Resumen Francisca Yo Te Amo

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[ESCRIBIR EL NOMBRE DE LA COMPAÑÍA]
Resumen Francisca Yo Te
Amo
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01/01/2012
Personajes:
Francisca: Equilibrista del circo Metrogoldin.
Jaime: Amigo de Alex
Olga: tía de Alex
Patricia, Marion, Colorín :Los Cordingley, hermanos de verano en
Quintero de Alex y Jaime. (Son de Valparaíso)
Mamá de Francisca: Ex circense, ahora dedicada a la artesanía.
Juan: Papá de Francisca, dueño del circo Metrogoldin.
Esteban: Primo de Francisca.
I El Umbral
Nuestra casa estaba sobre la playa las conchitas y al frente la bahía
azul.
Era hermosa nuestra casa en Quintero, fría en ambiente , pero una
chimenea entibiaba , no mucho , pues tenia demasiado tiraje.
Este año llegamos como siempre haciendo transbordo en San
Pedro, después de 3 horas de viaje desde Santiago, para luego
tomar la locomotora de carbón. Los pasajeros que viajaban a
Quintero excedían la capacidad de la máquina, y todos luchaban
por un asiento. Jaime duerme y yo pienso en Marion, la veré otra
vez este año. Esta vez tengo que atinar , ya me fui en banda el
verano pasado, tengo todo Enero , ya que después viajo con Jaime
al campo de sus padres a Monte Patria.
Por fin llegamos, la locomotora se detiene y aparecen las luces del
comercio en Quintero. Llegamos a la casa, la tía nos ordenó hacer
las camas, pero Jaime sugiere ir a dar una vuelta.
- ¡Están locos! ¡Habrase visto, con todo el verano por delante! alega mi madre.
Ya de noche Jaime se duerme inmediatamente, yo pienso en lo
que me espera este verano, sin intuir lo que iba a tocarme vivir.
II
La primera visión : En la lancha , yo nadaba hacia la Roca de las
Gaviotas, donde estaba Marion, Patricia y Jaime.
Ella iba en la embarcación, me sonreía y me miraba, yo solo
flotaba para poder admirarla hasta que la lancha se alejo.
Tenía el cabello castaño miel, abundante, sus ojos verde
esmeralda, su mirada y su sonrisa tenia una belleza inocente. Me
llamó la atención su ropa y su cuerpo, vestía como los
pescadores y se notaba un cuerpo de consistencia vigorosa.
Sentí frío y nade hasta la roca, Marion me ayudo a subir.
-Cuando estabas flotando por ahí a medio camino casi me
pareció que te habías quedado dormido- me dijo Marion.
-No , estaba nada más soñando.
-¿Qué dices?
-Nada Marion, nada.
Ya en la noche , antes de dormir le conté a Jaime sobre la chica,
al principio no me tomo en serio, pero mi tono de voz le llamó la
atención.
-Podríamos estar frente a un caso de amor a primera vistacomentó Jaime- mañana la verás otra vez y le hablaremos.
Pero no la volvimos a ver.
Jaime ya se esta aburriendo, hemos recorrido todos lados,
patiparreamos por todas las playas hasta el balneario de
Ventanas. Mi desconocida parecía haberse esfumado.
III
El papá de las Cordingley había llegado de Santiago, y se las
cedimos ese día.
Para poder conversar fuimos con Jaime a el casino del Papagayo,
lugar que de día era un restaurant y de noche una quinta de
recreo para comer y bailar. Llegaban allí todo tipo de personas
desde pescadores hasta reclutas de la base aérea y gente de
trigo no muy limpio.
Jaime me comenzó a dar cátedra sobre la monogamia, pues él
tenía polola en Santiago y estaba interesado en Patricia, yo lo
escuchaba, pero después no y comencé a distraerme mirando la
gente. Entonces de pronto , la vi.
Tres mesas más allá estaba ella, con su sonrisa:
-Ella está aquí- musité
-Fantástico, ya le hablaremos o la sacas a bailar.
-No, Jaime , ahora no.
-Te has vuelto loco, hemos trotado 3 días buscándola y no vas ha
aprovechar la ocasión. ¿Dónde está?.
Se la señale, ella se levantó a bailar con hombre que parecía su
padre por la actitud que tenía con ella.
-Esta muy buena- comenta Jaime- pero tiene algo raro, perdona
que te lo diga, pero no encuentras rara su sonrisa, la tiene como
pegada.
-Es tan bonita- dije.
Ya nos vamos, yo no me atreví a sacarla a bailar, me cohibía el
hombre y la mujer madura que estaban con ella , y el que me
rechazara después de haberla buscado por 3 días, y quedar en
ridículo con Jaime.
IV
Al otro día fuimos a la cueva del Pirata, pues el Colorín dispuso
una excursión, ya que su padre le había hablado de los piratas y
corsarios, y del tesoro que supuestamente estaba fondeado en
la cueva del pirata. Decidió ir por el camino difícil, casi
inaccesible y protegido por roqueros.
Mi interés por Marion había cambiado, no podía dejar de pensar
en mi desconocida, y ella se daba cuenta. Cuando el camino casi
desapareció se volvió resbaloso por las rocas y algas, entonces
Marion resbaló y sus rodillas dieron con una piedra cubierta de
choritos. Por fin llegamos a la cueva. Nos instalamos en una
ensenada, comimos y nos bañamos varias veces, menos Marion.
-Me sigue doliendo la rodilla. Me gustaría regresar luego- dijo
Marion.
-No podemos volver por las rocas- comento Jaime- Marion no lo
resistiría, hay que buscar un camino por el cerro. Un poco hacia
el poniente empieza la zona de las caletas de pescadores.
-Jaime , tienes razón- dije- yo iré a explorar el terreno.
Caminé hacía el norte, luego de varios ribetes y macizos llegue al
pie del cerro ¿Qué había más allá de esa esquina?. Continúe y al
virar la curva estaba la caleta y ella bañándose. Me acerqué
mirándola, su cabello suelto, su figura atlética. De súbito giró y al
verme me llamó:
-¡Ven, ven, tú, ven!
Al acercarme me salto y me hundió bajo el agua, al salir ella reía,
yo me aleje un poco. Ella dijo de nuevo
-Ven, ven, tu, ven.
Y corrió a sentarse en la arena. Me senté frente a ella, su
hermosura me producía un dolor interno.
Luego de sorpresa me lanzó arena en la cara , y yo le caí encima
afirmándole las manos.
-Nunca más, lo prometo –dijo con voz enternecedora y la solté.
Se acostó de espalda al sol me tomo la mano y agregó:
-Tú no trabajas
-No, estudio, ¿y tú?
-Yo no, vivo arriba, a veces.
Miré y vi 3 casa.
-Si ,a veces estoy en el circo con mi papá- agregó.
Sus ojos entristecieron y calló, y empecé a comprender.
Entonces oí las voces de Jaime y Patricia y temí ser sorprendido.
-Me tengo que ir
-Ven a verme- pidió ella
-Si, mañana en la tarde.
-Tendré pan amasado.
Corrí a donde mis amigos y demoré lo más que pude el regreso,
ella ya no estaba.
V
Al día siguiente no pude dejar de pensar en ella y en lo que
posiblemente pasaría en su casa.
Lo que tenía claro , era que no podría juntarla con mis amigos,
Marion no comprendería que la dejara por una muchacha de una
caleta de pescadores y que además trabaja en un circo ¡un circo!
A las cuatro y media comencé a arreglarme, y salí con mi mejor
pinta, Jaime quería conversar pero le dije que tenia una cita y
entendió.
Llegue a la casa que suponía era la de ella (la más grande), la
puerta se abrió antes de que yo golpeara, era una mujer alta y
gruesa.
-Pase usted joven
Todo era humilde pero limpio y bien cuidado, lo que más me
llamó la atención fue que había cachos de buey por todas partes.
Desde la puerta de la cocina me llamó.
-Que bueno que llegaste, ven a la cocina.
Allí estaba lavándose la masa de las manos.
-Oye –me dijo- ¿Cómo te llamas?
-Alex , ¿y tú?
-Francisca ¿te gusta?
-Si
La madre de Francisca me invito a espera en una terraza , donde
jugaban ajedrez el padre de Francisca (Juan) y Esteban. Don Juan
me saludo cordialmente, pero Esteban solo se limito aun seco
“buenas tardes”
Luego me dedique a observar el ambiente, y me pude dar cuenta
que no eran pescadores, modulaban y se expresaban bien.
Luego la mamá de Francisca comenzó a preparar la once.
En la conversación entre Juan y Esteban me entere que al día
siguiente saldrían de viaje con el circo, pero afortunadamente
Francisca se quedaría un tiempo con su mamá. En la mesa
conversaban relajadamente y pude enterarme de aspectos de la
familia, pero me preguntaba ¿Cuántos días pasaría Francisca con
su madre? ¿Pensaban ellos que yo resolvería no tratarla mas en
cualquier momento ahora o muy pronto, al ir constatando en
que medida estaba ella desprovista?.
Me pidieron que hablara de mi vida, mis estudios, mi familia.
Luego Francisca me mostro el taller de su madre y cada una de
las máquinas, luego puso su carita muy cerca de la mía y me dijo:
-Alex, yo te quiero mucho ¿ quieres que te lo diga otra vez?
-Si Francisca.
-Te quiero mucho.
VI
Desde entonces no dejamos de vernos ni un solo día. Sabia que
Francisca debía marchar, y siempre estaba al acecho. Ella solo
vivía , para Francisca las cosas eran , solo importaba que ahora
éramos felices, el mañana era eso, mañana.
-¿Vendrás mañana?
-Si Francisca
-Que bueno. Me haces tan feliz, Alex.
Era como si le hubiera dicho vendré siempre.
Paseábamos por la plata en las mañanas, en las caleta Francisca
y yo bajábamos cada mañana por un sendero desconocido, por
lo que rara vez llegaban veraneantes a ese sector. La caleta nos
pertenecía…
Acostados en la plata, ella me besa y acentúa su sonrisa, aquella
que me sedujo, y que sigue asiéndolo. Quisiera estar así para
siempre.
VII
El hecho de encontrarme con alguien de mi antiguo grupo me
aterraba, la sola idea de que le conversaran a Francisca y la
hicieran hablar me angustiaba.
La semana quinterana estaba en su apogeo.
Luego de rogar, la madre de Francisca la dejó ir a la “Fogata de
vida sana” que se realizaba de noche en el bosque frente al mar
entre Quintero y Ventanas.
Me preparo con anticipación para ir a la fogata y Jaime me invita
a ir con ellos, pero callo en el momento en que mi madre y mi tía
entran, ellas están preocupadas pues se han dado cuenta de mi
alejamiento del grupo, y sospechan que tengo amoríos con una
mujer mayor. Ya llegará el momento para hablar con Jaime, por
ahora me retiro a mi panorama.
Con Francisca nos instalamos en primera fila para observar el
show de los veraneantes y poder salir antes del termino de la
función. Todo comenzó con un show musical. Al mirar arriba de
la gradería estaban ellos, Jaime, Patricia y el Colorin, me saludan
y Francisca me pregunta quienes son y se apena porque yo no se
los presente, ni le había hablado de ellos. Quiere irse.
VIII
Este viernes corresponde la noche veneciana en la playa El
Durazno y el sábado la gran velada en el Yachting Hotel que
incluye la coronación de la reina.
La noche veneciana fue muy hermosa, nos instalamos con el
charlon en la playa, había música ambiental, fuegos artificiales,
un simulacro del arribo español a la costa americana y
embarcaciones adornadas.
-Tenemos que irnos – me dijo Francisca.
Quedaba poco tiempo, pronto llegaría el día en que Francisca
debiera irse. Pero yo no podría hacer nada, no dependía de mi ,
salvo que yo la siguiera.
-Es de disfraces
Volví a la realidad.
-Ah, si- respondí- pero no es obligatorio.
-Mañana me pondré mi traje con el que hago mi acto , en el circo
soy como una reina.
El Hotel Yatching era ideal para la velada , con bar, salón de baile
y una barra.
Antes de salir hable con Jaime.
-Alex, recibí carta de mis viejos, nos esperan en el campo el 1º de
Febrero como todos los años, ¿no te has olvidado?.
-Claro que no.
-Toma – me dijo- te viene bien con tu traje.
Entregándome un sombrero de tongo.
-Nos juntamos en el Yatching, aunque sea un rato- preguntó
Jaime.
-Esta bien- respondí, no muy entusiasmado.
Mientras caminaba pensaba en lo del campo de los padres de
Jaime, nadie podia obligarme a ir.
Al llegar a la casa de Francisca, su madre me hablaba muy
cariñosamente y me agradecía por haber cuidado de Francisca,
me informó que la próxima semana su padre vendría a buscarla,
luego me regaló uno de sus trabajos, yo elegí la espada.
Francisca se veía preciosa, con su maya de lentejuelas brillantes
y su capa cortita.
Nos despedimos de su madre.
IX
En el Yatching logramos conseguir una mesa, la que tuvimos que
compartir con otra pareja. La mayoría estaba disfrazada, aunque
el disfraz de Francisca era el más original y ella la más hermosa.
Por fin llegaron las candidatas a reina, la ganadora fue una niña
de ojos color uva y entradita en carne, y para inaugurar la fiesta
con su rey feo se colocó el disco del Danubio azul. Francisca lo
reconoció y contó que esa música usaba en su acto de cuerda y
equilibrio de caballos, la muchacha de la otra pareja no entendía
nada de lo que Francisca hablaba.
-Alex , quiero bailar.
Nos abrimos paso entre la gente y nos abrazamos, al terminar
colocaron Blue moon , y nuestras mejillas se unieron, le bese la
frente, los ojos, la boca, rogaba para que la canción no
terminara.
-Francisca
-Si
-Yo te quiero
-Dímelo otra vez
-Francisca, yo te amo.
Se puso a llorar y me rogó que no la dejara ir, no quería dejar de
verme. Entonces lo que había pensado, que era solo un sueño se
convertiría en algo titánico y yo era el único responsable.
De repente la voz de Jaime que se acercaba con Patricia y por
otro lado Marion con su pareja.
Francisca se aferraba a mi cintura muy nerviosa. Marion se
acerco y me dijo que Francisca era muy hermosa. Luego me pidió
que bailara con ella , pero Francisca se enfureció.
-¿Qué pasa?- pregunto Marion.
-Te araño- espeto Francisca en voz alta.
Nunca la había visto así.
Jaime se dio cuenta y para evitar que Francisca se le fuera
encima a Marion , trato de dispersarnos.
-Bueno, buenos chiquillos- dijo Jaime- aprovechemos de bailar
este rock.
Se alejaron y en parte me alivio, pero también me abría el
camino para hablar con Jaime y pedirle ayuda.
-Te portaste un poquito mal- le dije con suavidad.
-¿Alex, que vamos a hacer?
-Voy a irme contigo, necesitaré algo de dinero pero lo
conseguiré.
Me tomo del brazo y salimos sin pagar la cuenta, fuimos a los
juegos de emboque, a un local con una pirámide de botellas, y la
botella mas alta tenia un billete de $100, era imposible
embocarle, compré las 4 argollas. Francisca tomo una argolla
entre sus dedos y con un movimiento la lanzo suavemente,
acertando perfectamente en la botella del billete. Acto que se
repetíria con las demás argollas.
-Compra más argollas- pidió Francisca.
-Tome su dinero- dijo un hombre bigotudo- aquí se acaba el
jueguito. Usted sabe que ella es una profesional y ya tienen
suficiente dinero.
Nos retiramos luego de convencer a Francisca que no necesitaba
más dinero: ahora las cosas iban a resultar como nosotros
queríamos.
X
Llegue a la casa antes de las once, me acosté y seguí pensando
en lo que planeaba, sentía miedo, pero Francisca borraba todo el
temor y lo convertía en un sueño irrenunciable.
Llegó Jaime y conversamos, le conté lo que planeaba:
-No me iré contigo al norte Jaime.
-Realmente no me sorprende- respondió Jaime- en realidad lo
esperaba y te comprendo.
-El caso Jaime es que no me voy a quedar en Quintero, me iré
con ella o tras de ella.
-Yo te apoyo aunque no este de acuerdo.
-Mira, necesito que mi madre aquí y mi padre en Santiago crean
que me he ido contigo al norte.
-Y cuando partimos- pregunta Jaime.
-Creo que pasado mañana.
-No se lo que vas a hacer, pero me gusta, porque es una
aventura, buena suerte.
Al día siguiente se desato el cauce.
Llegue a la casa de Francisca, afuera un viejo vehículo todo
pintarrajeado de múltiples colores. El primo me invita a pasar de
mala gana.
-Buena la has hecho- dijo el primo.
Se escucha a Francisca llorar, era tan desgarrador escuchar sus
gemidos, en eso entra su madre y me abordó.
-Podrías haber hecho las cosas mas fáciles, le dijiste que no la
dejarías de ver ¿para que le prometes cosas que no puedes
cumplir? Sabias que ella partiría con su padre, sabes como es
ella.
-La promesa que le hice , yo la voy a cumplir.
-Despáchelo mejor, para que pierde el tiempo – agrego el primo.
-Si no puedes quedarte callado , ándate- le contestó.
El se retiró y volvió a mi.
-¿Tus padres saben?
-No
En eso sale Francisca y su padre, ella me abraza y él me saluda
sin recelo.
-Esta decidido- le cuenta ella.
-¿En serio muchacho?. Bueno que le vamos a hacer -y se retira
con la señora a conversar.
Al regresar él me dice:
-Bien muchacho, tenemos el circo en Con con, te espero mañana
por la tarde. No te diré nada por ahora, porque tú te darás
cuenta.
Me despedí y Francisca me encamino, afuera el primo se acercó
-Espero no verte ni en misa.
-Me verás mañana y todos los días, y quien sabe hasta cuandole respondí enojado.
-Yo se hasta cuando estarás en el circo, hasta que venga el
ataque ¿entendiste? El ataque
XI
Tomamos el bus con Jaime a Santiago, yo me bajaría en Con con,
Jaime seguiría hasta Santiago para salir al otro día al norte. En el
camino acordamos los detalles y supuestos en caso de que se
dieran cuenta mis padres. Llegó el momento y Jaime se despidió,
yo baje con una pesada maleta.
Cercana a la carpa estaba el vehículo del padre de Francisca. Me
adentre entre las tiendas, un chico rubio se acerco a mi.
-¡Hola!- dijo- tú eres el amigo de la Chisca ¿no?
Al poco rato era saludado por varios hombres y mujeres.
El padre de Francisca se acerco y me presento a toda la familia,
por los apellidos me di cuenta que existían 2 ramas, los de la
familia por parte de la madre y otro por parte del padre de
Francisca. Me hicieron sentir aceptado o más bien cómodo,
nadie me dio a entender se molestia por la forma en que los
padres de Francisca llevaron la situación, a excepción del primo.
-Aquí todos trabajan y tú empezaras en el kiosco, lo atenderás
durante la función y los intermedios, dormirás allí.
- Esta bien- respondí.
-¡Alex, Alex!
Era ella, Francisca , con su sonrisa que me calmó, me inundó y
me dispuso.
XII
Yo nunca hubiera sospechado la importancia de Francisca en el
circo Metrogolding, ella era la estrella , desde el inicio del show
con una presentación especial. Realizaba 2 actos sobre el
trapecio, 1º cruzaba la cuerda ubicada desde una plataforma a
otra a lo más alto del circo, al llegar al otro extremo saludaba
nuevamente y se devolvía, a mitad de camino se balanceaba
sobre la cuerda y simulaba un resbalón que nos dejaba con el
corazón en la mano. Al llegar al final el público rompía en
aplausos.
En el 2º acto se deslizaba por una cuerda diagonal desde lo más
alto del circo a la base de la pista. Al llegar abajo se desasía del
riel por donde había bajado a gran velocidad. Se retiraba llena de
aplausos.
Mis tareas no se limitaban a atender el kiosco, había mucho
trabajo, todos debían cooperar, parchar la carpa, coser, levantar
los mástiles, armar el circo y 3 días después volver a desarmar
para ir a otro balneario. Se dirigían al sur, porque hacia el norte
había mucha distancia entre pueblos, pero yo no iba a llegar muy
lejos, ni siquiera a su postal del rio Biobío.
Francisca y yo estábamos juntos , pero no todo lo que
desearíamos, el trabajo nos dejaba exhausto, pero ella me
despertaba
tocándome
la
mano
y
besándome,
perteneciéndonos uno al otro, ese era mi amanecer, bendito
despertar mío.
XIII
El 3º sábado de Febrero en la noche. Estábamos merendando
luego de levantar la carpa en Iloca. Francisca estaba a mi lado en
la mesa cuando siento que me aprieta el brazo muy
fuertemente, clavándome las uñas, luego se inclino sobre la
mesa y comenzó a convulsionar violentamente.
La recostamos evitando que se golpeara la cabeza , el padre
pidió frazadas porque le vendría un frio tremendo. Al terminar
de convulsionar la trasladamos a su cama.
-Me quedaré a acompañarla.
-No muchacho, ven conmigo, tu y yo tenemos que conversar,
sígueme- me indico el padre.
Entramos en la carpa y sentados en las graderías me dijo:
-Ahora muchacho, debes irte.
-¿Cómo dice?- escrute sorprendido.
-Tienes que irte Alex, cuando ella despierte no te reconocerá,
porque ella olvida a las personas que ha conocido los últimos
meses, después del ataque sufre de amnesia.
-¿Por qué no me lo dijo en Quintero?¿No le creo?
-Si te lo contaba no me creerías, debías verlo. Solo a veces algunos
nombres pueden removerle la memoria, pero la dañan. Ella ya no
escuchara tu nombre, porque tu no estarás.
-No me olvidará
-Te olvidará, será como si nunca hubieras existido, pero si no fuera
así, yo personalmente te lo haré saber.
-Haré mi maleta.
Me dirigí a su cuarto, aun dormía y no quise tocarla pero acerque
mi rostro al suyo y sentí su respiración, esa sería la última vez que la
vería.
Epilogo
La volví a ver muchos años después.
Mis hijos me pidieron que los llevara , cerca se había aparecido un
circo de la noche a la mañana.
Yo no había ido nunca más a un circo ¡y como lo quise!
Después de lo de Francisca me costo salir adelante, no quise volver
el próximo verano a Quintero, en marzo me llegó una caja con una
espada de albacora con empuñadura de cacho de buey. El estudio
en la universidad me ayudo a concentrarme en otras cosas, pero mí
vida estaba a medias.
El circo era mas grande que el Metrogolding, pero al empezar la
marcha Bandera estriada apareció ella. No existen palabras para
describir lo que sentí. Realizó el acto de cabalgar sobre 2 caballos,
yo estaba ido, recordando lo que fue nuestro verano.
Al retirarnos los actores vendían recuerdos al público, allí estaba
Francisca vendiendo narices de payaso.
-¡Si! Papá cómprame una nariz.
Ella seguía igual. Aquí estaba mi Francisca, la misma de antes, mi
Francisca de aquel verano.
De repente Francisca me tomó del brazo.
-Un momento señor, por favor un momento ¿Cómo se llama usted?
Me pregunto Francisca, su voz era tensa, yo no me atreví a mirarla
a los ojos y recordé lo que me dijo su padre: solo a veces algunos
nombres pueden removerle la memoria y la dañan
-Pablo, igual que mi hijo.
Su recuerdo lo llevo en el alma, y me pone triste, pero cada vez
menos.
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