Poder Judicial de la Nación

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Poder Judicial de la Nación Rtro.S.II T.147 f*24/27
//Plata, 8 de mayo de 2007.AUTOS Y VISTOS: Este expediente Nro .9732/04 caratulado " L. O.
c/ P.E.N. s/ amparo ", procedente del Juzgado Federal de Primera Instancia
Nro.4 de esta ciudad
Y CONSIDERANDO QUE:
EL DOCTOR COMPAIRED DIJO:
1.- Que quien suscribe se ha pronunciado respecto del fondo del asunto
que aquí nos ocupa, tanto en la anterior como en esta instancia, por la
inconstitucionalidad de la normativa emanada del decreto 1570/2001, la ley
25.561, el decreto 214/2002 y sus normas complementarias; en virtud de las
cuales los ahorristas del sistema financiero fueron imposibilitados de disponer
libremente de sus depósitos.
2.- Que con fecha 27 de diciembre de 2006 la Excma. Corte Suprema de
Justicia de la Nación se pronunció en el caso M. 2771. XLI. "Massa, Juan
Agustín c/ Poder Ejecutivo Nacional - dto. 1570/01 y otro s/ amparo ley
16.986", zanjando finalmente la cuestión de fondo, por lo que de un nuevo
análisis del tema, entiendo que resulta aplicable al sub-lite lo resuelto por la
Corte Federal en tanto la cuestión planteada es sustancialmente análoga a la
allí resuelta y la solución adoptada resguarda el derecho de propiedad al
reconocer un valor equivalente al reclamado.
3.- Que si bien las sentencias de la Corte Suprema de Justicia no son
obligatorias para los tribunales inferiores fuera de los juicios en que son
dictadas, su seguimiento se impone -dejando a salvo la opinión en contrario
sustentada por el suscripto con anterioridad a ese precedente- por razones de
economía procesal y atento a la trascendencia que en el orden judicial revisten
dichas decisiones en causas en las que como en el sub examine, se encuentra
en juego una cuestión federal, por ser autoridad suprema y definitiva (conf.
arts. 116 de la Constitución Nacional y 14 de la ley 48, doctr. de Fallos
295:429 y sus citas; 213:2007, sus citas y otros), debiéndose recordar que
desde su instalación en 1863 la Corte Suprema atribuyó para sí la función
propia, exclusiva y excluyente de guardián e intérprete final de la Constitución
Nacional (Fallos: 1:340).
4.- Que considero necesario remarcar que el Alto Tribunal en el caso
"Massa" pretende dar solución a uno de los temas socio económicos más
controvertidos del último lustro aspirando a que su sentencia sea aplicable a
casos análogos: "…corresponde que este Tribunal, como cabeza del Poder
Judicial de la Nación y habida cuenta del nítido carácter federal de las
cuestiones planteadas en las aludidas causas –que habilita su intervención en
los términos del art. 14 de la ley 48- decida de modo definitivo las cuestiones
tan largamente discutidas entre los depositantes y las entidades bancarias"
(considerando 8 del voto de la mayoría), del mismo modo puso en "ejercicio
la más alta función institucional asignada a esta Corte, en atención a la
naturaleza de la materia debatida –la constitucionalidad de las normas
dictadas para superar la situación de emergencia antes aludida- y el interés
de amplios sectores de la sociedad en la decisión de estas causas"
(considerando 9 del voto de la mayoría) y meritó en tal decisorio: "Que tal
respuesta institucional, a adoptarse mediante la presente sentencia, es el fruto
de una decisión consensuada entre los ministros que integran esta Corte. La
obtención de tal consenso, en aras del elevado propósito de poner fin a un
litigio de indudable trascendencia institucional y social, determina que
quienes la suscriben lo hagan sin perjuicio de las apreciaciones formuladas
en conocidos precedentes sobre determinados aspectos de las cuestiones
debatidas"(considerando 10 del voto de la mayoría), añadiendo "Que esta
sentencia constituye, por lo tanto, el corolario de un prolongado y fecundo
debate entre los miembros de este Tribunal que, en pos de dar una respuesta
institucional a una controversia de inusitadas características, han dado
prioridad a los puntos de coincidencia en cuanto a la ponderación de los
resultados para lograr la paz social, que es la más alta función que le cabe a
la Corte Suprema siguiendo los lineamientos fijados en el Preámbulo de la
Constitución Nacional" (considerando 11 del voto de la mayoría).
4.1.- Que no puedo sino compartir la opinión sustentada por Jorge
Mario Galdós al señalar que el precedente "Massa" constituye un "leading
case" que conformará un hito desde la óptica de los fallos judiciales
trascendentes, particularmentre por como decide lo que decide, y que "…Ello
conlleva, en definitiva, al revelante afianzamiento del rol y de la función
institucional de la Corte Suprema y le otorga una indisputable legitimidad
como órgano cimero del Poder Judicial de la Nación, lo que repercute no
sólo en el seno mismo de ese cuerpo, sino también en un doble sentido
adicional: centrípeto, hacia "adentro y hacia abajo" del propio Poder
Judicial, y centrífugo, proyectándolo "hacia fuera" y con relación a los
restantes poderes del Estado y de la sociedad civil. De allí que en tal sentido
constituya un verdadero "leading case" ya que denota un esfuerzo revelador
de un efectivo y concreto ejercicio de política judicial eficiente -que atiende a
los efectos de las sentencias-, mérito éste indiscutible que no puede ser
soslayado incluso por quienes discrepen con sus fundamentos o con el
resultado del decisorio" ( trabajo "El caso "Massa" y la responsabilidad del
Estado por daños", publicado en el suplemento especial La Ley "La
emergencia y el caso Massa", febrero 2007, pág.55 y ss.).
4.2.- Del mismo modo, siguiendo a Mario E. Kaminker, cabe recordar
que la Corte Suprema de Justicia de la Nación es el último garante de la
constitucionalidad de las decisiones judiciales a través del recurso
extraordinario de apelación y en algunos casos cuando la cuestión conlleva
gran trascendencia social, o jurídica, o política, etc. no sólo dispone dejar sin
efecto la sentencia en crisis sino que asumiendo competencia positiva dicta el
decisorio que sobre el mérito corresponde a tenor de las facultades previstas
en la segunda parte del art. 16 de la ley 48.
Que este sistema parecería querer evitar que la doctrina que fija pueda,
en alguna medida, ser modificada o mutada por el tribunal que debiera
resolver si el juicio le fuera reenviado al efecto, estableciendo doctrinas
disímiles o aún contradictorias entre sí o con la de la Corte, por lo que obrar
conforme al segundo párrafo del art. 16 de la ley 48 es acentuar la voluntad
del Tribunal cimero respecto de cual es el contenido o solución normativa de
la cuestión
En "Massa" la Corte casa, deja sin efecto la sentencia recurrida y no
reenvía sino que dicta sentencia sobre el fondo del asunto. (trabajo "Aspectos
prácticos de la aplicación del fallo "Massa" , publicado en el suplemento
citado ut supra, pág. 80 y ss.).
Que en virtud de esto resulta sólo teórico discernir el carácter
vinculante o no de la doctrina emanada del decisorio que nos ocupa para los
restantes tribunales inferiores, ya que sin perjuicio de lo que estos resuelvan,
las cuestiones decididas en "Massa" por su naturaleza son susceptibles del
recurso extraordinario federal y por ende existe la perspectiva cierta de que en
definitiva ese recurso sería resuelto por la Corte en igual sentido que en
"Massa", por lo que apartarse del criterio allí sustentado importaría una inútil
dilación del proceso y una pérdida de tiempo y esfuerzo, correspondiendo en
todo caso a quienes no piensen igual dejar a salvo su opinión.
4.3.- Por último, en este mismo orden de ideas cabe tener presente la
valiosa opinión de Augusto M. Morello sobre el fallo que nos ocupa cuando
dice :"…este decisorio, pese a las carencias que se anotan desde la doctrina,
no es un precedente más. Pues reúne condimentos que lo destacan desde
variados ángulos, no ya por la riqueza de sus sustento teórico, sino por la
evidencia de ciertos rasgos que profundizan el perfil eminentemente político
de un rol que no es ajeno a la esfera propia de la Corte, y que trasciende el
menester de "hacer justicia"(4). Y es que al lado de un activismo judicial
intenso (5) (hace tiempo sostuvimos que "los jueces no son fugitivos de la
realidad" (6), el Tribunal asume un protagónico rol de estadista que le
compele a no desatender las consecuencias que se siguen de la interpretación
en un contesto socio político dado (7). La confesada búsqueda de paz social,
la articulación del consenso necesario para dar cohesión interna al decisorio,
una visión que hace prevalecer el realismo por sobre las consecuencias
dogmáticas, y el predominio de criterios de hermenéutica consecuencialistas
son baluartes que informan las bases mismas de la decisión comentada"
agregando clarificadoramente respecto a su valor "…Concierne a una
estrategia más cercana a la gestión de gobierno (actuando un rol de bombero
general) que a la interpretación última del plexo constitucional, y de ahí el
valor extremadamente sensible y limitado del decisorio como precedente para
futuras situaciones no vinculadas a esta particular coyuntura. En una síntesis
inicial al comienzo del 2007, la Corte dispara claras muestras de un fino y
adiestrado ejercicio de sus funciones propiamente políticas institucionales
(17), y enseña de que modo, en ese diálogo entablado con los otros dos
Poderes del Estado, no se detiene en la faena de contener, poner límites y
equilibrar las respectivas competencias, sino que -cuando las circunstancias
así lo aconsejen- se instala en un cuadrante más cercano al del estadista que
al de juzgador. La letra de esta resolución, por lo que expresamos,
seguramente alimentará más páginas vinculadas a las Ciencias Políticas que
reflexiones en Tratados de Derecho Constitucional." (trabajo "La Corte
Suprema, piloto de tormentas", publicado en el suplemento citado ut supra,
pág. 91 y ss.).
4.4.- Que a tenor de las posiciones doctrinarias citadas en este apartado,
queda absolutamente claro que el fallo de la Corte Federal se trata de una
respuesta judicial institucional al grave problema planteado, ya que es visible
el ejercicio de una legítima función política activa donde el tribunal cimero no
decide estrictamente como tribunal de derecho ni de garantías
constitucionales.
Tal actuación debe enmarcarse en el sentido propugnado por Enrique
Falcon al señalar:"…En el carril activo, cuando se habla de función política
de los tribunales superiores nos estamos refiriendo a la intervención de éstos
en cuestiones fundamentales del Estado, ajenas al campo específico
jurisdiccional. La intervención en esas cuestiones fundamentales puede tener
por fin determinar espacios de poder, proteger el sistema institucional, fijar
rumbos orientadores en el campo social, mantener una adecuada división de
poderes, establecer sectores de protección para el ciudadano frente a los
otros poderes ante la ausencia de normas legales, pero también acompañar la
política superior y general del Estado, en tanto tienda al bienestar general."
(trabajo "La función política y los tribunales superiores", en la obra "El papel
de los tribunales Superiores", coordinadores Berizonce, Hitters y Oteiza,
Santa Fé 2006, edit. Rubinzal Culzoni, pág. 23).
Esto es así en tanto la Corte es el órgano supremo, máximo y último del
poder judicial y titular de uno de los poderes del Estado y comparte con los
otros dos el gobierno, lo cual traduce claramente su importancia política y
como sostiene María Angélica Gelli: "…sobre todo cuando se trata de los
magistrados de la Corte Suprema, expresa la última voz en materia de
interpretación de la Constitución, …Sin duda, en este caso, el papel del juez
es político en un doble sentido. En principio, porque al resolver conflictos de
interés va desarrollando el derecho y a través de él, desplegando las
relaciones sociales. En segundo término, porque al controlar la
constitucionalidad del ordenamiento jurídico, toca a sus hacedores en lo que
estos expresan como decisión política general." ("Constitución de la Nación
Argentina, comentada y concordada", segunda edición ampliada y actualizada,
2004, edit. FEDYE, año 2004, comentario al art. 108 de la C.N., pág.
751/752).
Del mismo modo German J. Bidart Campos nos enseña que desde el
concepto científico de la política, la Corte es tan política como políticos son el
poder ejecutivo y el congreso; todos gobiernan, y gobernar es desplegar
política sobre el poder ("Manual de la Constitución reformada", t.III, edit.
EDIAR, 1997, Capítulo XLII "El Poder Judicial", pág. 338).
Por otra parte el maestro completa esta opinión al sostener que:"…la
interpretación judicial que de la constitución hace la Corte Suprema en sus
sentencias cuando aplica sus normas, tiene el mismo rango de la constitución
interpretada. Decimos que, en el derecho constitucional material, se trata de
la constitución "más" la interpretación que de ella hace el derecho judicial de
la Corte. Este "más" implica componer una unidad con la sumatoria. De ahí
en adelante, son numerosos los efectos que cabe proyectar. Sólo los
insinuamos. Puede -por ejemplo- afirmarse que el derecho judicial participa
de la misma supremacía de la constitución a la que interpreta y aplica; que
ningún tribunal en sede interna puede declarar inconstitucional la
interpretación constitucional de la Corte; que las leyes no pueden prescindir
de ella o violarla…; que los tribunales inferiores…tiene que prestar
seguimiento a la misma interpretación constitucional, etc." (ob.cit., t.I,
Capítulo V "La supremacía y el control de la constitución", pág. 352/353).
5.- Desde otro ángulo, se advierte que la mayoría de los jueces que
suscribieron el fallo practicaron una interpretación teleológica sustentada en el
objetivo del Preámbulo de la Constitución Nacional que conforme a la
interpretación dinámica en el pensamiento de la Corte Suprema parece cobrar
mayor importancia al ser utilizado como fundamento directo a la par que el
propio artículado para justificar la intervención del Estado en materia
económica. Entre otros, en 1966 en el caso "Fernández Orquín c/ Ripoll" se
invocó el "bienestar general" del Preámbulo junto a la cláusula del bienestar
para legitimar el art. 8º de la ley 14.451 de arrendamientos rurales
(considerando 5 del voto de la mayoría (Fallos: 264:416) y en 1990 en el caso
"Peralta" se apela insistentemente al objetivo de la "unión nacional"
(considerandos 35 y 36 del voto de la mayoría) para justificar el contenido del
decreto de necesidad y urgencia nº 36/90 que convertía los activos financieros
en bonos externos (Fallos: 313:1513).
Que a tal interpretación cabe sumar una elucubración eminentemente empírica
consistente en la recomposición de los patrimonios afectados por la aplicación
de la fórmula utilizada que conduce a la no alteración del derecho de
propiedad, atento a la situación vigente al momento de dictarse el decisorio.
Que también de su lectura surgen los dos aspectos más relevantes: a) el
económico, en tanto devolver dólares es matemáticamente casi lo mismo que
devolver pesos mediante la formula aplicada, desapareciendo la asimetría
inicial de la pesificación de los depósitos. El que puso dólares no recibirá
dólares, pero sí la cantidad de pesos equivalentes a los dólares que depositó o
quizás más (vid. nota "Por qué los ahorristas no pierden" publicado en la
revista de economía y negocios "Fortuna" del 30 de diciembre de 2006, pág.
28 y ss., entre otras). De ello se desprende que el análisis realista económico
desplaza al dogmático jurídico; y b) el político al que ya he hecho referencia.
6.- Que en este orden de ideas, la razonabilidad jurídica sin apoyatura en la
realidad económica deviene en abstracción académica no idónea para ofrecer
soluciones a la problemática de que se trata.
Que en tal sentido y teniendo presente que la doctrina de la Corte Federal
considera que la declaración de inconstitucionalidad es un acto de suma
gravedad institucional que debe ser considerada como ultima ratio del orden
jurídico (Fallos: 14:432; 242:73; 247:121, entre tantos otros), ésta debe
reputarse ahora como innecesaria al arribarse a un resultado satisfactorio para
el depositante resguardando debidamente su derecho de propiedad, en tanto lo
decidido se apartó del dogmatismo, estableciendo una solución pragmática
aceptable para todos y susceptible de ser conciliada con el pensamiento
jurídico de los jueces que emitieron sus votos.
7.- Por último, aplicando la regla de sujeción a los precedentes de la Corte
Federal, sobre todo teniendo presente la conveniencia de adecuar las
decisiones a las del Máximo Tribunal por razones de seguridad y economía
procesal a fin de evitar un dispendio jurisdiccional innecesario y
contraproducente, entiendo que corresponde en el estadio actual la sujeción al
decisorio recaído en el fallo "Massa" y su aplicación en el caso de autos, en
aras del declarado propósito de poner fin a un litigio de indudable
trascendencia institucional y social.
8.- Que en el sub-lite la parte actora desafectó los fondos depositados de la
reprogramación dispuesta por la normativa de emergencia impugnada. Sin
embargo este proceder no puede ser entendido como un acto válido,
voluntario y vinculante que obste al ulterior reclamo judicial por la diferencia
de la suma pesificada, tal como lo sostuviera la Sala en reiterados fallos.
Que las circunstancias expuestas y demostradas por la accionante, consistentes
en la pesificación del saldo originalmente depositado en dólares
estadounidenses y el hecho que haya efectuado reserva de derechos, sufra un
problema de salud, cuente con más de 75 años o se encuentre dentro de alguno
de los supuestos de excepción contemplados en la normativa de emergencia,
difiere del supuesto de hecho por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en
la sentencia dictada in re C.124 "Cabrera, Jerónimo R. y otro C/ Poder
Ejecutivo Nacional" fallo de fecha 13 de julio de 2005, tornado inaplicable
para el caso que nos ocupa los argumentos allí vertidos.
Por ello propongo, modificar la sentencia apelada y declarar el derecho de la
actora a obtener de la entidad bancaria el reintegro de su depósito convertido
en pesos a la relación de $ 1,40 por cada dólar estadounidense, ajustado por el
CER hasta el momento de su efectivo pago, más la aplicación sobre el monto
así obtenido de un interés a la tasa del 4% anual -no capitalizable- debiendo
computarse como pago a cuenta las sumas -que con relación a dicho depósitohubiese abonado la entidad bancaria a lo largo de este proceso, así como las
que hubiese entregado en cumplimiento de medidas cautelares. como así
también las que el actor bubiere percibido en virtud de la desafectación de sus
depósitos reprogramados. Con costas en el orden causado en ambas instancias,
en atención al cambio jurisprudencial operado en la cuestión aquí debatida
(art. 68 in fine, C.P.C.C.N.).
Así lo voto.
EL DOCTOR FLEICHER DIJO:
1.Las cuestiones planteadas en el sub lite resultan ser sustancialmente
análogas a las examinadas in re "Andrada, Aldana y otros c/Poder Ejecutivo
Nacional y otros s/Amparo",(1) expte. n°1998/02, de 10 de junio de 2002, y
"Buday Emilio Alberto c/P.E.N.-Banco Central de la Rep Arg- BankBoston
s/acción declarativa de inconstitucionalidad"(2), expte. n° 2478/02, del 11 de
marzo de 2003, a los que cabe remitir brevitatis causae.
En relación al agravio, concerniente a la imposición de costas, cabe
remitirse, en razón de brevedad a lo expuesto por esta Sala in re "Carattoli,
Héctor Jorge c/Estado Nacional, expte. N°2581/02,(3) fallo del 27.08.02. En
el caso, no existen motivos para apartarse del principio sentado por el artículo
68, 1° parte del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
En lo concerniente al rechazo de la excepción de falta de legitimación
pasiva, cabe remitirse a lo expuesto en "Mansur, Luis O. C/ PEN s/ amparo "
expte. 2794/02, fallo del 22.08.02, por lo que cabe desestimar el agravio de la
entidad recurrente.
En consecuencia, corresponde rechazar el recurso de apelación
interpuesto y confirmar la sentencia apelada.
En cuanto al modo de cálculo de la diferencia de pesificación, cabe
remitir a lo expuesto por esta Sala in re "Rucci, Carlos Alberto c/ HSBC Bank
Argentina y otro s/ Acc. de Inconstitucionalidad",(4) expte. n° 2980/02,
resuelto el 07/07/02.
2. Respecto al pronunciamiento dictado por la Corte Suprema de
Justicia de la Nación en el caso "Massa, Juan Agustín c/ Poder Ejecutivo
Nacional- dto. 1570/01 y otros s/amparo ley 16.986", me remito a lo expuesto
en mi voto in re "Gardella, Isabel G. y otra. c/ PEN s/ acción de amparo",
expte n° 6869, fallo del 1 de marzo de 2007.
En suma, por las consideraciones que anteceden y normas legales
citadas propongo al Acuerdo: rechazar recurso de apelación deducido contra
la sentencia de primera instancia, la que se confirma con el alcance expuesto.
Sin costas de Alzada atenta la ausencia de debate (art. 68, 2° parte del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación.).
EL DOCTOR SCHIFFRIN DIJO:
Comparto la opinión del Dr. Fleicher, remitiéndome a lo expuesto en
mi voto in re: "Gardella, Isabel G y otra c/ PEN s/ acción de amparo",(5)
expte n° 6869/04 fallado el día 01/03/07. He de añadir que, en cuanto al modo
de cálculo de la diferencia de pesificación, y sin perjuicio de dejar a salvo el
criterio expuesto en mi voto en el citado precedente "Buday", por razones de
economía procesal, no habré de disentir con la jurisprudencia prevaleciente en
esta Cámara, que surge del precedente "Rucci, Carlos Alberto c/HSBC Bank
Argentina y otro s/Acc. de Inconstitucionalidad, expte N° 2980/02, resuelto el
07.11.02 por la Sala II, entre muchos otros.
En tales condiciones, adhiero al voto del Dr. Fleicher.
Por ello, y en virtud del Acuerdo que antecede, se RESUELVE:
rechazar los recursos de apelación deducidos contra la sentencia de primera
instancia, la que se confirma con el alcance expuesto. Sin costas de Alzada
atenta la ausencia de debate (art. 68, 2° parte del Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación.).
Regístrese, notifíquese y oportunamente devuélvase.Fdo.Jueces Sala II,
Dres. Leopoldo Héctor Schiffrin,Gregorio Julio Fleicher y Carlos Román
Compaired (en disidencia).
NOTAS: (1):publicada en el rubro FALLOS DESTCADOS-carpeta temática
CORRALITO (FD.8)-del sitio www.pjn.gov.ar;(2):ver igual sitio rubro y
carpeta temática (FD.118);(3):idem FD.227;(4)idem FD.14;(5)idem FD.249.
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