CALLE TENIENTE GREGORIO ALBARRACIN Es la que corre en sentido Este-Oeste, entre las calles Maximiliano Clemente y Bergantín Espora, con inicio en la Avda. Gral San Martín, de la Planta Urbana. Fundamentos: El 11 de Enero de 1.880 el Gobierno Nacional, en acuerdo de Ministros, suscribe un Decreto basado en la preocupación legislativa de poblar Santa Cruz. Se crea por el mismo una colonia pastoril en el Territorio de Santa Cruz para hasta 30 familias, debiendo ser, cada una de ellas, de tres personas por lo menos. Estas familias se instalarán en concesiones de una legua de tierra, que gratuitamente se les dará en propiedad. Cada familia recibirá 500 ovejas, una vaca de cría, dos yeguas y un cuarto de tablas con techo de zinc. Se nombra Comisario de la Colonia al ciudadano Don Ignacio Peralta Martínez. Firman el Decreto el Presidente Avellaneda y sus Ministros. A los cuatro meses se trató de hacer más atractivo el ofrecimiento, ampliándose con un arado, una pala y otros útiles de labranza, con el agregado de noventa vacunos para los primeros siete colonos. A este llamado sólo se presentó el ex-Teniente Gregorio Albarracín y su esposa, con domicilio en Buenos Aires; y también se acogió a los beneficios del Decreto, Gregorio Ibáñez con su familia quienes ya vivían en Santa Cruz como pobladores rurales. A fines de abril salió de Buenos Aires para Santa Cruz la goleta SANTA ROSA al mando del capitán Nicolás Rubado, iba con un solo colono, el ex-Teniente Gregorio Albarracín, con su esposa María Salomé González de 17 años; también viajaba el Comisario de la Colonia Ignacio Félix Peralta Martínez, llevando como secretario a su hijo Jacinto. Gregorio Albarracín, un joven oficial del Ejército, había hecho la campaña del Paraguay y las expediciones del Desierto, pidió la baja para dedicarse a la ganadería. Hacía pocos meses que había contraído matrimonio. El hecho es que, en una ocasión este militar conoció al Comandante Piedra Buena y probablemente se entusiasmó con el porvenir que se esperaba de la Patagonia austral. En el viaje que mencionamos se embarcó también el flamante Capitán Francisco Villarino. A Albarracín le habían informado en la Dirección de Tierras que serian más de diez las familias que concurrirían a este llamado de colonización. El SANTA ROSA partió del puerto de la Boca rumbo al Sur. Después de una semana de viaje, hicieron escala en Patagones. Allí embarcaron 500 ovejas, 3 yeguarizos y 2 vacas, hacienda que le sería entregada a Albarracín en Santa Cruz. Murieron ovejas en el viaje, las que eran arrojadas al mar. Llegaron a Santa Cruz a mediados de Mayo de 1.880. Desembarcaron en Misioneros. Llegaron con 250 ovejas de las 500 recibidas en Patagones. A los pocos días de descanso en Misioneros, el Comisario señor Peralta dispuso que la Santa Rosa remontase el río. El buque fondeó frente al paraje denominado Las Salinas. En la orilla sur existían unos edificios deshabitados, propiedad del Capitán Piedra Buena. En uno de ellos se instalaron provisoriamente los Albarracín. En cuanto a los pobladores, existía el señor Pedro Dufour en la isla Pavón, con varios empleados; Manuel Coronel en Monte Entrante y Gregorio Ibáñez con su familia, que vivían frente al rancho ocupado, en la orilla Norte del río. La señora de Ibáñez, doña Gregoria, era la única mujer blanca que existía en el lugar y resultó una compañera y amiga de la señora de Albarracín. Los demás vecinos eran todos indios, cuyas tribus estaban acampadas en las vegas del río Chico. El capitán Piedra Buena, que los visitaba, fue padrino de uno de los hijos de Albarracín. En el histórico galponcito de adobes, construido por Piedra Buena, en la orilla del río, al pie del cerro Las Salinas, que a poco de llegar fue la modesta vivienda de los Albarracín, nació su hijo FRANCISCO LUIS. Francisco Luis nacido en Santa Cruz, fue el primer hijo de colonos argentinos que diera la Patagonia y en los años 1.920 a 1.924 fue diputado nacional por la Capital Federal, siendo así también el primer patagónico que llegara al Congreso de la Nación. Debemos decir que a poco de llegar a Santa Cruz Albarracín un día aprovechó con el capitán Villarino, elegir el paraje para poblar. Allí construyó su casilla de colono, que se limitaba a dos piecitas desarmables de maderas y chapas, las que ubicaron entre tres cerritos. Pero los fuertes vientos arremolinados que entraban por las bocas de esos tres cerros, envolvían la casa con una continua nube de tierra y arena, que hacía la vida imposible. Entonces en uno de esos malos días, tan frecuentes, salieron los Albarracín tomados de la mano, porque sólo así se podía caminar, tal era en ese día la fuerza del vendaval y así llegaron a más o menos una legua en dirección a Misioneros, observando que en el Cañadón de Pescadores el viento no castigaba tanto ese hondo vallecito. Allí deciden definitivamente instalar su vivienda. Tenían ya instalado su pequeño establecimiento ganadero con 1.500 ovejas, las cuales venden. Abandonan cañadón Pescadores en el mes de Mayo de 1.883, regresando en la SANTA ROSA, que era comandada todavía por el capitán Nicolás Rubado. Albarracín fue reincorporado al Ejército a las órdenes del general Lorenzo Vintter, falleciendo dos años más tarde en Río Negro. Como conclusión pensamos que el esfuerzo hecho por el teniente Gregorio Albarracín y su esposa, no ha sido estéril para el nacimiento del territorio de Santa Cruz, contribuyendo con su esfuerzo al poblamiento de este lugar, en el que nacieron sus hijos: Francisco Luis, más tarde abogado, y Julio Horacio. La propuesta de este nombre fue efectuada por la Subcomisión de Asuntos Históricos y Homenajes de la Comisión Municipal de Fiestas - integrada por las Sras. Adelina García y el Sr. Jorge Eduardo Segovia - y aprobada por Ordenanza Nº 59/90, en sesión realizada el día 22 de agosto de 1990, durante la gestión de los Concejales Mirta Ana Knoop, Delia María Maciel, Denis Walter Nieves, Horacio Tomás Quinteros y Jorge Eduardo Segovia. Información obrante en Expte. Nº 747/90, extractada por Darío Hernández (Comisión Toponimia Urbana-2010)