW, CEPR, FIEF, IAS, IGIER. BRULHART, M. y KELLY, M. J. (1999): «Ireland’s trade potential with central and eastern european countries: a gravity study», Economic and Social Review, vol. XXX, núm. 2, pp. 159-174. EGGER, P. (2002): «An econometric view on the estimation of gravity models and the calculation of trade potentials», The World Economy, vol XXV, núm. 2, pp. 297-312. FONTAGNÉ, L.; FREUDENBERG, M. y PAJOT, M. (1999): «Le potentiel d’échanges entre L’Union Européenne et les PECOS», Revue Économique, vol. L, núm. 6, pp. 1139-1158. FRANÇOIS, J. y ROMBOUT, M. (2001): «Trade effects from the integration of the central and east european countries into the European Union», Sussex European Institute Working Papers, núm. 1. HELPMAN, E. y KRUGMAN, P. (1985): Market Structure and Foreign Trade, M.I.T. Press, Cambridge. LOBEJÓN, L. F. (1997): «Las relaciones exteriores: de la autarquía a la normalización», en Observatorio Economico Permanente, Economías de Europa del este, 1989-1996, un balance provisional. Informe anual del Instituto de Europa Oriental, Editorial Complutense, Madrid. LOBEJÓN, L. F. (1998): «El comercio Este-Oeste como patrón de los intercambios entre España y Europa oriental», Información Comercial Española, núm. 773, septiembre, pp. 117-131. LOBEJÓN, L. F. (1999): España en el comercio Este-Oeste, 1961-1991, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Valladolid, Valladolid. LUENGO, F. (1999): La economía de los países del Este. Autarquía, desintegración e inserción en el mercado mundial, Síntesis, Madrid, 1999. NILSSON, L. (2000): «Trade integration and EU economic membership criteria», Journal of Political Economy, vol. XVI, núm. 4, pp. 807-827. PIROTTE, A. (1999): «Convergence of the static estimation toward the long run effects on dynamic panel data models, Economic Letters, vol. LXIII, núm. 2, pp. 151-158. SIMONIS, D. y LAMBRECHT, M. (2001): «Some economic implication of eastern EU enlargement for Belgium. Trade, FDI, migrations», Working Paper. Federal Planning Bureau, diciembre, Bruselas. UNECE (1996): Economic Survey of Europe 1995-1996, Nueva York.