Documento # 65-03 FIN FUNDAMENTAL DE FE Y ALEGRÍA: UNA REVOLUCIÓN IBEROAMERICANA A TRAVÉS DE LA EDUCACIÓN POPULAR INTEGRAL 1965 TEMAS NUCLEARES: IDENTIDAD - CARACTERÍSTICAS, DESIGUALDADES SOCIALES - POBREZA, IGNORANCIA - EDUCACIÓN, OPTIMISMO ANTROPOLÓGICO, TRANSFORMACIÓN SOCIAL Y POLÍTICA, PROCESOS POLÍTICOS Y SOCIALES, ESTADO Y EDUCACIÓN, COOPERACIÓN DE LA SOCIEDAD, VISIÓN INTERNACIONAL, PROMOCIÓN Y RELACIONES PÚBLICAS, APOSTOLADO SEGLAR, VOLUNTARIADO, FORMACIÓN DE PERSONAL Objetivo inmediato: • La extensión iberoamericana, logrando 100.000 alumnos en los próximos cinco años. Primacía de necesidades: • Fundar diez oficinas de promoción y sostenerlas económicamente durante un año. • Construir en Venezuela un centro de formación de apóstoles seglares persuadidos de que la única revolución cristiana tiene que ser por la educación rápida de las masas populares. 1. Fundar diez Oficinas de Promoción y sostenerlas durante un año Para la fundación de diez oficinas permanentes, por un año, necesitamos como promedio de 15.000 dólares para cada una. La oficina necesita un pequeño local céntrico, algunos muebles sencillos como mesa de ejecutivo, archivador, sillas y teléfono. Basta que tenga dos ámbitos y dos o tres personas a tiempo completo. La persona básica sería un Secretario Ejecutivo, dinámico y apostólico. La oficina necesita algún material de secretaría y algo de propaganda impresa. Nosotros estamos seguros de que esta oficina producirá, en el primer año de trabajo, por lo menos cinco veces más dinero que lo que ha costado, y que permitirá a Fe y Alegría instalarse con sostenimiento autónomo en el propio país. Las ciudades para el trabajo inmediato en 1965 serían La Paz, Panamá, Guatemala, México, Santo Domingo, Lima, Asunción, Bogotá, Guadalajara y Cali. Si las oportunidades se presentan, quizá sean elegidas otras ciudades. Si se pudiera obtener más ayuda, Fe y Alegría quisiera, dentro de 1966 y 1967, tener una oficina en todas las demás ciudades importantes de los países de lengua española y en las principales ciudades de Brasil. ¿Por qué es necesario fundar al menos diez oficina más de Fe y Alegría en Iberoamérica? 2 a. Porque empezaremos a tener la fuerza de un movimiento continental. En Iberoamérica los problemas son muy semejantes en el fondo, a pesar de que haya una gran diferencia de un país a otro. Fe y Alegría piensa con un criterio continental. Los problemas son los mismos, aunque en diversas etapas de su evolución. Algo así como si un automóvil, en la misma carretera, se encontrara en el kilómetro cinco, otro en el siete, otro en el diez, otro en el once, otro en el once y medio, otro en el quince y otro en el veintiuno; pero todos estos automóviles irían recorriendo el mismo camino. Los problemas de Iberoamérica tienen una gran semejanza en su profundidad, aunque en el exterior, los diversos países marcan etapas diversas de desarrollo y de avance, como los automóviles que van transitando por la misma vía. Por lo tanto, considero necesario dar soluciones a los problemas iberoamericanos en forma iberoamericana; es decir, con un movimiento continental. Solamente un movimiento continental, con la ayuda de fuerzas, por débiles que sean, de nuestros diversos países logrará tener una envergadura suficiente para dar soluciones que también tengan categoría y fuerza continentales. Éste es un propósito completamente definido dentro de Fe y Alegría. b. Por esta razón crearemos confianza en que podemos encontrar soluciones Iberoamericanas. Yo creo que uno de los problemas más grandes de Iberoamérica, y yo diría que el más grande de todos ahora, es su problema de confianza. Mejor diría, el problema de intensa desconfianza con que la miran desde el interior sus propios hijos y, desde luego, de una manera muy explicable, también las personas a quienes les preocupa Iberoamérica y la contemplan desde el exterior. Estamos ante un problema de crear confianza. Si el tratamiento que se le da a Iberoamérica es un tratamiento que, en lo que se refiere al exterior, es de ayuda parecida a la que se daría a un niño o a un paralítico, indudablemente las soluciones que vayan por este camino no serán soluciones que creen confianza, ni en los iberoamericanos ni en los extranjeros que quieran ayudarlos. Es necesario reconocer, por parte de nuestros amigos del exterior, en especial de los europeos y los norteamericanos, que los países iberoamericanos son dignos de ser tratados con confianza; es decir, que son capaces de encontrar sus propias soluciones. Y que en vez de planificar soluciones en el exterior, ha de haber una atenta vigilancia para ver cuáles son las soluciones que surjan desde las entrañas mismas de Iberoamérica y apoyar esas soluciones. La enfermedad es tan grave que hay que compararla con la de una persona que hubiera perdido todo el sentido de confianza en sí misma y es necesario observar qué puede hacer, por pequeño que sea, para ayudarla sin que se sienta mediatizada y, poco a poco, se despierte en sí misma la esperanza de que puede ser una persona valiosa y una persona igual que las demás. El tratamiento de todos los sistemas de ayuda que ahora provienen del exterior, en vez de inspirar confianza en Iberoamérica, inspiran desconfianza. Desconfianza en los mismos que ayudan y desconfianza en los que son ayudados. Éste es un pecado, yo diría, pedagógico y de desconocimiento de la América Latina en su trayectoria histórica, en su psicología de masas y en la crisis que ahora atraviesa. Fe y Alegría, en la pequeña medida de ser todavía un movimiento naciente, quiere crear confianza en las soluciones iberoamericanas, pensadas por Iberoamérica, aplicadas por iberoamericanos y en la que los iberoamericanos dialoguen dignamente con sus amigos de Estados Unidos, del Canadá y de Europa sobre la ayuda concreta y eficaz que podrían prestar. Es evidente que el mundo occidental está formado por tres enormes conjuntos dignos los tres del máximo respeto: Europa, Norteamérica e Iberoamérica. Si Europa y Norteamérica no tienen conciencia exacta de que en Iberoamérica hay un depósito de cultura occidental suficien- 3 temente grande como para desarrollarse por sí mismos, pero suficientemente débil en estos momentos para morir o ser asesinado por fuerzas poderosísimas que vienen del exterior, no podremos ni siquiera dar un solo paso. Si Europa y Norteamérica estudian con atención los movimientos iberoamericanos que demuestran un pensamiento sólido, una ejecución realista, con gran simplicidad de medios, evidentemente obrarán de una manera más sabia. Dado el estado de desarrollo con que la mente europea y la mente norteamericana contempla a Iberoamérica, generalmente consideraremos nuestras soluciones en su estado sobre todo germinal, muy elementales, poco sabias, poco estructuradas, poco planificadas. Es como si un norteamericano de hoy estudiara la poca planificación con que se hizo la marcha hacia el oeste. Es necesario confiar en Iberoamérica, lo vuelvo a repetir, y estudiar sus organizaciones. Este problema de confianza es un problema que afecta de una manera vital a Iberoamérica. Las clases dirigentes iberoamericanas no tienen confianza en sí mismas. Sienten una sorda llamada hacia una solución, una solución que se entrevé en la oscuridad y en la penumbra. Una solución hacia la cual están oyendo voces y consejos muy poderosos desde el exterior. En esta situación de desconfianza, las drásticas soluciones marxistas constituyen una tremenda tentación para las clases intelectuales iberoamericanas. El problema de confianza de Iberoamérica o, mejor dicho, la realidad de una tremenda desconfianza en sí misma, está expresada en lo que Arnold Toynbee llama “los grupos herodianos”. Los grupos herodianos, parodiando la historia de Palestina son, entre nosotros, a semejanza de los que seguían a Herodes y con Herodes, rey títere de Roma, la moda, las costumbres, el lujo, diríamos el desarrollo romano frente a la miseria judía, frente a la humillación judía. Estos grupos herodianos en Iberoamérica son los que viviendo a un nivel desarrollado, a un nivel tan desarrollado que muchas veces es superior a aquel en que viven las clases directivas de Europa y de Estados Unidos, dan una demostración de vivir como europeo o como norteamericano en su propia patria, despreciando todo lo que es de propia raíz iberoamericana. Ese espectáculo de desarrollo frente a la miseria, ese espectáculo de lujo frente al subdesarrollo terrible de las clases populares, no hace sino echar leña al fuego de la revolución violenta. Nuestros grupos herodianos tienen el delito de traición a su propia patria y lo han expresado, por lo menos en fuertes mayorías, podría decir, sacando su dinero y poniéndolo a seguro en el exterior. Es posible que en este momento, más de quince mil millones de dólares de iberoamericanos, reposen en los bancos de Estados Unidos y de Europa, especialmente en Suiza, para estar más seguros, y se niegan al desarrollo de su propia patria. El espectáculo de las clases directivas de carácter herodiano es tremendo para consumar la desconfianza en soluciones iberoamericanas. Es un espectáculo formidable para que el odio de las clases populares, atizado por los marxistas, se vuelva contra Estados Unidos y contra Europa, porque en esos grupos herodianos no se ve sino los representantes de las nuevas colonias o, mejor dicho, de las disimuladas colonias que somos de los grandes conjuntos europeos y norteamericanos que están en estado actual de desarrollo y, por lo tanto, la tentación de barrerlos violentamente, y con ellos a quienes ellos imitan, es inmensa. En este breve análisis quiero hacer hincapié en que una revolución de confianza es necesaria. Hay que lanzarse por todos los medios a despertar hasta las más pequeñas raíces de fuerza iberoamericanas para crear confianza y encontrar a los problemas iberoamericanos, soluciones iberoamericanas. c. Porque obtendremos recursos humanos y recursos económicos iberoamericanos muy grandes. En el movimiento que hoy existe en el mundo occidental de preocupación hacia Iberoamérica, hay un inmenso desconocimiento de nuestra historia de nuestra geografía y de nuestra psicología de pueblos occidentales y, al mismo tiempo, de pueblos mestizos donde 4 gracias a un sentido totalmente cristiano, se ha verificado una gran fusión de razas, que no ha permitido todavía, pero que le da a Iberoamérica, inmensas posibilidades para el futuro. Olvidan, casi todos los que dan soluciones rápidas y soluciones pensadas en el exterior o soluciones que los mismos iberoamericanos piensan en nuestro interior, olvidan, como digo, los inmensos recursos que cuatro siglos de cristiandad y de contacto con occidente han creado dentro de las entrañas mismas de Iberoamérica. Nuestros visitantes del exterior y los mismos iberoamericanos que no tienen una preparación adecuada, al ver nuestra cristiandad tan poco organizada, tan falta de estadística, tan falta de movimientos verdaderamente equiparables a los que hoy tiene Europa o Norteamérica, realizan una gira apresurada y suponen que estamos casi ante un continente pagano falto de fuerzas cristianas. No hay ninguna manera de pensar más equivocada que ésta. Iberoamérica tiene una inmensa base de recursos cristianos y occidentales que debidamente alentada y debidamente desarrollada, puede constituir la fuerza de un voluntariado salvador que nos lleve a una evolución constructiva, rápida, valerosa y eficaz y nos salve de la revolución sangrienta, a la cual nos lleva fatalmente la corriente actual. Fe y Alegría es un experimento demasiado pequeño para dar una solución continental, pero en tamaño de experimento nos demuestra que podemos buscar una solución continental y una solución de confianza, puesto que Fe y Alegría ha levantado en Venezuela, en el Ecuador y ya lo está haciendo en Panamá, un conjunto de cooperadores que por sí mismos, por sus propios medios, le permitirán convertirse en la obra educativa más grande de Hispanoamérica, emprendida por ninguna organización privada. Creemos que nuestros recursos humanos son inagotables. Hay infinitas raíces cristianas en nuestro pueblo que con un poco de cultivo, con un poco de preparación, pueden convertirse en magníficos árboles perfectamente desarrollados. El desarrollo de un voluntariado que nos permita llevar el gran mensaje de confianza y de salvación nos llevará también a la solución económica autónoma; es decir, que nosotros mismos, a través de nuestros propios recursos, podremos obtener la solución económica para la Educación Popular Integral que es la finalidad de Fe y Alegría. En cuanto a los recursos humanos, no estamos pensando únicamente en las grandes clases adineradas, ni siquiera solamente en la clase media, sino de un modo preferencial en las grandes masas populares. En Ecuador hemos hecho el experimento de que cuatro jesuitas jóvenes que estudian actualmente Filosofía, trabajando con sus propias manos haciendo bloques de tierra-cemento, han obtenido la colaboración de centenares de indígenas en la población llamada Llano Grande, a media hora de la capital del Ecuador, Quito. Fabricaron en pocos días 20.000 bloques de cemento que les permiten una ampliación de la escuela y que, sobre todo, han creado la confianza en aquella comunidad de que puede resolver sus propios problemas. En el mes de octubre de 1964 comenzó una escuela de 600 alumnos, donde solamente existía una de 300, gracias a esta ayuda comunitaria popular de los indios, tan pobres que no tienen capacidad para tener un caballo o un burro, puesto que su pequeño campo no les permite tener alimento para un caballo o un burro y para ellos mismos. Entonces se plantea la situación tan terrible de pobreza, que carecen siquiera de bestias de carga y el indio y la india es su propia bestia de carga. Pues bien, estos indios tan extremadamente pobres han sido los principales colaboradores de la escuela de Llano Grande. Creemos que desarrollando un gran centro de formación de apóstoles seglares, persuadidos de que la única revolución cristiana tiene que ser por la educación rápida de las masas populares, lograremos un voluntariado maravilloso, capaz de una verdadera revolución transformadora en vez de la revolución sangrienta, que como he dicho, nos está amenazando. 5 c. Porque podremos dialogar con las organizaciones de Estados Unidos, de Canadá y de casi todos los países de Europa Occidental en una forma mucho más creadora, demostrándoles que es preferible ayudar a una obra Iberoamericana grande y no dispersar su ayuda en múltiples organismos buenos, pero débiles. Hasta ahora, en realidad, no existe un verdadero diálogo entre Iberoamérica y los Estados Unidos y tampoco entre Iberoamérica y Europa. No existe un verdadero diálogo porque, en realidad, aunque parezca dura esta palabra, hay una actitud colonial de parte de los Estados Unidos y de Europa con respecto a Iberoamérica. Hay que reconocer movimientos magníficos, de buena voluntad que vienen hacia nosotros preocupados por la problemática iberoamericana, pero al mismo tiempo, casi todos estos movimientos están basados en un defectuoso paternalismo. Es necesario pasar de la actitud de potencia mayor a pequeños países, a otra actitud más fecunda de diálogo entre iguales. Todo iberoamericano, a pesar de sentir la diferencia, y de conocerla muy agudamente, entre sus países y los Estados Unidos y Europa, exige como es lógico, por dignidad humana y por un concepto profundo de que pertenece a la misma cultura y a la misma civilización, un trato igualitario, un trato que sea diálogo. El diálogo sólo es posible verdaderamente entre iguales. Es muy difícil hacer dialogar a una persona mayor con los niños. Tiene que tener cualidades extraordinarias de pedagogo para realizarlo. Tiene que conocer el alma infantil de un modo extraordinario para poder penetrar en ella, para que el niño sienta confianza y desarrolle ante la persona mayor, todo aquello que piensa y todo aquello que siente. En realidad, nunca ha habido el verdadero diálogo entre Iberoamérica por una parte y los Estados Unidos por otra. Ha habido trato, ha habido conversación, pero diálogo fraterno, podemos decir que nunca ha existido y es necesario que exista. Los iberoamericanos que pensamos en estas cosas comprendemos la doble actitud de los ciudadanos de países desarrollados con respecto a nosotros y la de muchos iberoamericanos resentidos en cuanto se les menciona el nombre de estos países desarrollados. Son dos actitudes que hay que corregir. Nosotros comprendemos que Iberoamérica ha dado durante el siglo y medio de independencia, un espectáculo de desorganización y de retraso paulatino y creciente, comparado con la marcha rápida de los demás países de occidente, que ha creado en esto una mentalidad si no despectiva, por lo menos muy dura para valorar las cualidades de un conjunto de pueblos que no han sabido evolucionar teniendo recursos tan grandes, teniendo posibilidades extraordinarias para poderlo hacer. Este espectáculo de desorganización, de división, de desintegración de veinte pequeños países que no se unen para resolver sus problemas y que interiormente no están ni siquiera integrados frente a aquellas cosas que sería necesario y urgente resolver, impresiona profundamente a los europeos y a los norteamericanos y no hay que decir que les tiene que impresionar desfavorablemente respecto a nosotros. Nosotros comprendemos también la actitud, sobre todo de nuestras juventudes universitarias, a las cuales el marxismo enciende y enrabia, cuando miran hacia los países desarrollados considerándolos la causa principal de nuestro atraso, puesto que valiéndose de su poder nos imponen condiciones de vida casi insoportables. Así se ve en el deterioro del comercio iberoamericano, cuyos productos bajan cada vez más en el mercado mundial que gobiernan las superpotencias; en cambio, éstas mismas nos levantan cada vez más altos los precios de todo aquello que nos es necesario adquirir en ellas. La solución de la revolución violenta es simple y muy tentadora para nuestros grupos intelectuales y universitarios y ésta es la razón del éxito del comunismo en casi todas las universidades del Estado en Iberoamérica. 6 Fe y Alegría cree que se puede establecer un diálogo igualitario, fecundo, con las grandes organizaciones de ayuda de los Estados Unidos y de Europa, pero considera imprescindible, como antes lo he indicado, que las organizaciones norteamericanas y europeas nos den la consideración debida a pueblos verdaderamente autónomos y libres. Si en realidad, nosotros, en la apariencia exterior, somos pueblos autónomos y libres, tenemos la confianza arraigada de que somos naciones dependientes, con un coloniaje económico que muchas veces es más terrible que el coloniaje político. Por lo tanto, es necesario cambiar en absoluto las actitudes para poder dialogar de un modo fecundo. Fe y Alegría, que ha nacido en Venezuela y que en diez años de desarrollo ha logrado 25.000 alumnos para el curso 1964-1965, considera que su extensión iberoamericana es una urgentísima necesidad. Es una necesidad porque demostraría, si nuestro propósito de tener 100.000 alumnos en los próximos cinco años se realizara, demostraría como digo, que somos capaces de organizar obras dignas de ser tratadas, en un diálogo amigable, por las mayores organizaciones americanas o europeas, y nosotros trataríamos con ellos con la sencillez y con la llaneza de quien reconoce, en primer lugar, sus grandes necesidades, de quien tiene conciencia de que esas grandes necesidades deben ser resueltas, ante todo, por los iberoamericanos, pero por quienes también comprenden que una ayuda del exterior es necesaria en este momento de terribles peligros. Iberoamérica, en este momento, no está abandonada a sus propias fuerzas, que pueden chocar entre sí. Muchos millones de dólares, de dinero ruso, chino o cubano o de los otros países satélites, se vuelcan cada año para producir en nosotros la revolución sangrienta. Si Europa y Estados Unidos no aventajan en generosidad a Rusia y a los demás países soviéticos, indudablemente perderá esta batalla. Y si el marxismo se apodera de Iberoamérica, indudablemente se apoderará del mundo entero. Sin duda, a los pocos años de apoderarse de Iberoamérica, toda África sería marxista y sería incontenible el oleaje comunista en toda el Asia. Ni Europa ni Estados Unidos pueden considerar que es un problema externo a sí mismos, la salvación de Iberoamérica. Tampoco puede darle un tratamiento a Iberoamérica que le ofenda y que, por lo tanto, la aparte de soluciones que considera indignas por su categoría de naciones soberanas y libres. Por lo tanto, es necesario hacer un esfuerzo de comprensión, un esfuerzo de diálogo. Aunque vuelvo a repetir lo mismo de antes, es imposible que las organizaciones del exterior traten con las organizaciones iberoamericanas en las cuales no vean una grandeza de propósitos, una organización digna de todo respeto y hechos, hechos que claramente demuestren su eficacia y que los iberoamericanos son capaces de lograrla y de tenerla. e. Por la misma razón, obtendremos ayuda de los gobiernos iberoamericanos. Si Fe y Alegría obtiene un desarrollo continental, podrá dialogar con los gobiernos iberoamericanos en una posición completamente distinta. En casi todos los países iberoamericanos existe un estatismo muy rígido respecto a la enseñanza. El Ministerio de Educación, aún en los países considerados más democráticos, ejerce una verdadera dictadura en las concepciones pedagógicas y en los menores detalles de gobierno efectivo sobre todas las formas de enseñanza. Solamente grandes iniciativas ciudadanas podrán demostrar a nuestros gobiernos que un cambio de política es completamente necesario. Que ayudando ellos a las organizaciones que surjan de la misma ciudadanía, obtendrán una eficacia mucho mayor en el desarrollo de los planes de enseñanza, hoy tan retrasados para lograr el desarrollo socioeconómico de nuestra Iberoamérica. Se persuadirán, por la diferencia de costos, que nosotros de un dólar hacemos dos o tres en 7 comparación de lo que hace, con ese mismo dinero, la administración oficial. Solamente un sectarismo anticristiano podrá retenerlos a no ayudar a organizaciones grandes, extendidas y llenas de eficacia que ante sus ojos y los ojos de la ciudadanía de todo un país, estén desarrollando una obra de Educación Popular Integral. f. Pero nuestra mayor posibilidad estará en el gran público iberoamericano, para el cual podremos elaborar folletos, libros, películas, grabaciones y demás material de comunicación de masas. Esto es imposible a una pequeña organización. La mayor parte de las iniciativas iberoamericanas, en el orden educativo y en el orden social, son tan pequeñas, que no pueden disponer de los medios de comunicación de masas, que hoy son necesarios para llevar una conciencia y determinados criterios salvadores al gran público. Una organización como la que prontamente podría ser Fe y Alegría, disponiendo de 100.000 alumnos repartidos en los diversos países de Iberoamérica, podría tener elementos para realizar todo esto que está indicado en el título. Múltiples libros y folletos que lleven al público consciente la responsabilidad que tiene de educar a nuestro pueblo. Igualmente las películas, las grabaciones y los demás medios de comunicación de masas son caros y solamente son posibles si se hacen en ciertas cantidades. Ninguna organización pequeña los puede tener. Fe y Alegría no quiere hacer una organización para hacer escuelas y colegios, aunque en esas escuelas y colegios alcanzan todos los niveles culturales. Tiene la ambición de convertirse en una revolución a través de la educación y para esto necesita contar con un centro de producción para la difusión de las ideas, extraordinariamente grande y bien organizado. Termino esta explicación diciendo que si obtenemos la ayuda americana para formar muy pronto los diez secretariados de promoción, haremos rápidamente lo que tardaremos varios años con nuestros propios medios. La solución de los problemas iberoamericanos está, en parte, en la velocidad: nos estamos jugando por minutos el que Iberoamérica caiga del lado occidental o del lado soviético. Todo retraso en buscar soluciones verdaderamente grandes y que adquieran carácter de revolución transformadora, pacífica, creadora, hay que acelerarlo al máximo. Todo proceso lento que en este camino vaya bien encaminado, pero que vaya demasiado despacio, está condenado a llegar demasiado tarde. Ésta es nuestra angustia cuando a nuestros buenos amigos les pedimos una ayuda rápida, una ayuda al menor tiempo posible, una ayuda que con una disponibilidad de aproximadamente 250.000 dólares, en dos años nos permitirá crear centros fecundos que multiplicarán ese dinero y que crearán, en medio de nuestros propios países, fuentes de actividad apostólica, fuentes de educación cristiana y, por lo tanto, una revolución de pensamiento occidental frente a la revolución sangrienta del pensamiento marxista. 2. Construir en Venezuela un centro de formación de apóstoles seglares, persuadidos de que única revolución cristiana tiene que estar basada en la educación rápida de las masas populares. Fe y Alegría tiene el ideal de ser no sólo una organización para construir y sostener escuelas de toda clase, sino sobre todo ser un movimiento para crear un espíritu cristiano y apostólico, social y económico, para llevar por la Educación Popular Integral la solución de una vida mejor a las masas iberoamericanas. El desarrollo de los recursos humanos es el principal medio para vencer el hambre y la pobreza. En los países iberoamericanos sobran los medios y las riquezas materiales, si educamos al hombre para poder utilizarlas en su propio mejoramiento de vida. Entre nosotros no hay subdesarrollo, sino subeducación en muchos millones de hermanos nuestros. 8 Ninguna persona que haya recibido una educación suficiente vive en la miseria. Todos nuestros millones de hermanos hambrientos y miserables, por su bajo estándar de vida son analfabetos o distan muy poco de serlo. Se puede decir que ninguno de ellos tiene un oficio cualificado. Hay que poner pues de relieve la necesidad de un gran movimiento educacional y pedir a todas las personas de buena voluntad que se incorporen a él. Estas personas podrán ser desde las religiosas, sacerdotes y laicos consagrados a tiempo completo, hasta los hombres y mujeres de toda clase social que nos den alguna clase de ayuda, sobre todo de su propio tiempo profesional. Las campañas económicas serán un resultado lógico de este movimiento espiritual. Para esto, Fe y Alegría necesita de un Centro de Formación donde se puede dar: • Pequeños cursos de fin de semana. • Cursos en las horas de la noche de una o dos conferencias cada día. • Cursillos de una semana, un mes o más tiempo para la formación del personal que trabajará a tiempo completo. • Congresos con personas de otras instituciones similares. • Cursos de formación de líderes populares para producir un movimiento comunitario totalmente popular, dirigido a la construcción y mantenimiento de toda clase de escuelas o centros de educación popular de emergencia. El instrumento material sería una casa apropiada con habitaciones para cuarenta o cincuenta personas, capilla, comedor, salas de conferencias y de discusión, biblioteca, sala de recreo y demás locales necesarios. Todo esto en un ambiente de campo y de naturaleza atractiva. La parte espiritual estaría constituida por el personal ya formado por Fe y Alegría que podría orientar las conferencias, las meditaciones y el entrenamiento de relaciones públicas y, sobre todo, de proselitismo apostólico. Es necesario demostrarle a miles de personas que Iberoamérica se encuentra ante la más terrible revolución de la historia, si el cristianismo no gana la batalla contra el comunismo por un esfuerzo heroico y organizado de servicio a los pobres, “Evangelizare pauperibus misit Me”. Los cristianos de hoy tenemos el inmenso desafío de poder hacer un mundo nuevo en Iberoamérica. Todas sus miserias son un campo para nuestro amor. Éste es el mensaje que necesita una casa para extenderlo y penetrar de él a muchos hombres y mujeres que hoy tienen ansias de un apostolado sincero y audaz. La casa podría ser construida con un 40% de ayuda americana, un 30% de ayuda alemana y un 30% de ayuda venezolana, pero serviría para ciudadanos de todos los países de América. VERSIÓN EDITADA Y CLASIFICADA EN JULIO 2006/MBY