La Planificación de la Gestión como Proceso de Aprendizaje del Ejercicio de Gobierno Santiago José Guevara García Profesor de la Escuela de Economía y del Arca de Estudios de Postgrado de la Universidad de Carabobo, en la Asignatura "Planificación Económica" de la maestría en Ciencia Política, mención "Gerencia Pública". Papel de trabajo elaborado con base en la ponencia presentada en el SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE FORMACION DE AUTORIDADES LOCALES, realizado en Mérida del 13 al 15 de octubre de 1996, con el auspicio del Gobierno Francés, PROGECI, FUNDACOMUN, la Universidad de Los Andes, CORPOANDES y la Gobernación del Estado Mérida. Si el ejercicio de gobierno se concibe en términos de todo acto -de electos, funcionarios y electores- relativo a los asuntos públicos, la planificación de la gestión 1 debería constituir el proceso formativo principal dirigido a resolver el requisito de aprendizaje necesario al cabal desempeño de cada uno de los cuatro tipos de agentes o sujetos involucrados por tal ejercicio. Ese cometido formativo de la planificación es el objeto de esta ponencia. Nuestro interés es, entonces -como esperamos resulte evidente al final de su lectura-, el de destacar un aspecto inusual de la planificación en tanto que mecanismo principal de construcción de políticas públicas: precisamente, el de instrumento creador de capacidades de participación efectiva en los procesos de gobierno. Como problemática de partida es necesario referir que resulta frecuente en el día a día de los trabajos de asistencia técnica a los gobiernos la detección de fallas y deficiencias en el desempeño de esos cuatro agentes arriba referidos. En ocasiones, ellas han sido calificadas como "datos" de la cultura general de la sociedad 2; en otras, como debilidades relevantes de la institucionalidad pública en el sentido de la profundización de la democracia 3 o de la modernización institucional del sector público 4. Incluso, en algunas aproximaciones, llegan a ser conceptualizadas como elementos "exógenos" de imposible o difícil tratamiento profesional. (1) Al referirnos ala planificación de la gestión nos basamos en el producto PROGECI para la planificación de la gestión local, caracterizado por un esquema participativo, interactivo, de diagnóstico perceptivo profundo de los problemas comunales, de diagnóstico interfuncional e interinstitucional de los problemas institucionales y de definición técnica de las respuestas del Plan con base en la formulación política, la evaluación estratégica y la operacionalización en detalle. (2) Bajo nivel educativo promedio de la sociedad, precaria formación de "capital humano", etc. (3) Distorsiones y mixtificaciones del "mandato social", formas no democráticas, etc. (4) Ausencia de profesionalización, de sistemas de servicio civil o de carrera administrativa y otras fallas en el nivel de institucionalización formal de las estructuras y procesos del Estado. De acuerdo a nuestra ponencia, unas u otras situaciones pueden ser atacadas por la vía del despliegue de la práctica planificadora, bajo la condición de que ella sea entendida rigurosamente en términos de instrumental de apoyo para la mayor efectividad, eficacia y eficiencia de la gestión de gobierno basado en un satisfactorio esquema de comunicación y de circulación de información entre gobernantes y electores -si el asunto es visto al nivel del sistema social todo-, y entre gobernantes, técnicos y operacionales, si más bien es visto al nivel y en el interior de las estructuras públicas. Ese concepto de planificación, aunque en apariencia banal, es, sin embargo, una ruptura conceptual y práctica importante en el sentido de su comprensión como mecanismo de intervención de realidades sociales dirigido a la formulación de políticas. 5 Ahora bien, ese otro resultado de la planificación de la gestión, asociado a ese nuevo concepto, resulta verosímil sólo en la medida en la cual, en primer lugar, sirve a los políticos para el ejercicio de la función de estado o de gobierno, bajo el reconocimiento de que en tanto se cumple en condiciones de democracia y de realidades complejas, variables, dinámicas y turbulentas exige esquemas de relación de alta eficiencia hacia la sociedad y hacia el interior de la institución de gobierno que permitan, precisamente, la mejor formulación política posible. En segundo lugar, en tanto y en cuanto sirve a los técnicos para constituir efectivamente el apoyo racionalizador de la acción pública, bajo el pleno reconocimiento de la influencia específica de los factores de naturaleza política presentes en los asuntos públicos y del contexto de demandas específicas de racionalización surgidas del hombre de estado o de gobierno; todo, a los fines de la optimización de los fines o metas políticas formuladas. En tercer lugar, sirve a los responsables operativos para el despliegue de todas las capacidades institucionales de producción de bienes públicos, desde el mismo momento en que se realiza con plena consideración de las demandas de la gente y bajo el condicionarniento de la direccionalidad política del acto de gobierno. Y en cuarto y último lugar, sirve a los ciudadanos como práctica de las diversas potestades contenidas en el mandato social que les es permitido por la democracia, si se da con el reconocimiento tanto de las posibilidades de obtención de bienestar como de la lógica y de las limitaciones del sistema público productor de ese bienestar. (5) Ver OZBEKHAIV, Hasan. El Futuro de París. Un estudio de sistemas en un caso de planificación estratégica urbana. Referencia bibliográfica incompleta. P. 166. Sistemas de relación desde el hombre de gobierno hacia la sociedad y hacia el interior de su institucionalidad para la formulación de las políticas públicas, manejo de realidades de naturaleza política, rol de agente de racionalización técnica de las decisiones de gobierno, dispositivo de identificación de las demandas de bienes públicos y de la concordancia de su prestación con los intereses de la agenda del hombre de gobierno, y mecanismo tanto de despliegue de las demandas de bienes públicos como de reconocimiento de las posibilidades ciertas del aparato público son otros atributos de la planificación que, de acuerdo a nuestra ponencia, abonan a la cabal comprensión -y práctica- del ejercicio de gobierno -lo cual comprende la satisfactoria producción de políticas - y expresan, por lo tanto, su valor como instrumento formativo y de dominio práctico. El propósito específico de esta ponencia es el de mostrar la contribución de la planificación de la gestión: primero al conocimiento, y a la derivación de las consecuencias prácticas correspondientes, de las distintas lógicas de actuación - o racionalidades- presentes en los distintos tipos de sujetos atinentes al proceso de gobierno; segundo, a la visión de ese proceso desde la perspectiva de cada uno de los sujetos participantes, con miras a la posibilidad de convertir ese conocimiento en la base para la definición de las estrategias más convenientes de participación; y, tercero, a la visión de la planificación de la gestión como un proceso creativo -de creación de conocimientos y de experiencia- que puede servir de base para el aprendizaje del ejercicio de gobierno en democracia. Finalmente, la ponencia presenta las características del producto PROGECI utilizado para la planificación de la gestión local, enfatizando en el propósito fundamental del producto; en los requerimientos a los cuales responde; en la muestra de los productos concretos de apoyo a la gestión, posibles por la vía de la formulación del Plan de Gestión Local con base en él; y finalmente, en las contribuciones derivadas del proceso mismo de formulación del Plan. 1. LAS CUATRO LOGICAS DE ACTUACION CONTENIDAS EN EL EJERCICIO DE GOBIERNO Gobernar es definitivamente saber conducir el sistema gobernado a los fines concertados social y políticamente, bajo el reconocimiento del imperio de las cuatro lógicas de actuación o racionalidades- presentes en los sistemas sociales relevantes al fenómeno del Gobierno. La lógica del elector, la lógica del político, la lógica del técnico o estratega y, finalmente, la lógica del responsable operativo. Todas ellas están presentes en el fenómeno del Gobierno; todas ellas deben armonizarse; aunque no todas hayan sido reconocidas -o bien armonizadas- en la planificación tradicional. Toca a la teoría y a la práctica de la planificación reivindicarlas. Su reivindicación, estamos seguros, enriquecerá al ejercicio planificador, pero todavía más, al ejercicio de gobierno. Su conocimiento es el punto de partida del aprendizaje de los procesos de gobierno en democracia. La Lógica del Elector. El elector -o ciudadano- está orientado, en su relación con los asuntos públicos, a la obtención de las prestaciones del Estado o de Gobierno que, con dependencia de su función de preferencias, asocia a la acción pública en las condiciones del momento. Esas prestaciones son únicamente de dos tipos: condiciones institucionales y bienes. Planteada así, la lógica del elector es utilitarista; su contexto, forzosamente social. Toca al Hombre de Estado u Hombre de Gobierno reconocer, respetar y considerar esa lógica: lo que esperan los electores es la provisión de bienes. Un gobierno que los satisfaga será eficaz, y por ello, legítimo. Otro que no, corre el riesgo de la ilegitimidad. A la planificación de la gestión le corresponde identificar y hacer manejables esas expectativas de los electores para hacerlas susceptibles de respuestas apropiadas. El sexto punto de nuestra ponencia permite el conocimiento de la manera como nuestra propuesta teórico-metodológica en el campo de la planificación de la gestión resuelve esa exigencia. La Lógica del Político. El político está orientado por una lógica también utilitarista, aunque asociada, bien a un proyecto personal, bien a la satisfacción de las expectativas de sus sectores de apoyo o bien a la realización de un ideario. Por lo demás, actúa en un entorno específico cargado de lo político. Ello es normal: la naturaleza de su actividad es esencialmente política. El riesgo de desviación de su acción hacia la satisfacción de sus propios intereses es muy alto si no se reconoce la presencia de las otras racionalidades. A la planificación de la gestión corresponde explicitar las áreas de interés y factores de apreciación política de los hombres de Estado o de Gobierno y utilizarlos, unos, como temas privilegiados de la agenda política; los otros, como referencia valorativa del contenido de la acción de gobierno. La manera como nuestro producto permite esa explicitación se incluye en el punto sexto referido. La Lógica del Estratega. El técnico actúa como apoyo a la gestión del hombre en la búsqueda de la racionalización de su acción. Ese apoyo se materializa tanto en la conformación del nivel directivo o gabinete para el análisis y las formulaciones normativo-estratégicas de la acción como en la dirección estratégica de la acción ejecutiva. Su labor, aunque delegada, es crucial: él es el optimizador de las opciones posibles a la gestión. Corresponde a la planificación de la gestión convertir el conjunto abierto de opciones de gestión que derivan de las demandas sociales o de los proyectos del hombre de gobierno en una propuesta de intervención optimizadora, rigurosamente definida para la plena efectividad y la mayor eficiencia de la gestión. La concreción de ello en nuestra propuesta de producto también será referida en el punto sexto de esta ponencia. La Lógica del Responsable Operacional. El operacional es el ejecutor de la acción; por tanto, el punto de contacto de la institucionalidad pública con la sociedad en la prestación de los bienes públicos involucrados por la acción de gobierno. A él interesa la programación, la asignación de recursos y la administración del proceso. La planificación de la gestión le permite enmarcar todo ello dentro de las directrices sociales, políticas y estratégicas. La práctica de esa tarea se refiere en el punto sexto ya mencionado. 2. EL PROCESO DE GOBIERNO EN LA PERSPECTIVA DEL GOBIERNO MISMO (QUE ES UNA PERSPECTIVA POLITICA) El principal cometido del Hombre de Gobierno en una democracia es el de responder a las demandas del sistema social. Junto con ello, el de desplegar su propio proyecto de gobierno. Demandas sociales y ofertas y proyectos políticos, son los polos de la relación entre políticos y electores; pero, en ningún caso, sus únicos datos. Cuáles sean los temas de la agenda política de electores y de hombres de gobierno y cuáles resulten finalmente los bienes -e insumos- públicos involucrados por la acción de gobierno -el contenido de las políticas públicas- sólo surge a través del proceso creativo de interrelación entre ambos sujetos. Siendo que al Hombre de Gobierno corresponden las respuestas, debería interesarse por el conocimiento de las demandas, por su concordancia con sus propias valoraciones políticas, por sus condiciones de viabilidad, y por la solución a su instrumentación y administración. De igual forma, debería interesarse por suplir óptimamente aquellos bienes públicos que aunque contenidos en su propio proyecto o surgidos en su propio proceso de aprendizaje, no aparezcan reflejados en las preferencias públicas. El proceso de gobierno, visto desde la perspectiva del gobernante aparece así como el sistema dinámico de interrelaciones entre gobierno y electores para la definición de la provisión de los diversos tipos de bienes públicos que conformen la intervención gubernamental: algunos de ellos serán revelados en el "mercado político"; otros serán de la particular potestad del Hombre de Gobierno y definirán su ventaja distintiva respecto a otros. Todavía otros, finalmente, sólo serán posibles por la vía de un análisis profundo de las razones asociadas a las preferencias de los ciudadanos. La planificación de la gestión es el dispositivo técnico e institucional que viabiliza ese sistema. Ella constituye un canal internacional de comunicación que posibilita la explicitación y el manejo de información focalizada acerca de las exigencias concretas a la acción de gobierno, acerca de las demandas ocultas, pero forzosas en función de la respuesta apropiada a esas exigencias y acerca de las capacidades institucionales de producción de respuestas, definidas por las demandas o derivadas de los proyectos políticos propios. Saber qué espera la gente de la acción de gobierno, qué exige ello en términos organizativos, de dirección, de gestión, de coordinación, de evaluación y de control, cuál programa de actividades de gestión resulta ineludible; cuáles asignaciones de recursos son necesarias; cuáles acuerdos, compromisos y responsabilidades implica; cuáles condiciones externas son de importante seguimiento; y cuáles instrumentos de observación y seguimiento permiten verificar la corrección del rumbo; es, sin lugar a dudas, de indiscutible utilidad al cabal aprendizaje del ejercicio de la función de gobierno. 3. EL PROCESO DE GOBIERNO EN LA PERSPECTIVA DEL ELECTOR (QUE ES UNA PERSPECTIVA UTILITARIA) El principal propósito del ciudadano -o elector- en su relación con el hombre de gobierno es el de lograr la máxima satisfacción posible a sus demandas de acción gubernamental, tanto en el plano de la regulación (la garantía de institucionalidad) como en el de la provisión de bienes y servicios públicos. Es por ello que hacemos referencia a la lógica utilitarista del elector. En la valoración del elector, es legítimo quien cumple, y cumple quien satisface sus demandas. Corresponde a la planificación de la gestión la explicitación útil y práctica, a los fines de gobierno, de esas demandas, con privilegio de la autenticidad y de la profundidad en su definición. Se. exige, en ese sentido, una expresión válida de las expectativas de la gente respecto a la acción de gobierno, incluyendo aquellas acciones, definiciones o regulaciones no explícitas en las demandas directas, que surgen sólo por la vía de un análisis profundo de los diversos elementos componentes de las demandas y de las causas asociadas a su existencia. Cuáles sean los temas de la agenda política de los electores va a depender de sus apreciaciones previas acerca de la acción de gobierno, pero también del conocimiento que un esquema abierto de relaciones gobierno-gobernados pueda permitir. Y ello se logra sólo a través de un proceso creativo de interrelación entre ambos sujetos. Siendo que al elector interesan las respuestas, en una perspectiva práctica debería interesarse por el conocimiento amplio y profundo de sus demandas por parte del hombre de gobierno y del aparato productor de respuestas. De igual forma, su concordancia o discordancia con las valoraciones políticas del gobernante, y, finalmente, por las condiciones de viabilidad para su efectiva obtención. El proceso de gobierno, visto desde la perspectiva del elector aparece así como el sistema dinámico de interrelaciones entre gobierno y electores, útil para la explicitación de las preferencias dirigidas al "mercado político", incluidas las relativas a las carencias internas del aparato productor 6; y para la cabal -que no optimista o equivocada- compresión de las capacidades ciertas de los gobiernos para la producción de bienes y servicios. Reiteramos que la planificación de la gestión es el dispositivo técnico e institucional que viabiliza aquel sistema. Ella, en los términos definidos, posibilita la explicitación y el manejo de las preferencias de los agentes sociales, y, con ello, permite las bases informativas para un mayor y más adecuado esquema de control social de la gestión de gobierno. Pero, además, es un proceso de permeación de las relaciones, gobierno / sector público-gobernados que hace posible un conocimiento más objetivo de las posibilidades y capacidades de provisión de satisfacciones. (6) Lo que en nuestro Manual l!amamos `las percepciones de la comunidad" (acerca de las causas) "específicamente institucionales, que representan, en sí mismas, los factores ubicados dentro de la gobernabilidad de la Alcaldía asociados por la comunidad a la existencia de los problemas" (Guevara G. Santiago J. y Fernández [3orge, Fausto. Manual para la Formulación de Planes de Gestión Local. PROGECl-Proyecto (le Asistencia para la Gestión de Ciudades Intermedias de la Cooperación Venezolano-Alemana. Caracas, enero de 1996. P. 20). Poder explícitar las demandas a la acción de gobierno, establecer los patrones de referencia de las preferencias de la gente para evaluar la consonancia de las acciones de los gobiernos y conocer más cabalmente las capacidades públicas de producción de bienes son, sin lugar a dudas, de, indiscutible utilidad al cabal ejercicio de la ciudadanía. 4. EL PROCESO DE GOBIERNO EN LA PERSPECTIVA DE LOS FUNCIONARIOS (QUE INCLUYE A ESTRATEGAS Y OPERACIONALES, DE PERSPECTIVAS TÉCNICA Y ADMINISTRATIVA, RESPECTIVAMENTE) El principal propósito del funcionario en su relación con el hombre de gobierno es el de constituir su apoyo técnico-operativo. Su aporte apunta a la racionalización de la acción de gobierno por las vías de la infusión de carácter técnico y de la asunción de la responsabilidad de ejecución práctica de la acción de gobierno. Es con base en ello que hacemos referencia a las lógicas técnica y administrativa de los funcionarios. La lógica del funcionario debería ser bien la de responder a las demandas de racionalización planteadas por el hombre de gobierno, bien la de proponer esquemas de racionalización a esa acción. En la valoración del funcionario, son válidas las acciones que optimizan y viabilizan. Corresponde a la planificación de la gestión la explicitación útil y práctica, a los fines de gobierno, de esas demandas de racionalización, de las características específicas del entorno dominantemente político en el cual se cumple la acción de las estructuras de racionalización, y de las exigencias organizativas y de funcionamiento para la viabilización, instrumentación y ejecución de la acción. En nuestro esquema, ello se logra sólo a través de un sistema explícito de comunicación y de circulación de información en el interior de las estructuras públicas para el cumplimiento de la función de apoyar técnicamente la gestión de gobierno. Siendo que al funcionario interesa la racionalización y la viabilización instrumental, en una perspectiva práctica debería interesarse por el conocimiento específico preciso de esas demandas. De igual forma, su concordancia o discordancia con las prácticas técnicas y administrativas establecidas, pues ellas, aunque situadas en el nivel inferior de las estructuras públicas, son sin embargo, el eslabón decisivo en las prestaciones por ellas realizadas. El proceso de gobierno, visto desde la perspectiva del funcionario aparece así como el sistema dinámico de interrelaciones entre gobierno y electores y, sobre todo, entre gobierno y administración pública, útil para la explicitación de los cauces y parámetros de la acción política, para la resolución del crucial tema de la infusión de calidad técnica al ejercicio de gobierno y para la puesta a punto de las estructuras operativas en su misión de satisfacer las expectativas sociales y las referencias de direccionalidad política. Reiteramos otra vez que la planificación de la gestión es el dispositivo técnico e institucional que viabiliza ese sistema. Ella, en los términos definidos, posibilita la explicitación y el manejo de las demandas de racionalización del hombre y de los procesos de gobierno, de los datos del entorno político específico y de las exigencias y situación de las estructuras operativas. Con ello, permite las bases informativas para un mejor y más eficiente esquema de producción de bienes y servicios públicos. Pero, además, es un proceso de permeación de las relaciones gobierno-administración pública que hace posible una mayor efectividad de la acción pública global. Poder explicitar las demandas políticas de acción técnica y administrativa, conocer las especificidades del entorno político en el cual se actúa, evaluar y decidir continuamente acerca de las estructuras administrativas son, sin lugar a dudas, de indiscutible utilidad al cabal ejercicio de la función gerencia/ pública. 5. LA PLANIFICACION DE LA GESTION COMO PROCESO CREATIVO, BASE DEL APRENDIZAJE DEL EJERCICIO DE GOBIERNO Nuestra ponencia destaca un atributo inédito de los procesos de planificación de la gestión: la de constituir instrumentos creativos, de aprendizaje y de crecimiento individual para cada uno de los diversos agentes involucrados por el ejercicio de gobierno, entendido éste en el sentido amplio de actividad que involucra a políticos, electores y funcionarios. Tal como se ha dicho, saber qué espera la gente de la acción de gobierno; qué exige ello en términos organizativos, de dirección, de gestión, de coordinación, de evaluación y de control, cuál programa de actividades de gestión resulta ineludible; cuáles asignaciones de recursos son necesarias; cuáles acuerdos, compromisos y responsabilidades implica; cuáles condiciones externas son de importante seguimiento; y cuáles instrumentos de observación y seguimiento permiten verificar la corrección del rumbo son, sin lugar a dudas, referencias de indiscutible utilidad al politice u hombre de gobierno para el cabal aprendizaje del ejercicio de la función de gobierno. De igual forma, poder explicitar las demandas a la acción de gobierno, establecer los patrones de referencia de las preferencias de la gente para evaluar la consonancia de las acciones de los gobiernos y conocer más cabalmente las capacidades públicas de producción de bienes son, sin dudas, referencias de indiscutible utilidad al cabal ejercicio de la ciudadanía. Finalmente, poder explicitar las demandas políticas de acción técnica y administrativa, conocer las especificidades del entorno político en el cual se actúa, evaluar y decidir continuamente acerca de las estructuras administrativas son, a todas luces, fundamentos de indiscutible utilidad al cabal ejercicio de la función gerencial pública. Cada uno de los ejercicios referidos resulta de indudable valor para los propios sujetos involucrados, pero, aún más para el conjunto. La garantía de todos ellos constituye, de acuerdo a nuestra propuesta, una nueva manera de entender y de practicar la planificación de la gestión, y, sobre todo, una nueva y más evidente manera de apoyar la acción de los hombres de gobierno, la cual, en tanto evita el riesgo de las desviaciones posibles por las distintas visiones y prácticas parciales (sean políticas, técnicas, administrativas o sociales) define una referencia paradigmática nueva acerca del ejercicio de la planificación que no puede sino estar cargada de posibilidades de progreso permanente para el cumplimiento de las funciones técnicas en el interior del sector publico, para la comprensión y prácticas mucho más avanzadas del ejercicio de gobierno, y, lo yue a título personal quisiéramos destacar más entusiastamente, para la provisión de condiciones y de posibilidades a toda la gente para un más completo y gratificarte ejercicio de la democracia. Esa referencia valorativa nueva es un fuerte estímulo al aprendizaje y al crecimiento de todos los involucrados por el proceso de gobierno en democracia y en realidades con las complejidades, el dinamismo y la turbulencia de las actuales. 6. LAS CARACTERISTICAS DE LOS PRODUCTOS PROGECI PARA LA PLANIFICACION DE LA GESTION LOCAL Los productos PROGECI para la planificación de la gestión local fueron pensados o diseñados precisamente para servir cabalmente al ejercicio del gobierno en democracia. A título informativo -puramente introductorio-, nuestra ponencia proporciona una presentación general de nuestro producto denominado Plan de Gestión Local. a. Los propósitos de un Plan de Gestión Local? 7 La formulación del Plan de Gestión Local (PGL) de una alcaldía debe responder al propósito concreto de disponer de un instrumento efectivo v .sencillo de planificación y de gestión que pueda ser útil al alcalde, a su cuerpo de directores y a sus responsables operativos en la focalización de la acción de gobierno hacia los problemas comunales considerados prioritarios por la población del Municipio, y, en función de ellos, hacia los problemas propiamente institucionales del Gobierno Municipal y del ámbito de las relaciones con otras instituciones publicas participantes en la ejecución de dicha acción. (7) El texto incluido a continuación ha sido extraído de la introducción del Manual referido (GUEVARA G. Santiago J. y otro. Op. Cit. pp 2-31.) b. Los requerimientos a los que responde un Plan de Gestión Local El requerimiento general básico al cual debe responder un PGI,, es el de permitir un aporte efectivo al fortalecimiento de la capacidad de gobierno municipal y a la modernización de la acción de la administración que le sirve de soporte ejecutivo. Específicamente, un PGL es un instrumento de gran potencia y alcance, capaz de prestar un apoyo decisivo en: la implantación de satisfactorios esquemas formales de participación de la comunidad en la identificación y valoración de las demandas al Gobierno Local; la evaluación de las líneas estratégicas principales de la gestión de gobierno y de la programación y gestión apropiadas de las acciones correspondientes a esas líneas; la solución a la necesaria vinculación entre ias líneas estratégicas y programáticas de la acción de gobierno y la formulación de los planes operativos anuales y del presupuesto; el establecimiento del esquema organizativo y procedimental más apropiado a la viabilidad de la gestión de gobierno; la implantación de un sistema de control estratégico de gestión; el seguimiento de los entornos de interés a la gestión; la identificación de las necesidades de asistencia técnica. c. Los productos presentes en un Plan de Gestión Local De cara a los requerimientos señalados, la formulación del PGl! permite los productos siguientes: una lista priorizada de demandas comunales; un conjunto amplio de posibilidades de objetivos de gestión asociados a cada una de las demandas comunales formuladas; un listado de opciones o programas de intervención evaluado desde el punto de vista estratégico; la operacionalización detallada de cada uno de los programas y proyectos incluidos en el Plan; las estimaciones preliminares de los costos asociados a cada programa, proyecto y actividad, utilizables a los fines de la formulación presupuestaria; el detalle de las exigencias al sistema de gestión de proyectos, discriminadas entre las correspondientes a la propia unidad responsable (necesidades de ejecución directa), a otras unidades de la organización (necesidades de coordinación intrainstitucional), y al predio externo, en el cual será posible diferenciar entre los requerimientos a la coordinación interinstitucional, a la contratación o a la asistencia; las bases informativas e instrumentales para el establecimiento del sistema de control estratégico de gestión. la identificación de las amenazas y oportunidades relevantes relacionadas con cada nivel de operacionalización; De igual forma, vista como proceso, la formulación del Plan de Gestión Local permite: una modalidad de participación basada en la interacción con la comunidad en relación a sus problemas o demandas al Gobierno Municipal. una modalidad de diagnóstico de los problemas comunales basada no sólo en la enunciación, organización y jerarquización de tales problemas comunales sino también en su descripción de detalles y en el análisis profundo de sus causas y efectos, desde la perspectiva de la comunidad municipal. una modalidad de diagnóstico de los problemas propiamente institucionales basada en el trabajo coordinado de grupos ínter funciónales e interinstitucionales en la identificación de las causas o debilidades de tipo institucional asociadas a la presencia de los problemas comunales, una modalidad de definición técnica de las respuestas institucionales a las demandas de la comunidad basada en la formulación política, la evaluación estratégica y la operacionalización en detalle de las distintas propuestas programáticas surgidas como derivación lógica de todo el proceso de formulación. Así considerado, el PGL representa una nueva manera de abordar la planificación y la gestión del ámbito municipal fundamentada en la participación, la focalización de la acción y la programación en detalle. 7. CONCLUSION La planificación de la gestión es común y corrientemente entendida como un instrumento racionalizador de las decisiones relativas a la gestión. Nuestro planteamiento central en esta ponencia es el del manejo de otra comprensión: la de vehículo formativo para la práctica de los diversos agentes involucrados en los procesos de gobierno en el más cabal ejercicio de los asuntos públicos en democracia. Ello lo cumple en tanto y en cuanto se organiza y funciona con base en esquemas de comunicación y procesos de intercambio de información que interrelacionan dinámicamente a todos esos agentes, posibilitándoles un proceso de crecimiento permanente basado en el mayor conocimiento propio y de los otros, en la visión tanto de los rasgos globales como de las rutinas parciales del proceso de gobierno, en el reconocimiento y consecuente respeto y consideración de las diversas lógicas presentes en el proceso, en la mejor compresión de las capacidades de producción de bienes públicos y en lo que, insistimos, es la enseñanza central: la posibilidad de un ejercicio ciudadano más pleno y más gratificante, en tanto se basa en mecanismos directos de participación interactiva en la definición de los objetivos de la acción de gobierno y en el control de su ejecución. 8. BIBLIOGRAFIA GUEVARA G., Santiago J. y FERNANDEZ BORGE, Fausto. Manual para la Formulación de Planes de Gestión Local (PGL). PROGECI. Proyecto de Asistencia para la Gestión de Ciudades Intermedias de la Cooperación Técnica Venezolano-Alemana. Caracas, enero de 1996. OZBEKHAN, Hasan. El Futuro de París. Un estudio de sistemas en un caso de planificación estratégica urbana. (Referencia bibliográfica incompleta).