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Roj: AAP CO 2/2012 - ECLI:ES:APCO:2012:2A
Id Cendoj: 14021370032012200001
Órgano: Audiencia Provincial
Sede: Córdoba
Sección: 3
Nº de Recurso: 339/2011
Nº de Resolución: 10/2012
Procedimiento: CIVIL
Ponente: FELIPE LUIS MORENO GOMEZ
Tipo de Resolución: Auto
AUDIENCIA PROVINCIAL CÓRDOBA
SECCIÓN N° 3
AUTO N° 10/12
PRESIDENTE ILMO. SR.
D. FRANCISCO DE PAULA SÁNCHEZ ZAMORANO
MAGISTRADOS, ILTMOS. SRES.
D. FELIPE LUIS MORENO GÓMEZ
D. PEDRO JOSÉ VELA TORRES
REFERENCIA:
JUZGADO DE ORIGEN: JUZGADO DE PRIMERA INSTANCIA N°6 DE CÓRDOBA
ROLLO DE APELACIÓN N° 339/2011
Pieza Oposición a Ejec. N° 814.01/2010
En la Ciudad de CÓRDOBA a uno de febrero de dos mil doce.
La SECCIÓN N° 3 DE LA AUDIENCIA PROVINCIAL DE CÓRDOBA, ha visto y examinado el recurso
de apelación interpuesto en autos de Pieza Oposic. a Ejec. N° 814.01/2010 seguidos en el JUZGADO
DE PRIMER/1 INSTANCIA N°6 DE CÓRDOBA entre el ejecutante CAJA DE MADRID representado por la
Procuradora Sra. ANA SALGADO ANGUITA y defendido por el Letrado Sr. IGNACIO ENRÍQUEZ GARCÍA
y el ejecutado PROMOCIONES RUIZ REYNER, S.L. representado por la Procuradora Sra. ELENA MARÍA
COBOS LÓPEZ y defendido por el Letrado Sr DIEGO JORDANO SALINAS, pendientes en esta Sala a virtud
de recurso de apelación interpuesto por la representación de la parte ejecutada contra auto recaída en autos de
fecha 08/06/2011 , siendo Ponente de recurso el Magistrado Iltmo. Sr. Don FELIPE LUIS MORENO GÓMEZ.
Aceptando los antecedentes de hecho de la resolución recurrida y,
HECHOS
PRIMERO.- Que seguido el juicio por sus trámites se dictó auto por el Sr. Juez del JUZGADO DE
PRIMERA INSTANCIA N DE CÓRDOBA cuyo fallo es como sigue: "ACUERDO DECLARAR PROCEDENTE
QUE LA EJECUCIÓN SIGA ADELANTE con desestimación de las causas de oposición articulada por la parta
ejecutada PROMOCIONES RUIZ REYNER SL representada por la Procuradora Sra. Cobos López y elle con
imposición de las costas derivadas de la oposición a la ejecución despachada a la parte ejecutada."
SEGUNDO.- Que contra dicha resolución se interpuso en tiempo y forma recurso de apelación por
la representación de la parte ejecutada que fue admitido en ambos efectos, oponiéndose al mismo la parte
contraría, remitiéndose los autos a este Tribunal y considerando el mismo necesaria la celebración de vista,
tuvo lugar con asistencia de referidos Procuradores y Letrados solicitándose por la apelante la revocación de
la auto y, en su lugar, se dictara otro con arreglo a sus peticiones y por la del apelado que se confirmara dicha
resolución en todos sus pronunciamientos.
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TERCERO.- Que en la tramitación de las dos instancias de este juicio se han observado las
prescripciones legales.
FUNDAMENTOS JURÍDICOS
No se acepta la fundamentaron jurídica de la resolución apelada.
PRIMERO- Merced al recurso de apelación interpuesto por "Promociones Ruiz Reyner, S.L.", es
sometida a la consideración de este Tribunal la revisión de los fundamentos tácticos y jurídicos del auto dictado
por el Juzgado de Primera Instancia núm. Seis de Córdoba en fecha 8 de junio de 2011 ; resolución que
desestima la oposición deducida por la citada apelante frente a la prosecución de la ejecución que frente a
ella instó "Caja Madrid" al amparo de lo establecido en el art. 579 de Lec .
A fin de deslindar los concretos términos del debate y de ajustamos a ellos como base de nuestra
revisión, se ha de partir de los siguientes hechos sustanciales, los cuales derivan de la documentación obrante
en las actuaciones (testimonios remitidos por el Juzgado y los solicitados por el Tribunal que obran en el Rollo
de Sala) y de las convergentes alegaciones de las partes:
1º) "Promociones Ruiz Reyner, S.L." era propietaria de finca urbana inscrita en el Registro de la
Propiedad como finca número 70.121 (casa marcada con el número veintiocho, hoy número veinticuatro, de
la calle Don Lope de los Ríos, de la ciudad de Córdoba que tiene una superficie de unos doscientos cuarenta
metros cuadrados).
2°) Conviniendo a la citada propietaria que Caja Madrid le concediera un préstamo, aquella solicita de
Tasaciones Inmobiliarias, S.A., en adelante TIMSA, la tasación del referido inmueble. Dicha tasación es de
fecha 28 de junio de 2007, y en ella se establece un valor de tasación y un valor hipotecario (correspondiente
al valor residual) ascendente en ambos casos a la cantidad de 1.240.000 euros.
3º) En virtud de la escritura de préstamo hipotecario de 2 de agosto de 2007, Promociones Ruiz Reyner
S.L. recibe en calidad de prestataria la cantidad de 907.000 euros.
En dicha escritura también constan, entre otros, los siguientes extremos:
-La tasación de la finca asciende a 1.208.175,61 euros (incorporación a la escritura de la certificación
expedida por Tasamadrid-sociedad inscrita en el Registro de Sociedades de Tasación del Banco de España-;
siendo el caso que la emisión del correspondiente informe es de fecha 24 de julio de 2007 y, según expresa
el propio documento, tiene como límite de validez la fecha de 24 de enero de 2008).
- Sin perjuicio de la responsabilidad personal e ilimitada de cliente se constituye garantía hipotecaria
sobre la citada finca, la cual quede respondiendo de las cantidades de 907.000 euros de principal, más los
intereses remuneratorios, intereses moratorios, costas y gastos que sé especifican en la estipulación quinta
de la referida escritura.
- A efectos de ejecución hipotecaria las partes tasan la finca, como precio de la misma a fin de que sirva
de tipo en la subasta, en la cantidad de 1.208.175,61 euros.
4º) Ante el incumplimiento de la prestataria, la prestamista pone en marcha el procedimiento de
ejecución hipotecaria (66/09 de los de referido Juzgado), en el cual en virtud de auto de 12 de febrero de 2009
se despacha ejecución por las cantidades de 947.532,40 euros de principal (existía un pacto de capitalización
de los intereses moratorios liquidados y no satisfechos); 16.332,08 euros de intereses vencidos desde la
liquidación del préstamo hasta la interposición de la demanda; y 284.000 euros en concepto de intereses
pactados y costas de ejecución.
5º) Intentando la deudora negociar con la acreedora la ampliación de plazo del préstamo, es el caso
que encarga una nueva tasación de la finca. Esta se efectúa por la primeramente citada TIMSA que, en su
calidad de entidad inscrita en el Registro Especial de Sociedades de Tasación del Banco de España, emite
una segunda certificación de tasación de fecha 16 de julio de 2009, con fecha de caducidad de 15 de octubre
de 2009, expresivo de que el valor de tasación y valor hipotecario ascienden en ambos casos a la suma de
1.133.233,02 euros (folios 23 a 59).
6º) Dicho intento no surte efecto y el procedimiento de ejecución hipotecaria sigue adelante. En este
sentido termina sucediendo: que la finca se saca a subasta el 15 de octubre de 2009, que la subasta se declara
desierta, y que en atención a lo solicitado por Caja Madrid el auto de 1 de diciembre de 2009 le adjudica la
finca por el 50 % del valor de la tasación a efectos de subasta que figuraba en la escritura de préstamo con
constitución de hipoteca, esto es, 604.087,80 euros
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7º) En virtud de escrito de 12 de abril de 2010, Caja Madrid solicita la transformación de la ejecución
hipotecaria en ejecución dineraria ordinaria, y ello por el importe de lo que considera su derecho de crédito
pendiente de pago, el cual concreta en la suma de 437.780,66 euros (343,446,6 euros de principal pendiente;
16.332,08 de intereses retributivos; 78.003,98 de intereses moratorios).
8°) El Juzgado dicta en fecha 3 de mayo de 2010 auto despachando ejecución por las cantidades
solicitadas.
9º) A raíz de la notificación de dicha resolución, la ejecutada presenta un escrito de oposición a la
ejecución alegando "motivos de fondo y defectos procesales".
10°) Por medio de diligencia de ordenación de 30 de junio de 2010, se tiene por formulada oposición
"por los motivos que constan en el escrito de demanda presentado y, de acuerdo con lo dispuesto en el art.
560 párrafo primero de Lee se confiere traslado a la parte ejecutante para que en el plazo de cinco días pueda
impugnar la oposición".
11°) La ejecutante atiende dicho trámite y presenta escrito de alegaciones.
12°) La diligencia de ordenación de 28 de julio de 2010 señala día para la vista solicitada por la ejecutada,
y tras la celebración de la misma se dicta el auto de 8 de junio de 2011 al que aludimos al inicio de este
razonamiento jurídico.
SEGUNDO.- El art. 579 de Lec , claramente inspirado en el principio de economía procesal, trata de
evitar un nuevo proceso para el cobro de la misma deuda, y a tal fin permite que si una ejecución hipotecaria no
satisface el crédito del acreedor, puede tener lugar una transformación procedimental; de modo que lo iniciado
como proceso de ejecución hipotecaria basado en la acción real que gravita sobre el inmueble ofrecido en
garantía, termine como un proceso de ejecución ordinaria basado en la acción personal que asiste al acreedor
para exigir de deudor el cumplimiento de sus obligaciones. Aunque la cuestión le entendemos resuelta merced
a la nueva redacción, vigente desde el día 31 de octubre de 2011, que la Ley 37/2011 ha dado al citado
precepto (desde el punto y hora que la norma permite al ejecutante pedir e "despacho de ejecución", no ofrece
duda que el ejecutado tiene la posibilidad de oponerse a la ejecución por motivos procesales y de fondo),
no debemos de olvidar que al tiempo de sustanciarse estas actuaciones, el citado art. 579 sólo establecía la
posibilidad del ejecutante de pedir "el embargo", y que en dicha tesitura una de las cuestiones que planteaba la
referida transformación procedimental es la relativa a las causas de oposición que podía alegar el ejecutado.
Es cierto que el principio de legalidad procesal previsto en el art. 1 de Lec ., exige el cumplimiento y el
respeto de los presupuestos, requisitos y límites que la propia Lee establece, pero no debe de olvidarse que,
admitiendo la legalidad procesal diversas interpretaciones, debe de buscarse siempre la más favorable a la
eficacia del derecho a la tutela judicial efectiva.
Y esto es lo que viene a sancionar de un modo implícito el Auto de Pleno del T.C. de 19 de julio de
2011 , cuando, razonando en orden a la no superación del necesario juicio de relevancia de la cuestión de
inconstitucionalidad sometida a su consideración referente al art. 579 y a la omisión legal de un trámite de
oposición, termina diciendo que "la justificación que postula el cuestionamiento de la norma legal contenida
en el art. 579 de Lee por no prever un nuevo trámite de oposición no se sustenta en el propio tenor literal de
la disposición legal cuestionada, que guarda silencio al respecto, sino que se infiere por el órgano proponente
de lo que considera la práctica forma habitual".
En suma, en el caso de la transformación procedimental que nos ocupa, la norma no prohibe que el
ejecutado pueda formular oposición así lo entendieron las partes y así vino a sancionarlo el Juzgado.
Y aunque todo ello se produjo del modo peculiar que se describe en la enumeración de hechos antes
descrita (no acomodo a las pautas fundamentalmente marcadas por los arts. 559 y 560), ello no impide la
revisión de tas cuestiones procesales y de fondo conjuntamente aducidas por la ejecutada, conjuntamente
impugnadas por la ejecutante, y conjuntamente resueltas en la resolución apelada, pues lo relevante, tal y
como antes hemos indicado, es que el citado art. 579 no prohibe la oposición y que la sustanciación que a la
misma se ha dado no ha causado indefensión alguna.
TERCERO.- Llegados a este punto y vista la sistemática que materialmente anida en el recurso de
apelación en sintonía con lo alegado en el escrito de oposición, se han de abordar tres cuestiones: una relativa
a la abstracta aplicación de determinadas normas procesales en relación con el juicio de valoración probatoria
que parcialmente se omite en te resolución apelada, otra referente al defecto procesal denunciado, y otro
referente a la cuestión de fondo suscitada.
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A) En el escrito de oposición venía a decirse, que tratándose la ejecutante de una entidad financiera
que debía de atenerse a los criterios del Banco de España, la misma al cierre del ejercicio debía de proceder s
la tasación de los bienes integrados en su patrimonio y contabilizar el bien por el resultado de dicha tasación.
Pues bien, considerando necesario para su defensa acreditar e valor contable que la ejecutante había
otorgado a la finca adjudicada en subasta, solicitó por medio de otrosí que a efectos de prueba se dirigiera
oficio a la entidad ejecutante "a fin de que por quien corresponda y a la vista de los inventarios de bienes
inmuebles, provenientes de regularización de créditos, cerrados al 31 de diciembre de 2009, se informe o
certifique del valor asignado a la finca regístral núm. 70.121... S la citada finca no figurara contabilizada a
31 de diciembre, la información deberá referirse a los estados contables cerrados provisionalmente a 31 de
marzo de 2010".
Por providencia de 7 de septiembre de 2010 el Juzgado declare pertinente la prueba propuesta, y
acuerda librar el oficio en los términos solicitados (copia de dicho oficio y el correspondiente acuse de recibo
de fecha 14 de septiembre de 2010 obran a los folios 248 y 249 de las actuaciones, en las que igualmente
obran la oportuna notificación de dicha providencia a la representación procesal de la ejecutante (folio 250).
Más de seis meses después de tales actos, se celebra una vista, y es el caso, que la ejecutada denuncia
que la ejecutante no ha avacuado respuesta alguna, razón por la cual, ante la contestación; de la defensa de la
ejecutante "se habrá producido un simple extravío", solicita la aplicación del art. 329 de Lec ., no considerando
necesario la reproducción del oficio en cuestión.
Tal pretensión no puede ser atendida pese al indebido silencio que sobre dicho particular guarda la
resolución apelada, y frente al indebido entendimiento que la Juzgadora mostró en el acto de la vista del
citado precepto (en el caso de negativa injustificada -y en este caso así lo fue-el requerimiento que previene
el párrafo segundo del citado art. 329 es de oficio, no a instancia de parte como se resolvió en la vista, y ha de
ordenarse por providencia caso de que discrecionalmente el Tribunal no estime oportuno dar valor probatorio
a la versión ofrecida por la parte solicitante).
Y es, abstracción hecha de que lo procesalmente correcto, en vez de librar un oficio, hubiese sido la
práctica de un requerimiento cor advertencia expresa en caso de incumplimiento, que mal puede darse por
probado el contenido del asiento contable en cuestión, cuando es el case que ni al proponer la prueba, ni en
el oficio remitido, la parte proponente expresó su concreta versión en orden al contenido del mismo. Versión
que ahora no puede suplir en vía de apelación, pues ello no dejaría de ser fuente de indefensión.
En suma, y sin perjuicio de lo que más adelante expondremos a efectuar el juicio concreto de valoración
probatoria, la solicitud de exhibición documental formulada fue incompleta al no incluir, tal y come exige el art.
328-2 de Lec . los términos concretos de la versión de documento -en este caso asiento- que se podría tener
por probada en caso de injustificado silencio.
B) Insiste la apelante en denunciar la nulidad del auto de 3 de maye de 2010 (auto que accedía a la
solicitud de ejecución ordinaria) por incumplimiento de lo dispuesto en el art. 573 de la Lec ; toda vez, segur
se alega, que la ejecutante "no ha practicado nueva liquidación del capita e intereses debidos a tenor de lo
pactado por las partes, no se ha aportado documento fehaciente, ni se ha notificado el nuevo saldo deudor
a la entidad ejecutada".
Pues bien, sin perjuicio de que por vía de lo establecido en el art. 559 de Lec . tales extremos pudieran,
tener virtualidad, no debe de olvidarse que ello es para el caso de una demanda ejecutiva por saldo de cuenta,
y este no es el caso de autos.
Téngase en cuenta, que de acuerdo con el texto vigente del art. 579 en el momento de producirse
los actos procesales que nos ocupan, la única exigencia procesal que pesaba sobre el ejecutante era la de
deducir una petición de embargo por la cantidad que falte, y la determinación de dicha cantidad (que de forma
incuestionada viene reflejada en e fundamento jurídico primero de la resolución apelada) era linealmente
factible mediante una simple operación aritmética de resta que tendría como minuendo la cantidad reflejada en
el auto de despacho de ejecución hipotecaria y como sustraendo el importe reflejado en el auto de adjudicación
del inmueble.
Téngase en cuenta además, en lo que a la determinación de intereses remuneratorios y moratorios se
refiere, que en el auto despachando la inicial ejecución hipotecaria estaban reflejadas, en directa sintonía con
lo alegado en la demanda de ejecución y documentación que la acompañaba, las cantidades que determinaba
la acreedora hipotecaria, y que la ejecutada, pese a serle ello factible dentro de los estrictos motivos de
oposición establecidos en el art. 695 de Lec ., no adujo error en la determinación de la cantidad exigible, ni
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en consecuencia expresó (y sigue sin expresar ahora, a pesar de que la ejecutante aportó con el escrito de
impugnación listados de cálculo de intereses -folios 232 y 233 de las actuaciones-) con la debida precisión los
puntos en que discrepa de la liquidación efectuada por la entidad ejecutante.
No es de apreciar, por lo tanto, defecto procesal alguno que determine la declaración de nulidad del
auto dictado por el Juzgado a referido 3 de mayo de 2010.
C) Como tercer motivo impugnatorio viene a achacarse a l£ resolución impugnada la no aplicación de
lo dispuesto en el art. 570 de Lec .; y ello por seguir considerando que la adjudicación del bien por el acreedor
ha determinado su "completa satisfacción".
Este motivo impugnatorio, tal y como explícita la propia apelante en la alegación tercera del recurso, no
plantea que en todos los casos en que se produzca la adjudicación de un inmueble por el 50% del tipo de la
subasta debe entenderse por cancelada la deuda total, sino que en este caso se ha producido la satisfacción
completa del deudor-Satisfacción completa del deudor que la ejecutada hace descansar sobre los pilares:
- El inmueble fue tasado en fecha 16 de julio de 2009 en un valor de 1.133.233,02 euros.
- El inmueble ha sido contabilizado en el patrimonio de ¡a ejecutante por su valor de mercado.
Analicemos por tanto si dichos pilares deben de tenerse como efectivamente acreditados en este caso.
En este sentido, y respecto del segundo procede rechazar la extremo, y así se vino a anticipar en el
anterior apartado A).
La cuestión merece una respuesta diferente en lo que al primer pilar se refiere, toda vez que con la
necesaria certeza procesal procede tener por acreditada la realidad del mismo. Téngase en cuenta en este
sentido lo expresado en el número 5º del primer razonamiento jurídico. Es decir si a la fecha de la adjudicación
del inmueble (auto de 1 de diciembre de 2009) la ejecutada prueba la existencia de una reciente tasación
de mismo (en este caso de fecha 16 de julio anterior) realizada por une sociedad de tasación sometida a
los requisitos de homologación independencia y reglamento interno de conducta que han de ser verificados
por el Banco de España, tal y como dispone el art. 3 -redacción dada por Ley 41/2007- de la Ley 2/1981 de
Regulación de Mercado Hipotecario; la consecuencia (cuando la ejecutante nada ha acreditado para desvirtuar
la bondad o acierto intrínseco de dicha tasación, ni la inoportunidad de su proyección material a una fecha tan
cercana, y además acontece que forzosamente ha de tener contabilizado en su patrimonio por algún valor el
inmueble en cuestión y dicho valor contable tampoco lo acredita, pese a las obvias facilidades que para ello
tenía), mal puede ser distinta a la anticipada, y ello merced a la virtualidad probatoria ( art. 326 y 348 de Lec .)
que procede otorgar a la documenta expresiva de un razonado informe pericial aportado ponía ejecutante
en convergencia con las consecuencias extraíbles del principio de disponibilidad y de facilidad probatoria
consagrado en el núm. 7 del art. 217 de Lec .
Llegados a este punto procede analizar, si esa acreditada realidad debe de producir el efecto jurídico
que esgrimió la ejecutada en su escrito de oposición y que aquí reitera en el presente recurso; y para ello
entendemos que procede hacer las siguientes consideraciones.
CUARTO.- La subasta es una de las formas de enajenación de los bienes hipotecados. Sobre esta base
no puede perderse de vista, que le subasta no deja de ser una venta pública por mandato con la intervención
de la autoridad judicial.
Al someterse los bienes a subasta pueden producirse, tal y como la parte apelante puso oportunamente
de manifiesto en el acto de la vista dos escenarios: uno en el que efectivamente concurran licitadores y une de
ellos ofrezca una postura legalmente admisible; otro en el que por quedar la misma desierta (así acontenció
en este caso; acta de subasta de 15 de octubre de 2009), el acreedor pide en el plazo de veinte días la
adjudicación del bien ofrecido en subasta "por cantidad igual o superior a 50 por ciento de su valor de tasación
o por la cantidad que se le deba por todos los conceptos" (redacción vigente al tiempo de los hechos de art.
671 de Lec .; y si bien ello no tiene virtualidad práctica en el presente caso si es conveniente destacar que
dicha norma, merced al Real Decreto-Ley 8/2011 de 1 de julio, ha quedado redactada del siguiente tenor: "Si
en el acto de la subasta no hubiera ningún postor, podrá el acreedor pedir le adjudicación de los bienes por
cantidad igual o superior al sesenta por ciento de su valor de tasación").
Esa dualidad de escenarios debe ser tenida en cuenta a la hora de interpretar el art. 579 pues, sobre
ambos escenarios (salvo que estemos en presencia de una hipoteca de responsabilidad limitada merced al
pacte previsto en el art. 140 de L.H .) gravita el principio de responsabilidad personal que con carácter general
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proclama el art. 1911 del CC ., y que con especial referencia a las obligaciones hipotecariamente garantizadas
refleja el art. 105 de L.H .
En el primer escenario la actuación, en su caso, de este responsabilidad personal y general por vía de la
transformador procedimental que permite el art. 579 de Lee no ofrece problema práctico alguno, pues estamos
en presencia de una cantidad ofrecida por un tercero, y es claro que el crédito del acreedor hipotecario sólo
se verá reducido en el importe del remate; dicho en otras palabras, el producto de bien hipotecado sometido a
subasta es el importe del remate, y dicho importe en cuanto que es una cantidad líquida y determinada permite
establecer un lineal juicio de su suficiencia para determinar si ha sido cubierto o no el crédito.
En el segundo escenario (adjudicación del inmueble al acreedor hipotecario), lo primero que hay que
remarcar es que estamos ante une medida sustitutiva de la denominada dación en pago hipotecaria y que, tal
y como ha recordado el T.C. en el citado auto de Pleno de 19 de julio de 2011 por medio de un discurso cuya
esencia es perfectamente extraíble y proyectable al caso, "...la cuestión de inconstitucionalidad no es cauce
procesal idóneo para que los órganos jurisdiccionales puedan cuestionar de modo genérico o abstracto la
constitucionalidad de un régimen c esquema legal (por lo que aquí interesa el proceso de ejecución hipotecaria)
por contraste con un hipotético modelo alternativo, que no le compete formular al órgano proponente ni
corresponde valorar a este Tribunal Constitucional por ser materia de exclusiva competencia de' legislador,
dentro de cuyos límites constitucionales dispone de un amplio margen de libertad de elección que este Tribunal
ni puede ni debe restringir.".
Retornemos al segundo escenario antes indicado y hagamos análisis del mismo a la luz de los arts.
671 y 579 de Lea en relación con otras normas, en especial arts. 557 y 558 de la misma Lec . y arts. 1256
y 1449 del C.C ..
QUINTO.- La adquisición del inmueble por el acreedor hipotecario que previene el art. 691 de Lec ., es
una forma de adquirir la propiedad de naturaleza onerosa que encuentra su consumación y reflejo formal en
e auto que aprueba la adjudicación.
La onerosidad de la misma radica en la contraprestación que pare adquirir el bien ha de satisfacer el
acreedor, la cual consiste en una paralela extinción de su crédito "por cantidad igual o superior al 50 por ciento
de su valor de tasación o por la cantidad que se le deba por todos los conceptos" (en la actualidad "por cantidad
igual o superior al sesenta por ciento del valor de tasación").
Llegados a este punto deben de remarcarse dos extremos:
- La propia realidad de las cosas pone de manifiesto, y así viene a expresarse el propio legislador
en la Exposición de Motivos del Real Decreto-Ley de 8/2011, de 1 de julio, de medidas de apoyo a los
deudores hipotecarios.., que las ejecuciones hipotecarias pueden dar lugar a situaciones abusivas; por ello y
en lo relativo a la adjudicación s favor del acreedor se impide que la misma pueda ser inferior e determinado
porcentaje, "y ello con el fin de evitar el despojo del deudor".
- La adjudicación por un importe superior a ese límite inferid legalmente establecido no puede quedar,
tal y como parece resultar de una primera lectura del art. 671 de Lec . a la libre y bondadosa determinación
del acreedor, pues a ello se opondrían, en lo que se refiere al cumplimiento de la obligación de la que surge
la deuda, esto es, el contrato de préstamo, y en lo que se refiere a la venta que subyace en el sistema de
subastas, los principios, respectivamente extraíbles de los citados arts. 1256 y 1449 del C.C .
Se desprende de esto último que el importe de la adjudicación tiene que estar objetivamente relacionado
con el valor real del bien adjudicado y sí así no lo fuese, nada impide que el ejecutado, ante el intento de
acreedor de actuar ex art. 579 la responsabilidad personal nacida de préstamo, pueda deducir oposición (ya al
margen de la celeridad y eficacia que demanda la virtualidad de la inicial garantía hipotecaria) de conformidad
con los arts. 557 y 558, aduciendo pago y, en su caso pluspetición. Así lo hemos indicado en el razonamiento;
jurídico segunde (y, en todo caso es inconcebible que en casos como el presente, en e que los intereses
económicos en juego sean de mayor entidad que en une usual situación de ejecución general ordinaria, el
deudor esté desposeído de los medios de defensa que otorgan los citados preceptos).
Consecuencia de ello en la tesitura del segundo escenario antes indicado (adjudicación del bien al
acreedor hipotecario), y en trance de oposición, es que cuando el art. 579 habla de "producto insuficiente para
abrir el crédito", dicha expresión debe sistemáticamente interpretarse en el sentido de valor real del bien en el
momento de la adjudicación (así como los riesgos de depreciación del mismo en un momento anterior corren
a cuenta del propietario hipotecante, a partir de la adjudicador corren por cuenta del acreedor que devino en
propietario).
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Junto a las razones de derecho material antes apuntadas, también es de tener en cuenta en este sentido,
que pudiendo haber utilizado e precepto una terminología linealmente concorde con la del procesalmente
antecedente art. 671 ("importe de la adjudicación", o similar) el caso es que no lo ha hecho.
SEXTO.- En conclusión; como es el caso que la responsabilidad personal universal que proclama el
art. 1911 del C.C . requiere come presupuesto de actuación, por vía de lo establecido en el art. 579 de Lec .
la pervivencia de una obligación válidamente exigible; como es el caso, que el ejecutado dicha pervivencia
es la que ha venido a cuestionar a aludir a la terminación de la ejecución forzosa por razón de "la completé
satisfacción del acreedor ejecutante", lo cual es materialmente equivalente a la extinción de la obligación
mediante el pago; y como es e caso que ello ha resultado documental y probatoriamente constatado; la
consecuencia debe de ser la de estimar el presente recurso de apelación puesto que el importe de valor real
del bien al tiempo de la adjudicación es superior no sólo a la cantidad por la que el mismo fue adjudicado, sino
también a la cantidad que aquí se exigía como remanente del crédito.
Todo ello conlleva que en este caso concreto procede dejar sir efecto la ejecución despachada.
SÉPTIMO.- Señala el art. 561-2 de Lec . que la estimación de la oposición a la ejecución por motivos
de fondo, conlleva la condena a ejecutante a pagar las costas de la oposición. Pero este precepto, en cuanto
no deja de ser un reflejo del criterio del vencimiento objetivo que como norma general se establece en el art.
394., también puede excepcionarse cuando, tal y como es evidente que aquí acontece a aducir las partes
encontrados criterios interpretativos, inicialmente eran de apreciar serias dudas de derecho.
PARTE DISPOSITIVA
Se estima el recurso de apelación interpuesto por la Procuradora Sra. Cobos López, en representación
de "Promociones Ruiz Reyner S.L.", frente al auto dictado por la Iltma. Sra. Magistrada del Juzgado de 1ª
Instancia núm. Seis de Córdoba, en fecha 8 de junio de 2011 , que se revoca.
En su virtud, se deja sin efecto la ejecución despachada por auto de 3 de mayo de 2010, debiendo el
Juzgado mandar alzar los embargos y las medidas de garantía de la afección que se hubieren adoptado. Sin
imposición de costas en ambas instancias.
Así por este nuestro auto, lo acordamos, mandamos y firmamos. Doy fe.
7
Roj: AJPI 3/2012 - ECLI:ES:JPI:2012:3A
Id Cendoj: 47186420082012200001
Órgano: Juzgado de Primera Instancia
Sede: Valladolid
Sección: 8
Nº de Recurso: 2411/2009
Nº de Resolución:
Procedimiento: CIVIL
Ponente: ANTONIO ALONSO MARTIN
Tipo de Resolución: Auto
JDO. PRIMERA INSTANCIA N. 8 DE VALLADOLID
C/ NICOLAS SALMERON Nº 5-5ª PLANTA VALLADOLID
.
.
S40010
N.I.G.: 47186 42 1 2009 0025846
Procedimiento: EJECUCION DE TITULOS JUDICIALES 0002411 /2009 C
Sobre OTRAS MATERIAS
De D/ña. CAJA DE AHORROS DE VITORIA Y ALAVA
Procurador/a Sr/a. IGNACIO VALBUENA REDONDO
Abogado/a Sr/a.
Contra D/ña. Marcelino , Adriana , Blanca
Procurador/a Sr/a. , , ISMAEL SANZ MANJARRES
Abogado/a Sr/a. , ,
AUTO
Juez/Magistrado-Juez
Sr./a: ANTONIO ALONSO MARTIN.
En VALLADOLID, a veintisiete de Febrero de dos mil doce.
Dada cuenta, los anteriores escritos únanse a los autos de su razón, y
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO .- Que por resolución de 15 de diciembre de 2010, se despachó ejecución en el presente
procedimiento a instancia del Procurador Sr. IGNACIO VALBUENA REDONDO, en la representación que
ostenta en el procedimiento de la entidad CAJA DE AHORROS DE VITORIA Y ALAVA contra DON Marcelino
, con DNI nº NUM000 , Dª Adriana , con DNI nº NUM001 , y Blanca con DNI Nº NUM002 , como fiadora,
reclamando la cantidad de 74.819,71 euros de principal, 1.596,85 euros de intereses ordinarios vencidos,
166,21 euros de intereses de demora, más las costas y gastos que se devenguen hasta el máximo garantizado
de 7.800 euros,, así como los intereses de demora que se devenguen desde la fecha de la demanda y que
junto con los ya vencidos no excedan del máximo garantizado de 15.600,00 euros; y no compareciendo ningún
licitador a la subasta acordada, por la ejecutante se solicitó la adjudicación de la finca objeto del procedimiento
por la cantidad de 56.550,00 euros, correspondiente al 50% del valor de tasación; dictándose Decreto con
fecha treinta de diciembre de dos mil diez en el que se acordó adjudicar a la ejecutante CAJA DE AHORROS
DE VITORIA Y ALAVA la vivienda hipotecada por la cantidad de 56.600 euros.
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SEGUNDO .- En escrito presentado con fecha 18 de octubre de 2011 por la ejecutante, en base a que
el objeto de la subasta no ha sido suficiente para cubrir la deuda reclamada, resultando un saldo a favor de
aquella de 18.269,71 euros de principal, con más 7.800 para costas y gastos, y 15.600 para intereses de
demora, al amparo de lo dispuesto en el artículo 579 en relación con el artículo 570 y concordantes de la
LECivil , interesó se siguiese el procedimiento por las cantidades pendientes, el embargo de los bienes que
designa; dictándose con fecha nueve de noviembre DECRETO en el que se acordó " Continuar la ejecución
despachada en su día a instancia de CAJA DE AHORROS DE VITORIAL Y ALAVA, contra Marcelino ,
Adriana y Blanca parte ejecutada, por las siguientes cantidades: 18.269,71 euros del total del principal por
el que se despachó ejecución en su día y que no fue cubierto con el precio de adjudicación, más 10.000,00
euros que se presupuestan para intereses y costas, sin perjuicio de ulterior liquidación, una vez que no se
siguen los límites de la ejecución hipotecaria, al estar ante una ejecución dineraria.
El embargo que se solicita del 100% del pleno dominio, con carácter privativo, de Doña Blanca , de la
Vivienda en Planta NUM003 de la cana nº NUM004 de la CALLE000 de Valladolid, inscrita en el Registro
de la Propiedad Nº 6 de Valladolid al tomo NUM005 , libro NUM006 , finca número NUM007 . Como se
solicita, notifíquese la existencia del procedimiento, así como el embargo trabado, al cónyuge D. Erasmo .
Esta notificación se intentará en primer lugar en el domicilio que consta del mismo en las bases de datos de
la TGSS. Verificado podrá la parte solicitar el libramiento del oportuno mandamiento al citado Registro de la
Propiedad.
No ha lugar al embargo del resto de bienes que se interesa, en virtud de lo dispuesto en el artículo 584
de la Ley de Enjuiciamiento Civil ".
TERCERO. - Contra dicha resolución por la representación de la co-ejecutada en calidad de avalista
Dª Blanca se interpuso recurso de revisión conforme a lo establecido en el artículo 454 bis de la LEC ; por
entender en primer lugar que "la continuación de le ejecución no es procedente dado que la parte ejecutante
ha logrado la satisfacción de su crédito mediante la adjudicación del bien objeto de subasta, y es que en el
presente nos encontramos con una confrontación entre el valor de adjudicación 56.550,00 euros y el valor
real o tasado por la parte ejecutante del bien hipotecado a efectos de subasta 113.100,00 euros, siendo la
reclamación, base de la Ejecución, por principal la de 74.819,71 euros; cantidad evidentemente inferior a la
tasación del bien y al precio que el propio Banco ha valorado al Inmueble a efectos de venta a un tercero",
indicando que "no debe olvidarse que la adjudicación no se produce a favor de tercero ajeno al pleito en cuyo
caso la ejecutante recibiría el valor de adjudicación o aprobación de remate, sino a favor del propio ejecutante
que si bien nominalmente "paga" por el bien una cantidad igual al 50% del valor de tasación, en su patrimonio
no entra con tal valor sino con el real de mercado muy superior a los 56.550,00 euros por los que se le ha
adjudicado, lo cual se acredita desde el mismo momento que el Banco pone a la venta el Inmueble por el
valor de 95.000,00 euros en lugar de los 56.550,00 euros de la adjudicación", así como que "atender a la
petición de la actora nos llevaría sin duda a un evidente abuso de derecho y enriquecimiento injusto, y es que
un simple cálculo aritmético nos lleva a una reprobable conclusión cual es la de que acceder a la petición de la
actora llevaría a que frente a una reclamación inicial de 74.819,71 euros de principal, el Banco obtendría por
ese mismo concepto, y sin tener en cuenta intereses moratorios, un mínimo de 113.269,71 euros , (95.000,00
euros + 18.269,71 euros), esto es obtendría un enriquecimiento injusto mínimo y real de 38.450,00 euros_
a lo que habría que sumar el desfase de intereses al entender que el principal no quedó al momento de la
adjudicación completamente satisfecho", citando en apoyo de su pretensión el auto de la Audiencia Provincial
de Gerona de 26/09/2011 entre otras resoluciones; en función de lo cual considera que se ha producido la
infracción del artículo 11.2 de la L.O.P.J . así como el artículo 7.2 del Código Civil , por las razones que aduce; y
subsidiariamente se denuncia a través del recuso el defecto de forma de la resolución recurrida de conformidad
con el artículo 227 de la LEC . Y ello en base a que la forma de la resolución que se combate debería ser la de
Auto y no la Decreto, por las razones que aduce; por lo que interesa se declare no haber lugar al procedimiento
de ejecución por las cantidades que la parte ejecutante solicita, dejando la vía de ejecución por las cantidades
que en su día puedan resultar de la tasación de costas y liquidación de intereses que se practique; y caso de
no estimarse este primer motivo del recurso se acuerde revisar el Decreto, dejándolo sin efecto y se proceda
a dictar Auto con los requisitos y garantías plasmadas en los artículos 551 y ss de la LECivil ; aportando copia
de una pagina web en la que consta publicitada la venta de la vivienda por el precio de 95.000 euros.
CUARTO. - Admitido a trámite el recurso, con fecha 25 de enero por la representación de la ejecutante
citada se formulo "ad cautelam" aposición al despacho de ejecución al amparo de los mismos preceptos y por
las mismas razones invocadas en su primer motivo del recurso de revisión.
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Con fecha 2 de febrero por la ejecutante se presentó escrito de impugnación de dicho recurso,
mostrando su disconformidad con las manifestaciones de la ejecutada en base a que su pretensión esta
fundamentada en los artículos 570 , 579 y concordantes en la LECivil y artículos que cita del Código Civil,
que la ejecutada ha afianzado solidariamente la deuda y no se ha producido la total satisfacción de las
responsabilidades para con la ejecutante por lo que está total y absolutamente fundamentado el Decreto
acordando la continuación del procedimiento.
Por los demás ejecutados no se ha hecho alegación alguna.
RAZONAMIENTOS JURIDICOS
PRIMERO.- Que vistas las actuaciones y alegaciones de las partes personadas, resulta obligado
examinar con carácter previo el primer motivo del recurso de revisión formulado, que en cierta medida implica
resolver el segundo motivo aducido con carácter subsidiario y la propia oposición a la ejecución formulada
"ad cautelam".
En este sentido, sin desconocer el artículo 579 del la LEC , que establece que si, subastados los bienes
hipotecados, su producto fuera insuficiente para cubrir el crédito, el ejecutante podrá pedir el embargo por la
cantidad que falte y la ejecución proseguirá con arreglo a las normas ordinarias aplicables a toda ejecución,
que puesto en relación con el art. 570 de dicha Ley y artículo 1911 del Código Civil , que consagra el principio
de responsabilidad universal del deudor, entre otros preceptos, amparan en principio la facultad del ejecutante
para instar la ejecución despachada y determinan que el Decreto en que se acuerda, salvo el defecto formal
aludido y que se subsanaría con este Auto, responda formalmente a lo establecido en dichos preceptos, lo que
pudiera llevarnos sin más a desestimar el recurso formulado, sin embargo tampoco podemos desconocer que
el artículo 3.1 del Código Civil que señala que las normas se interpretan según la realidad del tiempo en que
han de ser aplicadas, atendiendo fundamentalmente al espíritu y finalidad de aquellas, lo que nos obliga a tener
en cuenta la problemática social que se ha suscitado en torno a la ejecución hipotecaria por las gravísimos
efectos sociales que la regulación de la misma ha generado y sigue generando, aumentados por la actual
crisis económica, al establecer un procedimiento que resulta absolutamente perjudicial para el ejecutado, que
por conocidos no es necesario incidir en ellos, y que ha determinado una iniciativa del Gobierno - Ministerio de
Economía - en contacto con las entidades bancarias para la elaboración de un " código de buenas practicas en
el sector bancario", que contempla la necesidad de reformar la actual legislación en materia hipotecaria, que no
reparte equitativamente entre las partes los riesgos y perjuicios derivados de referida ejecución, promoviendo
la dación en pago, subidas en los porcentajes de adjudicación, permitir periodos de carencia, reducción en los
intereses de demora, etc; y especialmente, en el ámbito jurídico, ha motivado que se abran paso en nuestra
jurisprudencia criterios que rechazan los abusos que genera la ejecución al amparo formal de la normativa
actual con base también en preceptos jurídicos, y en especial en los supuestos, como el que nos ocupa, en el
que se pretende continuar la ejecución cuando la entidad bancaria se ha adjudicado la vivienda por un precio
muy inferior al tasado -fijado- por la misma (50%), que era superior al préstamo, y además con un precio real
o actual -precio de venta publicitado por el banco- más que suficiente para cubrir la deuda garantizada.
SEGUNDO. - En orden a lo expuesto debemos destacar la Sentencia de la Audiencia Provincial de
Navarra de 17 de diciembre de 2010 , que declaro no haber lugar a continuar la ejecución, salvo para costas
e intereses, tras la subasta y adjudicación de la finca hipotecada, al considerar que a pesar del resultado de
la subasta el valor de la finca es suficiente para abrir el principal de la deuda reclamada, y especialmente
la sentencia de la Audiencia Provincial de Girona de 16 de septiembre de 2011 , citada por al ejecutada
como fundamento de su recurso y oposición a la ejecución, que señala que si el banco tasa la finca en una
determinada cuantía, no puede luego incorporar como propio el bien subastado sin darle el valor que él mismo
fijó, añadiendo que lo que la entidad financiera pretende es una interpretación del artículo 579 LECivil que
contraviene la finalidad misma del proceso procurando al acreedor un beneficio injustificado que, hay que
presuponer, la norma no busca amparar, por lo que considera que la actuación de la entidad financiera es
contraría al principio de buena fé que debe presidir el ejercicio de un derecho; y ello en base a una serie
de razonamientos que por su interés, al tratarse de un supuesto semejante al que nos ocupa, recogemos
literalmente:
1) En el caso de autos no puede sostenerse que "el producto" obtenido por la entidad financiera fuera
insuficiente para cubrir el crédito. El banco no recibe 162.500Eur. de un tercer postor que se adjudica el bien,
sino que lo hace suyo para reducir o extinguir su crédito. El bien pasa así a integrar su patrimonio. Lo que el
banco obtiene entonces no es la suma mentada, sino el valor que tiene el bien hipotecado que en la propia
escritura de concesión del crédito hipotecario se ha fijado (también por el banco) en 325.000Eur..
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2) Resulta aquí de aplicación la doctrina de los actos propios. Si el banco, parte fuerte en el contrato de
adhesión que firma con el prestatario, tasa la finca hipotecada en una determinada cuantía, no puede luego,
si no quiere contravenir dicha doctrina, de reiterada aplicación jurisprudencial, incorporar como propio el bien
subastado sin darle el valor que él mismo fijó.
3) Lo dispuesto en el artículo 579 LEC EDL2000/77463 anteriormente citado no puede interpretarse,
en todo caso, con total abstracción de lo previsto en el RDLeg. 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se
aprueba el texto refundido de la ley general para la defensa de consumidores y usuarios. En concreto en su
artículo article 82.1 que establece que son cláusulas abusivas "todas aquellas estipulaciones no negociadas
individualmente y todas aquéllas prácticas no consentidas expresamente que, en contra de las exigencias
de la buena fe causen, en perjuicio del consumidor y usuario, un desequilibrio importante de los derechos
y obligaciones de las partes que se deriven del contrato", y en su artículo 85.6 en el que se establece
que son cláusulas abusivas, y por tanto nulas, aquellas que supongan la imposición de una indemnización
desproporcionadamente alta al consumidor y usuario que no cumpla sus obligaciones. Esto, cualquiera que
sea el nomen iuris que quiera darse al caso que tratamos, es lo que acontece en el supuesto que ahora es
objeto de enjuiciamiento. Aquí, por el juego de lo dispuesto en los artículos 105 y 140 LH , no hablaríamos
tanto de la nulidad de una cláusula en concreto sino de la nulidad parcial de aquellas de las que se deriva una
asunción personal de la deuda cuando la garantía hipotecaria cubre sobradamente el crédito.
4) La actuación de la entidad financiera incurre en abuso de derecho , límite intrínseco del derecho
subjetivo (así, STS 21/12/2000 ) recogido en el artículo 7 CC EDL1889/1 y artículo 11 LOPJ EDL1985/8754 , y
comporta su ejercicio antisocial, en la medida en que, en base a lo dispuesto en una norma jurídica, se busca
obtener una consecuencia que no entra dentro de la previsión para la cual hay que entender que ha sido
dictada. La finalidad del procedimiento de ejecución hipotecaria es la de que el acreedor, por vía de ejecución
del bien gravado en garantía, cobre la deuda que el prestatario tenga pendiente. Lo que la entidad financiera
pretende aquí es una interpretación del artículo 579 LEC EDL2000/77463 que contravenga la finalidad misma
del proceso procurando al acreedor un beneficio injustificado que, hay que presuponer, la norma no busca
amparar. En este sentido la actuación de la entidad financiera se considera contraria al principio de buena fe
que debe presidir el ejercicio de un derecho (art. 7 CCEDL1889/1 ).
5) De mantenerse el criterio de instancia Deutsche Bank obtendría un enriquecimiento injusto ya
que después de haber cobrado lo adeudado podría, sin justa causa, obtener otras cantidades que no le
corresponderían y que buscarían su amparo en una interpretación formalista de la norma citada que, ya ha
quedado dicho, olvidaría el hecho de que el acreedor sí que ve satisfecho su crédito con el producto de la
subasta que, en el caso concreto, es el derivado de ingresar en su patrimonio un bien valorado por las partes
en una suma superior a la adeudada. Es este hecho el que impide sostener que en el caso enjuiciado la
reclamación se basa en un precepto legal ( artículo 579 LEC EDL2000/77463 ) que excluye la aplicación de
esta doctrina jurisprudencial.
6) La decisión que se adopta en esta alzada, resulta acorde con la justicia material del caso. Se olvida a
veces que en la interpretación y aplicación de las leyes los tribunales deben buscar aquella respuesta que, sin
contravenirlas, sea más acorde con una decisión justa que es lo que, en última instancia, la ciudadanía espera
de un "tribunal de justicia". Aquí existen normas y doctrinas jurisprudenciales ya citadas que no sólo permiten
acoger la pretensión de la parte recurrente sino que llevan a una aplicación integrada de los preceptos del
ordenamiento jurídico que posibilitan tanto que un acreedor vea resarcido su crédito como que un deudor no
deba pagar, sin causa justificada, mayor suma que la por él debida. Ante las diferentes posiciones doctrinales y
jurisprudenciales que se dan en respuesta a lo que constituye el objeto de la presente apelación debe optarse
por una solución que no olvide, pues, la justicia del caso y no conlleve un beneficio injustificado a favor de
aquella parte que interviene en una posición de fuerza en la firma de un contrato de adhesión.
En este sentido podemos citar la Sentencia de fecha 7/4/2011 dictada por la sección primera de esta
misma Audiencia , que acoge el recurso de la parte prestataria por entender que el BBVA había actuado con
abuso de derecho al haberse adjudicado el bien subastado por un importe muy inferior al tasado (valor de
tasación que doblaba la deuda) y haberlo vendido luego a un tercero obteniendo un nuevo beneficio, pese a
lo cual no renunció a seguir reclamando lo "aún no cobrado" por razón de la subasta celebrada. ' ^
TERCERO .- Tales Criterios y razones, que son los invocados por la ejecutada y que en gran medida
comparte este Juzgador, son perfectamente aplicables al caso que nos ocupa en el que la entidad ejecutante,
que fijó como valor de tasación de la vivienda el de 113.100 euros, que no solo es muy superior al principal
del préstamo (78.000 euros) y al principal aquí reclamado (74.819,71 euros), sino que se hace coincidir, como
suele ocurrir en otros préstamos hipotecarios, con el importe total del principal, intereses, gastos y costas,
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que normalmente no guarda relación con el valor real del bien, se adjudicó la vivienda por el 50% del valor de
tasación, es decir 56.550 euros y al tiempo que insta la continuación de la ejecución por lo que falta pone a la
venta la vivienda por un precio de 95.000 euros, como se infiere de la página Web aportada, lo que permite
afirmar que en este caso la propia Caja ejecutante otorga un valor real y actual, pese a la crisis en el mercado,
bastante superior a la deuda reclamada - sin olvidar que normalmente las entidades bancarias, después de
adjudicarse la vivienda por el porcentaje legal del 50% del valor de tasación valoran el inmueble en un activo
por el 100% de dicha tasación - , lo cual no solo iría contra el principio de los propios actos en los términos
indicados sino que además, al tratarse de un supuesto en que no se produce la adjudicación a un tercero
ajeno al pleito - en cuyo caso la ejecutante percibiría el valor de adjudicación o aprobación del remate- sino a
favor del propio ejecutante que, al adjudicarse la vivienda por el 50% de su valor (113.100 euros ), superior a
la deuda reclamada (74.819,71 euros), instar la ejecución por al cantidad que falta hasta cubrir el crédito, y al
mismo tiempo promover la venta de la vivienda por un precio de 95.000 euros, se produciría un enriquecimiento
injusto, como dice la ejecutada, que además es avalista y no deudor principal, que lo cuantifica en 38.450
euros, que en ningún caso podría estar amparado por la Ley, y que, en definitiva, permite afirmar, como decía
la sentencia antes citada, que la actuación de aquella puede considerarse contraria al principio de la buena fé
que debe presidir la ejecución de un derecho, como establece el artículo 7 del Código Civil .
CUARTO. - En función de todo lo expuesto, aún cuando formalmente cabria entender que la actuación
de la Caja ejecutante se ajusta a la literalidad de la ley que le facultaba para solicitar la continuación por lo que
faltaba, y en tal sentido seria ajustado a derecho la resolución recurrida que acordó la misma, sin embargo
sería contraria a las normas y principios jurídicos a los que aludimos, podría implicar un verdadero abuso de
derecho, incluso un enriquecimiento injusto, y desde luego una actuación contraria a los principios de buena fe,
y un uso antisocial del derecho en la medida en que es una actuación que por su objeto o por las circunstancias
en que se realiza sobrepasa manifiestamente los limites normales del ejercicio de un derecho, en términos
de la sentencia de 13 de octubre de 1983 , pues la "ratio legis" de aquel en la ejecución hipotecaria es que
el acreedor cubra la deuda que el prestario tenga pendiente con el propio bien que la garantiza, por lo que
es rechazable continuar una ejecución cuando aquella resulta satisfecha con la adjudicación de la vivienda
cuyo valor de tasación e incluso de mercado actual, fijados por la propia ejecutante, es superior a la deuda,
pues ello implicaría un beneficio injustificado en perjuicio del deudor, y en este caso además del avalista, lo
que insistimos, en contrario a los principios citados.
Por todo ello en definitiva, procede estimar el recurso de revisión formulado en el sentido de declarar
que no procede la continuación del procedimiento de ejecución acordado, dejando esta sin efecto, debiéndose
levantar los embargos y las medidas de garantía acordadas, reintegrándose a los ejecutados a la situación
anterior al Decreto recurrido, dejando la vía de ejecución por las cantidades que en su día puedan resultar de
la tasación de costas y liquidación de intereses que se practiquen.
QUINTO.- Que en virtud de los dispuesto en el inciso final del apartado 1 del artículo 394 de la LECivil
no procede hacer expresa imposición de costas dadas las dudas de derecho que plantea la cuestión sometida
a enjuiciamiento y no existir uniformidad en la doctrina sobre las mismas.
En atención a lo expuesto, el Juez-Magistrado del Juzgado de Primera Instancia nº 8 D. ANTONIO
ALONSO MARTIN,
ACUERDA:
Que estimando el recurso de revisión formulado por el Procurador Ismael Sanz Manjares en nombre y
representación Blanca contra el Decreto de nueve de noviembre de dos mil once, debemos revisar el mismo
en el sentido de declarar que no procede continuar la ejecución despachada en su día por las cantidades que
la entidad ejecutante solicita, dejándose sin efecto el despacho de ejecución acordado, debiéndose levantar
los embargos y las medidas acordadas, dejándose la vía de ejecución por las cantidades que en su día pueden
resultar de la tasación de costas y liquidación de intereses que se practiquen, sin necesidad de examinar el
segundo motivo de impugnación y la oposición a la ejecución invocada subsidiariamente; y todo ello sin hacer
expresa imposición de costas por las razones indicadas.
MODO DE IMPUGNACIÓN : mediante recurso de APELACION ante la Audiencia Provincial de
Valladolid ( articulo 455 LECn ).
El recurso de apelación se interpondrá ante el tribunal que haya dictado la resolución que se impugne
dentro del plazo de veinte días contados desde el día siguiente a la notificación de aquélla, debiendo exponer
las alegaciones en que se base la impugnación, además de citar la resolución apelada y los pronunciamientos
que impugna, conforme a la nueva redacción del Art. 458 LEC dada por la Ley 37/2011, de 10 de octubre, de
5
Medidas de Agilización Procesal, previa constitución, en la Cuenta de Consignaciones de este órgano judicial,
del depósito para recurrir prevenido en la Disposición Adicional Decimoquinta que introduce la Ley Orgánica
1/2009 ( articulo 457 LECn ) y de la tasa judicial conforme a la reforma del artículo 35 de la Ley 53/2002, de
30 de diciembre, de Medidas Fiscales , Administrativas y del Orden Social dada por la referida Ley 37/2011.
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JUZGADO DE INSTRUCCIÓN Nº 3 DE TORREJÓN DE ARDOZ
(ANT. JUZGADO DE 1ª INSTANCIA E INSTRUCCIÓN Nº 5)
EJECUCIÓN HIPOTECARIA 535/2009
Demandante: CAJA DE AHORROS Y MONTE DE PIEDAD DE
MADRID (actual BANKIA, S. A.)
Procurador: D. José Francisco Reino García
Abogado: D. Fernando Cañellas de Colmenares
Demandado: Benjamín
Procuradora: Dª. María Teresa Moreno Mateos
Abogado: D. Francisco Gutiérrez Vallejo
AUTO
En Torrejón de Ardoz, a 10 de enero de 2012.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO: El 3 de julio de 2009, por el Procurador D. José Francisco
Reino García, en nombre y representación de la CAJA DE AHORROS Y
MONTE DE PIEDAD DE MADRID (CAJAMADRID, hoy BANKIA, S. A.),
bajo la dirección letrada de D. Fernando Cañellas de Colmenares, se
formuló demanda de ejecución hipotecaria contra D. Benjamín por la
cantidad de 263.698,80 euros, en concepto principal (245.655,34 euros),
intereses ordinarios (16.992,68 euros) e intereses moratorios vencidos
(1.048,78 euros), más 79.100 euros, calculados en concepto intereses y
costas que se devenguen durante la ejecución, sin perjuicio de su ulterior
liquidación, como consecuencia del impago por parte del demandado del
préstamo hipotecario concedido por la demandante, el día 31/05/2005,
por importe de 253.000 euros, préstamo garantizado con la constitución
de una hipoteca sobre la finca propiedad del demandado, inscrita en el
Registro de la Propiedad nº 1 de Torrejón de Ardoz, al Tomo NUM000 ,
Libro NUM001 , Folio NUM002 , Finca nº NUM003 , inscripción 6ª, finca
adquirida por aquél en el mismo día de concesión del préstamo. A efectos
de ejecución hipotecaria la finca se tasó para subasta en 270.100 euros,
estableciéndose como domicilio para la práctica de notificaciones y
requerimientos la misma finca hipotecada, sita en la CALLE000 ,
NUM004 , NUM005 , NUM006 NUM007 de Torrejón de Ardoz
(documento 2 de la demanda: escritura de préstamo hipotecario).
En el tercer otrosí de la demanda se interesó, conforme a lo dispuesto
en el artículo 579 de la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC ), que se
notificase la misma a los fiadores del 20% del capital prestado (50.600
euros), Santos y Eugenia , para que, en el caso de que con el producto de
la subasta no se cubrieran las cantidades reclamadas, continuase la
ejecución contras los bienes personales del ejecutado y de los fiadores.
SEGUNDO: Con carácter previo a su admisión, mediante providencia
de 2 de septiembre de 2009, se requirió a la ejecutante para que
concretase las cantidades que reclamaba, así como para que aportara
dos copias de la demanda para su notificación a los fiadores,
atendiéndose el requerimiento, en escritos de 11 y 22 de septiembre de
2009, concretando el principal en 263.553,74 euros y en 79.000 euros
calculados provisionalmente para intereses y costas. Por auto de 15 de
diciembre de 2009 se ordenó despachar la ejecución interesada,
requiriéndose de pago al deudor con fecha 18 de enero de 2010, quien en
fecha 21 de enero de 2010 solicitó ser asistido por Abogado y Procurador
de oficio, suspendiéndose el plazo para oponerse a la ejecución
despachada mediante providencia de 29 de enero de 2010. Designados
de oficio como Abogado D. Francisco Gutiérrez Vallejo y como
Procuradora Dª María Teresa Moreno Mateos, se alzó la suspensión
acordada mediante providencia de 8 de marzo de 2010.
TERCERO: Por escrito de 29 de septiembre de 2010, la parte
ejecutante desistió de la ejecución respecto de los fiadores, teniéndola
por desistida mediante diligencia de ordenación de 4 de octubre de 2010,
en la que además se señaló para la subasta del bien el día 23 de
noviembre de 2010, a las 10:00 horas, anunciándose la misma mediante
edictos en el tablón de anuncios de este Juzgado, donde estuvo
publicitada hasta el día de la propia subasta, y también mediante edictos
en el Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz, donde estuvo anunciada del 9
al 12 de diciembre de 2010.
Celebrada la subasta el día señalado, no compareció ningún licitador ni
el ejecutado, solicitando la parte ejecutante la adjudicación por el 50 por
100 del valor de tasación, es decir, 135.050 euros, renunciando al
derecho de cesión de remate a terceros.
CUARTO: Por diligencia de ordenación de 23 de noviembre de 2010,
rectificada por diligencia de ordenación de 29 de noviembre de 2010, se
dio traslado a la parte ejecutada para la presentación de tercero mejor
postor, y no habiéndolo presentado, mediante decreto de 16 de marzo de
2011 se adjudicó la finca subastada a CAJAMADRID, por la cantidad de
135.050 euros.
QUINTO: Por escrito de 23 de marzo de 2011, la parte ejecutada
recurrió en revisión el citado decreto de adjudicación, por entender que la
adjudicación del bien a la ejecutante por la mitad del valor de una
tasación ficticia realizada por la propia ejecutante en una subasta a la que
sólo acudió ella como postor constituía un abuso de derecho, prohibido
en los artículos 7.2 del (CC) y 247.1 y 2 de la LEC , actuando en contra de
sus propios actos, conllevando además la reclamación personal al
ejecutado igualmente pretendida, después de haberse adjudicado el bien
por la mitad de su valor, un enriquecimiento injusto y una eternización de
la ejecución, debiendo por ello haberse adjudicado la finca por todos los
conceptos, por lo que terminó suplicando que se decretara que el
inmueble se le adjudicaba a la ejecutante por el total por el que se
despachó ejecución, sin perjuicio de la liquidación de los intereses y las
costas pendientes, liquidación a la que deberá restarse la cantidad
resultante de restar al valor de tasación el principal reclamado.
SEXTO: Por diligencia de ordenación de 24 de noviembre de 2011 se
admitió a trámite el recurso interpuesto, dándose traslado a la parte
ejecutada, que en escrito de 5 de diciembre de 2011 se opuso al mismo,
al haberse adjudicado el bien conforme le faculta el artículo 671 de la
LEC , quedando pendiente de resolver.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO
El objeto del recurso interpuesto, de conformidad con los antecedentes
relatados, consiste en determinar si la adjudicación de la finca subastada
a la parte ejecutante por la mitad de un valor de tasación fijado por ella
misma en una subasta a la que sólo acudió la entidad bancaria como
único postor y la pretensión de dicha entidad de continuar la ejecución
contra los bienes personales del ejecutado, como se deduce del escrito
de demanda, constituye un abuso de derecho por parte de aquélla y
provoca un enriquecimiento injusto de la misma o no.
SEGUNDO
Es cierto que el artículo 671, párrafo primero de la LEC faculta al
ejecutante, si en el acto de la subasta no hubiere ningún postor, como
ocurre en el caso examinado, para adjudicarse el bien por la mitad del
valor de tasación o por la cantidad que se le deba por todos los
conceptos, con lo que, en principio, formalmente su actuación estaría
amparada en el texto de la norma y su actuación no sería abusiva ni
conllevaría enriquecimiento injusto.
Sin embargo, a otra conclusión se llega si se tiene en cuenta el contexto
de crisis económica excepcional que rodea el caso y que hace que la
postura del ejecutante devenga abusiva y pueda dar lugar a un
enriquecimiento injusto de aquél, tal y como aduce el recurrente. Para
llegar a esta conclusión es necesario poner de manifiesto dicho contexto
como pauta interpretativa que ha de guiar la aplicación sistemática de las
normas ( art. 3.1 CC )
TERCERO
Es un hecho notorio, exento de prueba ( art. 281.4 LEC), que al menos
durante una década, que podría situarse entre la segunda mitad de los
años 1990 y el año 2008, tomando como hitos las fechas de aprobación,
en el ámbito estatal, de sucesivas leyes del suelo en nuestro país ( Ley
6/1998, de 13 de abril, de Régimen del Suelo y Valoraciones, derogada
por la Ley 8/2007, de 28 de mayo, de Suelo, derogada, a su vez, por el
actual Texto Refundido de la Ley de Suelo, aprobado por Real Decreto
Legislativo 2/2008, de 20 de junio), que el mercado inmobiliario nacional
e internacional ha sido utilizado como moneda de cambio. Las entidades
bancarias y otros operadores del mercado financiero concedían
préstamos para sufragar cualquier tipo de operación (empresa, negocio o
contrato) en la que hubiera de por medio un bien inmueble que le sirviera
de garantía. Frente a un eventual impago del crédito financiado, la
entidad confiaba en no tener problema en ver satisfecho su crédito, pues
la garantía que se le ofrecía a cambio valía la cantidad prestada, si no
más. Haciendo un paralelismo histórico, parecía que un nuevo patrón-oro
iba a descubrirse: el patrón-inmueble. Sin embargo, al igual que ocurriera
con el patrón-oro, la moneda de cambio terminó por devaluarse por una
situación de crisis económica internacional, todavía vigente y que puso y
ha puesto de manifiesto que el bien en el que se confiaba como sustento
del sistema económico había sido valorado artificiosamente y que no
valía aquello que quienes habían fijado su precio -las entidades de
crédito- decían que valía. Estalló la denominada «burbuja inmobiliaria»
propiciada por tales entidades, haciendo tambalearse al sistema
económico.
CUARTO
Llegados a este punto, la solución del caso planteado en vía de recurso
pasa por aplicar la ley teniendo en cuenta esta situación de excepción.
Podría objetarse que no existe tal situación y que no hay razón alguna
para no hacer una lectura literal del artículo 671 LEC y desestimar el
recurso. Sin embargo, que la situación de crisis económica es
especialmente grave y excepcional, comparable al crack de 1929 o a la
crisis del petróleo de 1973, es otro hecho difícil de rebatir y en todo caso
resulta probado por la forma de legislar a base de la aprobación
gubernamental de continuos Decretos-leyes desde 2008, como autoriza
el artículo 86.1 de la Constitución, dirigidos en su mayoría a paliar los
efectos de la crisis: paro, endeudamiento y falta de liquidez pública y
privada. En concreto, en el año 2008, se dictaron 10 Decretos-leyes; en el
año 2009, su número ascendió a 14; a 15 se llegó en 2010; y el 2011 se
cerró con 20 Decretos-Leyes dictados.
Por citar algunos de ellos bien conocidos cuyos títulos son expresivos
de esta situación, cabe destacar los siguientes: Real Decreto-ley 2/2008,
de 21 de abril, de Medidas de impulso a la actividad económica; Real
Decreto-ley 6/2008, de 10 de octubre, por el que se crea el Fondo para la
Adquisición de Activos Financieros; Real Decreto-ley 7/2008, de 13 de
octubre, de Medidas Urgentes en Materia Económico-Financiera en
relación con el Plan de Acción Concertada de los Países de la Zona Euro;
Real Decreto-ley 9/2008, de 28 de noviembre, por el que se crea un
Fondo Estatal de Inversión Local y un Fondo Especial del Estado para la
Dinamización de la Economía y el Empleo y aprueba créditos
extraordinarios para atender a su financiación; Real Decreto-ley 10/2008,
de 12 de diciembre, por el que se adoptan medidas financieras para la
mejora de la liquidez de las pequeñas y medianas empresas, y otras
medidas económicas complementarias; Real Decreto-ley 2/2009, de 6 de
marzo, de Medidas urgentes para el mantenimiento y el fomento del
empleo y la protección de las personas desempleadas; Real Decreto-ley
3/2009, de 27 de marzo, de Medidas urgentes en materia tributaria,
financiera y concursal ante la evolución de la situación económica; Real
Decreto- ley 4/2009, de 29 de marzo, que autoriza la concesión de
garantías derivadas de la financiación que pueda otorgar el Banco de
España a favor de Caja de Ahorros de Castilla-La Mancha; Real
Decreto-ley 5/2009, de 24 de abril, de Medidas extraordinarias y urgentes
para facilitar a las Entidades Locales el saneamiento de deudas
pendientes de pago con empresas y autónomos; Real Decreto-ley
8/2009, de 12 de junio, que concede créditos extraordinarios y
suplementos de crédito, por importe total de 19.821,28 millones de euros,
y se modifican determinados preceptos de la Ley 38/1992, de
28-12-1992, de Impuestos Especiales; Real Decreto-ley 9/2009, de 26 de
junio, de Reestructuración bancaria y reforzamiento de los recursos
propios de las entidades de crédito; Real Decreto-ley 10/2009, de 13 de
agosto, por el que se regula el programa temporal de protección por
desempleo e inserción; Real Decreto-ley 13/2009, de 26 de octubre, por
el que se crea el Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local;
Real Decreto-ley 2/2010, de 19 de marzo, de reducción del número
mínimo de jornadas reales cotizadas para acceder al subsidio por
desempleo o a la renta agraria a favor de los trabajadores eventuales
agrarios afectados por las inundaciones acaecidas en las Comunidades
Autónomas de Andalucía y Extremadura; Real Decreto-ley 4/2010, de 26
de marzo, de racionalización del gasto farmacéutico con cargo al Sistema
Nacional de Salud; Real Decreto-ley 5/2010, de 31 de marzo, que amplía
la vigencia de determinadas medidas económicas de carácter temporal;
Real Decreto-ley 6/2010, de 9 de abril, de Medidas para el impulso de la
recuperación económica y el empleo; Real Decreto-ley 7/2010, de 7 de
mayo, que crea el Fondo de Apoyo a la República Helénica y autoriza un
crédito extraordinario por importe de 9.794.387.450 euros para su
dotación; Real Decreto-ley 8/2010, de 20 de mayo, por el que se adoptan
medidas extraordinarias para la reducción del déficit público; Real
Decreto-ley 9/2010, de 28 de mayo, que autoriza a la Administración
General del Estado al otorgamiento de avales a determinadas
operaciones de financiación en el marco del Mecanismo Europeo de
Estabilización Financiera de los Estados miembros de la Zona del Euro;
Real Decreto-ley 10/2010, de 16 de, de Medidas urgentes para la reforma
del mercado de trabajo; Real Decreto-ley 11/2010, de 9 de julio, de
Órganos de gobierno y otros aspectos del régimen jurídico de las Cajas
de Ahorros; Real Decreto-ley 12/2010, de 20 de agosto, de Prorroga el
programa temporal de protección por desempleo e inserción, regulado en
la Ley 14/2009, de 11-11-2009; Real Decreto-ley 13/2010, de 3 de
diciembre, de Actuaciones en el ámbito fiscal, laboral y liberalizadoras
para fomentar la inversión y el empleo; Real Decreto-ley 1/2011, de 11 de
febrero, de Medidas urgentes para promover la transición al empleo
estable y la recualificación profesional de las personas desempleadas;
Real Decreto-ley 2/2011, de 18 de febrero, de Reforzamiento del sistema
financiero; Real Decreto-ley 3/2011, de 18 de febrero, de Medidas
urgentes para la mejora de la empleabilidad y la reforma de las políticas
activas de empleo; Real Decreto-ley 8/2011, de 1 de julio, de Medidas de
apoyo a los deudores hipotecarios, de control del gasto público y
cancelación de deudas con empresas y autónomos contraídas por las
entidades locales, de fomento de la actividad empresarial e impulso de la
rehabilitación y de simplificación administrativa; Real Decreto-ley 9/2011,
de 19 de agosto, Medidas para la mejora de la calidad y cohesión del
sistema nacional de salud, de contribución a la consolidación fiscal, y de
elevación del importe máximo de los avales del Estado para 2011; Real
Decreto-ley 10/2011, de 26 de, Medidas urgentes para la promoción del
empleo de los jóvenes, el fomento de la estabilidad en el empleo y el
mantenimiento del programa de recualificación profesional de las
personas que agoten su protección por desempleo; Real Decreto-ley
13/2011, de 16 de septiembre, que restablece el Impuesto sobre el
Patrimonio, con carácter temporal; Real Decreto-ley 19/2011, de 2 de
diciembre, que modifica el Real Decreto-ley 16/2011, de 14-10-2011, por
el que se crea el Fondo de Garantía de Depósitos de Entidades de
Crédito; y el último, Real Decreto-ley 20/2011, de 30 de diciembre, de
Medidas urgentes en materia presupuestaria, tributaria y financiera para
la corrección del déficit público.
QUINTO
La aplicación automática de la regulación de la ejecución hipotecaria
desconociendo esta situación actual de crisis económica excepcional
conllevaría dejar exento de responsabilidad a uno de los partícipes, como
entidad financiera, en la causación de dicha situación, al haber valorado
el bien objeto de garantía especulativamente o de manera irreal, y le
permitiría además adquirir el citado bien por un precio irrisorio y continuar
adelante con la ejecución contra los bienes personales del deudor
exigiendo una cantidad dineraria que rozaría incluso el importe del
préstamo concedido. De permitir esto se estaría amparando una
operación, si bien más sofisticada y perjudicial para el sistema económico
global como se ha demostrado, que no difiere mucho de la usura,
proscrita por nuestro ordenamiento desde la Ley Azcárate de 23 de julio
de 1908 (arts. 1 y 9 ).
La pretensión de la parte ejecutante de que se le adjudique el bien por
la mitad de su valor, es decir, por 135.050 euros, y de seguir adelante con
la ejecución, al no habérsele satisfecho su crédito, pues, recuérdese, la
demanda lo es por la cantidad de 263.553,74 euros de principal, más
79.000 euros, presupuestados para intereses y costas, como si fuera
ajeno a la sobrevaloración de las garantías inmobiliarias y a la
participación, en tanto entidad de crédito, en la causación de la situación
de crisis económica existente, constituye un enriquecimiento injusto y un
ejercicio abusivo y antisocial del derecho que nuestro ordenamiento no
permite ( art. 7.2 CC) y que debe ser rechazo por los tribunales ( arts.
11.2 LOPJ y 247.2 LEC
SEXTO
Con razones similares se pronuncia el Auto de la Audiencia Provincial
de Navarra (Sección 2ª), núm. 111/2010, de 17 diciembre (Ponente
Francisco José Goyena Salgado), citado por el recurrente, cuyo
fundamento de derecho tercero se transcribe en parte: «c.- Cabe además
hacer una pequeña consideración, que podríamos unir con lo ya
señalado en relación con el abuso de derecho, en el sentido de que si
bien formalmente cabría entender que la actuación del banco se ajusta a
la literalidad de la ley y que efectivamente tiene derecho a solicitar lo que
ha solicitado, por lo que cabría entender que no existiría el abuso de
derecho que se le imputa, pero ello no obstante no deja de plantearnos
una reflexión, cuando menos moralmente intranquilizante, relativa a la
razón por la que la parte apelante impugna el Auto recurrido, por
considerar que en realidad el valor de la finca subastada y adjudicada
materialmente al banco, hoy por hoy, tiene un valor real inferior al que en
su día se fijó como precio de tasación a efectos de subasta. Y decimos
esto, porque la base de la manifestación de que la finca subastada tiene
hoy por hoy un valor real inferior, se base en alegaciones como que la
realidad del mercado actual ha dado lugar a que no tuviera la finca el
valor que en su momento se le adjudicó como tasación, disminución
importante del valor que une a la actual crisis económica, que sufre no
sólo este país sino buena parte del entorno mundial con el que nos
relacionamos. Y siendo esto así y en definitiva real la importantísima
crisis económica, que ha llegado incluso a que la finca que en su día tasó
en una determinada cantidad, hoy en día pudiera estar valorada en
menos, no podemos desconocer que ello tiene también en su origen una
causa precisa y que no es otra, y no lo dice esta Sala, sino que ha sido
manifestado por el Presidente del Gobierno Español, por los distintos
líderes políticos de este país, por expertos en economía y por líderes
mundiales, empezando por el propio Presidente de Estados Unidos, que
la mala gestión del sistema financiero del que resultan protagonistas las
entidades bancarias, recuérdense las "hipotecas basuras" del sistema
financiero norteamericano.
No queremos decir con esto que el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria
sea el causante de la crisis económica, pero sí no puede desconocer su
condición de entidad bancaria y por lo tanto integrante del sistema
financiero, que en su conjunto y por la mala gestión de las entidades
financieras que sean, en definitiva bancos y otras entidades crediticias y
de naturaleza financiera, han desembocado en una crisis económica sin
precedentes desde la gran depresión de 1929.
El artículo 3 del Código Civil, en su apartado 1, señala que las normas
se interpretarán según la realidad del tiempo en que han de ser
aplicadas, atendiendo fundamentalmente al espíritu y finalidad de
aquellas, y ello nos obliga a hacer la presente reflexión, en el sentido de
que, no constituirá un abuso de derecho, pero moralmente es rechazable
que se alegue para intentar continuar la ejecución la pérdida de valor de
la finca que servía de garantía al préstamo, que no se hubiera concedido
si no hubiera tenido un valor suficiente para garantizar el préstamo
concedido, que fue fijado por la entidad bancaria ahora ejecutante, o
cuando menos aceptado, siendo que dicha pérdida de valor es
directamente achacable a la crisis económica, fruto de la mala praxis del
sistema financiero, que repetimos, aun cuando no quepa atribuirla directa
y especialmente al Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, sí que no deja de
ser una realidad que forma parte de los protagonistas de dicho sistema
financiero, y de ahí que resulte especialmente doloroso, que la alegación
que justifica su pretensión, esté basada en unas circunstancias que
esencialmente y como vulgarmente se dice, ha suscitado una gran
sensibilidad y levantado "ampollas".»
En el mismo sentido, el Auto de la Audiencia Provincial de Girona
(Sección 2ª), núm. 119/2011, de 16 septiembre (Ponente Jaime Masfarre
Coll), en cuyo fundamento de derecho primero se establece lo siguiente:
«1) En el caso de autos no puede sostenerse que "el producto" obtenido
por la entidad financiera fuera insuficiente para cubrir el crédito. El banco
no recibe 162.500€ de un tercer postor que se adjudica el bien, sino que
lo hace suyo para reducir o extinguir su crédito. El bien pasa así a integrar
su patrimonio. Lo que el banco obtiene entonces no es la suma mentada,
sino el valor que tiene el bien hipotecado que en la propia escritura de
concesión del crédito hipotecario se ha fijado (también por el banco) en
325.000€.
2) Resulta aquí de aplicación la doctrina de los actos propios. Si el
banco, parte fuerte en el contrato de adhesión que firma con el
prestatario, tasa la finca hipotecada en una determinada cuantía, no
puede luego, si no quiere contravenir dicha doctrina, de reiterada
aplicación jurisprudencial, incorporar como propio el bien subastado sin
darle el valor que él mismo fijó.
3) Lo dispuesto en el artículo 579 LEC anteriormente citado no puede
interpretarse, en todo caso, con total abstracción de lo previsto en el
RDLeg. 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el texto
refundido de la ley general para la defensa de consumidores y usuarios.
En concreto en su artículo 82.1 que establece que son cláusulas
abusivas "todas aquellas estipulaciones no negociadas individualmente y
todas aquéllas prácticas no consentidas expresamente que, en contra de
las exigencias de la buena fe causen, en perjuicio del consumidor y
usuario, un desequilibrio importante de los derechos y obligaciones de las
partes que se deriven del contrato", y en su artículo 85.6 en el que se
establece que son cláusulas abusivas, y por tanto nulas, aquellas que
supongan la imposición de una indemnización desproporcionadamente
alta al consumidor y usuario que no cumpla sus obligaciones. Esto,
cualquiera que sea el nomen iuris que quiera darse al caso que tratamos,
es lo que acontece en el supuesto que ahora es objeto de enjuiciamiento.
Aquí, por el juego de lo dispuesto en los artículos 105 y 140 LH, no
hablaríamos tanto de la nulidad de una cláusula en concreto sino de la
nulidad parcial de aquellas de las que se deriva una asunción personal de
la deuda cuando la garantía hipotecaria cubre sobradamente el crédito.
4) La actuación de la entidad financiera incurre en abuso de derecho,
límite intrínseco del derecho subjetivo (así, STS 21/12/2000) recogido en
el artículo 7 CC y artículo 11 LOPJ, y comporta su ejercicio antisocial, en
la medida en que, en base a lo dispuesto en una norma jurídica, se busca
obtener una consecuencia que no entra dentro de la previsión para la
cual hay que entender que ha sido dictada. La finalidad del procedimiento
de ejecución hipotecaria es la de que el acreedor, por vía de ejecución del
bien gravado en garantía, cobre la deuda que el prestatario tenga
pendiente. Lo que la entidad financiera pretende aquí es una
interpretación del artículo 579 LEC que contravenga la finalidad misma
del proceso procurando al acreedor un beneficio injustificado que, hay
que presuponer, la norma no busca amparar. En este sentido la
actuación de la entidad financiera se considera contraria al principio de
buena fe que debe presidir el ejercicio de un derecho ( art. 7 CC ).
5) De mantenerse el criterio de instancia Deutsche Bank obtendría un
enriquecimiento injusto ya que después de haber cobrado lo adeudado
podría, sin justa causa, obtener otras cantidades que no le
corresponderían y que buscarían su amparo en una interpretación
formalista de la norma citada que, ya ha quedado dicho, olvidaría el
hecho de que el acreedor sí que ve satisfecho su crédito con el producto
de la subasta que, en el caso concreto, es el derivado de ingresar en su
patrimonio un bien valorado por las partes en una suma superior a la
adeudada. Es este hecho el que impide sostener que en el caso
enjuiciado la reclamación se basa en un precepto legal ( artículo 579 LEC
) que excluye la aplicación de esta doctrina jurisprudencial.
6) La decisión que se adopta en esta alzada resulta acorde con la
justicia material del caso. Se olvida a veces que en la interpretación y
aplicación de las leyes los tribunales deben buscar aquella respuesta
que, sin contravenirlas, sea más acorde con una decisión justa que es lo
que, en última instancia, la ciudadanía espera de un "tribunal de justicia".
Aquí existen normas y doctrinas jurisprudenciales ya citadas que no sólo
permiten acoger la pretensión de la parte recurrente sino que llevan a una
aplicación integrada de los preceptos del ordenamiento jurídico que
posibilitan tanto que un acreedor vea resarcido su crédito como que un
deudor no deba pagar, sin causa justificada, mayor suma que la por él
debida. Ante las diferentes posiciones doctrinales y jurisprudenciales que
se dan en respuesta a lo que constituye el objeto de la presente apelación
debe optarse por una solución que no olvide, pues, la justicia del caso y
no conlleve un beneficio injustificado a favor de aquella parte que
interviene en una posición de fuerza en la firma de un contrato de
adhesión.
En este sentido podemos citar la Sentencia de fecha 7/4/2011 dictada
por la sección primera de esta misma Audiencia , que acoge el recurso de
la parte prestataria por entender que el BBVA había actuado con abuso
de derecho al haberse adjudicado el bien subastado por un importe muy
inferior al tasado (valor de tasación que doblaba la deuda) y haberlo
vendido luego a un tercero obteniendo un nuevo beneficio, pese a lo cual
no renunció a seguir reclamando lo "aún no cobrado" por razón de la
subasta celebrada.».
SÉPTIMO
Así pues, debe darse la razón al recurrente, debiendo la ejecutante
estar a sus propios actos y si quiere incorporar como propio el bien
subastado habrá de darle el valor que ella misma fijó, es decir, 270.100
euros, por lo que, ascendiendo el principal de la deuda a 263.553,74
euros, quedaría dicho principal cubierto en exceso con la adjudicación de
la finca, sin perjuicio de la liquidación de los intereses y las costas de la
ejecución, liquidación a la que habrá de estarse para fijar de manera
definitiva el importe total de lo adeudado y por el que se adjudica la finca
a la parte ejecutante por todos los conceptos.
En virtud de lo expuesto,
PARTE DISPOSITIVA
Resuelvo estimar el recurso interpuesto por la representación procesal
de Benjamín , revisando el decreto de 47/2011, de 16 de marzo, en el
sentido de establecer que se adjudique a favor de la entidad CAJA DE
AHORROS Y MONTE DE PIEDAD DE MADRID (actual BANKIA, S. A.),
domiciliada en Madrid, Plaza de Celenque nº 2 y C. I. F. G-28029007, la
finca descrita en el hecho segundo del citado Decreto, inscrita en el
Registro de la Propiedad nº 1 de Torrejón de Ardoz, al Tomo NUM000 ,
Libro NUM001 , Folio NUM002 , Finca nº NUM003 , inscripción 6ª, por
todos los conceptos de la deuda, declarando saldada la misma.
Siendo líquida la cantidad debida en concepto de principal de
263.553,74 euros, y con carácter previo a fijar definitivamente el importe
de adjudicación, habrá de practicarse de la liquidación de los intereses y
las costas devengados en la ejecución, una vez firme el presente.
Notifíquese esta resolución a las partes, indicándoles que contra la
misma cabe interponer recurso de apelación para ante la Ilma. Audiencia
Provincial de Madrid, que se interpondrá ante en este Juzgado en el
plazo de veinte días hábiles contados desde el siguiente al de su
notificación.
De conformidad con la D. A. 15ª de la LOPJ, se hace saber a las partes
que, con carácter previo a la interposición del recurso de apelación, el
recurrente deberá acreditar la consignación en la oportuna entidad de
crédito y en la Cuenta de Depósitos y Consignaciones abierta a nombre
de este Juzgado, de la cantidad de 50 euros, debiendo el Secretario
verificar la constitución del depósito y dejar constancia de ello en los
autos, comunicándoles, asimismo, que no se admitirá a trámite ningún
recurso cuyo depósito no esté constituido, salvo que el recurrente sea
beneficiario de Justicia Gratuita, el Ministerio Fiscal, el Estado,
Comunidad Autónoma, Entidad local u Organismo autónomo
dependiente de alguno de los anteriores.
Así lo acuerda, manda y firma, Carmelo Jiménez Segado, Magistrado
titular del Juzgado de Instrucción Nº 3 (Ant. Juzgado de 1ª Instancia e
Instrucción Nº 5) de Torrejón de Ardoz. Doy fe.
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