tercer secreto de la virgen de fátima.

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TERCER SECRETO DE LA VIRGEN DE FÁTIMA.
La iglesia ha dado permiso de revelar a los fieles el tercer secreto del Mensaje de Fátima.
La Santísima Virgen se le apareció a tres niños en 1917, esto esta probado, una de las niñas aun vive, se llama Lucia, bueno, hermana
Lucia porque es monja y reside en un Claustro en Europa.
La hermana Lucia dio a conocer el mensaje primeramente al Papa Pío XII, quien al terminar de leerlo estaba temblando, pero lo guardo y no
lo dio a conocer.
A su debido tiempo lo leyó también el Papa Juan XXIII, quien hizo lo mismo, ellos actuaron de esa manera porque sabían que al ser
revelado provocaría en el mundo pánico y desesperación.
Ahora se revela otra parte; NO PARA CAUSAR PÁNICO, SINO PORQUE LA GENTE DEBE CONOCERLA PARA PREPARARSE!
La Virgen le dijo a Lucia:
"Ve hija mía, di al mundo lo que pasara entre los años 1950-2005.
Los hombres no están poniendo en practica los Mandamientos que Nuestro Padre >>>nos dio. El demonio esta dirigiendo al mundo,
sembrando odio y cizaña por todas partes.
Los hombres fabricaran armas mortales que destruirán al mundo en minutos, la mitad de la humanidad será horrorosamente destruida, la
guerra empezara contra Roma, habrá conflictos entre órdenes religiosas".
Dios permitirá que todos los fenómenos naturales, como el humo, el granizo, el frío, el agua, el fuego, las inundaciones, los
terremotos, el tiempo inclemente, desastres terribles y los inviernos extremadamente fríos, acaben con la tierra poco a poco, estas
cosas de todos modos sucederán antes del año 2005.
Los que no quieran creer, ahora es tiempo, les dice su Madre Santísima. Los faltos de caridad hacia el prójimo y los que no se amen los
unos a los otros como mi Hijo les ha amado, TODOS ESTOS, NO PUEDEN SOBREVIVIR.
Desearán haber muerto, millones de estos perderán la vida en segundos. La clase de castigos que están frente a nosotros, en la tierra son
inimaginables, y vendrán, no hay duda.
Dios Nuestro Señor castigara duramente a quienes no crean en Él, a los que lo despreciaron, a los que no tuvieron tiempo para Él. Llamo a
todos a que vengan hacia mi Hijo Jesucristo; Dios ayuda al mundo, pero todo aquel que no de testimonio de fidelidad y lealtad hacia Él, será
destruido en forma peor.
El padre Agustín, quien reside en Fátima, dice que el Papa Paulo VI, Le dio permiso de visitar a la hermana Lucia, quien es monja de
clausura, es Decir no sale, no recibe visitas. El padre Agustín platica que ella lo recibió muy acongojada y le dijo: "Padre, Nuestra Señora
esta muy triste porque nadie ha tomado interés en su profecía de 1917, así los buenos tienen que caminar por un camino estrecho; los
malos van por un camino amplio que los lleva directamente a la destrucción, y créame Padre que el castigo vendrá muy pronto."
Muchas almas pueden perderse y muchas naciones desaparecerán de la tierra.
Pero en medio de todo esto si los hombres reflexionan, rezan y llevan A cabo buenas acciones, el mundo podrá ser salvado. En caso
contrario si los hombres insisten en sus maldades, el mundo se perderá para siempre.
Ya ha llegado el tiempo para todos de pasar el mensaje de Nuestra Señora sus familiares, a sus amigos y al mundo entero, de empezar a
rezar, de hacer penitencia, de sacrificarse.
Estamos cerca del último minuto, del último día y la catástrofe se aproxima.
Debido a esto, muchos que estaban apartados regresaran a los brazos Abiertos de la Iglesia Católica. Regresaran Inglaterra, Rusia, China,
los protestantes y los judíos. Todos regresaran adoraran y creerán en Dios, en su Hijo Jesucristo, y en Nuestra Madre Santísima Virgen
María.
¿QUE NOS ESPERA A NOSOTROS?
En todas partes se habla de paz y tranquilidad, pero el castigo vendrá. UN HOMBRE EN UN PUESTO MUY ALTO SERÁ ASESINADO Y
ESTO PROVOCARA LA GUERRA, UNA ARMADA PODEROSA CAMINARA A TRAVÉS DE EUROPA Y LA GUERRA NUCLEAR
EMPEZARA.
Esta guerra destruirá todo; la oscuridad caerá sobre nosotros durante 72 horas (tres días) la tercera parte que sobreviva a estas 72 horas
de oscuridad y sacrificio, empezara a vivir en una nueva era, será buena gente.
En una noche muy fría, 10 minutos antes de la media noche, UN GRAN TERREMOTO sacudirá la tierra durante 8 horas. Esta será
la tercera señal de que Dios es el que gobierna la tierra. Los buenos y los que propaguen el mensaje, la profecía de la Virgen de
Fátima, NO DEBEN TEMER, NO TENGAN MIEDO.
¿QUÉ HACER?
Arrodíllense y pidan perdón a Dios. No salgan de su hogar y no dejen a Nadie extraño entrar en el. Porque solo lo bueno no estará en poder
del mal y sobrevivirá a la catástrofe. Para que ustedes se preparen y puedan permanecer con vida, como hijos míos que son, les daré las
siguientes señales:
LA NOCHE SERÁ MUY FRÍA; SOPLARAN FUERTES VIENTOS; HABRÁ ANGUSTIA Y EN POCO TIEMPO COMENZARA EL
TERREMOTO, TEMBLARA LA TIERRA.
En casa cierra puertas y ventanas y no hables con nadie que no este en tu casa. No mires hacia fuera, no seas curioso, pues esta es la ira
del Señor.
Enciende velas benditas, ya que por tres días ninguna otra luz encenderá. El movimiento de la tierra será tan violento que moverá la tierra
23 grados y la regresará a su posición normal.
Entonces vendrá una absoluta y total oscuridad que cubrirá la tierra entera.
Todo espíritu maligno andará suelto haciendo mucho mal a las almas que no quisieron escuchar este mensaje y a los que no quisieron
arrepentirse.
Las almas fieles recuerden prender las velas benditas, preparen un altar sagrado con un crucifijo, para comunicarse con Dios, e implorarle
su infinita Misericordia. Todo estará oscuro, aparecerá en el cielo una gran Cruz Mística, para recordarnos el precio que su Hijo pago por
nuestra redención.
En la casa lo único que podrá dar luz son las VELAS DE CERA BENDITAS, las que una vez prendidas nada podrá apagar hasta que
acaben los tres días de oscuridad.
También deben tener AGUA BENDITA que rociaran abundantemente por toda la casa, en especial en puertas y ventanas, El Señor
protegerá la propiedad de los elegidos. Arrodíllense ante la cruz poderosa de mi divino Hijo, recen el rosario y después de cada Ave María
digan lo siguiente:
"OH DIOS, PERDONA NUESTROS PECADOS, SÁLVANOS DEL FUEGO DEL
INFIERNO Y LLEVA AL CIELO TODAS LAS ALMAS, ESPECIALMENTE A LAS MAS NECESITADAS DE TU MISERICORDIA. VIRGEN
MARIA PROTÉGENOS, TE AMAMOS, SÁLVANOS, SALVA AL MUNDO."
RECEN 5 CREDOS Y EL ROSARIO QUE ES EL SECRETO DE MI CORAZÓN INMACULADO.
Aquellos que crean mis palabras y lleven el mensaje a los demás, NO DEBERÁN TEMER NADA EN EL GRAN DÍA DEL SEÑOR. Hablen a
todas las almas ahora que hay tiempo, los que callen ahora se harán responsables por ese gran número de almas que se pierden por la
ignorancia.
Todos los que recen humildemente mi rosario, alcanzaran la gran protección del cielo y yo los haré morir en paz y los haré entrar benditos
en el otro mundo. Deseo que todos los fieles vayan a Misa cada primer viernes y cada primer sábado de mes, que se confiesen y comulguen
y así ayuden a salvar al mundo de la destrucción total.
Cuando la tierra ya no tiemble, aquellos que todavía no crean en nuestro Señor morirán inmaculablemente. El viento traerá gas y lo regara
por todas partes, entonces saldrá el sol.
Puede que ustedes vivan después de esta catástrofe. No olviden que el castigo de Dios es Santo y que, una vez comenzado, no deben de
mirar hacia afuera, por ningún motivo, ya que Dios no quiere que ninguno de sus hijos vea cuando castiga a esos pecadores.
Todo esto compagina con las Sagradas Escrituras, vean en el Nuevo Testamento:
San Lucas Cap. 21 versículos 5:11,12:19,20:20,29:33. Carta de San Pablo Cap. (3,8-14).Lectura del profeta Isaías cap.40 1:5:9). Se debe
entender que Dios permite que todo esto pase.
El Papa y los Obispos están ahora a la espera de otro mensaje que Habla del arrepentimiento y de la oración. Recuerda siempre que la
palabra de Dios no es una amenaza, sino una buena noticia.
Por favor reproduce esta hoja y mándala a quien conozcas para que todos tengamos oportunidad de arrepentirnos y salvarnos.
No sabemos si quienes estén recibiendo este mensaje crean o no en él, Pero piensen que si les esta llegando es por algo, quizá Dios
permite que les llegue porque quiere salvarlos para Él, sea cual sea su religión.
Si no crees en este mensaje, por lo menos envíalo a otros, que nada te cuesta, para que aquellos que si creen, tengan una oportunidad de
decidir por sí mismos. Recuerden que se puede evitar si se ponen en práctica los 10 mandamientos que nuestro Padre nos dio. Son 10
cosas tan simples, que si TODOS pusiéramos en practica podríamos obtener el perdón.
JESÚS, YO EN TI CONFIO.
Dice Sor Lucia:
Tendré que hablar algo del secreto, y responder al primer punto interrogativo.
¿Qué es el secreto? Me parece que lo puedo decir, pues ya tengo licencia del Cielo. Los representantes de Dios en la tierra me han autorizado a
ello varias veces y en varias cartas; juzgo que V. Excia. Rvma. conserva una de ellas, del R. P. José Bernardo Gonçalves, aquella en que me
manda escribir al Santo Padre. Uno de los puntos que me indica es la revelación del secreto. Sí, ya dije algo; pero, para no alargar más ese
escrito que debía ser breve, me limité a lo indispensable, dejando a Dios la oportunidad de un momento más favorable.
Pues bien; ya expuse en el segundo escrito, la duda que, desde el 13 de junio al 13 de julio, me atormentó; y cómo en esta aparición todo se
desvaneció.
Ahora bien, el secreto consta de tres partes distintas, de las cuales voy a revelar dos.
La primera fue, pues, la visión del infierno.
Nuestra Señora nos mostró un gran mar de fuego que parecía estar debajo de la tierra. Sumergidos en ese fuego, los demonios y las almas,
como si fuesen brasas transparentes y negras o bronceadas, con forma humana que fluctuaban en el incendio, llevadas por las llamas que
de ellas mismas salían, juntamente con nubes de humo que caían hacia todos los lados, parecidas al caer de las pavesas en los grandes
incendios, sin equilibrio ni peso, entre gritos de dolor y gemidos de desesperación que horrorizaba y hacía estremecer de pavor. Los demonios se
distinguían por sus formas horribles y asquerosas de animales espantosos y desconocidos, pero transparentes y negros.
Esta visión fue durante un momento, y ¡gracias a nuestra Buena Madre del Cielo, que antes nos había prevenido con la promesa de llevarnos al
Cielo! (en la primera aparición). De no haber sido así, creo que hubiésemos muerto de susto y pavor.
Inmediatamente levantamos los ojos hacia Nuestra Señora que nos dijo con bondad y tristeza:
— Visteis el infierno a donde van las almas de los pobres pecadores; para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi
Inmaculado Corazón. Si se hace lo que os voy a decir, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra pronto terminará. Pero si no dejaren
de ofender a Dios, en el pontificado de Pío XI comenzará otra peor. Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la
gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de las persecuciones a la
Iglesia y al Santo Padre. Para impedirla, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la Comunión reparadora de los
Primeros Sábados. Si se atienden mis deseos, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y
persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados y el Santo Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas. Por fin mi
Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz.
ORACIÓN
He aquí que, encontrándonos hoy ante ti, Madre de Cristo, ante tu Corazón Inmaculado, deseamos, junto con toda la Iglesia, unirnos a la
consagración que, por amor nuestro, tu Hijo hizo de sí mismo al Padre cuando dijo: “Yo por ellos me santifico, para que ellos sean santificados en
la verdad” (Jn 17, 19).
Queremos unirnos a nuestro Redentor en esta consagración por el mundo, y por los hombres, la cual, en su Corazón divino, tiene el poder de
conseguir el perdón, y de procurar la reparación.
El poder de esta consagración dura por siempre, abarca a todos los hombres, pueblos y naciones, y supera todo el mal, que el espíritu de las
tinieblas es capaz de sembrar en el corazón del hombre y en su historia; y que, de hecho, ha sembrado en nuestro tiempo.
¡Oh, cuán profundamente sentimos la necesidad de consagración, para la humanidad y para el mundo: para nuestro mundo contemporáneo, en
unión con Cristo mismo! En efecto, la obra redentora de Cristo, debe ser participada por el mundo a través de la Iglesia.
Lo manifiesta el presente Año de la Redención, el Jubileo extraordinario de toda la Iglesia.
En este Año Santo, bendita seas por encima de todas las creaturas, tú, Sierva del Señor, que de la manera más plena obedeciste a la llamada
divina.
Te saludamos a ti, que estás totalmente unida a la consagración redentora de tu Hijo.
Madre de la Iglesia: ilumina al Pueblo de Dios en los caminos de la fe, de la esperanza y de la caridad. Ilumina especialmente a los pueblos de
los que tú esperas nuestra consagración y nuestro ofrecimiento. Ayúdanos a vivir en la verdad de la consagración de Cristo por toda la familia
humana del mundo actual.
Al encomendarte, oh Madre, el mundo, todos los hombres y pueblos, te confiamos también la misma consagración del mundo, poniéndola en tu
corazón maternal.
¡Corazón Inmaculado! Ayúdanos a vencer la amenaza del mal, que tan fácilmente se arraiga en los corazones de los hombres de hoy y que con
sus efectos inconmensurables pesa ya sobre la vida presente y da la impresión de cerrar el camino hacia el futuro.
¡Del hambre y de la guerra, líbranos!
¡De la guerra nuclear, de una autodestrucción incalculable y de todo tipo de guerra, líbranos!
¡De los pecados contra la vida del hombre desde su primer instante, líbranos!
¡Del odio y del envilecimiento de la dignidad de los hijos de Dios, líbranos!
¡De toda clase de injusticias en la vida social, nacional e internacional, líbranos!
¡De la facilidad de pisotear los mandamientos de Dios, líbranos!
¡De la tentativa de ofuscar en los corazones humanos la verdad misma de Dios, líbranos!
¡Del extravío de la conciencia del bien y del mal, líbranos!
¡De los pecados contra el Espíritu Santo, líbranos!, ¡líbranos!
Acoge, oh Madre de Cristo, este grito lleno de sufrimiento de todos los hombres. Lleno del sufrimiento de sociedades enteras.
Ayúdanos con el poder del Espíritu Santo a vencer todo pecado, el pecado del hombre y el « pecado del mundo », el pecado en todas sus
manifestaciones.
Aparezca, una vez más, en la historia del mundo el infinito poder salvador de la Redención: poder del Amor misericordioso. Que éste detenga el
mal. Que transforme las conciencias. Que en tu Corazón Inmaculado se abra a todos la luz de la Esperanza».
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