las amenazas asimétricas en el mar

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COMANDANCIA EN JEFE
LAS AMENAZAS ASIMÉTRICAS
EN EL MAR
E
n esta Exposición hemos tenido
dos paneles, uno dedicado a “La
Defensa Naval y las Amenazas
Emergentes”; y el segundo apuntado al
análisis de “El Impacto de las Amenazas
Emergentes en el Ámbito Marítimo”. En
ambos, distinguidos expertos han analizado y discutido el problema conceptual
y práctico de las fuerzas navales para
enfrentar las llamadas nuevas amenazas.
Se efectuaron también dos Conferencias
dedicadas a los aspectos técnicos de esta
problemática.
En nombre de la Armada de Chile,
felicito a los distinguidos expertos que
participaron y les agradezco su inestimable cooperación y su disposición a dar
opiniones y hacer juicios sobre materias
que, siendo de vital interés para todos
nosotros, están envueltas en un manto
de incertidumbre y variabilidad.
Reflexiones en esta clausura.
Con motivo de la clausura de la Exponaval celebrada el año 2002, dedicada a
la problemática de la operación conjunta,
propuse algunas ideas sobre la “Acepción Ampliada de la Interoperatividad”,
poniendo de relieve la importancia de
integrar en una estrategia única, el total
de los recursos de control de los Estados,
haciendo énfasis en la urgente necesidad
de desarrollar la interoperatividad entre las
*
fuerzas navales y de seguridad marítima
con otras agencias del Estado, tales como
aduanas, inmigración, identificación, controles fitosanitarios, policiales, antidrogas,
de salud y muchas otras, que hasta ahora
operaban más o menos independientemente o a lo más en coordinación.
En esa ocasión planteé que enfrentábamos una situación que requería
sinergia, integración y acción conjunta,
continua, fluida y eficaz, no sólo al interior del propio Estado, sino también la
capacidad de interoperar entre Fuerzas
Navales y Agencias de Seguridad de
otros Estados.
Esta mañana en que clausuramos las
deliberaciones y debates respecto a un
aspecto tan relevante de la seguridad marítima como son las “Amenazas Asimétricas
en el Mar”, quiero compartir con ustedes,
brevemente y desde una óptica regional,
dos temas principales: primero, algunos
aspectos relevantes del terrorismo, que
hemos asumido como la principal amenaza asimétrica que tenemos que neutralizar; y segundo, proponerles una visión
de los parámetros que deberíamos considerar para intentar solucionar el problema
estratégico que estamos enfrentando.
Posteriormente, a modo de ejemplo de
cooperación internacional quiero comentar brevemente el ejercicio Panamax y
finalizar con algunas reflexiones.
Almirante, Comandante en Jefe de la Armada. Oficial de Estado Mayor, Ingeniero Naval Electrónico. Master of Arts en Filosofía
(The Catholic University of America, Washington DC, USA). Preclaro Colaborador, desde 2003. Discurso del Sr. Almirante, con
ocasión de la clausura de la Exponaval 2004.
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Miguel Ángel Vergara Villalobos *
MIGUELÁNGELVERGARAVILLALOBOS
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1. Aspectos relevantes del terrorismo.
Entre los aspectos más relevantes
del terrorismo quisiera destacar tres:
Los desafíos que impone su accionar,
Su relación con organizaciones criminales, y
Sus efectos económicos.
Desafíos que impone su accionar.
Desde la perspectiva de los terroristas, su objetivo es llegar a condicionar
el comportamiento de los gobiernos y
de las personas comunes para que, por
temor, accedan a sus exigencias1. Para
ello insinúan amenazas y causan daños
sorpresivos e indiscriminados y, por esa
vía, acumulan temores y restricciones
autoimpuestas llevando a las personas
paulatinamente a cambiar sus hábitos, a
dejar de hacer lo que quieren, lo que les
gusta o lo que les conviene, por temor
a sufrir daños. En definitiva las obligan
a tomar tantas precauciones, que sus
actividades normales se tornan lentas,
ineficientes y molestas.
Sabemos que el terrorismo tiene dos
componentes, uno de impacto físico, de
destrucción espectacular, de daño económico o militar; y otro de impacto psicológico: golpe mediático, parálisis mental
y física, retraimiento de los gobiernos
y sociedades. El primero es funcional,
previo y necesario, pero es el segundo
elemento el que efectivamente materializa su victoria y produce nuestra derrota.
Los recursos reales del terrorismo
no son de gran magnitud ni eficacia:
principalmente explotan la amenaza.
Nos sugieren la “posibilidad” de tener
algún arma o capacidad y luego dejan
que nuestra imaginación haga el resto.
El problema es que eventualmente
“podrían” llegar a tener todas o parte de
las capacidades con que han amenazado,
aunque sea en forma primitiva. Ese solo
riesgo resulta inaceptable para nuestras
1
sociedades acostumbradas a vivir en un
medio ambiente de seguridad. Los terroristas nos ponen así ante un desafío de
muy difícil solución cual es, obligarnos a
tomar las medidas para enfrentar la peor
posibilidad. Es decir, prepararnos para
neutralizar potencialidades que muy probablemente nunca alcanzarán, pero que
no podemos dejar de considerar como
posibles. Consecuentemente, luchamos
en un campo de batalla que en buena
parte es un asunto de percepciones.
Dada la situación reseñada, quiero
destacar la importancia de que los
procedimientos que se empleen para
neutralizar estas amenazas, sean los
adecuados para reducir o eliminar las
trabas, demoras y daños o perjuicios
marginales. En otras palabras, que no se
presten al juego de los terroristas, ya que
medidas demasiado restrictivas, demasiado visibles y evidentes, o reacciones
más enérgicas que las necesarias, que
entraben y atemoricen a las empresas y
a las personas, pueden terminar siendo
contraproducentes y, a la larga, llegar a
ser funcionales a los intentos terroristas
de implantar el miedo y la parálisis.
Relación con organizaciones criminales.
El segundo aspecto que quiero señalar es la evidencia del hecho de que cada
día más el terrorismo y las organizaciones
criminales cooperan entre sí y se asocian.
Es difícil distinguir entre unas y otras.
Esta colusión ha incrementado la capacidad de agresión y letalidad de ambas. La
aparición de nuevas formas de comunicaciones, la creciente movilidad de las personas y de los recursos, y las dificultades
para identificarlas, las han transformado
en amenazas asimétricas de alta peligrosidad. Constantemente aparecen nuevas
evidencias de esta cooperación.
Esto confirma y refuerza lo que señalaba en la Clausura de la Exponaval 2002,
US. Department of Defense, Joint Publication 1-02, April 12, 2001: Terrorismo es el uso calculado de la violencia o de la amenaza
de violencia ilegal, con la intención de intimidar, o coaccionar a los gobiernos y a las sociedades para obtener objetivos generalmente políticos, religiosos o ideológicos”. Es una táctica de psicología y violencia, usada de débil a fuerte, para conseguir
metas desproporcionadas usando medios modestos, potenciados por el miedo introducido a sus víctimas.
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Efectos económicos.
El tercer y último aspecto que quiero
mencionar es el económico, ya que esta
lucha tiene componentes económicos
muy significativos, que debemos considerar en nuestros análisis para comprender a cabalidad el problema que estamos
tratando de resolver. Me referiré a cuatro
de ellos, que me parece que son claves
para nuestra región: sus efectos sobre
la inversión y el transporte marítimo; la
dificultad de algunos países para unirse
al esfuerzo de seguridad internacional, y
la inescapable relación entre pobreza e
inseguridad.
Efectos sobre la inversión.
Un estudio del gobierno australiano2
muestra que las acciones terroristas producen un impacto inicial negativo en el ritmo
del desarrollo económico, afectando a las
exportaciones, la inversión y el PIB. Esta
situación puede ser y ha sido mitigada con
medidas como el control de la tasa de interés y otros. Pero, el citado estudio muestra
que estas medidas no son sostenibles en
el tiempo y al cabo de pocos años dejan
de producir efectos. Consecuentemente,
los daños ya no pueden ser controlados,
transformándose en trabas estructurales
que deterioran la productividad.
Este perjuicio, para el caso de Australia en los primeros cinco años, está
produciendo un deterioro estimado de su
PIB del 1,6%; y para los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático
(ASEAN) sería del orden del 2,5%. Otros
•
2
países, como Japón y China están siendo
afectados aún más duramente, con deterioros del orden del 3%. América Latina,
nuestra región, tan necesitada de inversión, obviamente también se ve afectada,
aún cuando no existen estudios al respecto. Esto indica que el terrorismo tiene
un fuerte impacto en el desarrollo e incide
negativamente en la población más vulnerable, los pobres, que en nuestra región
es un tema de vital importancia.
Efectos sobre el transporte marítimo.
Una de las actividades más duramente golpeadas, en lo económico, a
causa del terrorismo, es el transporte y
dentro de éste el transporte marítimo.
En efecto, los costos mundiales de
implementar los equipos de seguridad
necesarios para poner en ejecución el
Código ISPS dispuesto por la Organización Marítima Internacional (OMI),
tendrán un costo de aproximadamente
1,3 billones de dólares, y un sobre costo
operativo del transporte marítimo de 730
millones de dólares anuales. Estos son los
costos de hacer negocios bajo la amenaza
terrorista, y ellos deben ser pagados proporcionalmente entre todos los operadores mundiales del transporte marítimo.
Además hay otros costos ocultos
que continúan invisibles pero reales:
¿cómo cuantificar la disminución de los
números de pasajeros de los grandes
cruceros turísticos?, ¿cómo valorizar los
negocios que se dejan de hacer?, ¿las
oportunidades que dejan de ser costoefectivas y no se aprovechan? Estos son
costos que nuestras sociedades de una
u otra forma están pagando en términos
de menor calidad de vida.
•
Dificultades de algunos países.
Como lo hemos visto, la puesta en
ejecución de medidas de seguridad cuesta
mucho dinero, tiempo y esfuerzo. Esto
hace difícil exigir a algunos gobiernos
•
Australian Government, Department of Foreign Affaires and Trade, Economic Analytical Unit. “Combating Terrorism in the Transport Sector, Economic Costs and Benefits”; ISBN 1 920959 00 9, de 2004”.
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en el sentido que no podemos actuar
eficientemente sin continuar avanzando
hacia el establecimiento de bases políticas
y jurídicas sólidas y eficaces, para la cooperación e interoperatividad entre nuestras
marinas y organizaciones de seguridad
marítima, condición que estimamos básica
y fundamental en la lucha eficaz contra las
amenazas asimétricas en el mar.
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que se unan a esta guerra, que inviertan
en mejorar sus procesos administrativos
y policiales, que incrementen la inversión
en seguridad, o que intensifiquen el control de sus espacios nacionales. Muchos
países, más allá de la amenaza terrorista,
tienen prioridades de educación, alimentación y salud que marcan la diferencia entre
la vida y la muerte de muchas personas.
En algunos casos, los costos extras
en Seguridad caen dentro de las medidas
generales de protección de la sociedad; en
otros, recaen sobre actividades económicas
específicas, sobre sus operadores y sus
usuarios, produciendo distorsiones en la
economía global, desviaciones de comercio
y alteración de la libre competencia. Pero,
en definitiva, siempre se verá afectada la
economía de los países y en forma muy
sensible la de los países más pobres.
Esto hace necesario distinguir entre
los Estados que no pueden hacer más en
el ámbito de la Seguridad, y aquellos que
pudiendo no quieren hacerlo, o no hacen
lo suficiente. Los primeros necesitan de
nuestra ayuda, los otros merecen nuestro
rechazo. Debemos tener claro que todos
los países podemos ser afectados por el
terrorismo, por lo que todos debemos
unirnos en la adopción de medidas de
seguridad; y es obvio que los que tienen
más deben ayudar a los que tienen
menos, porque la participación de todos
los países resulta imprescindible.
Pobreza e inseguridad.
Desde otra perspectiva, es visible
que la globalización favorece más a algunos países que a otros. Las economías
abiertas, competitivas y orientadas a
la exportación están obteniendo grandes beneficios, mientras las economías
menos competitivas se cierran sobre
si mismas y van quedando al margen
del progreso. La pobreza se transforma
en fuente de mayores demandas a sus
gobiernos, demandas que no pueden
ser satisfechas, y así esos Estados se van
viendo envueltos en una espiral de desgobierno, inestabilidad y resentimiento,
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•
creándose espacios que facilitan y favorecen el arribo y establecimiento de redes
de terrorismo y crimen internacional.
No quiero decir que pobreza y terrorismo estén necesariamente ligados,
ni que el terrorismo tenga como causa
única, ni siquiera como causa principal, a
la pobreza. Lo que quiero destacar es que
donde hay pobreza, la dupla terrorismocriminalidad tiene mucho más espacio
para instalarse y actuar.
En el contexto señalado, el combate a
las amenazas asimétricas y la aproximación a la seguridad marítima internacional
y regional requiere de una mirada mucho
más amplia y comprensiva, que excluya
la asignación de culpas, que asuma el
origen múltiple de las amenazas y que
incorpore la participación de todos los
interesados, tanto en el diagnóstico como
en la solución de los problemas.
La lucha contra el terrorismo no puede
ser hecha sólo desde la perspectiva del
interés nacional de los países afectados,
y tampoco desde la óptica genérica de la
paz y estabilidad del sistema internacional.
Creo que el único foco eficaz para dar esta
guerra, que promete ser larga, es el del
desarrollo, la educación y la cooperación
entre los Estados, con vistas a otorgar
seguridad y bienestar a las personas. Esto
es lo que comúnmente se engloba bajo el
concepto de “seguridad humana”.
2. Visión de los parámetros de
solución.
Planteadas estas consideraciones,
en la segunda parte de esta exposición,
quiero proponerles una alternativa de
visión articulada de los elementos que
juegan en el diseño y materialización de
una respuesta eficaz para enfrentar con
éxito “Las amenazas asimétricas en el
Mar”, lo que es particularmente sensible
en el caso del transporte marítimo, que
por lejos, es el medio más relevante en el
comercio internacional.
En efecto, se trata de un sistema muy
vulnerable al terrorismo debido a que su
fuerza de trabajo es internacional y muy
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Claves para una estrategia común.
Por lo dicho, es claro que en el mar
debemos enfrentar un problema técnico,
naval y marítimo, que surge de situaciones específicas y tiene efectos políticos y
económicos de carácter mundial y transnacional. Esto nos lleva a esforzarnos por
diseñar una estrategia común y cooperativa para combatir estas amenazas.
Nuestra proposición es hacerlo a partir
de la definición que nos ofrece el Almirante
USN Joseph Wylie en su libro “Estrategia
Militar, una teoría general sobre el control
del Poder”, donde nos dice que: “el propósito de una estrategia es el establecimiento
del control sobre el comportamiento del
enemigo, para lograr un objetivo”.
De aquí surgen algunas preguntas
cuya respuesta nos iluminará respecto
de los parámetros claves para establecer
una estrategia cooperativa común:
Qué controlar y para qué,
Cuál es la naturaleza del control por
establecer, y
Cuál debería ser su duración.
Qué controlar y para qué hacerlo.
Como se señaló al comienzo, el
interés general que nos une es la neutralización de las amenazas comunes
que afectan al ámbito marítimo, interés
que puede materializarse a través de un
objetivo fácil de enunciar, pero difícil de
alcanzar, cual es “el control efectivo de
todos los espacios marítimos”.
A lo menos dejemos enunciado que
el control de los espacios marítimos
nacionales e internacionales debe apuntar a cuatro propósitos concretos:
1º Proveer seguridad al comercio internacional, asegurando que el tránsito de
•
la carga con destino a otros países sea
controlado efectivamente desde su punto
de origen hasta su destinatario final. Se
trata de que lo que se embarcó sea exactamente lo que llega a destino, sin que en
el proceso se haya introducido ilícitos, sea
en algún puerto o durante el tránsito.
2º Controlar las actividades industriales, científicas, deportivas y recreativas
en el mar, para asegurar que se lleven a
cabo conforme a los tratados, acuerdos y
compromisos establecidos, impidiendo
que se empleen para intereses que atentan a la legalidad vigente.
3º Neutralizar las actividades ilegales y
criminales en el mar, según las convenciones y acuerdos vigentes.
4º Preservar el ecosistema marino
contra los efectos producidos ya sea por
actos fortuitos o premeditados.
Lo señalado nos permite concluir, que
las áreas en las cuales es necesario establecer acuerdos generales de cooperación
y en las que debemos interoperar en forma
fluida, son espacios marítimos internacionales y espacios de jurisdicción nacional.
Por tal motivo, el control del mar en tiempo
de paz, exige avanzar en el desarrollo de
normas y procedimientos que permitan
materializar más eficientemente la cooperación, sin vulnerar los derechos, soberanías
o intereses de los Estados miembros.
Naturaleza del control por establecer.
Para producir el ambiente de seguridad que necesitamos, en el nivel estratégico no podemos tener una actitud pasiva.
Deberíamos estar preparados para cubrir
todas las eventualidades, pero sabemos
que eso es imposible. En subsidio, debemos adoptar una actitud ofensiva y proactiva, que se adelante al terrorismo y lo
neutralice. La idea es que la gente perciba
que “los buenos” tienen la iniciativa. Para
ello se requiere de información.
Decía anteriormente que la forma en
que actuemos debe evitar hacer el juego
al terrorismo, aplicando controles que por
ser eficientes, no restrinjan, entraben o
paralicen las actividades de los Estados,
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diversa; a que existe imprecisión en cuanto
a la descripción y propiedad de un gran
número de los productos transportados; a
que muchos buques están registrados en
países que no controlan debidamente la
seguridad y permiten ocultar la verdadera
identidad de los propietarios; y también
debido a la natural tendencia del sector a
proteger su autonomía e independencia.
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las empresas o las personas en el mar.
Esto nos lleva a que la clave de esta guerra
es la obtención, procesamiento y manejo
de la información. Necesitamos una producción de inteligencia que nos permita
acotar la verdadera magnitud y capacidades e intenciones del enemigo común, de
modo de alistar las fuerzas de seguridad
para actuar con precisión quirúrgica y la
fuerza justa; y esto no es fácil. La competencia comercial, los recelos, los procedimientos burocráticos creados en otros
contextos de seguridad, y muchas veces
los legítimos intereses comerciales privados o Estatales, limitan el libre flujo de
informaciones. Aquí surge el problema de
la confianza mutua, la que no puede existir
donde no hay transparencia y lealtad.
La obtención de inteligencia requiere
de personas calificadas y de recursos
-muchos recursos- y como los resultados no se ven rápido ni son tangibles,
la disposición a invertir en esta área se
reduce. Creo que aquí tenemos un elemento estratégico clave: avanzar hacia
la construcción de canales rápidos y eficientes de enlace entre los Estados que
multipliquen nuestras capacidades, para
adelantarnos al terrorismo internacional
en cualquiera de sus variantes y caras.
Otro elemento clave, relacionado con
el anterior, es la capacidad de controlar,
entendida como tener conocimiento
completo y preciso de lo que sucede
en nuestro entorno, conjuntamente con
la capacidad y disposición de intervenir
cuando se aprecie necesario hacerlo.
Conociendo al enemigo y controlando
nuestro entorno tenemos las bases para
actuar con decisión, rapidez y certeza.
Sin alarmar innecesariamente a las personas, sin elevar mayormente los costos
de los usuarios y sin complicar demasiado a las autoridades administrativas.
La cooperación internacional en
estos aspectos es de carácter fundamentalmente político en su génesis y de
naturaleza técnico-marítima en su materialización. Aquí tenemos un espacio en
el que debemos continuar avanzando.
Duración del control.
En cuanto a la duración del control,
es evidente que este control ya se inició
y parece también claro que deberá ejercerse durante mucho tiempo, quizás con
una intensidad que irá en aumento. En los
hechos, las características del actual sistema internacional muestra que las grandes
potencias han decidido que es mejor competir por el poder mundial en forma pacífica
-al menos no en forma abiertamente militar-, por lo que los Estados y grupos marginales no encontrarán aliados ni apoyos
de las grandes potencias para sus intentos
de obtener sus objetivos nacionales o de
grupo mediante una lucha abierta.
Esta evidencia los está llevando, y posiblemente continuará llevándolos, a recurrir
a la guerra asimétrica como única alternativa para obtener sus objetivos nacionales
o partidistas, dadas sus irremontables
condiciones de debilidad económica, tecnológica y militar. Estos objetivos no
necesariamente se orientan a conquistar
zonas geográficas sino, como dijimos, las
mentes de las personas. Muchas veces
sólo se trata de lograr publicidad para sus
demandas. Así, pareciera que el sistema
de seguridad marítima que estamos construyendo para protegernos de “Las Amenazas Asimétricas en el Mar” llegó para
quedarse, lo que agrega una razón más
para hacerlo bien desde el principio.
•
3. El Ejercicio PANAMAX.
A modo de ejemplo de la dirección
que está tomando la seguridad marítima
y un ejemplo también de cooperación
entre Marinas de diferentes capacidades que se complementan con realismo,
respeto y buena voluntad, quisiera compartir brevemente con ustedes nuestra
experiencia en el Ejercicio Panamax.
Chile es, en tonelaje, el cuarto usuario
del Canal de Panamá, luego de EE.UU.,
Japón y China. Por esa vía transitan
14.000 buques al año, es decir, 33 buques
diarios. El cierre o reducción de la eficiencia de ese Canal significaría un fuerte
impacto para nuestra economía, limitando
el acceso del comercio nacional a la costa
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oriental de EE.UU. y a Europa, regiones
con las cuales hemos recientemente firmado acuerdos de libre comercio.
En consideración a esto, a iniciativa de
nuestra Armada, se acordó con Panamá
y Estados Unidos realizar un Ejercicio
Combinado que tuviera como objetivo
principal entrenarnos para brindar seguridad y protección al tráfico marítimo que
fluye por el estratégico Canal de Panamá,
conformando una fuerza multinacional
que realizara operaciones de interdicción
marítima y vigilancia en toda el área de
confluencia del canal. Ello se materializó
con la ejecución del primer ejercicio denominado Panamax, el año 2003, donde participó Panamá, Estados Unidos y Chile,
con una duración de 5 días.
Dado el éxito alcanzado, este año se
realizó una segunda versión de Panamax,
ampliando la participación a 9 países y
aumentando a 10 los días del ejercicio.
Además, éste se ha ampliado a los océanos Pacífico y Atlántico. Se trata de un ejercicio naval multinacional que se orienta a
satisfacer las necesidades que plantean las
nuevas amenazas asimétricas en el mar.
4. Reflexiones finales.
Termino esta presentación con algunas reflexiones, a modo de conclusión.
Los lamentables actos terroristas
que en este inicio de siglo han golpeado
duramente al mundo, nos han hecho
modificar nuestro accionar en cuanto a
la Seguridad en general y, en particular,
a la Seguridad Marítima. El combate a
las amenazas asimétricas y la implementación de procedimientos de seguridad
marítima se ha globalizado y necesita
que sean analizadas con una mirada
amplia y comprensiva; que se asuma
que sus causas son de origen diverso y
que para su combate se requiere de la
cooperación de todos los Estados.
Afortunadamente no hemos tenido
actos terroristas en el mar de las magnitudes de los acontecidos el 11 de septiembre
de 2001, o del 11 de marzo de 2004. No
sabemos si ha sido porque se han tomado
las medidas preventivas necesarias, o
porque el terrorismo no ha “querido”
hacerlo. Lo que sí es claro que el riesgo
es inaceptable, por lo que tenemos que
estar preparados para lo peor, tomando
medidas que no sean contraproducentes
al desarrollo y por ende funcionales al
intento de instaurar el miedo y la parálisis.
Como mencioné, creo que el único
foco eficaz para dar esta guerra es el
del desarrollo, la educación y la cooperación, con vistas a lograr la seguridad
y el bienestar de las personas. Nuestra
contribución a la “seguridad humana”
conlleva tomar precauciones y medidas
tendientes a lograr el control efectivo de
nuestros espacios marítimos.
Nuestra propuesta para controlar
efectivamente los espacios marítimos,
pasa por establecer acuerdos de cooperación, con normas y procedimientos
que no vulneren los derechos y soberanía de los Estados, actuando en forma
pro-activa de manera de adelantarse al
terrorismo. Para lo anterior es necesario
crear canales rápidos, seguros y certeros
de información, que multipliquen nuestro accionar contra esta amenaza, la cual
debemos considerar como permanente.
Un buen ejemplo donde se ha implementado un sistema multinacional de
cooperación, ante una amenaza que, de
concretarse, afectaría al comercio mundial,
ha sido el ejercicio Panamax antes descrito.
Finalmente, no quisiera terminar estas
reflexiones sin insistir en un aspecto que
me parece clave: no nos equivoquemos, el
objetivo estratégico de la guerra contra el
terrorismo es la erradicación de esta actividad, pero el objetivo político es lograr un
estado de paz libremente aceptado y compartido por toda la comunidad mundial,
que contribuya a la seguridad humana. Es
por esto que creo que el terrorismo, como
problema político que es, sólo será neutralizado efectiva y definitivamente cuando
se resuelvan sus causas, entre las que se
cuentan la pobreza y el desgobierno.
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