Sección de Jusrisprudencia Mercantil El daño moral en relación a las incidencias con equipajes en el transporte aéreo Óscar Casanovas Ibáñez Professor de Dret Turistic i Politica Turistica CETT. Universidad de Barcelona Indice I.- INTRODUCCION II.- LA RESPONSABILIDAD RESPECTO AL EQUIPAJE Y SUS LIMITESEN RELACION AL DAÑO MORAL: LA DECISIÓN DEL TRIBUNAL DE JUSTICIA EN EL ASUNTO WALZ C./CLICKAIR III.- EL DAÑO MORAL EN LA INDEMNIZACIÓN POR PERDIDA O DETERIORO DEL EQUIPAJE IV.- EL DAÑO MORAL EN LA INDEMNIZACIÓN POR PERDIDA O DETERIORO DEL EQUIPAJE V.- CONSECUENCIAS DEL PRONUNCIAMIENTO EN LA JURISPRUDENCIA ESPAÑOLA: ¿HACIA UN CAMBIO DE ORIENTACION? VI CONSIDERACIONES FINALES. VII.- BIBLIOGRAFIA Sumario: El transporte aéreo se ha convertido en un elemento esencial para la movilidad de los ciudadanos. Su auge ha comportado un incremento paralelo del número de incidencias que pueden afectar a los pasajeros. Entre ellas ocupa un lugar destacado la que hace referencia a los equipajes. El Convenio de Montreal establece un límite en lo que concierne a la indemnización en caso de destrucción o pérdida del mismo. Una reciente sentencia a nivel europeo ha determinado, interpretando el artículo 22 del Convenio, que en dicho montante se incluyen tanto el daño material como el moral y que, por tanto, la cuantía supone un máximo que no se puede superar en ningún caso. Abstract: Air transport has become essential to the mobility of citizens. Its rise has led to a parallel increase in the number of incidents that may affect passengers. These figures prominently referenced to luggage. The Montreal Convention sets a limit with respect to compensation in case of destruction or loss. A recent ruling at the European level has been determined, interpreting Article 22 of the Convention, that this amount should include both material and moral damage and therefore represents a maximum amount not to exceed in any case. Palabras clave: Transporte aéreo, Convenio de Montreal, equipaje, daño moral Keywords: Air transport, Montreal Convention, equipment, moral damage. 96 Revista Andaluza de Derecho del Turismo. Número 5 - Junio 2011 Sección de Jusrisprudencia Mercantil Introduccion Más allá del hecho evidente que el transporte aéreo es un elemento esencial de nuestras vidas en lo que atañe al ejercicio de multitud de derechos que consideramos básicos, como pueden ser el derecho al ocio, léase su importancia en relación al fenómeno turístico o el derecho a circular libremente en cualquier lugar, no es menos cierto que el transporte aéreo de pasajeros se plasma por la vía contractual, y a ello debe aplicarse la teoría general de que su incumplimiento debe dar lugar a la correspondiente reparación por parte de quien lo ha ocasionado. Muchas son las vicisitudes que pueden ocasionar perjuicios o, más simplemente, molestias o perturbaciones a los usuarios de este servicio, consumidores a todos los efectos: cabe citar denegaciones de embarque, cancelaciones de vuelo, retrasos y, en menor medida, accidentes susceptibles de ocasionar lesiones graves e incluso el fallecimiento de los pasajeros. Pero hay una circunstancian que, quizás por parecer de menor intensidad o importancia, pasa muchas veces desapercibida, cuando en realidad su incidencia en el normal desarrollo del viaje ocasiona sino perjuicios irreparables, sí molestias y disfunciones múltiples. Es la referida a la pérdida o deterioro del equipaje. Piénsese sin ir más lejos en la trascendencia del extravío temporal de un equipaje necesario para la práctica de un deporte profesional cuando sólo se disponen de pocos días para su disfrute. El sector del transporte, y más concretamente el del transporte aéreo sigue ocupando los primeros puestos de los rankings de consultas y reclamaciones efectuadas por los consumidores150. En el primero de los ámbitos sólo se ve superado por el eterno líder, ya consolidado, de las telecomunicaciones, mientras que en el tránsito de la mera consulta a la reclamación se pierde una importante cuota de porcentaje. Ello debiera ser también objeto de reflexión, en tanto en cuanto una de las posibles causas podría tener su origen en la dificultad para reclamar, tanto judicial como extrajudicialmente, o bien el escaso importe económico de ciertos resarcimientos. Y, dentro del transporte aéreo, los conflictos que tienen su origen en las incidencias ocurridas con el equipaje, ya sea en forma de pérdida, extravío o deterioro, ocupan un lugar preeminente. Un estudio efectuado en el año 2006 en la jurisprudencia turística española analizando las sentencias dictada en materia de transporte aéreo en el periodo 199º-2005 sitúa en el 29% el porcentaje de sentencias que se pronuncian sobre vicisitudes 150 En estos términos se desprende del informe ¿Qué denuncian los consumidores? elaborado por FACUA para el año 2010, en base a cuyos datos cabe afirmar que más del 19% de las consultas recibidas y casi el 7% de las reclamaciones efectuadas hacen referencia al sector del transporte. En www.facua.org (consultado el 07-02-2011) Revista Andaluza de Derecho del Turismo. Número 5 - Junio 2011 97 Sección de Jusrisprudencia Mercantil que afectan al equipaje.151. Es precisamente en este último ámbito en el que cabría enmarcar el comentario sobre la reciente sentencia de la sala del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas de 6 de mayo de 2010 en el asunto C-63/09, que tiene por objeto una petición de decisión prejudicial planteada por el Juzgado de lo Mercantil núm. 4 de Barcelona acerca de la interpretación del artículo 22, apartado 2, del Convenio para la unificación de ciertas reglas para el transporte aéreo internacional, celebrado en Montreal el 28 de mayo de 1999. Dicha petición se ha presentado en el marco de un litigio entre el Sr. Walz, pasajero de la compañía aérea Clickair, SA y esta última, acerca de la indemnización del daño resultante de la pérdida del equipaje facturado con ocasión de un transporte aéreo efectuado por esa compañía. LA RESPONSABILIDAD RESPECTO AL EQUIPAJE Y SUS LIMITESEN RELACION AL DAÑO MORAL: LA DECISIÓN DEL TRIBUNAL DE JUSTICIA EN EL ASUNTO WALZ C./CLICKAIR En este caso la normativa aplicable está integrada por el Reglamento (CE) núm. 2027/97 del Consejo, de 9 de octubre de 1997, relativo a la responsabilidad de las compañías aéreas respecto al transporte aéreo de los pasajeros y su equipaje152en su versión modificada por el Reglamento (CE) núm.889/2002 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 13 de mayo de 2002153. Esta propia norma establece la aplicabilidad del Convenio de Montreal y la complementariedad entre ambos instrumentos jurídicos. El artículo 17. 2 del convenio de Montreal establece: “El transportista es responsable del daño causado en caso de destrucción, pérdida o avería del equipaje facturado por la sola razón de que el hecho que causó la destrucción, pérdida o avería se haya producido a bordo de la aeronave o durante cualquier período en que el equipaje facturado se hallase bajo la custodia del transportista. Sin embargo, el transportista no será responsable en la medida en que el daño se deba a la naturaleza, a un defecto o a un vicio propios del equipaje. En el caso de equipaje no facturado, incluyendo los objetos personales, el transportista es responsable si el daño se debe a su culpa o a la de sus dependientes o agentes”. 151 Arcarons, R. , Casanovas, O, Hernández, F y Martínez, M. (2008). Guía práctica para viajar. Derechos y obligaciones del turista. Madrid: Ed. Sinteis. P. 157. 98 152 DO L 285 P.1 153 DO L 140 P.2 Revista Andaluza de Derecho del Turismo. Número 5 - Junio 2011 Sección de Jusrisprudencia Mercantil El régimen jurídico aplicable al supuesto objeto de análisis se complementa con el art. 22, el cual también en su 2º apartado establece los límites de la responsabilidad respecto al retraso, el equipaje y la carga en estos términos: “En el transporte de equipaje, la responsabilidad del transportista en caso de destrucción, pérdida, avería o retraso se limita a 1.000 derechos especiales de giro [DEG] por pasajero a menos que el pasajero haya hecho al transportista, al entregarle el equipaje facturado, una declaración especial del valor de la entrega de éste en el lugar de destino, y haya pagado una suma suplementaria, si hay lugar a ello. En este caso, el transportista estará obligado a pagar una suma que no excederá del importe de la suma declarada, a menos que pruebe que este importe es superior al valor real de la entrega en el lugar de destino para el pasajero”. El Sr. Walz reclamó por un importe considerablemente superior a los límites fijados por la norma, y lo hizo diferenciando el daño material del daño moral. Por el primero reclamaba 3.200 €, y por el segundo 500. A ello se opuso la compañía alegando el límite fijado legalmente. El Tribunal centra la resolución del litigio, y ello puede ser discutible en el hecho de que los términos utilizados en la versión original en francés “dommage” y “préjudice” son sinónimos, sin que quepa deducir de la letra del texto que el legislador haya querido darles un sentido diferente. Si bien es cierto que en su traducción al español se utiliza normalmente el término daño con carácter genérico, no lo es menos que ello no tiene ninguna relación con el hecho de que éste sea de carácter material o moral. En otras palabras, no cabe centrar la discusión en el sustantivo cuando lo que realmente interesa es determinar el alcance del adjetivo. Se podría también proponer el argumento que de haber querido incluir ambos conceptos en el límite de responsabilidad, el legislador hubiese utilizado el mismo término en la versión original. Atendiendo al análisis puramente etimológico, si bien es cierto que ambos términos se definen de manera similar, incluso con remisiones mutuas, cada uno de ellos puede hacer referencia al aspecto material y al moral. O lo que es lo mismo, se puede afirmar que existe un “dommage” material y un “dommage” moral, e idéntica clasificación para el término “préjudice”. Como conclusión a este punto cabe señalar que esta sentencia contradice un anterior pronunciamiento del Tribunal comunitario, que había reconocido para el supuesto de organización y venta de viajes combinados regulados en la Directiva 90/314/CEE del Consejo, de 13 de junio de 1990, relativa a los viajes combinados, las vacaciones combinadas y los circuitos combinados el derecho a percibir una indemnización por daño moral154. Se trataba en este caso de una intoxicación sufrida por una turista, hecho 154 Caso Simone Leitner contra TUI Deutschland GmbH and Co. Kg. Sentencia de 12 marzo 2002 Revista Andaluza de Derecho del Turismo. Número 5 - Junio 2011 99 Sección de Jusrisprudencia Mercantil que le había impedido el normal disfrute de sus vacaciones ocasionándole molestias que se trasladaron hasta más allá de la fecha de regreso. Algun autor155 ha señalado de manera acertada la necesidad de extender esta consideración a los supuestos que afectan al equipaje puesto que en la práctica del viaje combinado constituyen uno de los supuestos más frecuentes. EL DAÑO MORAL EN LA INDEMNIZACIÓN POR PERDIDA O DETERIORO DEL EQUIPAJE Existe una evidente disparidad de opiniones por lo que respecta a la inclusión o no del daño moral en el ámbito de la responsabilidad del transportista. De la letra de la ley no se desprende con claridad que deba optarse por una u otra solución, con lo cual la solución del conflicto queda circunscrita al ámbito de decisión de los tribunales. Es evidente que la dirección emprendida por el órgano judicial comunitario en la resolución aquí comentada marcará la tendencia en las futuras resoluciones judiciales de las instancias judiciales de los Estados miembros. Sin embargo, se pueden aducir sólidas razones para defender la no inclusión del concepto de daño moral en el espectro indemnizatorio fijado por el artículo 22 del Convenio de Montreal. En efecto, entender que el límite de los 1000 DEG comprende también el daño moral es tanto como reconocer que la producción de daño moral es automática y consecuencia en todos los casos de las incidencias que puedan haber ocurrido con el equipaje, obviando la posibilidad de que una pérdida, deterioro o extravío de equipaje límite su producción de daño a la esfera de lo puramente material, en cuyo caso se estaría indemnizando un daño moral no producido; algo carente de la más elemental lógica. No es menos evidente que una de las más relevantes características del daño moral es su necesaria adecuación a cada situación particular, en función de las circunstancias del caso y la situación personal de quien se haya visto afectado por el percance. Otra posible interpretación podría ir encaminada hacía el hecho de poner de relieve que la limitación en la cuantía indemnizatoria no es en realidad una inclusión o fusión de los conceptos de daño material y daño moral, sino una mera medida protectora de los intereses económicos de los transportistas, que de esta manera verán prácticamente blindada la posibilidad de seguir perdiendo y deteriorando equipajes, en la medida en que podrán conocer de antemano el coste económico de tal comportamiento. Lo que (TJCE\2002\99) 155 Pastor Sempere, M. (2010). “El viaje combinado en el RDLG 1/2007 (texto refundido Ley General de Consumidores) y leyes complementarias” en Cuadernos de Turismo, Pp: 99-124. 100 Revista Andaluza de Derecho del Turismo. Número 5 - Junio 2011 Sección de Jusrisprudencia Mercantil no deja de suponer plantearse si una norma que inicialmente ha sido pensada para incrementar el nivel de protección de los usuarios del transporte aéreo no acaba siendo, no todo lo contrario, porque la protección de los pasajeros y la de los profesionales que les prestan servicios deben tener una relación de dependencia, sino un instrumento que no cumple la finalidad para la cual fue ideado, es decir, ineficaz. Quizás una posible solución, y no por ecléctica la más equitativa, podría haber sido plantearse una limitación más estricta del límite del daño material excluyendo de tal indemnización los daños morales, que en este caso deberían ser resarcidos de manera adicional. En definitiva, cuantía menor a la de 1000 DEG para los daños materiales, pero con posibilidad de reclamar sin límite de cuantía por los daños morales. Mejor posibilidad de adecuar cada solución al caso concreto. A mayor abundamiento, también en la jurisprudencia de nuestros tribunales nacionales se pueden hallar argumentos de peso para sostener la necesidad de no incluir el daño moral en el límite legal del instrumento jurídico objeto de análisis. En un caso de retraso se reconoce la obligación de indemnizar por daños morales debido a la espera sufrida sin comida, bebida, transporte ni alojamiento, lo que incrementó la situación de zozobra, inseguridad y molestias. Lo realmente interesante de esta resolución en atención al tema que aquí se expone es el hecho de que uno de los fundamentos en los que el juzgador basa el reconocimiento de la existencia de dicho daño moral es precisamente la distinción entre los perjuicios que son idénticos para todos los pasajeros, referidos claramente a los daños materiales y aquellos que se deben individualizar en atención a la situación concreta156. En otro caso resuelto por nuestros tribunales, esta vez sí con motivo de la pérdida o deterioro del equipaje de un pasajero, se destaca que “… El hecho de que España haya ratificado el Convenio de Varsovia no supone su aplicación automática, sino que dicha norma de carácter supranacional debe ser interpretada conforme a la Constitución y las demás normas vigentes en España, entre ellas la que desarrolla la protección constitucional de los intereses de los consumidores y usuarios. Además, debe acoplarse con la legislación de la UE que persigue idéntico objetivo …”. Todo ello frente a la pretensión de la compañía de que se aplicara el límite de responsabilidad del Convenio de Varsovia por el hecho de figurar ello impreso en los billetes que contienen las condiciones generales de la contratación aplicables al transporte aéreo y elaboradas por la asociación privada de los propios transportistas IATA, a lo que el juzgador opone el carácter claramente abusivo de dicha cláusula porque “… comporta, sin duda alguna en perjuicio del consumidor, un importante desequilibrio de los derechos y obligaciones que se derivan del contrato … máxime además cuando no se cumple … el deber de una información veraz, eficaz y suficiente acerca de las cláusulas, remisiones y contenido del correspondiente contrato, lo que exige tanto la normativa nacional como la europea en protección de los consumidores y usuarios…”157 156 Sentencia del Juzgado de lo Mercantil núm 1 de Málaga, de 20 de abril de 2007, rec. 443/2006. 157 Sentencia del Juzgado de la Audiencia Provincial de Murcia, sección 4ª., de 10 de Mayo de 2005, Revista Andaluza de Derecho del Turismo. Número 5 - Junio 2011 101 Sección de Jusrisprudencia Mercantil A estos pronunciamientos cabría añadir el adoptado por el Tribunal Supremo, referencia obligada y cita ineludible en todos los que le han seguido, que resuelve indemnizar el daño moral por el retraso injustificado de un vuelo, y justificando la decisión a través de un pormenorizado análisis del contenido de dicho daño. Reconoce que “ … el daño moral constituye una noción dificultosa … adoptándose un orientación cada vez más amplia, con clara superación de los criterios restrictivos que limitaban su aplicación…. . La situación básica para que pueda darse lugar a un daño moral indemnizable consiste en un sufrimiento o padecimiento psíquico … diversas situaciones, entre las que cabe citar el sufrimiento o padecimiento psíquico o espiritual, impotencia, zozobra, ansiedad, angustia … . La zozobra como sensación anímica de inquietud, pesadumbre temor o presagio de incertidumbre, el trastorno de ansieda, impacto emocional, incertidumbre consecuente, impacto, quebranto o sufrimiento psíquico …”. Obsérvese como esta poética descripción no es en nada incompatible con la situación personal a que puede verse abocada una persona cuyo equipaje ha sido perdido extraviado o deteriorado.158 Si acudimos al Derecho comparado, más razonable puede parecer la solución que ofrece el modelo chileno, en el cual se asienta con base doctrinal el principio del derecho a la reparación completa, derecho que resulta vulnerado cuando el legislador contempla límites cuantitativos insuperables159. En cualquier caso, lo que parece quedar claro es que el artículo 22 del Convenio, a partir de la decisión jurisprudencial, es susceptible de pasar ser parte de la lista de las denominadas “cuestiones pendientes”, junto con los artículos 17 y 34.160 CONSECUENCIAS DEL PRONUNCIAMIENTO EN LA JURISPRUDENCIA ESPAÑOLA: ¿HACIA UN CAMBIO DE ORIENTACION? Una primera consideración al intentar dar respuesta a la pregunta debiera ser sin duda que todavía es pronto para hacer una valoración global sobre qué postura adoptan los tribunales españoles, pero no es demasiado aventurado señalar que, atendiendo a los precedentes tanto genéricos como específicos en la materia, se pueda desarrollar una jurisprudencia oscilante. De hecho, las decisiones anteriores o inmediatamente rec. 113/2005. 158 Sentencia del Tribunal Supremo, Sala de lo Civil, de 31, de 31 de Mayo de 2000, rec. 2332/1995. 159 Acosta Ramírez, V (1998): “Modificaciones legales y convencionales de los montos de las indemnizaciones” en Revista de Derecho de la Universidad Católica de Valparaíso, XIX. Pp 249-276 160 Guerrero Lebrón, M.J (2010): “Las últimas reformas en Derecho del transporte: avances y cuestiones pendientes en la protección de los pasajeros y los terceros” en Revista Andaluza de Derecho del Turismo, nº 3, pp. 127-160 102 Revista Andaluza de Derecho del Turismo. Número 5 - Junio 2011 Sección de Jusrisprudencia Mercantil posteriores a la sentencia Walz ya lo eran y están siendo161. Y de manera absolutamente clara y decidida en sentidos opuestos. Algunos ejemplos: La Audiencia Provincial de Barcelona, en sentencia de 29 de Septiembre de 2010, reconoce daños morales por valor de 500€ por un gran retraso de 17 horas, pero aplica el límite de responsabilidad por lo que respecta a la pérdida de equipaje. (SAP de Barcelona, sección 15, de 29 de Septiembre de 2010, rec. 414/2009). En el mismo sentido se pronuncia otras sentencias de la misma Sala de 3 de Septiembre (rec. 650/2008) y de 16 de Septiembre (rec. 628/2008) de 2009. El Juzgado de 1ª Instancia nº 31 de Barcelona, en sentencia de 13 de Diciembre de 2001, reconoce la existencia de daños morales por la pérdida de equipaje en base al hecho de que “ … cuando uno espera recoger el equipaje de un viaje de vacaciones y no la encuentra, esta situación le genere una situación de incomodidad, derivada de no poder disponer de sus efectos personales, algunos de los cuales son de primera necesidad, como pueden ser los medicamentos. Esta incomodidad va más allá del valor de los bienes perdidos, y se corresponde con la situación de quien después de haber escogido todo aquello que uno iba a necesitar para un viaje de vacaciones, al llegar al lugar de destino advierte que lo ha perdido, y que no tiene ropa para cambiarse, los medicamentos a los que esté sujeto por prescripción médica, los instrumentos de afeitar y aseo necesarios, etc. A esta situación de incomodidad creada por el extravío del equipaje, se une la preocupación acerca del paradero de la maleta, que fácilmente se convierte en ansiedad o angustia cuando transcurren los días y no se recupera. El descanso y la tranquilidad buscadas de propósito con este viaje se ven afectados por la contrariedad que supone no encontrarse con su equipaje y por la inquietud acerca del paradero de la maleta. …” (Sentencia J1ªI de Barcelona de 13 de Diciembre de 2001). En el mismo sentido se pronuncia, y de manera contundente, pues los daños morales concedidos aparte de los daños materiales ascienden a 600€, la sentencia de la Audiencia Provincial de Islas Baleares de 23 de Enero de 2006 (SAP de Islas Baleares, sección 15, de 23 de Enero de 2006, rec. 170/2005). CONSIDERACIONES FINALES. En atención a la decisión del Tribunal se puede plantear un decrecimiento del nivel de protección del consumidor si el reconocimiento por el daño moral no puede ir más allá del límite establecido en el Convenio de Montreal. Mucho más proteccionista se muestra la jurisprudencia nacional, al menos en parte, cuando aboga por separar la 161 De especial interés puede ser analizar la jurisprudencia de la sala 15ª de la Audiencia Provincial de Barcelona que ya antes de la sentencia comentada se había pronunciado por la inclusión del daño moral en la limitación de responsabilidad. Revista Andaluza de Derecho del Turismo. Número 5 - Junio 2011 103 Sección de Jusrisprudencia Mercantil cuestión del daño material, más fácilmente deducible y más objetiva, del daño moral, que debiera ser tratado en atención a cada caso concreto y con especial vigilancia de las circunstancias personales, atendiendo, en definitiva, a la casuística. Lo que sí cabe aventurar es que los Tribunales tendrán sin duda ocasión de seguir pronunciándose sobre el tema, atendiendo al hecho de que no es de esperar que las incidencias con los equipajes se reduzcan de manera drástica. Las cada vez más habituales situaciones de caos en nuestras infraestructuras aeroportuarias no contribuirán a ello. BIBLIOGRAFÍA Acosta Ramírez, V (1998): “Modificaciones legales y convencionales de los montos de las indemnizaciones” en Revista de Derecho de la Universidad Católica de Valparaíso. Arcarons, R. , Casanovas, O, Hernández, F y Martínez, M. (2008). Guía práctica para viajar. Derechos y obligaciones del turista. Madrid: Ed. Sinteis. Guerrero Lebrón, M.J (2010): “Las últimas reformas en Derecho del transporte: avances y cuestiones pendientes en la protección de los pasajeros y los terceros” en Revista Andaluza de Derecho del Turismo, nº 3. Pastor Sempere, M. (2010). “El viaje combinado en el RDLG 1/2007 (texto refundido Ley General de Consumidores) y leyes complementarias” en Cuadernos de Turismo. 104 Revista Andaluza de Derecho del Turismo. Número 5 - Junio 2011