EL REGRESO DE EL BOSCO Su obra vuelve a Den Bosch, la ciudad en que nació, vivió y murió, en el quinto centenario de su muerte. Buena excusa para viajar a Brabante, una región de artistas y bicicletas TEXTO COCHÉ ECHARREN l FOTOGRAFÍAS ÁNGEL LÓPEZ SOTO Vista de la ciudad de Den Bosch con la catedral de Saint Jan al fondo DERECHA Detalle de ‘Subida al Empíreo’ de El Bosco. Forma parte de la muestra que el Noordbrants Museum ofrece en Den Bosch hasta el 8 de mayo bajo el título ‘Visiones de un genio’ BRABANTE La gente turno B espera R A BsuA N Tpara E comprar pan artesano al peso en De Broodspecialist, situada en la calle Hinthamerstraat, una de las más pobladas de pequeños comercios en Den Bosch Las criaturas de piedra gesticulan en su ascensión al cielo, en la catedral de San Juan, de estilo gótico brabántico en Den Bosch En la ciudad de Eindhoven la basura solo aparece E L PAÍS en que las personas de avanzada edad (sobre todo ellas) pasean alegremente sus pelos blancos en bicicleta, en el que las mujeres insisten en dejar que los hombres pasen primero ante la puerta abierta, en el que jóvenes hipsters hacen procesiones tras la Virgen María sin atisbo de ironía… es el mismo que vio nacer a Vincent van Gogh y a El Bosco. Si el 2015 fue un año de celebraciones relacionadas con el primero (se conmemoraban los 125 años de su muerte), el 2016 es de El Bosco (1450-1516). En este se cumple el quinto centenario de su muerte y la ciudad en que nació, vivió y murió, Den Bosch, lo celebra a lo grande. A ella debe su sobrenombre el genio de la pintura, bautizado como Jheronimus Van Aken pero que cambió su apellido por el de Bosch. Sin embargo, su caso no es como el de Vincent, quien, a pesar de haber vivido 94 Lonely Planet Traveller Abril 2016 muchos años en otros países, tiene en Ámsterdam, en el museo que lleva su nombre, uno de los grandes templos dedicados a él con su obra. De El Bosco apenas hay cuadros en su país. Solo el museo Boymans van Beuningen, de Róterdam, tiene algunos. La ciudad en la que pasó toda su vida le hace homenaje con obra cedida de otras pinacotecas. El Prado es una de ellas, aunque la polémica lo haya acompañado. La mayor exposición que se llevará a cabo en honor a su centenario se hará precisamente en Madrid, razón por la que viajar a Den Bosch para ver a El Bosco puede ser solo una excusa. Pero lo merece. El orgullo de ser el lugar donde el genio vivió toda su vida convierte todas las calles de la pequeña villa medieval en escenario de celebración. Se harán conciertos, juegos de luz nocturnos, se representarán espectáculos basados en su obra, la catedral se convertirá en escenario para que la Real Orqueste represente en pri- micia el réquiem compuesto para el pintor… La muestra que se ha inaugurado ya en el Noordbrabant Museum, Jheronimus Bosch – Visions of genius, es solo una parte de un año dedicado al artista. Ya el año pasado los estudiantes de la Art School comenzaron a pintar las calles con motivos de cuadros del artista. De este modo, el paseante se va encontrando con una Eva de cinco pisos o con animales fantásticos en diferentes callejuelas. Llegar a Den Bosch requiere aterrizar en Ámsterdam o en Eindhoven. La capital de los Países Bajos, que recibe con francos carteles sobre el peligro de comprar droga en la calle, posee también el más importante museo dedicado a otro de los grandes pintores holandeses. En el Van Gogh Museum la disposición de la obra facilita un recorrido por la vida del artista y relaciona cada cuadro con el momento vital y artístico en que estaba sumido. Visitarlo es recibir un curso intensivo sobre en contenedores y obras de arte ecosostenibles el pintor. Hay quienes viajan a una ciudad llena de vida y de sensaciones de libertad como Ámsterdam –libertad bien organizada en un tráfico de coches, tranvías y bicicletas, sorprendentemente rítmico y respetuoso–, solo para introducirse en este templo dedicado al pintor. Y no es extraño, pasar unas horas en él es en sí mismo un viaje. Pero la posibilidad más cercana y cómoda para terminar en Den Bosch es la de aterrizar en Eindhoven. Mucho menos conocida y mítica, esta ciudad fue apodada durante mucho tiempo con el nombre de “Philips”. Las fábricas y oficinas de la gran marca ocupaban buena parte de un complejo cerrado al que solo tenían acceso los empleados. Fue un lugar con cierto halo de misterio. Hoy en día, y desde que Philips se trasladó a Ámsterdam, Eindhoven es una ciudad joven, poblada por alumnos de sus reconocidas escuelas universitarias, completamente conquistada por el arte y el diseño, y reciclada. Las fábricas y las oficinas de la ciudad en que se inventaron los CD, los casetes o las impresoras 3D, son ahora hoteles para ejecutivos, viviendas y lofts en alquiler con precios asequibles para estudiantes. Muchos de los “sitios para salir” emparejan hedonismo y cultura. Hay restaurantes que son también galerías de arte y tiendas. Uno de los más conocidos es Kazerne, tal vez no muy asequible para esos estudiantes que se apoderan de la ciudad, pero tampoco prohibitivo para nadie. Cenar en él es formar parte del ambiente cool, saborear los mejores productos holandeses (quesos, pescados…) con cerveza patria o vinos españoles. En su tienda pueden adquirirse caprichos arty. Otro de los establecimientos especiales de la ciudad es el Blue Collar, un hotel rockero con bar de comida rápida abierto al ambiente de la ciudad. Tiene instrumentos musicales (piano y guitarra) a disposición de los visitantes y es posible dormir por veinte euros si se elige una habitación de las compartidas. Su sala de teatro amueblada con madera oscura y terciopelo rojo es también un espacio que invita a la participación de los huéspedes y a la improvisación. En Holanda toda esta apertura a la creatividad de los adultos se acompaña del civismo que la caracteriza. Este es el país donde los coches frenan para no molestar a las bicicletas y la basura solo aparece en su sitio: en contenedores y obras de arte. Y esto último es tal cual. A pocos kilómetros de la ciudad se encuentra uno de los showrooms más codiciados fuera del país, el del diseñador Piet Hein Eek. Uno de los grandes placeres de visitarlo es ver la basura reconvertida en originales propuestas sostenibles realizadas a partir de bidones de gasolina, frascos de mermelada, latas aplastadas… todo vale para las obras de los artistas que exponen en uno de los locales referentes del diseño y el interiorismo a escala munAbril 2016 Lonely Planet Traveller 95 BRABANTE BRABANTE En Nuenen, los paisajes que dibujó el Van Gogh más oscuro no dejan de aparecer ante los ojos IZQUIERDA Clientes en la cafetería del hotel rockero Blue Collar, donde una guitarra y un piano están a disposición de los espontáneos, en la ciudad de Eindhoven A LA DERECHA Fachada de Zwanenbroedershuis, casa de la hermandad a la que pertenecía El Bosco en Den Bosch 96 Lonely Planet Traveller Abril 2016 dial. En el enorme hangar conviven un taller-estudio acristalado, varias plantas con exposición y venta de muebles reciclados y obra, y una tienda. Cerca se encuentra otro taller, Sectie C, compartido por otros 15 artistas de diferentes procedencias y con trabajos muy interesantes y distintos entre sí. Entre ellos hay un español, Nacho Carbonell, cuya obra conquistó hace años el corazón de los holandeses. Antes de pisar Den Bosch pasamos por Nuenen, una pequeña ciudad que parece dedicar su existencia a otro pintor, Van Gogh. Allí vivió el genio una temporada de su vida, en la casa parroquial que asignaron a su padre, y allí pintó su primera obra maestra, Los comedores de patatas. Entre los motivos de su época, Van Gogh siempre eligió los molinos y las casas humildes de los campesinos frente a las grandes construcciones y los primeros destellos de la industrialización. No le gustaba dibujar a las damas y los caAbril 2016 Lonely Planet Traveller 97 BRABANTE BRABANTE Carril bici dedicado a Van Gogh, en Nuenen. Los guijarros recuerdan al cuadro ‘Noche estrellada’ DERECHA En la misma ciudad, un rincón del restaurante Van Opwetten, situado en un molino de agua que aparece en un cuadro del pintor Ciclistas circulan por el centro neurálgico de Den Bosch, la plaza Central Markt. Al fondo, una escultura reproduce la figura de El Bosco, que vivió allí toda su vida Visitantes observan una reproducción de ‘El jardín de las delicias’ en el Jheronimus Bosch Art Center, en Den Bosch La plaza Central Markt, junto a la casa donde vivió balleros de la aristocracia, sino a los trabajadores que cultivaban la tierra y vestían con telas quemadas por el sol. Nuenen recuerda todo eso. Y de hecho es un museo viviente de su obra pues, cada tanto, aparece ante los ojos un paisaje, una casa, una iglesia o un molino con una placa informativa que lo asocia al cuadro que realizó en su día mirando ese lugar. También en esta localidad se inauguró el año pasado un carril bici, obra de Daan Roosegaarde, dedicado a Noche estrellada, uno de los cuadros míticos de Van Gogh. Cuando oscurece, los guijarros que forman el carril desprenden luz, como las estrellas en el cuadro. Y no hace falta tenerlo como excusa para alquilar una bicicleta. El placer de recorrer a dos ruedas este lugar silencioso es máximo. Frente a los paisajes del Van Gogh más oscuro el camino se presenta despejado, donde los pocos coches que circulan lo hacen con la mayor delicadeza para no incomodar a los ciclistas. Una 98 Lonely Planet Traveller Abril 2016 delicia de lugar que culmina con otra: la crema de trufas del restaurante De Watermolen Van Opwetten (dewatermolenvanopweten.nl) situado en uno de los molinos que pintó el artista impresionista. Habrá muchos otros lugares para reponer fuerzas, pero este es inmejorable. Los holandeses, que lo saben, son quienes ocupan sus mesas junto con algún que otro turista. E l Bosco se movió tan poco de su ciudad que es improbable que se paseara por tales escenarios. Él se quedó siempre en Den Bosch. Su cabeza no necesitó salir de casa para poseer uno de los imaginarios más únicos y difíciles de descifrar. Fue su obra la que sí marchó lejos. Si en España tenemos parte de lo mejor de su producción es gracias a que el monarca Felipe II se convirtió en su admirador y fue uno de los mejores compradores de su obra. En la plaza central de Den Bosch una escultura con la figura del pintor recuerda que allí vivió, justo en el edificio bajo el que se sitúa. Es la Central Markt, plaza encantadora, transitada por bicicletas y peatones, salpicada por algún café y su terraza y en la que hay mercado los miércoles y sábados. Si todas las ciudades tienen un sitio perfecto para sentarse a observar, el de Den Bosch está aquí. En ocasiones aparecen patos que se han perdido en su camino por los canales y se llaman desesperadamente con intensos graznidos. Pero el viajero no se pierde en este lugar, puede callejear y siempre termina en esta plaza. Por otro lado, si ocurriera, siempre habría un guía: la gente es muy amable, acogedora y dada a la conversación. Todo el mundo habla inglés, como en el resto del país. Cada vez que paramos a mirar algo, aparece una persona dispuesta a saber si necesitamos explicación. Cuando observamos El Bosco, es el lugar ideal para sentarse a observar uno de los muchos huertos urbanos que ocupan pequeñas parcelas entre callejuelas, es una mujer de unos 70 años quien interrumpe su trayecto en bicicleta para contarme cómo se dividen el trabajo entre vecinos y cómo se hace el reparto de la cosecha. Aquí nadie parece tener prisa. Las calles medievales de esta ciudad amurallada están plagadas de preciosos cafés y modernos comercios. La compra se hace sobre todo en tiendas especializadas (queserías, panaderías, pescaderías…) en las que hay que esperar pacientemente el turno. Desde primera hora de la mañana, los cafés, las pastelerías y sus terrazas aparecen ocupados por grupos de gente de todas las edades con o sin sus bolsas de la compra a cuestas. Como sorpresa añadida, entre las callejuelas se encuentran numerosas tiendas de moda con una estudiada decoración. Tiendas de ropa interior en las que las clientas se pasean con el sujetador que acaban de probarse, a la vista de quien mire desde fuera. Otras de ropa multimarca con mucho diseño holandés (y ese punto minimalista y cómodo pero sofisticado). También son prolíficas las galerías de arte. Una de mejores calles para ver escaparates, gente y disfrutar de la creatividad patria es Hinthamerstraat. Cuentan que el ambiente se anima mucho más cuando se celebran festivales (de jazz, de teatro y este año los actos del V Centenario), y cuando hay procesiones o el párroco de la catedral organiza el maratón por el cáncer, en septiembre. Esta ciudad católica aún conserva devotos jóvenes, se nota hasta en los bares de moda. En el restaurante de comida rápida DIT –donde lo más difícil es encontrar mesa libre–, se pueden tomar platos sorprendentes y deliciosos de comida rápida mitad japonesa mitad holandesa. Todo ello con una decoración que combina la obra de jóvenes artistas con alguna estampa de la virgen María. Como nos cuenta el dueño, no hay en ello ninguna pretensión, solo devoción. La misma virgen María permanece en la catedral rodeada de velas y vestida por diseñadores locales. La catedral de San Juan puede considerarse un buen lugar para entender el espíritu del lugar. Al gótico brabántico y al órgano impresionante de 1620 les acompañan obras de artistas contemporáneos como Marc Mulders, quien, para la vidriera del Apocalipsis, reproduce criaturas de piedra, medio humanas medio animales, gritando mientras suben hacia el cielo. Todo ello acompañado de aviones y personas muy actuales. Fuera, entre los seres extraños de las gárgolas que recuerdan a El Bosco, hay un ángel con teléfono móvil, obra de Tom Mooy. Por la noche la calle de Korte Pustraat se ilumina con las luces de los restaurantes que se sitúan, uno tras a otro, a ambos lados. Con sus terrazas abiertas en cualquier momento del año, la calle permite elegir entre todo tipo de cocina, Abril 2016 Lonely Planet Traveller 99 BRABANTE BRABANTE Detalle de una reproducción de ‘El jardín de las delicias’, en el Jheronimus Bosch Art Center. El original se encuentra en el Museo del Prado de Madrid 100 Lonely Planet Traveller Abril 2016 Abril 2016 Lonely Planet Traveller 101 BRABANTE BRABANTE Tiddo Baker y Victor Sonna, con obra de este último. Los dos artistas comparten espacio de trabajo en el taller Sectie C, en Eindhoven ABAJO Exposición en el ‘showroom’ de Piet Hein, en la misma ciudad Los patos se pierden por los canales, pero los viajeros siempre encuentran ayuda de los locales por las calles de Den Bosch captando la atención de todo tipo de público que se acerca hasta aquí para tomar el pulso de la vida social de la ciudad. Elegir la mesa por esta calle dependerá, más allá de la ocupación, del tipo de cocina que se quiera degustar. Nuestra elección es Allerlei, cuya especialidad es el marisco, amenizado con una buena carta de vinos (albariños incluidos). Todo ello servido en mesas iluminadas con velas y con un servicio de gran calidad que, además, incluye un guiño que conmemora el V Centenario de El Bosco: una novedosa vajilla decorada con algunos de los fascinantes y extraños personajes ilustrados por el pintor. Durante estos meses, el foco de atención de la ciudad alrededor del 102 Lonely Planet Traveller Abril 2016 V Centenario de El Bosco está en el Noorbrabants Museum. Quinientos años después de la muerte de Jheronimus Bosch, su obra vuelve a casa. La ausencia de cuadros suyos en su ciudad natal, que tanto duele a su gente, se ha compensado este año con la retrospectiva dedicada al artista. El museo, sin embargo, sí cuenta en su colección permanente con obras de Van Gogh. En sus paredes es posible ver algunos de los primeros (y más desconocidos) trabajos del artista holandés, y comprobar lo oscuros que eran sus lienzos antes de descubrir el color en el sur de Francia. Para organizar la muestra más ambiciosa organizada hasta la fecha del pintor de Den Bosch ha sido necesario el préstamo de otras pinacotecas. Gracias a las cesiones del Prado, el MoMA, el Louvre, la Gemäldegalerie (Viena), el Museo de Bellas Artes de Valencia, el Museo Británico, la Fundación Lázaro Galdiano (Madrid) o el Museo del Palacio Grimani de Venecia, se han reunido 17 pinturas y 19 dibujos del artista, y 70 creaciones de su taller y entorno. La nave de los necios abre Sala principal del Jheronimus Bosch Art Center, en Den Bosch, un centro dedicado al estudio de la vida y obra de El Bosco. Compensa la ausencia de obra del pintor en su ciudad, Abril 2016 Lonely Planet 103 conTraveller reproducciones de sus cuadros BRABANTE la muestra con la ilustración del viaje de la humanidad al fuego eterno, castigo a una existencia libertina. La ruta se distribuye en varios temas: El camino de la vida, El Bosco en Hertogenbosch, La vida de Cristo, El Bosco dibujante, Santos y el Fin de los tiempos. Uno de los cuadros estrella que ha viajado desde el Prado es el tríptico El carro de heno (15101516), en el que una muchedumbre entre la que se encuentra un Papa, arrastra un carro de heno –metáfora de lo material– al infierno. El cuadro ilustra, como explican en el museo del que procede, el versículo de Isaías: “Toda carne es como el heno y todo esplendor como la flor de los campos. El heno se seca, la flor se cae”. Pasear la mirada entre El Bosco no necesitó salir de esta ciudad medieval, amurallada y surcada por canales, para crear su visionaria obra las paredes negras del museo para detenerla en el interior de los personajes bosquianos –su gente desnuda absorta en la acción, sus monstruos, sus animales gigantes, sus pequeños dibujos que representan lo mejor y lo peor de la condición humana, sus mundos llenos de detalles– es otro viaje dentro del viaje. Fuera de las paredes del museo hay más El Bosco. Aparte de visitar el centro de arte dedicado al pintor, el Jheronimus Bosch Art Center, para ahondar en su vida, hay mucho más que hacer. A lo largo del año y con la idea de ofrecer “una gran experiencia de El Bosco” para toda la familia, se celebrarán muchos actos dedicados a él en toda la región de Brabante pero especialmente en su ciudad natal. Obras de teatro, desfiles, espectáculos de luces al anochecer y cruceros en los que se narrarán historias relacionadas con su vida se sumarán a las muestras dedicadas a la obra de uno de los hijos predilectos de Den Bosch. Su misterio y su lucidez parecen seguir en ella. Y nada mejor que la celebración del quinto centenario de su muerte para dar buena cuenta de ello. Hazlo realidad esencial CÓMO LLEGAR Hay vuelos a Eindhoven y a Ámsterdam desde varios aeropuertos españoles con Iberia (iberia.com), Ryanair (ryanair. com) y Vueling (vueling.com). TRANSPORTE Para moverse entre ciudades lo más cómodo es el tren (ns.nl/en/travellers/home). Y no debe olvidarse la opción de alquilar uan bicicleta, sobre todo en Nuenen (deconcurrentneunen.nl). PARA DORMIR En Eindhoven una de las opciones definitivas es el Inntel Hotel (inntelhotels.nl), situado en una antigua fábrica de Philips y decorado con un estilo industrial fiel a su origen. Cuenta con spa, gimnasio y lofts muy espaciosos. En la misma ciudad, Blue Collar es un hotel con sala de teatro y piano bar, a partir de 20 euros la noche en habitación compartida (bluecollarhotel.com). En Ámsterdam el NH Amsterdam (nh-hotels. nl) está muy bien comunicado, tiene spa y canales de televisión españoles. En Den Bosch, la opción perfecta puede ser el Golden Tulip (goldentulip. com) a unos pasos de la plaza donde vivió El Bosco. PARA COMER Paseo en barco por los canales de Den Bosch ARRIBA La mujer que hoy día ocupa la casa a la que Van Gogh acudía para recoger su correspondencia, la del cartero, se deja observar tras suLonely ventana sin cortinas, 104 Planet Traveller Abril 2016 en Nuenen Planifica tu viaje El expo-restaurant-bar-shop Kazerne (kazerne.com) es parada obligatoria en Eindhoven. En Nuenen el lugar más típico y frecuentado por holandeses y turistas está en uno de los molinos que pintó Van Gogh, el Van Opwetten (dewatermolenvanopwetten.nl). En Den Bosch hay que ir a DIT (eetbar-dit.nl) para empaparse del ambiente local y saborear comida rápida de calidad. Muy popular entre holandeses de todas las edades, el problema es encontrar mesa libre. Para una cena a la luz de las velas en la villa de El Bosco uno de los muchos restaurantes encantadores es Allerlei (restaurantwolters.nl). Servicio fabuloso y especialidad en marisco y pescado fresco. 1 El preestreno de la mayor exposición sobre el El Bosco organizada en su tierra natal, en el Noorbrabant Museum (hetnoordbrabantmuseum.nl) se desarrolló con la puesta en escena de la coreografía de Nanine Lining. Fue solo el inicio de una agenda llena de actividades con las que se celebra el centenario en la región de Brabante (visitbrabant.com). En su ciudad, Den Bosch, y entre las celebraciones escénicas, habrá teatro infantil (1, 2 y 3 de abril) y recreación del mundo medieval en las calles (4 y 5 de junio; bosch500.nl/experience). 2 El agua hila algunas de las actividades que Den Bosch ha preparado: habrá un desfile acuático de obras contemporáneas inspiradas en el mundo de El Bosco (18, 20 y 21 junio). A partir del 1 de abril se podrá experimentar Viaje al cielo y al infierno, una excursión en barco con espectaculares proyecciones de luz y narraciones asombrosas (bosch500.nl/experience). 3 La catedral de San Juan será el escenario de más de un acto en homenaje a El Bosco. El 6 de noviembre la Orquesta Real Concertgebow interpretará en primicia un réquiem compuesto para el pintor. Esta construcción de estilo gótico brabántico está llena de sorpresas: vidrieras de arte contemporáneo se funden con obras de siglos pasados, mientras que en la fachada un ángel con móvil anima a la gente a llamarlo para ayudar en la reconstrucción. 5 El diseño y el reciclaje visten el espíritu de Eindhoven, la que fue conocida como ciudad Philips. El hotel Inntel, construido en la antigua fábrica de la marca, ha mantenido una decoración industrial y hace honor a lo que fue, ofreciendo todo tipo de facilidades tecnológicas a los huéspedes. Cada detalle, también en la sala de ordenadores, está mimado por el diseño (inntelhotels.nl). 7 En Nuenen la figura de Van Gogh es una constante. Para segurle los pasos hay que visitar el Vincentre (museo donde poder escuchar interesantes detalles de la vida del pintor en español), recorrer el carril bici dedicado al cuadro Noche estrellada y ver las casas que pintó y en las que vivieron él y alguna de sus historias de amor frustradas (vangoghvillagenuenen.nl) 4 Callejeando por el centro, en Den Bosch, aparecen constantemente pequeños comercios de calidad y encanto. En lugar de supermercados, gustan las pequeñas tiendas especializadas. Visch ofrece pescado fresco o ya preparado y listo para saborear en bandejas (vischzaak.nl). En Broodspecialist (debroodspecialist. nl) se encuentran panes artesanos típicos. Incluso el sonido del timbre que anuncia un nuevo turno recuerda a épocas pasadas. 6 Den Bosch está salpicada de pequeños comercios con mucha personalidad que merecen una visita. Tiendas de ropa multimarca con mucho diseño holandés, minimalista, sofisticado y cómodo, como Juul y Oh (juulfashion.nl, ohdenbosch.nl), locales vintage de decoración (vintageroom.nl), establecimientos con complementos para bicicletas de todo tipo, algunos salvados de guerras mundiales (bikestoremember.nl)… y muchas galerías de arte. Callejear y mirar es una experiencia de lo más interesante. 8 Además del archiconocido showroom de Piet Hein Eek, que ofrece restaurante y tienda, taller y exposición, en Eindhoven hay otros locales interesantes para ver y comprar arte. En Sectie C trabajan artistas de distintos lugares del mundo ya asentados en Holanda. Entre ellos hay un español, Nacho Carbonell (nachocarbonell.com), cuya obra ha conquistado a los holandeses. Abril 2016 Lonely Planet Traveller 105