¡Tenemos una Buena Noticia! ¡Tenemos una Buena Noticia!

Anuncio
Subsidio formativo Nº 1
¡Tenemos una Buena Noticia!
Queridos jóvenes: preparándonos para la Movida Misionera 2014, que realizaremos el
sábado 25 de octubre de 2014, presentamos este primer subsidio formativo. Este es el
primero de dos subsidios que ofreceremos para la preparación de nuestras comunidades.
Se propone el subsidio para ser trabajado en un encuentro comunitario, utilizando la
metodología experiencial. El tema de este primer subsidio es “La Misión”, que tiene por
objetivos:
• Motivar y preparar a los jóvenes para participar de la Movida Misionera.
• Que cada joven tome conciencia de que es parte de la Iglesia que ha sido enviada a
anunciar la Buena Noticia.
Motivación:
El animador les propone a los jóvenes un ejercicio de escucha, a través de un tema
musical (un coro polifónico, donde se distingan varios instrumentos), y les da la siguiente
consigna: “Tratemos de individualizar cuántas voces hay, cuáles y cuántos instrumentos, cuál
es la voz principal”.
Descripción de la Experiencia:
Después de lo compartido sobre el tema musical, el animador comenta:
En nuestros ambientes, en los lugares por donde nos movemos y vivimos, hay muchas voces
que nos hablan… con diferentes mensajes… Tratemos de descubrirlas a esas voces: (van
enumerando o escribiendo en un afiche: la voz del pasarla bien, la voz de la indiferencia, la voz del
hacé lo que te gusta, la voz del consumo, la voz…)
Después que se han enumerado varias voces, preguntar:
¿La voz de la Iglesia es una voz como todas las demás? ¿Por qué?
Dejar que los jóvenes se expresen y que den sus fundamentos a lo que piensan. Tratar
de no aclarar ni entrar en debate por las diferentes posturas. Cuando todos se hayan
expresado, presentar las siguientes imágenes (pueden ser todas juntas, y darlas para trabajar
en dos grupos, o ampliarlas y presentarlas a todas juntas para ir colocándolas en dos
columnas, según las preguntas que siguen):
¿Cuáles de estas imágenes expresan lo que yo entiendo por Evangelización y ser voz de la
Iglesia?
¿Cuál expresa menos lo que es evangelizar y ser voz de la Iglesia?
1
Aporte para el animador:
animador:
Aquí te proponemos un material para que puedas iluminar lo que surge de la
actividad en relación a las actitudes de la Iglesia, es decir, de los misioneros. Es para que vos
lo leas y lo presentes a los jóvenes.
Origen y necesidad de la Misión
La misión de la Iglesia tiene su origen en la misión del Hijo y del Espíritu Santo, según el
designio de Dios Padre, que “quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la
Verdad” (Tim 2,4). Por este gran amor de Dios que da origen a la misión, se le da el nombre de
“amor fontal” (es fuente de donde nace la misión). (cfr. AG 2 y AG 7).
Dios, para poder lograr este cometido, decidió entrar en la historia de la humanidad de un
modo nuevo y definitivo enviando a su Hijo Jesucristo, para vencer a la muerte y al pecado y así
salvar a la humanidad y reconciliarla con Él. Jesucristo es por eso llamado el “Misionero del Padre”.
(cfr AG 3)
Pero todo lo que el Señor había predicado y lo que en Él se ha obrado para la salvación del
género humano hay que proclamarlo y difundirlo hasta los confines de la tierra (Hech 1,8), para que
todo lo que obró Jesucristo para la salvación de todos, llegue a los hombres de todo el mundo y de
todos los tiempos. (cfr AG 3)
Por eso es que Jesús, ya desde el principio de su vida pública, "llamó a sí a los que Él quiso, y
designó a doce para que lo acompañaran y para enviarlos a predicar" (Mc. 3,13; Cfr. Mt. 10,1-42).
Antes de subir al cielo, fundó su Iglesia como sacramento de salvación, y envió a los Apóstoles a
todo el mundo, como Él había sido enviado por el Padre (AG 5; Cfr. Jn., 20,21). (RMi 22). La
evangelización obedece al mandato misionero de Jesús: «Id y haced que todos los pueblos sean mis
discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a
2
observar todo lo que os he mandado» (Mt 28,19-20). En estos versículos se presenta el momento en
el cual el Resucitado envía a los suyos a predicar el Evangelio en todo tiempo y por todas partes, de
manera que la fe en Él se difunda en cada rincón de la tierra. (EG 19)
Para designar esta tarea de la Iglesia, se suelen utilizar los términos “misión” y
“evangelización”. Estos términos se utilizan muchas veces como sinónimos, si bien no lo son.
El Papa Juan Pablo II afirmaba en su Carta Redemptoris Missio que: “la Misión de Cristo
Redentor, confiada a la Iglesia, está aún lejos de cumplirse. A finales del segundo milenio después
de su venida, una mirada global a la humanidad demuestra que esta misión se halla todavía en los
comienzos y que debemos comprometernos con todas nuestras energías en su servicio” (RMi 1). Si
hacemos un poco de números para ver cuántos somos en el mundo los que conocemos a Cristo,
podemos verificar lo siguiente:
• El mundo tiene hoy 6.000 millones de habitantes.
• De ellos, 4.000 millones no son cristianos. Las 2/3 partes de la humanidad no conoce a
Cristo!!!
• Por lo tanto, tan sólo 2.000 millones son cristianos en el mundo. Sólo 1/3 parte de la
humanidad.
• Pero de todos ellos, solamente 1.000 millones son católicos, es decir, la sexta parte de la
humanidad. El resto de los cristianos forman parte de otras Iglesias y Comunidades cristianas:
Iglesias Orientales (ortodoxa, rusa, maronita, etc.), Denominaciones cristianas protestantes
(anglicanos, luteranos, bautistas, metodistas, etc.), Evangélicos o Pentecostales.
• Y si miramos un poco más con detenimiento a los católicos, podemos constatar que tan sólo
100 millones de los católicos asisten a Misa los domingos.
• Si avanzamos un poquito más y hacemos cuentas de cuántos de los que asisten a Misa se
confiesan y comulgan…. los números son preocupantes…
Es por ello que hoy es urgente y necesario que toda la Iglesia tome conciencia de que toda
ella es y debe ser misionera y se aboque decididamente a la tarea de anunciar a Jesucristo a todos los
hombres.
Misión y Evangelización
El término “misión” proviene de un verbo en latín que significa “enviar”. De aquí que la palabra
misión lleva consigo las ideas de “envío”, “delegación”, “encargo recibido”.
El término “evangelización” proviene del griego y significa “buena noticia”. Pone de relieve lo que
hace la Iglesia a través de sus enviados: servir al Evangelio, mostrar la presencia del Reino de Dios
y proclamar la Buena Nueva.
Si bien muchas veces se utilizan como sinónimo las palabras “Evangelización” (término que pone
énfasis en la predicación del Evangelio) y “Misión” (que pone énfasis en el mandato o envío) es
importante distinguir la actividad específicamente misionera dentro de la obra evangelizadora de la
Iglesia.
“La Iglesia tiene el derecho y el deber de evangelizar” (AG 7), lo cual constituye la dicha y vocación
propia de la Iglesia, su identidad más profunda (EN 14). Por lo tanto: la misión de la Iglesia es
evangelizar. Todo el trabajo que la Iglesia hace para anunciar al mundo el Evangelio, recibe el
nombre de Evangelización. pero no todo es Misión.
3
Las diferencias en cuanto a la actividad dentro de esta misión evangelizadora de la Iglesia nacen de
las diversas circunstancias en las que ésta se desarrolla. Mirando al mundo actual, desde el punto de
vista de la evangelización, se pueden distinguir tres situaciones (Cfr. EG 14; RMi 33):
• Primera Evangelización o Actividad Misionera Específica: Es la actividad evangelizadora
que se dirige a los no cristianos.
• Pastoral Ordinaria: Es la actividad evangelizadora que se dirige a los cristianos
practicantes, es decir, a los que por lo menos participan regularmente de la Misa.
• Nueva Evangelización: Es la actividad evangelizadora que se dirige a los cristianos
alejados, aquellos que fueron bautizados, pero luego se alejaron y perdieron el sentido vivo
de la fe o incluso no se reconocen ya como miembros de la Iglesia, llevando una existencia
alejada de Cristo y de su Evangelio
Aclarados estos conceptos, podemos delimitar el ámbito de las palabras Evangelización y Misión.
• La palabra Evangelización se utiliza para referirse a toda la actividad de la Iglesia en
cuanto que anuncia a Jesucristo.
• La palabra Misión se refiere específicamente al anuncio del Evangelio a los no cristianos
(Primera Evangelización), y un poco más generalmente, a los cristianos alejados (Nueva
Evangelización).
Sintetizando, la Misión es el anuncio de la Buena Noticia de Jesucristo que realiza la
Iglesia, principalmente a los no cristianos y también a los cristianos alejados.
En virtud del Bautismo recibido, cada miembro del Pueblo de Dios se ha convertido en
discípulo misionero (cf. Mt 28,19). Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en la
Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente evangelizador, y sería inadecuado pensar en un
esquema de evangelización llevado adelante por actores calificados donde el resto del pueblo fiel sea
sólo receptivo de sus acciones. La nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de
cada uno de los bautizados. Todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado con el
amor de Dios en Cristo Jesús; ya no decimos que somos «discípulos» y «misioneros», sino que
somos siempre «discípulos misioneros». (EG 120)
Nos dice el Papa Francisco: “Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo.
Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma
por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades”. (EG 49)
Profundización y discernimiento:
En 3 grupos leer dos tipos de evangelización, buscar las citas de la Palabra y elegir un
tipo para representar, puede ser de una situación que ya han vivido o una situación que
imaginen.
Texto para trabajar en los grupos:
Evangelización por proclamación: es el modo de Jesús que “se dirigió a Galilea y allí
proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: «El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios
está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia»” (Mc. 1, 14-15). La proclamación no
está reservada a las ocasiones públicas. Se puede realizar en el diálogo fraterno, como lo hizo
Jesús con la Samaritana (Jn. 4) o con los discípulos de Emaús (Lc. 24).
Evangelización por convocación: es el ir y llamar a todos al banquete, como lo hacen
los servidores de la parábola: “Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que
encuentren” (Mt. 22, 9).
4
Evangelización por atracción: así hace la primera comunidad de Jerusalén que, aún sin
enviar misioneros, ve acercarse “las multitudes desde las ciudades vecinas a Jerusalén” (Hech.
5,16).
Evangelizar como levadura:
levadura: es un modo menos aparente, más lento y escondido,
como “la levadura que una mujer toma y mezcla con tres medidas de harina para que todo
fermente” (Mt. 13, 33). Este modo vale, en particular, para la evangelización de la cultura.
Evangelización por irradiación:
irradiación: como la lámpara sobre el candelero o la ciudad sobre
la montaña “a fin de que vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo”
(Mt. 5,16), o como “una lámpara que arde y resplandece”, en cuya luz uno se alegra (cf. Jn.
5, 35). Se evangeliza con una conducta irreprensible entre los paganos, a fin de que “al ver
sus buenas obras, glorifiquen a Dios el día de su visita” (1 Pedro 2, 12).
Evangelización por contagio: (es algo similar a la anterior), como una lámpara que se
enciende de otra lámpara, como una sonrisa que genera otra sonrisa. Puede ser de persona a
persona, de grupo a grupo, de grupo a personas individuales que se contagian por la fe
alegre de una comunidad: “He venido a traer el fuego sobre la tierra…” (Lc. 12, 49).
“También si alguno se resiste a creer en la Palabra” pueden “sin necesidad de palabras ser
conquistados por la conducta de ustedes” (cf. 1 Pedro 3, 1-2).
Una vez que se terminó el trabajo en grupos, se hace la puesta en común.
Celebración y compromiso:
Para el momento de oración, ambientar el lugar con un rostro de Jesús, la imagen de la
Virgen y los signos de la evangelización, que se ha trabajado: la Palabra de Dios, un poco de
levadura, un poco de sal, una vela.
Comenzar con un canto y, en clima de oración, (puede ser con música de fondo), presentar
los signos recordando que es el modo como Jesús nos quiere en el mundo.
Proclamar la Palabra de Mt. 5, 1313-16.
Después de un momento de silencio, colocar estas dos frases junto a los signos… ayudando a
profundizar en el sentido que tienen.
La vocación misionera es
un “santo desespero”
porque Jesús
sea conocido y amado…
Esta sencilla definición encierra un significado muy profundo:
−
Un desespero: implica algo que es más fuerte que uno mismo. Es una desesperación, algo que
no puedo controlar. Como decían Pedro y Juan “no podemos callar lo que hemos visto y oído”
(He 3,20), o como decía San Pablo “Ay de mí si no evangelizo!” (1Cor 9,16). “Porque, si alguien
ha acogido ese amor que le devuelve el sentido de la vida, ¿cómo puede contener el deseo de
comunicarlo a otros?” (EG 8)
• Santo: esta vocación no es algo que le nace al hombre por sí sólo, sino que proviene de Dios.
• Que Jesús sea conocido y amado: en esto consiste la misión, en hacer que Cristo sea conocido
y amado por todos.
El misionero es aquel
que conoce y ama a Jesucristo,
y hace que otros también lo conozcan y lo amen…
También esta definición encierra significados muy profundos:
5
•
•
•
•
El misionero conoce a Jesucristo: El misionero es primero un discípulo que conoce a su
Maestro. El misionero debe conocer a Jesucristo y el mensaje que va a predicar. Por esto es
importantísimo que todo aquel que quiera ser misionero, se preocupe por su formación
permanente y por conocer cada vez más a Dios y su Palabra.
El misionero ama a Jesucristo: El misionero no es un simple “científico” de Dios. No basta con
conocer a Dios, sino que conocerlo implica necesariamente amarlo. El misionero es un
enamorado de Dios y es este amor el que lo impulsa a la misión.
Hace que otros conozcan a Jesucristo: El misionero es aquel discípulo que no se guarda para sí
a aquel Dios que conoce y ama, sino que se busca todo momento y toda ocasión para dar a
conocer a Jesucristo a los demás.
Hace que otros amen a Jesucristo: La misión no solamente consiste en transmitir un
conocimiento acerca de Dios, no consiste solamente en enseñar. La misión es una cuestión de
amor; implica contagiar a los demás el amor que uno siente por Dios y lograr que ellos
también lo amen.
Invitar a los jóvenes a que expresen en una palabra o una frase lo que se llevan de
nuevo o de riqueza de este encuentro.
Luego, se puede terminar con un canto o con la oración del Papa Francisco que está al
final del documento Evangelii Gaudium (La alegría del Evangelio).
Virgen y Madre María,
tú que, movida por el Espíritu,
acogiste al Verbo de la vida
en la profundidad de tu humilde fe,
totalmente entregada al Eterno,
ayúdanos a decir nuestro «sí»
ante la urgencia, más imperiosa que nunca,
de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús.
para que llegue a todos
el don de la belleza que no se apaga.
Tú, Virgen de la escucha y la contemplación,
madre del amor, esposa de las bodas eternas,
intercede por la Iglesia, de la cual eres el icono
purísimo,
para que ella nunca se encierre ni se detenga
en su pasión por instaurar el Reino.
Tú, llena de la presencia de Cristo,
llevaste la alegría a Juan el Bautista,
haciéndolo exultar en el seno de su madre.
Tú, estremecida de gozo,
cantaste las maravillas del Señor.
Tú, que estuviste plantada ante la cruz
con una fe inquebrantable
y recibiste el alegre consuelo de la resurrección,
recogiste a los discípulos en la espera del Espíritu
para que naciera la Iglesia evangelizadora.
Estrella de la nueva evangelización,
ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la
comunión,
del servicio, de la fe ardiente y generosa,
de la justicia y el amor a los pobres,
para que la alegría del Evangelio
llegue hasta los confines de la tierra
y ninguna periferia se prive de su luz.
Madre del Evangelio viviente,
manantial de alegría para los pequeños,
ruega por nosotros.
Amén. Aleluya.
Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados
para llevar a todos el Evangelio de la vida
que vence a la muerte.
Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos
Referencias:
- EG: Exhortación Apostólica “Evangelii Gaudium”, Papa Francisco, año 2014
- RMi: Carta Encíclica “Redemptoris Missio”, Papa Juan Pablo II, año 1990
- EN: Exhortación Apostólica Post sinodal “Evangelii Nuntiandi”, Papa Pablo VI, año 1974
- AG: Decreto del Concilio Vaticano II “Ad Gentes”, año 1965
6
Descargar