RELACIONES BÁSICAS, SIETE YO SOY DE CRISTO Y LOS ANHELOS DEL ALMA. Por Ricardo Vivas Arroyo REL. BÁSICAS 7 YO SOY DE CRISTO ANHELOS DEL ALMA CON LA PALABRA YO SOY EL PAN DE VIDA DE SUPERVIVENCIA O PRESERVACIÓN CON EL MUNDO YO SOY LA LUZ DEL MUNDO DE EXPRESIÓN CON LA AUTORIDAD YO SOY LA PUERTA DE SEGURIDAD CON LOS TRATOS PERSONALES YO SOY EL BUEN PASTOR DE LEALTAD O FIDELIDAD CON EL PLAN DE DIOS YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA DE PODER CON DIOS: EL PADRE EL HIJO EL ESP. SANTO YO SOY EL CAMINO LA VERDAD LA VIDA DE CONOCIMIENTO CON LA GLORIA DE DIOS YO SOY LA VID VERDADERA DE ATENCIÓN O ACEPTACIÓN 1.- Nuestra primera relación básica es con la Palabra de Dios, por ella vino fe a nuestro corazón (Ro. 10:17), por ella renacimos espiritualmente (1ª P. 1:23), y ella nos limpia del pecado y la maldad continuamente (Ef. 5:26, Jn. 15:3, Jn. 17:17). La Palabra es tipificada por el Pan, Cristo es el Pan de Vida Jn. 6:35), que nos impartió vida cuando le recibimos y a la medida que le conocemos, sólo Él puede suplir a nuestro anhelo de supervivencia o preservación, pues al comerlo (creer en Él) recibimos vida eterna (Jn. 6:51). 2.- Nuestra segunda relación básica es con el mundo, Cristo dijo Yo soy la Luz del mundo (Jn. 8:12), El mundo está en tinieblas, donde no se ve, pero cuando Cristo nos alumbra, ya no hay más tinieblas, tenemos su luz y podemos expresarnos correctamente, lo que nos hace luz del mundo, dando testimonio de la verdad mostrando o expresando el cambio que Cristo hizo en nosotros con nuestra manera de vivir diferente (Mt. 5:14-16). 3.- Nuestra tercera relación básica es con la autoridad, Cristo dijo: Yo soy La Puerta, es cuando podemos apreciar lo que significa seguridad… el que por mí entrare será salvo (Jn. 10:7-9). La puerta hace la diferencia entre estar dentro o estar fuera, a salvo o expuestos, porque Él es la Puerta. La autoridad es la cubierta que nos mantiene seguros, cuando entramos y nos acogemos a su Señorío de amor. 4.- Nuestra cuarta relación es con los tratos personales, que significa pasar por sufrimiento y tribulación. y podemos pasar por el valle de sombra y de muerte sin temor (Sal. 23:4), Cristo dijo Yo soy el buen Pastor, que da su vida por las ovejas (Jn. 10:11), con lo que suple nuestro anhelo de lealtad, en la medida en que nosotros le reconocemos y nos dejamos guiar por su pastorado (Jn. 10:14). Su lealtad, que dio su vida por nosotros nos hace descansar, pues Él nunca nos fallará, es fiel. 5.- Nuestra quinta relación básica es con el Plan de Dios, el cual fue trazado desde antes de la fundación del mundo (2ª Ti. 1:9, 1ª Co. 2:7). Dios jamás improvisa, todo lo tiene previsto, es por esto que tenemos la certeza de que todo está provisto. Cristo dijo: Yo soy la resurrección y la Vida, el que cree en mí, aunque este muerto, vivirá (Jn. 11:25). Es importante comprender que la muerte es un enemigo del hombre que no puede vencer (Ec. 8:8), así que la resurrección de Cristo y por Cristo, es la manifestación del poder de Dios que garantiza que su Plan se cumplirá (Ef. 1:17-23), lo que Él tiene para ti, se cumplirá, si tú descansas en su Plan tu anhelo de poder será suplido (Fil. 4:13). 6.- Nuestra sexta relación básica es con Dios mismo: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, Cristo dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida, con lo que nos relaciona con Dios. Como Yo soy el camino, nos relaciona con el Padre, pues nadie viene al Padre sino por medio de Cristo, y un camino es el que une dos lugares distantes, por eso suple al anhelo de conocimiento, porque es en la medida que le conocemos que nos relacionamos con Él más y más. Yo soy la Verdad, nos habla de la revelación de Cristo mismo como la Palabra de Dios, cuando la vamos conociendo y comprendiendo, más intimidad tenemos con Él. Como yo soy la vida, es la manera en que podemos conocer y disfrutar más nuestra relación con el Espíritu Santo, ya que Él es el que da vida, es el Espíritu de Vida (Jn. 6:63, Ro. 8:2), que nos revela las cosas de Cristo y nos imparte la vida abundante que Él prometió, supliendo a nuestro anhelo de conocimiento con Dios mismo (Col. 2:2-3). 7.- Nuestra séptima y última relación básica es con la gloria de Dios. Cristo dijo: Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador, nosotros somos los pápanos o ramas que unidas a Él vamos a dar mucho fruto (Jn. 15:1-5). El fruto es la gloria o los resultados, la manifestación o cumplimiento de la vid, que nos nutre de su sabia y se manifiesta a través de nosotros mediante el fruto que demos. El fruto es santo porque la vid es santa (Ro. 11:16). Nuestro séptimo anhelo es el de aceptación o de atención, Cristo nos ha ingerido en Él contra natura y fuimos aceptos en Cristo el amado (Ro. 11:17, 24, Ef. 1:6). Fuimos aceptos, fuimos ingeridos, Dios nos recibió y somos suyos, le importamos y mediante su sabia, su gracia, daremos fruto abundante para su alabanza y gloria (Fil. 1:9-11). -----o-0-o-----