Anuario de Historia de la Iglesia ISSN: 1133-0104 [email protected] Universidad de Navarra España Gil Tamayo, Juan Antonio Reseña de "Historia de la Iglesia. Edad Antigua" de Jesús Álvarez Gómez Anuario de Historia de la Iglesia, núm. 12, 2003, pp. 464-465 Universidad de Navarra Pamplona, España Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35501264 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto Reseñas segunda comprende el período 1415-1787, y ocupa sólo otro capítulo. En realidad el escenario se despliega en la tercera parte («El largo siglo XIX: 1787-1919»), que se detiene en las diversas zonas geográficas, a lo largo de ocho capítulos y quinientas páginas. A continuación se estudia «la experiencia colonial, 1920-1959» (cuarta parte, compuesta de siete capítulos, que ocupa unas trescientas páginas). La última parte se dedica a la época de la independencia (1960-92), consta también de siete capítulos, y supone la mitad de espacio que la anterior. Algunos hechos, entre los subrayados por los autores son: la rapidez de la primera cristianización desde el Norte; los problemas de la colonización y del racismo; el gran crecimiento numérico de los cristianos durante el siglo XX, sobre todo entre las mujeres; las tensiones entre las misiones católicas y las protestantes; el desarrollo del cristianismo, durante los dos últimos siglos, en el África subsahariana. Al final se sintetiza la aventura cristiana de África citando, entre otros, al católico Alioune Diop, que denuncia el rationalisme desséché de Occidente, mientras aboga por desarrollar la personalidad y el genio africanos. Sin olvidar la importancia de una perspectiva internacional. Como primer mérito del volumen está el ofrecer una extensa información organizada sobre un tema casi inabarcable. La perspectiva misionológica acota los itinerarios, abrevia las reflexiones y determina la proporción de los contenidos. Pero sobre todo, ¿quién no debe interesarse por África? R. Pellitero ANTIGÜEDAD CRISTIANA Jesús ÁLVAREZ GÓMEZ, Historia de la Iglesia. Edad Antigua, BAC (Colección «Sapientia fidei. Serie de manuales de teología», 25), Madrid 2001, 356 pp. 464 He aquí un nuevo manual de la colección «Sapientia fidei», correspondiente a la Historia de la edad antigua de la Iglesia, cuyo autor es el historiador Álvarez Gómez, misionero claretiano, fallecido en junio de 2001, y que fue doctor en Historia de la Iglesia por la Universidad Gregoriana de Roma, catedrático de Historia de la Iglesia en el Instituto Teológico de Vida Religiosa de la Universidad Pontificia de Salamanca, y profesor de Arqueología en la Facultad de Teología «San Dámaso» de Madrid. Tal como señala el Autor en la presentación de su obra, «en todo presente histórico de la Iglesia vive y vibra propiamente todo su pasado. Y por eso mismo, solamente a través de un conocimiento exhaustivo del pasado en cuanto raíz del presente, se podrá conseguir que los acontecimientos petrificados de la Iglesia, que en un momento dado fueron también realidad palpitante, vuelvan a despertar a nueva vida y se conviertan en nuevos gérmenes de futuro». Esa exhaustividad, unida a una visión unitaria de los hechos y su proyección y trascendencia en el futuro, es la que adopta el Autor a la hora de sintetizar y exponer de manera didáctica los sucesos más relevantes de los cuatro primeros siglos de la vida de la Iglesia; unos orígenes que «no son para Ella la categoría de un simple arqueologismo sin vida, sin eficacia para la solución de los problemas». Esta Edad Antigua de la Iglesia se divide en el presente manual en dos periodos: la Iglesia en el Imperio romano pagano (aa. 1-313) y la Iglesia en el Imperio romano cristiano (aa. 313-400). El primer periodo es abordado con toda su peculiaridad, porque la Iglesia no posee aún una tradición preexistente de fe y organización. Destacan los siguientes temas estudiados: la primitiva Iglesia de Jerusalén; la figura y relevancia de los Apóstoles Pedro, Pablo y Juan; los orígenes de la Iglesia en España; las persecuciones y su significado para la Iglesia; el culto cristiano y la caridad fraterna; y los primeros conflictos, herejías y cismas que tuvieron lugar. El segundo periodo se AHIg 12 (2003) Reseñas caracteriza por el cambio radical de actitud del Imperio respecto a la Iglesia y viceversa: en contraposición al enfrentamiento del primer periodo, se pasa a una etapa de colaboración a lo largo del siglo IV. Las cuestiones a las que atiende el Autor en su exposición, van desde una visión global de la Iglesia en ese siglo, hasta un breve tratamiento del arte paleocristiano y de los Santos Padres y escritores eclesiásticos, para finalizar con el estudio del monacato como don del Espíritu a su Iglesia. En definitiva, un excelente manual que sabe conjugar el rigor de una exposición completa de los hechos, con el carácter sintético, pedagógico y divulgativo que se exige a una obra de estas características. Además, recoge una abundante y actualizada bibliografía del periodo histórico estudiado. J. A. Gil-Tamayo Jacques FONTAINE, Isidore de Séville. Genèse et originalité de la culture hispanique aux temps des Wisigoths, Brepols, Turnhout 2000, 486 pp. La historia produce sus mejores frutos cuando el quehacer científico ha alcanzado un determinado grado de madurez. «La Historia —decía Ortega— es como las uvas, delicia de los otoños». La regla vale, naturalmente, para los historiadores, que suelen dar sus frutos más sabrosos tras largos años de labor, indispensables para alcanzar la plenitud reservada a los maestros. Jacques Fontaine no constituye una excepción, cuando ha alcanzado la cima de una brillante carrera profesional dedicada principalmente a Isidoro de Sevilla y a la edad de oro de la cultura isidoriana en la España visigótica. Jacques Fontaine ha consagrado medio siglo a los estudios isidorianos. En 1959 vio ya la luz la primera edición de su tesis sobre Isidoro, y en 1983 la segunda, revisada y actualizada, en dos volúmenes la primera y ésta en tres, y que lleva por título Isidore de Séville et la culture classique dans l’Espagne wisigothique (Paris, 1983). Algunas de sus numerosas monografías sobre la España tardoantigua AHIg 12 (2003) e isidoriana han sido recogidas en dos volúmenes editados por «Variorum Reprints», Culture et spiritualité en Espagne du IV au VII siècle (London, 1986) y Tradition et actulité chez Isidore de Séville (London, 1988). Fontaine ha participado activamente en numerosas asambleas y congresos celebrados en distintos países, de temática relacionada con la cultura isidoriana. Me es grato recordar entre ellos el Congreso que tuvo lugar en Toledo entre los días 10 y 14 de mayo de 1989, con motivo del XIV centenario del Concilio toledano de 589, en que se forjó la unidad católica española. Un año más tarde, en París, el propio Fontaine, con la ayuda de la Fundación Singer-Polignac y en la sede misma de esta prestigiosa institución, reunió entre el 14 y el 16 de mayo de 1990 un simposio sobre Europa y la España visigoda, cuyas actas fueron editadas por la «Casa de Velázquez» con el significativo título de L’Europe heritière de l’ Espagne wisigothique (Madrid, 1992). El nuevo libro del profesor Fontaine podría ser considerado como la culminación y el remate de un largo camino. La obra está dividida en cuatro partes enunciadas así: «L’espace et le temps de l’Espagne du sud», «Une vie mouvemanté et bien remplie», «Diversité et unité d’une oeuvre originale» y «Categories et valeurs de la pensée isidorienne»; a esas partes hay que añadir un epílogo sobre la huella isidoriana en la cultura europea, «Les sillages européens d`Isidore». Ocho apéndices completan el volumen. En resumen, nos encontrarnos ante la flor y el fruto de la inmensa obra de un gran hispanista, aunque haya que decir que este apelativo, en el presente caso, resulta pequeño. Porque Jacques Fontaine es mucho más que un hispanista, e impregnado de patriotismo isidoriano, termina su introducción al libro invocando a aquella que Isidoro llamaba Mater Spania: «cette Espagne declara qui est devenue pour moi une seconde patrie». J. Orlandis 465