Estudio de Dolly Mejía dic 12 de 2014 2

Anuncio
Elementos posmodernistas en la actitud poética de Dolly Mejía
María Stella Girón López
Universidad de Antioquia
El Proyecto Memorias y archivos literarios (SILC-Jericó)1 asumió como parte del
objeto de su problemática el estudio de la obra literaria de tres mujeres jericoanas: Laura
Montoya Upegui, Luz Vallejo de Zuluaga y Dolly Mejía Moreno. Viajeras por geografías
del país, marcaron rutas de su actividad personal y literaria en Jericó, Medellín, Bogotá,
Cartagena, Barranquilla, Madrid y París e imprimieron huellas de su vida en otros países,
como en el caso de la Madre Laura Montoya. Otros escritores objeto de estudio fueron Juan
Bautista Jaramillo Meza, Fernando Prieto Arango, José Restrepo Jaramillo, Amílcar Osorio
y Darío Lemos. Todos estos trabajos se encuentran reunidos en el sitio web del municipio
de Jericó.
El propósito de este trabajo es hacer una reflexión sobre elementos posmodernistas
en la actitud poética de Dolly Mejía (Jericó, 1920- Bogotá, 1975) en sus libros Presencia
del amor y Raíz del llanto publicados en la Antología poética de 1956, últimos libros de su
incursión en este género sin desconocer su aproximación al ensayo corto en prosa poética y
su propuesta dramática escrita en verso.
Dolly Mejía es autora de las obras: Las Horas doradas (1945), Alborada en la
sangre (1946; 1949), Raíz del llanto (1948), El pastor y sus estrellas (1949), Manos atadas:
1 El Proyecto Memorias y archivos literarios (SILC-Jericó) se propuso contribuir a la recuperación, preservación y divulgación de
patrimonio literario del municipio de Jericó. Para este fin, se elaboraron biobibliografías, estudios y archivos documentales de los
siguientes autores jericoanos o adoptados por Jericó: Amílcar Osorio, Darío Lemos, Dolly Mejía, Fernando Prieto Arango, Juan Bautista
Jaramillo Mesa, José Restrepo Jaramillo, Madre Laura Montoya Upegui, Luz Vallejo de Zuluaga. Se continuó con la lista de autores
jericoanos iniciada por el Centro de Historia y se elaboró el índice de la revista Jericó: órgano del Centro de Historia de Jericó. Otro de
sus compromisos fue la realización del Encuentro Manuel Mejía Vallejo un memorialista de su sociedad y su tiempo en el que
participaron estudiosos e investigadores de la obra de este escritor y la realización de eventos en la Universidad de Antioquia y en el
municipio de Jericó para divulgar sus resultados. Se apoyó para la investigación bibliográfica en los procedimientos metodológicos del
Sistema de información de la Literatura Colombiana (SILC) base de datos alojada en el OLIB de la Biblioteca Central de la Universidad
de Antioquia, a la que se ingresaron alrededor de setenta y ocho fichas.
poema dramático en tres actos (1951), Presencia del amor (1954) y Antología poética que
reúne las obras o parte de ellas: Alborada en la sangre, Presencia del amor, Las horas
doradas, Raíz del llanto. Algunos de sus poemas incluidos en estas obras fueron divulgados
en periódicos y revistas de Jericó y Medellín y en antologías poéticas regionales, nacionales
y de otros países. María Mercedes Jaramillo2 agrega a su bibliografía la publicación de
poemas en antologías editadas en Medellín, Bogotá, La Paz y en Buenos Aíres. Su
presencia en estas antologías es indicio de la recepción de su obra, pero hasta el momento,
no se han encontrado estudios sobre ella.
Se parte de su obra publicada en libros entre 1945 y 1956, constitutiva de La
Antología poética3 que reúne la mayor parte de su producción escrita en verso. En esta
edición se publican ciento cincuenta y seis poemas de sus libros: Alborada en la sangre (p.
7-84) conformada por cuatro títulos: I. “Alborada en la sangre”, II. “Rosas de invierno”, III.
“Poemas de amor”, IV. “Plenitud”; Presencia del amor (p. 85-176); Las horas doradas (p.
177-263) y Raíz del llanto (p. 265-324), aunque en el libro no hay señales que indiquen
partes de este último, en el índice aparecen los siguientes subtítulos: “Memoria del amor”,
“Presencia de la muerte” y “Raíz del llanto”.
En esta Antología predomina en su aspecto métrico la confluencia de endecasílabos,
alejandrinos, heptasílabos, octosílabos y hexasílabos, la mayoría de ellos organizados en
cuartetos o cuartetas de impares sueltos y pares asonantes; se encuentran con frecuencia
poemas poliestróficos sueltos y poliestróficos encadenados. Se desarrollan temas como el
amor, el cuerpo, el erotismo, la muerte y la maternidad frustrada.
El poemario Presencia del amor pareciera que no tuviera una edición autónoma,
pues solamente se ha encontrado como componente de la Antología poética. Está
constituido por cuarenta y cuatro poemas. En ellos se percibe cierta tendencia a incluir otras
3
Jaramillo, María Mercedes. (1991). Mejía, Dolly (Jericó 1920-Bogotá 1975). p. 403-404. En: ¿Y las mujeres? Ensayos sobre literatura
colombiana. Medellín: Universidad de Antioquia.
3 Mejía, Dolly. (1956). Antología poética. Bogotá: Ediciones Mundial.
formas poéticas o hacer variaciones sobre las ya establecidas en otros libros de la autora.
Aparecen muchos poemas pareados. Se utilizan con frecuencia estrofas de cinco, siete,
trece, quince, dieciséis y hasta diecisiete versos o se encuentran estrofas cortas unidas a
cuerpos estróficos extensos; aunque persisten los cuartetos, las cuartetas y los impares
sueltos y los pares asonantes ya sea en metros largos o cortos se observa que, en algunos
casos, la rima va decayendo en su uso, aunque no puede hablarse propiamente de
versolibrismo. Continúan los poemas poliestróficos y se integran estrofas de distintos
números de versos que se alternan con estribillos. Se manifiesta con frecuencia un verso
independiente al principio o al final que se constituye en clave de sentido. Se observan
también variaciones temáticas. Persiste el canto al vientre fecundado o al deseo de ser
fecundado o a la frustración de no estarlo; se acentúa la expresión emotiva y posesiva hacia
ese otro, el amado, y en algunos poemas se asume la ruptura del amor, o la separación, pero
por la muerte. O también se dan otras manifestaciones del amor, por ejemplo, al padre y a
la patria chica. Aparece el suicidio.
Podría decirse que Raíz del llanto (1948) es la obra de mayor elaboración poética de
la autora. En sus poemas aparecen metros tanto cortos como largos y van emergiendo
indistintamente: bisílabos, trisílabos, tetrasílabos, pentasílabos, hexasílabos, heptasílabos,
octosílabos, endecasílabos, dodecasílabos, tridecasílabos, alejandrinos, octodecasílabos,
incluso versos de veintidós sílabas los cuales pierden poco a poco la rima, aunque se
mantiene la asonancia par, se advierte el paso del verso a la prosa poética que se concreta
en su libro El pastor y sus estrellas de 1951 constituido por veinticinco ensayos breves en
los que habla sobre sentimientos, valores, actitudes y estados que se desarrollan a través de
asuntos como: el amor, la vida, la muerte, el tiempo, la alegría, la creación, el recuerdo, la
paz, el hastío, el cansancio, la espera, el llanto, la soledad, la tristeza, la fe, la soberbia y la
duda.
En Raíz del llanto hay preponderancia de la combinación de endecasílabos con
heptasílabos, también de dodecasílabos con hexasílabos, y combinación de diversos metros
en las estrofas. Se encuentran estrofas pareadas, cuartetas, cuartetos, y en general, estrofas
de siete, ocho, trece, quince, veinte, cuerpos estróficos de veintidós, veintitrés y hasta
veintisiete versos. Muchos poemas conservan su forma poliestrófica encadenada a partir de
la repetición total o parcial de versos de inicios de estrofas o de estribillos interestróficos;
así mismo anáforas al comienzo de estrofas y muchas veces se presenta metro combinado.
Se encuentran poemas de seis, siete, ocho, nueve estrofas. Otros al comienzo y al final
tienen cuartetos que enmarcan estrofas de un número considerable de versos. Se juega
también con la estructuración sintáctica temporal, trasladando la evocación del pasado al
presente de la enunciación, que da origen a pequeños relatos; o con la recurrencia sintáctica
de elementos oracionales en muchos casos mediante la acumulación de elementos se genera
descripciones. Permanece su grito de dolor frente a la maternidad frustrada, se enfatiza la
expresión erótica, se describe patéticamente la muerte y estados de desdoblamiento hacia
ella con imágenes fantásticas, llegan los recuerdos de adolescencia, la presencia de la
madre, del padre y se reitera la constante de toda su obra, la anfibología de la sangre.
Tomás Navarro Tomás en Métrica española4 en su capítulo “Posmodernismo”,
siguiendo el procedimiento utilizado en toda su obra, elabora una sinopsis sobre la
manifestación de versos, ritmos, estrofas y poemas en este periodo con ejemplos
ilustrativos de la poética en cuestión tomados de Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo
Diego, García Lorca, Vicente Aleixandre, José Gorostiza, Rafael Alberti, Jorge Carrera
Andrade, Xavier Villaurrutia y Luis Cernuda, entre muchísimos otros. Frente a la estrofa de
pareados presenta casos de Jorge Guillén.
Para Antonio Quilis la estrofa pareada
[…] es la más sencilla; está formada por dos versos que riman entre sí.
El pareado forma por sí solo una estrofa, empleado sobre todo como expresión
popular en la formación de refranes y máximas filosóficas. Los dos versos que
4 Navarro Tomás, Tomás. (1986). Posmodernismo. En: Métrica española : reseña histórica y descriptiva. p. 471-500. Barcelona:
Editorial Labor, S. A.
forman el pareado pueden ser iguales […] o diferentes […] lo importante, es
que tenga una sola rima. También los pareados pueden unirse formando
composiciones más amplias […]5.
Este tipo de estrofas que según Quilis están presentes en todas las épocas de nuestra
literatura y según Tomás Navarro Tomás se manifiestan también en la poética
posmodernista, se encuentran en Presencia del amor: “Canción a la niña-madre”, p. 87-88;
“Cuando dore la espiga”, p. 95-96; “Inmemoriam”, p. 97-98; “Tus manos”, p. 101-102;
“Presencia del recuerdo”, p. 125-126; “Carta a un muerto”, p. 139-140; “Canción para unos
cabellos de vino”, p. 159-160; “Canción a una vida solitaria”, p. 163-164; “Futuro”, p.
169-170; “Plenitud”, p. 173-174; “renunciación”, p. 175-176 y, en Raíz del llanto:
“Memorias del amor”, p. 267-268; “Adolescencia”, p. 269-270; “Noche en ti”, p. 289-290 y
“Vacío”, p. 297-298.
Una mirada detenida sobre los poemas seleccionados permite hacer las siguientes
consideraciones:
En algunos casos, se encuentra una relación semántica entre causas expuestas en los
versos impares y sus respectivas consecuencias en los versos pares, acompañada de una
correlación anafórica en los impares y de otra dada por la asonancia propia de los pareados.
La enumeración de elementos o de circunstancias en algunos poemas propicia la formación
de descripciones. Esta iteración apoya la afluencia rítmica que desencadena secuencias de
figuras que conducen al levantamiento de una imagen central en el poema. Esta
estructuración poemática muestra que ya no es solo determinante el sonido de la poesía
tradicional sino la construcción de la imagen más próxima a la poesía moderna.
“Canción a la niña-madre” es un relato de una niña de quince años que en su
embarazo repentino de enero a septiembre se presentan momentos de transformación de
partes de su cuerpo con la presencia del nuevo ser en la sangre. Seguidamente, por medio
5 Quilis, Antonio. (1985). Métrica española. P 95. Barcelona: Editorial Ariel, S. A.
de otras secuencias de anáforas, se describe la pérdida de peso de partes del cuerpo que le
va subsumiendo la tierra. A los nueve meses, en septiembre, su cuerpo se diluye en luceros.
Canción a la niña-madre
El amor pasó un día y se ahuecó en su vientre
ensanchando su carne desde enero a septiembre.
[…]
Su sangre fue formando el pan para el secreto
que abajo de su torso quemaba como un fuego.
La niña que era leve fue quedando en el suelo
apegada a la tierra por el vital proceso.
[…]
No pesaban sus piernas que eran tallos de humo,
la fatiga se alzaba más allá de sus muslos.
No pesaban sus ojos que eran gotas de agua,
ni el musgo de su pelo, ni el olor de su cara.
Ni sus dedos agudos, ni su voz temporada,
ni sus brazos eternos, ni su garganta pálida.
No pesaban sus hombros que eran camelias breves,
la sumía en la tierra la raíz de su vientre.
La niña que era frágil como un grumo de nieve,
se dispersó en luceros cuando llegó septiembre!
Puede darse el caso también de correlación sintáctica en donde los pareados impares
indican situaciones pasadas o presentes y prospectan futuro en los versos pares. Muchas de
estas situaciones expresan elaboraciones fantásticas en las que se anuncia la poca
factibilidad de que el hecho ocurra. Reiterando que lo pasado no cambia o que si se da en el
futuro sería un absurdo, ya que muchas veces, para que esa situación se dé afectaría el
orden lógico de los fenómenos de la naturaleza o indicaría el cese de los procesos o de la
vida.
“In memoriam” es un poema de siete estrofas pareadas entre las que se alterna un
verso a manera de estribillo parcial. Se parte de un expresión tópica: “Que cómo era mi
padre?/”. En la construcción de su imagen el estribillo parcial exhorta a la imaginación de
su figura mediante circunstancias que acentúan la significación: río diluido en su música,
lago colmado de lotos, mariposas sobre pétalos niños, amanecer inundado de pájaros, rosal
cubierto de nieve, amargura más oscura y se alterna con los pareados que a partir de la
enumeración intensifican mediante formas sintácticas una imagen de la aparición de la
muerte y del consecuente dolor que en la voz poética producirá esa ausencia.
In memoriam
Que cómo era mi padre?
Imaginaos un río detenido en su música!
Sus venas rumoraban como un enjambre vivo
y era su voz un lento gotear de rocío.
Imaginaos un lago colmado de lotos!
Sosegadas y limpias sus pupilas ardían
del color de la arena, de la miel, de la espiga.
Pensad en mariposas sobre pétalos niños!
[…]
En la construcción poemática pueden darse partes muy bien definidas como un
antes y un después donde cada una de ellas puede manifestarse en secuencias de
repeticiones léxicas constituyendo conjuntos de anáforas para construir énfasis temáticos.
En “Futuro” mediante series de preposición más demostrativo se indican a través de
recurrencias sintácticas el tránsito del amor a las lágrimas, al dolor, al adiós, a la oscuridad,
a la soledad, a la nada. Todo presentado para que la consecuencia del amor sea la muerte.
Futuro
Por esta luz que aúna nuestros cuerpos
nos nacerán mañana lotos negros.
Por esta ruta inaugurada a besos
transitará el arcángel del silencio.
Por esta llama alzada en nuestra sangre
nos sitiarán cenizas perdurables.
Por este aroma que nos trae el alba
se apagará la flor como una lámpara.
[…]
Por este goce innumerable y claro
se cuajarán de lilas nuestros labios.
Por este miel de fruta madurada
vendrá la soledad ilimitada.
Por este sol que dora nuestros sueños
mañana lloraremos… lloraremos…
El juego de pareados impares-pares, así se conserve la correlación causaconsecuencia de cada estrofa, puede articular poemas poliestróficos sueltos. Este tipo de
poema, según Antonio Quilis, “[…] es aquel en que las estrofas constituyentes guardan una
simetría formal e independiente, siendo lo único que les une el aspecto conceptual, es decir,
la unidad temática común a todo el poema […]” (1985: 120). Esta construcción propicia la
acumulación de circunstancias que a la vez generan secuencias de figuras parciales o
coherentes con respecto a una imagen global.
Esta situación puede verse en “Vacío” poema en el que a partir de una serie de
anáforas constituidas por el adverbio “cuando” permite las correlaciones sintácticas causaconsecuencia y presente-futuro, para establecer una correspondencia entre situaciones
presentes prospectadas a situaciones futuras:
Cuando le falte al hombre la visión del lucero,
la raíz de la sangre se quebrará en silencio.
Cuando no tenga el tacto sentido de dulzura,
serán de piedras agrias las flores y la espuma.
Cuando cierra los párpados la rosa del oído,
tendrá los pies descalzos la espiral del sonido.
Cuando el olfato ponga candados a sus túneles
en coágulos de niebla se apretará el perfume.
Cuando la voz se incendie girando en la garganta,
en lívidos fantasmas morirán las palabras.
Cuando no hiera el árbol el vientre de la tierra,
llamaradas estériles ceñirán su corteza.
Cuando el viento no empuje su fresca melodía,
será la brisa inmóvil y azul cristalería.
Cuando el mar se fatigue de columpiar sus aguas
serán salobres témpanos veleros y fragatas.
Cuando el pájaro borre la curva de su vuelo
fatídico silencio se elevará al cielo.
Esta estrofa fue también expresión común en Veinte poemas de amor y una canción
desesperada6 de Pablo Neruda: poema 4. “Es la mañana llena…”, p. 21-24; poema 5. “Para
que tú me oigas”, p. 25-29. Intercalación de pareados y tercetos: poema 7. “Inclinado en las
tardes”, p. 35-38; poema 8. “Abejas blancas zumbas…”, p. 39-43; poema 10. “Hemos
6 Neruda, Pablo. (1944). Veinte canciones de amor y una canción desesperada. Argentina: Editorial Losada.
perdido aún”, p. 49- 52. Combinación de pareados con tercetos y estrofas de cinco versos:
poema 20. “Puedo escribir los versos…”, p. 93-97 y “La canción desesperada”, p. 99-105.
También en Soledades I.7 (1936-1945) dedicado a “Los compañeros de Piedra y
Cielo” de Jorge Rojas en los poemas: “Salmo de la triste desposada”, p. 146-148 y “Salmo
de los árboles”, p. 149-150. Pueden establecerse coincidencias en usos del lenguaje
metafórico y resolución fantástica en poemas de Jorge Rojas escritos en la época de
producción de Dolly Mejía; también con la temática de la sangre: Sonetos de la sangre8: I.
“Memoria de la sangre”, p. 103; II. “Materia de la sangre”, p. 104; III “Destino de la
sangre”, p. 105 de Jorge Rojas. Y los títulos: Alborada en la sangre: “Espera de la sangre”
y “Caminos de sangre” de Dolly Mejía.
No se escapa a Dolly Mejía la propuesta dramática escrita en verso con su obra
Manos atadas: poema dramático en tres actos (1951)9, en la que entra una canción escrita
por la autora para esta obra: un poema poliestrófico encadenado acompañado de secuencias
de anáforas y estribillos en el que combina versos largos y cortos que representa la
situación dramática de Nubia originada por el gran amor que le profesa a Julián, su esposo,
el dolor que le produce el desamor de éste, su frustración por el deseo fallido de ser madre
y el verse obligada a simular amor y cuidado al hijo de Julián que no es de sus entrañas,
causantes de su dolor, soledad, rencor, indiferencia y desesperanza por su doble frustración
como mujer y como madre. Arturo Camacho Ramírez además de su obra poética, cuenta en
su producción la pieza teatral Luna de arena10 y ni qué decir de los poemas dramáticos de
Federico García Lorca.
7 Rojas, Jorge. (1986). 3. Soledades I (1936-1945). p. 107-163. Bogotá: Procultura. Presidencia de la República. Nueva Biblioteca de
Cultura Colombiana.
8 Ibídem.
9 Mejía, Dolly. (1951). Manos atadas: poema dramático escrito en tres actos. Bogotá: Editorial Kelly.
10 Camacho Ramírez, Arturo. (1986). Luna de arena. En: Camacho Ramírez, Arturo. Obras completas. p. 157-265. Bogotá: Procultura.
Presidencia de la República. Nueva Biblioteca Colombiana de Cultura
Dolly Mejía vive entre 1920 y 1975 espacio de grandes tensiones en la poesía
colombiana. A través de la fuerza expresiva y rítmica de su producción poética nos
encontramos con una escritora que atraviesa los límites de la región y se encuentra con
formas de expresión en las que confluyen palimpsestos modernistas, vanguardistas, de la
Generación del 27, del impacto poético de Juan Ramón Jiménez, de la exploración hacia el
encuentro de un lenguaje propio y la elaboración de metáforas con cortes fantásticos de los
Piedracelistas, de los ecos remotos de Whitman y presentes de Neruda. En Dolly Mejía está
la huella de esa confluencia de luchas en aras a una renovación poética en el siglo XX que
conducen a las representaciones gráficas, al versolibrismo, a los versículos, a las líneas
poéticas.
Descargar